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Localización

Cernuda escribe este poema dentro del libro Como quien espera el alba (1941-
44), una obra que se caracteriza por su tono confesional y meditativo y en el
que el poeta expresa la nostalgia y el deseo de un posible retorno (nótese el
significado del propio título del libro).
Este es uno de los poemas en que el amor de Cernuda por su tierra se expresa
de forma más clara y directa. Más adelante en su vida, el poeta aprenderá a
resignarse y a olvidar la idea del regreso, e incluso renegará de España con
dolidos y punzantes versos.
La intención de este poema de 1941 es, todavía, desahogar la nostalgia del
exiliado por su tierra perdida. Así pues, prevalece la función emotiva del
lenguaje. Pero la emotividad no se muestra de forma descabalgada o impúdica;
no se percibe en el poema un grito de dolor, sino el estado de ánimo de tristeza
en que queda el poeta tras la evocación de sus recuerdos. Y es que la función
poética del lenguaje (búsqueda de la belleza expresiva) consigue sujetar las
riendas de la emoción con una actitud de serenidad clásica que impregnará en
adelante la obra cernudiana.
Produce ese efecto de dominio de los sentimientos la propia disposición
métrica, en cuartetos de versos endecasílabos de corte tradicional. También
imprimen un tono sosegado las preguntas retóricas que cierran el poema y que
Cernuda podría haber sustituido por la fuerza expresiva de unas exclamaciones
más grandilocuentes y enfáticas.
Prevalece en definitiva un tono meditativo, triste y resignado que se expresa
poéticamente con claridad y sencillez expresivas.

Resumen
Luis Cernuda reconoce en Méjico la misma luz de su Sevilla natal y eso le hace
evocarla. Recuerda entonces algunos rasgos como con la luz sosegada, la
llanura de la tierra, los patios andaluces con sus limoneros y sus tapias,
enredaderas, nidos de golondrinas, fuentes y aguas rumorosas. Es el paisaje
de su infancia, una infancia esperanzada en el futuro.

Todos esos recuerdos traspasan su alma de tristeza, pues ya quedan muy


lejos, pero el poeta asegura que no los olvidará, pues son sus raíces.

Tema

El tema del texto es la añoranza de la tierra nativa que siente Luis


Cernuda desde el exilio.
Estructura
El poema aparece dividido en seis estrofas de cuatro versos. Todos ellos son
de arte mayor y de medida irregular aunque siempre en torno a las once
sílabas. El endecasílabo es, por tanto, el verso predominante. Se trata de
versos libres, sin rima.

La estructura temática resulta clara y sencilla, como es la sencillez del propio


asunto tratado.

Los dos primeros versos sirven para introducir el asunto del poema: el poeta
descubre en Méjico la misma luz de Sevilla, y empieza a evocarla.

Hasta el final del cuarto cuarteto, Cernuda va desgranando algunas imágenes


escondidas en sus recuerdos de Sevilla, dedicando dos versos, otra vez, a
cada imagen: la luz (vv. 3-4), la tierra llana (5-6), el limonero (7-8), la
enredadera (9-10), la golondrina (11-12), el agua de la fuente (13-14), los
sueños de la infancia (15-16).

Los cuartetos quinto y sexto devuelven al poeta y al lector a la realidad


presente. Cernuda despierta y siente el dolor de la nostalgia. En la sexta
estrofa destaca el paralelismo sintáctico de tres oraciones retóricas con las que
el poeta reafirma su amor por la tierra nativa.

Métrica y recursos literarios


Deixis: La progresión temática del texto es también sencilla. Hasta el verso 16
encontramos una simple sucesión de imágenes preciosistas y pintorescas de la
Sevilla recordada. Estas imágenes se enumeran sin nexo alguno, pero en el
verso 17 encontramos un pronombre indefinido “Todo” que hace una referencia
anafórica a todas la imágenes anteriores, luego nombrado también mediante el
posesivo “su recuerdo ahora me traspasa”.

En cada estrofa, cada elemento recordado incluye algún deíctico anafórico


propio: adonde (<tierra), cuya barda y al cual (<muro), su música (< el susurro
del agua)

Recurrencia léxica: La palabra “sueño” se repite tres veces en el texto, lo que


hace que el lector vincule un poco el recuerdo de Sevilla con una especie de
sueño del que el poeta, inevitablemente, tiene que despertar finalmente.

Recurrencia semántica: Tiene especial importancia, desde luego, el campo


conceptual de los elementos de la naturaleza en las evocaciones sevillanas:
luz, tierra, limonero, fruto, ramaje, flor, enredadera, golondrina, nido, agua…
Son todos elementos que trasmiten la sensación de inocencia y fragilidad de
aquel mundo perdido. De hecho, tampoco faltan términos que explicitan esas
cualidades: luz sosegada, colores delicados, encanto, formas puras, tierra lana,
mano abierta, flor azul, silencio, música insomne, página blanca.

También resultan importantes las palabras relacionadas con lo psicológico, la


ensoñación o el estado de ánimo de tranquila melancolía: encanto, silencio,
susurro, música, mente, sueño, amor, recuerdo.

Paralelismo sintáctico: La última estrofa incluye, como ya se ha mencionado,


tres preguntas retóricas que vienen formuladas con idéntica estructura
sintáctica: CD + ¿quién + pronombre (CD) + verbo? Esa repetición imprime al
poema una expresividad especialmente intensa al final que, como hemos
comentado anteriormente, viene tamizada por una actitud de triste resignación
del poeta exiliado.

Opinión personal

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