Está en la página 1de 5

Prueba La Araucana

Alonso de Ercilla

Nombres: Catalina Abaroa, Daniela García. Nota:

Curso: Fecha: Puntaje: /33

Canto XX
Los araucanos se retiran con pérdida de mucha gente; Tucapel escapa muy herido,
rompiendo por los enemigos; cuenta Tegualda a don Alonso de Ercilla el extraño y
lastimoso proceso de su historia.

Nadie prometa sin mirar primero Y es malo de sacar de un terrón zumo.


Lo que de su caudal y fuerza siente,
Que quien en prometer es muy ligero, ¿Quién me metió entre abrojos y por
Proverbio es que de espacio se cuestas
arrepiente: Tras las roncas trompetas y atambores,
La palabra es empeño verdadero Pudiendo ir por jardines y florestas
Que habemos de quitar forzosamente; Cogiendo varias y olorosas flores,
Y es derecho común y ley expresa Mezclando en las empresas y recuestas
Guardar al enemigo la promesa. Cuentos, ficciones, fábulas y amores,
Donde correr sin límite pudiera,
Bien fuera destas leyes va la usanza Y, dando gusto, yo lo recibiera?
Que en este tiempo mísero se tiene:
Promesas que os ensanchan la ¿Todo ha de ser batallas y asperezas,
esperanza, Discordia, fuego, sangre, enemistades,
Y ninguna se cumple ni mantiene; Odios, rencores, sañas y bravezas,
Así la vana y necia confianza, Desatino, furor, temeridades,
Que estribando en el aire nos sostiene, Rabias, iras, venganzas y fierezas,
Se viene al suelo, y llega el desengaño Muertes, destrozos, rizas, crueldades,
Cuando es mayor que la esperanza el Que al mismo Marte ya pondrán hastío
daño. Agotando un caudal mayor que el mío?

De mí sabré decir cuán trabajada Mas a mí me es forzoso ser paciente,


Me tiene la memoria y con cuidado Pues de mi voluntad quise obligarme;
La palabra que di (bien excusada) Y así os pido, señor, humildemente
De acabar este libro comenzado: Que no os dé pesadumbre el
Que la seca materia desgustada escucharme:
Tan desierta y estéril que he tomado Quel atrevido bárbaro valiente
Me promete hasta el fin trabajo sumo, Aún no me da lugar de disculparme:
Tal es la furia y priesa con que viene,

1
Que apresurar la mano me conviene. Viéndose abajo y tan herido, luego
Del propósito y salto arrepentido,
El cual, como encerrada bestia fiera, Abrasado en rabioso y vivo fuego.
Ora de aquella y ora desta parte Terrible y más que nunca embravecido,
Abre sangrienta y áspera carrera, Quisiera revolver de nuevo al juego
Y por todas el daño igual reparte, Y vengarse del daño recebido;
Con un orgullo tal que acometiera Mas era imaginarlo desatino,
Allá en su quinto trono al fiero Marte, Que el cerro era tajado y sin camino.
Si viera modo de subir al cielo,
Según era gallardo de cerbelo Cinco o seis veces la difícil vía
Y de fortuna el crédito tentaba,
Pero viéndose solo y mal herido, Que fácil lo imposible le hacía
Y el ejército bárbaro deshecho El coraje y furor que le incitaba:
Y todo el fiero hierro convertido Por un lado y por otro discurría,
Contra su fuerte y animoso pecho, Todo de acá y de allá lo rodeaba,
Se retrujo a una parte, en la cual vido Como el hambriento lobo encarnizado
Quel cerro era peinado y muy derecho, Rodea de los corderos el cercado.
Sin muro de aquel lado, donde un salto […]
Había de más de veinte brazas de alto.
No mucho después desto, yo que estaba
Como si en tal sazón alas tuviera Con ojo alerto y con atento oído,
Más seguras que Dédalo las tuvo, Sentí de rato en rato que sonaba
Se arroja desde arriba, de manera Hacia los cuerpos muertos un rüido
Que parece que en ellas se sostuvo: Que siempre al acabar se remataba
Hizo prueba de sí fuerte y ligera, Con un triste sospiro sostenido,
Que el salto, aunque mortal, en poco Y tornaba a sentirse, pareciendo
tuvo, Que iba de cuerpo en cuerpo
Cayendo abajo el bárbaro gallardo discurriendo.
Como una onza ligera o suelto pardo.
La noche era tan lóbrega y escura
Mas, bien no se lanzó, que en Qué divisar lo cierto no podía,
seguimiento Y así por ver el fin desta aventura
Infinidad de tiros le arrojaron, (Aunque más por cumplir lo que debía)
Que, aunque no le alcanzara el Me vine, agazapado en la verdura,
pensamiento, Hacia la parte que el rumor se oía,
Antes que fuese abajo le alcanzaron: Donde vi entre los muertos ir oculto,
Fue tanto el descargar, que en un Andando a cuatro pies, un negro bulto.
momento
En más de diez lugares le llagaron, Yo de aquella visión mal satisfecho,
Pero no de manera que cayese Con un temor que agora aún no lo niego,
Ni sólo un paso y pie descompusiese. La espada en mano y la rodela al pecho,
Llamando a Dios, sobre él aguijé luego:

2
Mas el bulto se puso en pie derecho, Deja buscar, su cuerpo a esta alma mía;
Y con medrosa voz y humilde ruego Después furioso con rigor procede,
Dijo: «Señor, señor, merced te pido, Que ya el dolor me ha puesto en tal
Que soy mujer, y nunca te he ofendido. extremo
Que más la vida que la muerte temo;
»Si mi dolor y desventura extraña
A lástima y piedad no te inclinaren
Y tu sangrienta espada y fiera saña
De los términos lícitos pasaren: »Que no sé mal que ya dañar me pueda
¿Qué gloria adquirirás de tal hazaña, Ni hay bien mayor que no le haber
Cuando los justos cielos publicaren tenido;
Que se empleó en una mujer tu espada, Acábese y fenezca lo que queda,
Viuda, mísera, triste y desdichada? Pues que mi dulce amigo ha fenecido;
Que aunque el cielo crüel no me conceda
»Ruégote, pues, señor, si por ventura Morir mi cuerpo con el suyo unido,
O desventura, como fue la mía, No estorbará, por más que me persiga,
Con amor verdadero y fe pura Que mi afligido espíritu le siga».
Amaste tiernamente en algún día,
Me dejes dará un cuerpo sepultura,
Que yace entre esta muerta compañía: VOCABULARIO
Mira que aquel que niega lo que es justo Gallardo: valiente.
Lo malo aprueba ya y se hace injusto. Lóbrega: oscura, triste.
Medrosa: temerosa.
Lícitos: justos, permitidos.
»No quieras impedir obra tan pía,
Pía: piadosa, misericordiosa.
Que aún en bárbara guerra se concede,
Que es especie y señal de tiranía
Usar de todo aquello que se puede;

Canto XXI
Halla Tegualda el cuerpo del marido y haciendo un llanto sobre él, le lleva a su tierra.
Llegan a Penco los españoles y caballos que venían de Santiago y de la Imperial por
tierra. Hace Caupolicán muestra general de su gente.

Ella, del bien incrédula, llorando, De una redonda bala atravesado.


Los brazos extendidos, me pedía
Firme seguridad; y así, llamando La mísera Tegualda, que delante
Los indios de servicio que tenía, Vio la marchita faz desfigurada,
Salí con ella acá y allá buscando: Con horrendo furor en un instante
Al fin entre los muertos que allí había Sobre ella se arrojó desatinada.
Hallamos el sangriento cuerpo helado, Y junta con la suya, en abundante
Flujo de vivas lágrimas bañada,

3
La boca le besaba y la herida, Al afligido rostro ni al cabello,
Por ver si le podía infundir la vida. Y aunque yo de estorbarlo procuraba,
Apenas era parte a defendello,
«¡Ay cuitada de mí!, decía, ¿qué hago Tan grande era la basca y ansia fuerte
Entre tanto dolor y desventura? De la rabiosa gana de la muerte.
¿Cómo al injusto amor no satisfago
En esta aparejada coyuntura? VOCABULARIO
¿Por qué ya, pusilánime, de un trago Fenezca, fenecido: muera, muerto.
No acabo de pasar tanta amargura? Faz: rostro, cara.
¿Qué es esto? ¿La injusticia adonde Furor: arrebato, vehemencia, agitación violenta
Infundir: comunicar al alma un don o gracia
llega,
(en este contexto, devolver o darle vida).
Que aún el morir forzoso se me niega?». Cuitada: desventurada.
Pusilánime: falto de valor para tolerar desgracias.
Así, furiosa por morir, echaba
La rigurosa mano al blanco cuello,
Y no pudiendo más, no perdonaba

8. Tras la lectura del fragmento, desarrollen una descripción de los sentimientos, acciones
y aporte en la trama a partir de la intervención de Tegualda. Adicionalmente, numeren las
estrofas donde se encuentra el respaldo de esta información y destaquen con color los
versos significativos (12 puntos).

Tegualda Estrofa y
Versos
Relación de parentesco con el Es la esposa del difunto. En el inicio
guerrero muerto del resumen
del canto XXI
Emoción o sentimiento ante la Estrofa 2 del
muerte del ser querido En Tegualda este suceso genera tristeza. canto XXI,
Esto se nota por el excesivo llanto de ella versos 6, 7, 8
cual abunda en el poema y es
acompañado por un protagónico Estrofa 3 del
sentimiento de furia. La furia y negación canto XXI,
de Tegualda predomina al apenas versos 1, 2.
enterarse de la noticia.

Objetivo del encuentro con el Su objetivo es principalmente acompañar Estrofa 2 del


enemigo a Tegualda con el fin de cumplir su canto XX
promesa. También este encuentro podría versos 2,3,4
resultar en una instancia para compartir
sus penas y dolores, más para Alonso de
cierta forma disculparse y quitar de sí el Estrofa 3 del
sentimiento de culpa que lleva encima. canto XX

4
versos 1, 2, 3

Estrofa 6 del
canto XX
versos 1, 2, 7

Estrofa 14 del
canto XX
versos todos.

Estrofa 18 del
canto XX
versos 6, 7, 8,
9
Nivel de participación de El dios Marte se menciona por primera Estrofa 5 del
dioses vez para referirse al caos de la guerra y a canto XX ,
lo abrumador que es. También se versos 7,8
menciona a Dios, ya que se utiliza el
nombre antes de una oración que va Estrofa 7 del
hacia él. canto XX ,
versos 6,7

Estrofa 15 del
canto XX ,
verso 4

Acción que provoca la Tristemente el amigo falleció de una Estrofa 1 del


compasión del enemigo manera trágica, y también tenía que canto XXI
cumplir una promesa. También al ver a tal versos 1, 2, 3
debilitada mujer por la muerte de su
marido. Estrofa 2 del
canto XX
versos 2, 3

Estrofa 19 del
canto XX
verso 5

Relevancia de sus acciones La relevancia de Tegualda en sí es Resumen del


en la trama relativamente leve, sin embargo, el canto XX.
sentimiento que tiene ella hacia la
situación hace a Alonso empatizar y ver
desde otra perspectiva la muerte.

También podría gustarte