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Cohesión y coherencia

Para que un texto sea tal tiene que cumplir dos características: tener coherencia, es decir, que desarrolle un tema
ordenada y comprensivamente y tener cohesión, que el texto esté unido, relacionado, que no repita
innecesariamente palabras o información que vuelvan lenta y tediosa la lectura.
En este trabajo revisaremos algunos métodos que utilizamos para que los textos estén bien unidos o
cohesionados. Estos métodos permiten reemplazar palabras para evitar que se repitan excesivamente.

Referencia Pronominal

Los pronombres son una clase de palabra muy especial, principalmente porque no tiene “significado completo”.
¿Por qué? Porque a diferencia de los sustantivos, adjetivos o verbos, que no necesitan nada más (si alguien dice
“mesa”, “inteligente” o “dormir” todos entienden de qué estamos hablando), los pronombres necesitan de otras
palabras o que prestemos atención a la situación para entender qué estamos diciendo. Por ejemplo, si escuchamos la
pregunta “¿Lo trajiste?” no vamos a saber de qué se trata si no lo dijeron antes, o si en la mesa nos piden “Pasame
eso” necesito ver qué está señalando para poder hacerlo. Justamente “lo” y “eso” son pronombres.

La referencia pronominal es el método por el cual reemplazamos a un sustantivo para evitar que se repita
innecesariamente. Imagínense lo que sería un texto cuyas primeras oraciones fueran estas:

Deméter era la diosa que cuidaba de las cosechas. Deméter vivía en la montañosa Sicilia con
la única hija de Deméter, Perséfone. Pero de repente la vida pacífica y feliz de Deméter cambió
violentamente. Perséfone había salido a pasear un día, y no volvió. Deméter estaba
preocupadísima, y para no detener la búsqueda ni de noche ni de día, Deméter encendió
antorchas usando el fuego del volcán Etna. Pero Perséfone seguía sin aparecer. Deméter, en la
aflicción de Deméter, olvidó la tierra y las cosechas, las plantas y los árboles murieron…

Un buen método para no repetir tanto el nombre de Deméter es reemplazándolo por pronombres personales o
posesivos. El texto quedaría entonces, más o menos así:

Deméter era la diosa que cuidaba de las cosechas. Ella vivía en la montañosa Sicilia con su
única hija, Perséfone. Pero de repente su vida pacífica y feliz cambió violentamente. Perséfone
había salido a pasear un día, y no volvió. Deméter estaba preocupadísima, y para no detener la
búsqueda ni de noche ni de día, ella encendió antorchas usando el fuego del volcán Etna. Pero
Perséfone seguía sin aparecer. En su aflicción, olvidó la tierra y las cosechas, y las plantas y los
árboles murieron…

La referencia pronominal no es el único método para reemplazar una palabra o para evitar su repetición. Una
forma es utilizar un sinónimo, una frase que signifique lo mismo (paráfrasis), o una palabra que, sin ser sinónimo, por
su significado mayor la pueda sustituir en ese texto (hiperónimos). Veamos algunos ejemplos.

Sinónimos: En medio de la ruta, se pinchó una rueda. Por suerte, teníamos un neumático de repuesto.
Paráfrasis: La carrera de este año tiene una llegada difícil. La línea de meta está en la cima de una

colina.

Hiperónimo: El fútbol se creó a fines del Siglo XIX. Rápidamente, este deporte se convirtió en uno de los más
practicados en el mundo.

La elipsis, en cambio, es un recurso muy usado, pero que a veces nos cuesta reconocer porque consiste en no
colocar nuevamente la palabra, pero tampoco sustituirla o realizar una referencia pronominal, porque aún sin esa
palabra, el texto se comprende. Para señalar una elipsis, colocamos un signo de interrogación (¿?)

Elipsis: Perséfone no había desaparecido. ¿? Había sido raptada.

(El sujeto de la segunda oración también es Perséfone, pero no es necesario volverlo a escribir o colocar un
pronombre porque se entiende que estamos hablando de ella).

Actividades

Ejercicio 1

∙ Les invitamos a ver (en el link que figura a continuación) una escena humorística de Les Luthiers llamada “El rey
enamorado”. Después de verla, en la transcripción que figura a continuación, señalen en naranja los
pronombres que se refieren al Rey, con verde los pronombres que se refieren a María, y reescriban al lado en
turquesa los pronombres que el juglar reemplaza incorrectamente.

https://youtu.be/6H2sLrbHGZM

Ven juglar, ven, acércate, mira, quisiera cantarle a María, pero el destino me ha castigado con dura mano en mi
inspiración musical. Ponle música a mis encendidos versos a María.

Rey: Por ser fuente de dulzura.


Juglar: Por ser fuente de dulzura.
Rey: Por ser de rosas un ramo.
Juglar: Por ser de rosas un ramo.
Rey: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo.
Juglar: Por ser nido de ternura, oh María, yo te amo.
(Breves palabras del Rey al juglar, en voz baja).
Juglar: Oh María, él la ama.
Rey: Ámame como yo te amo a ti.
Juglar: Ámelo como él la ama a Usted.
Rey: Y los demás envidiaran nuestro amor.
Juglar: Y... todos nosotros envidiaremos el amor de ustedes.
Rey: Oh mi amor, María mía.
Juglar: Oh su amor, María suya.
Rey: Mi brillante, mi rubí.
Juglar: Su brillante surubí.
Rey: Mi canción, mi poesía, nunca te olvides de mí.
Juglar: Su canción, su poesía, nunca se olvide de su.
Rey: Tú estás encima de todas las cosas, mi vida.
Juglar: Usted está encima de todas las cosas subida.
Rey: Eres mí sana alegría.
Juglar: Usted es Susana, eh, María, alegría.
Rey: Mi amor.
Juglar: Su amor.
Rey: Mi tesoro.
Juglar: Su tesoro.
Rey: Mímame.
Juglar: Súmame... Súmelo.
Rey: Tanto tú que me metes en lo más hondo de mí...
Juglar: Tanto Usted...
Rey: Que ya no sé si soy de mí o si soy de ti...
Juglar: Tanto Usted...
Rey: Si tú me amaras a mí, amarías en mí aquello que amamos... nosotros y envidiáis vosotros y
ellos...
Juglar: .... ¡Ámelo!
Rey: Cuando miras con desdén.
Juglar: Cuando mira con desdén.
Rey: Pareces fría, sujeta.
Juglar: Parece fría, su... su cara.
Rey: Por ser tan grandes tus dones, no caben en mí, mi bien.
Juglar: Por ser tan grandes sus dones, no caben en su sutién.
Rey: ¡No! ¡No!
Juglar: ¡No! ¡No!
Rey: Tunante.
Juglar: Sunante.
Rey: Miserable.
Juglar: Suserable.
Rey: ¡Guardias, a mí!
Juglar: ¡Guardias, a él!
Sustitución y elipsis

Ejercicio 2

Hablaba y hablaba... (Max Aub)

Hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar. Yo soy una mujer de mi
casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar, y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y
empezaba a hablar. Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso? Hubiera tenido que
pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si
aquello, que si lo de más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso, sino de no hablar: se le
reventaron las palabras por dentro. FIN

Actividad
En este texto se repite mucho el verbo “hablaba”. ¿Se puede justificar acá la repetición de la palabra?
¿Por qué? ¿Cuál es la intencionalidad del texto? ¿A qué género/registro te parece que pertenece?

Ejercicio 3

Señalá el procedimiento empleado en cada uno de los siguientes ejemplos subrayados:

1) “No quería beberse el tazón de leche porque había una rana dentro. Nadie lo creyó, pero él sabía que era verdad
porque él mismo la había metido allí.”

2) “Me costó mucho dormir, y cuando logré conciliar el sueño, tuve, como siempre, muchas pesadillas”.

3) “Es un gran amante de las plantas, especialmente de las aromáticas, como el tomillo, el romero y la lavanda”.

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