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GRUPO DE MONAGUILLOS

Parroquia Inmaculada Concepción


Diócesis de San Rafael

A LA MAYOR GLORIA DE DIOS

"Quien quiera algo que no sea Cristo,


no sabe lo que quiere;
quien pida algo que no sea Cristo,
no sabe lo que pide;
quien no trabaje por Cristo,
no sabe lo que hace"
-San Felipe Neri
EL PAPA JUAN PABLO II ESCRIBE A LOS
MONAGUILLOS

Queridos monaguillos:
Vuestro compromiso en el altar no es sólo un deber, sino un
gran honor, un auténtico servicio santo. Quisiera ofreceros algunas
reflexiones a propósito de este servicio.
La túnica del monaguillo es particular. Recuerda al vestido que
lleva quien es acogido en Jesucristo en la comunidad. Me refiero al
vestido bautismal cuyo significado profundo explica san Pablo:
"Todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo" (Gál
3, 27).
Si bien a vosotros, queridos monaguillos, os queda ahora ya
muy pequeño el vestido bautismal, os habéis revestido con el de los
monaguillos. Sí, el bautismo es el punto de partida de vuestro
"auténtico servicio litúrgico", que os pone al lado de vuestros
obispos, sacerdotes y diáconos (Sacrosanctum Concilium, n. 29).
El monaguillo ocupa un puesto privilegiado en las
celebraciones litúrgicas. Quien ayuda a misa, se presenta ante una
comunidad. Experimenta de cerca que en todo acto litúrgico
Jesucristo está presente y actúa. Jesús está presente cuando la
comunidad se reúne para rezar o alabar a Dios. Jesús está presente en
la Palabra de las sagradas Escrituras. Jesús está presente sobre todo
en la Eucaristía, en los signos del pan y del vino. ... Él actúa por
medio del sacerdote que "in persona Christi" celebra la santa misa y
administra los sacramentos.
De este modo, en la Liturgia sois mucho más que simples
"ayudantes del párroco". Sois sobre todo servidores de Jesucristo, del
eterno Sumo Sacerdote. Así, vosotros, monaguillos, estáis llamados
en particular a ser jóvenes amigos de Jesús. Profundizad y cultivad
esta amistad con Jesús. Descubriréis que habéis encontrado en Jesús
un auténtico amigo para toda la vida.
Con frecuencia el monaguillo lleva en su mano una vela.
Recuerda a lo que dijo Jesús en el Discurso de la Montaña: "Vosotros
sois la luz del mundo" (Mt 5,14). Vuestro servicio no puede quedar
limitado al interior de la Iglesia. Debe irradiarse en la vida de todos
los días: en la escuela, en la familia y en los diferentes ámbitos de la

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sociedad. Pues quien quiere servir a Jesucristo dentro de la iglesia
tiene que ser su testigo por doquier.
¡Queridos niños! Vuestros contemporáneos esperan la
auténtica "luz del mundo (cf. Jn 1,9). No tengáis vuestro candelero
sólo dentro de la iglesia, llevad la llama del Evangelio a todos los que
están en las tinieblas y viven un momento difícil de su existencia.

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1. SER MONAGUILLO
No hay ningún oficio humano que se pueda
comparar al del monaguillo que ayuda en la Santa
Misa.
Para todo cristiano, la Misa es la fuente de su
vida y culminación. Para el monaguillo, con mayor
razón, debe amar la celebración eucarística, pues
en ella está presente Jesús, el Señor, de un modo
especial y único.
Ayudar en la Misa es:
a) asistir al Santo Sacrificio de Cristo.
b) ser, en cierto modo, representantes de
todos los fieles de la Iglesia.
e) asistir al Sacerdote sirviéndole en el altar
del Sacrificio.

¿Qué es ser monaguillo?


En cualquier diccionario común podemos encontrar la
siguiente definición: “Es el niño que ayuda a Misa y Otros
servicios litúrgicos en la Iglesia.”
Si bien es cierta esta definición, el monaguillo es algo más.
Dice el apóstol San Pablo: “Es preciso que los hombres vean en
nosotros a los ministros de Cristo y a los administradores de los
misterios de Dios” (1 Cor. 4. 1)
Por eso, debemos tomar conciencia de lo que es el oficio de
monaguillo: ya que se cumple un papel muy importante dentro de
la Iglesia. Porque no ayudamos a cualquier hombre, sino al
sacerdote, y el sacerdote es otro Cristo: es el Mismo Cristo, Sumo
y Eterno Sacerdote, el que ofrece cada Santa Misa.
El acólito o monaguillo asiste al sacerdote en el altar del
mismo modo que los ángeles asisten en el cielo ante el Trono de
Dios. Así, mediante este oficio, el monaguillo está en contacto
más íntimo con los sagrados misterios que se celebran.

¿Quién me llama a ser monaguillo?

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No hay que ser monaguillo para hacerse ver, para pasear
delante de los demás, ni para pasar el rato con tus amigos, ni para
complacer a los padres o los abuelos. Servir al altar es una misión
muy importante, y la recibimos de Jesús. El es quien nos pide este
servicio, y lo puede hacer hablándonos directamente al corazón
cuando rezamos, leemos la Biblia o estamos en la Misa o también
a través de nuestro catequista o sacerdotes, de nuestros padres. Es
conveniente estar atentos a la voz de Cristo.

¿Cómo debe ser un monaguillo?


No basta con ser un buen chico, algo que es totalmente
necesario. Debe tener, ante todo, un gran deseo de servir al Señor,
al sacerdote, a la Iglesia. Debe amar a Jesús de todo corazón y
desear ardientemente que todo el mundo lo conozca y lo escuche.
Para ser un buen monaguillo se necesitan buenas
cualidades y una adecuada preparación:
 PUNTUAL: cualidad importante del monaguillo, para
prepararse bien y sin prisa.
 FIEL: a su compromiso de ayudar, aunque a veces, para ello
deba renunciar a otras cosas que también le gustan.
 CONSTANTE: en las reuniones del grupo, en la catequesis y
en la preparación y participación de la Misa.
 ORDENADO: sabe donde deja las cosas y las coloca en su
lugar luego de usarlas.
 AMABLE: puesto que el trato con Jesús en el altar le ayuda a
verlo presente en las demás personas.
 PIADOSO: le gusta dedicar tiempo a rezar, solo o en
comunidad, a leer la Biblia y a participar de los actos
litúrgicos.
 HUMILDE: está atento a lo que le enseñan y no se enfada
cuando lo corrigen; al contrario, agradece de todo corazón
poder mejorar en el servicio a Dios. Quiere aprender cada vez
más.

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2. CONOCER LA LITURGIA

¿Qué es la liturgia?
La liturgia es el conjunto de signos, símbolos y ritos de la
Iglesia, que acompañan a alguna ceremonia religiosa.
„También se considera a la liturgia como el ejercicio del
Sacerdocio de Jesucristo; una actualización constante de su
Sacrificio Redentor.
Es decir la Iglesia, en nombre de Jesús. Alaba y glorifica al
Padre Eterno, tal como El lo hizo, al descender de su Trono
Sagrado para salvar a los hombres, siendo el mediador entre el
hombre pecador y Dios Santísimo.
Y estas es la finalidad de la Liturgia:
-Dar Gloria a Dios
-Santificar a los hombres.

¿Signos y símbolos?
Los signos y símbolos nos manifiestan siempre alguna cosa.
Por ejemplo, las palabras son signos de nuestras ideas. El saludar a
alguna persona, es señal de respeto hacia el otro; traduce nuestro
sentimiento.
Los signos que manifestamos al exterior, vienen de nuestro
interior, es decir desde adentro hacía afuera. Por ejemplo: el beso
que das a tus padres les muestra tu cariño, y si algún desconocido
te ve, se da cuenta que son tus padres. Y que los quieres mucho.
Por eso nuestra Madre la Iglesia, utiliza varios signos, para que
por medio de los signos sensibles, (palabras o gestos), sabemos lo
que ocurre en la liturgia. El mismo Jesucristo, utilizó varias veces
los signos para enseñamos a nosotros lo que hacía, Por ejemplo
cuando obraba los milagros...
Nuestra fe en lo que es la Santa Misa nos lleva a:
a) un deseo de adoración a Cristo presente en el Altar.
b) respeto a todo lo relacionado con Él: altar, sacerdote cáliz,
el mantel, etc.
c) un orgullo agradecido y gozoso, respondiendo con toda
dignidad a las oraciones en nombre de todos los cristianos.
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d) un afán de atención y diligencia para actuar en servicio al
altar de Dios.
Ten en cuenta que la Misa es una forma de diálogo entre
Jesucristo, representado por el sacerdote, y la Santa Iglesia a la
que tú representas: para eso es necesario aprender bien cada
respuesta, y recítalas con claridad, fuerza y dignidad.
No decir (en voz baja) lo que le corresponde decir al
sacerdote, La iglesia nos enseña a ser verdaderos cristianos.
Porque de los sentimientos de tu interior tienen que salir tus gestos
y actuación en el altar.

Como estar en la Misa:


Cuida de que todas tus posturas junto al altar reflejen respeto
y devoción.
No es correcto estar con las manos en los bolsillos, ni estar
curioseando lo que dice o lee el sacerdote, tampoco debes apoyarte
sobre el altar...
Si te empeñas en cumplir todas estas normas, mostrarás tu
fidelidad a la Santa Iglesia y el amor que tienes a Cristo.

PERMANECER ERGUIDO en posición recta:


ARRODILLADO: erguido, las manos juntas sin cruzar ni mover
los pies.
DE PIE: los pies derechos, las manos juntas.
SENTADO: el cuerpo erguido, las rodillas juntas, las manos sobre
las piernas.
CAMINANDO: despacio. Los ojos bajos. No caminar hacia atrás.

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3. EL SANTO SACRIFICIO DE LA
MISA
El Santo Sacrificio de la Misa, donde se ofrece Jesús, es el
acto más grande y más santo que hay en la tierra.
Pero la Santa Misa no es algo sólo del Señor, todos los
cristianos tenemos en ella una parte importante. La Misa es algo
nuestro; por eso podemos llamarla con razón “nuestra Santa
Misa”.
Sin embargo, es triste observar cómo muchos cristianos
ignoran, no sólo las riquezas que ella encierra, sino también la
parte que le corresponde a cada uno. Por eso, hay tan poca
devoción por la Misa y es tan poco el fruto que alcanzan para sus
almas. En cambio, la Misa bien comprendida y vivida, ¡cómo
fortalece y anima la vida de un buen cristiano! Sólo ella podrá
traer a las personas, a las familias, y a la sociedad entera, la paz, la
justicia, y el amor que tanto necesitamos. Se sabe cuando una
persona, una familia o una sociedad andan bien, según su
participación en la Misa, y su relación con Dios.
Este es un motivo para hacer apostolado, hay que hacer
todos los esfuerzos posibles para que se conozca la santa Misa
cada vez mejor; y que cada cristiano la viva como Dios manda.

El sacrificio de Jesús
Nos enseña el catecismo que nuestros primeros padres, Adán
y Eva desobedecieron a Dios. Y así pecaron. Ese pecado llamado
“original”, lo hereda toda la humanidad. Así las puertas del cielo
quedaron cerradas para todos los hombres.
Pero el Dios Padre, que nos ama tanto, mandó a que su Hijo
se encarnara en el seno de la Virgen María, haciéndose Hombre.
Para Redimirnos del pecado y de la muerte, entregando su vida,
como Sacrificio en la Cruz.
Cristo se dio a sí mismo en precio del rescate por todos. (1
Tim.2,6)
Jesucristo quiso que su sacrificio fuera renovado por la
Iglesia, su Cuerpo Místico, y para eso instituyó la Santa Misa.
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Para quedarse para siempre en medio de nosotros, en ese
sacramento del Amor, que es la Eucaristía. Así, todos los
cristianos podrían cumplir su deber de ofrecer, su sacrificio a
Dios. Recordemos la última Cena, cuando Jesús estaba reunido
con los apóstoles, y después, de hacer la ofrenda de su sacrificio,
consagrando el pan y el vino, mandó a los Apóstoles que hicieran
lo mismo. Les dio el poder sacerdotal para consagrar ellos también
el pan y el vino: Haced esto en memoria mía. Por eso los
sacerdotes renuevan el sacrificio de Cristo hecho en la Ultima
Cena. Que es lo que se realiza en cada Santa Misa.

El sacrificio de la Misa según los santos


El santo cura de Ars, San Juan María Vianney: “Si
conociéramos el valor de La Santa Misa nos moriríamos de
alegría”.
San Anselmo: “Una sola misa ofrecida y oída en vida con
devoción, por el bien propio, puede valer más que mil misas
celebradas por la misma intención, después de la muerte.”
Santo Tomás de Aquino: “La celebración de la Santa Misa
tiene tanto valor como la muerte de Jesús en la Cruz”.
San Francisco de Asís: “El hombre debería temblar, el
mundo debería vibrar, el Cielo entero debería conmoverse
profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en
las manos del sacerdote”.
Santa Teresa de Jesús: “Sin la Santa Misa, ¿que sería de
nosotros? Todos aquí abajo pereceríamos ya que únicamente eso
puede detener el brazo de Dios. Sin ella, ciertamente que la
Iglesia no duraría y el mundo estaría perdido sin remedio”.
San Alfonso de Ligorio: “El mismo Dios no puede hacer
una acción más sagrada y más grande que la celebración de una
Santa Misa”.
Padre Pío de Pieltrecina: “Sería más fácil que el mundo
sobreviviera sin el sol, que sin la Santa misa”... “La Misa es
infinita como Jesús”.
San Lorenzo Justino: “Nunca lengua humana puede
enumerar los favores que se correlacionan al Sacrificio de la
Misa. El pecador se reconcilia con Dios; el hombre justo se hace
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aún más recto; los pecados son borrados; los vicios eliminados;
la virtud y el mérito crecen, y las estratagemas del demonio son
frustradas”.
San Leonardo de Port Maurice: “Oh gente engañada, qué
están haciendo? Por qué no se apresuran a las Iglesias a oír
tantas Misas como puedan? Por qué no imitan a los ángeles,
quienes cuando se celebra una Misa, bajan en escuadrones desde
el Paraíso y se estacionan alrededor de nuestros altares en
adoración, para interceder por nosotros?”.
San Felipe Neri: “Con oraciones pedimos gracia a Dios; en
la Santa Misa comprometemos a Dios a que nos las conceda “.
Santo Cura de Ars: “Sí supiéramos el valor del Santo
Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por
asistir a ella”.
San Pedro Julián Eymard: “Sepan, oh Cristianos, que la
Misa es el acto de religión más sagrado. No pueden hacer otra
cosa para glorificar más a Dios, ni para mayor provecho de su
alma, que asistir a Misa devotamente, y tan a menudo como sea
posible”.
San Bernardo: “Uno obtiene más mérito asistiendo a una
Santa Misa con devoción, que repartiendo todo lo suyo a los
pobres y viajando por todo el mundo en peregrinación”.
Santo Cura de Ars “Qué feliz es ese Ángel de la Guarda que
acompaña al alma cuando va a Misa”.
Santo Cura de Ars “La Misa es la devoción de los Santos”.
San Francisco Javier Bianchi “Cuando oigan que yo no
puedo ya celebrar la Misa, cuéntenme como muerto”.

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4. EL LUGAR DEL SACRIFICIO
La Santa Misa se celebra en un sitio especialmente dedicado
al servicio del Señor, llamado „Templo o Iglesia”
Dios había ordenado a Moisés que construyera un Templo
en el desierto, el cual se llamaba Tabernáculo, donde se guardaban
las Tablas de la Ley, y el Maná que Dios les había dado.
Con esto, Dios demostraba la necesidad de que exista un
sitio especial para la oración, los sacrificios, y para que el
sacerdote enseñe lo que El mismo mandaba.

Los templos cristianos


Jesús instituye la Eucaristía en el Cenáculo, que fue por eso
el primer templo. Luego se comenzaron a usar habitaciones
especiales, y tres siglos más tarde se empezaron a construir
Iglesias, proviene de la palabra griega: “Ecclesiae”, que significa
reunión o asamblea. Las Iglesias católicas son las únicas que
tienen Ambón y Altar.

El presbiterio
El presbiterio es el espacio en el que se sitúan los sacerdotes
y los ministros, siempre está en el lugar más elevado del templo,
en él se encuentran:
 El Sagrario
 El altar
 El ambón
 La sede

El SAGRARIO: el lugar más importante, porque contiene


las hostias consagradas, es decir, a Jesús Eucaristía vivo realmente
EL ALTAR
Los altares de nuestras iglesias representan a Cristo. Y son
de piedra porque Jesús es la piedra angular. O sea el fundamento
de la Iglesia Católica. Es muy importante, pues es donde se
ofrece el sacrificio. El altar se cubre con un mantel, para
recordar los lienzos que envolvieron el Cuerpo de Cristo al ser
sepultado.
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En el medio se coloca un crucifijo, símbolo del sacrificio
de Cristo en la Cruz.
En cada lado del Altar han de estar los candelabros con las
velas encendidas, que al arder y consumirse, representan el
sacrificio de nuestras vidas, en ofrenda a Cristo.
EL AMBÓN
Es el lugar de la proclamación de la Palabra de Dios. Ahí
habla Cristo, y por lo tanto debe tener la dignidad que
corresponde a su presencia.
LA SEDE
Es el lugar donde se sienta el sacerdote que preside la
misa. Él, por haber recibido el sacramento del orden, hace
presente a Cristo. Por eso su lugar también debe ser digno.

Existen, en las Iglesias más grandes otros lugares muy


importantes, los cuales son:
El bautisterio: se trata de una capilla destinada al
Bautismo, suele estar o a un costado del presbiterio o en la
entrada. En la misma está la pila bautismal.
El confesionario: el lugar destinado a la confesión, de
un lado el lugar del sacerdote para sentarse y del otro del
penitente, para arrodillarse. Generalmente separado por una
rejilla.
La Capilla del Santísimo: En algunas Iglesias, el
Sagrario no se encuentra en el centro sino que a un costado del
altar se ubica una pequeña Capilla donde está el Sagrario que
contiene a Cristo Eucaristía.

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5. OBJETOS SAGRADOS
Para celebrar la misa y las demás acciones litúrgicas son
necesarios distintos objetos. Algunos de ellos son totalmente
indispensables, mientas que otros colaboran a la belleza y el
decoro de la celebración. El buen monaguillo debe saber el
nombre de cada uno de ellos y para qué sirven.
LA CRUZ. Es el signo de nuestra redención, del sacrificio
de Cristo y de su victoria sobre la muerte. La situamos sobre el
altar o cerca de él, de modo que todo el pueblo la pueda ver bien.
También abre las procesiones litúrgicas.
LOS CANDELABROS. En ellos ponemos las velas para
que iluminen nuestras acciones litúrgicas, y se sitúan sobre el
altar o a su alrededor, colocados de modo que el conjunto resulte
armonioso. También acompañan a la cruz en las procesiones, a
ambos lados, así como la proclamación del evangelio.
LA PALIA: es
una pequeña tapa
cuadrada, con la que el
sacerdote cubre el cáliz
durante la Misa, para
impedir que alguna
impureza caiga sobre la
Sangre de Jesús.
LA PATENA: es
un pequeño recipiente
redondo en el que se
coloca la hostia del sacerdote. Debe ser de materiales nobles.
EL PURIFICADOR: es un pequeño lienzo de tela blanca
rectangular, que el sacerdote usa para limpiar el cáliz. Se coloca
encima del caliz, tiene una cruz en el medio.
EL CÁLIZ: de entre los objetos necesarios para celebrar
la misa, merecen un honor especial los vasos sagrados,
especialmente el cáliz y la patena, en los que se ofrecen el pan y
el vino, se consagran y se comulga. Debe ser de materiales
nobles. El cáliz tiene forma de copa, y en él se pone el vino que

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ha de ser consagrado.
EL CORPORAL: Es una pieza de tela cuadrada que se
pone sobre el altar cuando se preparan las ofrendas, y sobre ella
se depositan el pan y el vino de la Eucaristía. El nombre
proviene del Cuerpo del Señor que reposará sobre él en la
celebración de la misa. También se utiliza para la adoración del
Santísimo, y puede ponerse también sobre una mesilla cuando se
lleva la comunión a los enfermos.
EL LAVABO: Con esta expresión, además de indicar el
gesto de lavar las manos al sacerdote que preside la eucaristía
antes de la plegaria eucarística, también queremos significar los
utensilios que empleamos para ello: una jarra con agua, un
recipiente para ponerlo bajo las manos y recogerla, y el
manutergio con que se seca.
MANUTERGIO: tela que sirve para secarse las manos
del sacerdote, después de purificarse las manos. Tiene una cruz
en los extremos o es liso.
LAS VINAJERAS: Son dos
recipientes de vidrio o metal, que
contienen una el vino y otra el agua
para el cáliz, que utiliza el sacerdote
en la Misa.
COPÓN: es un vaso sagrado
parecido al Caliz, contiene las hostias
consagradas. Se guarda en el sagrario con el
Santísimo, lleva una tapa con una cruz. Se
le coloca una tela que lo recubre, cuando el
Santísima está dentro, llamada “Conopeo”
EL CUBRE CALIZ O VELO DEL
CALIZ: es una tela cuadrada del mismo
color de la casulla que lleva el sacerdote. Se
usa para cubrir el Cáliz y patena hasta la
presentación de los dones y se vuelve a
cubrir, luego de purificar.

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LA CARPETA: se coloca
sobre el cubre Cáliz, para guardar
el corporal antes y después de
usarlo. Hace juego con el cubre
Cáliz y los ornamentos de Misa.
BANDEJA DE COMUNIÓN: bandeja
que utiliza el monaguillo, acompañando al sacerdote
en el momento de la distribución de la Comunión,
para impedir que caigan partículas al suelo.
CUSTODIA: Es un objeto sagrado de
metal (los hay muy artísticos y ornamentados) en el
que se coloca la eucaristía, en el “viril” o luna, para
mostrarlo a los fieles. Se usa sobre
todo para la procesión del día de
Corpus y en la exposición mayor del
Santísimo

TURIBULO O INCENSARIO: objeto


sagrado para quemar el incienso durante las Misas
Solemnes de fiesta, precesiones y la bendición del
Santísimo.
NAVETA O PORTAINCIENSO: objeto en
forma de “nave”, para guardar el
incienso que se colocará en el turíbulo
en las ceremonias sagradas.
PORTAVIATICO: objeto
dorado redondo (parece un reloj
antiguo) para llevar el Santísimo por el
sacerdote, diácono o ministro, a los enfermos.
ACETRE: recipiente que se llena con
agua bendita, se utiliza en las grandes
Solemnidades, durante el acto penitencial o
para bendecir objetos.
EL HISOPO: Es el objeto que sirve

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para asperjar con agua bendita, y consiste en un Instrumento
metálico que lleva en la cabeza del mango una bola con agujeros
que retienen y esparcen el agua.
CRUZ PROCESIONAL: cruz alta que preside las
procesiones de entrada y salida de Misa.
EL CIRIO PASCUAL: Es un cirio grande que se
enciende al principio de la Vigilia Pascual y que simboliza la luz
de Cristo resucitado. Durante todo el tiempo de Pascua está en el
presbiterio, preferentemente junto al ambón, y luego el resto del
año está en el baptisterio.
LA CREDENCIA:. Es una pequeña mesa situada en el
presbiterio, en un lugar discreto, sobre la que colocamos los vasos
sagrados antes de llevarlos al altar, y todas las demás cosas que
necesitamos en un momento determinado durante la celebración.
LOS OLEOS SANTOS: recipientes de
metal con tapa, que contienen los santos
oleos: Santo Crisma (para la Confirmación
y Bautismo); Oleo de los Catecúmenos
(Bautismo) y Oleo de los enfermos
(Unción de los enfermos)

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6. EL REVESTIMIENTO ANTES DE
LA MISA
Para asistir a la Misa el Monaguillo debe prepararse
anteriormente, haciendo silencio y pensando en lo que se va a
hacer. Luego debemos prepararnos exteriormente.
El Sacerdote, junto con los monaguillos se revisten con los
ornamentos litúrgicos. ¿Por qué?
Así como el policía tiene su uniforme, el maestro su
guardapolvo, el cocinero su delantal, etc. Y usan ese uniforme o
vestimenta para cumplir su tarea u oficio, así la Iglesia utiliza
ornamentos especiales cuando se trata de la celebración del más
grande de los Misterios.
Antiguamente Dios había ordenado a Moisés que los
sacerdotes debían usar para el sacrificio ornamentos sagrados.
“Harás para Aarón (sacerdote) vestiduras Sagradas, que le den
majestad y esplendor”.
Harás, pues, estas vestiduras sagradas para que ejerzan mi
sacerdocio”. (Éxodo 28, 2 -4)
Decía San Ambrosio: “no se deben celebrar los sacramentos
del Señor con los vestidos que nos sirven para los demás usos de
la vida. La Iglesia tiene un traje para el ministerio y otro para el
uso común”
Por eso los ornamentos del sacerdote deben estar
previamente bendecidos, y no ser utilizados en obras de teatro,
representaciones u otros fines por más piadosos que sean, ya que
es sólo para uso sagrado.

SIGNIFICADO DE LOS ORNAMENTOS


Si leemos las oraciones que dice el sacerdote cuando se
reviste, podemos darle un significado a los ornamentos
comparándolos a la pasión de Cristo.
Así el amito simboliza la venda con el que cubrieron los ojos
del Señor, el alba el manto de burla que le puso Herodes; el
cíngulo la soga con que fue apresado en el huerto y arrastrado, o
también los látigos con que le pegaron; la estola, el peso de la
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cruz que cargó; la casulla el manto rojo con que lo cubrieron los
soldados.
EL AMITO: Es un lienzo de hilo
blanco, que cubre los hombros.
En la edad Media, el Amito fue
usado como una Capucha para
proteger la cabeza en la Iglesias.
Simboliza el casco de guerra. El
sacerdote y el monaguillo al ir al altar, deben recordar que
retornan al ataque contra el demonio iniciado por Cristo, cuando lo
venció en la Cruz. La oración que dice el sacerdote es: “Coloca,
Señor, sobre mi cabeza el casco de salvación, para que pueda
vencer los ataques del demonio.”
EL ALBA: Es una larga túnica que toma el nombre de su
color (blanco). La blancura indica la gran pureza
que debe caracterizar a los servidores de
Cristo. Simboliza la dignidad de la casa de
Dios. La blancura del alba nos recuerda que
debemos purificamos del pecado y ser blancos
y puros como la Hostia. Al vestirse el sacerdote
dice: “Purifícame Señor, y limpia mi corazón
para que, lavado con la Sangre del Cordero,
merezca participar en las alegrías
celestiales”
EL CÍNGULO:
Es la cuerda que atada a la
cintura, sirve para sujetar el alba.
Simboliza la humildad, la pureza y la
castidad. Se dice la siguiente oración.
“Cíñeme, Señor con el Cíngulo de la
pureza y apaga en mi cuerpo el ardor
de la concupiscencia para que
permanezca siempre en mí la virtud de la
continencia y de la castidad”.
LA ESTOLA: Es una
banda angosta de tela, que cuelga del cuello. La usaban en la
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antigüedad los que hablaban en público, como signo de distinción
y autoridad. Por eso la Iglesia lo toma para que la use el sacerdote,
ya que él predica en público la Palabra de Dios. Significa el poder
del Orden Sagrado.
LA CASULLA: Es un gran
manto redondo, muy ancho, con una
sola abertura para que por ella el
sacerdote pueda pasar la cabeza.
Casulla significa, “casa pequeña”,
casita. Es la principal y la más
hermosa de las vestiduras del
sacerdote, Siempre cubre el
pecho y la espalda, y simboliza el
yugo de la Cruz de Cristo, que el
sacerdote debe llevar.
LA DALMATICA: túnica
exterior, con mangas cortas; se usa en
lugar de la Casulla por el diácono.
Simboliza la alegría y la felicidad de la
dedicación a Dios y el servicio de la
Iglesia.
CAPA PLUVIAL: ornamento
sagrado llevado por el sacerdote o el
diacono para ceremonias fuera de la
Misa: procesiones, bautismos,
bendición con el Santísimo, etc. Si es
para el Santísimo o el Bautismo, es
de color blanco; Procesiones del
Viernes Santo y Domingo de
Ramos es rojo; etc.
PAÑO HUMERAL:
Es el paño que se pone
sobre los hombros el
que, por ejemplo, lleva el Santísimo en una procesión o da con él
la bendición al pueblo. Manifiesta el gran respeto que tenemos por
el Cuerpo de Cristo, digno de la máxima reverenda.

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EL ROQUETE: Se viste sobre la sotana,
y es de color blanco, como un alba
recortada, con mangas algo más cortas de
lo normal, y no se cine a la cintura. Lo
pueden utilizar los ministros para celebrar
la liturgia, siempre que no tengan que
vestir la casulla o la dalmática; tampoco lo
pueden utilizar en la concelebración de la
misa. También se le da el nombre de
sobrepelliz.

LAS INSIGNIAS EPISCOPALES.


El obispo lleva unas insignias que lo identifican como lo
que es, cabeza y pastor del pueblo de Dios, a imagen de Aquel que
es su única Cabeza y Pastor, Jesucristo. Son las siguientes:
* La mitra. Cubre la cabeza con dos bandas que cuelgan
sobre los hombros llamadas ínfulas. El obispo ornamenta su
cabeza con la mitra para significar que representa a Aquel que es
Cabeza del pueblo de Dios.
* El báculo. Es un bastón largo, que recuerda que el
obispo es el pastor de la diócesis, imagen del Buen Pastor,
Jesucristo.
* El anillo. Signo de la fidelidad y del amor del obispo a la
Iglesia.
* La cruz pectoral. Es una cruz que cuelga sobre el
pecho mediante una cadena alrededor del cuello.

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7. LOS COLORES LITÚRGICOS
Los diversos colores de las vestiduras sagradas expresan, a
lo largo del año litúrgico, el carácter propio de cada uno de los
tiempos y fiestas que celebramos.

BLANCO: Representa la alegría, la inocencia, la pureza, la


gloria y la santidad.
Para celebrar todos los misterios gozosos y gloriosos de
nuestro Señor, como ser: Navidad, Pascua, Ascensión, Corpus
Christi, se usa el color blanco.
También las fiestas de la Santísima Virgen, de los Ángeles.
De los confesores y las vírgenes, y los domingos después de
Pascua.
ROJO: Es el color del fuego y de la sangre, del amor y del
sacrificio.
El rojo simboliza la llama ardiente del Espíritu Santo, la
caridad que nos lleva si es necesario hasta dar la vida y triunfar
sobre la muerte. Se usa en las fiestas que se relacionan con la
Pasión del Señor, las fiestas del Espíritu Santo y de los mártires.
VERDE: Es el color del despertar de la primavera, cuando
el paisaje se llena de follaje, de flores y de perfumes. Simboliza la
esperanza. Se usa los domingos después de Epifanía y Pentecostés,
en que la Iglesia nos llama a la perfección cristiana. Nos recuerda
este tiempo llamado ordinario, que vamos en peregrinación hacia
el cielo.
MORADO: Es símbolo de penitencia de humildad, de
retiro y de aflicción. Se usa en los tiempos que la Iglesia manda
hacer penitencia: la Cuaresma y el Adviento.
NEGRO: se usa únicamente en una celebración de
exequias, o sea, el fallecimiento de una persona; tanto de la Misa
como en el responso. Puede usarse el morado también.

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8. CALENDARIO LITÚRGICO
Algunos días son más solemnes que otros, son días más
importantes. Por ejemplo, los días de semana son menos
importantes que el domingo por ser el día del Señor, y la
celebración de la Pascua es mayor que la de cualquier domingo.
Porque en la Pascua se revive el misterio de la Resurrección de
Jesús.
El año litúrgico es distinto al año calendario: Comienza con
la preparación al Nacimiento de Cristo, pasando por su Vida,
Muerte y Resurrección y termina cada año con la gran Fiesta de
Cristo Rey: esperando la segunda Venida
Estos son los tiempos del calendario litúrgico.
1-ADVIENTO: es el tiempo de espera para el Nacimiento de
Dios en el mundo. Es recordar a Cristo que nació en Belén y que
vendrá nuevamente como Rey al final de los tiempos. Dura cuatro
semanas. De color morado. Al terminar, comienza la Navidad
2- NAVIDAD: tiempo bellísimo donde celebramos los
misterios del Nacimiento de Jesús. La Festejamos una semana
entera. Termina con el Domingo de la Epifanía (Reyes), donde
celebramos la manifestación de Cristo a los pueblos de la Tierra.
3- CUARESMA: viene de “cuarenta días”, 40 días de penitencia
y preparación a la Pascua. Comienza el miércoles de Ceniza y
culmina hasta el Jueves Santo: día de la Ultima Cena. Es un
tiempo de imitar a Cristo en la Penitencia por nuestros pecados y
arrepentimiento. Color morado
4- PASCUA: es el tiempo en el que celebramos el triunfo de
Cristo sobre la muerte al Resucitar. Es un tiempo de paz, alegría y
esperanza. Consta de 50 días, desde el Domingo de Pascua hasta la
Venida del Espíritu Santo, el día de Pentecostés. Es Color es el
blanco.
5. TIEMPO ORDINARIO: Es el tiempo durante el año
normal, sin tiempos litúrgicos fuertes, culmina con la Fiesta de
Cristo Rey. El color característico es el verde.

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EL SANTORAL: corresponde a las fiestas de los Santos
venerados por toda la Iglesia según el día en que se celebra su
memoria durante el año (color litúrgico según el Santo).
DÍAS DE PRECEPTO:
 Los Domingos
 1 de Enero (Santa María Madre de Dios)
 15 de Agosto (Asunción de la Virgen)
 8 de Diciembre (Inmaculada Concepción)
 25 de Diciembre ( Natividad del Señor)

AL ENTRAR EN LA IGLESIA

En cada sagrario del mundo, está Jesús, nuestro mejor amigo


esperándonos. Por eso, al entrar a la Iglesia, debernos hacerlo con
mucho respeto y reverenda. Copia de El la alegría y el respeto con
que entraba en el Templo de Jerusalén. Haz la genuflexión, que es
señal de adoración al Señor.
Avanza hacia el altar con tranquilidad, y sin correr. Y
colocándote en los primeros bancos, arrodíllate un momento para
hablar con Jesús, porque a El le gusta oírte.

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9. EL MONAGUILLO DURANTE LA
MISA

INICIO
Los monaguillos llegan con tiempo suficiente a la sacristía
para revestirse y preparar lo necesario para la misa. Cuando llega
el sacerdote le asisten en todo lo que indica y, finalmente, le
ayudan también a revestirse.
Con un momento de silencio, mirando al crucifijo de la
sacristía, todos se preparan para empezar. Se organiza la
procesión: primero el turiferario (que ha presentado al sacerdote el
incensario antes de salir para que ponga incienso); luego el
ministro con la cruz y los demás con los cirios a ambos lados. Si
hay diácono, sigue con el libro de los evangelios (si no lo hay,
pueden llevarlo también un monaguillo), y los demás ministros.
Finalmente el sacerdote, solo, concluye la procesión.
Los monaguillos caminarán a un paso ni demasiado lento ni
demasiado rápido, y procurarán hacerlo con elegancia, mirando
hacia delante (no a las personas que hay en la iglesia) y con las
manos juntas sobre el pecho si no tienen que llevar nada. De dos
en dos se dirigen al altar. Al llegar al pie del presbiterio, si los
ministros no son muchos (los que no llevan nada en las manos), se
dividen a derecha e izquierda de modo que el sacerdote quede en
medio; luego se hace la inclinación (genuflexión si está el
Santísimo). Seguidamente el sacerdote sube, y besa el altar.
El turiferario presenta el turíbulo al sacerdote. Se inciensa el
altar, la cruz, y la imagen de la Virgen o el santo titular (en este
momento no se inciensan las personas). Al terminar, el turiferario
se va a su lugar.
Todos los monaguillos, con el sacerdote y toda la asamblea,
hacen la señal de la cruz y responden a las oraciones a una sola
voz con todo el pueblo.

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LITURGIA DE LA PALABRA
Durante las lecturas los monaguillos o acólitos escuchan
atentamente la Palabra de Dios, sentados con las manos sobre las
rodillas. Si alguno de ellos debe proclamar alguna lectura lo hará
en su momento. Al terminar la lectura, volverá por el mismo
camino a su lugar.
Al iniciarse el canto del aleluya (o, durante la Cuaresma, de
la aclamación correspondiente) todos los monaguillos se ponen de
pie y los que hayan sido designados para ello acompañarán al
sacerdote o al diácono al ambón, yendo delante de él. Se ponen a
ambos lados, mirando al ministro que leerá el evangelio (nunca de
cara a la asamblea). Escucharán la lectura evangélica con
devoción. Al terminar, volverán a su lugar por el mismo camino,
dejando los cirios, si los han llevado. Todos los monaguillos
escucharán la lectura evangélica mirando al ambón desde el que se
proclama. Se girarán hacia el ambón cuando oigan el saludo El
Señor esté con vosotros, y abandonarán esta posición después de
la aclamación final Gloria a ti, Señor Jesús.
Si en el evangelio se utiliza el incienso, el turiferario y el
encargado de la naveta lo irán a buscar oportunamente, de modo
que durante el canto del aleluya lo puedan presentar al sacerdote y
este no tenga que esperar por este motivo. (Este es un punto muy
importante: los monaguillos no tienen que hacerse esperar nunca:
deben actuar con precisión en el momento adecuado. Es mejor que
tengan que esperar ellos, que lo contrario). Con el turíbulo van
delante del que proclamará el evangelio y se lo ofrecen después de
que este haya anunciado: Lectura del santo evangelio según san...
Naturalmente, como tienen las manos ocupadas no harán la señal
de la cruz. El terminar, retornarán el turíbulo su lugar.
Durante la homilía estarán sentados en su lugar escuchando
con atención. Para el credo se ponen de pie, y así siguen durante la
oración de los fieles. LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Preparación de las ofrendas


Si hay procesión, los monaguillos designados se pondrán a
los lados del sacerdote para recoger de sus manos las ofrendas que
le traen, para depositarias luego a un lado del altar. El sacerdote lo
25
recibe y lo distribuye sobre el corporal. Finalmente pone el vino y
el agua en el cáliz. Las vinajeras las sostiene el monaguillo
mientras el sacerdote se sirve, y lo hace de modo que puedan ser
tomadas cómodamente, es decir, con el asa hacia el exterior.
Si hay incienso, el turiferario acercará el incensario al
sacerdote por el lado derecho del altar, acompañado por el que
lleva la naveta a su izquierda. Después de poner el incienso, el
turiferario no cerrará el incensario hasta que el sacerdote haya
bendecido el incienso humeante haciendo la señal de la cruz.
Entonces se lo dará de tal modo que el sacerdote pueda tomarlo
con la mano adecuada. Luego, el monaguillo toma el incensario de
manos del sacerdote y lo inciensa a él, y seguidamente a la
asamblea. Luego retira el incensario a su lugar.
Mientras se realiza este
rito, los monaguillos
encargados de servir el lavabo
ya se preparan, y cuando se ha
terminado de ofrecer incienso
(o, si no lo hay, después de
poner el vino y el agua en el
cáliz) se acercan al sacerdote:
un monaguillo le derramará el
agua sobre las manos,
aguantando con la derecha la
jarra y con la izquierda el
recipiente para recogerla, y
llevará el manutergio sobre la
izquierda. Al terminar,
devolverán el lavabo a la
credencia, y ellos a su lugar.

LA CONSAGRACIÓN
Es la parte principal de la Santa Misa.
Cuando el sacerdote pone las manos sobre las ofrendas que
va a consagrar, todos se pondrán de rodillas. Mientras él levanta la
Hostia y el Cáliz consagrados, toca tú como signo de adoración la
campanilla. Mientras eleva el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
26
levanta tus ojos y contempla a Dios presente en el Santísimo
Sacramento de la Eucaristía. Adóralo y reconócelo como tu Señor
y tu Amor.
Junto con el sacerdote rezarás el Padrenuestro.
En el saludo de la paz, si el sacerdote te saluda, tú lo harás
con un abrazo poniendo tus manos bajo sus codos.

LA COMUNIÓN
Ahora los fieles han de
acercarse al Banquete Sagrado del
Altar. No puede haber participación
verdadera en la Santa Misa, si no
nos unimos a Cristo en la
Comunión. Para recibir el Cuerpo
de Cristo, deben los fieles
prepararse debidamente, con alguna
oración, o algún acto de amor y
adoración interior.
Cuando el Sacerdote va a
distribuir la comunión, deberás
acompañarlo con la Patena en la
mano, poniéndola con cuidado
debajo de la Eucaristía, para recoger las partículas que se podrían
caer. Sabemos que en esas pequeñas partículas también está
Cristo, sería una irreverencia si la dejásemos caer al suelo. Por
eso, evita poner los dedos encima de la patena.
Cuando todos los fieles hayan comulgado, entrégale la
Patena al Sacerdote para que la purifique.
Luego le echarás agua de la vinajera sobre los dedos que él
tiene arriba del cáliz, y así lo purificará también. Una vez
terminada la purificación, el Sacerdote te dará el cáliz cubierto, y
tú lo llevarás y lo dejarás en la credencia.

ACCIÓN DE GRACIAS
Este momento es muy importante: porque cada fiel tiene a
Jesús sacramentado dentro suyo es el momento ideal para hablar
con El y darle gracias por todos los beneficios recibidos
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AL FINALIZAR LA MISA
Con la cabeza inclinada recibirás la bendición del sacerdote:
y te santiguarás haciendo la señal de la Cruz.
El Sacerdote, dará el saludo final a la comunidad y luego
besará el Altar. Nuevamente formarán la procesión de salida y se
dirigirán hacia la Sacristía.
Al llegar, el sacerdote dirá: „Procit” (que te sea de
provecho). A lo que tu responderás: “Tibi quoque” (a ti también)
(se pronuncia tibi cocue)
Ayudarás al sacerdote recibiendo los ornamentos mientras se
los saca, y luego te cambiarás tú.
Harás, acción de gracias por haber podido asistir a la Misa y
haber comulgado. Si no has recibido la primera comunión, te
servirá para desear mejor a Cristo cuando te llegue el momento.

PARA LAS MISAS SOLEMNES:


La procesión de entrada y salida deberá guardar el siguiente
orden: primero el turíbulo con el incienso, luego la cruz con los
cirios, y luego el Sacerdote.
Aunque esté el Santísimo en el Sagrario, los que llevan el
turíbulo, la cruz o los cirios no se arrodillan, sino que sólo inclinan
la cabeza haciendo reverenda. Luego dejan las tres cosas en sus
lugares. Cuando se lee el Evangelio los cirios se ponen uno de
cada lado del ambón.
El turíbulo con el incienso se prepara cuando va a arrancar la
procesión. Se lleva siempre en la mano izquierda y con la derecha
la naveta.
Al llegar al Altar, lo presentas al sacerdote para que
inciense el Altar, y al terminar te lo dará nuevamente y lo
pondrás en su sitio.
Al final de la segunda lectura, lleva de nuevo el turíbulo y
la naveta a la sede para que el sacerdote ponga el incienso, luego
te paras a un costado del ambón. Cuando el sacerdote dice Lectura
del Santo Evangelio, le pasas el turíbulo, se lo recoges cuando ha
incensado y te quedas quieto hasta que termine el Evangelio, luego
nuevamente lo cuelgas en su lugar, En la procesión de ofrendas,
los monaguillos acompañarán al sacerdote para recibir el pan y el
28
vino y los llevarán a la credencia. Luego se le acerca al sacerdote
primero el cáliz con la hostia, el copón, si hubiera, y luego el vino
y el agua.
Los acólitos pueden preparar el altar sin que el Sacerdote los
reciba. LOS MONAGUILLOS (NIÑOS) ESPERAN EN LA
ESQUINA DEL ALTAR con el cáliz, copón y vinajeras, etc para
que el sacerdote los reciba o les haga una seña para que lo dejen
sobre el altar.
En el ofertorio después que el sacerdote ha bendecido las
ofrendas de pan y vino, tú le presentaras nuevamente el turíbulo.
Él nuevamente incensará las ofrendas junto con el Altar. Al
terminar lo tomarás y lo incensarás a él de frente. Para hacerlo,
traza con el incienso dos arcos a la altura del pecho, tras una pausa
harás lo mismo por segunda y por tercera vez, a la derecha y a la
izquierda. Le haces una reverencia y te diriges al borde del
presbiterio, y desde allí harás lo mismo frente al pueblo.
Cuando todos se arrodillan para la consagración tu lo harás
de frente al altar. Cuando la Hostia se levanta para la adoración tú
la incensarás, luego harás lo mismo cuando levante el Cáliz.
Para la procesión de salida no se pone ya incienso.

Observaciones para cuando el Obispo celebra la


Misa: Al Lavabo, cuando el Obispo se acerca para lavarse las
manos, los acólitos se arrodillan y le ayudan arrodillados. De la
misma manera cuando carga incienso antes del evangelio.

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10. ORACIONES EN LATÍN
PATER NOSTER
CASTELLANO LATÍN FORMA DE
Padre nuestro Pater PRONUNCIARLO
que estás en el cielo, noster, qui es in Pater noster, qüi
santificado sea tu caelis; es in chelis;
Nombre, venga a sanctificetur santifichetur nomen
nosotros tu Reino; nomen tuum; tumm, adveniat reñum
hágase tu voluntad adveniat regnum tuum, fiat voluntas
en la tierra como en tuum; fiat tua, sicut in chelo et in
el cielo. Danos hoy voluntas tua, sicut terra. Panem nostrum
nuestro pan de cada in caelo, et in cuotidianum da nobis
día; perdona terra. Panem hodie, et dimite nobis
nuestras ofensas, nostrum debita nostra, sicut et
como también cotidianum da nos dimitimus
nosotros nobis hodie; et debitoribus nostris; et
perdonamos a los dimitte nobis ne nos inducas in
que nos ofenden; no debita nostra, tentatcionem; sed
nos dejes caer en la sicut et nos libera nos a malo.
tentación y líbranos dimittimus Ámen
del mal. Amén. debitoribus
nostris; et ne nos
inducas in
tentationem; sed
libera nos a malo.
Ámen.

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AVE MARIA
CASTELLANO LATÍN FORMA DE
Dios te salve, Ave Maria, PRONUNCIARLO
María, llena eres de gratia plena, Ave Maria,
gracia, el Señor es Dominus tecum; gratcia plena,
contigo; bendita tú benedicta tu in Dominus tecum;
entre todas las mulieribus, et benedicta tu in
mujeres y bendito es benedictus fructus mulieribus, et
el fruto de tu ventris tui, Iesus. benedictus fructus
vientre, Jesús. Santa Sancta Maria, ventris tui, Iesus.
María, Madre de Mater Dei, ora pro Sancta Maria, Mater
Dios, ruega por nobis Dei, ora pro nobis
nosotros pecadores, peccatoribus, peccatoribus, nunc et
ahora y en la hora de nunc et in hora in hora mortis nostre.
nuestra muerte. mortis nostrae. Ámen
Amén Ámen
GLORIA
CASTELLANO LATÍN FORMA DE
Gloria al Gloria PRONUNCIARLO
padre, y al Hijo, y al Patri, et Filio, et Gloria Patri, et
Espíritu Santo. Spiritui Sancto. Filio, et Spiritui
Como era en un Sicut erat in Sancto. Sicut erat in
principio, ahora y principio, et princhipio, et nunc, et
siempre, y por los nunc, et semper, semper, et in secula
siglos de los siglos. et in saecula seculorum. Ámen
Amén. saeculorum.
Ámen

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11. CONSEJOS DE ORO PARA LOS
ACÓLITOS
1) Considerar UN GRAN HONOR el hecho de ser acólito.
Esforzarse por honrar este cargo y ser fiel a esta gracia.
2) HACER BIEN CADA MOVIMIENTO y con
EXACTITUD.
3) PIEDAD. Gran amor a JESÚS EUCARISTÍA. Hacer una
visita al Ssmo. Cada vez que se vaya a la Iglesia. Acción de Gracias
después de la Comunión. Rosario diario a Nuestra Señora.
4) ESTADO DE GRACIA Permanecer siempre en la amistad
de Dios. Si se cae en pecado confesarse cuanto antes. Huir de las
ocasiones de pecado (TV, malas compañías, malos ambientes, etc.).
5) SERIEDAD Y RESPONSABILIDAD en el cumplimiento
del deber. Tomar con seriedad las órdenes, los avisos, las
ceremonias, los deberes propios del acólito.
6) NO MIRAR hacia los fieles o para cualquier parte durante
las ceremonias.
7) REALIZAR CADA ACCIÓN SOLAMENTE DESPUÉS
DE HABER TERMINADO LA ANTERIOR Sentarse, arrodillarse
y ponerse de pie (no apoyarse cuando se está de pie).
8) ATENCIÓN en las ceremonias. Hacer las cosas bien y
DESPACIO, pero con prontitud y desenvoltura. ENSAYAR
Aprender bien.
9) ORDENADOS Y SINCRONIZADOS en las ceremonias.
Realizar las acciones junto a otros al mismo tiempo; por ejemplo,
las inclinaciones y las respuestas de la Misa. Guardar siempre la
misma distancia con relación al otro acólito.
10) SILENCIO: en la Iglesia, en la sacristía. No hablar en la
Iglesia, no reírse, no hacerse gestos.
11) PRONUNCIAR bien las palabras.
12) RESPETO Y OBEDIENCIA a los sacerdotes, superiores.
13) BUEN EJEMPLO: en el catecismo, en la escuela, en la
calle, en la Iglesia. Observar un comportamiento ejemplar (que
motive a ser imitado). Hacer las cosas con dedicación, piedad y
celo.
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12. REGLAS GENERALES DEL ACÓLITO
COSAS A PREPARAR PARA LA MISA
1.- EN LA SACRISTIA
- Se toman las vestiduras litúrgicas del color litúrgico del día
- Se extiende la casulla y se dobla en pliegues la parte posterior
para que pueda vestirla de un solo movimiento.
- Se coloca la estola, el cíngulo, el alba y el amito.
- Se revisa el cáliz, que tenga encima: purificador, patena,
hostia grande, palia, corporal, velo del cáliz (que puede ser
siempre blanco.
2.- EN LA CREDENCIA
- cáliz
- copón con hostias
- vinajeras con agua y vino
- platillo para comunión
- aguamanil y manutergio
3.- EL PRESBITERIO
- altar, al menos 2 velas, crucifijo
- sede del presidente de la asamblea, y Misal
- atril del ambón, con Leccionario, y adorno del color del día.
- si está el Santísimo en el Sagrario: conopeo y lámpara
encendida.
4.- AYUDAR A REVESTIRSE AL SACERDOTE
- Saluda: "Alabado sea Jesucristo" y se signa con el agua
bendita.
- Pliega la parte posterior del alba para dejar libre el cuello, lo
presenta al sacerdote, le alza una manga, y le indica la otra
- Prepara el cíngulo, con las borlas a la derecha, poniéndolo en
las manos del celebrante por detrás de él, y ajusta los pliegues
del alba para que sean uniformes y no quede dispareja y
arrastre.
- Presenta la estola
- Se prepara a la reverencia al Cristo mientras el sacerdote
viste la casulla.
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12. ALGUNAS INSTRUCCIONES
1.- SEÑAL DE LA CRUZ
Con la
derecha extendida
sobre la frente
dice: "En el
nombre del
Padre"; sobre
el vientre: "Y
del Hijo"; y desde el hombro izquierdo hasta el
derecho: "y del Espíritu Santo"; y juntando las manos
dice: "AMEN".
2.- MANOS JUNTAS
Palmas unidas, dedos extendidos, los pulgares
cruzados.
3.-REVERENCIA O
INCLINACION
¿Qué es?: Es un gesto que se hace para mostrar
nuestro deseo de valorar a una persona o a una cosa.
¿Cómo se hace?: Se hace estando en pie, delante de lo que
voy a reverenciar y se inclina la cabeza despacio.
¿Ante quién o qué cosa se hace la inclinación?:
 Ante el obispo o al sacerdote durante la Misa, cada vez que me
acerco a entregarle algo, a ponerle el libro o a lavarle las
manos. Por el sacramento del orden ambos representan a
Jesucristo, y esta es una manera de honrar a ese Jesús que
representan.
 Ante el Altar. Porque está consagrado y representa a Jesucristo
que se ofrece en él. Esta reverencia se hace también fuera de la
Misa.
 Ante el Crucifijo o las Imágenes. Las imágenes que hay en la
Iglesia han sido bendecidas.
a) Profunda o de cuerpo: doblando la espalda, ante el altar si
no está el Santísimo, a las palabras del Credo "y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de la Virgen María".
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b) Sencilla o de cabeza: al Nombre de las Personas de la
Santísima Trinidad o de la Virgen María.

4.- GENUFLEXION
¿Qué es?: Es un acto de adoración, aquel que se debe sólo a
Dios, por ello se reserva sólo ante la Eucaristía.
¿Cómo se hace una genuflexión?: Se adelanta como medio
metro el pie izquierdo sobre el derecho, y baja la rodilla derecha
hasta que toque el suelo (cerca de tu pie izquierdo). Hazla siempre
mirando hacia el Sagrario, aprovecha a decirle al Señor que le
quieres (porque lo que estás haciendo es un gesto de cariño hacia
El). No la hagas con precipitación, sino despacio, para que El vea
que le quieres.
¿Cuándo se hace?: Siempre que pases por delante del
Sagrario (es conveniente que al entrar en la Iglesia busques el
lugar y desde lejos o acercándote la hagas); al comenzar y al
terminar la Misa si el sagrario está tras el altar mayor; durante la
Misa siempre
que haya pasado
la consagración
y tengas que
cruzar de un
lado al otro del
altar; también se
hace el Viernes

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Santo ante la cruz, ya que ese día no hay Eucaristía, porque no hay
Misa.
5.- SILENCIO Y RESPETO
Jesús dijo: "Mi casa es casa de oración". En el templo y en la
sacristía se guarda respetuoso silencio. Los objetos sagrados se tratan y
usan con el máximo respeto.
6.- COMO DARSE LA VUELTA PARA IR
A ALGUN LADO
a) Si está solo al centro, da la vuelta girando hacia la derecha
b) Si son dos, giran hacia el lado interno (hacia el otro
compañero).
c) Si está solo a un lado, gira al lado del Sagrario o del altar.
Nunca dar la espalda al Santísimo.
7.- COMO SE PORTAN LOS CIRIALES
Con la mano externa lleva el candelero del nudo y con la otra
mano sostiene la base, si son candeleros. Si están en una asta larga, con
la mano externa la sostienen, y con la otra en el pecho o sobre la otra
mano entrelazándola.
8.-POSTURA SENTADO O DE RODILLAS
Cuando estoy
sentado, las manos
tienen que estar sobre
las rodillas.
Y cuando me
arrodillo para la
consagración, mis
manos deben estar
juntas.

9.- COMO SE USA EL INCENSARIO


a) Llevarlo: Con la mano izquierda. El dedo meñique
sostiene el anillo fijo y el pulgar mueve el anillo móvil. Se agita
ligeramente para avivar el fuego. Una vez puesto el incienso no se
agita; salvo en procesiones para incensar el trayecto.

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b) Abrirlo: Con la derecha se jala el anillo libre y se
levantan las cadenas juntas hacia la mitad; se levanta el incensario
lo suficiente para servir el incienso. Luego se baja la tapa.
c) Entregarlo: Por el lado derecho del celebrante, con la
derecha se toma la extremidad y se ponen la izquierda del
receptor, mientras sostiene las cadenas cerca de la tapa con la
izquierda. Se recibe con la izquierda el nudo de las cadenas y la
derecha a la mitad de las cadenas.
d) Incensar: Se hace inclinación profunda; la mano
izquierda con el nudo al pecho; y la derecha eleva el brasero hasta
la altura de la boca, para incensar el objeto o persona con tantos
golpes según indicación, bajando elegantemente el incensario
hasta la altura de los órganos de la vida después de cada grupo de
golpes. Se dan 3 golpes dobles para incensar al Santísimo, la Cruz,
imágenes del Señor, ofrendas, Evangelio, Cirio Pascual, pueblo,
difunto. Se dan 2 golpes dobles para reliquias e imágenes de
santos.
e) Naveta: Si la lleva el mismo acólito del incensario, la
pone en la izquierda para accionar con la derecha. Si es otro
acólito, va a la derecha del incensario, por el lado derecho del
celebrante.
f) Genuflexión con el incensario: lo levanta para que
no toque el suelo.

10.-COMO SE LLEVA LA CRUZ


PROCESIONAL
Detrás del incensario o del agua bendita, acompañado de los
ciriales, sobre la fila de acólitos, con el asta recta (no como
bandera, ni entre las piernas, ni muy levantada), por la hilera de
los acólitos

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13. PATRONO DE LOS MONAGUILLOS

San Tarsicio Mártir de la Eucaristía,


siglo III
Patrón de quienes hacen primera
comunión y monaguillos

"En Roma, en la Vía Apia, el martirio


de San Tarsicio, acólito. Los paganos le
encontraron cuando transportaba el
sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo y
le preguntaron que llevaba. Tarsicio, no
quería arrojar las perlas a los puercos y se
negó a responder; los paganos le apedrearon
San Tarsicio, y apalearon hasta que exhaló el último
Patrono de los suspiro, pero no pudieron encontrar el
monaguillos sacramento de Cristo ni en sus manos, ni en
sus vestidos. Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir y le
dieron honrosa sepultura en el cementerio de Calixto". -
Martirologio Romano.
En un poema, el Papa San Dámaso (siglo IV) cuenta que
Tarsicio prefirió una muerte violenta en manos de una turba, antes
que "entregar el Cuerpo del Señor". Lo compara con San Esteban,
que murió apedreado por su testimonio de Cristo.
El hecho del martirio de San Tarsicio es histórico, pero no
consta que fuese niño acólito como dicen algunos. Normalmente
son los sacerdotes o diáconos los que llevan la Eucaristía a los que
no pueden ir a la Santa Misa y la referencia a San Esteban hace
pensar que Tarsicio fuese diácono. Pero la Iglesia puede confiar la
Eucaristía a un laico en caso de verdadera necesidad.
Según la tradición al joven Tarsicio se le confió llevar la
comunión a algunos cristianos que estaban prisioneros, durante la
persecución de Valeriano.
El santo fue sepultado en el cementerio de San Calixto. No
se ha identificado su sepultura. La iglesia de San Silvestre in
Capite dice tener su reliquia.
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Su fiesta se celebra el 15 de Agosto.
Relato del martirio de San Tarsicio
Valeriano era un emperador duro y sanguinario. Se había
convencido de que los cristianos eran los enemigos del Imperio y
había que acabar con ellos.
Los cristianos para poder celebrar sus cultos se veían
obligados a esconderse en las catacumbas o cementerios romanos.
Era frecuente la trágica escena de que mientras estaban celebrando
los cultos llegaban los soldados, los cogían de improviso, y, allí
mismo, sin más juicios, los decapitaban o les infligían otros
martirios. Todos confesaban la fe en nuestro Señor Jesucristo. El
pequeño Tarsicio había presenciado la ejecución del mismo Papa
mientras celebraba la Eucaristía en una de estas catacumbas. La
imagen macabra quedo grabada fuertemente en su alma de niño y
se decidió a seguir la suerte de los mayores cuando le tocase la
hora, que "ojala"—decía el—fuera ahora mismo".
Un día estaban celebrando la Eucaristía en las Catacumbas
de San Calixto. El Papa Sixto recuerda a los otros encarcelados
que no tienen sacerdote y que por lo mismo no pueden fortalecer
su espíritu para la lucha que se avecina, si no reciben el Cuerpo
del Señor. Pero ¿quién será esa alma generosa que se ofrezca para
llevarles el Cuerpo del Señor? Son montones las manos que se
alargan de ancianos venerables, jóvenes fornidos y también
manecitas de niños angelicales. Todos están dispuestos a morir por
Jesucristo y por sus hermanos.
Uno de estos tiernos niños es Tarsicio. Ante tanta inocencia
y ternura exclama, lleno de emoción, el anciano Sixto: "¿Tú
también, hijo mío?" —"¿Y por qué no, Padre? Nadie sospechará
de mis pocos años".
Ante tan intrépida fe el anciano no duda. Toma con mano
temblorosa las Sagradas Formas y en un relicario las coloca con
gran devoción a la vez que las entrega al pequeño Tarsicio, de
apenas once años, con esta recomendación: "Cuídalas bien, hijo
mío". —"Descuide, Padre, que antes pasaran por mi cadáver que
nadie ose tocarlas".
Sale fervoroso y presto de las Catacumbas y poco después se
encuentra con unos niños de su edad que estaban jugando. —
"Hola, Tarsicio, juega con nosotros: Necesitamos un compañero".
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—"No, no puedo. Otra vez será", mientras apretaba las manos con
fervor sobre su pecho. Y uno de aquellos mozalbetes exclama: —
"A ver, a ver que llevas ahí escondido". Y otro: - "Debe ser eso
que los cristianos llaman <>", e intentan verlo. Lo derriban a
tierra, le dan golpes, derrama sangre. Todo inútil. Ellos no se salen
con la suya. Tarsicio por nada del mundo permite que le roben
aquellos Misterios a los que el ama más que a si mismo...
Al momento pasa por allí Cuadrado, un fornido soldado que
está en el periodo de catecumenado y conoce a Tarsicio. Huyen
corriendo los niños mientras Tarsicio, llevado a hombros por
Cuadrado, llega hasta las Catacumbas de San Calixto, en la Via
Appia. Al llegar, ya era cadáver. Desde entonces el frío marmol
guarda aquellas sagradas reliquias, sobre las que escribió San
Dámaso: "Queriendo a San Tarsicio almas brutales, de Cristo el
Sacramento arrebatar, su tierna vida prefirió entregar, antes que
los misterios celestiales".

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EL PAPA JUAN PABLO II ESCRIBE A LOS
MONAGUILLOS ......................................................................... 2
1. SER MONAGUILLO ....................................................... 4
2. CONOCER LA LITURGIA............................................. 6
3. EL SANTO SACRIFICIO DE LA MISA .................. 8
4. EL LUGAR DEL SACRIFICIO ................................... 11
5. OBJETOS SAGRADOS ............................................... 13
6. EL REVESTIMIENTO ANTES DE LA MISA ...... 17
7. LOS COLORES LITÚRGICOS ................................... 21
8. CALENDARIO LITÚRGICO ....................................... 22
9. EL MONAGUILLO DURANTE LA MISA ..................... 24
10. ORACIONES EN LATÍN ............................................ 30
11. CONSEJOS DE ORO PARA LOS ACÓLITOS ..... 32
12. REGLAS GENERALES DEL ACÓLITO .......................... 33
12. ALGUNAS INSTRUCCIONES ................................... 34
13. PATRONO DE LOS MONAGUILLOS ....................... 38

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