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MIGUEL VILLORO TORANZO

PROFESOR DE FILOSOFÍA DEI, DERECHO EN I.A. I.JNIVERSIDAD


IBEROAMERICANA Y EN Lq, ESCUEIA LIBRE DE DERECHO

TEORIA GENERAL
DEL DERECHO
LO QUE ES. SU METODO.

QUINTA EDICIóN

. ÉC.GO rn 'Vi 4

EDITORIAL PORRUA
AV. REPÚBLICA ARGENTINA, 15
MÉxrco, 2oob
I) *"-5073+
I. UN PRESUPUESTO INSOSLAYABLE

La Teoría General del Derecho (: rcn) parte del presu-


puesto que el Derecho es una realidad razonable, que es una
realidad coherente. Tal vez esta afirmación no se hace explí-
citamente. Tal vez, si se formula explícitamente
--como lo
acabamos de hacer-, la primera reacción de algunos, sobre
todo de aquellos educados en el empirismo.más estricto, es la
de disgusto. Pero el hecho es que ni hay ni puede haber una
rcp si no se admite que la realidad profunda del Derecho
es la de ser un orden racional. Si a algo se opone la rco es
a lo arbitrario, a lo caótico, a lo carente de racionalidad.
En efecto, la misma palabra "teorla" quiere decir una expli-
cación coherente gue es propuesta por alguien con el fin de
entender algo. "Tener una teoría sobre un fenómeno'' signifi-
ca pos€er una interpretación racional de ese fenómeno. La rco
tiene, por lo tanto, la pretensión de proponer un orden racio-
nal apto a servir de instrumento para entender la multiplicidad
de los fenómenos jurídicos bajo un punto de vista que zubraye
lo que tienen en común, la coherencia que los relaciona, la
subyacente estructura lógica que les sirve de enlace.

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2. CÁRÁCTER INSTRUMENTAL Y ARTIFICIAL
DE LA TGD

Como toda teoría la rcp es el resultado de una elaboración


humana. La rco no e¡riste como tal en la realidad. Es el ser
humano el que la fabrica. Más precisamente, es la mente o
inteligencia humana la que la va forjando, con ideas y a partir
de una realidad observada. Pero no es una creación arbitraria,
Artificial, si pero no arbitraria. Artificial es aquello que es
producido por obra consciente del hombre. Arbitrario es aquello
que se hace sin razón suficiente.
La tco se hace para entender la coherencia que relaciona
todos los fenómenos jurídicos; tiene, por lo tanto, un carácter
instrumental, vale en la medida que es un instrumento apto
para la comprensión del Derecho.
?ara que la rcn sea un instrumento válido para entender
al Derechq de alguna manera debe expresar constantes que se
d1n en la realidad jurídica. Por lo tanto, el proceso de crea-
ción dc la teoría __de toda teoría- tiene como límite que no
puede traspasar la realidad misma de la cosa observadal si se
aparta de esa realidad, será mala teoría; si Ia respeta y trata
de interpretarla, buena. Por eso decimos que la rco tiene un
carácter artificial pero no arbitrario.
3. ¿QUÉ ESTUDIA LA TGD?

Creo que todos estamos de acuerdo en contestar que lo que


cstudia la tcn es el Derecho. El problema aparece cuando se
trata de precisar lo que se entiende por "Derecho".
La dive¡gencia en lo que se entiende por "Derecho" se
debe o a que se parte de diversas filosofías o a que se maneja
la noción del Derecho bajo distintas concepciones del proceso
científico o a ambas cosatr Pues están estrechamente relacio-
nadas El resultado ha sido que en el largo transcurso de la
historia de las ideas no se ha dado una sola rco sino varias'
La mayoría de ellas son teorías parciales, que sólo toman en
cuenta un aspecto del Derecho pero no su realidad integral o
que, ,partiendo de un concepto limitado de la ciencia, lógica-
menti no pueden llegar más que a conclusiones parciales (el
adjegivo "parcial" lo tomamos aquí en ei sentido de "aquello
que sólo se verifica en parte", no en el sentido de "aquello que
favorece a una persona en detrimento de otras").
Las teorías que parten o de filosofías limitatioras de io que
es el Derecho o de conceptos limitados del proceso científico
zuelen ser válidas en lo quc afirman pero incompletas en la
medida en que ignoran otros aspectos de la realidad jurídica-
Por ejemplo, el Marxismo parte de una noción filosófica del
Derecho que sóIo ue en él una superestructura elaborada por'
la clase dominante para mantener sojuzgadas a las clemás
clases. Ahora bien, creo quc se debe admitir que no pocas*
veces la realidad jurídica responde a esa definición filosófica.-.
Entonces la rco elaborada a partir de cse presupuesto filosó-
fico dará como resrltado una interpretación del sujeto jurídico,.
de la relación de propiedad, del Estado, ctcétera, de ningúnr
modo falsa pero sí limitada en su validez a las circtrnstarrciasi
€n que el presupuesto filosófico csté funcionando. En otras cir-
cunstancias (por ejemplo, cuando se quiere utilizar al Derecho
MIGUEL VILLORO TORANZO

no ya como medio de sojuzgamiento sino como instrumento


de control de los más fuertes y de liberación de los más dé-
biles) las interpretaciones antes propuestas dejarán de ser váli-
das v requerirán una nucva versión.
También se llega a una rcn limitada cuando se parte de
un presupuesto que limita de antemano el proceso científico y
su correspondiente método. Kelsen nos ofrece un buen ejem-
plo de ello. Por sus prejuicios positivistas y por su idea de lo
que debe ser el ¡nétodo de la rco, excluye corno objeto de su
estudio no sólo los aspectos metafísicos del fenómeno jurídico
(,su justicia) sino también los aspectos sociológicos, económicos
y pqlíticos. L¿ conclusión es una excelente teoría de los aspectos
lógicos del Derecho pero una teoría de la cual no se puede (ni
Kelsen quiere) afirmar quc abarca la integridad del Derecho.
Las teorías parciales sobre el Derecho (aquellas que sólo
toman como "Dereche" una parte del mismo o aquellas que,
tomándolo en su integridad, sólo quieren estudiarlo bajo urra
perspectiva limitada) rigurosamente no deberían llamarse "ge-
nerales'. Pero con frecuencia los defensores de las mismas sí las
consideran agi, porque creen que sus limitaciones (o tlel objeto
material o del objeto formal de su cstudio) son absolutamente
requeridas. Así agontece en los dos cjemplos propuestos: tanto
el Marxismo como Kelsen creen, por razones filosóficas, que las
li¡nitaciones por ellos propuestas son insoslayables para hacer
"buena" ciencia del Derecho.
En resumen, la rcn debe estudiar al 'Derecho en su ínte-
Sridad (objeto material de su estudio) y lo debe estudiar bajo
todas las perspectivas (objeto formal de su estudio) por las que
el Derecho sea accesible.
4. MAYOR PRECISIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO;
DISTINCIÓN DE LA FILOSOFfA DEL DERECJIO

Se requiere una mayor precisión, so pena de confundir la


TGD con la Filosofía del Derecho. En efecto esta última inves-
tiga y explica la naturaleza última del Derecho en su integri-
dad: sus causas últimas, según la expresión escolástica.
La rcn de ningún modo da la espalda a la Filosofía del
Derecho, Al contrario, la necesita y no puede existir una autén-
tica rco que no parta de una noción filosófica del Derecho
exprestrmente reconocida y explicitada. Pero la rco no se inte-
resa en la noción filosófica del Derecho en cuanto tal, sino
sólo en cuanto es un instrumento imprescindible para lograr
la investigación que verdaderamente le atañe, a saber, el orden
racional del Derecho en su integridad y tal como se vive en la
realidad.
La diferencia entre Filosofía del Derecho y rcD no es de
objeto material de estudio; ambas se aplican al Dcrccho en su
integridad. La diferencia se da en el objeto formal de estudio
o perspectiva bajo la cual se considera el objeto material. La
filosofía se interesa por la realidad última (ontológica) del
Derecho y quiere saber cómo esa realidad última so relaciona
con el ser humano y afecta o debe afectar su desarrollo. La fi-
losofía del Derecho toda filosofía- plantea la investi-
gación del Derecho -como
en el nivel de las causas últimas; quiere
entcnder la universalidad de los seres y el lugar que ocupa el
Derecho entre ellos. La tco es mucho men(N ambiciosa y se
acerca a las causas próximas; cicrtamente se quiere en contacto
directo con el Derecho positivo pero se distancia un tanto de
él para contemplar el orden racional latente en la globalidad
de los Derechos positivos.
La Filosofía del Derecho, por su enfoque totalizador, está
llamada a reflerimar sobre los principios de la Ciencia del
8 urcug¡. vrLLoRo ToRANzo

Derecho y de la rco, asl como sobre los problemas funda_


mentales de las metodolqgías de estas discipiinas. Además, ra
Filosofla del Derecho con f¡ecuencia se detiene a reflexionar
c6mo debe sar el Derecho y no queda satidecha con la mera
descripción y meditación sobre el -Dcsecho histórico. La distin-
ción entre rcD y Ciencia del Derecho nos ayudará a aclarar
más por contraposición, lo que es la Filosofía del Derecho.
7. PERO ¿ES POSIBLE UNA TCD?

Para quien posee una noción voluntarista del Derecho, cneo


que la mis¡na posibilidad de la rco debería ser negada. En efec-
quien picnsa que el Derecho debe su existencia y sus pecu-
1o,
liaridadcs únicamente al acto de la voluntad del gobernante
legidador, debe reconocer que todo se puede proclamar como
Derechq hasta los actos más arbitrarios y contradictorios del
gobernante. Entonces no sería posible una rcD, porque se po-
dúan dar sistemas jurídicos contradictorios entre sl y carentes
de un mlnimo comrin denominador sobre el cual construir la
rcD. ¿Qué decir ante esta postura de un voluntarismo jurídico
acendrado? ¿La respuesta creo debe ser la siguiente: la rcp sí
es posible porque responde a una orperiencia común a las socie-
da{e9 hulanas organizadas políticamente. En esa experiencia
social, el fenómeno de la proclamac!ón por parte del goberna¡rte
legislador de algo co-o D.recho tambíén e" cr*úrrip"ro toda
sociedad organizada políticamente señala llmites a lo que el go-
bernante puede proclamar como Derecho; fuera de esos límites
qe habla de injusticia, arbitrariedad o absurdo, pero no
de
Dertcho"
En efecto, la rco responde a una experiencia común de las
sociedades o¡ganizadas potíticamentg que se podría describir
así:
,no se puede vivir-como un grupo políticó sin reglas que
regulen las conductas de los miembros del grupo entrJsí y^de
esto6 con la autoridad (de allí el dicho romano: ubi societas
i-bi íus d9"9. hay una sociedad allí hay Derecho); además,
las reglas deben ser vistas como razonables (lo absurdo no puede
ryr regla) y como justas (lo arbitra¡io e injusto tampóco es
Derecho) de acuerdo con los criterios de justicia imierantes
en la cultura del grupo. El Derecho es el fruto maduro de esta
"enperierrcia", eue llamaremos ,,jurldica,' para distinguirla de
otras experiencias humanas. La rco reflexiona sobre la expe_
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14 MrcuEL vrLLoRo roRANzo

riencia jurídica para, a partir de allí, llegar a las constantes


dc lo jurídico. Pero no se ac€rca a Ia experiencia jurídica al
modo de la Filosofía, que la plantea y relaciona con últimas
causas, considerando al Derecho dentro de la totalidad de los
seres. Tam¡roco óe acerca a la experiencia juúdica al modo de
la Antropología, que trata de entender al ser humano en lo que
de espgcífico y diferente de otras especies animales, para
_tiene
lo cual el Derecho le sirve como característica dist-intiva entre
otras. Ni es el enfoque de la Sociología que ve en el Derecho
un fenómeno social que se puede relacionar con otros fenó-
menos sociales, tales como la dominación y el control social.
'La tco contempla a la orperiencia jurídica desde mucho más
cerca, se podría decir que desde su interior, puesto que lo que
le interesa de ella es el instrurnento mismo, son las estructuras
y constantes que están pres€nt€s en los sisternas de Derecho
positivo. La expcriencia jurldica constituye la cantera de la cual
'la
rco, toda rcn, toma sus materiales siempre con la preocu-
pación de encontrar en ellos las constantes unificadoras v es-
tructuradoras de varios sistemas de Derecho. Por eso es prove-
,choso ponderar con más cuidado lo quc cs la cxperiencia jurí-
dica y luego er<aminar la importancia que tiene como cantera
'o venero de la tco.

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