Está en la página 1de 4

MODELO ECONÓMICO

Definición

Los modelos económicos son representaciones simplificadas de la realidad que revelan las
interrelaciones entre variables relacionadas. Son herramientas que permiten explicar entre
variables el funcionamiento de la economía o una parte de esta, se enfocan en las variables
de vital importancia y hacen un exhaustivo análisis de estas. Los modelos económicos
pueden ser verbales, gráficos o matemáticos, dependiendo del lenguaje formal utilizado
para presentarlos.

El concepto de modelo económico tiene dos grandes aplicaciones. Dentro de la economía


política, la noción se usa para nombrar a aquel proceso que es orquestado por un gobierno
para organizar la actividad económica y buscar un vínculo armónico entre las empresas y el
resto de los actores sociales.

Características.

SIMPLIFICACIÓN:
Debido a que el modelo tiene resultados manejables y comprensibles, es muy importante
que este tipo de modelo simplifique ciertos aspectos de los procesos económicos que sean
complejos. La simplificación necesita elegir razonablemente las variables y las relaciones
encontradas dentro de ellas que puedan ser relevantes para el análisis y la representación
de una información favorable.

SELECCIÓN DE ASPECTOS RELEVANTES:


Los modelos no pueden predecir las complejidades que existen en un sistema económico,
sólo algunas características generales del modelo que se consideran importantes. Si la
inflación resulta ser un concepto económico general, pero medirla requiere un modelo de
comportamiento, entonces los economistas pueden ver la diferencia entre los cambios de
precios reales y los atribuibles a la inflación.

Para algunos, solo importan los cambios reales, pero para otros, solo importa el impacto de
la inflación.

Ventajas.

Los modelos facilitan la comprensión de fenómenos o procesos económicos


extremadamente complejos. Hay muchos factores en la relación que pueden conducir a
estas complicaciones, como la escasez de recursos, las barreras legales y reglamentarias,
o las restricciones ambientales. Todos estos aspectos pueden hacer que los fenómenos
económicos sean imposibles de estudiar de manera integral porque significa considerar
demasiadas variables al mismo tiempo.
Desventajas.

No siempre se consigue seleccionar la información precisa que garantice un estudio


completo de la situación. Al simplificar la realidad se están obviando o reduciendo la
importancia de muchas variables, y puede que esos aspectos que se hayan simplificado
sean relevantes para nuestro estudio, por lo que se pueden llegar a producir conclusiones
erróneas o incompletas.

Tipos.

Macroeconómicos
Se centran en estudiar fenómenos o variables que afectan en conjunto a una nación, como
la inflación, exportaciones e importaciones, entre otros. Son utilizados para definir la
economía de una nación en conjunto, y pueden ser determinantes a la hora de fijar políticas
monetarias y fiscales, o en la toma de importantes decisiones para el desarrollo del propio
país.

Microeconómicos.
A diferencia del anterior, los modelos microeconómicos centran sus estudios en una variable
o fenómeno en específico, enfocando su estudio en los agentes individuales de la economía
(empresas, inversores, clientes, entre otros). A través de modelos como el de oferta y
demanda, tiene en cuenta elementos básicos como los precios, la demanda y oferta de
bienes y los mercados.

Modelos conceptuales.
Son la representación con un carácter crítico o analítico de la realidad compleja.

Modelos matemáticos.
Son representaciones teóricas realizadas a través de variables y las relaciones matemáticas
del funcionamiento de la realidad a representar.

Modelos diagramáticos o gráficos.


Es la representación de datos numéricos a través de recursos gráficos y su manifestación
visual.

Modelo capitalista.
Se fundamenta en la propiedad privada y no pública, donde el mercado asigna los recursos
y el capital se encarga de generar riqueza. Promueve la búsqueda del beneficio y la
competencia en los mercados.

Modelo socialista.
Se considera contrario al capitalismo, basándose en la defensa de la propiedad pública
frente a la privada. Defiende el reparto igualitario de la riqueza, la planificación de las
economías y la búsqueda de la justicia social.

Economías mixtas.
Es el sistema más utilizado, en el que se combinan los dos anteriores: sector privado y
sector público. La oferta y la demanda definen el mercado, mientras el Estado tiene un
carácter corrector a la hora de cubrir fallas en el mercado y aplicar impuestos y
subvenciones.

Historia de la economía.

Si bien existen varios antecedentes en los economistas clásicos, como Ricardo (1772-1823)
o Malthus (1776-1834), o incluso en fisiócratas como Quesnay (1694-1774), es común
aceptar que la generalización del uso de modelos matemáticos para explicar las relaciones
económicas se realizó en el llamado periodo neoclásico. Autores como Walras (1834-1910),
Jevons (1835-1882) o Menger (1840-1921) trataron de ofrecer modelos matemáticos que
fueran capaces de explicar y predecir los fenómenos económicos. Para ello, aplicaban la
lógica matemática a ciertos axiomas de comportamiento extraídos de los clásicos.
Principalmente, que los individuos son racionales y tratan de maximizar la utilidad que
obtienen del disfrute de los bienes y servicios disponibles en la economía. Estos intentos se
adaptaban perfectamente al paradigma imperante de la física newtoniana, el positivismo de
Comte (1798-1857) y el iusnaturalismo liberal, y, en general, con la creencia de que es
posible encontrar —mediante la razón— las claves del funcionamiento de los procesos
sociales. En concreto, Walras trató de ofrecer un modelo de equilibrio general que fuera
capaz de explicar las interacciones entre todos los mercados de una economía.

Alfred Marshall (1842-1924) sistematizó los modelos anteriores, construyendo un cuerpo de


teórico coherente basado en varios modelos de formulación matemática que permitían
explicar el comportamiento económico. A pesar de que las teorías y los modelos
neoclásicos no fueron capaces de predecir la crisis de los años treinta del pasado siglo, y de
la revolución que significó el pensamiento keynesiano en términos de abandono de
conceptos como “equilibrio”, “racionalidad perfecta” o “estado estacionario”, los modelos
económicos de carácter matemático basados en ecuaciones simplificadas de
comportamiento continuaron siendo el paradigma dominante tras la crisis, a través de lo que
se denominó como la síntesis neoclásico-keynesiana, que ligaba el comportamiento de los
mercados monetarios y reales de la economía.

Hoy en día, los modelos económicos son cada vez más sofisticados, debido al avance de la
econometría y a la capacidad de computación de los ordenadores, que permiten establecer
y calcular procesos causales más complejos. No obstante, el carácter fundamental de los
mismos sigue siendo la extracción de conclusiones deductivas, mediante la lógica
matemática aplicada a una serie de ecuaciones de comportamiento.
NO ES PARA EL INFORME ES PARA QUE LO LEAN Y PUEDAN ENTENDER UN
POQUITO MÁS LA HISTORIA Y EL ORIGEN DE LOS MODELOS ECONÓMICOS

Para explicar qué es lo que se llama modelo económico, haremos una analogía con la
morfología y la fisiología de los seres humanos. Desde tiempos casi inmemoriales el
hombre ha estado intrigado por conocer qué órganos componían su cuerpo y cuáles eran
las funciones de éstos. El proceso de conocimiento de que tenemos un par de riñones o
que el hígado tiene la función de ayudar a la asimilación de las substancias nutritivas y a
eliminar los materiales de desecho y las toxinas, ha tomado muchos años de
investigación. Por ejemplo, recién fue en el año 1661 cuando se descubrió el ciclo
circulatorio de la sangre, ya que antes se pensaba que la sangre se convertía en carne
en la periferia del cuerpo. Ahora, gracias a los gigantescos adelantos tecnológicos,
sabemos mucho más acerca de la función de nuestros órganos, pero también sabemos
que ignoramos mucho más de lo que conocemos. Así, hoy tenemos un modelo del
cuerpo humano, conocemos algo de nuestros órganos y de sus funciones; este modelo,
con todas sus limitaciones, es el único modelo existente sobre nuestro cuerpo.

La construcción del modelo económico, es decir, los elementos que lo componen y el


comportamiento de estos elementos, nació, como embrionaria ciencia analítica, en los
albores del Renacimiento, tratando de explicar cómo se lograba la producción y cuáles
eran los efectos del comercio. El verdadero comienzo de la economía analítica podemos
encontrarlo en el pensamiento mercantilista y, con mayor rigurosidad, en el pensamiento
fisiocrático, que sentaron las bases para la economía clásica. A partir de allí, y junto a la
revolución marginalista, la estructura del análisis económico devino en lo que se conoció
como el modelo neoclásico. Las críticas de Keynes al modelo llevaron a la construcción
de un modelo denominado como la síntesis neoclásica. La versatilidad académica de la
propuesta permitió el desarrollo de un replanteamiento del modelo en lo que se
denominó el monetarismo y la Escuela Austriaca, para hoy recalar en la nueva
macroeconomía clásica (Rima, 1995). Éste, y no otro, es el modelo económico.

De manera resumida, el modelo económico nos dice que las personas que participan en
la economía son decisores racionales, es decir, que optimizan sus decisiones en un
entorno estocástico y dinámico. Considerando que las decisiones que toman los agentes
económicos afectarán a su posición futura, éstos hacen pronósticos respecto a las
variables fundamentales que afectarán su posición futura; estos pronósticos se forman
racionalmente, es decir que los agentes utilizan toda la información relevante que tengan
disponible y hacen el mayor esfuerzo para no cometer errores sistemáticos. Éstos, y no
otros, son los axiomas, son la base sobre la cual se construye el modelo económico,
donde todos y cada uno de los agentes intentan maximizar una función de utilidad
dinámica bajo ciertas restricciones. Todas las demás hipótesis respecto al
comportamiento o reacción de las distintas variables tienen su base axiológica en este
comportamiento de los agentes económicos.

También podría gustarte