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LOS CONTRATOS DE COLABORACIÓN1

1. TIPOS DE COLABORACIÓN

La actividad mercantil resulta propicia para la prestación y la obtención de


colaboraciones ajenas, crecientemente estimuladas por la complejidad de dicha
actividad y la especialización de muchas operaciones que la integran. De ahí que,
incluso algunos empresarios hayan hecho de la prestación de tales colaboraciones su
propio género de comercio.

Los contratos de colaboración son el instrumento jurídico de esa cooperación,


asumiéndose en ellos –fundamentalmente- obligaciones de hacer.

En unas figuras predominan como objeto, la mera realización de la actividad, en cuanto


medio que puede permitir (o no) alcanzar un resultado, bajo el esquema del contrato de
arrendamiento de servicios (regulado específicamente en los arts. 1583 y ss CC); a
veces mediante trabajo dependiente o subordinado en régimen de contratación laboral
(general o especial), y otras mediante trabajo independiente en régimen de contratación
civil o mercantil.

En otras figuras, destaca como objeto la consecución del resultado mismo, bajo el
esquema del contrato de arrendamiento de obra (regulado específicamente en los arts.
1588 y ss CC).

En los contratos de actividad (o de medios), basta la realización de ésta con la debida


diligencia, para que quede cumplido el contrato y, por tanto, para que el colaborador
tenga derecho a percibir la retribución pactada, independientemente de que la actividad
haya permitido o no alcanzar el resultado pretendido.

En los contratos de resultado, la obligación no se entenderá cumplida hasta que se


alcance dicho resultado, de lo que dependerá que nazca –o no- el derecho del
colaborador a percibir la retribución correspondiente. Y la falta de obtención del
resultado, aun por causa de fuerza mayor o caso fortuito, determinará que la actividad

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Documento elaborado por la Profª Sara Menor, a partir de la bibliografía indicada, para la materia
“Derecho Mercantil II”.
desarrollada quede sin retribución, con lo que el riesgo del fracaso de la actividad
realizada, será para quien la ha desarrollado.

La distinción entre uno y otro grupo de contratos (que tiene una gran relevancia
práctica), no siempre resulta fácil, debido a la frecuente utilización de figuras atípicas y
mixtas, así como a la equívoca terminología empleada en la denominación y estatuto
jurídico-profesional de algunos profesionales y empresarios que las realizan.

2. COLABORADORES DEPENDIENTES O AUXILIARES SUBORDINADOS

Son auxiliares del empresario, aquellas personas que prestan sus servicios retribuidos,
de modo permanente y estable, en el propio establecimiento o fuera de él, en virtud de
un contrato laboral (general o especial), integrándose en la organización creada por el
propio empresario (existe una relación de dependencia directa entre el auxiliar y el
empresario).

Pero esta categoría de personas no es homogénea:

- Por un lado están los auxiliares cuya colaboración en la empresa se materializa sin
entrar en relación contractual con terceros, mediante la prestación de servicios
intelectuales (ej. ingenieros, químicos, economistas o empleados de oficina con contrato
de trabajo) o manuales (ej. mozo de almacén). En estos casos los auxiliares carecen de
poder de representación.

- Por otro lado están los auxiliares que participan de la actividad exterior de le empresa,
entrando en relaciones contractules con terceros, por cuenta del empresario. Estos
sujetos están dotados, necesariamente, de ciertas facultades representativas que les
permiten realizar, en nombre y por cuenta del empresario, actos jurídicos integrantes del
tráfico del establecimiento. En esto radica precisamente la especialidad en el Derecho
mercantil en materia de representación voluntaria: los auxiliares que, por razón del
puesto asignado en el establecimiento, estén en relación con terceros, gozan, sin
necesidad de un otorgamiento expreso, de los poderes necesarios para el ejercicio
de la función a ellos encomendada. Así, en atención a la apariencia que genera la
actuación de estos auxiliares en el tráfico, la Ley establece la presunción de que cada
colaborador subordinado tiene el poder necesario para el ejercicio -frente a terceros- de
las funciones que le hubieran sido atribuidas.
En el Derecho mercantil español, esta especialidad del apoderamiento de los auxiliares
dependientes no se formula con carácter general, sino para cada uno de los tipos de
auxiliares.

3. COLABORADORES AUTÓNOMOS O INDEPENDIENTES

Son aquellos sujetos que ayudan al empresario en la realización de su actividad, pero no


están sometidos a su subordinación jerárquica, y están al margen de la empresa.

Así, en cuanto tienen autonomía de gestión y actúan en nombre propio, también


adquieren la calificación de empresarios y son titulares de su propia empresa.

La relación que existe entre el empresario principal y los colaboradores autónomos es


un contrato mercantil.

BIBLIOGRAFÍA utilizada en la elaboración del presente tema

- BROSETA PONT, M. / MARTÍNEZ SANZ, F., Manual de Derecho Mercantil, II


tomos, Tecnos, Madrid, última edición.
- JIMÉNEZ SÁNCHEZ, G. J./ DÍAZ MORENO, A. (Coords.), Lecciones de Derecho
Mercantil, Técnos, Madrid, última edición.
- MENÉNDEZ, A./ ROJO, A. (Dirs), Lecciones de Derecho Mercantil, Civitas-
Thomson Reuters, Madrid, última edición.
- SÁNCHEZ CALERO, F., Instituciones de Derecho Mercantil, II tomos, Aranzadi-
Thomson Reuters, Madrid, última edición.

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