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Institución Educativa: Universidad de Cundinamarca

Programa: Licenciatura en Ciencias Sociales

Asignatura: Geografía Humana

Estudiante: Jhorman Andrey Quebrada Avilán

Docente: Rodrigo Rubio


Geografía de la Población

La geografía de la población es una rama de estudio de la Geografía Humana que se

encarga de analizar e interpretar el crecimiento, la disminución, la concentración y

distribución de los grupos humanos en el espacio geográfico a distintas escalas, desde una

perspectiva espacio-temporal y un enfoque complejo entre flujos y relaciones; sin olvidar,

por supuesto, las características políticas, culturales y sociales de cada uno de ellos.

Tradicionalmente, siendo una de las grandes líneas de la geografía de la población, se ha

primado la comprensión de las diferencias regionales en el poblamiento de la Tierra como

principal tarea del geógrafo interesado en dicha rama (Mendoza, C, 2016, p. 148-149). En

este sentido, la geografía de la población también sería el estudio de los contrastes

demográficos entre distintos territorios, haciendo hincapié especialmente en las

desigualdades espaciales y su relación con los niveles de desarrollo socioeconómico. No

obstante, siguiendo al autor citado, además existe otra línea importante que dio un giro a la

geografía de la población y que muchos autores han optado por llamar Demografía Espacial

(lo cual se vincula con la revolución cuantitativa de los sesenta que desembocó en técnicas

más sofisticadas). Su importancia en el análisis social consiste en la comprensión que puede

brindar sobre la realidad de la población en el mundo y sus dinámicas espaciales (en esta

escala es de dificultad tremenda por la abundancia de personas) y los territorios regionales y

locales (continentes, países, municipios, etc) en relación con las decisiones políticas,

económicas y medioambientales respecto a los problemas de sobrepoblación, migración

irregular, pobreza, desigualdad de la riqueza, hambre, educación, explotación de recursos y

sus consecuencias de desplazamiento, contaminación, morbilidad, entre otros. Tiene especial


utilidad en los planes de desarrollo nacionales e internacionales que buscan supuestamente

la prosperidad, el bienestar y la autonomía de todas las entidades territoriales del mundo.

Pero, en un sentido crítico, es necesario reconocer que esta subdisciplina “ nace y se desarrolla

como herramienta para justificar, organizar y sistematizar las medidas adoptadas por unas

élites intelectuales, económicas y políticas que se plantean gestionar «la población»” (Pérez,

J. 2010). Cristóbal Mendoza (2016, p. 155) ofrece el ejemplo de las políticas selectivas de

control con las esterilizaciones masivas de indígenas en el Perú o Australia, haciendo énfasis

en que no todas las áreas geográficas ni grupos de población son conflictivos en ese asunto

como para aplicarles políticas restrictivas de fecundidad.

Transición Demográfica de Colombia

Primero hay que tener en cuenta qué explican las tasas de natalidad y mortalidad

frente a la transición demográfica. Estas dan cuenta sobre la cantidad de nacimientos y

defunciones dentro de un espacio geográfico, delimitado territorialmente, a lo largo del

tiempo (un año, como es de usanza). Estos indicadores demográficos sirven para explicar las

dinámicas de la población de una sociedad determinada de acuerdo a sus niveles de desarrollo

socioeconómico y sus avances científicos y tecnológicos. Según sea el caso, se pueden

encuadrar en sociedades post-transicionales (como son las potencias y los países

desarrollados) o transicionales (países llamados del Tercer Mundo o en vías de desarrollo).

El primer grupo se caracteriza por haber superado los tres primeros estadios de la transición

demográfica y estar en el cuarto, es decir, una primera etapa de mortalidad y natalidad altas;

una segunda etapa de mortalidad en descenso y natalidad alta; una tercera de mortalidad en

continuo descenso y el inicio descendiente de la natalidad; una cuarta y última de equilibro


entre mortalidad y natalidad bajas. Así, podríamos decir que los países transicionales, el

segundo grupo, están experimentando una disminución progresiva de las muertes por año y

todavía una fuerte reproducción de individuos.

A continuación, ahora sí, el análisis de la transición demográfica de Colombia a partir

de la siguiente gráfica:

Figura 1. Crecimiento poblacional Colombia, 1985-2020

Colombia hace parte de los países transicionales. Actualmente, como se puede

evidenciar en la figura 1, se encuentra en la etapa tres de la transición demográfica, dada su

relativa estabilidad en descenso de la tasa de mortalidad (de 6,77 en 1985-1990 a 5,95 en

2015-2020) que muestra una leve disminución en el transcurso de 35 años. La tasa de

natalidad también está en descenso, mas con un cambio demográfico más notorio (28,80 en

1985-1990 a 18,03 en 2015-2020). Como vemos, la tasa de natalidad está tendiendo a la

estabilidad desde el año 2000. Por otro lado, las tasas de natalidad y mortalidad presentan un
importante desequilibrio desde 1985 (28, 80 de natalidad y 6,77 de mortalidad), aunque este

se ha reducido un poco para el año 2020 (18,03 de natalidad y 5,95 de mortalidad), lo que

señala una tendencia al equilibro entre las dos tasas.

Diferencias entre países transicionales y post-transicionales

Como dijimos anteriormente, los países post-transicionales propios del Norte (tanto

de América como de Europa) han superado los tres primeros estadios de la Transición

Demográfica -proceso que va del siglo XVIII a nuestros días- por lo que actualmente

presentan un equilibro de natalidad y mortalidad bajas, es decir, se encuentran en la cuarta

etapa. Esto no quiere decir que llegaron al fin de la historia, puesto que en esa etapa aún hay

dinamismo y vida, contrario a la idea de una estación Terminus donde reina el estatismo.

Diferente pasa con los países transicionales, que aún se encuentran en una segunda o tercera

etapa de la Transición Demográfica -la cual empieza en ellos a mediados del siglo XX- por

lo que hasta ahora están experimentando el declive de la tasa de mortalidad. A los albores

del siglo XXI la mayoría de los países en desarrollo ya están metidos de lleno en la transición

demográfica; algunos incluso la han culminado o están pronto a hacerlo. Una característica

que contrasta con el proceso vivido por los países desarrollados es la velocidad y prontitud

con que ha empezado la transición en los países menos desarrollados. Generalmente no se

creía que empezara dicho fenómeno sin antes haber logrado un fortalecimiento económico.

Ello desembocó en un crecimiento poblacional vigoroso denominado “explosión

demográfica”. Tal proceso aún se mantiene, aunque hay quienes hablan de una “implosión

demográfica”, lo cual no deja de ser una exageración. Por otro lado, sin bien los países en

desarrollo están presentando descenso en sus niveles de mortalidad, aún experimentan


bastantes muertes por enfermedades infecciosas y parasitarias, propias de la segunda fase de

la Transición Epidemiológica. Las malas condiciones de vida y las deficiencias del sistema

sanitario juegan un papel importante en ello. La mayoría de dichas muertes son perfectamente

evitables o curables con los tratamientos adecuados, pero el atraso económico, la corrupción

política, la carencia de recursos tecnológicos y la inestabilidad social lo impiden. Esta es otra

característica que diferencia a los países del Tercer Mundo con los de capitalismo avanzado.

Si nos detenemos en el factor economía -que tiene que ver con el acceso a los recursos

naturales y la capacidad de explotación- notaremos que es crucial para entender dichos

procesos y diferencias. Los avances en la agricultura, consecuencias de la Revolución Verde

(la aplicación de la ciencia y la tecnología al campo); la mejora en los medios de transporte;

el comercio de granos; los avances en higiene y sanidad pública por la potabilización del

agua, la implementación del algodón en la vestimenta, la invención del jabón, entre otros; el

perfeccionamiento de técnicas médicas, aunque de avance tardío, el uso de vacunas

antivariólicas y el descubrimiento de los microorganismos, todos son componentes propios

de un nivel de desarrollo económico potente que es característico de los países post-

transicionales. Además, siguiendo a Ricardo Méndez (2016), las lógicas de la globalización

económica que van desde la Era de los Imperios Coloniales hasta nuestros días, pasando por

sucesivas Revoluciones Industriales y fases capitalistas, ayudan a explicar la primacía actual

de los países desarrollados -quien posee los recursos naturales tiene poder- cuyo proceso

ciertamente no fue lineal ni homogéneo (téngase en cuenta que Inglaterra, Alemania, China,

Estados Unidos, Rusia no siempre han sido potencias como sí lo son ahora; antes, por

ejemplo, el peso del desarrollo e importancia económica recaía en España, cuando era un
imperio, y demás países del sur de Europa, como Italia y Portugal e incluso los virreinatos

de México y Perú al sur de América, teniendo rezagados a los países del Norte).

Análisis de la estructura poblacional de Colombia

Figura 2. Evolución de la estructura poblacional de Colombia 1973-2005

Figura 3. Población según grupos de edad en Colombia 1985-2018


Figura 4. Población según grupos de edad en Colombia 1938-2005

En la figura 2 podemos observar cómo cambia la forma de la pirámide (de expansiva

a estable) lo que de entrada nos dice que Colombia en 1973 aún se encontraba en la segunda

etapa de la Transición Demográfica, es decir, presentaba un declive en la tasa de mortalidad


y una alta tasa de natalidad; ya para el 2005 podríamos decir que se adentró a la tercera etapa,

presentando un descenso también en la tasa de natalidad. Entre 1973 y 1985 la población de

0 a 14 años es mayoritaria y entre 1993 y 2005 la mayoría es joven-adulta, yendo en aumento

la población adulta, en especial los que van de 40 a 54 años, lo cual confirma lo dicho

anteriormente. También se evidencia un mínimo aumento de la población anciana para el

2005. Si observamos la figura 4 veremos que los datos respaldan el análisis anterior, pues la

población de 5 a 14 años presenta un importante crecimiento de 1951 a 1985, yendo en

declive de 1985 a 2020, en contraste con la población de 25 a 44 años, pues esta aumenta en

tal período. De 1938 a 1964-73 la población de 1 a 14 años es más del 40% de la población

total de Colombia en ese entonces. Si la tomamos de 1 a 24 años sería más del 60%. Desde

1973 hasta 2020 la población de 25 a 80 años estuvo en aumento, alcanzando más del 50%

de la población total, primando la población adulta (de 25 a 59 años). No obstante, es

importante subrayar que el grupo de edad de 15 a 24 años se ha mantenido entre menos del

20% y 25% aproximadamente de la población total del país, teniendo un marcado descenso

entre 1985 y 2012, con un 17%, período en el cual se presentó un ingente número de víctimas

del conflicto armado en Colombia, según datos del CNMH (2022). La mayoría de los

afectados por edad van desde los 14 a los 33 años, siendo los de 17 años los que más cayeron

en combate, principalmente campesinos del departamento de Antioquia. En el 2002 hubo el

mayor pico de bajas, inicio del periodo de Presidencia de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).

En el periodo de su antecesor, Andrés Pastrana, 1998-2002, ascendió la mortalidad de las

víctimas de conflicto, mermando las cifras desde el mandato de Uribe al de Santos (2002-

2018). Por otro lado, en la figura 3 se puede evidenciar que las mujeres son más longevas

que los hombres, llegando más a los 85-89 años que estos últimos y dejándolos prácticamente
afuera del grupo de los que llegan a los 95-99 años. El porcentaje de los nacimientos

masculinos supera por un mínimo al de los femeninos en el 2018. Estos resultados responden

a las lógicas globales de población, las cuales demuestran que las mujeres en promedio viven

más que los hombres y que estos nacen más que aquellas.

Migración Interna Reciente: Interdepartamental

En las figuras de la 5 a la 10 se evidencia una mayor recepción de migrantes en los

departamentos más urbanizados, poblados y desarrollados socioeconómicamente; la capital,

en especial, recibe muchos más migrantes, lo que no sorprende ya que es el principal centro

urbano del país. De acuerdo con el IGAC (2011), a los albores del siglo XXI Colombia pasó

de ser un país rural a uno urbano, con más del 70% de la población viviendo en centros

urbanos, núcleos conurbanos o centros en procesos de metropolización (p. 230). Ello da luz

sobre el éxodo rural hacia las ciudades, proceso que tiene varios factores, tales como la

violencia entre grupos armados que provocan desplazamientos forzados, las malas

condiciones de vida en el campo, el difícil acceso a los servicios básicos o a las propuestas

culturales propias de las megaciudades, todo ello lo cual lleva a migrar en búsqueda de una

mejor educación, mayor estabilidad económica y seguridad.

La relativa desvinculación de algunas áreas del territorio (generalmente desde la

Región Central hacia la periferia del país) y el tradicionalismo agrario contribuyen al

predominio de la población rural en los departamentos del Cauca, Chocó, Nariño (Región

Pacífica), Putumayo, Amazonas, Guainía, Guaviare, Vaupés (Región Amazonía), Vichada

(Región Orinoquía). En la Región Caribe no sucede lo mismo, salvo en la Guajira, debido a

su importancia turística y a la presencia de centros urbanos, que le siguen en desarrollo


socioeconómico y concentración de la población a los de la Región Central y del Eje

Cafetero, tales como Barranquilla, Cartagena, Santa Marta y Soledad.

Las migraciones internas, véanse las figuras antedichas, en su mayoría de sector rural

a urbano, explican el porqué de “las bajas densidades de población (inferiores a 15 hab/ km²)

en 404 del total de 1.096 municipios” (ibidem, p. 241) Entre los factores del continuo proceso

de despoblamiento del campo tenemos: reducción de su crecimiento natural, la extensión y

recrudecimiento de la violencia, la profundización de la crisis agraria, la concentración de la

propiedad, la acentuación de la pobreza y la reestructuración económica. Un factor

geográfico determinante es “la presencia de diferentes ambientes morfogénesis y

ecosistémicos [que] han permitido una desigual distribución de la población” (p. 241),

favoreciendo así mayores densidades en aquellas áreas donde se pueden aprovechar mejor

los recursos. Pensemos en la Región Central, parte más poblada de Colombia, urbanizada, de

mayor crecimiento económico, importancia política (allí se encuentran las principales élites

y familias oligarcas del país), social, y cultural (también allí se concentra la oferta educativa

de universidades, museos, patrimonio material y, en general, de instituciones culturales).

Según el mapa de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) del IGAC (ibidem) las regiones

que presentan más este problema social (entre 51% y más del 80% de la población) son la

Amazonía, la Orinoquía, la Pacífica y, con menos incidencia (30%-50%) la Región Caribe,

salvo Valledupar y la Guajira, que alcanzan hasta el 71% y más del 80% de población

insatisfecha, entre otros lugares de los demás departamentos en la misma región.

A continuación, una interpretación de corte crítico-social de los movimientos de

migración interna por región.


Región Pacífica

Figura 5. Migración Interna Reciente (MIR) de la Región Pacífica

Remitiéndonos a la figura 5, en el 2018 el principal destino de las emigraciones fue

Antioquia, cuya capital, después de Bogotá, es la ciudad más destacada del país. La Región

Pacífica tiene relacione estrechas con Medellín y Cali más que con Bogotá, segundo lugar de

destino, para el abastecimiento de bienes y servicios muy especializados. El río Atrato es

fundamental como vía natural que la conecta con el norte antioqueño, por razones de

mercancías y víveres. Además, por allí también se transporta un considerable flujo de

personas. Centros urbanos del litoral como Bahía Solano y Nuquí tienen comunicación aérea

con la metrópoli nacional y las regionales de Medellín y Cali, generalmente por cuestiones
turísticas. Acandí, al extremo norte del Chocó, interactúa con la subregión de Urabá y por

vía aérea con Medellín, Quibdó y Turbo. Con este último también por vía marítima. El tercer

lugar de destino es Risaralda, cuya capital se conecta vía terrestre con Quibdó. En cuarto

lugar, tenemos a Quindío, de capital Armenia. Por otro lado, los departamentos de origen de

mayor emigración fueron el Valle del Cuaca, con un 5,60% y Cauca con un 2,10%. A su vez,

fueron los de mayor inmigración, teniendo el primero un 6,40% y el segundo un 2,90% al

año.

Región Caribe

Figura 6. Migración Interna Reciente (MIR) de la Región Caribe

En la figura 6 vemos que la Región Caribe, contrario a la Pacífica, tiene como principal

destino a Bogotá y, en seguida, Antioquia. Cundinamarca y Santander están de tercero y

cuarto respectivamente. Como es usual, las metrópolis urbanas son el centro de gravedad de
las emigraciones. Entre otras razones, de Umaña (2014) distinguimos una de peso. A

mediados del siglo XX se trató de aplicar una ley de reforma agraria a las haciendas ganaderas

que no tuvo ningún éxito, más bien estimuló la conformación de asociaciones campesinas

que fueron fuertemente reprimidas. Años después, grupos armados (EPL y ELN) tuvieron

enfrentamientos por tierra, instalados en Urabá y la Serranía de San Lucas. En los 70 empezó

a asomar su pellejo el narcotráfico e iniciaron actividades tanto las FARC como el M-19.

Enfrentamientos entre narcotraficantes, guerrilleros y empresarios dieron vida al monstruo

del paramilitarismo que a base de sangre y fuego eliminaron comunidades enteras. De dicho

complejo social violento y conflictivo, solamente Sincelejo, Montería, Turbo y Magangué

han sabido descollar de entre la tristeza regional gracias al comercio, especialmente el de

ganado y arroz hacia el interior y el de banano al exterior. La mayoría de la población (3

millones apróx), con densidades entre 40 y 80 hab/ha, está sumida en una situación

socioeconómica deplorable. La mitad sin vivienda adecuada ni servicios públicos eficaces.

Sólo el Chocó le adelanta en los niveles de pobreza. De ahí que incluso para el 2018 las

condiciones no hayan mejorado y ello obligue al desplazamiento en búsqueda de

oportunidades favorables, cuando no por la violencia que aún se vive por grupos armados

guerrilleros a pesar del acuerdo de paz de 2016.


Región Central

Figura 7. Migración Interna Reciente (MIR) de la Región Central

Según los datos regionales (figura 7) se puede evidenciar que Bogotá, a causa quizá

de su concentración poblacional, niveles de contaminación y de creciente delincuencia es el

lugar en donde hay mayor emigración (26,60%) Con todo, es el segundo en inmigración

durante el 2018 (14,99%), superado por Cundinamarca (17,20%) Lo cual deja a Bogotá con

un sueldo migratorio del -11,7%, es decir, con una disminución de población para ese año,

por lo que hay más emigrantes que inmigrantes. Siguiendo a Umaña (ibidem) en el sistema

más transformado de los Andes están Cundinamarca y Bogotá. En ellas, el proceso dominante

de la urbanización está motivado por tres factores: “los desplazamientos forzados y

voluntarios provenientes del resto del país, el crecimiento inercial de sus siete millones de
habitantes y la consolidación del poder y dinero correspondiente a la centralización del

Estado y de los servicios financieros y educativos” (p. 153)

Región Amazonía

Figura 8. Migración Interna Reciente (MIR) de la Región Amazonía

Ningún departamento representa grandes desplazamientos de emigración ni de

emigración (figura 8). Caquetá está a la cabecera con un 1,60% de emigración para el 2018

y 1,20% de inmigración. Le sigue Putumayo, con un 0,90% y un 1,10% respectivamente. El

principal destino de las emigraciones es Meta, tal vez por su capital, Villavicencio, que es la

más importante de la Orinoquía, y porque está más cerca que Bogotá. La Amazonía, señala

la IGAC (2011), posee redes de asentamiento articuladas con diferentes regiones del país:

por el piedemonte se conecta con Florencia, Huila y Bogotá. Putumayo interactúa con Nariño

y Valle del Cauca. Otra red es la de San José del Guaviare-Retorno-Calamar que se ligan con
Villavicencio y el interior del país. Leticia se comunica directamente con Bogotá por vía

aérea. Se puede inferir que el motivo de la baja emigración es principalmente el alto costo de

los transportes relacionado con las considerables distancias hacia otros centros poblados y la

dificultad de comunicación. La menor inmigración se podría explicar, por su parte, debido a

la poca urbanización de la región, carente de una ciudad de envergadura a la cual dirigirse y

asentarse para mejorar las condiciones de vida, pues que la mayor parte del territorio es

selvático e inhóspito, salvo por algunos enclaves (como Leticia) y resguardos indígenas.

Umaña afirmaba a la sazón (2014) que, no obstante, “hoy persisten factores importantes de

desplazamientos humanos y deforestación auspiciados por la minería, la guerra y el

narcotráfico” (p, 179).

El Eje Cafetero y Antioquia

Figura 9. Migración Interna Reciente (MIR) de la Región Eje Cafetero y Antioquia


Antioquia es el departamento con más emigrantes en esta región (figura 9) con un

7,39% en 2018. Los principales lugares que recibieron más migración de allí fueron el Valle

del Cauca, Bogotá, Cundinamarca y Córdoba, departamentos cuyas capitales son de las más

importantes socioeconómicamente en el país. El caso de Antioquia no es nada extraño si se

atiende a los datos que brindan otras fuentes. Basados en el CNMH (2022), es el

departamento más afectado por el conflicto armado llevado a cabo entre guerrilleros,

paramilitares y fuerzas estatales, que durante los últimos 50 años han sido responsables de

desplazamientos forzados, masacres, campos minados, confinamientos, reclutamientos

forzados, etc. Si a esto se le suma la catástrofe de Hidroituango del 2018, lo que se

correlaciona bastante con las cifras de la figura 9, entenderemos el porqué del fenómeno

migratorio tan masivo. La página web Front Line Defenders (s.f.), creada con el objeto de

proteger a los defensores de derechos humanos, informa que “más del 60% de la población

local ha sido objeto de desplazamientos forzados a causa del conflicto armado y 700 familias

(sólo de las integrantes del Movimiento Ríos Vivos) fueron desplazados por Hidroituango”.

Región Orinoquía

Dada a su interacción económica desde época hispánica con Bogotá, que estimuló la

creación de nuevas vías de comercio para facilitar el transporte del ganado, principal

explotación productiva desde los jesuitas, conectando Sogamoso-Tunja-Labranzagrande y

Villavicencio-Cáqueza-Huila-San Martín es que, incluso todavía en el 2018 (figura 10), hay

mayor emigración hacia Bogotá, Cundinamarca, Boyacá y Santander y mayor inmigración

proveniente de la región Central y Amazonía (ver la figura 7 y 8). De hecho (IGAC, 2011),

Casanare y Arauca fueron poblados por campesinos de Santander, del Altiplano


Cundiboyacense y Venezuela recientemente (en el 2011, claro). Boyacá y Cundinamarca

poblaron al Meta. Tolima y Caldas, al Caquetá y Guaviare. Ello desembocó a que los

departamentos de los Llanos Orientales tuvieran la mayor tasa de crecimiento poblacional

en el país durante la última mitad del siglo XX y explica, a su vez, la fuerte relación

migratoria que mantienen con la Región Central.

Figura 10. Migración Interna Reciente (MIR) de la Región Orinoquía

Referencias

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Nacional de Memoria Histórica (CNMH).


https://micrositios.centrodememoriahistorica.gov.co/observatorio/portal-de-datos/el-

conflicto-en-cifras/

Instituto Nacional Agustín Codazzi. (2011). Geografía de Colombia. Imprenta Nacional de

Colombia.

Carrizosa-Umaña, J. 2014. Colombia compleja. Jardín Botánico de Bogotá José

Celestino Mutis. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.

Bogotá, D. C., Colombia, 295 p.

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https://apuntesdedemografia.com/polpob/#:~:text=Las%20pol%C3%ADticas%20demogr%

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Front Line Defenders. (s.f.). LA REPRESA HIDROITUANGO Y LA LUCHA DEL

MOVIMIENTO RÍOS VIVOS PARA PROTEGER SU TERRITORIO, EL AGUA Y LA VIDA.

https://www.frontlinedefenders.org/es/campaign/hidroituango-dam-and-struggle-

movimiento-rios-vivos-protect-its-territory-water-and-life

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