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Pensar La Practica Clinica Orange
Pensar La Practica Clinica Orange
origiml:
THINKING FOR CLINIC:L4N S
Pbilosopbical Rc5wces for Contcmpomv Psycl)oanaly5u and il}€ Humani5ric P5ycl]otberaf)ies
© Donna M. Orange, 2010
PENSAR LA PRÁCTICA CLÍNICA
PENSAR U PRÁCTICA CLÍNICA Recursos Filosóficos i)ara el Psicoanálisis
Rm:rsos Filosó!fto] Para cl Psicoanáli5i5 ContempoTámo y las Psicoterai)ia5 Hurmnístas
Contemporáneo y las Psicoterapias Humanistas
© Editorial Cuatro Vientos, Santiago de Chile, 2012
Derechos rc§crvados para todos los países latinoamericanos.
ISBN: 9789562421232
DONNA M. ORANGE
Traducción: Andre Sassenfeld y Francisco Huneeus
Diseño de portada: Mario Albarracín
Bibliografia: Paulim Correa y Michele Rodríguez Traducción
Corrección y cdición digital: Héctor Peña
Vcrificación: Pauliiia Correa
André Sassenftld y Francisco Huneeus
lmpresión en Andro§ Ltda.
Ninguna parcc dc esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacena
da o transmitida en mancra alguna ni por mngún mcdio, ya sca eléctrico, químico, mccánico, Óptico,
de grabación o dc fotocopia, sin permiso previo, por cscrito, del editor.
Ed]torial Cuatro Vientos
Maturana 19, CP 8340608, Santiago de Chilc
Tcléfonos: (562) 6729226 , 6954477
E=
editorial@cuatrovicntos.cl EDITORIAL CUATRO ViENTOS
www.cuatrovicntos.cl W W W . C U ^ T R 0 V I F, N T 0 S . C L
INTRODUCCION
LA PSICOTERAPIA EN UN ESPÍRITU SOCRÁTICO
IA q)ída examinada e§ la única que merece ser vivida.
SóCRATES
1,tts clínicos contemporáneos continuamente nos vemos enfrentados ante di
vcm()s desafi'os: nuestra lucha cotidiana por entender y sanar a través de "la
nm por la palabra»; los conflictos entre las ideas psicoanah'ticas antiguas y
i``icvas, ya sea en la teoría o en la práctica; los desafios del pensamiento de
•wrr()llista: la necesidad de reconocer nuestro trabajo en su ubicación histó
rl``i`, cultural y política; la penetración de la neurociencia cognitiva, de tra
twii`icntos como los enfoques cognitivoconductuales "basados en la eviden
•.lw", cl reduccionismo biológico/famacológico y mucho más. Para abordar
®it()R desafios, la formación en psicoanálisis y otras formas de psicoterapia,
i`i ii. ltt general suministran un acercamiento a los pensadores más importan
i..i (lc i`ada tradición, junto con una orientación preferente hacia los proce
m ci``tti`ionales y relacionales y los desafios involucrados. Sin embargo, con
l.it.i.`iciicia cli'nicos buenos y talentosos, incluyendo aquellos de larga expe
i lt`i`i'ii`, iii`rccen sentirse inadecuados como lectores de sus propias literaturas.
1':1 t)l)jctivo de este libro es darles a los clínicos en ejercicio, las herra
ii`hi`ti`` y i.l contexto para pensar acerca del trabajo terapéutico y sus teori'as.
l'r"iiwwii. :`1Lriiiia fi`miliaridad con la historia de la filosofia occidental don
`lr iiiii.hti¿i` l.`i.`i`tcs, tales c()mo Freud, Fairbairn, Kohut, Loewald y los psicó
liiH" 8i.`li``llii.m Miti`hi`ll y Stolorow, h:m rci`onocido sus rai'ccs, pucs .`sto
iiim i`yuil:w.i.:i ii i`i`ii.iitl.`i.lo`. Atli`.ion.`Imciitc p¿m` ¿i(i`i(`llos {i`ic (]csci`n iiú8
Pen§ar la Práctica Clínica 1. La Psicotcrapia cn un Espíritu Socrático
comprensión y discernimiento crítico, un acercamiento con los filósofos del y reflexivos, son filósofos practicantes. Al haccr filosofía todos los días, se hacc
siglo X será provcchoso. Los clínicos norteamcricanos quc se accrcan a mí necesario reflexionar siempre más acerca de lo que hacemos inconscientemcn
en busca de supervisión o en el contexto de grupos de estudio, con frecuen te. Si nosotros, los clínicos, no nos compromctemos, seguiremos cautivos de
~unavidanoexaminada,agarradosporpresuposicionesfilosóficasdelasqueno
cia se describen a sí mismos como "intimidados por la teoría" y avergonzados
de la ansiedad que sienten ante el trabajo conceptual, aunque interesados nos hemos pcrcatado, ni en nuestras teori'as, ni en nuestra práctica.
Desdc tiempo§ de Freud, 1os psicoanalistas y otros clínicos han intentado
y dispuestos a aprender a lecrla sin tropiezos. Al introducir a los filósofos
en la conversación, este libro apunta tanto a despertar la curiosidad como a teorizar sobre la vida emocioml, su desarrollo y su fracaso. Para Freud, la vida
de los instintos sexuales y agresivos, originalmente inconscientes, exprcsaba en
provocar la sensación de sentirse más en casa y competentes en el mundo de
las ideas. foma disfrazada, una vida llena de conflictos consigo misma y con la realidad
Sócrates sigue siendo el ideal de la filosofia occidental. Con su vida sen cxterna. Para los kleinianos, la agresión original era el fiindamento y cimien
cilla, su eterno cuestionamiento, su tenaz búsqueda de la buena vida humana, to que cxplicaba todo. Para el mcdio británico (especialmente Winnicott), así
11egó a exasperar a los atenienses. Luego de haber interrogado a un hombre como para la Psicología del símismo kohutiana, el desarrollo del sí mismo den
reputadamentc sabio, se dijo: "Yo soy más sabio que estc hombre; es muy pro tro de la familia, resultaba bien o fracasaba. Para el psicoanálisis relacional3, in
bable que ninguno de los dos sabe algo que valga la pena, pero él cree que sabe cluyendo la teoría de los sistemas intersubjetivos, conceptos como matriz rela
algo cuando en realidad no lo sabe, mientras que yo sé que nada sé, y tampoco cional, campo intersubjetivo y sistemas de apego han ganado relevancia. Todas
creo saber algo; de modo que es posible que sea un poco más sabio que él al esta§ teorías se mantienen dependientes de sus apuntalamientos filosóficos.
no creer quc sé lo que no sé" (Platón, trad.1997, p. 21)]. Él vio cómo preferir Como hombre joven, Freud aspiraba a ser filósofo (Herzog,1988). Asistió
la persuasión por sobre el pensamiento en los atenienses era un peligro para la i cinco cursos dictados por cl protofenomenólogo Franz Brentano y tradujo
un volumen de la obra de Stuart Mill, incluyendo E/ío"c/¡.mf.g#/o dc /" w#/.c
juventud y sin embargo lo acusaron ¢ c'/ de estar "corrompiendo a la juventud".
Al percatarse de que no lo podían hacer callar, los atenienses le ofrccieron r# (Mill y Freud,1880) al alemán. Lamentablemente, tal vez debido a su pa
la opción de silenciarse o morir. Su respuesta fiie: "Usted, señor, se cngaña ®ión por ser original en pensamiento,jam᧠reconoció haber leído a Nietzsche
mucho al creer que un hombre de valor tomaría cn cuenta los peligros de la y a Schopcnhauer ambas obras que prcfiguraron su propio concepto dcl in
vida o dc la muerte. Lo único quc debiera mirar cn todos sus procederes es si con§ciente para luego con desdén, declarar que los filósofos no tenían nada
acaso lo que hace es justo o injusto, si es acción de un hombre de bien o de un quc contribuir a su pensamiento.
malvado" (p. 26)2. De modo que el psicoanálisis, heredero de la incapacidad de Freud de
Este libro cstá dirigido a aquellos clínicos cuyos ideales profesionales se meptar diferencias de opinión y de sus propios dogmati§mos, ha £Uado fre
asemejan a los de Sócrates. A partir de muchas tradiciones especialmente cucntcmente a lo§ clínicos y frecuentemente ha abandonado cl proyecto so
critico. Por lo tanto, una pluralidad de psicoterapias humanistas surgieron en
psicoanalíticas y humanistas tales terapeutas añoran entender, pero saben lo
fórma independiente y ahora constituyen una comunidad que sólo en parte
poco que sabemos. Estamos siempre cuestiomndo nuestras presuposiciones,
nucstras rcacciones y las inevitables limitaciones de nuestros puntos de vista. comparte cn espíritu y en teoría con el psicoanálisis, incluso en las versio
Nuestro campo es la vida emocional humana n particular, las vidas de esos ncB contcmporáneas y más relacionales. Ciertos grupos, como los terapcutas
otros scres sufrientes (la palabra ¢cwÍ.€#/c proveniente de ?a/!.or del latín, signi gc®tálticos rclacionales (p.ej„ Lynne Jacobs y FrankM. Staemmler), los hijos
fica j%/rz.r) que acuden a nosotros llenos de esperanza y aprehensión (Mitchell, c#istencialhumanistas dc Abraham Maslow, Rollo May, Carl Rogers, Viktor
1993): esperanza de que una conexión humana pueda salvarlos, y aprehen Frankl y Eugene Gendlin (y tal vez nietos dc Ludwig Binswanger y Martin
sión de que les pucda fuar una vez más. En breve, aquí va la tesis de este Bubcr), así como otros clínicos a quienes conozco muy bien, intentan vivir el
libro: los psicoanalistas y demás clínicos de orientación humanista, cuidadosos ldcal socrático.
` .4;po/ogí4 21d, siguicndo la mancra convencional dc citar las obras dc Platón. • El piico.nálisis rclacioml c. tantti um dc.igmción inclusivc "rclaciomr como um cscucla cspccífica
` Apología, Zghc. (.R€l"i{}nil"); v.r Gl(`.arlo il find dcl llbro.
Peti§ar la Prdc[ica Clímca 1. La Psicoterapia en un Espi`ritu Socrático
POR QUÉ ES IMPORTANTE EL PENSAR ayudar a los lectores a no quedarse atascados. Todos estos elementos sirven
para escurrirse alrededor del temor a sentirse inadecuado y humillado.
Asumicndo que no hay una gran distinción ente sentir y pensar, yo veo al En segundc> lugar, necesitamos pensar y cuestionar cada vez que nos en
menos cinco razones para que los clínicos se ocupcn acerca del pensar. Éstas cantamos con un único pensador o escucla de pensamiento. Cada uno de los
incluyen: héroes o heroínas psicoanalíticos o psicoterapéuticos pueden llegar a conver
tirse en nuestro gurú, e incluso llegar a ser nuestro líder de culto. Seducidos
1. Deshacer la vergüenza (Orange, 2008c). por tales autoridades ya sea de clase mundial o locales podemos abando
2. Resistir los cultos. nar nuestra responsabilidad de pensar y cuestionar. En lugar de ello nos vemos
3. Ardar a pcrcatarnos. tentados a interpretar el mundo, nuestra experiencia clínica, y lo peor de todo,
4. Mantenemos clínicamente creativos. a nu€stros pacicntes por medio de la voz del líder del culto. Podemos unir
5. Aflojar el control de la automaticidad. nos a grupos (incluyendo instituciones que imparten formación) que excluyen,
dominan y desautorizan las voces disidentes. Yo creo que el leer filosofia es el
En primer lugar, los estudiantescolegas con frecuencia me dicen: ``No soy un mejor antídoto para esta perturbación que ha acosado nuestro campo desde
teórico o un filósofo; soy solamente un clínico y esto es lo único que me in ticmpos de Freud. Como estudiantes dc filosofía, nos convertimos en "prin
teresa". Eso suena como una aceptación razonable de los dones y limitaciones Eij}.i~?ntes perpetuos" como Edmund Husscrl, padre del movimiento fenome
nológico (Moran, 2000). Como principiantes, estamos menos propensos a
personales, pero no estoy tan segura de ello. A muchos les ocurre que cuando
hurgo un poco más, explican que se averg\ienzan de su temor ante la teoría y pcnsar que ya sabemos o tener demasiada fe en el "saber" de otros, incluyendo
la filosofia, los conceptos y la lógica. El estudio de estas áreas, por lo general • aqucuos que nuestro entrenamiento nos prepara para tratar con demasiado
olvidada§ en la educación universitaria estadounidcnse, amenaza exponer antc rcspcto. Si los filósofos mismos se convierten en líderes de cultos o gurús, ya
sí y ante los demás, una profimda sensación de inadecuación personal y profe no son filósofos verdaderos para quienes los siguen.
sional. Al parecer es mejor descartar la filosofia como si no tuviera importan Tercero, la lectura de filosofia nos enseña a leer y escuchar en forma dife
cia alguna que sentir tal bochomosa carencia. Para algunos, el profesor que de rcntc y a percatarnos de qué es lo que nos estamos perdiendo si leemos única
safia a tales alumnos a leer filosofía, se merece el mismo destino que Sócrates. inente las formulaciones teóricas de nuestra propia experiencia clínica. Sobre
Así y todo, este libro está orientado a estos colegas, entre otros. Es una todo cs posible que notemos las anomalías en nuestra propia experiencia clí
invitación a pensar como un compromiso activo en la organización de la ex nlca. ¿Por qué decir y hacer lo que se me ha enseñado parece no fimcionar en
eit® 6ituación? Los grandes innovadores en psicoanálisis y en las psicoterapias
periencia clínica cotidiana, de "lo dado", como dicen los filósofos. Cada capí
tulo nos invita a encontrarnos con el filósofo como un ser humano dentro del humanistas han sido gente que podía percatarse, e incluso poner en primer
contexto de su propia vida y sus circunstancias históricas, para así entendcr su pl.no, lo que su propia teoría había hecho invisible o había relegado a un se
pensamiento. Enseguida, cada capítulo se aboca a algunas dificultades del es g`indo plano porque no calzaba con la teoría. Ellos notaron que había pacicn
tilo del filósofo in mencionar los problemas que leer traducciones del fran tei que no se beneficiaban con su teoría, se percataron de que estaban surgien
cés o el alemán puede crearle al lector. La idea es facilitar la lectura y mitigar la do nuevos estudios sobre el desarrollo y nuevos aportes intelectualcs como las
extrañeza. Después cada capítulo se focaliza en una o más de las ideas centra hlpótcsis sobre la relatividad y la física cuántica, además de las teorías del caos
les y muestra cómo un clínico que ha absorbido tales ideas bien podría llegar a y la complejidad. Se descubrían cuestionados no tan sólo por sus colcgas sino
trabajar en forma diferente. Pero, sobre todo, cada capítulo íntenta motivar la por lo quc ellos mismos se permitían notar.
curiosidad del lector lo suficiente como para que por su propia cuenta intente Cuarto, el pensar sustenta la creatividad. Para algunos, esta idea puede pa
leer a los filósofos desde sus fiientes primarias. En el caso de que alguna lec reccr contra intuitiva. De acuerdo, la obse§ión en torno del pensamiento pue
tora o lector muestre un interés inusitado por un filósofo, al final dc cada ca dc ncutralizar nuestras capacidades crcativas. Pero cl pensar demasiado poco,
cl mcro dcjarsc llcvar p(m lo quc sicmprc hcmos pensado o con lo quc enscñan
pítulo hay sugerencias de "lecturas ulteriores", y la lista de referencias muestra
muc`has otras fucntes. En cl transcurso del camino, un glosario conciso pucde l.i aut{tridadcs pucdc scr a6fixiantc. Una vcz quc ct}mcnzamos a lccr filosofla,
Pensar la Prdi:ttca Clínica 1. La Psicoterapia cn un Espi'ritu Socrático
una vez traspasadas las barreras iniciales del lenguaje, no sólo nos percatamos si acaso quieren o no esta designación. En cuanto a los filósofos, en cada capí
sino que empezamos a ver las cosas de manera diferente, como si se amplia tulo diré unas pocas palabras de la versión del humanismo que sostiene cada
ran nuestras estrcchas perspectivas. Nuestros intentos por encontrarle sentido uno.
a perspectivas diferentes sobre la experiencia humana, especialmente cuan Segundo, entre las demás psicoterapias, yo veo una profiinda división en
do se dan en el transcurso de una conversación, pueden evocar en nosotrc>s tre los terapeutas inspirados por el tipo de humanismo compartido por los
filósofos tratados en este libro, y aquellos inspirados más por la tradición de
pensamientos y expresiones que no teníamos antes. Algunos historiadores
las ciencias naturales 1 Nflízrqoí.ííc#w¿4//c# de Dilthey (Dilthey, 1988
(Melchert, 2002) han visto a la filosofía como una "gran conversación". Incluso
nosotros que nos §entimos incapaces de tan imponente conversación, podemos [1883]). Entre estos últimos se encuentran los cognitivoconductuales, neu
inmiscuimos mediante la lectura y la conversación con pensadores cuyo pro ropsicoanalistas y otros practicantes profesionales dc otras terapias de orien
tación técnica, tales como el EMDR (en inglés Ej;€ jn4loücmc#f DCTc7zjz./í.z¢f!.o#
pia participación cuestionadora cn la "gran conversación" nos atrae. Entonces
a#d jtcpro#rjz.#g.. desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos
podemos innovar incluyendo las preguntas y las percepciones del pensa
dor dentro del diálogo con nuestros propios intereses clínicos y tradiciones. oculares dirigidos). A pesar de que muchas de estas terapias arguirían on
Finalmente, el pensar y leer filosofia puede desafiar el poder de la auto razónuna motivación humanista para su trabajo (Siegel,1999), los mismos
maticidad en nuestra práctica clínica. Puede enseñarnos a cuestionar nues métodos y tcorías pueden contravenir la percepción de un humanista de la
tras prcsuposiciones, nuestros "principios organizadores" (Stolorow, Atwood y cxperiencia persoml y pueden infligir daño cuando son puestos en práctica al
Brandshaft, 1987) o convicciones emocionales (Orange, 1995) que mantie margen de la solidez de las terapias dialógicas y su estar atentos a la cualidad
nen un control sobrc nosotros. Al estar sujetos por estas automaticidades, en continua de los vínculos humanos. Es muy probable que los lectores de este
lugar de respuestas reflexivas, respondemos reaccionando. Por el contrario, la libro se con§ideren ellos mismos humanistas de a]gum clase.
filosofía nos inquieta. El esccpticismo generalizado ante ideas recibidas, in Tcrcero, sin embargo, el concepto de "humanismo" tiene una accidentada
hercnte a la la filosofia ccidental u otras, nos convierte en fübilistas historia dentro de la filosofia reciente, siendo atacado por Martin Heidegger,
teórico§ y clínicos. El fdibilismo (Orange, 1995) caracteriza tanto al pensa por los activistas proderechos de los animales y por los dcístas. QLuizás lo más
miento como a la práctica de un contextualista. Significa que reconocemos notorio ha sido la "Carta sobre el humanismo" de Heidegger escrita en 1947
que nucstra comprensión actual de cualquier cosa o de cualquier persona es
(Hcideggcr, 1977), donde afirmaba que el humanismo es una forma de sub
tan sólo una perspectiva dc un horizonte inevitablemente limitado por la his jctivismo cartesiano la filosofía de la mente aislada saca la vida humana del
toricidad de nuestra propia experiencia organizada y organizadora (Orange, mundo y la eleva por sobre el mundo, de una manera muy parccida a lo que
2009b). En la práctica, un contextualista asume con liviandad no sólo la teoría h.bfa sido "la gran cadena del ser" dc los escolásticos medievales4. Heidegger
sino que cualquier visión particular del significado en la experiencia del pa consideraba que el humanismo antropocéntrico niega que ya estemos mun
ciente o en la experiencia cocreada en el campo intersubjetivo del tratamiento. dlalizados, sencillamente somos seresenelmundo (Dafcí.#). Para diferenciar
Esta actitud £übilista nos mantienc flexibles y abicrtos a múltiples horizontes •u filosofia del existencialismo de JeanPau] Sartre, Heidegger sostenía que
de significado, emergentes y en expansión. También nos asegura que nuestras d humnismo sobrevalora la autonomía y le atribuye dignidad humana a un
ideas teóricas pueden seguir evolucionando hacia un punto de vista cada vez cxigcrado sentido de libertad. En contraste con toda la tradición humanista,
más rico y abarcador. comcnzó su inolvidable ``Carta sobre el humanismo" dirigiendo su atención al
lcnguaje y al Ser:
LA CUESTlóN DEL I]UMANISM0
El pcnsar logra la relación del Ser con la esencia del hombrc. No hace ni
El subtítulo de cste libro dice "...psicoanálisis contemporáneo y las psicote cau§a la relación. El pensar trac esta relación únicamente como algo que
rapias humanistas", lo que amcrita tres clarificaciones. Primcro, y para evi
tar malcntendidos, permítasemc dccir que yo veo a la mayor parte de los • E.to. filóiiofo. ``ristim()8 vi.mli'¿aban cl mundo com() um cspccic dc cscalcra quc va dcsdc lo inani
m.d{t, la. plmtni, l{t. ai`iin.lc..1." lnm:Ic. y Dl.ii.
psicoanalistaspostclásicoscomohumani§tas,pcrodcjoensusmanoseldccidir
Peri5ar la Prácitca Clínica 1. La Psicoterapia en un Espi'ritu Socrático
lc es dado desde el Ser. Tú oferta consiste en el hecho de quc al pensar el declaraba "teísta" y cada uno tenía un modo cuidadosamente matizado de ex
Scr llega al 1enguaje. El lenguaje es la casa del ser. En su morada habita el
presar su sentido de aquello que trasciende lo obvio. Vamos a recoger algunos
hombre. Aquellos que piensan y aquellos que crean con palab;as son los de estos matices en capítulos posteriores, pero por ahora, nos vamos a concen
guardianes de esta morada. (p. 217). trar en qué significa "humanista" desde su lado afirmativo.
El término "humanismo", como yo lo uso, tiene su origen en los griegos,
Para Heidegger, el hombre (la espccie humana) vive en la casa del lenguaje, en tanto ellos emergieron de un mundo en que los diosesdemasiadohuma
que es la casa del Ser. Nc> sólo se oponía a la visión que sostenía Sartre de la nos movían todos los hilos. Estos seres fascinantcs e intrigantes cargaban toda
libertad, pero el "pensar" heideggeriano muy distinto del proceso dialógico la rcsponsabilidad de las dcsgracias en el mundo humano. A medida que la fi
que concierne a este libro es un proceso abstracto mediante el cual el "Ser" losofía tomó forma en el período helénico y helenístico, incluso dios o los dio
ap.arece_..en el lenguaje. Para él, el humanismo de la tradición filosófic==:Tci 8cs empezaron a vincularse estrechamente a cuestiones de orden moral. ¿Será
dental es otra forma de lo que él llamó el "olvido del ser". bueno porque los dioses aprueban esto?, ¿o es que los dioses aprueban esto
En una segunda crítica, los filósofos de los derechos animales han acu
porque es bueno?, preguntaba Sócrates. Esa subversión estableció en el mun
sado a los humanistas de "especismo" o discriminación, que como cl racismo do occidcntal el sentido de que los humanos, con su capacidad de cuestionar,
discrimina injustamente. Ellos piensan que para los humanistas el rango o tcnían su propia dignidad. En particular establecieron una ética que veía "1a
estatus moral el derecho a ser tratado dignamente depende únicamente \ voluntad de Dios"en la dignidad de lo humano.
de la sensibilidad, de la capacidad dc sentir (Regan y Singer, 1989; Singer, La tradición humanista en Europa incluye un conjunto de tendencias co
1986). Ellos creen que los humanistas son darwinianos, en el sentido de que munes, que como veremos, son compartidas por los filósofos que estudiamos
las motivaciones de supervivencia justifican cualquier cosa que hagamos a otra cn este libro: a) Una preferencia renacentista/Ilustración del pensamiento por
especie.
í mbre la superstición y la autoridad; b) Una aversión a todas las formas de re
Mi propia concepción de "humanista» para comentar las primeras dos ob í. duccionismo cienti'fico o "todo se reduce a pensar"; c) Una valorización de la
jecioncs, reconoce éstas sin tomarlas como decisivas. Con Heidegger estoy de mlidaridad, el diálogo y la inclusión; y d) Un interés continuo en aquello que
acuerdo en que el existencialismo "humanista" de Sartre exagera el grado de ¿ Constituye una buena vida humana.
nuestra libertad y pone poco énfasis en la situación ( Wrc/¿/Í.c¿Ácz.¿). Por otra par De modo que hablo de ``psicoterapias humanistas" dentro de esta tradi
te, pienso que el antihumanismo de Heidegger al fiindir a lc>s otros en el Ser clón que incluye a los antiguos griegos, a Spinoza, Montaigne, los pragmatis
simplifica seriamente las teorías sobre nuestras relaciones y responsabilidad t.. cstadounidenses, los cinco filósofos descritos aquí, junto a muchos otros.
con y para los otros. Con respecto a este punto, los filósofos analizados en 8lcmpre me he sentido atraída por teorías psicoanalíticas que comparten este
este libro que se consideran a sí mismos humanistas, así como también los ` ..plritu. A continuación incluyo una formulación reciente, mía:
psicoterapeutas humanistas, generalmente encuentran un camino medio entre
Heidegger y Sartre5. De la misma forma, tanto Buber como Levinas recono Creo que lo que la Psicología del símismo (o del jc% tanto la origi
cen, como lo hago yo también, la importante cuestión acerca del estatus moral nal como la contemporánea aporta al psicoanálisis y a las terapias con
de los animales, sin 11egar a conclusiones definitivas de lo que tal estatus moral una orientación humanista es la actitud que Kohut nos enseñó a valorar
pudiera implicar. cn vcz de aqucllo que llamaba "el orgullo de herramienta y método". A
Tercero, en su uso anterior y en algunos círculos actuales, "humanista" im aqucllos que hasta el día de hoy descalifican a la psicología del símismo
plicaba "ateo". Con la posiblc excepción de MerleauPonty, ninguno de los como si se tratara de "ser agradables" ignorando los lado§ más oscuros de
cinco filósofos analizados en cste libro eran ateos, a pesar de que ninguno se la naturaleza humana, nosotros proclamamos, como Terencio, que somos
humanos y que nada de lo humano nos es ajeno. Creemos que nuestro
5 Para una rica discusión dc las concxioncs superpiicstas cntre las filosofias dc los hermcncutas (Ga involucramicnto c()n la humanidad §ignifica que en principio toda la ex
damcr y Ricocur), el antihumani§m{) dc Hcidcggcr y las psicotcrapias humanistas dc la "tcrcera fucrza" pcricncii` liuma" i.s ct.miircnsiblL. mcdiantc cl diiilt>gtt empático, inc`lu
c.in fimmB ct>in{j Gt}rdt}n Allitort. Cirl R.t#c" y Abraham Masl.iw, vcr SasB (1989). yEml() s`is Í.(}r" i`() vcrbalcó y i.t)rporci7,adas. Em) 8ignifica quc a pe§ar
Pe"ar la Práctii:a ClíTiica 1. La Psicoterapia en un Espiíritu Socrático 11
10
de que seas o no capaz de entender a cada paciente, ningún paciente, nin p§icoanálisis. El involucrarse con su trabajo posiblemente engcndre una pa
sión por el diálogo, la inclusión, y reverencia por la otredad de lo otro. Al mis
guna psicosis, ninguna forma de otredad yace fiiera dc la posibilidad de
mo tiempo, significa una crítica implícita a la teoría y práctica que es solipsista
ser entendida por alguien. A dia].io, nosotros los psicoterapeutas somos
11amados para ser alguien que hace la elongación empática para incluir (mente aislada), reduccionista, ehtista y autoritaria. Buber se convicrte, para
bicn o para mal, ejil£ coq^€ÉÉajdJSL,€lí.pic_o_ y de .!a~c.g."pidad ter;apéu±i£a:
dentro de nuestros horizontes de comprensión a ese alguien que encon
En el Capítulo 3 nos abocamos a Ludwig Wittgenstein (18811951), el
tramos desafiantc, es decir, dificil de entender. (Orange, 2009a, p. 238).
filósofo austriaco y de Cambridge, quien hizo cumbre, como dicen los mon
tañistas, en los años 30 y 40 del siglo pasado. Sus ideas clave el significado
Dicho humanismo aparece, en una u otra forma, en cada uno de los filósofos
comouso, jucgosdelenguaje y semblanzas familiares desgraciadamente
que estudiaremos en conjunto. ' no han sido tomadas en cuenta por los autores psicoanalíticos y psicoterapéu
CONTENIDOS ticos. Como otros autores filosóficos, Wittgenstein evitó todos los reduccio
nismos de racionalidad científica y en lugar de eso nos mostró al filósofo en
Este libro contiene cinco capítulos dedicados al estudio de cinco filósofos eu £! trabajo dialógico cotidiano de encontrar significados sumidos dentro de los
ropeos del siglo XX, por sus contribuciones a nuestro pensamiento clínico: £gg±Sg_tos, del mismo rnodo como lo hacen juntos un terapeuta y su paciente.
' Sus J#q/cf/!.g".oné¥u¢/oío#c", publicadas luego de su muerte, lo establecicron
Maftin Buber, Ludwig Wittgenstein, Maurice MerleauPonqr, Emmanuel
Levinas y HansGeorg Gadamcr. Sus vidas transcurrieron en los mismos iunto a Heidegger como uno de los dos filósofos más influyentes del si
años. Los cinco estuvieron vivos entre 1908 y 1951, y por lo tanto, vivieron glo XX. El filósofo que nos dio los jucgosdelenguaje, las semejanzas fami
Iiue§ y eli£==s§pQ, puede parecer una anomalía dentro de este grupo. Sus
los años de horror dc 1933 a 1945 y fiieron afectados por ello de distintas ma
ncras. En uria charla de 1924 sobre Aristóteles, Martin Heidegger proclamó: ¡\ e.critos con frecuencia parecen inaccesibles a los no filósofos, pero también
"La personalidad de un filósofo es dc intcrés únicamente en esto: nació en tal •: ..taba profiindamente involucrado con la psicología gestalt y el psicoanálisis
`: freudiano. Nos ofrece otro lenguaje o marco desde el cual notar las presupo
o cual época, trabajó y murió" (citado en Grondin, 2003 [1999], p. 86). No es
•lciones filosóficas que impregnan nuestro trabajo y nuestras teorías, cspecial
toy de acuerdo no es de sorprenderse ya quc he colaborado con teóricos del
mcnte aquellas que descontextualizan. Implacablemente nos involucra en los
entrecruzamiento entre biografia y teoría (Atwood y Stolorow, 1993)y por
rompecabezas y las trampas que crean el ignorar el contexto. Los clínicos que
ende, suministro algo de historia retrospectiva de cada filósofo.
El orden que he seguido es un tanto arbitrario y podría haber sido distin •prcndan de Wittgenstein van a aprender a escuchar cse discurso en particular
to. Depende más que nada del orden de lo§ períodos más productivos de cada quc lc da significado a la palabra de un paciente o un autor podrá entender y
filósofo. Poner en práctica su sentencia: "el significado es el uso".
EI Capítulo 4 introduce a Maurice MerleauPonty (19081961), el feno
EICapítulo2consideraaMartinBuber(18781965)cuyoyoyrz/'(Buber,
menólogo francés del cuerposujeto. Sus conceptos de intersubjetividad cor
1970), publicado originalmente como JCÁ ##d D# en 1923, lo hizo mundial
mente famoso. Él entendía y enseñaba que para relacionarse humanamente es poreizada, y luego de la carne, lo llevó a apreciar a Freud más que los demás.
Además, como fenomenólogo, nos llevó más allá dc Frcud en las direcciones
necesario el encuentro con el otro como un Tú íntimo. El encontrar al otro en
una relación YoEllo, que puede ser inevitable y necesario, reduce y objetiviza quc dcsde cntonccs han ido el psicoanálisis y las teorías de sistemas intersub
al otro. Buber desafia al clínico a encontra.rse con el otro, como u.n pÁa.r.di4egi~ Jctivo8. Su obra más influycnte, £¢/g7M7m'#o/ogz'¢ dc /¢ ?c7wPc!o`#, apareció en
fr.ncés en 1945 y declaraba que la percepción es acceso encarnado al mundo
co y no como instancia de cualquieri:ategoría.
La filosofía "Yo y Tú" dc Martin Buber ha influenciado significativamentc quc habitamos y que nos habita a nosotros. Su último trabajo, interrumpi
la terapia gestáltica relacional, pero ha sido en gran medida olvidada por el
do trágicamente por su muerte repentina, cra otro intento más radical de re
ɱJ |£z.?.:..cl cog!./o .carte§i?n.o por una subjetividad entrelazada con otros. El
h l,d iri)nía dc c§ta afirmación h pr()iiia historia dc vida dc Hci{lcfficr casi ha ci`lii)sido su cstatura
posujeto de MerlcauÍ'onty, comfirométido en el mundo, cs otro rccurso
i.tiin.) filó.()l.(cB .lcma, rctmpc.`ti"mc ntc. pua h tc{)ría y práctica tcrapéutica. Sus ideas básicas constituycn tanto un
12 Pensar la Prácííca Cl{nicfl 1. La Psicoterapia en un Espíritu Socrático 13
compromiso con Freud, Marx y Sartre, como también un desafio continuo dándole al lector acceso a mucha literatura teórica psicoanalítica actual. Al
mi§mo tiempo va a argumentar que para nuestrq práctica clínica, la filosofía
y radical a ellas. Su versión heideggeriana del serenelmundo es explícita
merite humanista, en contraste con la del propio Heidegger, quien evitó el hu _.dial.ó£ica es un recurso mejor que el "posmodernismo".
Estos filósofos han sido mis maestros ya quienes me hubiera gustado co
manismo en su búsqueda del Ser. MerleauPonty se concentró en la percep
ción corporeizada del sujeto (experiencia de y en la vida cotidiana), entendida nocer personalmente. Cada uno tiene un rostro quc recuerdo a medida que
como el contexto siemprcyalisto y como un compromiso personal y social lco y trabajo (mis lectores podrán intentar una búsqueda en la qt;c¿ para bajar
fotografías). En mi educación católicoromana, se suponía que cada persona
que va con ello. Por lo tanto, su trabajo constituye un desafío continuo a nucs
tro individualismo remanente en nuestro pensar y en nuestra práctica. Muy tcnía un santo patrc>no, un profesor, compañero(a) y protector(a). Dejando la
en deuda con la psicología gestalt, también es el filósofo que con más claridad santidad a un lado, estos filósofos siguen siendo mis maestros, mis compañe
abrazó una teoría de campo de la intersubjetividad. ros intelectuales durante 20 años de trabajo psicc>analítico, y mis protectores
EI Capítulo 5 presenta al disruptivo Emmanuel Levinas (19061995). Al ante las sirenas y los demasiado seguros de sí mismos. Su trabajo me desafia
reinstaurar la ética primero como filosofía, su trabajo desarma la habitual bús cuando me veo tentada a lecr en forma acrítica, y me inspiran cuando mi tra
bajo §e ve sin remedio. Me ayudan a entender por qué creo cuando creo y por
queda de generalidades, por la subjetividad y por la objetividad, por coriceptos
que reducen lo otro a 1o mismo. Él sostenía que el rostro del otro sufricnte, qué dudo cuando dudo. Cuestionan implacablemente mi pcnsamiento y mi
impone sobre mí una exigencia infinita e imposible de cumplir. No matarás; Práctica clínica y son por lo tanto los mejores amigos y mentores, como tengo
no me dejarás morir solo. Tú eres responsable de mí. La subjetividad indivi la c§peranza de que uno o más de ellos puedan serlo para los lectores de estc
dual de uno es un resultado secundario, aquello que los filósofos llaman un líbro.
epifenómeno, por responder al otrc), quien en su destitución, siempre me tras
ciende. Yo creo que Levinas plantea un cnérgico desafio al foco contempo ASUNTOS DE INCLUslóN
ráneo de la subjetividad del psicoanalista o terapeuta. Habría dicho algo así:
"No se trata de ti" excepto cuando respondes o ignoras al otro. MiB opciones en este libro son la respuesta a tres preguntas:
Y finalmente, en el Capítulo 6, nos encontramos con el "anciano grandio
so" HansGeorg Gadamer (19002002) cuya hermenéutica filosófica ha dado a 1. épor qué escogí a estos filósofos en particular?
los clínicos un concepto y modelo fflibilista, dialógico, de espíritu abierto para 2. ¿Dónde está Heidegger?
la comprensión clínica. Su 7r#c7¢dy 7m7'/odo (1989), originalmente publicado en ®. ¿Dónde están las mujeres?
1960, por muy importante que haya sido para mi pensamiento y el de otros,
no es nada en comparación a los 40 años de viajes, aprendizaje de idiomas e Vo}r a responder cada una brevemente.
interminables conversaciones que siguieron (Gadamer, 2007). Incesantemcnte Primero, estos cinco filósofos europeos han tenido el mayor impacto cn
intentando aprender de los demás, Uegó a ser un viejo sabio cuyo senti ml. opciones teóricas y en mi pensamiento clínico en los últimos 10 a 15
do de diálogo potencial se extendió mucho más allá dc su hogar europeo. •ho.. Mis intereses anteriores en el pragmatismo de Charles Sanders Pierce
Gadamer, filósofo de la comprensión, tenía una pasión por la práctica real (Or.ngc, 1984) y de William James retrocedieron un poco a un segundo
y el proceso de conversación. Al igual que Buber, su espíritu dialógico lo man pl.no al ir estudiando más fenomenología y desarrouado un serio interés en
tenía abierto a la otredad del otro e involucrado en conv€rsaciones hasta el Wlttgcnstein. He qucrido presentarles mis amigos filósofos a mis colegas clí
final de su larga vida. Como MerleauPonty, su búsqueda fiie siempre por una nlco8, por todas las razones que he dado antes y porque cada uno me inspira
dc maneras especiales, quc se harán visibles en los capítulos que siguen. (Algún
L:gg:PEín~Sión` Sifu£da, una conciencia histórica efectiva, jamás lograda de una
vez y para siempre. Como Wittgenstein, cuya obra apreciaba enormemente, otro autor, más compctente que yo en la historia de las rcligioncs mundiales,
su filosofia hermcnéutica (gramatical en Wittgenstein) se convirtió en un en hbría incluido filósofos pr()venientes de fiiera de Europa).
foque para entender todo. Este capítulo, más que los demás, va a ocuparnos Scgundt), ¿dóndc cstá Martin Hcidcggcr? Una repuesta casual scri'a: en
dc la ncgación posmodcrna de la posibilidad dc la comprensión y cl diálogo, todas partcs. S`i influcncii` cmpapi` cl trabajo dc McrlcauPonty y Gadamcr;
14 Pensar la Prdciica Clínica 1. La Psicoterapia cn un Espíritu Socrático 15
Levinas y Gadamer fiieron alumnos suyos. Con la excepción de Wittgenstein, mujeres trabajan ahora en filosofia. Pero creo que pasarán generaciones antes
cada filósofo estuvo involucrado mínimamente o en forma continua con Scr dc que la§ mujeres tengan las oportunidadcs y el apoyc> para aparecer entre los
)/ /Í.c7%4o de Heidegger. Eso sí que una respuesta más cuidadosa estaría com grandes filósofos. Esto me acongoja y de alguna manera opaca el gran placer
puesta de dos partes. La primera es que mi colaborador Robert Stolorow que me da el estudiar a los filósofos incluidos en este librc>.
(2007) ha escrito mejor sobre Heidegger y sobre la utilidad de sus ideas para
la comprensión clínica del trauma, de lo que yo hubiera podido escribir y por DIÁLOGOS EN UN ESPÍRITU HERMENÉUTICO
lo tanto mis esfiierzos habrían estado de más. En segundo lugar, encuentro
Estc libro intenta ingresar y mantcner un diálogo en varios niveles: entre la
que las accioncs de Heidegger, y en cspecial su silencio posterior, fiieron una
tremenda traición a todo aquello que los filósofos tienen en gran estima7 y a filosofia y la psicoterapia, incluyendo al psicoanálisis; entre la teoría y la prác
tlca clínica; entre los filósofos considerados; en forma implícita, entre las tra
pesar de que reconozco su grandeza y su influencia en mi pensamiento, lo que
tengo que decir acerca de él aparece c# P#jf¢#/ en los capítulos siguientes. dlcioncs psicoanalíticas y las de nuestros colegas humanistas; entre el tcxto y
Finalmente, éy dónde están las mujeres filósofas? En la era en que Marcia d lcctor; y entre las voces en competencia que cada uno dc nosotros escucha.
Cavell, Martha Nussbaum y feministas como Julia Kristeva y Luce lrigaray C.da uno de cstos diálogos requiere lo que yo denomino una "sensibilidad
están escribiendo ¿por qué escogí escribir sobre cinco varones blancos fue hermcnéutica". Y lo más importante, tal actitud hermenéutica tema de un
cidos? Ciertamente una pregunta justa y que amcrita una respuesta reflexiva. llbro fiituroposibilita nucstro trabajo terapéutico.
Los filósofos que yo he escogido tuvieron oportunidades extraordinarias para Una scnsibilidad terapéutica hermenéutica requiere, a mi modo de ver, lo
estudiar (Gladwell, 2008)8 y pensar que hasta hace poco tiempo eran impen 'micnte:
sables para las mujeres. Cada uno tuvo una esposa que los apoyaba y crió sus
hijos. Cada uno estuvo parado arriba de los hombros de gigantes filosóficos •. Una fiierte sensación de la propia situación incluyendo las teorías que
como Platón, Descartes, Kant e incluso Heidegger. A diferencia de las mu tcngo, la historia personal y la organización de la personalidad~ que con
tlnua e inevitablemente da forma y limita la capacidad actual de uno para
jeres de cualquier generación hasta ahora, estos hombres tuvieron la oportu
nidad de convertirse en grandes filósofos que han inspirado mi pensamiento comprcnder en general y para comprender a un paciente en particular.
b. Una §ensación de mundo experiencial o sistema, el propio, el del paciente
y el de muchos otros. En particular, han suministrado recursos filosóficos a
clínicos en ejercicio, y les estoy muy agradecida por sus vidas y su trabajo. y cl formado en conjunto con el paciente.
Pero nosotras las mujeres tenemos mucho que recorrer para estar a la altu ®. Un fiierte sentido de la complejidad que resiste todas las formas de reduc
ra. Como joven estudiante graduada en los años 70 y como profesora asistente clonismo y racionalidad técnica en el trabajo clínico.
en la ruta académica para la tenencia dc un cargo, por lo general era la única •. Um sen§ibilidad a todos los idiomas de la experiencia personal, incluyen
mujer. Era prácticamente imposible introducirse en cualquier conversación, y do sus fondos no v€rbales y formas de expresión.
el desdén de mis colegas varones se sentía espeso y pesado. Pronto, atraída i. Un fiierte sentido histórico del desarrollo que da en general el mis
' mo énfasis al pasado y al fiituro, que atiende al proceso de emergencia, in
también por el trabajo clínico, abandoné la carrera académica para estudiar
cluyendo la emergencia de la defensa y disociación a lo largo del proceso
psicología clínica, y más tarde, psicoanálisis. Cuento esta historia solamente
clínico.
porque imagino que otras mujeres de mi generación se vieron enfrentadas a
luchas parecidas, aunque está claro que algunas sobrcvivieron y muchas más Í, La crecncia de que la comprensión cs efectiva, es decir, que la compren
iión en el sentido rico, es curativa.
7 Robcrt Stolorow, Gcorge Atwood y yo (2010) también hemos escnto un intento de cómo comprcnder
i, La convicción de quc cl diálogo y la conversación son el mejor modo de
psicobiográficamcnte el entusiasta y jamás negado apoyo de Heidcggcr a los mcionalsociali§tas. crcar y registrar aquella resonancia emocional indispensable para el traba
Ver "Hcidcgger's Nazism and th€ hypostatization of being" en Jn/crna/í.ona//oürw4/ o/Pi)vÁoma/y/ic
Selfpiy(l)ology`5..429450. j() ()ricntadt) al significado.
H Nótcsc qw cn ..1 csi`iilio dc C.la(1wi`ll sobi... "Hmn(1cs rei`lizadttrcsn tiiii. t`ivicron oi).munidadcs cxtrat)r
h. h scnsación dc vocación y dcv(>ción semejante a la "práctica rigurosa" dc
dimriai, n(i iparc.`c ni um Mih mujcr.
Fricdrii`h Si`hlcicrii`a.`hcr. I'im` Si`hlcicrmai`hcr, "cl malcntc`ndidt) t}ciirrc
16 Pcmar la Prdclica Cl{tiica
en forma natural, por lo que la comprensión y entendimiento deben ser
deseados y buscados en cada punto" (Schleiermacher,1998, p.110).
Mi esperanza es que estos componentes de sensibilidad hermenéutica im
pregnen el libro entero y creen un clima que sea una bienvenida a muchas
conversaciones.
MAKTIN BUBER
EL NOSOTROS DIALÓGICO
Un aím r,umca ]e enferma so[a.
BUBF,R
IAs l]eridas del ordende[§er Pueden sanar]e eri infimtamente mds [ugaTe] qiu
''± aqucllos en los cualesf iuron inf ligidas.
BUBER
li. contribución de Martin Buber (18781965), filósofo del diálogo, la inclu
t lón y la confirmación, ha pasado en gran medida inadvertida en el mundo
P.lcoanalítico9. Por otro lado, su trabajo ha sido muy bien recibido en las co
munidades de psicoterapeutas humanistas, especialmente en sus inicios por
Pirtc dc Carl Rogers en la década del 50 y en la actualidad por parte de los
•mpcuta§ gestálticos (Yontef,1988; Hycner yJacobs,1995). Han visto en su
|lo.ofla del encuentro yotú un ideal terapéutico de sanar a través del contac
® de pcrsonaapersona y a través de lo que, siguiendo a Buber, denominan
ffiodemosexp],carestad[ferenc,a>Enpr[mer[ugar,comopodemos
ob.cwar en la correspondencia de Buber (Buber, 1991, 1999), desafió tanto
• Freud como a Jung, considcrando que no daban la talla. Creía que Freud
.i.. dcmasiado reduccionista y mccanicista, demasiado inclinado a reificar el
' Exccpu(}nc^ n.tiahlch .`i`arc`'cn ®n cl tr.`l`..j<) tlc lt)` i)`icti.`nali`ta` rchi`itm.`lc` l)nrlciic l.:l"cnbc.rH
(1992) y LcwiN Ami` (19%).
18 Pensür la Práclica Cl{nica Martin IBub€r
19
inconsciente y excesivamente desdeñoso de la experiencia religiosa (Buber, ternos, r.especto de quienes era muy cercano y de los cuales aprendió su
1999). Freud había considerado la culpa verdadera como si fiiera meramen or por lcDs idiomas y la literatura. Siendo un hombrc joven, sin saber a qué
te neurótica, [mpidiendo con ello una verdadera reconciliación (Buber,1948). eríadediicarseoenquéconvertirse,estudióliteratura,filosofíayalgodepsi
Freud visualizaba el amor como respuesta instintiva a algo que nos fálta, una 1ogíaen'Viena,Leipzig,BerlínyZurich.NietzscheprimeroyKantdespués
carencia, mientras que Buber concebía el amor como algo abundante y gene ron influiencias filosóficas cruciales (sus escritos sobre historia de la .filo
roso, "un proceso voluntario de ser testigo, de afirmar, de otorgar un sentido Fía se puH)1icaron póstumamente, en 1948, como D« Proó/c" dcf Mf>#ícÁm
'/Pro¿/effi4 d* Áomórc]). En 1900 se trasladó a Berlín con su fiitura esposa
de valía y reconocimiento al otro, análogo a dar un obsequio" (Burston y Frie,
2006, p.166). ula Winlkler y se involucró con el sionismo tempranc>. En 1904, se volvió a
Jung, por su parte, había afirmado que sólo estudiaba los "hechos" de la sladaramrankfiirtparatrabajarconFranzRosenzweig]°(Rosenzweig,2005
naturalcza humana y concluyó a partir de éstos que "todas las aseveraciones 21]) y para ocupar una cátedra en estudios religiosos judíos y ética en la
acerca de Dios tienen su origen en la psique" (Buber,1999, p. 65), lo que llevó iversidadl. Allí se involucró en el trabajo editorial y permaneció en el área de
a Buber a replicar: "Estas no son las afirmaciones legítimas de un psicólogo nkfiirt hasta 1937, cuando su familia emigró a Jerusalén, donde enseñó en
que, en cuanto tal, no tiene derecho a declarar qué existe más allá de lo psíqui Universic]ad Hebrea. Sus escritos sobre estudios religiosos y filosofía yo y
co y qué no existe" (p. 68). La forma buberiana de humanismo y religión no (Bubcr, 1970 [1923]), Czm/oJ/."'di.cof (Buber,199ib [19¿7])lo convir`
dogmática encontró una acogida mucho mejor entre los psiquiatras europeos ron en uma figura venerada y consultada por personas alrededor del mundo,
de orientación existencial como Binswanger (Binswanger,1942; Frie, 2003) y como muestra su correspondencia (Buber,1991a).
Hans Trüb (Buber,1991a), así como entre los estadounidenses de orientación Bubcr era reticente respecto de su vida privada pero proporcionó una se
humanista (Buber, 1999; Friedman, 1994; Rogers, 1961). Los psicoamlistas de "fragmentos autobiográficos" para el volumen dc la £¡Grzzry o/li.q#.ng
dejaron de escuchar. ii./ofopóerr dcdicado a él (Schilpp, Friedman y Buber, 1967). De tales frag
Este capítulo sugerirá que esta pérdida merece algo de trabajo de recupe mtos, el primero, de cuando teni'a 3 años, puede ser el más interesante para
ración. Después de una breve mirada a la vida y obra de Buber, enfrentaremos sotros los analistas y terapeutas:
aquellas de sus ideas que han sido tan influyentes en las psicoterapias huma
nistas yotú, diálogc>, inclusión y confirmacióny mostraremos cuán útiles La casa en la que mis abuelos vivi'an tenía un gran patio intcrior rectan
pudieran ser a un psicoanálisis contemporáneo relacional y de sistemas in gular, rodeado por un balcón de madera que se cxtendía hasta el techo,
tersubjetivos. Concluiremos considerando el desafio ético que el pensamiento sobre cl cual uno podía caminar alrededor dcl edificio en cada piso. Aquí,
de Buber representa para todos nosotros que estamos involucrados con seres una vcz estuve parado en mi cuarto año con una niña varios años ma
humanos devastados. yor, la hija de una vecina, a cuyo cuidado mi abuela me había confiado.
Ambos nos apoyamos en la veranda. No puedo recordar haberle hablado
VIDA Y OBRA a mi compañei.a mayor sobre mi madi.e. Pero aún e§cucho cómo la chica
mayor me dijo: "No, ella nunca volverá". Sé que permanecí en silencio,
Martin Buber nació en Viena en 1878 a un mundo cultural tanto magnífico pero también que no albergué ninguna duda respecto de la verdad de las
como innovador cn literatura, música, ciencia, filosofía, psicología, arte y arqui palabras pronunciadas. Se mantuvo fijado en mí; año a año se hendió cada
tectura. Era un mundo en el cual los judíos no sólo eran degradados Frcud, vez más en mi corazón, pero dcspués de más de diez años yo había empe
por ejemplo, no podía tener la c»cpectativa de una cátedra universitaria sino zado a pcrcibirlo como algo que no sólo me concernía a mí, sino a todos
quc además estaban haciendo contribuciones significativas, por ejemplo los hombrcs. Más tarde, una vez inventé la palabra " Pzrggg#2mg" "des
Freud, Wittgenstein, Arthur Schnitzler, Gustav Mahler, Stefan Zweig (Janik cncuentro" o "cncuentro fállido" para designar la £dla dc un encuenti.o
y Toulmin, 1973). También era un mundo del cual todas estas luminarias, si
vivían hasta el jv4zj.zcÍ.f, tenían que partir. Martin Buber uyos padrcs se sc
pararon cn 1882sc fiic mucho antcs para criarsc cn Polonia con sus abuclos m influcncu .`r`i.`ml i.nto .{)brc Bubcr c.)m.) M)brc Lcvmm (Ro.cn"ig y Gilli. 2005).
20 Pen5or [a Práctica CI{nica 2. MartLn Buber 21
real entre los hombrestt. Cuando después de otros veinte años volví a ver hvestigador o artista (Bubcr, 1965). Sin embargo, cuando le permitimc>s al
a mi madre, que había viajado desde lejos para visitarme a mí, a mi esposa otro hablamos, ocurre algo muy distinto:
y a mis hijos, no pude mirar a sus increiblemente bellos ojos sin escuchar
desde algún lado la palabra " 7rcrgcg###g» como palabra pronunciada hacia Esta persona no es mi objeto; tengo algo que ver con él. Tal vez tengo
mí. Sospecho que todo lo que he aprendido sobre el encuentro genuino a algo para completarlo; pero quizás sólo tcngo algo que aprender y todo
1o largo de mi vida tuvo sus primeros orígenes en aquel momento sobre cl se reduce a que "asumo". Posiblemente tengo que responderle de inme
balcón. (pp. 34). diato a esta persona; quizás hablar involucraría una transmisión larga y
compleja y tengo que contestar en otro lugar, en otro momento, a alguien
Es posible leer a cada filósofo en este libro como alguien que responde a pér más, en quién sabe qué tipo dc idioma y ocurre que llevo la respuesta
didas traumáticas y que busca fc>rmas de darles su propio tipo de sentido, tal hacia mi interior. Pero una palabra me ocurrió" que exige una respuesta.
como Buber hizo aquí. (P. 152, traducción mía)1ó.
Yo y TÚ
EI D# de Buber no es parte mía sino que habla hacia mi interior tal como lo
La pieza central de la filosofía de Martin Buber la llamó su "humanismo hgo yo respecto de él. Encontrarse con el otrc> en cuanto Dz¿ nos cambia a
creyente" es un encuentro personalmente íntimo entre Yo y Tü, que difiere •mbos por medio de la palabra que se pronuncia. Pero esta relación también
radicalmente de todas las relaciones yoello en las cuales consideramos al otro acne un carácter doble: es nuestra condición original y a la vez una sorpresa,
como cosa. Por desgracia, traducir el Jc¿D# de Buber como YoTú (J7Z7oz¿) b dado y lo inesperado.
crea y perpetúa una fdsa impresión, tal como Kaufmann (Buber,1970 [1923]) Encuantocondiciónoriginal,elYoTúesprimordial.Paraapoyarestepun
explicó en el prefacio a su traducción]2. D# es la forma íntima del /#', que se ® dc vista, Buber (1970 [1923]) citó la frase zulú de una sola palabra: "Madre,
utiliza con amantes, niños y amigos muy cercanos. rzi', en cambio, implica que tpy perdido" y la frasepalabra tribal fiieguina de siete sílabas: "Se miran el
el otro es algún tipo de deidad trascendente. Para Buber, incluso nos dirigimos al otro, cada uno esperando que el otro ofrezca hacer lo que los dos desean
a una deidad, hacemos uso de| D#13. quc ninguno de los dos quiere hacer" (p. 70). Buber infirió a partir de este
Pero, ¿de qué se trata este contacto dialógico íntimo y por qué es impor de expresiones que "en esta totalidad, las personas aún se encuentran en
tante para nuestro trabajc>? Para Buber, existen dos palabras básicas'4: YoTú y nlzrias como relieves sin lograr la independencia plena de los sustantivos o
YoEllo. No es sólo la segunda parte la que difiere: "EI Yo de la palabra bási pronombres. Lo que cuenta no son los productos del análisis y la reflexión,
ca YoTú es diferente que en la palabra básica YoEllo" (Buber,1970 [1923], üno la unidad original genuina, la relación vivida" (p. 70). La palabra prima
p. 53). La forma en la que nos situamos respecto del otro nos cambia. En YoTü "se escinde en Yo y Tü, pero no se originó como agregado de éstas,
la relación YoEllo podemos situarnos por encima o afiiera como observador, ihtcccde a cualquier Yo" (p. 74). Argumenta que, debido a esta primacía, "el
elo de rclación es primario, la mano convertida en cuenco en la cual el otro
" Los traductorcs usualmente ocupan las palabras óom¿rc y Ác7m6rcj en inglés para ^4:cnjcÁ y n4:c#fcóc# r quc se nos enfrenta se acurruca; y la relación respecto de la cual aqueuo que
utilizadas por Bubcr, pcro la palabra cn alemán ticnc un sentido mucho más inclusivo, más como ?cr • um anticipación sin palabras dc decir Tú, viene en segundo lugar" (p. 78).
Sorl as _ Bubcr no sugiere que podemos vivir de modo exclusivo en el YoTú. En
[2 En inglés, la obra de Buber recibc cl título / and 7boz¿, siendo /¿o# una manera más forma] dc decir C.mbio, csta relación existe mucho más comúnmente como latencia que como
/z{' (N. de los T.)
" Me parece irónico que, una vez que comprendemos la intimidad del cncuentro terapéutico (sanación 1' El /4óar hcbreo/semítico es tanto ?4/aórfl como coJ4, oc#rrcnfz4. Una vez pronunciado, un 4Ía¿~ se
a través del cncuentro, siguiendo al amigo de BubeT Hans Trüb, 1952), tantos psicoanalistas siguen ®n.ldcía una cosa objctiva. No sc pucdc deshacer Sc afirma, por ejemplo, que Moisés a mcnudo es
` Aichiba cl /4/4r dc la dcidad biblica (dcbo csta observación a D. Braue y al Diccionario £¢»gmrÁc¡c//
insisticndo en modalidades formalcs de dirigirse al otro (cn alemán, SÍ'c, en francés, t/o#r, en italiano,
£cÍ'; en iriglés, ^4r. o ^4..) entre analistas y pacientcs, H®hrco]nslés,1 % 1 ).
" Para Bubcr, las palabras fiindamentalcs dcl lenguajc ntt st)n vocahlos aisladt)s, §in{t parcs de vocablos U En ciic puqíiic, li` ii.il.ibr.` ilc 1.` ittrii i)crooi`.` `c it.`i.e.`.. m`ii`ho al '`ro`trti dcl otr(tn de l,.ma\ qw t`t)loi`.i
• rcipoi"l)iliil«(l u`lii`itiL Nt}I`rc ti`Í. Vcrcit`()x qiLc Gudqii`cr dii`c al«) n`iiy simihr.
quc c{mstituycn pa]abm§ bágims () primo[dihc8, lm `.`ialcs in{li..m rchci{}nc8.
22 Pensar la Prdciica Clínica 2. Martin Buber 23
momento de experiencia. En palabras de Lynne Jacobs (comunicación perso Pbr lo tanto, debiéramos esperar que habrá desacuerdos, malentendidos y sor
nal, 20 de octubre, 2008), prcsas, familiares a todos nosotros en nuestro trabajo. De hecho, Buber creía
que la sorpresa era un elemento escncial del encuentro dialógico entre Yo y
(. . .) la actitud YoTú (tan evidente con un buen profesor o terapeuta) in Tú y, en consecuencia, pre no contra la confianza en el método y la teoría en
terpenetra la discusión altamente valorable de contenido que se encuen psicoterapia. Habló con miembros de la Washington School of Psychiatry en
tra en el ámbito YoEllo. Creo que es la interpenetración la que convierte 1957:
cl YoEllo en algo significativo, utilizable. Y el mal es consecuencia de la
alienación respecto del mundo del YoTú en cuanto posibilidad. El terapeuta habitual se impone a su paciente sin ser consciente de ello. . .
el terapeuta se acerca al paciente, pero tiene que intentar influenciarlo tan
Si la relación es nuestra condición original, cuando sale mal tal como atesti poco como sea posible, esto es, el paciente no tiene que verse influenciado
gua la vida del propio Buber el anhelo de relación pucde dar forma a nues por las ideas generales dc la escuela [de pensamiento]. El paciente tie
tra vida de un modo decisivo. En el psicoanálisis relacional, en especial en ne que ser dejado solo, si se me permite decirlo así, con la humildad del
la teoría de los sistemas intersubjetivos (Orange, Atwood y Stolorow, 1997; maestro y entonces el terapeuta espera lo inespcrado y no coloca lo quc
Stolorow c/ 4/.,1987), las personas están siempre incorporadas en contextos vienc cn categorías„. Es mucho más fácil imponer que hacer uso de toda
relacionales que pueden ser más o menos encucntros, en el scntido de Buber. la fiierza del alma para dejarlo consigo mismo y no tocarlo, por así decir.
La experiencia relacional traumática "desencuentros", en el lenguajc de (Buber,1999, p. 240).
Buber crea miedc>s y anhelos descritos y estudiados por los investigadores
del apego, quienes son capaces de mirar incluso al niño más "difícil" como al c. cncontramos, por cnde, con que a los psicoanalistas leer a Buber nos pue
guien que "se inclina buscando amor" (Karen,1994). imbuir de um actitud de "saber" menos que aquella alentada por el psi
Aunque la relación de Buber es primaria sin parecerse en absoluto al Álisis tradicional. (Recuerdo haber escuchado a un supervisor decir que
logro evolutivo del reconocimiento mutuo estudiado por los hegelianos psi psicoanalista competente y experimentado nunca se sorprende). En cam
coanalíticos (Aron, 1996; Benjamin, 1995)también involucra elementos de Buber lc escribió a Ludwig Binswangcr que "el diálogo como yo lo veo,
sorpresa. Debiéramos csperar ser sorprendidos porque esta otra persona no cs plica la nccesidad dc lo imprevisto y su elemento básico cs la sorpresa, la
parte mía: malidad sorprendcnte" (Buber, 1999, p. 190). Aunque el trabajo recien
de Danicl Stern (2004) no hace mención de Buber, su descripción de los
El otro real con el cual me encuentro, me encuentra de tal manera que mi cntos presentes con su cualidad inesperada y plena mutualidad, que de
alma entra en contacto con la suya como algo que no es y no puede llegar en siempre de procesos preexistentes de regulación mutua intersubjetiva,
a ser. Mi alma no incluye y no puede incluir al otro y, aun así, puede acer a haber congeniado con Buber. De modo parecido, Buber podría haber
carse al otro en este contacto muy real. (Buber,1999, p. 56). o cncantado con la búsqueda dialógica de sorpresa en cl juego de gara
dc Winnicott (1971). Reverentes respecto del otro, sosteniendo nues
Y, nuevamente, al hablar del "hacer presente en persona" necesario para el ver tcorías con liviandad (Orangc, 1995) y permaneciendo preparados para
dadero contacto, Buber escribió: •orprendcnte encuentro con el Tú; cada hora en nuestro trabajo buscamos
ntrarnos con el Tú.
El supuesto principal para el surgimiento del diálogo genuino es que cada Pcro esto muchas veces significa trabajar en la oscuridad, en mundos
uno contemple a su compañero tal como es. Me vuelvo consciente de él, 1 devastación traumática, incertidumbre (Brothers, 2008), riesgo pcrsona]
consciente de que es diferente, esencialmente diferente de mí mismo, en i(Jwnickc, 2008), solcdad y pérdida. La vi'a dialógica es riesgosa:
la forma definida y única que lc es peculiar, y acepto a quien veo de este
modo de manera que en total sinceridad le pucdo dirigir lo quc digo en La palabra básica sólo puedc pronunciarsc con todo el scr; quicn se com
cuanto a la pcrsom quc cs. (pp. 7980). .` promctc no pucdc rctci`cr una partc dc sí mismo; y cl trabajo no mc
2. Martin Buber 25
24 Pen§aT la Prdc[ua Clínica
cnteramente recíproco. Incluso si me acerco al otro de modo no reduccionista,
permite, tal como pudiera hacerlo un árbol o un hombre, buscar relajo en
volviéndome hacia el Tú, tal como Buber muchas veccs, puedo estar oftecien
el mundo del Ello; éste [¿tanto la palabra como el trabajo?] es imperioso:
do cl "gran regalo" en vano: "Todo nos dice que la mutualidad completa no es
si no le sirvo de forma apropiada, se rompe o me rompe. (Buber, 1970
ii`herente a la vida compartida de los hombres. Es una forma de gracia para la
[1923], pp. 6061).
t`ual uno siempre tiene que estar preparado, pero con la cual uno jamás pue
{lc` contar" (p. 178). También creía quc algunas relaciones YoTú profesor
Sin tantos supuestos, categorías, métodos de observación y cosas similares
i`lumno, terapeutapaciente y líder espiritualmiembro de la congregación
para protegernos, somos como los peregrinos en uno de los trabajos religiosos •`ittir su naturaleza misma, puede que nunca se desplieguen hacia una plena
tempranos de Buber: "En esta noche del desierto no se puede indicar ningún
i```itualidad, si es que pretenden mantencrse fieles a su naturaleza" (p.178). La
camino. Sólo podemos ayudar a otros a mantenerse firmes y bien dispuestos
rcli`i`ión de ayuda es asimétrica por naturaleza (Buber,1999), incluso cuando
hasta el alba y se haga visible un sendero, allí donde nadie lo sospechaba" (cit.
•iuicn ayuda se acerca al otro en cuanto Tü, porque la verdadera tarea del tera
por Helmut Kuhn en Schilpp c¿ 4/.,1967, p. 647). Esta actitud se parece a la
esperanza radical descrita por Jonathan Lear (2006), la única posibilidad frcn I,Cl'ta,
te a algunos tipos de devastación cultural o personal (Orange, 2008a).
la regeneración de un centro persoml atrofiado... puede ser llevada a cabo
Aun así, esta actitud no es mística. En 1957, Buber escribió un epílogo a
sólo por un hombre capaz de captar con el ojo profúndo de un médico, la
yoy rz/' (publicado originalmente cn 1923) en respuesta a algunas preguntas
`inidad enterrada, latente, del alma que sufre, lo cual sólo se puede hacer
que se le habían hecho a lo largo de los años. "La estructura firme y clara de la
Si cntra como compañero en una relación personaapersona, pero nunca
relación YoTú, familiar a cualquiera con un corazón cándido y el valor como
:` través de la observación e investigación de un objeto...; el terapeuta, al
para arricsgarlo, no es mística[7. Para comprenderla, a veces tenemos que salir
i(iual que el educador, tiene que mantenerse no sólo en su propio polo de
nos de nuestros hábitos de pensamiento, pero no de nuestras normas primor
h` rclación bipolar, sino también en el otro polo, experimentando los efec
diales" (1970 [1923], p.177). Hablando de la vinculación YoTú con el mundo
t()s de sus propias acciones. (p. 179)]9.
natural, advierte que
1 )i!idc la perspectiva de Buber, la relación de sanación concluye cuando el pa
nuestros hábitos de pensamiento nos hacen difícil ver que. . . algo [el c7G
•`lci`tc intenta experimentar desde el punto de vista del sanador. A mí m€ pa
á¢r, la palabra] es despertado por nuestra actitud y que resalta hacia no
r...c (iuc cstas relaciones de sanaryenseñar comparten la asimetría indispen
sotros desde aquello que tiene ser. Lo que importa. . . es que debiéramos
•.hlc dc la crianza. Buber implica que convertir a nuestros hijos, estudiantes
hacerjusticia con una mente abierta a la realidad de lo que se abre frente
o pi`c.icntcs en padres (Burston y Frie, 2006) los vuelve de un Tú en un E11o,
a nosotros. (p.173).
ií)nvirtiéndolos en objetos parentificados para satisfacer nuestras necesidades.
^si', 1a relación YoTú no necesita ser constante, no puede ser siempre ple
Para Buber, la actitud natural[8 es una actitud que no reduce al otro a un Ello.
nwii`cntc recíproca y no es mística. Sin embargo, es íntima, sorpresiva, riesgosa,
Habiendo afirmado que la relación es reciprocidad, a Buber (1970 [1923])
también se le preguntó a menudo si acaso el encuentro YoTú tenía que ser y `.rci` `in genuino Nosotros. La palabra (d4¿¢r) que surge entre Yo y Tü emer
ti® cn i.l Nosotros del habla, "el hablar comunitario que comienza en el medio
`hl l`i`l)kirnos cl uno al otro" (Buber,1999, p.106). EI Nosotros, la comunidad
" Para una historia del misticismo judío, véase Scholem (1995). Bubcr quien parcce haber pensado
vlw `li.l i):`sado y del prescnte, depende del lenguaje que está siempre ontoló
que el misticismo era fiisión o comunión también puede haber estado respondicndo aquí a la§ críticas
de Levinas, quien estudió con Buber pero a quien su concepción de la relación le pareció demasiado iil`.i`iuc`i`ti` prcsente
religiosa, demasiado "mística" y, lo peor de todo, demasiado recíproca. Ver Capítulo 5.
" l'iit H`ii``it.`tu, (.xi`.`.n iii\i(.hi`s `)ir.`s `.(in(.cii(`i(iiics dc la intcrsubjctividad en la filosofía y cn cl psicoa
'8 Esta no es la "actitud natuml" dcl fiindador dc la fenomcnología l`,(liiiini(t 1 ]mscrl (La Haya, 1982
•iAllii ` .tnt( i i)`u.'.'iii.`t., lJtt{lr(';L H.`ui`ir uiti.nuhic`tivi`l.`(l pri"ri¿` a aq`iclh a lí\ quc rcc`irrc la teoríi` de
[1913|), qiiicn visuí`li7,aba h i`ctitud "it`m`l i`omo cl ct)niiinto comiili.io tli. Iu. "ii`ic`tos c`otidií`nos y
li.. lt.nw nLtrhul`i``tivi)S. t`l umrn ii `i`1t`i]].\ tii (.1 ```i.`l i`¿]tlu uii() .li. iit)`()tr()` i`:`cc y cn (`1 i``ii`1 nL]t`sTrt.
mnri'Íit`m tiw' iii.\`i.simm l"rtt.uni lülo (i¡oni.r..iwi{` iw('"w` ) 1 t i `li l ` l ilt. tles(.ribir "hs
""",1"'".,`,""',1".`1"."" ,11, , "",
"„,i`„`'"lt".".r ,,' t ` ,,., ",1"Í\".""t",
26 Pensar la PTáctica Clínica |, Mirtin Buber 27
donde sea que uno le comunicó al otro su propia expcricncia de tal mane •im iit) tiene nombre, por lo no concebido, por lo inconcebiblemente otro, por
ra que penetró el círculo de experiencia del otro y lo complementó desde iinit.ii tlcsca ser entendido en el hecho de haber entendido" (p.150). Buber
el interior, de modo que a partir de ese momento sus percepciones están liniil.i``t`i que Descartes y sus seguidores "filósofos desocratizantes"han
situadas dentro de un mundo como no lo habían estado antes. Todo fluye im.li`lt) el contexto dialógico socrático y han caído en una "arrogancia mo
nuevamente hacia una gran corriente de un compartir recíproco de cono iml(ií{i'/,mte". Puede concederse que a este diálogo interno le fhta algo el
cimiento sí llegó a ser y así es el Nosotros viviente, el Nosotros genui iiii.i, cl momento de la sorpresa: "En su propia mente, la persona humana no
no que, allí donde se realiza a sí mismo, abraza a los muertos que alguna i`. ln`iirc.dccible para sí misma como lo es para cualquiera de sus compañeros:
vez participaron en el coloquio y que ahora participan en éste a través de P" lti tanto, no puede ser un compañero genuino para sí mismo, no puede
lo que han legado a la posterioridad. (p. 107). mi wl#`ucn que hace preguntas genuinas ni alguien que da respuestas genui
iii`." (i). 150). La palabra "se vuelve fructifera allí donde, a partir de que uno
Para Buber, este ^7oforrof era tan rcsistente a la reducción a la tercera perso i.iitlci`{lc al otro, se despliega un diálogo genuino" (p. 150). Tfl palabra pro
na como el Yo y el Tú. Este Nojo/roj "no es un colectivo, no es un grupo, no iitiii`.ln(h es siempre ambigua, teniendo un "aura" (p.151); la palabra dialógica
es una multitud que se puede exhibir objetivamente" (p. 107). Al igual que |n..Iui{} r)uede ser el hecho de estar sentados juntos en silencio o caminar en
Heidcgger (1962 [1927]), Buber creía que el mundo no es una colección de Wiii|`intt i (p. 258). TU como los demás filósofos que estudiaremos, Buber reco
ítemes. A diferencia de Heidegger, Buber visualizaba el jvoíozrcu como algo |o` r ti`ic las palabras que decimos los unos a los otros difieren fimdamental
compuesto por los muy particulares y personales Yo y Tú enraizados en una m.i`tc dcl lcnguaje reduccionista "sin rcmanente" de la ciencia.
relación adicional con el ,Nojo/rof de la tradición y el lenguaje. Siendo un filó
sofo del diálogo, Buber acusó la "solicitud" del D¢fcc.77 por ser "monológico" y INCLUslóN
estar encerrado sobre sí mismo: "En el mundo de Heidegger, no existe tal rz/',
ningún T#' verdadero pronunciado de ser a ser, pronunciado con el propio ser. Un .cw`indo concepto crucial para la filosofi'a dialógica de Buber y apreciado
Uno no le dice ese T#' al hombre respecto del cual uno es meramente solícito" W l. n it`:` especial por los terapeutas gestálticos, es la inclusión (U7%/"íz"g)2L.
(Buber, 2002 [1947], p. 204). •`i .lwiiificado es difícil de explicar. Por inclusión no quiso decir exactamente
Buber creía que el lenguaje es, en esencia, dialógico. Incluso el monólogo |mluiM{lad, aunque su pensamiento fiie por cierto inclusivo. No sólo tomó
intemo, la "palabra intcrior", el diálogo con uno mismo, "es posible sólo debi ii` .vimidcración su propia tradición, sino que además estudió muchos idio
do al hecho básico de que los hombres hablan unos con otros" (Buber, 1988, m.. ®iir(}Í}c()s y la literatura de las religiones asiática§ (Buber,1957; Buber y
p. 102). En la actualidad, está dc moda considerar lo "implícito" como un ám li+l.di"i`,1988; Fricdman, 2002). Tampoco quiso decir empatía, la cual para
bito separado del ser; pienso que Buber se hubiese mostrado fiiertemente en U ilwn`ficnba dejarse a uno mismo y deslizarse hacia el otro en cuanto objeto,
desacuerdo. Pensó que muchas veces advertimos que hemos entendido algo
"sin encontrarnos con una palabra", pero luego advertimos que hay un "esfiier
#::'óÍ::::,:,ds:=;ralteí::,sp|#Ceas:aeáec::rs:;íBdueb|ear,p2rooop:a[::::::ipd,lel|4aplalg5a'
zo orientado hacia el lenguaje" (Buber,1999, p. 149). "Al pronunciar la palabra iiil.iiio dc 1:` situación €fectiva de vida, la absorción en un esteticismo puro de
interior, no desea que sea escuchada por sí mismo, dado que ya la conoce en h n.ll(h(l cn la que uno participa" (p. 115)22. Para él, la empatía sugería un in
cuanto que la está pronunciando. Más bien, desea que sea escuchada por lo tiil`ili}i`liii`t> mi'stico o e§tético, un descuido del Tú real y del No§otros real o lo
liii.rl``i"mt` (d4f Zqü£.ícÁc#wc%íc4/!.c¿c). Así, inclusión no es Ez.7z;fií4/cmg (em
2° La Sorgc de Heidegger (1962 [1927]), traducida a mcnudo como "sohcitud" o "cuidado", caracteriza i..i`.), .i{lci`m`rsc cn la cxperiencia vital del otro a través de los sentimientos.
el sercon humano: "EI Da.c}.n rcsudto a ser sí mismo hace posible que el otro que está con él sea en su
más propia potencialidad y se revele en la solicitud que se adelanta y libera. Sólo siendo elhs mismas de
'' ll.i. i"liilnn Ll in¿um tit`i`t. ltiw `it{n`nc:`(ln* `lc iT`i`lusión y. en cspccial, de abrazar o abarcar. Buber
modo rcsuelto y auténtico pueden las personas estar auténticamente unas con otras" (p. 298). Incluso
w,'',''l'„m hM (. ''.t(.r{.''\ '1' 11 ¡„1\1':1\ ' ('\¡'tt.
a criíticos bien dispuestos como Vogel (1994) cl "otro" de Heidegger les parece menos que el Tú cn el
scntido d.. Bubcr, por no mencionar el rostTo del otro cn l,cvinas (vcr Capi'nilo 5). Bubcr discutió y • 1,i.. i.itiiiim ili. lm hi`itm" iiii(.r``ilti..iivo` (Siolorow, ^iwot`(l y On`i`Hci, 2002) h`T` criti(.i`(lo (lt`
i'ritii`t'. :` T l{`i(l(`HÍ:cr (1(` iiii\i`cn` ¿\ii`i`li,` t.n Buh``r (1{)tJt)). mNliulii`lhi lw nn`it i 1 iiiii`{.i`um n ii `ti ` ulili7HiliL i.ur¿`1wuniih i"iutl\tw{ix`I.`l `Í ii`ivi``...
28 Pensar la Prdctica Clínica 3.MartinBuber / 29
En cambio, lo que quiso decir por inclusión era una característica particular i)ir() en la nuestra y a través de la nuestra propia. Una vez más, "La palabra
de la vinculación YoTú, lo "opuesto" a la empatía: l`i'i`ii`a YoTú sólo puede pronuriciarse por el ser`entero. La palabra básica Yo
1'`,11() nunca puede pronunciarse por el ser entero" (Buber,1970 [1923], p. 54).
Es la extensión de la propia concretud, la realización de la situación real ^Hí, cl trabajo de la inclusión es el de "hacer presente". Imagino lo que el otro
de vida,Ja presencia completa de la realidad en la que uno participa= Sus cm` "deseando, sintiendo, percibiendo, perisando en este preciso momento, y
elcmentos son, en primer lugar, una relación, sin importar de qué tipo, nu i`omo un contenido desapegado" sino en el proceso vivo de esa persona
entre dos personas; en segundo lugar, un evento en común c.xperimenta (Il`ihcr,1999, p.14). Esta no es um simpatía, sino un
do por ellas en el cual al menos una de ellas participa de modo activo; y
terccro, el hecho de que esa persona, sin perder nada de la realidad sen •.vcrito en el cual experimento. . . el dolor específico de un otro de tal ma
tida en su actividad, al mismo ticmpo atraviesa el evento común desde el ncra, que siento lo específico que tiene y, por tanto, no una incomodi
punto de vista del otro. (Buber, 2002 [1947], p.115). (lad general o un estado general de sufrimiento sino este dolor particular
i`()mo el dolor del otro. Este hacer presente aumenta hasta quc es una
Para Buber, tal vinculación no es mística (en el sentido de una absorción en el Í}aradoja en el alma cuando yo y el otro estamos abrazados por una situa
otro) sino que es un encuentro concreto entre dos personas. Cuando un Yo y ción vital común y. .. el dolor que le inflijo surge en mí mismo. . . en tal
un Tú experimentan juntos un evento, !a experiencia de uno de ellos pasa a in m()mento algo pucde llegar a ser que no se puede construir de ninguna
cluir el punto de vista del otro2'. En la situación clínica, por ejemplo, habiendo {)tra forma. (Buber,1999, pp.1415).
sido la mayor de 10 hermanos, yo me veo obligada a trabajar muy duro para
incluir la expcriencia de hijos menores o hijos únicos en mi realidad. Por uti l'wm cntender lo que Buber quiere decir, consideremos la siguiente situación
lizar la expresión de Buber, tengo quej2xtender mi _p_ropia concrettid_. Cuando ` llnl.`}i. Mi paciente me ha contado con cierta ansiedad un incidente sexual
un paciente que fiie un hijo menor, me dice que no entiende cómo alguna m.i)c..tt) dcl cua] duda de la sabiduría de su propio proceder. Respondo con
mujer no puede estar fascinada con él, cómo podría posiblemente alejarse de itim..upación, temiendo que mi paciente se está poniendo a sí mismo en pe
él, mi impulso inmediato no inclusívo podría ser 11amarlo un narcisista termi llwm (ii.ej„ podri`a contraer sida). El paciente vuelve la semana siguiente, sin
nal. Sólo cuando yo, "sin perder nada" de mi propia experiencia, me extiendo Il.iitl()Rc enjuiciado, rechazado y humillado por mí. "Siempre pensé que es
Buber diría me "vuelco" hacia el otro, es que puedo empezar a entender IAh (lc mi lado", se queja, "y ahora no estoy tan seguro". Puesto que pensé
los múltiples significados posibles para el paciente. " vez sus padres, encán iim ii`i respuesta sólo había sidc> protectora y preocupada, me veo frente a
tados con tener un hijo después de perder a todos en el Holocausto, estuvie " iri`hajt] de inclusión. La realidad de mi paciente es un dolor específico y
ron ansiosamente y sin parar fascinados con él. 0 tal vez sus padres estuvieron q`ir ticnc poco que ver con el sexo sin protección. A que exploramos la frágil
ausentes en términos emocionales o fiieron inconsistentes en tal medida, que •.iicri`n'/,i` de que finalmente había conocido a alguien capaz de acompañarlo,
el niño más tarde mi paciente jamás llegó a comprender por qué sus pa `.uii`i`rcnderlo y apoyarlo, y mientras descendemos las horribles espirales de
dres mostraron interés en su hermano mayor y no en él. Sigue sin entender y Vw.w{lcn'/,a generada en términos relacionales, su dolor se vuelve real y prcsente
está aterrorizado frente al desinterés. Existen muchos otros significados po inu . ii`Í h`sta que nos encontramos "abrazados por una situación vital común".
sibles. El punto que destaca Buber parece estar cerca del de los teóricos de I/"/;Mw`iJ significa tanto inclusión como abrazo.
los sistemas intersubjetivos, que de igual manera creen que experimentamos o l.:Rn cs la razón por la que Buber habla de inclusión como forma de par
atravesamos los eventos comunes en un mundo que cohabitamos. Buscamos i l. limi.it'm (D#¿c£.ícz.7z)24. Wilhelm Dilthey, el profesor de filosofia de Buber en
sentido y sanación por medio de la inclusión dialógica de la perspectiva del lliii l(ii, h`l)í{i visuali7,ado los métodos objetivadores de las jv4/z#qw.íjcnrc¿¢/Jc#
(.'l.i```iiis "`t`m`lcs) como inadecuados para comprender (%rj/pÁc#) las hu
Z3 Gadamcr (1991 [1960]) habla de modo bastante similaT dc la fiisión de horizontes (dz€ f7orz.zonít/frJ
iimni.li`{l`.* () Gwt/t'`íw/.ítw/.``ró¿{/7w;. Asimismo, Buber contrastó el enfoque de
c¿wí/2%ng) y yo he escrito sobre el perspectivismo realista, en cl cual la convcrsación de pcrspcctwas
i`rc:i lí` i`()sihilidi`d dc comprcndcr más dc h quc sci.i.a Íw)siblc desde um ``inic`n i)cmiic.t.tivu pcr() sin
`1 ui{ltni:`r {`1 i)roi`io i`iiiito {1{. vim ümilo (Or.mAi., l'J`Ji). „ '',1 ' ,,,,, ` .,,,.,,, '1,. ' ,,,, " ,,,, " ,,,,. ",. ,"` " t \.L"",.l ,,",,', `,{. l ,.,, ti ,1,`
30 Pen5ar la Práctíca Clímca 2. Martin Buber 31
observación con la actitud participativa o inclusiva necesaria para conocer al vimos con anterioridad, habló del pronunciante humano de la palabra YoTú
otro. Aunque Platón había hablado del conocimiento como participación en ``tiino alguien que realiza sacrificio y riesgo: "La palabra básica... es impe
las ideas, Buber pensaba que el conocimiento a través de la inclusión signifi ritisa: si no le sirve de modo correcto, sc rompe o me rompe" (Buber, 1970
caba participación en la situación humana con el otro. "Los dos participan en | 1923], pp. 6061).
la vida del otro en cada hecho, no psíquica sino ónticamente" (Buber, 2002
[1947], p.170). Esto podría confiindir a aquellos de nosotros que han apren CONFIRMAclóN \' `
dido de Heidegger a distinguir lo o7g/o/o'gz.co (pensar sobre el §erenelmundo)
de lo o'7z/Í.co (hablar sobre los seres que contamos y mcdimos). Con o'#/¡.c¢wc7r Slcndo un concepto central en la terapia gestáltica, la confirmación de Buber
¿c, Buber parece haber querido decir "en todo su ser", tal como se requiere para iiiii`bién podría ser útil al psicoanálisis relacional:
pronunciar la palabra básica YoTú25.
El camino de la inclusión es dificil, oscuro y pedregoso. En un breve tra Todo cambia en un encuentro real. La confirmación puede malentender
bajo rememorativo para su amigo Hans Triib, psicoterapeuta suizo, Buber •c como algo estático. Me encuentro con un otro lo acepto y lo confir
(1952) escribió que "un alma nunca está enferma en soledad, sino que tam mo tal como ahora es. Pero confirmar a una persona /¢/co"o cj representa
bién siempre existe un entre, una situación entre ella misma y otro ser existen •ólo el primer paso, puesto que la confirmación no significa que asumo
te" (p. 21), con independencia de que uno se sienta muy solo. •u aparicncia en este momento como la persona que quiero confirmar.
Explicándole a Buber por qué, a pesar de muchas experiencias positivas, Tcngo que tomar a la otra persona en su existencia dinámica, en su po
era incapaz de escribir su libro,Trüb se describió a sí mismo como alguien que icncialidad específica. ¿Cómo puedo confirmar lo que m᧠quiero confir
tenía la "enfermedad del túnel" de las personas que siempre trabajan de forma mAr cn su ser presente? Eso es lo oculto, pues en el presente yace oculto
subterránea: lu {i`ie pz#¿€ dcu€#Í.r. Su potencialidad se me hace sentir como aquello
(i`it. n`ás confirmaría. (Buber,1999, pp. 242243).
Bajo gran renuncia al contexto espiritual general, he alcanzado el lugar
solitario y escondido de las pcrsonas aisladas esperando lo mejor si al 11 t:iini`cpto de confirmación de Buber cs indispensable para la relación Yo
'1\`, ®1 cfccto más importante de la genuina inclusión. Cuando alcanzo la ex
guna vez encuentro mi camino de retorncL y ahora que realmente pue
do comunicarme con el individuo único aislado, no encuentro mi camino iwrl.nciu vital del otro para volver al otro presente en su ser único, busco con
de vuelta. Tengo temor a la indiscreción. Evito la luz del día y le tengo lltiii.r ct.c ser como un otro, como un Tú. Si me relaciono con el otro como un
miedo a mi propia palabra. (p.171). •ll.i, ct)m() algo observado, como un contenido de mi expcriencia, "el diálogo
W i.onvicrte en una ficción, el intercambio misterioso entre dos mundos hu
Sanar a través del encuentro, tal como lo llamaban Buber y Triib, o trabajar iii.i`o. ci` sólo un juego y, en el rechazo de la vida real que mc confronta,
en lo interhumano, tiene sus peligros tanto para el sanador (Jaenicke, 2008) 1. .wi`i`ia de toda realidad comienza a desint€grarse" (Buber, 2002 [1947]).
como para el paciente. En palabras de Buber, "Es un cometido cruelmen ^il"ÁÜ, Buber explicó que nosotros, los seres humanos llenos de posibilida
te peligroso, esto de convertirse en un todo" (Buber, 1999, p. 29). Tál como *., i`€..csiti`mos confirmación:
25 A Levinas le pareció la (/m/züjz/#g o inclusión "um de las nociones más originales de la filosofia [de
M.l l`i)ii`t)ri` en cuanto hombre es un atrevimiento de la vida, indetermi
Buber].. . EI Yo en su rclación con el Tú sc relaciona aún más consigo mismo por medio del Tú, esto
ii..l() y iiti fijado; por 1o tanto, requiere confirmación y naturalmente sólo
es, está relacionado con el Tü como con alguien quc a su vez se relaciona a sí inismo con el Yo, como si
hubiese entrado en un contacto delicado consigo mismo a través de la piel del Tú. Por ende, vuelve a sí it`ir`l.. ri.iihirh` i`()mo hombre individual, en el hecho de que otros y él
mismo mediantc el Tú. Esta relación debiera disting`iirse del fenómeno psicológico de la .E;n;@/zmg ii`lii``.t ltt `..`nfirmcn i.n su scrcstchombre. Una y otra vez, el "Sí" tiene
[empatía], donde el sujeto se coloca a sí mismo por completo cn el lugar del otro, olvidándose con ello •iu. Ncrli` imn\`mi:itlti. tlc*ttc l:`s miríidas de los confiados y desdc los mo
dc sÍ mismo. En el caso de la Ein;ffiÁ/wng, cl Yo se olvida de sí mismo y no se sicnte a sí mismo como
Vlii`lci`t(i` {1(` w i}riii`it} i.t}r.`'/,('}i`, i`iir:i lihi`r:irlo (lcl tcinor til i`b¿`[`dono, (]`ic.
i.l ti.i {lcl 'r`.i, micntr{is (i\ic cn 1:` Í/mjíwmw# cl Y() manticnc aL"dmcntc su renli(li`d activan (Schilpp c/
•,/ ,1 `'',7, ',.1,'2). H ,,,,,,,, 'i..',l,., ('1.1:, ",,,(.r ,... (l)"I,,.r.1 `'`'`',1,. .1()).
Pensar la Práctica Clíntca 2. Martin Bubcr 33
32
fenómeno meramente psicológico no será suficiente. De hecho, le impide
Pero, ¿qué exactamente quiso decir con "confirmarl No encuentro una defi
al hombre culpable lograr la reconciliación. (Buber, 1999, p. 19).
nición única en el trabajo de Buber, sino un conjunto de explicaciones:
1. "El otro sabe que es vuelto presente por mí en su ser y. .. este conoci
En efecto, en su ensayo "La culpa y los sentimientos de culpa", describió lo que
miento induce el proceso de su más intrínseco convertirse en sí mis 1
Uamó "culpa existencial" ulpa personal por fechorías u omisiones persona
mo" (Buber,1999, p.15). lesy habló de la carga que trabajar con tal culpa coloca sobre el sanador:
2. "El hombre desea ser confirmado cn su ser por el hombre y desea te
• El médico que confronta los efectos de una culpa existencial en el hom
nerunapresenciaenelserdelotro...enviadodesdeelámbitonatural
de las especies hacia el peligro de la categoría solitai.ia, rodeado por el
J bre culpable tiene que proceder con toda scriedad desde la situación en
aire de un caos que surgió con él, de modo secreto y tímido busca un
la cual el acto de culpa ha tenido lugar. La culpa existencial se produ
Sí que le permita ser y que puede venir hacia él sólo de una persona ce cuando alguien hicre un orden del mundo humano cuyos fiindamen
humana a otra. Es de un hombre a otro que el manjar divino de ser tos conoce y reconoce como aqueuos de su propia existencia y de toda
uno mismo se sirve" (p.16). existencia humana compartida. El médico que enfrenta tal culpa en la
3. "Quien habla no percibe meramcnte a quien está prcsente para él de memoria viva de su paciente tiene que entrar en esa situación; tiene que
este modo [como un ser completo y único]; 1o recibe como compa colocar su mano sobre la herida dcl otro y aprender: esto te concieme.
ñero y eso significa que confirma a este otro ser en la medida en que
Pero entonces le puede parecer que la orientación del psicólogo y el tra
le corresponda confirmar. El vcrdadero vuelco de su persona hacia el tamiento del terapeuta han cambiado sin que se haya dado cuenta y que,
otro incluye esta confirmación, esta aceptación. Por supuesto, tal con 8i desea persistir como sanador, tiene que asumir una carga que nc> había
firmación no significa aprobación; pero sin importar en qué aspecto csperado cargar. (Buber,1999, p.116).
esté en contra del otro, al aceptarlo como compañero en un diálogo
lccr estas palabras, he recordado a un vetcrano de Vietnam con el cual tra
genuinoloheafirmadocomopersona"(BubeL1962,p.86).
hacc más o menos 25 años. Llegó a la clínica con un enorme cuchillo al
. Mi primera tarea, exhortada por mis supervisores, era convencerlo que
ConBcj¿á/Í.g%(enespañol:confirmación),Buberparecereferirseaalgocer
cano a la inclusión, pero de manera específica a la aceptación como compañe "ficientemente seguro venir a la clínica sin el cuchillo. Aunque la Veterans
ro en un diálogo (GCJ4mcóJP#fm) con independencia de si uno espera estar inistration nos lo había mandado con el diagnóstico de "trastorno de es
de acuerdo o no. La palabra alemana habitualmcnte ha sido traducída como postraumático" y por supuesto esperaba que le pudiéramos ayudar a sanar
a la heroína y su explosividad, pronto advertí que mi tarea se pa
confirmación, certificación (p.ej„ de una entrevista oficial) o reconocimiento.
más a lo que Buber había descrito. Este hombre estaba siendo torturado
En consecuencia, se corresponde de ccrca con la 14#crÁ!cn###g de Hegel, re
conocimicnto como alguien que tiene un estatus particular, el estatus de un por los recuerdos de las atrocidades que había cometido y de las que se
compañcro dialógico. Por ende, Buber modificó el foco desde el estatus de • jactado en Vietnam como por los efectos de su comportamiento actual
sujeto hacia el estatus de compañero. La relación es primaria.
familia. Ya no se trataba de un asunto de removcr sentimientos neuróti
Lo que Buber no quiso decir con confirmación era aprobación. dc culpa, ni siquicra de "deshacer la vergüenza" aunque eso hubiera sido
Consideraba que la culpa efectiva (no neurótíca) es algo fi]ndamental para la ortante si es que hubiese sobrevivido (murió poco tiempo después debidc>
condición humana y la confirmación incluye el reconocimiento de esta culpa na sobredosis) sino de permitirle "colocar la mano sobre la herida" quc
real. Declaró que la culpa l.mo había infligido al mundo humano. Td carga, como advirtiera Buber,
c. dcja del todo al sanador.
no cstá oculta en el intcrior de la persona humana sino que. . .1a persona En cl trabajo cli`nico mcnos dramático, al trabajar pacientemente con per
humana sc encucn(ra situada, de una mancra muy real, cn la culpa que la dcsalcnt`^das i)t)r li`s circunstancias y por sus propias respucstas estereo
i8, i.onfirmi`it`t)s diürian`entc a iin otro. El pacicntc con ur`a cnícrmcdad
cnvuclvc. . . i`omprcn(1.`r la suprcsión dcl conttcimicnto dc la culpa como
34
Pensar la Prdciica Clínica M,rti'' l'''bcr
35
terminal,porcjemplo,qucnopuedevisualizarmuchofiituro,siguebuscando
mi``irri.ntcs. Y esta mirada e§ una mirada derivante porque supone que
laconexiónconotroserhumanoparaconfirmarelvaloryladignidaddeuna
vida que se está acabando, a menudo desvalorizada aún más por la medicina p`ic.l.. ¿iprehender aquello en lo que el hombre se ha convertido o en lo
ii`ic `i` cstá convirtiendo, en fórmulas genéticas y piensa que incluso el
tecnologizada.
La confirmación de Buber enfatiza la singularidad persond y potencial itrin``iitio dinámico central del individuo en ese proceso de convertirse
de la persona real más que el estatus abstracto del sujeto. La confirmación ini..`Ic ser representado por un concepto general. (pp. 7071).
parcceincluirmuchodeloqueloskohutianosquierendecircon"espejeo"que
l`wiw ll`ilicr, no obstante, el encuentro que se tropieza con la persona singular
conducealaconsolidacióndelaexperienciadelsi'mismoydeloquealgunos
W.itiim `c resiste a tal reduccionismo. Si reduzco el otro a través del diag
psicoanahstasrelacionalesquerríandecircon"reconocimiento".Peroninguna
mitl` o .i alguna otra foi.ma de descripción distante de la experiencia sea
de estas escuelas de pensamiento consigue del todo darle el Sí al Tú con el
•1. lw itw`.ología, sociología o i`eurocienciame he perdido el encuentro y he
curiestoyycstaréenlarelacióndialógicadeBuber.Confirmar,1edijoaCarl
Rogers,significa"aceptarlapotcncialidadtotddelotroymarcarunadiferen ri|.i lvii`lo al otro:
ciainclusodecisivaensupotencialidad"(Buber,1999,p.266).Estadescrip
cióndelatareadelpsicoterapcutaseparecealoqueencontramosenalgunas mncmos cn común con todos los seres existentes, que podemos ser con
W ii`lo§ cn objetos de observación. Pero es mi privilegio, en cuanto hom
concepciones psicoanalíticas del reconocimiento, el profiindo reconocimiento
• ltí., (iuc por medio de la actividad oculta de mi ser, soy capaz de estable
quedalugaranuevasposibilidadesenlavidadelotroquesufre(Eisold,1999)
o un tipo de compasión psicoamh`tica (Orange, 2006). w u" bari.era infranqueable para la objetivación. Sólo en alguna forma
il. miiciatividad mi scr puede ser percibido como una totalidad que exis
i.. (llubcr,1999, p. 75).
EL ANTIREDUccioNISMo DE BUBER
nificaquelasrelacionesinstrumcntalesYoEnoseanevitables.Constituyenel
iihm, cs conferido a través dc la contemplación, aprehensión, conoci
iiii li`imilde y fiel dc cualquier situación. El mundo no es comprensible,
gruesodenuestroserenelmundocotidiano,porusarellenguajedeHeidegger
(1962[1927]).PeroparaBuberestasinteraccionescotidianasYoEllonodan r"i inic{lc abrazarse mediante el hecho dc abrazar a uno de sus seres" (cit:
" l'W`lnmn,1994, pp.104105). Sólo si pronunciamos la palabra YoTú uno
en el blanco del encuentro con el Tú. Reducen a la otra persona o animal a
il i imi, itodcmos compartir un diálogo humano genuino que trascienda todo
unobjetodeuso,"sinremanente"26.Además,describióclcnfoquecspecífica
',''''',',l'„li6mo.
mcntemodemocomo"unamiradaanah'tica,reductivaydei.ivantc[deductiva]
cntre hombi.e y hombre" (Buber y Friedman, 1988, p. 70), reductiva porque Ihm llubcr, el YoTú originario es irreductiblc a la experiencia, la teoría o
W ,,,",. " i,,,icnto. Esta irreduct.bi|idad no es |a incompre;ibihd;á__'d_e_ |:s_ie_ó[
il. h c()mplejidad aunque esas diferentes ideas parecen ser compati
intenta contraer a la persona diversa, quc es nutrida por la riqueza mi
• Hliii) que más bien el YoTü es único, irrepetible y elude toda defini
crocósmica de lo posible, a estriicturas revisables esquemáticamente y
%Heaqui.mcoiicepcióndelreduccionisiTioclínico:"Considérese,porejcmplo,hrehcióncntremédíco
BUBER COMO IIUMANISTA
ypacientc.Esesencidquéstaseaunarelaciónhumanaredexperimentadaconespi'rimporaqucla]
"úseh"referencía;pmtanprontocomoquicnayudae§tocadoporeldeseoconindependencia
delosutHquesealaformadedominmodísfrutaiasupacienteodctratareldeseodee§tcúltimti i`iiiii.) viii`()s en la lntroducción, el humanismo ha adquirido una mala
desGdominadoodisfrutadoporelotrodemododistintoquecomocondiciónem5neaqmnecesita mi`ii.." ..n inuchos luLrarcs debido a §u supucsto ateísio, especismo y,
J_1,
s#curada,suigeclpeligrodcuna£dsificación,alladodclamdtodachrlatanc[íaaparececomoalgti
* .,,, ` ', ',",1 ,,,,, 1. vis,"
dc 1 lci(lcgt;rer, su lcaltad con la metafisica tradicionri
perif€rico"(Bube.2002[1947J,p.113)Sinaccesoaloriginalcnalemán,pienmqwJd.`.`ir"di§frutai.''
. wwrr, ]t,t,8 , ]t,í,7] ,.,, ar„ , ]L`¡t,t`L,t{Cr, W rcch],,,o ¿, [a met:`f,ístc::_á_c_c:=
Bubcr(iuis.)dccir"t)l.jcimrnt}quwkUc`xi`J(}t.ir"mc.`tt`ioiitcxüt
imili``itimil ii``.luí.i un i.t.i`l`.`'/ii a hil)lw tl.. ]a éticM (1.`1 tmt) i)msoml tt
Pen5ar la Prdcíica Clímca 2. Martin Buber
36 37
del diálogo. Sin embargo, y sabedor de todas estas objeciones, Martin Buber también prestaría atención a la ética dialógica de Buber, que lo condujo un
se proclamó un "humanista creyente" (Atterton, Calarco y Friedman, 2004; exiliado de la Alemania nazi y rcsidente de 30 años en Jerusalén a una pre
Buber, 1967). ¿A qué se pudo haber referido? ocupación por el sufrimiento de los palestinos y a una determinación de que
Con "humanismo creyente", Buber parece haber querido hacer referencia sus voces debían ser escuchadas. Su ética dialógica lo llevó a un intenso in
a algo preteórico, algo no relacionado con la cducación (como en las "huma terés en las muchas formas en las que se encuentra el D# último y definitivo,
nidades") y algo nometafísico, lo que Calarco llama el sentido común o filan c§pecialmentc en las religiones de Asia y el Medio Oriente. Podríamos decir
trópico del humanismo, "una unión de la humanidad de uno, con una cierta quc Buber creía en la primacía del encuentro YoTú en cualquier forma que
ética y fe, esto es, con un respeto por el Otro que se encuentra fiiera del rango éste pueda asumir en diversas culturas, y que esta fe preteológica (Hutchison,
de conocimíento de uno" (Atterton G/ #/., 2004, p. 253). Buber diferenció su 1977) constituyó su "humanismo creyente".
"humanismo creyente" de las concepciones de Hegel y Heidegger, quienes vi El correlato ético dc tal humanismo creyente es la responsabilidad27: "EI
sualizaron que al ser humano correspondía el único sentido pleno del Ser o la or es la responsabilidad de un Yo para un Tú" (Buber,1970 [1923], p. 66).
conciencia. En tales perspectivas, siguiendo a Buber (1967), el propósito hu Una vez más, el D# puede ser sorprcndentemente inclusivo, como veios al
mano esencial es "la reflexión [volverse sobre uno mismo], la reflexión sobre •.cuchar las preocupaciones de Buber respecto de la situación mundial: "E1
uno mismo a través de la cual. . . [el hombre] logra una y otra vez la rcflexión ombre no persistirá en la existencia si no vuelve a aprender cómo persistir
sobre el Sé7. mismo" (p.118). (A estas concepciones yo les podría dcnominar n ésta como un Nosotros genuino" (Buber y Friedman, 1988, p. 98). Esta
"humanismos narcisistas"). Buber incluso escapa a la acusación de especismo es exactamente la ética de igualdad y justicia que nos ha legado Kant, y
ft recientemente por medio de Rawls (1971) y Habermas (1984 [1981]).
y al mismo tiempo rechaza la evasión hcideggeriana de la ética, mientras que
acepta la ubicación heideggeriana del ser humano como serenelmundo, así, tiene algo en común con la segunda formulación kantiana del im
entendida por Buber como serenrelación. En los pensamientos del mismo tivo categórico: que debemos tratarnos los unos a los otros como fines,
Buber, tan sólo como medios. El encuentro dialógico con el otro, piedra angular
la ética dc Buber, excluye explotar unos a los otros porque el otro siempre
Lo que aquí aparece como el Á#ma##m, la gran superioridad del hombre bién es un D# potcncial. Después de un encuentro con un aproblemado
frcnte a todas las cosas vivientes que nos son conocidas, es su capacidad n, escribió :
de entrar en contacto directo con todo lo que se encuentra corporal o
espiritualmente "por su prc>pia voluntad", por tanto no como los anima €CLué esperamc)s cuando estamos desesperados y aun así recurrimos a un
les a raíz de la compulsión de sus necesidades y deseos sino a partir del hombre? Con toda seguridad, una prescncia mediante la cual se nos dice
desborde de su existencia referirse a ello con los labios y el corazón o que a pesar de todo existe sentido.
incluso sólo con el corazón. (p.119). Desde entonces, he renunciado a lo "religioso" que no es más que
cxcepción, extracción, exaltación, éxtasis; o me he dado por vencido, ha
En otras palabras, somos únicos sólo en nuestra capacidad de decir T#' al gato rcnunciado a mí. No poseo nada aparte de lo cotidiano de lo cual nunca
de la casa, al árbol y unos a otros, no porque seamos capaces de objetivar, re •oy sacado. El mistcrio ha dejado de ser develado, ha escapado o ha echa
ducir e impon€rle a otros a partir de la compulsión de nuestras necesidades do rai'ces aquí donde todo ocurre tal como ocurre. No conozco ninguna
y deseos. El ser humano es una relación ética que excede todo conocimien plcnitud sino la plcnitud de la demanda y responsabilidad en cada hora
to y uso, toda racionalidad tecnológica, tal como veremos que lo hace, para dcl mortal. Aunque estoy lejos de igualarlo, de todos modos sé que en la
Emmanuel Levinas (ver Capítulo 5). •firmación soy afirmado y soy capaz de responder con responsabilidad y
Pero, ¿qué, aparte de un oxímoron, podría ser un "humanismo creyen •é quién habla y exigir una respuesta.
te"? Cualquier respucsta adecuada a esta compleja interrogante requeriría
iin cxamcn cercano de los numerosos textos rcligiosos dc Buber con especial [Wlm. ai`wó ü Bulw ii`ii'/,ás inju6.lfi.`a{liunen.c{lc habcr sul)cstimad(t ln i`simctri'a de la rcs
`atención a su amor por la 7`or4¿ y las hi§torias y cl misticismo jasídicos. Pero bllldad. Vcr l`üi`((\ilti i.
38 Perisar la Prácttca Clíriica
No sé mucho más. Si esto es religión, entonces es simplemente todo,
simplemente todo lo que es vivido en su posibilidad de diálogo. (Schilpp
c/ ÁÍ/. ,1967, p. 26) .
En los capítulos siguientes, nos encontraremos con otras concepciones del
diálogo, del otro, de la ética. Nos encontraremos con juegosdelenguaje, in
tersubjetividad encarnada, hermenéutica y el rostro del otro. Micntras tanto,
nos hemos encontrado con el humanismo creyente de la palabra primaria Jc¿
D# de Buber y hemos sido desafiados a nunca estar sati§fechos con el YoEllo
objetivante y reductivo, aunque a menudo sea inevitable. En nuestro trabajo LUDWIG WITTGENSTEIN
clínico, el humanismo inc.lusivo de Buber nos contiene e inspira en nuestro
trabajo con aquellos que rara vez, si alguna vez, han vivido un encuentro en el NADA ESTÁ oCULTo
seno de lo interhumano.
LECTURAS ADICIONAI,ES
Lo que en realidad estamos entregando son afirmaciones acerca de la his
Los terapeutas que ya han leído yo y r#' pueden disfrutar la colección de los toria natural de los seres humanos; sin cmbargo, no estamos contribuyen
escritos de Buber editada por su hiia, Judith Buber Agassi, titulada M4r/z.n do con curiosidades, sino con observaciones que si bien nadie ha puesto
Buber on Psycbology and Psycbotberapy: Essays, Letters, and Dialog;ue (Buhe;r, en duda, han escapado a los comentarios únicamente porque siempre es
1999). tán ante nuestros ojos.
WITTGENSTEIN
Aquello de lo que no podemos hablar, debemos dejarlo pasar en §ilencio.
WITTGENSTEIN
La Filosofia es una batalla en contra del embrujo de nuestra inteligencia
por medio de nuestro lenguaje.
WITTCENSTEIN
1 M`lwig Wittgenstein (18891951) difiere extensa, pero no profiindamente, de
lm tlcmás filósofos que vamos a considerar en este libro. Sus contribuciones a
h lóLrica y a la filosofia del lenguaje común, que llegó a ser la escucla anah'tica
Hiwloamericana, pueden dar la impre§ión que se lo sitúa un tanto aparte del
li`iiminismo fenomenológico de Buber, MerleauPonqr, Gadamer y Levinas.
l'i`it} cstas diferencias pueden ser más el resultado del estilo que de la sus
iwii`.i¿`. Wittgensteiii, ami)]iamcntc considerado junto a Heideggercomo
uiii t tl.. los d()`s fitt't`ot.t)8 m:ís iiifliiyci`tc.s dcl siLrlo XX, busc¿`ba implacablcmen
m h .hridAJ, .]i`I iiii`ii`.t ii`(]`lu \'()iii{) ()tms i`i`r.iHmn i`l I}ii`[i, y i.ii`rt:`ii`im
40 Pen5ar la Prdctica Cl{nica 3. Ludwig Wittgenstein 41
del modo como otros buscan cualquier dios o dioses en los que creer. Al igual En un primer momento, Ludwig intentó seguir el camino de la ciencia
que Sócrates, resumió la vida y el trabajo de un filósofo simple en estilo y la ingeniería, tanto en Berlín como en Londres. Poco a poco se fue fasci
de vida, bajo perfil en cuanto a publicidad, y desafiante ante ideas recibidas e nando con los nuevos adelantos de la lógica matemática y ubicó al conocido
instituciones. Convencido de que la filosofia incluyendo la lógicaera ver lógico Gottlob Frege, quien le aconsejó viajar a Cambridge a estudiar bajo
daderamente un trabajo ético, Wittgenstein visualizaba su trabajo en filosofia la tutela de Bertrand Russell, quien con Alfrcd North Whitehead ha
como trabajar sobre sí mismo. Comprometidos en esta terapia, nos proporcio bía publicado recién su libro Pr2.7Mi¢z.¢ /t4l¢/Ác"¢/z.c¢. Russell estaba bastante
nó varias ideas clavc, y muchas más preguntas que pueden protegernos o al asombrado con este joven y atormentado alumno, a quien describió como
"apasionado, profundo, intenso y dominante" (Russell,1968, vol. 2, p.136).
menos advertirnos de errores evitables y presuposiciones ciegas en nuestra
teoría y en nuestra práctica clínica. Una vez más, pongamos a Wittgenstcin en Ya en 1912, Russell le comentó a Hcrmine Wittgenstein durante una visita
el contexto de su propia vida. i` Cambridge que "esperamos que el próximo gran paso en filosofía será
tl¿`do por su hermano" (Rhees, 1984, p. 2). A pesar de que Russell era su
VIDA Y OBRA ii`entor y lo apoyaba, Wittgenstein, gradualmente, fúe perdiendo el respeto
¡i Russell como pensador y se convenció de que no entendía nada de su
'/'r4c/¢/#j Z,ogg.coP4z./ojopÁz.czA Lo peor de todo fue que Russell, al parecer,
Nacido en Viena en 1889, Ludwig Wittgenstein era el más pequeño de los
ocho hijos del magnate del acero austríaco Karl Wittgenstein proceden i`t) podía entender que el contenido lógico del 7lrczc/¢/z# (1o que podría ser
te de una familia judía de Moravia y de Leopoldine Wittgenstein, mujer `lii:ho) era poco importante al lado del contenido ético (1o que únicamente
católica romana de origen austríaco. Frecuentemente comparados con los i}`ic.de ser mostrado). El libro comienza afirmando: "La totalidad del sen
Carnegie28, los Wittgenstein patrocinaban generosamente las artes. Se dice ti(lo del 1ibro podría resumirse en las siguientes palabras" (...) "1o que pue
ili. decirsc, en todo caso puede decirse con claridad, y de aquello que no
que en su casa había nueve pianos de cola. Johannes Brahms era invitado con
frecuencia, y en esos salones se estrenó su famoso quinteto para clarinete y iit}clemos hablar debemos pasar por alto cn silencio". (Wittgenstein, 1974
cuarteto de cuerdas. Los hijos fieron criados como católicos, su enseñanza ' ' ''22], p. 3).
transcurría especialmente en casa en medio del suntuoso esplendor del palacio Siempre insatisfecho con la academia y con la filosofía académica, y con
Wittgenstein, y rodeados de música, dado que ambos padres eran aficionados h csperanza de alguna transformación personal durante la Primera Guerra
a las artes musicales. Su hermano Paul era concertista en piano, que había Mundial, "la Gran Guerra", Wittgenstein se reclutó voluntariamente en el
•)ército austríaco, y durante esta época leyó y absorbió E/ Eq;cmgc/z.o 1447f]q;€.cdo
perdido su brazo derecho en la la Guerra Mundial, y a él le fiieron dedicados
varios concicrtos famosos para la mano izquierda. Ludwig era conocido por su (lc Tolstoi. Además de sus cuadernos que contenían reflexiones personales (co
capacidad de silbar conciertos enteros de memoria. tl1ficadas)yfilosóficas,produjosurrúc¿¢/z4£ogz.coPóz./ofojDóz.cz4f(Wittgenstein,
Sin embargo, su padre esperaba que sus hijos se convirtieran en inge 2(){)1), su único trabajo publicado en vida. Aquí hacía un relato muy compri
nieros y siguieran sus pasos hacia el mundo de los negocios. Tres de sus her iiii{lo acerca de las relaciones entre el lenguaje y el mundo. Enseguida conclu
manos murieron jóvenes por suicidio, y el suicidio fiie algo que preocupó a y(t que todo lo que había dicho acerca de la restricción de las proposicioncs
Ludwig durante toda su vida. Para su profesor Bertrand Russell y para sus ilwiiificativas (el gcf¢g4 o lo dicho) a aquellas de las ciencias naturales, aunque
amigos a lo largo de su vida, él les parecía más que nada una persona amar wrthdcras, eran triviales. Los aspectos importantes de la vida humana, lo mís
iln ), i'inicamente podía scr mostrado ¢gzcz¿¿).
gada. Sus hermanas, una de las cuales se convirtió en paciente de Freud,
fiieron un poco más felices y Ludwig fue cercano a ellas, especialmente a ^1 final de la guerra estuvo un año como prisionero en ltalia, donde
Hermine. lcy(') :` Kant y mantenía correspondencia con personas que podrían publicar
•ii '/'/Íít./íi///`f. Wittgemtt`in luego distribuyó su fortuna heredada entre unos
28 Magmte cstadounidense, partc de un grupo conocido como "los baroncs ladroiies Jcl s.ií;rlo XIX",
ii.}`.tis iit)cti`s y Í.undi`m(`iiti`lmcntc cntre sus hermanos aún vivos, mientras
¿1 viví.` t.ruLmlmi`uti`. l);wi`l Ri`ii]hi`y, filt`ist}f`t) dc` Cambridgc, quieii visitó íi
qw i`oi`fttrmi`b{` junto a J. Rockefcllcr, A. Mcllon y C. Vi`n(lc`rliilt. c`ntr(. otT()s, Iits t``i¿ilt`s l`it.ii`ron Sus
WittH..mli.in i`i` lm i`iioh 20, y lin.`liiic`i`i.` tm 1 `)2`/ 1o t`t)iivcm it'i (1{` i.c.roi.mir
i',,r',"\,.l.. \„„'' l„..„'itr'w'.iw.'l, (N_'l'. '''''r.).
42 Pen5ar la Práctica Clínica 3. Ludwig Wittgenstein
43
a la filosofía y a Cambridge, se reunió con la familia de Wittgenstein en LEER A WITTGENSTEIN
Viena. Perplejo por el aparente afecto que sentían entre sí como por la fir
me negativa de aceptar de ellos cualquier ayuda financiera, lo llevó a suge I,a forma preferida de pensar y escribir de Wittgenstein era dialógica29.
rir: I'asaba largas horas caminando con un amigo, diciéndole: "Hazme una pre
hri`nta". Luego se metía con las presuposiciones, las confiisiones gramaticales
Parece ser el resultado de una educación terriblemente estricta. Tres de y las "tentaciones" involucradas en la pregunta. Del mismo modo, sus escri
tt)s iempre en un estilo de aforismo y por lo gcneral presentados como
sus hermanos se suicidaron su padre les hacía trabajar tan duro: en "i.t)mentario" numerado toman la forma de un diálogo interno en el cual
un momento los ocho niños tuvieron veintiséis tutores particulares; y su
it`iederesultardificildistinguirunavozquesenciuamentepcrteneceaLudwig
madre no se interesaba en absoluto por ellos. (Citado en Monk, 1990,
Wittgenstein. Con frecuencia parecen haber más preguntas que respuestas
p. 221). (i`umo cn niiestro trabajo clínico). En beneficio de algunos lectores que tal
vcz quieran leer sus obras por sí mismos, acá va un ejemplo tomado de sus
De vuelta en Viena luego de la guerra, y rechazado por cl monasterio al que l'hilosopbicallnvestigationr.
quería ingresar, se convirtió en un aplicado pero impaciente maestro de es
cuela en los pueblos austríacos. Luego se convirtió en jardinero y además le 560. "El significado de una palabra es lo explicado por la explicación del
diseñó una casa extremadamente moderna a una de sus hermanas. Mientras significado" p. ej., si quiere entender el uso de la palabra "significado",
tanto recibía visitas ocasionales de filósofos como Ramsey y conversaba de vez busque aqueuo que se Uama "explicaciones de significado".
en cuando con miembros del Círculo de Viena, oponiéndose entonces y más 561. Ahora bien, ¿no resulta curioso que yo digo que la palabra "cs" sea
utilizada con dos significados difcrentes (como la cópula3[ y como signo
tarde al mal uso positivista de su Tr4ic¿#/#í.
de igualdad), y no preocuparme de que su significado está en su uso; es
En 1929, convertido en una celebridad, fi]e persuadido a retornar a
dccir, como la cópula y la señal de igualdad?
Cambridge, donde recibió su doctorado por el 7+¢c¿¢/z4f y donde vivió y ense
A uno le gustaría decir que estos dos tipos de uso no producen un signi
ñó en forma intermitente por el resto de su vida. En Cambridge comenzó casi
ficado z/'#í.co; la unión bajo un encabezado es un accidente, un mero uso
inmediatamente a repensar su teoría de imágenes del lenguaje (cn que el len
no csencial.
guaje representaba un trozo del mundo a la vez) y a desarrollar la visión signi 562. ¿Pero cómo puedo decidir lo que es un rasgo esencial, y qué es un
ficadocomousoencontexto que encontramos en P¿z./oíop¿z."/ J#Ücr/z.g¢¿!.o#r rasgo no esencial, accidental, un rasgo de la notación? ¿Hay alguna reali
y en todo su trabajo posterior. Durante la 2a Guerra Mundial, inhabilitado dad detrás de la notación que da forma a su gramática?
para retornar a Austria por sus raíces judi'as, trabajó en un hospital como auxi
liar y después fiie asistente en investigaciones §obre el cuidado de aquellos he
ridos por bombas. Después de la guerra empezó a sentir que las responsabili
•1\1vc^l(iquemejorhaceaunorecordaraSócratesenWittgenstein(ademásdelesnlodiaJógico)
dades pedagógicas le resultaban insoportables. Encontró la soledad necesaria Ir.n1.i`ii.i.`nmypersistcnciaconlasquepcrsiguesuspreguntas.Sinapuroysinembargoimplacab[es,
•iiil"uiti`.uiymolestmlosproblemasquelcsconciemen,persiguiéndoloshajstalasprofiindidadesde
para pensar y escribir en un remoto rincón de lrlanda al igual que había hecho
1.. ` ivi.rii.n y rincones más recóndito§. Ninguna pregunta ni prueba c§ demasiado insignificante pafa
en Noruega antes de la la Guerra Mundial. Sin embargo, siempre tironea •lwu`hrV`itlvmumyotravcz,incmsables,aloquelespreocupa.Profindamentcpreocupadosporlas
do entre sus necesidades de amistad intensa y por las condiciones de silencio mliltm., lin n`i`m.is, en líu qiic hcm()s hn?,ado iiuestros prcdicamcntos filosófico§,jamás van a perder
W Vl.lM 1" xr,u`(Ic ` .iw(» (iiic ymn tr.`b cllas"(Sluga.1996a, p. 30).
para su trabajo, tendía a cambiarse de lugar a los pocos meses. Murió de cán
Ü l`u lo Mt.ii` r.`l .` Wittt:"`ioi` w l.i i`ii.i iitir .r.il).iiit y n`.imcro clcl párraf(). Poi lo tanto, "1953. 650..
cer en Cambridge en 1951. Dejó sus P4z./ofop¿z."/ J7wcf/z.gú/í.o7M y un enorme
'lI"„`," ''/"'/„,„,/".", ," „„,:\",",,. l".„ .,,." ,,ío.
jv#cW"f (en alemán: restos literarios) de los cualcs s`is amií;()s y colcgas han
'''`^,"1",. "`" , ," ",""."H"".,"" ,,,, v",t""h"",, " ,,. ",,) .,,
m`tt`ii`.i{lt. y p`ihlii`¿itlo vi`rios vt.l`'iiiicni`s, Lmiii(lc` y i`i`ti`ii`il(is.
.,,,,, H",l`.h
44 Pensar la Práctica C;l{nica 1. Ludwig Wittgenstein 45
Pensemos en una situación semejante en unjuego: en un juego de damas tlL.i`linaciones y partes del lenguaje que se aprenden en la escuela y cuando se
se marca la coronación colocando una pieza encima de la otra. ¿No diría ni}rcnde un segundo idioma, sino que la totalidad del lenguaje y quÉ s_ignifi
uno que es algo no esencial al juego que la coronación consista de dos
.t:i;!§S!Sj;¥.miie.`¥g, lepgu_aje en part_icular sin degenerar en sinsentidos. La gra
piezas? iiiÁtica nos dice si acaso tiene algún sentido pensar en un rey como dos piezas,
iii`i` arriba de otra. Únicamente dentro de los contextos dcl ajedrez o del juego
Y así sigue. Las comillas en 560 generalmente indican que esto es algo que ilc d¡`mas, incluyendo las reglas de estos juegos, es que el uso que estos juegos
otros specialmente algunos filósofos confiindidos podrían decir. Apunta l`ui`cn de "rey" cobra algún sentido o significado. No existe una esencia dc la
a la necesidad inicial de terapia filosófica. Luego, en 561 reflexiona acerca de •`ui`lidad de ser rey o "reydad".
la rareza (/\4lerÁ!"#rc7z.gÁcz.¿) del uso equívoco de cj y pregunta si acaso uno de Trasladándonos por un momento a nuestras preocupaciones clínicas, pre
estos significados es el verdadero significado y el otro es un derivado o un Wiitémonos acerca del significado en el discurso teórico en psicoanálisis y en
significado no esencial. Aún así, sigue sin aclarar si acaso estas preguntas son oi" psicoterapias humanistas. Tan sólo en juegosdelenguaje psicoterapéu
de él, o le pertenecen a otro interlocutor un tanto coníúso. Enseguida la fra tli`." particulares, jugados de acuerdo con sus reglas emergentes pero acor
se que comienza, "A uno le gustaría decir..." introduce otra posible pero `linhi6 de antemano, es que expresiones tales como "objeto intemo" (teoría de
probablemente también confiisa solución al doble uso de cf. Es impor lm i.t}h`ciones objetales) u "objeto sí mismo" (psicología del fc/f32) o "contacto"
tante tener cn cuenta que expresiones como "a uno le gustaría decir" o "uno (irnipia gestalt) cobran significado. Este holismo o contextualismo también se
se siente tentado de decir" por lo general expresan opiniones por las cuales tiir"i pragmático, porque el significado como uso puede determinarse única
Wittgenstein siente alguna simpatía pero que igualmente estaba convencido iiiriitc cn contextos prácticos33. Incluso el significado de una sonrisa depende
'1,' '.(,ntcxto:
que nos desorientan. Después, en 562 vienen las preguntas, otra vez repre
sentando modalidades confiisas dc pensar errores gramaticalcs, hubiera
dicho acerca del tema a la mano. Y finalmente vienen las consideraciones Vc() un cuadro que representa un rostro sonriente. ¿QLué es lo que hago
de palabras como piezas de juegosde1enguaje siguiendo reglas, una parte •1 tt)mo la sonrisa ahora como bondadosa, ahora como maliciosa? ¿Acaso
importante de la visión de Wittgcnstein del significado como uso (en con m m.. la imagino con frecuencia con un contexto espacial y temporal en
texto). Casi cualquier texto wittgensteiniano puede ser leído de esta manera, quc iino es bondad y la otra es malicia? Es así como pudo suministrarle
teniendo en cuenta que con frecuencia así como al final de una sesión clí •1 .``.iidro con el capricho de que el sonriente estaba sonriendo a un niño
nica no habrá una resolución muy clara acerca del asunto en consideración. ti`ic jiii.ga, o otra vez en el sufrimiento de un enemigo. (Wittgenstein,
"Hay que tener en cuenta que el juegode1enguaje es, por así decirlo, algo
1,53, 539).
impredecible. QLuiero decir: no está basado en fiindamentos. No es razonable
(ni no razonable). Está ahí como nuestra vida" (Wittgenstein, 1953, 554; 1 )ol mlwitt() modo como únicamcnte dentro de una frase en particular o un
1969). Hacer filosofía es trabajar sobre uno mismo, clarificar confiisiones que iili i wl`() cn p:`rticular puedo determinar si acaso cí expresa cópula o equivalen
resultan de la tentación de tomar las palabras como si siempre tuvieran los ul., iw.ilcn`tts comenzar a entender los significados de formas de cortesía, o de
mismos significados. Sin ningún tipo de apelación a la inconsciencia, em •iiim.l()iics dc sufrimiento dentro de una cultura a la que pertenecen. Como
pezamos a discutir con nosotros mismos lo que nos descubrimos diciendo. V.tiin`()H t¡`mhién con la hermenéutica de Gadamer, en la búsqueda de signifi
i .ili . l`.`y iH` i`()ntinuo ir y venir entre el todo y las partes.
SIGNIFICAI)O COMO USO EN EL ]UEGODELENGUA|E 1':1 tt}.lo iiii'ih importante en el pensamiento de Wittgenstein y más útil
W" In it.()ri.¿` y Í`ráctica de la psicoterapia, quizáses su ya mencionado "jue
Según Wittgenstein, la situación crea el significado. Del ejemplo textual de „
arriba empezamos a encontrar un sentido de esto. Su preocupación constan • r.W .m liiil i li( mh i)itlMlo imr"I)moloHi`,i `1.`1 Si'Mi`ii`on. (V..r Capi'tulo 1).
te era con contextos de significado, sistemas de comunicación (Wittgcnstcin,
^,1",,"",,."„"" " " ,.,, '" ,, ",1, , ",t"'"t",l"".",{.,,l.i(,l.t:Hcr`\"
19Í](J) y gr¿`máti(`a. Pt)r "Lm`mátit`..i" él ciitcndi'i`, no 1:is i`on.i`ií{ai.ioiics,
1. Ludwig Wittgenstein
47
46 Pensar la Práctica Cl{nica
cn distinguir lo humano por nuestra capacidad de esperanza. Claramente, él
godc1enguaje" (S4r¢c¿j¢2.c^. Para él, los juegos del lenguajc, del mismo modo
que los juegos como el ajedrez, s_e vi_ven dentro de una cultura, o "formas d.e iiu.icre decir algo más complejo que esperar la llegada de la comida en su cuen
_yida". Para cobrar sentido, cada juegodelenguaje tiene su gramática, un con n algo más parecido al planteamiento de Husserl (1964 [1917]) acerca de la
junto de reglas que permiten ciertas locuciones y no otras, al igual que el aje lln()menología de la conciencia interna del tiempo. Pero para Wittgenstein el
drez, donde el juego consiste en los movimientos permitidos para cada pieza. lcnt"aje hace posible un juegodelenguaje un pensamiento fructífero para
Un juegodelenguaje podrán ser las órdenes y respuestas breves de los traba iii)t}otros los clínicos.
jadores de la construcción, cl lenguaje de disciplinas científicas como la quí Los diversos juegosdelenguaje omo también los conceptos a los cua
mica o física, el lenguaje de la teoría literaria postmodema en que el juegode l.w cl lenguaje le da significado están relacionados entre sí por medio de lo
lenguaje podría llamarse "discurso", el lenguaje de una escuela psicoterapéutica
•im Wittgenstein denominó "semejanzas familiares", quizás su segunda idea
o psicoanalítica en particular, y así sucesivamente. Pero estos juegos también
ii`i`s famosa. Pensaba que cualquier pluralidad puede compartir rasgos, pero
incluyen temas mucho más sencillos que Wittgenstein encontraba intermina
•n forma compleja. Por ejemplo, en una familia, algunos micmbros podrán
blemente complejos y formativos de significados: dar órdenes y obedecerlas,
ici`cr ojos café, otros podrán tener pelo ondulado, algunos rostros podrán ser
describir la apariencia de un objeto o dar sus medidas, relatar un evento o
rr`londos, etc., pero un extraño podrá mirar una foto y decir que todas estas
especular sobre éste, formar y comprobar una hipótesis, inventar una historia
iwr.onas están relacionadas, a pesar de que no hay dos miembros de la familia
y leerla, actuación teatral, cantar fragmentos (rondas), rcsolver enigmas, hacer
iim comparten el mismo subconjunto de características. Hay superposición
y contar chistes, traducir, pedir, agradecer, insultar, saludar, orar (Wittgenstein,
1953, 23). La atención ante la multiplicidad de estos lenguajes nos manticne itwo no hay dos miembros que sean casi idénticos. Al sostener que sus jue
alerta ante la complejidad de los significadost y nos hace más pausados para w".lclenguaje comparten únicamente estas características de semblanza, ex
presumir que sabemos lo que la persona quiere decir. Al mismo tiempo, la
familiaridad con estos juegos nos permite fiincionar en nuestros mundos o
formas de vida con un mínimo de vacilación. Considere, por ejemplo, los procedimientos que llamamos "juegos". Me
Los juegosde1enguaje ocurren dentro de lo que Wittgenstein llamó rcñcro a juegos de mesa, de naipes, de pelota,juegos olímpicos y así suce
"esta complicada forma de vida", disponible, talvez, únicamente para los hu
Hlw`mente. ¿Qué es lo común a todos ellos? no diga: "Debe haber algo
manos: en común, de lo contrario no serían llamados `juegos", sino que 7#z.rc)/ Üc¢
il hay cualquier cosa en común. Porque si usted los mira, no verá algo que
Uno puede imaginar un animal enojado, asustado, infeliz, feliz, sorpren •i común a /odof, sino más encima, semejanzas, rclaciones y una serie en
dido. Pero ¿esperanzado? ¿Y por qué no? Un perro cree que su amo está Üradeeuas.Repito:in?Pi:ÁP:i,L:i+£:,qhTemire!(Wittgenstein,1953,66).
en la puerta. ¿Pero podrá también creer que su amo vendrá también pa
sado mañana? ¿Y qué es lo que 7zoP#cdc hacer aquí?. . . ¿Solamente los
Y .1 rcsultado de este examen cs: vemos una red de semejanzas que se su
que pueden hablar pueden tener esperanza? Solamente aquellos que han m y se entrecruzan, unas veces advertimos semejanzas generales, y en
dominado el uso de un lenguaje. Es decir, el fenómeno de la esperanza
Ücmcjanzas de detalles.
son modalidades de esta complicada forma de vivir. (1953, 148e)34.
Nu i`iit'uentro una mejor exprcsión que caracterice estas semejanzas que
Aunque con toda seguridad no fiie el primer filósofo en pensar que lo huma
"icm.im'/,'tis famili¿`rcs"; para k`s diversas semejanzas entre miembros de
no de alguna manera está ligado a la capacidad para el 1enguaje si bien no
m l`.ui`ili¿`: comtitiici(`)n, n`sLros, color dc los ().ios, manera dc camim`i.,
limitado a esta capacidad Wittgenstein pudo haber sido el primer filósofo
icii`itt.r:`ii`ci`to, cti`., wii)cri"iiémlosi` y cntrccru7,ánclose dc 1.` mism in{`
mn y m rl`(.(`lill'..` "iut`#"''`.u.ultltu`lull.n ll" |"wcms.le l.orl"`l.u'H`
`4 I,ac ic{.t`iom itos[cTiorL`` ili` Wittgci`stc.in (l`J53) i'st:``i` r{`í.{.ridis iiiir ii``mi(.i(i `1`. iii'it{ii`:`, y:` m cn
`""" " i,,H,,,`l' t ,,,,., 1,,,1, ',`Tt. , i ,,,, 1, , 5.,".
ilc `iiii` l`:`iuil.r.i, (Wiohu``it`iH,1 `)5J, íi7).
48 Peri5ar la Práclica Clímca 1. l"dwig Wittgenstcin 49
Este concepto es central al ataque masivo que hace Wittgenstein al esencia RECURSOS PARA CLÍNICOS
lismo, al reduccionismo y a los dualismos. Las esencias son reemplazadas por
semejanzas familiares, el reduccionismo nos seduce a evadir la complejidad, y Además de las grandes ideas delineadas arriba el significado como uso,
los dualismos desaparecen a medida que cambiamos de perspectivas. 1{)8 juegosde1enguaje y las semejanzas familiares el pensamiento dc
Por lo tanto en una terapéutica wittgensteiniana, la búsqueda de una de \Mttgenstein nos ofrece a los clínicos algunas herramientas conceptuales, tan
finición de trauma, de patología, de salud, así como también conceptos es t() i`ríticas como constructivas. Éstas incluyen su crítica a la noción de lenguajc
pecíficos a la teoría en particular, le darían al paciente una forma de wÍ.7i¢r, privado y su resistencia al reduccionismo científico incluyendo su comenta
o como podríamos agregar, de escuchar. Nos encontraremos preguntándonos, i.l{) apreciativo de Freud y los conductistas. Por el lado constructivo, él valora
musitando y alerta ante nuestras propias confúsiones y preconceptos. Es posi h cl contexto y la complejidad, y como los fenomenólogos también estamos
ble que mientras un término como rcjpc/o tenga para mí un significado ético c()n§iderando, nos enseñó a mirar en forma diferente lo que está ante nuestros
n.)m. Comencemos por su famoso argumento del 1enguaje privado.
positivo, para mi paciente, en cuya familia el término acarreaba una amenaza
de violencia, conlleva una sensación de terror. Puede que haya una semejanza ^ pesar de que, según tengo entendido, Wittgenstein jamás mencionó a
familiar entre estos significados, pero la diferencia en los juegosdelenguaje l)cwi`artes en este sentido, y de hecho escasamente, si es que lo menciona al
a los que pertenecen requiere de atención. De otra manera podemos arriesgar mim vcz, es fácil ver en su argumento del lenguajc privado su desafío al pro
malentendidos e incluso daño. y.cto total de la filosofía moderna con sus dualismos mente y cuerpo, interm
Las confi]siones y los malentendidos ocurren por lo general cuando lo£ y cxtcrno, subjetividad y objetividad, como también sus no reconocidas prc
términos usados en un juegodelenguaje determinado son llevados a tener •up(}siciones acerca de una teoría representacional de la mente y una noción
el mismo significado en otro. Podríamos decir que gran parte del trabajo de •nccrrada en sí misma de la experiencia y el lenguaje. Wittgenstein pensaba
Wittgenstein después de 1930 estuvo destinado a aclarar tales confiisiones. (iw i`os vemos tentados a imaginamos un lenguaje tal que "1as palabras dc
Por ejemplo, él criticó al psicoanálisis freudiano por confiindir causas y razo •m lcnguaje han de referirse únicamente a aquello que pucde ser conocido
nes. A pesar de que respetaba el trabajo clínico del psicoanálisis, encontraba Por cl hablante; a sus sensaciones inmediatas y privadas. De tal modo que
•1 ntro no puede entendcr el lenguaje" (Wittgenstein, 1953, 243). No sien
que Freud era incoherente Jecía disparates cuando consideraba las causas
y fiierzas fisicas como motivos o razones. Las causas eran irreduciblemente
ilii `w` código que en principio podría ser descifradoeste lenguaje es por
ihlii`ición conocido pc)r una sola persona. Esta, creo yo, es su versión de 1¿`
plurales y vinculadas tan sólo por las semejanzas familiares: las colisiones de
bc>las de billar, mecanismos como los relojes y los motores, las reacciones emo i!!.i}ic cartesiana en que las palabras se refieren a "las sensaciones inmediatas
tivas humanas y las proposiciones lingüísticas ("el mercado de valores subió rl"dns" (Wittgenstein,1953, 243) del hablante, a la cual dedicó más de 20
porque el gobierno dijo que...") siempre son denominadas causas. Aristóteles MRl"s atacándola.
las hubiera 11amado "causas eficientes"35, contrastando con las causas finales y 1':1 primer problema con la fantasía de un lenguaje privado es que sin i`l
razones en consideración a aquello por lo que podemos actuar. Wittgenstein
correcta o equivocadamente pensaba que Freud sólo estaba confimdido,
pero tales confiisiones introducían el riesgo de reducir motivos personales #.,:`:x`:;á):r::|:ua:;t%'le:r,;po:::#ua:ntn::dact;;:;Íln:t:'#::1q;:n:;Í:ees::yu`;iol:)(;:,
como el deseo a causas mecánicas como la reducción de tensión. rmil('w`. Más adelante aprendemos el juegodelenguaje de disimular y fingir
(WiiKL.nstcin,1953, 249). Efectivamcnte no puedo estar seguro si acaso dc
Wr.lNtl c`tá adolorido, pero su lenguajedolor, aun cuando sea dicho a ustctt
35 Aristóteles distinguía cuatro tipos dc causas: fomal, material, eficiente y final. Su causa final se |iilmit), Si` ()rigina cn un contexto social.
asemeja más al modo como usamos hoy la palabra causa: algo que ocurrió en el pasado que fierza l{i
que ocurre en el presente. Podemos prcguntar, €qué fim lo que ocasionó la actual crisis cconómica, o el {(`('w``tt cs .iiii. l.is i).il:ihr¿`s `e rt.fii.rcn a 1.is scns:ii`ioncs? l'¿irci`cri`.` (iiii`
calentamicnto global? Las causas fimles, por el contrario, se a§cmcjm .i riropósitos. m'/,onc`, o como
w`iui' iw hiy i`rol)lcmm :`lLruoii; ,:ii(`:i`o im l`iililmn()s ti)(1()`i l(ts (lí;`s i`i`i.i.i.:i
tliccn 1(is filt'isofoq, "fini`s". Aq\tí 1:` prL`Lruiiti` oncnti`dn :il f`it`iro cq, ¿cn ``t`n`itli`r.ii.it`m ¿i tiué l`i`i`e que
•,lH"i,",,,.,,',,.?
Jr h(.,``.,`i,,"`.`' y 1,.` ,1.,",`,` ,,`,",',,t.`., f l,` .,.,, ` .,,, ",(,1.` `',,1. t`(.
3. Ludwig Wittgenstein 51
Pensar la Práí:tii:a Clínica
50
mentales) con "Yo" como sujcto. En palabras de Hans Sluga (Sluga y Stern,
conexión entre el nombre y la cosa nombrada? Esta pregunta es igual a:
1996), Wittgenstein mantenía "una tenaz hostilidad a la idea de un yo (o un
¿cómoesqueelserhumanoaprendeelsignificadodelnombredelassen símismo) individuado, sustantivo" (p. 321). En lugar de eso, el sujeto yo es
saciones? por ejemplo, dc la palabra dolor. Aquí hay una posibilidad:
un h'mite del mundo, no un objeto dentro de él36. Del mismo modo como el
laspalabrasestánconectadasconlasexpresionesprimitivas,lonaturalde
ojo fisico no puede existir dentro de su propio campo visual, sino que limita
las sensaciones, y usadas en su reemplazo. Un niño se ha magullado a sí
con precisión cste campo, cl yo subjctivo no es una cosa existente, un objeto.
mismo y llora; entonces los adultos le hablan y le enseñan exclamacio
Podemos ver que la variedad particular de anticartesianismo de Wittgenstein
nesymásadelante,frases.Leenscñanalniñounanuevaconductadolor.
resulta de su objeción al objetivismo: tenía que negarle a la subj€tividad una
(Wittgenstein,1953, 224).
existencia obj etiva para salvarla fo"o f#//.cf¡.qjí.d¢c/:
Incluso la experiencia más solitaria y personal toma forma, podríamos decir,
Ahora, la idea de que cl verdadero yo vive en mi cuerpo está conectada a
(Orange, 1995., Stolorow ~ 4/„ 1987) en un campo o sistema intersubjetivo.
la peculiar gramática de la palabra "yo", y los malentendidos a que puede
No tiene ningún sentido considerar la experiencia, o el lenguaje, como plena
llevarnos esta gramática. Hay dos casos difei.entes en el uso de la pala
mente autocontcnidos. En palabras de Wittgenstein:
bra "yo" (o "mi") quc yo podría llamar "los usos como objeto" y "los usos
como sujeto". Ejemplos dcl primer tipo son: "Mi brazo está fracturado",
¿Por qué no puede mi mano derecha darle dinero a mi mano izquierda? "Yo crecí veinticinco centímetros", "Tengo un cototo en la frente", "EI
Mi mano derecha puede i)onerla en mi mano izquierda. Mi mano de
viento hace que mi pelo se mueva". Ejemplos de la segunda clase son: "Yo
rccha puedc escribir un convenio de donación y mi mano izquierda pue
veo a fiilano", "Yo escucho a fiilano", "Yo trato de levantar mi brazo", "Yo
de hacer un recibo. Pero las consecuencias práctica§ fimlcs no serían las
creo que va a Uover", "Yo tengo un dolor de muelas" (Wittgenstein, 1969,
de una donación. Cuando la mano izquierda ha tomado el dinero de la
pp. 6677).
derecha, etc., vamos a prcguntar: "Bueno, ¿y qué más da?". Y lo mismo
podría preguntarse si um persona se hubiera dado a sí misma una defi E§ta cita dc principios de los años 30 ha sido sacada de lo que informalmente
nición privada de una palabra; es decir si se hubiera repetido la palabra
se denomina el Libro Azul, y es anterior al desarrollo pleno del concepto de
a sí misma y al mismo tiempo ha dirigido su atención a una sensación.
juegosdelenguaje. Sin embargo, podemos ver desde ya que el lenguaje ob
(Wittgenstein,1953, 268).
jetivador, tanto de la vida cotidiana como de la psicología científica, tiende a
oscurecer el "yo" subjetivo. Solía decir que "Yo" y "L.W." no son lo mismo37.
Y nuevamente:
El sujeto autocontenido, de hecho, en su visión como un objeto o un ítem,
desaparcce, así como también dé. esta historia:
¿Por qué no puede un perro simular dolor? ¿Se le podría cnseñar a un
perro a fingir dolor? Tálvez uno podría enseñarle a aullar en algums si " Gcorgc Atwood y yo discutimos durante varios años cstas ideas en un cspíritu psicobiográfico En
tuaciones particulares como si estuviese adolorido, incluso cuando no lo
palabras de Atwood, "su padrc le discñó su vida y su identidad, corno ingeniero, y cayó en un proyecto
está. Pero fdta el ambiente que es necesario i)ara que su conducta sea una de llcvar a cabo ese diseño hasta que la filosofia lo encontró en su critica del objetivismo con rcspecto
simulación real. (Wittgenstein,1953, 250). d üyo" ,... la esencia de su crítica de uso del lcnguaje que convicrte los nombres en sustantivos, estaba
u6ando la reflcxión filosófica para lo cual sus hermanos habían recurrido a] suicidio: para diferenciarse y
descnrcdarsc dc un moi`struo epistcmológico" (comunicación personal, 5 oct. 2008).
AquípodemosverporquéavecesWittgensteinpareceserunpragmatista.Si
" Hans Sluga no§ hacc um advcrtcncia: "Es fácil leer mal cstos argumentos anticartesianos como
yopuedoó%crcualquiercosaconloqueparecequetengo"adentro",entonccs apoyando conclusiones conductistas. Es fácn sucumbir ante tales malas lecturas cuando dejamos de
estas palabras carccen de todo sentido. Para él era completamente inscnsato notar qi.c el argumcntti dc Wittgenstein cstá realmcnte dirigido cn contra de las prcsuposiciones que cl
mcntalista y cl conductista i`t)mpartcn, csto es, las presuposicioncs de quc cl sujeto debc scr conccbido
pensar en una mente autocontenida o en lcnguaje privado.
como un objct() y quc ..u.lquicí .ustantivo o pronombrc cn nuestro lcnguajc dcbc ser un nombrc o la
Como los fcnomenólogos, Wittgenstein pen§aba quc tendíamos a con
dcscripi.ión dc ut` objc.t}. (Slufl,196ób, p. 242).
fiindir cl uso dcl "Yo" como objeto (cl contcncdor dc las rcprcscntacionc8
Pensar la Práctica Clírma 3. Ludwig Wittgcnstein 53
52
Veremos que MerleauPonty también alegaba, aparentemente sin conocer las
Piense en un cuadro de un pai§aje, un paisaje imaginario donde hay una
ideas de Wittgenstein, que la emoción y el sentimiento son corporalizados
casa.Alguienprcgunta:"¿Dequiénesesacasa?"Larespuesta,inciden
inmediatamente y no requieren de ninguna inferencia de lo que podría "estar
talmente, puede ser: "Pertenece al labrador que e§tá sentado en la banca
i.n ia mente"39.
al frente de ella". Pero entonces, por ejemplo, no puede ingresar a su casa.
En una línea similar, Wittgenstein se opuso a todas las formas de reduc
(Wittgenstein,1953, 398).
i`ionismo. A pesar de haber mantenido toda su vida una sensibilidad especial
Uno también podría decir: ciertamente el dueño de la sala visual ten
dría que ser de la misma clase de cosa como es ella; pero él no será en i)()r la ingeniería siempre dispuesto a reparar algo en los hogarcs que visi
tiiba o en los hospitales donde trabajó durante la guerra compartia, con los
contrado dentro de ella, y no hay un cxterior. (Wittgenstein,1953, 399)38.
(.cnomenólogos y con Dilthey (Dilthey,1988 [1883]), su aversión por la vene
n`i`ión a la ciencia. Él socavaba esta adoración, que frecuentemente adoptaba
De modo que la subjetividad no es ni interioridad ni exterioridad, sino que
hi forma de una insistencia de que sólo los métodos de la ciencia producen
vida en el mundo. Para nosotros, clínicos, el alejarnos de la interioridad a vi
h` verdad4°, exigiendo importancia filosófica +e la misma manera como lo
vir y hablar dentro de lo que Wittgenstein se refirió como formas de vida, es
lim hecho los fenomenólogospara nuestra experiencia cotidiana y nuestras
de suma importancia. Cualesquiera que sean nuestras capacidades innatas o
ni¡ineras de hablar. Pensaba que los filósofos se habían apartado del camino a
propensiones temperamentales, desarrollamos una vida particular en contex
lii` problcmas insolubles, dejando de fijarse en lo que estaba ahí, justo delante
tos relacionales complejos y jamás seremos reducidos a cosa alguna sencilla
(lc SUS ojos41.
o interior. Los conceptos de patología, considerados como de propiedad del
Freud fiie un ejemplo selecto. Por mucho que Wittgenstein admirara a
individuo, dan paso a aquellos de sufrimiento, generados intersubjetivamen
l.`rcud (Bouveresse,1995), también lo veía como promulgando una mitología
te, mantenidos y posiblemcnte transformados. La humillación, a pesar de lo "ci`i.antadora" bajo la apariencia de ser ciencia. Como resultado, Wittgenstein
aislante que se siente, reaparece como una experiencia intrínsecamente so
cial, generalmente resultante de un trato humillante, desdeñoso y degradante. itcnsada que Freud, como hemos visto, había confiindido de manera reduc
•'l()nista las razones con las causas. Las causas, el tipo de factores dinámicos
(Orange,2008c).
Además ocurre un cambio desdc el dualismo a una filosofía de la expe y c`'onómicos (cantidades de, por ejemplo, "energía psíquica») a los cuales las
t.tiri`:`s freudianas y kleinianas de los instintos le atribuyen nuestra vida "men
riencia y la expresión. Wittgenstein (o su interlocutor) pregunta:
iiil", son empujones y tirones, completamente deterministas. Las razoncs, el
ilim de cuentas que damos en una conversación, tienen valor para los fenome
¿Eselc2¿crpoquesientedolor?¿Cómohadedecidirsc?¿Quéhaceplau
iiitl()hros y para Wittgenstein, pero eran descalificados por Freud como meca
sible decir que no es el cuerpo? Bien, algo así: si alguien tiene un dolor
iiliiiios de defensa del tipo de la negación y la racionalización. Lo que Freud
en la mano, la mano no lo dice (a menos que lo escriba) y uno no recon
ni} vio, desde este punto de vista, es que la experiencia de primera persona
forta a la mano, pero al sufriente: uno lo mira a la cara. (Wittgenstein,
1953, 286). |iin᧠podría ser de causas, sino que únicamente de razones. Las causas, ya
#w que fi]eran instintivas o neurobiológicas o neuroquímicas, pertenecen a un
'
Y menos podríamos imaginar a Wittgenstein pensando que el cerebro sient€
ti I )wn /,dhavi (2005) muestra el paralelo en Merleau~Ponor: "Dcbemos rechazar el prejuicio que con
el dolor de mi mano; en vez de eso, yo lo siento y tú lo ves cn mi rostro. Otro
vl..i.. ci` "rcalidades internas" el amor, cl odio o la ira, dcjándolas accesiblcs a una sola pc[sona. la
ejemplo:"Noesqueveamoslascontorsionesfacialesyó4g#7mf/#!.#/c%".#de
tw. .. ini` tiiic las sicnte. La ira,1a vcrgüenza, el odio y el amor no son hechos psi'quicos escondidos en el
que está sintiendo alegría, pena, aburrimiento. Describimos inmediatamente ti.uil. i .lt` 1¿` conciencia dc otro: son tipos de conducta o estilos de conducta que son visibles desde afiiera.
un rostro como tristc, radiante, aburrido, incluso cuando somos incapaces de Wl.tri` rw ``m (.ara o ¿'# cstts gcstos, no escondidos tras ello§" (pp. 5253).
• l'.iii un r(`lm ii``iy ..i`trcti.iiitln `i)hri cm disi)m como aconteció en un debate con el empiri§ta
dar ninguna otra descripción de los rasgos" (Wittgenstein,1953, 570; 1980).
Mlui l(M 1 l'\)i`i`i.r, vi`r I.:.l.i`tiii`I* y I?,itlint.w (2()()1 ).
•l |}l|o.iu l.` (ili)`i`líii..imi\i{i u` 1 "nlvuimiim ".`t.il`lc.{.u i(`iür(l.`toriiw (Wn#i`mtcm, l`J53,
"(`u.ii`tl(ttit`il(io`i.`rti.c`ilo,"Niih.`ymcxtc"ir",imcstnl"M%it`i`tc{lc.`t.`ri`it.m(1i..`Wiitgcristein,
']',",,".""",,i.L\,.",,` .,., Hl.m(.l" ,,. "t,," t ,, ," „" ,,,., l,`,`., ,"i
F" ""n m 1 i`Iti'.` (.`Uitli.`tlu N " nh .uiti.` (OiiuiHi., 2002)
Pen§ar la Prácti[a Clínica 3. Ludwig Wittgenstein 55
54
experiencia de decir, o puede consistir en e§ta experiencia, más otras que
juegodelenguaje completamente diferente de los de significados, razones y
la acompañan. (1969, p. 43).
entendimientos. Al querer tener ambos a la vez, Freud confimdió los dos jue
gosdelenguaje en que las palabras tienen significado adecuado a su uso en
cada discurso.
Dicho de otro modo, el advertir la noción de contenedores de la mente que
De hecho, Wittgenstein por lo general se resistía a considerar la psico suponen las teorías de mentalización, cquivale a cuestionarlas. QLuizás, así
logía como una ciencia. "Ver, escuchar, pensar, sentir, desear", decía, "no son como no hay un afiiera, tampoco hay un adentro42. Aqui', y para resistir la ten
materia de la psicología, c# c/ %e.f mo fc%/¡.do en que lo son los movimientos tación representacionalista, va otro experimento mental de Wittgenstein.
de los cuerpos, el fenómeno de la electricidad, ctc„ son materia de la física"
Supongamos que todos tuvieran una caja con algo en su interior: noso
(Wittgenstein, 1953, 571). Y más aún,
tros llamamos a eso "escarabajo". Nadie puede mirar dentro de la caja del
Los conceptos psicológicos son sólo conceptos cotidianos. No son con otro, y todos dicen que saben qué es un escarabajo únicamente mirando a
ceptos acuñados por la ciencia para sus propósitos, como lo son los con jz/ escarabajo. Aquí sería bastante posible que todos tuvieran algo dife
ceptos de la fi'sica y la química. Los conceptos psicológicos se relacionan rente en su caja. Incluso uno podría imaginar que esa cosa está cambian
con aquellos de las ciencias exactas como los conceptos de la ciencia de la do constantemente. Pero ¿y si la palabra "escarabajo" tuviera un uso en
medicina son para aquellas mujeres ancianas que ocupan su tiempo cui el lenguaje de esta gente? Si es así, no sería utilizada como nombre de
dando a los enfermos. (Wittgenstein, 1953, 63; 1980). una cosa. La cosa en la caja no tiene ningún lugar en el juegodelen
guaje; ni siquiera como un 4/&o: porque la caja podría incluso estar vacía.
(1953, 293).
¡ El reemplazo de conceptos cotidianos por el discurso técnico de un oficio (
Si usted dice que él ve una imagcn privada ante sí, que él está des
`:ionoo:ó:s:oe"::jo;sai::T::a::alaafe;:esn:ear::e::s:|rtg:a::::cnj;a::i"edp::r.t,:.:;;:`:r.eoidr.:da::enrsíb:;a:'\
cribiendo, usted de todos modos ha hecho una presuposición acerca de
lo que él tiene en frente. Y esto significa que usted puede describirla o la
son intercambiables. dcscribe de más cerca. Si usted admite que no tiene la más remota idea
Otra tentación en algunos círculos psicoanalíticos contemporáneos dc 1o que podría ser lo que tiene en frente ntonces ¿qué es lo que le
aparece en el uso relajado que hacen del conccpto "mentalización" (Fonagy, llcva a decir, a pesar dc eso, que tiene algo delante de él? (1953, 294).
2002) sin preguntar siquiera qué presume tal uso. Por mentalización los teó
ricos quieren decir inferir los estados mentales de otra per§ona. Una precon Prcguntas como éstas nos llevan a presumir que no d€íc7z.Z.í.mcu los contenidos
cepción no examinada en este juegodelenguaje es un concepto representa d. nucstra mente a otros, ni intentamos adivinar los suyos, ni siquiera por me
cional de la mente como un recipiente de ideas o imágencs, el centro mismo dl.} dc la empatía, sino que más bien nos c#¢rcj¢mof nosotros mismos. "Estoy
del trabajo temprano de Wittgenstein, pero que luego se dedicó a combatir Wolorida", es otra manera de decir "iAy!" y reemplaza al llanto del niño.
hasta el fin. En los años transicionales entre su teoría temprana de imágenes Dc manera similar, como hemos notado, a pesar de que Wittgenstein ad
o representaciones y su posterior contextualismo, encontramos este pensa Llr.ba n psicoanálisis como un proceso terapéutico, no aceptaba su teoría,
miento: üi}ccialmente por su inconsciente postulado (Bouvcresse, 1995). "Nada está
iT`iilj()" proclamó (Wittgenstein, 1953, 435) en su desafío a ambos, el repre
Si escudriñamos los usos que hacemos de palabras como "pensando", Wtii'.(`i()mlismo (Shotter, 2008) y el inconsciente freudiano. Consideraba que
"significado", "deseando," etc., el pasar por este proceso nos libra de la 'h filt)S()fía sencillamente pone todo ante nosotros, y ni deduce ni explica
tentación de buscar un acto peculiar de pensar, independiente del acto
• .Nii."h (tcr.`i"m gcst.iltiüh) l`.`1)l(iTi`(is .lc 1,` i.Jtpi`ricni`u como emcrgcntc desde cl límitc dc
de expresar nuestros pensamientos, y almacenados en algún medio ex
mm iii .ni i..` {`1 yo y t`l .uiiliit`i`it. . , !;` t`xi`t`rit`i`i.ii` iii i t.i iirivmli`, i`o cst.'i mtwid` pt>r i`l `instinttt, sino tim
traño. Ya no nos vcmos impedidos por el establccimiento de formas de
ün'` "` ,,',n lw `( ,,,., '. 1;, , .', )')'\H).
exitre`n'Mi (1c ri`i'{)i`oi`cr (i`ic ]:` cxpci.icii.`.H tlc` itt.nw p`ii.ilc` t`i.r t.u` s(')lo li`
3. Ludwig Wittgenstein 57
Pensar la Práctica Clínica
56
1. Cada vez que caemos en la tentación de clavarle etiquetas objetivadoras a
cosa alguna. Dado que todo está al descubierto para scr visto, no hay nada nuestros pacientes, ya sea que provengan de categorías diagnósticas o de
que exi)licar. Porque lo que está oculto, por ejemplo, no es de ningún inte nuestras teorías, se levanta una bandera de advertencia. Es que probable
rés para nosotros" (Wittgenstein, 1953, 126). En lugar de buscar significados
mente hemos sucumbido a una tendencia reduccionista esencialista que
ocultosyprofiindasmotivacionesinconscientes,parecíasugerirquesólonece
no acierta a ver la complejidad de la semejanza familiar. Podemos sen
sitamos mirar nuestra experiencia común cotidiana desde distintos pu.nio.s_rde.
tirnos reconfortados en una noción de "iEso es!". En forma alternativa,
vista. "Los aspectos de las cosas que son más importantes para nosotros están,!
d
es posible que nosotros mismos no veamos nuestra propia deriva hacia
ocultos debido a su simplicidad y su familiaridad. (Uno es incapaz los juegosdelenguaje de la justificación científica,juegos que nos atrapan
:;qn\Otari
d8°Dipiroqduoe;:teá,S::::jreema;[toe,:reps:::esn:je°;):e(¥:ttdg,ec:S;ej:'e]s::3d'eíp2r:|[do'l con nuestros pacientes dentro de botellas atrapamoscas (Wittgenstein,
1953, 309)44, de las que no podemos ayudarles a escapar. Atrapados en
o confiiso o aterrado, no necesita una interpretación profiinda de contenidos
nuestra propia perspectiva |ue Wittgensteín 11ama "ceguera de aspec
inconscientes o cosas en transcurso. En cambio, bajo la presunción de que lo
to" perdemos el contacto con la experiencia, expresada en el lenguaje
que tiene que entenderse está ahí delante de nuestros ojos, nos involucramos ordinario y el gesto.
en una conversación acerca de qué es lo que está pasando o ha ocurrido, para
2. Wittgenstein, como los fenomenólogos, nos compromcte a prestar aten
tenerlo bajo control. ¿QLué tipo de mensajes mixtos de la familia, la cultura,
ción constante a los preconceptos quc traemos a nucstro trabajo spe
etc., lo están confimdiendo? ¿Cuáles son las fi]entes de tcrror en su mundo?
cialmente la presuposición de que porque dos personas utilizan la misma
Como los fenomenólogos que nos remiten "ivolver las cosas a ellas mi_sLg}+_s!",
palabra, o una persona utiliza la misma palabra dos veces en momentos
Wittgenstein nos compromete en un esfiierzo dialógico para #of#r el aspecto
diferentes, el significado permanece constante. Entonces, una moderada
de las cosas, incluyendo el sufrimiento de nuestros pacientes, que no había
curiosidad por las palabras se convierte en una oportunidad para desafios
mos visto porque están siempre ante nuestros ojos. De esa manera mi paciente
sutiles a las presuposiciones de ambas personas, incluyendo las presupo
deprimido comienza a contar historias que siempre había "sabido" pero qT:
siciones emocionales de que una es mala, defectuosa, alejada de la comu
nunca había conectado. Los recuerdos retornan, pero no de un inconsciente
nidad humana, y sin esperanza o posibilidad. Se posibilita lo que Buber
reificado sino que de los contextos de fondo" de nuestras vidas. Incluso algu
||amó|a|n£±épdi±_ógica.
nos rccuerdos y comprensiones disociadas por un shock traumático solamente
puedenestarfiieradelavista,perosoncapacesderetornardentrodeunacon `. S.gún la explicación dada por Hans Sluga: "Las botel[as cazamoscas (. . .) son dispositivos para atra
versación terapéutica. Incluso en la mesa familiar, uno puede escuchar: "¿Te i"r iiioscas. Atraída por un li'quido dulce dentro de la botella, la mosca ingresa por una abertura en la
acuerdas...?, y_c_ep}±nzar a encontrar formas nuevas de "ver como" (Genova, imm ii`fcrior y cuando ha saciado su hambre, intenta irse volando hacia la luz que viene de arriba. Pero
h li.).clla e§tá sellada en su parte superior, dc modo que todos los intentos por escapar de csa manera y
1995). Cuanao ocurre ese"ve= cório" en un contexto clínico, estamos en ca
iw cia vía tiencn qu€ fracasar. Dado que jamás se le ocurre a la mosca desandar su camino al intcrior
mino a "hacer sentido juntos" (Orange, 1995). •h h b(jtclla, eventualmente morirá en su interior" (Sluga, 1996b, p 338).
Yu hc` escrito de la botella cazamoscas um suerte dc metáfora clínica: "Debemos recordar cuán
UNA SENSIBILIDAD CLÍNICA WITTGENSTEINIANA •imi`i.h, frustrada y herida está la mosca dcntro de la botella. La mosca habia ingrcsado por trauma,
vlnhiii`ia emocional, patología parental, etcétera lncapaz de ver el camino de entrada o dc salida, la
mii.`.i` Bc golpea repetidamente con los h'mites. Luego, con frecuencia sc le acusa de provocar sus pro
Desde mi perspectiva, un fenomenólogo psicoterapéutico un clínico tra Phi. iií.iblcmas, acusada de proyectar y de identificarse con sus propias proyecciones, como si la botella
tando de trabajar en forma cercana y tranquila con el sufrimiento de nuestra ¢i.iii`.tt;.`as no fiiera formada y mantenida relacionalmente Y nosotros, los analistas, no debemos creer
q`i. cwt:`i.i.rn{>s cxcntos de sentir cómo es estar en el mundo cmocional d€ los pacientes. No se precisa
paciente puede encontrar en la filosofía terapéutica de Wittgenstein varios nli`t(`` n i``ccanismo de identificación proyectiva para explicar csto".
apoyos conceptuales. Nt"titr.ts los amlistas debemos encontrar, mediante el diálogo y la sintonización, lo más que nos
w iw.hil`lc tlel mundo cmocion¿`l dct pacicnte par.` vcr/scntir/wcnciar/interpretar este mundo más o
iii..`.m t ``im l(i lui.c clh` (t ¿.1. Si m .* nhí, .JhnbT;in problcmas a los cua]es jamás lograré acercarme, que
||u mli\n m mi i'mi.it`ii tt tim i n i hi n i ii.`rl.. `lii nii iiiiu`ilo (ní'ró/ i;i ;mci.mw /,i.7//'f o/w ¡.n /ncí.ncr WTC// /í'C¿r.m)"
" I'm m ri`lm ft ntnm`iiol`'iEin ri.rt` iii\iy qHiiil.m `ol" iiioüm w hori7m¡it.`l, vc.i Stolttrow # 4/
(Nl`rrN. I t)H.t, i`. 2(., w i.iinl`i(" ( )i .ii`Ht.. 2()"li)`
t)\)0:?).
Pensar la Práctica Clínica 3. Ludwig Wittgenstein 59
58
entonces sigue automáticamente que aquel hombre, reconociendo en
3. El estaJ atento a las diferencias, en los juegosdelenguaje y en las £ormas todos su propio yo verdadero y más profiindo, tendrá que considerar el
devidanospuedehacermenosproclivesadiscutirConnuestrospacientes intcrminable sufrimiento de toda§ las vidas como propio, y por lo tanto
acerca de la realidad. Mis colaboradores en sistemas intersubjetivos y yo asumir sobre sí mismo el dolor de todo el mundo (Vol.1, pp. 378379)46.
(Stolorow # 4 2002) hemos sugerido que el no argumentar acerca de
la rcalidad puede crear espacio para la aceptación y el descubrimiento, y Ya en 1916, Wittgenstein reflexionó: "El sujeto pensante ciertamente es
deshacer la añeja visión psicoanalítica del terapeuta Como autoridad ex una mera ilusión. Pero el sujeto bien dispuesto existe... el que sobrelleva
perta.Apesardcqueunacoinparacióndepuntosdevistadiversospuede la ética" (Wittgenstein, 1979, p. 80). A pesar de que más adelante pudo
incrementarelentendimiento,eltratamieiitodenuestra§opinionesyteo haber hablado en forma diferente, está claro que su crítica del yoindi
rías como puntos de vista, inevitablementc limitados por nuestro campo vidualizado, desde los años de la guerra en adelante, tenía un punto de
visual,puedemanteneriios£álibilistasypreparadosParaaprenderdenues+ vista ético. El propósito de su r7i¢c/cz/#í, su gran obra de lógica, era ético.
tros pacientes. En particu|ar con los pacientes psicóticos, pero también Mostraba aquello que no podía ser dicho, sólo mostrado.
conotros,nospreparamosparaaprenderelmundo1enguajcdelotro. 6. Finalmente, Wittgenstein concebía la filosofía en sí misma como un tipo
4. Para reemplazar todos |os enfoques autoritarios ~Sean éstos interpreta de terapia, incluyendo una cc>ncepción de cura. Pensaba que la resolución
Ciones freudianas, teorías k|einianas dc agresión innatas o cualquier "téc de los problemas filosóficos, como las dificultades personales, significaba
nica" basada en una teoría~ podemos considerar que % si es que es la verlos desde puntos de vista suficientemente claros, que desaparecerían:
Palatira correcta, puede que consista en cambios en las maneras de ver, "El verdadero descubrimiento es aquel que me pemite dejar de hacer fi
emergentesdentrodeunarelacióndialógica.Seprecisauncambiogesta|t, losofia cuando quiero. Aquel que le da paz a la filosofia de modo que ya
Ímposible pm cualquier interlocutor solo, ver el camino de salida de |a no se vea atormentada por preguntas que la ponen 4 c//4 7#z.f7#¢ en tela de
botella. La aceptación de |a complejidad de nucstros juegosdelenguaje
juicio" (1953,133).
Puededeshacerlosdua|ismos,i.educcionismosylatentacióndelabúsque
da de e§encias simplificadas Ri."miendo, para los clínicos leer a Wittgcnstein puede ser una "di§ciplina
5. Podríamos considerar nuestro trabajo clínico Como una tarea ética45, rHi`iritual". El lenguaje filosófico técnico está casi totalmente ausente; en lugar
la búsqueda de una vida humana decente para nuestros pacientcs su •lc c.llo, nos desafió a mirar lo que está delante de nuestros ojos de una mane
frientes, así como para nosotros también como Compañeros sufrientes. m tlifcrente. Nos advirtió de no presumir que sabemos sólo porque usamos
Wittgenstein,reconocidarnenteinfluenciadoporTolstoiySchopenhauer, lm inismas palabras. Las cosas jamás son tan unilaterales como aparentan ser,
considerabasunegativaa|amenteindividudreificadacomounaposición
iicrt) tampoco son técnicas, científicas o inconscientes. Nada está oculto; ibasta
ética.SabemosqueseencontróprofiindamenteCambiadotraslalecturay
'.t'n mirar!
ab§orcióndeE/Eo%%,4¿rcq;G.¢do(Monk,1990;Tolstoi,2008[1896]),
aunque también podemos imaginarlo leyendo a Schopenhauer (1969 LECTURAS RECOMENI)ADAS
[1819]):
l,n manera más fácil de sumirse en Wittgenstein puede ser por medio de
SiesevelodeMaya,e|p#.#Pg.z#G.#d¡.tú./#fí.o#íJ,Selevantadelosojos •\i `.xcelente b.Log[8,£ia, Ludwig Wittgenstein.. EI DebeT de un Genio (Moril+
deunhombre,dpuntoqueyanohaceladistincióncgoístaentreély|a
j()()2 [1990]). Para aquello§ que quieren ayuda para cavar dentro de las
Pcrsonadelosotros,perocobraümenostantointerésenelsufrimienm lii"iigt«ione§,[€s[ecom!ierudodRoutledgePbilosopbyGuidebooktoWittgensteín
de los otros individuos, y por lo tanto no es sólo benevolente sino que
•nd lh( ['hilosoi)bical lmeitigations (MCG:Lrm, T997).
Caritativoenelgradomásalto,peroinclusodispucstoasacrificarsuin
dividualidad,todavezquevariosotrospuedensalvarseasí,deesemodo,
• M. iti.n .`i{. `li. i.`it` i`,Nir 1`.}'( ii(lo i 1 lm SI`ix.i (Sl`ih,i, l`J`J(`.i); vn i,`inlm`.n Oi¿uifi.`. 200/t),
" (' ,,,,,,, v`.r'.",oH' ,,,,,, l,r ,,,,, `lll\ ' ''
MAURICE MERLEAUPONTY
INTERSUB|ETIVIDAD ENCARNADA
Lo real e5 un tejido íntimamente entrelazíado.
M. MERLEAUPONTy
EI J]omí}re no es mds que una red de relaciorie5 y §on ésla5 lo úriico que le e§
importante.
A. DE SAINTExupÉRy, citado en MERLEAuPoNTy
l`ttmo todo filósofo francés, MerleauPonqr vivió a la sombra de Descartes,
iirttbablemente en las mismas calles que recorrió el padre de la filosofia moder
iii`. Inspirado por la fenomenología de Husserl, replanteó el dualismo carte
•limo mentecuerpo como una fenomenología de la experiencia encarnada. Se
•i`i`ttntró con que la mente ya no aisladaestaba entretejida con el mundo.
VIDA Y OBRA
Miiiirice MerleauPonty es el que mantuvo una vida menos expuesta, de entre
lm `ilósofos que estamos estudiando, y rara vez habló acerca de sí mismo. A
•.(ti`iinuación, expondremos lo que sabemos de él. Nació en Rochefortsur
Mci., Francia, cn 1908 y murió en París en 1961 de un ataque al corazón a
h c(l..`tl de 53 años. Después de que muriera su padre en 1913, vivió con su
ui.i`lrc y hermm en P¿`ri's. Gisi todo lo que sabemos de su vida anterior a
ln .i`.¡itlcmi¿i pr()vicnc {lu `ii` i`t`ii`i.i`t.,iri() ciiigmáti(`o quc hizo a su amigo de
tt)di` I,L vi{l:i .|(`:ui l':``il .`¿`tti.{`. i.t.`i}i'`.t() (li` ti`ii} "[``Lt\i..\ hc h',`t)i':` rc(.uiic`rii(l() (li`
4. Maurice MerlcauPonty
Pensar la Práctica Clítiica 63
62
que la filosofia tenía que ser una vida de ``compromiso". Su complicada amis
unaniñezincomparable...unmundoprivadodefelicidaddelcualsólolaedad
tad conJcanPaul Sartre creció y al mismo tiempo se hundió en torno al mar
nos aleja" (Sartre, 1975 [1964])47. Aparte del servicio de infantería antes de
xismo. Sin embargo, la guerra coreana lo convenció de que el sistema sovié
la caída dc Francia en la Segunda Guerra Mundial y el trabajo de rcsistencia
tico era, en última instancia, un imperialismo que no podía seguir apoyando
durante la ocupación, su carrera fiie completamente académica. Sus estudios
(MerleauPonv,1973 [1955]; Sartrc,1977 [1976]) de modo que se distanció
;e;~co;;tamiento(rg4i)yFenomenol:gíadelape.r.Üpci:n(r945),::=::d~€::f_
en la École Normalc Supérieure dieron lugar a las disertacione§ Z,4 c5##c%rfl
de Sartre y se retiró a una vida docente y de escritura (ver Moran, 2000, para
algunos detalles adicionales).
engeneralsuopm%mmDespuésdeenseñarfilosofíacnescuelassecunda
De acuerdo a muchos recuentos, su contribución más importantc fiie
rias, MerleauPonty aceptó la cátedra de psicc>logía infantil en La Sorbonne "un nuevo concepto de la percepción y su relación cncamada con el mun
en 1949 y, en 1952, la prestigiosa cátedra de filosofia en el Collége de France,
do" (Carman y Hanscn, 2005). En sus últimos escritos no publicados in
donde enscñó hasta su temprana muerte.
terrumpidos por su repentina muerte~ McrleauPonty contempló su propio
Pero esta historia descolorida esconde muchas cosas. El silencioso filó
trabajo temprano como excesivamente dualista y orientado a la conciencia. En
sofo estuvo involucrado durante toda su vida adulta en un desafío incesante
consecuencia, tal como veremos, intentó una nueva filosofía de "la came», del
aunquerespetuosoatodasutradiciónfilosófica.Enelespírituyestilodeuna
volverse visible de lo invisible (MerleauPonty,1968).
generosidad hermenéutica, tendió a presentar a otros filósofos con la mejor
luzposibleparadespuésmostrarporquéseguíasiendonecesariopensardeun
LEER A MERLEAUPONTY
modo distinto. De manera similar, confrontó la salvajemente popular psicolo
gíaconductistadesuépocayluchótantocomotambiénlohizoencontrade MerleauPonty escribió su trabajo más conocido, Fmo%m/ogi'4 dc /fl 4crcG4
Sartre,nosólorespectodelateoríaypolíticamarxistas,sinotambiénrespecto
ci.o'#5`, durantc la guerra y con anterioridad a su carrera docente. Ese trabajo
deloquevisualizabacomoeldualismodeSartreentrecnsímismoyparasí
puede resultar difícn para muchos lectores. Las frases pueden §er de diez lí
mismo.Enelperíododepostguerra,fiieunintelectualpúblicocomprometido,
neas y los párrafos pueden ser de tres páginas. Comentaristas como Lefort y
colaborando con Sartre para publicar £« rempf Modcr#cj. iu igual que la ma
Carman (Carman, 2008; Carman y Hansen, 2005) han señalado que su dis
yoría de los franceses, nació tanto católico como cartesiano, pero a diferencia curso respctuoso del trabajo científico y las ideas de otros Carman llama a
de muchos, se distanció tempranamente de ambas afiliaciones.
csto su "estrategia dialéctica no confrontacional" (p. 25) a ratos hace dificul
Dos influencias cruciales sus e§tudios tempranos de la psicología de la
toso discemir sus propios puntos de vista.
gestalt48yconposterioridadlafenomenologíadeHusserlloequiparonpara Su trabajo publicado póstumamente, ZÚ q;!.jz.4/c j; /o z.#Ü!.íÍ.4/c (Merleau
desafiar lo quc llamó "intelectualismo" cartesiano. " visión incluye el racio
Pónv, 1968 [1964]), es original y opaco para la mayor parte de los lectores.
nalisrno de la tradición moderna el "cognitivismo" actual49 así como el
Sospecho que su intento por alejarse de §u persistentc filosofia de la concien
empirismo y reduccionismo de los conductistas. Cuando se hizo conocido en
Ícia (esto es, su cartesianismo) 1o inclinó a crear formas poco familiares de ex
la década de 1940, estaba impresionado con el mafxismo" y convencido de ` presión como "carne" y "quiasma" y también a haccr uso de frases intrincadas,
"ElcapítuloenFcno"cm/ogi`4d¿/flpmcpc»'¢sobrcelmundohumanocomienzaconcstaspalabrasen gencrando con ello un desafío aún más grande para sus lectores.
No obstante, sus conferencias proporcionan un acceso más fácil a sus ideas
lasquctraslucelapérdida."Lo§primcrosveinticincoañosdemivida(hasta1933)fiieronunaniñez
lmportantes. En ellas, mantuvo al públmo en mente y empleó metáforas evo
prolongada,destinadaascr§eguidaporundolorosoquiebre,quecventualmenücondujoahindepcm
dencia.Sivuc[voae§osañostalcomoefectivamentclosvivíytalcomolossigollevandoconmigo,mi cativas para transmitir sus ideas principales (MerleauPonqr, 2004 [1948]). El
fclicidadcncsaépocanopuedcexplicar§ecntérminosdclaatmósferaprotegidadelhogarparental;el
mundomismocramásbcllo,lascosascranmásfascinantes»(Mcrlcau~Ponty,2002[1945],p.403)
prochóaestcintclcctualismodelaobjetividad,talcomoreprochóalracionalismoclásico,quenomiraba
"I,cyóencspcciJlaescucladcBcrlín:MaxWcrthcimchKurtKomyw()1fgangKoehlcr ú mundo a la cara y quc olviddba quc éstc nos cnvuclven (Sartrc,1975, p 237)
"l'(`(lcm.mrc.`oii.ii`crcHWtri`.licióncnlavislón(1.1ctintluctismoi`ogni..iv(ircBpc...ttdequcl.`sidca6mal
"Elo/uímafl"dcMcrlcaul'mtyaparccióorigimlmcntccnmglésen1962.Fucpublicadoen2002
cn(m`ii"tlu. N(in h Í`ici`tc {lc h i).l..tipütuliii(Ía.
•n un tipo dc lcm muil`o mÁB lcffiblc quc hiz() ncccsario um rcnumcración dc h§ pá#ii". Cito la
dlc¡ón dc 20()2 iit)r(i`ic cB ii`Ai Ai.`c.i`}lc a 1{). lci`t()m i.onicmi)orái`c`)8.
"No.i.unm.rxl.ii.No.i.1.Iilci1.ii`icrc``hwühhhmclhc..t`i)`lcq`icf`icm`intl(tsmü(..)Rc
Pensar la Práctica Clínica 4. Maurice MerleauPonty 65
64
una gestalt completa de responsividad. "No es la reacción violenta que sigue a
otro gcneralizado se convicrte en su vecino Paul y el pensar se convierte de
una experiencia dolorosa lo que se establece en el comportamiento del niño,
manera más obvia cn una convcrsación.
Pero miremos más de cerca para ver qué puede ofrecer el trabajo de sino más bien reacciones de protección" (MerleauPonty,1963 [1942], pp. 98
99). Es el significado más amplio de la experiencia situada lo que se establece
MerlauPonty a los psicoterapeutas y psicoanalistas. Aunque su lenguaje y
en la vida del niño y obvia los dualismos53.
preocupaciones puedcn parecer abstractos y a veccs distantes a la experiencia,
su filosofia del cuerpoenelmundo puede transformar nuestro pensamicnto Después de sus estudios holísticos del comportamiento, MerleauPonv
clínico.
viajó a Lovaina para estudiar los manuscritos de Edmund Husserl. De la feno
menología de Husserl aprendió a ser un principiante perpetuo en filosofía. Para
ERCEPclóN ¥ ENCARNAclóN Husserl, esta "reducción», de modo parecido a la duda metódica de Descartes,
significaba despojar todas las preconcepciones e intentar encontrar una sub
LafilosofiadelapercepciónencarnadadcMcrleauPontyincluyecuatroafir jetividad pura que, entonces, podía constituir cosas objetivas. Por el contrario,
maciones principales : para MerleauPonqr el principio perpetuo estaba, tal como para Heidegger
(1962 [1927]), ya siempre situado en un mundo. En contraste con el foco dc
a) que el holismo explica el comportamiento de mejor manera que el dualis Descartes sobre la mente definida precisamente como aquello que no es
mo; el cuerpo MerleauPonv estudió el cuerposujeto situad_o y la intersubje
tividad encarpada. Podríamos decir que las influencias de la gestalt modera
b) que la percepción, al igual quc el comportamiento, tiene un cafácter simi
lar a una gestalt; ron o incluso transformaron lo que aprendió de la fenomenología de Husserl.
MerleauPonty sostiene que Fc72o7%#o/ogz`¢ cJc /¢¢crcc?#.o'n consiste cn ela
c) que la encarnación puede convertirse en el concepto central de la p§icolo
borar estudios de los procesos perceptuales, e insiste que éstos nunca podrían
gía; y
`\ d) que lo intemo y lo externo no pueden distinguirse. ser desvinculados de su condición situacional54. Tampoco podían describirse
adecuadamente como proccsos mentales o físicos. La gestalt, la cosa percibi
En contra de todo tipo de dualismo52 mcntecuerpo, interiorexterior, suje da, no se encuentra fiiera de mi mundo; existe para el sujeto que percibe. La
impresora sobre mi escritorio no es, tal como es percibida, un objeto en un
toobjetoMerleauPontyinsistióenelholismo.Influenciadoespecialmente
mundo externo; existe para mí, para mis propósitos y para el uso de cualquiera
porsusestudiosdelapsicologíadelagestalt,empezóconelestudiodelcom
portamiento y la percepción. Completamente convencido de que las conduc que la utilice. Tiene una realidad rudimentaria al margen de mí, pero existe
tas y las totalidades perceptuales nunca podrían reducirse a sus partes compo como un conjunto de posibilidades para propósitos humanos. Más allá, los
nentes, anticipó lo que cn la actualidad llamaríamos teorías de sistemas, de la psicólogos de la gestalt, tal como MerleauPonv se apropió de ellos, creían )
complejidadydelcaos.Seguramentehubieseestadodeacuerdoconlafamosa que la percepción encarnada se estructura en torno a expectativas de totali '
afirmación del físico Philip Anderson (1972) respecto de que máf cf d€/cm# y dad, de completud, y en torno a un sentido de corrección o equilibrio. "Prestar
con la máxima de la gestalt respecto de que la totalidad es más que (o, en sen atención", por ejemplo, "no es meramente elucidar datos preexistentes, es lle
var a cabo una nueva articulación de éstos al tomarlos como figuras. Están
tido estricto, diferente de) 1a suma de las partes. Argumencando en contra de
los conductistas clásicos, MerleauPonty sostenía que el comportamiento sólo preformados sólo como horizontes, constituyen en realidad nuevas regiones
en el mundo totar' (MerleauPonty, 2002 [1945], p. 35). La experiencia nunca
puedecntenderseentérminosholísticos,noentérminosdeinstanciasaisladas
de estímulo y respuesta (tal como los conductistas habían intentado hacer).
" La solución de MerleauPonty a los dualismos no era una síntesis hcgcliana de opuestos. En cambio,
Un niño que toca un homo caliente no aprende una respuesta aislada, sino
repcnsó la polari7,ación en cucstión y luchó por conccptos que haccn h dualidad original innecesaria.
" Mc`[Icm`Ponty ti.ni.ü `im di.uda €rit)rmc, y en brran medída no reconcicida, al serenelmundo de
52EnpalabrasdcM.CDillon(1997),"Esunasuntodcazar..§iacamloshistoriadorc§f`it`irob."m
1 lc.i(li`í:Hc`i', I).`l`i(IÍ) .` r``zom tiiii. b.`sti` (loi`(k' {`lc`í`n7,¿i iTii i`onocimicnto no cxplicó, daba crédito con
r,'innMc`TlcMrl'onry`),`ik`'uiotr(¡i`lonfilos(')fico,a.`tualmmdesc()nt)ci(1tiqucescr.ibL.cmii¡roi(l.ioim,
iii.`i\ (..ii`iliih`tl ` I.i iiinnt.i`i m \lt. l':tlnni (11 lm`c`rl `til)rc` t'il, :``miiii.` iiiiii.h¿n vcc(.s (lio iiní` niicwi fom`.i ii
Ü `lmo" .J 11" W m n`."l`I.`Iwll tt\\.l`l{`llt.`l.1.:1 t.l|`t`m o t`l (l`I.`ll`mo Tlcl`t. l|u`. h,`lH M[.rlt..`u
1"`,\1 ,.., `(1,.1'"",.,1` .,,, ' , , ," .,,,,. hrH"i".
p„llly um '„„,.." .,.,,,,,., " (',. `v',',',).
4. Maurice McrleauPonty
66
l'.'nsiir l(i Priiclica Cl{nica 67
a discusiones intensivas de la neurociencia cognitiva actual (Clark, 2001;
es atomista, jamás ensamblada a partir de pedacitos de datos sensoriales, sino
Damasio,1994,1999, 2003; LeDoux,1996). Siempre pensó que la fenomeno
que más bien es inescapablemente holística. logía y las ciencias empíricas compartían un fiindamento común: el mundo de
Es un pequeño paso ir desde una visión gestáltica del comportamiento y
la percepción. De modo evocativo, afirmó que
unconceptoholísticodelapercepciónhaciaunafilosofíaplenadelaencarna
ción. Somos nuestros cuerpos (MerleauPonty, 2002 [1945], p. xii). Tál como
elsol"sale"paraelcientíficodelamismamaneraquesaleparalapersona
Taylor Carman (2008, p. 6) asevera, "la idea filosófica central de Merleau
sin educación y nuestras rcpresentaciones científicas del sistema solar si
Ponty es que la percepción es un fenómeno corporal, no un evento mental
guen siendo un asunto de te§timonios de oídas, como los paisajes lunares,
quc tiene lugar al final de una cadena de causas y eventos fisicos, como supuso
y nunca las creemos en el sentido en el cual creemos en la salida del sol.
Descartes". Un estudio descriptivo incesante de la experiencia vivida,11evado
(2002 [1945], p. 401).
a cabo en un espíritu fenomenológico, deshace el dualismo. Para Merleau
PontyadiferenciadelHeideggerdeS~y/!.cmpo(1962[1927]),paraelcual
McrleauPonty hubiese estudiado los propósitos de los neurocientíficos, sus
la encarnación era una nota al pie de página o aún mcnos en la filosofia cl
métodos tecnológicos, sus hallazgos y las conclusioncs que sacan a partir de su
serencarnadoeralaclaveparacomprendernuestrosei.enelmundo55.Elser
trabajo. De particular interés para él podri'an haber sido las ideas de Antonio
enelmundo (J#d~ ye/¿jc¢.#) de Heidegger y el c'% ## %o#dc de Merleau
Damasio (1994), oponentc de la bifiircación. Damasio afirma de modo con
Ponty significaban que siempre "Eye_s!a`Tos" (expresión de Heidegger) situa
vincente que una neurobiología de la emoción puede ser nuestra mejor ayuda
dos y nunca estamos fiiera de la relación có`n nuestro contexto. Sin embargo,
paia comprender la conciencia. El error de Descartes, encapsulado en el cog2.Áo
paraMerleauPontyelénfasisestabaenlapercepciónencamadayenlaforma "pienso luego existo», fiie imaginar, en las palabras famosas y desdeñosas de
cn la que nos provee acceso al mundo en el cual siempre ya vivimos. Siempre
GilbertRyle(1959),un"fantasmaenlamáquina".ParaDamasioylamayoría
interesado en la psicología cxperimcntal, quería saber cómo la propioccpción
delosneurocientíficoscognitivos,nocxisteunfantasma,sinosólounamáqui
(el sentido del propio cuerpo) fimciona y lo que diversos trastornos percepti
na completamente fascinante que nos despista hacia hacemos pensar/sentir
vos podían decimos acerca de la naturaleza de la percepción.
Opuesto a toda forma de dualismo, MerleauPonqr concluyó que lo intc que tenemos almas.
Tal como explica Hubert Dreyfiis (2005), MerleauPonty hubiese creído
rior y lo exterior no podían distinguirse adecuadamente. Como Wittgenstei
que una fenomenología holística y no reduccionista se tomaría en serio todo
(195.3), argumentó que no existe un ser interno privado, sino sólo el ser
lo que los neurocientíficos cognitivos están aprendiendo y teorizando accrca
nadoypercibienteenelmundo.Elmundotampocoseencuentraporcomple
de nuestros cerebros. Se hubiese mostrado incondicionalmente de acuerdo
toafiiera,sinoquesóloestáaccesiblealapercepción.Noesque,talcomopos
con el rechazo del representacionalismo por parte de científicos cognitivos
teriormente sostendrían los postestructuralistas, no existe nada que conocer.
como Andy Clark (2001), Shaun Gallagher (2005) y David Chalmers (2002)
Para MerleauPonty, "lo real tienc que ser descrito, iio construido o formado"
y con su búsqueda de explicaciones no reduccionistas de la conciencia. Las
(2002 [1945], p. xi). Su versión de la fenomenología más cotidiana y fami
teorías representacionales de la mente, al igual que las teorías dc la verdad
liar que la de Husserl y también menos csotérica que la de Heidegger des
basadas en la correspondencia, conciben la mente como un contenedor de
cribiótodalaexperienciadesdeelpuntodevistadelapercepciónencarnada.
imágenes o de copias verbalcs de las cosas. El problema de la representa
ción surge debido a que no hay ninguna manera de comparar lo interno y
N EUROCIENCIA COGNITIVA SIN REDUCCIONISMO
lo externo. MerleauPonty pensó que tiene quc existir algo erróneo en la
representación misma como concepción de cómo estamos en el mundo. Pero
La tendencia de toda una vida de MerleauPonty a considerar seriamen
habría considerado que Damasio, y en especial LeDoux, están interesados
te a la investigación psicológica, con cierta probabilidad lo hut)iesc 11evado
primammcnte en 1:` mcntc/(`crcbro í.#dz.q/!.dzi#/. Por el contrai.io, Merleau
PtMity ii`sistit'> (`ii {i`i(` iwultm`m t.iiti`iitlcrnos :` no`sotros mismos sól(i coint>
., l.i`los ", ,m ,",",,1" `" ',,,1 y `il.",l"`. y" l",,.l.tl.ji,," ." é`,l,. "Mi "`.rl„
w?`:,r;:`):,`T`,",:.':`t,'t`}:`;t',",:M\":.'',":"',"'W","';",","``""`,",M|`í`,í.",//:(í"'.:`"|",',`,::``{|r`,y
4. Mauricc MerlcauPonty
Pen5ar la Prdclica Cl{nica 69
68
cognitivo y emocional, podrían existir importantes consecuencias prácticas57.
escribió,"esunmovimientohaciaclmundoyelmundoeselpuntodeapoyo
Pero Merleau~Ponty (1964a) afirmaría:
de mi cuerpo" (2002 [1945], p. 408)56.
Noesqueunfenomenólogoseveaobligadoaserhostilconlaciencia.En
La mente que percibe es una mente encarnada. En primer lugar, he in
cambio, en palabras dc MerleauPonv (2004 [1948]),
tentado restablecer las raíces de la mente en cl cuerpo y en su mundo,
yendo en contra de doctrinas que tratan la percepción como simple re
la pregunta es si acaso la ciencia de hecho nos presenta, o incluso nos
sultado de la acción de las cosas externas sobre nuestro cuerpo así como
podríapresentarunaimagendelmundoqueseacompleta,autosuficiente
en contra de aquellas que insisten en la autonomía de la cc>nciencia. Tales
y de algún modo cerrada sobre sí misma, de td manera que dejaran de
filosofias por lo común olvidan a favor de una exterioridad pura o de
haber intcrrogantes significativas Íüera de esa imagen. No es un asunto
una interioridad pura la inserción de la mente cn la corporalidad, la
de negar o limitar la mcdida del conocimiento científico, sino más bicn
ambigua relación que mantenemos cori nuestro cuerpo y, de modo corre
de estat)1ecer si acaso tiene el derecho de negar o descartar como ilusorias
lativo, con las cosas percibidas. (pp. 34).
todas las formas de investigación que no tienen su punto de partida en
mediciones y comparaciones y, al conectar causas particulares con conse
Y también; "El nexo entre el alma y el cuerpo no es un paralelismo... ni es
cuencias particulares, terminan arrojando leyes tales como aquellas de la
una opacidad absoluta... Ha de entenderse como el nexo entre lo convexo y
fisica clásica. (p. 43).
lo cóncavo, entre la bóveda sólida y el vacío que forma" (MerleauPonv, 1968
[1964], p. 232).
Nuestra tentación es "tener a la ciencia y el conocimiento en tan alta esti
En la actualidad, por supuesto, los diálogos entre fenomcnología y neuro
ma,quetodanuestraexperienciavividadelmundoparece,porcontraste,tener
ciencia cognitiva continúan y los resultados son diversos e inciertos. La neu
pocovalor"(p.40).Creíaqueelconocimientocientífico"nopuedeestarcerra rociencia, con su impresionante atractivo, cosecha más atención por parte de
do sobre sí mismo, que siempre es un conocimiento aproximado y que con
la prensa, pero sus formas más representacionalistas y reduccionistas parecen
siste en clarificar un mundo precientífico, cuyo análisis jamás será terminado"
estar modcrándosc en una dirección humanística. Al mismo tiempo, los fc~
(1964a,p.20).Nosotroslosfenomenólogosnotenemosnccesidadderechazar
nomenólogos están comenzando a aprender de la neurociencia (Gallagher y
la ciencia, pero la vemos como algo que deriva de las exigencias más prácticas
Zahavi, 2008). Tál vez fenomenólogos que hace tiempo nos han dejado, como
de la encarnación ligada al mundo.
MerleauPonty, merecen parte del crédito por esto.
MerleauPonty consideraría que la subjetividad es irreductible e insepa
rable de sus condiciones materiales. Al igual que Thomas Nagel (1974) en
IMPLICANCIAS CLI'NICAS: UNA PRIMERA MIRADA
su famoso "¿Cómo se sicnte ser un murciélago?", podría preguntar cómo es
sentirse cansado. Podría preguntarse cómo es el que alguicn obtenga imáge
¿QLué importancia tiene una filosofía de la percepción encarnada para nucstro
nes de nuestro cerebro con alguna máquina, al mismo tiempo que nos hace
trabajo clínico? Pienso que ya podemos seleccionar tres temáticas relevantes:
preguntas o nos involucra de alguna otra manera en experimentos. Merleau
Ponty, fenomenólogo hasta los tuétanos, jamás podría restar la experiencia,
1. Tanto paciente como terapeuta inevitablemente describirán lo suyo a
esa cualidad de cómoscsiente, similar a la Bc/#d/i.cÁÁ~ dc Heidegg# (1962
partir del punto de vista de la percepción encarnada. Ninguno de los dos
[1927]; ver también Gendlin,1979). Si la neurociencia produce ínformación
útil sobre las condiciones materiales de la posibilidad del fiincionamiento
57 El filósofo estadounidense Charles Sanders Peirce (18391914) formuló su famosa máxima prag
mática: "Considércse qué efectos, que podrían posiblemcnte tener consccuencias práctica§, conccbimos
" ULos frcudiano§ a menudo han ascverado que las perspectivas fcnomcnológii.as y rclacw# des que ticne cl objeto de nuestra concepciói`. Entonccs, la totalidad de nucstra concepción dc aquellos
cfccto§ es la tt)talidad de niic`ira i`t)ni.cp.`ión dcl ttbjct()" (1992 [ 1878], p.132). La ilustró con cl ct)ni.cp
cuidanclc`icrpoLafilosofíadclaperccpcióncncariiadaydchin.w.u`)j.`nvi.l.ulcm"HdcMe[
to d.` (l`irc'/,a, mt)im`ii(l() q`ic h iiahbm nt) ticnc `itr.)s sigi`ifii`dd.)§ quc la suma dc sus cfci`t(iB prámn
1..aul'.intycsunarcfu.acióndcfin.itivad..talafirmacit`T(R.Stitltirtiw.it}ni`ii``i`wi.i(ti`i"rmmt9dc
c(}nL`cbiblcü.
dicicmbrc, 2008).
70 Pen5ar la Práctica Cl{nica 4. Mauricc McrleauPonty
71
tendrá acceso al tipo de conocimicnto externo o abstracto que resulta en Su "realidad" era probablemente su significado en una vida en la que um
categorías diagnósticas. Una mujer joven vino a verme con problemas usurpación de su sentido de agencia la había dejado sintiéndose muy "1
complejos: obsesic>nes, sentimientos abrumadores de que tenía quc hacer nerable frente a "dementores"58 (Rowling, 1999). Mi respuesta evidente
se daño a sí misma de inmediato y que escuchaba voces. Lc parecía casi mcnte la rcposicionó en un mundo relacional más scguro.
impc>sible confiar en alguien y menos en sí misma. Comprendí desde el 3. La sintonización con la presencia y ausencia encarnada (disociación) pue
comicnzo que yo era una persona que la asustaba, pero sólo gradualmen de proporcionar un medio para la conexión vivida en terapia y en p§i
te llegué a entcnder por qué. Alrededor de la sexta sesión, confesó que coanálisis. Desde la atención de los terapeutas gestálticos a la expresión
"Tengo tanto miedo que digas que soy limítrofe". "¿Por qué haría yo eso?"
corporal de las emociones, pasando por la ensoñación de orientación
pregunté. "Porque eso es lo que los trabajadores sociales del hospital somática de Thomas Ogden (1997) y la "experiencia no formulada" de
dijeron a mis padres" respondió. "€Y qué crees que quisieron decir con Donnel Stern (1997), hasta todas las formas de proceso sensorial descri
eso?" pregunté. "No lo sé", dijo, "pero pienso quc es algo muy malo y tas como autorregulación y regulación mutua por Beatrice Beebe y Frank
quiero saber si piensas que lo tengo y si es algo que se puede mejorar". Lachmann (2001), el trabajo clínico contemporáneo le debe mucho a la
En lugar de eso, un fenomenólogo hubiese respondido a su sufrimiento fenomenología de la existencia encaj.nada de MerleauPonty. Todos estos
encarnado en un mundo de malentendidos y humillación. autores han hecho un uso explícito de sus postulados teóricos.
2. Los detalles íntomas, recuerdos episódicos, etc. adqui€ren un sig
nificado sólo en el contexto dc un ser en curso y encarnado en el mundo. EI, AFRONTAR DIESTRO Y LA TEMPORALIDAD SITUAI)A
Esto quiere decir no sólo que los significados evolucionan dentro de con
textos, tanto en el tratamiento como en la vida, sino tamt)ién que rara vez El carácter crucial e irrcduciblc de la subjetividad encarnada o del "cuerposu
existe una necesidad de argumentar acerca de la realidad. jeto" es su cualidad de estar situada. Mi situación no es tan sólo mi ubicación
en un mapa; en mi mundo experiencial, me encuentro encarnado y siempre
Sara, una mujer brillante y exitosa de 27 años, con una historia de deli participando. Dentro de ese mundo tengo que afrontar situaciones que van
rios religiosos, involucramiento en cultos y una niñez que se parecía a un desde lo más mundano, por ejemplo el hecho de ajustai.me a un nuevo teclado,
campo emocional de prisioneros, me llamó un día con pánico. "Tienes hasta lo más complejo, por ejemplo maniobrar en el seno de una situación
que ayudarme. Fui a Baltimore, donde me quedé con cinco amigos de la intcrpersonal compleja (Dreyfiis, 1992). MerleauPonty pcnsaba que nues
universidad. Los vecinos de al lado nos dijeron que había fantasmas cn tra capacidad para el afrontar diestro o juicioso lograr un máximo agarre o
su casa, que las cosas se movían, que había ruidos extraños y todo tipo aprehensión era el mejor argumento contra la teoría representacional de la
de cosas raras. Todos lo pasamos bien y mis amigos se fiieron a casa, pero mente. En palabras de Carman (2008), "Percibir no es tener estados mentales
yo estoy completamcnte aterrorizada. Siento que esos fantasmas me van internos, sino conocer y manejarse en un entomo» (p.19)59. Involucra un esti
a seguir a Nueva York y me perseguirán. No sé por qué, pero siento que lo personal e irrepetible de serenelmundo. Para McrleauPonty, el afrontar
es verdad y estoy cc)mpleta y totalmente asustada. No puedo pensar sino dicstro es nuestra existencia encarnada.
en eso". Después de preguntarle algunas cosas sobre los fantasmas y so Pero, de nuevo, ¿en qué sentido nos importa esto a los clínicos? Ya es una
bre diversos aspectos de toda la situación preguntas que no 11evaron pcrogrullada para los practicantes de las terapias de conversación que el con
a ninguna parte le dije con firmeza: "Sara, siempre he escuchado que tcxto importa: los contextos del desarrollo, contextos culturales y ecc>nómicos,
a los fantasmas les gusta quedarse en sus casas y que no les gusta via particulamente los contextos intersubjetivos contemporáneos. Pienso que lo
jar. Creo que esos fantasmas no están interesados en ti". "¿De verdad?" " Dcmentorcs: cn la saga litcraria sobrc cl mago Ha[ry Potter (J. K. Rowling) scrc§ fantásticos, ma
preguntó. "Por favor, vuelve a decírmelo". Sin saber de dónde provenía
llgnos y sin alma. carceleros de Azkabán, que no podi'an abandomr su pucsto salvo en espccialcs y
mi convicción, repetí mi afirmación en el mismo tono de voz. "Gracia§", cxccpciomlcs ciri`unstancias.
dijo, somndo muy aliviada. Volvió inmediatamente a funcitii`¿`r liicn y no " Carmm con.inú" N`icmm órgm(). dc l()a #cn.ido6 n() son cámai.aB f(ttográficas y dispositivos dc`
ha vuclto a mcncionar lo§ fantasmas. (Orangc, en prcnsi`). gTabaclón y n`ic.tm6 iT`cnm i`ti i(}n mli``ila{I."i" (r}. 20).
4. Maurice MerlcauPonty 73
I'(mar la Prdctica Clínica
72
2002 [1945], p.150), los principios organizadores (Atwood y Stolorow,1984;
que el énfasis en el afrontar diestro o juiciostt itr()vcc, apartc dc su resistencia Stolorow €¿ a/.,1987), los modelos operativos (Bowlby,1979) o las convic
a las explicaciones reduccionistas, es un ¿nh`his " cl t.`ituro, cn cspecial en el
ciones emc>cionales (Orange, 1995) que estructuran de forma inconsciente
fiituro inmediato6°. Mi proyecto pucde scr i`rcw h iml:`bra m᧠provechosa
nuestras vidas y relaciones en modos que parecen automáticos. El afrontar
de Scrabble mientras que a la vez prevcnir quc ii`i tii)t>ncntc lo haga aún me
diestro en la vida emocional puede significar desarrollar tanto familiaridad
jor. 0 puede ser encontrar una vía alternativa a un cmbotcllamicnto. 0 puede con estas sedimentaciones como los medios para soltar su agarre sobre no
scr manejar un malentendido de modo que no gencrc un daño a largo pla
sotros, de manera que podamos tener un mayor sentido dc agenciamiento y
zo en una relación importante. Durante todo cl día y todos los días, estamos
elección.
implicados en proyectos de afrontar diestro. "Mi cuerpo §e mc aparece como
La autenticidad (Ez.gc#//z.cÁÁcÍ./, /pmcz.#z.gÁcz./) dc Heidegger le debe haber
unaposturaconunaperspectivarespectodeunaciertatareaactualopo§ible...
parecido a MerleauPonv demasiado individualista como para dar cuenta de
Si estoy parado frente a mi escritorio y me apoyo en éste con ambas manos,
tal experiencia situada. De modo similar, MerleauPonty pensaba que la liber
sólo mis manos están acentuadas y mi cuerpo entero les sigue como la cola
tad absoluta de Sartre era una ilusión. En cambio, enfatizó la libertad limitada
de un cometa" (MerleauPonty, 2002 [1945], pp.114115). A la inversa y
de encontrar nuestro propio camino:
debo mi conciencia de esta yuxtaposición a Taylor Carman "sé dónde está
mipipacontotalcertezay4ft#qtc.fdcc#osédóndeestámimanoydóndeestá
Puedo dejar pasar la posibilidad de ser libre sólo si intento eludir mi si
mi cuerpo" (2002 [1945], p.115). A esto sc parece el pensamiento encarnado.
tuación natural y social al rehuir asumirla en primer lugar en vez dc asu
Para afrontar nuestras situaciones, cambiamos desde el "yo pienso" al "soy ca
mirla con la finalidad de unirmc al mundo natural y humano. Nada me
paz de" (MerleauPonty,1964c [1960], p. 88). determina desde afiiera, no porque nada actúa sobre mí sino, por el con
En nuestro trabajo clíníco diario, nos consultan personas que sufren sin
trario, porque desde el inicio estoy fiiera de mí mismo y abicrto al mundo.
tiendo que no pueden asumir su situación. Se sicnten sobrepasadas por el
Somos q/crc7¢c7croJ de comienzo a fin por el mero hecho de pertenecer al
trauma, el dolor, el resentimiento, los malentendidos relacionales, etc. Ahora
mundo, y no simplemente por ser en cl mundo cn la misma forma en que
bien, ¿qué significaría afrontamiento diestro en estas situaciones? No es una
lo son las cosas, y tenemos con nosotros todo lo que necesitamos para
cuestión de aprender a caminar, a andar en bicicleta o a decir algo gentil cuan
trascendernos a nosotros mismos. (2002 [1945], pp. 529530).
do se recibe un regalo que no nos gusta. Se parece más a encontrarse en una
casa ajena que se supone es el propio hogar. Así, muchas veces describo esto a
En otras palabras, ser verdad€ro o genuino es vivir la vinculación que ya so
los pacicntes como aprender a mancjarse en la propia vida emocional situada,
mo§, creer en y comprometerse con un mundo.
como familiarizarse con el propio mundo experiencial. Esto incluye familiari
En su última obra inconclusa, MerleauPonqr describió una "fe percepti
zarseconlaexperienciacncarnadapropia,talcomoalgunasterapiascorporales
va" que nos permite "creer que lo que es para nosotros es absolutamente, que
ygestálticasnosenseñan.Tambiénsignifica,enlamayoríadeloscasos,descu un mundo que con éxito hemos 11egado a ver como carente de peligros... que
brireintegrarlapropiahistoriacvolutiva/relacionaldemaneraqueunopueda
nuestra visión va hacia las cosas mismas" (MerleauPonty,1968 [1964], p. 28).
reconocer los significados sedimentados" (ya constituidos) (MerleauPonty,
Explicó:
" Lynne Jacobs (comunicación personal,15 dc diciembre, 2008) indica que ella picnsa de las condi
ciones quc gcneran trauma como condiciones que perjudican el desarrollo de habilidades cmociomles Es nuestra cxperiencia, previa a toda opinión, de habitar el mundo a tra
necesitadas (ver también Taylor,19 85 ) vés de nuestro cuerpo, de habitar la verdad a través de nuestro yo entero,
" Dillon (1997) ilustra el concepto de scdimentación de MerleauPonty con el dualismo mismo` "La
sin que exista la necesidad de escoger ni de distinguir entre la seguridad
sedimcntación es el asentamiento de [a cultura en las cosas En nucstra cultum, la separación de lo ani
de ver y la seguridad de vcr lo verdadero, porque cn principio son una
madoyloinanimadohapcrmeadotodaslascosas.,quizás,csclmásarraigadodetodo§1osdualismos,
permeanucstrolcnguajc,nucstropcnsamicntoylascosasmismas.Noexistef4oró¿[puestaei`treparéit
y la misma cosa fe, cn consccuencia, y no conocimiento, dado que el
•csis]capazdeliberarnosenunactodcrcflcxiónrcspccmdclosmilcnit>sdc`cclimci`tt),*másbien.cl mund() aqui' n() cst:{ scpímdo dc nuestro sostén sobre él, ya quc, más que
mbajodcfoT"todaiinavid~1aajÁCJiJ[cntrcmmientt),csfiicrzo]nc.`cbarii`iwn{lcHciitcrmrscdcsdc afirmad(), Sc ttimi` iit}r s`ii``ic«(). (p. 28).
(lchju dcl pcm coni.ci`t`ml dc h tmdi`.Lón diialiBta" (p.101).
4. Maurice McrleauPonty
74 Pensar la Práttica Clínica 75
Es esta "fe perceptiva" que es destruida por el trauma psicológico (Stolorow, humano cante las alabanzas del mundo y, en última instancia, para vivirlo"
2007) o éste previene que alguna vez sea realmente establecida. Allí donde (MerleauPonty, 2002 [1945], p. 218).
algunos pacientes pueden apuntar al momento de aniquilación de su "sentido
de las cosas", de su "inocencia", otros habitan un mundo tan precario, que no INTERSUB]ETIVII)AI) Y REVERSIBILIDAD
son capaces de recordar alguna época de fe perceptiva. En su mejor expresión,
la fe perceptiva es sólo una fe frágil no un conocimiento pero hace posi El concepto de. intersubjetividad` ingresó en la filosofía hace alrededor de
ble el desarrollo de capacidades para encarar el mundo. 200 años en las respuestas a la filosofía crítica de Kant (Frie y Reis, 2001).
Incluso al trabajar con adolescentes me he encontrado con que un foco Afirmando que el conocimiento requiere tanto ideas innatas como experien
en el afrontar diestro puede ser muy útil. No podemos cambiar a los padres cias sensoriales, Kant había encontrado una vía entre el racionalismo dog
ni nada acerca del pasado. Pero un acercamiento que afirma: "Tratemos de mático de los cartesianos y el empirismo escéptico de Hume. Sin embargo, a
cntender juntos lo que está pasando y veamos qué se puede hacer" a menudo MerleauPonty le pareció que el mismo Kant estaba plagado de "intelectualis
mo", de "conciencia" y necesitado de un mundo:
Í)uede ayudar. Esta actitud encarna el reconocimiento de que la situación es
difi'cil, doloro§a, frustrante y parece sin esperanza, pero también vive una fe y
una esperanza en la capacidad del paciente. Inicialmente, esta capacidad reside El sujeto kantiano postula un mundo, pero, para ser capaz de afirmar
en el campo intersubjetivo de madre (o padre) y niño, terapeuta/analista y pa una verdad, el sujeto efectivo debe, en primer lugar, tener un mundo
ciente: entendámoslo juntos. Pero después, la voz del otro se convierte en un o estar en el mundo, esto es, sostener alrededor de éste un sistema de
recurso utilizable algunos dirían un aspecto "integrado" de esta actitud significados cuyas reciprocidades, relaciones e involucramientos no re
que afirma que cl afrontar diestro es posible. quieren volverse explícitos con la finalidad de ser aprovechados. (2002
Cada instancia o tarea de afrontamiento diestro está saturada de una [1945], p.149).
temporalidad vivida. Mi situación está siempre repleta de significados sedi
mentados 1o pasado opaco se vuelve presente y de proyectos para obtener MerleauPonty situó al sujeto kantiano, pero, una vez situado en un mundo,
esta comprensión máxima, el fiituro se vuelve presente. No existe un presente este sujeto en gran medida desaparece. No existe una mcnte acechando detrás `\_
atómico, ningún instante aislado. El "momento presente", por emplear la feliz del cuerpo, más bien el cuerpo es mente encarnada en el mundo.
frase de Stem (2004), es algo situado e inextricable. Así como una nota musi Para MerleauPonty, entonces, no existe percepción y no existe mundo
cal pierde todo significado al margen de su contexto musical y una palabra al sin intersubjetividad (o "comunión"); el mundo social es indispensable a la
margen de su uso (Wittgenstein, 1953), del mismo modo un momento tiene encarnación. No existe filosóficamente un "problema de otras mentes"; en
cambio, tal como Carman (2008) asevera, "Los otros no son un problema,
que permanecer inmerso temporalmente para ser un momento.
Además de la sedimentada pero ambigua presencia del pasado en cada pero implican dificultades" (p.146). Para MerleauPonty, "La percepción de
momento, MerleauPonv (1964c [1960]) también evocó lo que denominó otras personas y el mundo intersubjetivo son problemáticos sólo para los
"advenimiento" (p. 68), una expre§ión que tomó prestada del fenomenólogo adultos. El niño vive en un mundo que cree sin vacilar al alcance de todos
Paul Ricoeur (1965 [1955]). "Advenimiento" quería significar la capacidad de los que lo rodean" (2002 [1945], p. 413). Y, a pesar de Piaget (y los teóricos
toda expresión cultura] para excederse a sí misma, "para inaugurar un signi de la mentalización), el niño tiene razón: "El pensamiento poco sofistica
ficado". Por ende, McrleauPonty nos recuerda a los clínicos que el desarro do de nuestros años tempranos permanece como adquisición indispensable
1lo puede entenderse no sólo como cargado de pasado, sino también como que subyace al pensamiento de la madurez; si se pretende que para el adulto
apuntando hacia adelante, el "borde de avanzada" descrito por Heinz Kohut h:`ya un mundo intersubjetivo único" (2002 [1945], p. 413). En otras pala
l)r:`s, en cuanto cucrpossujeto, estamos involucrados con y en el mundo en
(1996). Trabajar con el borde de avanzada en el seno de un campo intersubje
tivo nos permite advertir no sólo las "dimensiones repetitivas" (Stolorow c/ ¢/. , ui` nivcl [ircmfli.xivti. Vivim{is jiinto a los dcmás en un sistema intersubjeti
1987), sino t¿`mbién el advenimiento tanto persona] como cultural. Lns cxprc v{i i.tmi`lcrm`{`i`tt` irrt.{l`i``iil`lt` .` ii`icstm c.oiic`icncia dc iiosotros mismos, (1e
Sioi`c`` iolt`m`le` i`nt(ii`c.c`s sc i`oiiviertcn cn "w`rii`s form:`s i`.ir.` (i`i(` i`1 (.iicri)o 1o` oirtih o `lt. i.`lt. iinii\`lo. "Nut``Ii{i pnti`io ` wiim", tlijti, ``h(` {mmmrn ("
76 Pen5ar la Práctica Clíriica 4. Maurice MerlcauPonty
77
el mundo tal como el corazón se encuentra en el organismo" (2002 [1945], Inclusosiestamoshablandoporteléfonoylarabiapasaporlavozdemiinter
p. 235). locutor, está encai.nada y existe en el campo o espacio intersubjetivo. Cuando
Este mundo es un sistema complicado de habitar, un terreno común. lasituaciónseinvierteyyosoy"elenrabiado»,valelomismo.McrleauPonty
Este sistema forma la única basc para nuestra comunicación. El otro habita continúa:
el mismo mundo conmigo, de modo que somos capaces de estar en comuni
caclon: Cuandoreflexionosobremipropiaira,nomeencuentroconningúnele
mento que podri`a estar scparado de mi propio cucrpo. Cuando recuerdo
En la experiencia del diálogo, se constituye entre la otra persona y yo un estar enrabiado cc)n Paul, no me parece que esta rabia estaba cn mi mente
fiindamento común; mi pensamiento y el suyo están entrelazados en un o entre mis pensamientos, sino, más bien, se encontraba por completo
único tcjido, mis palabras y las de mi interlocutor son evocadas por el entre mí, que estaba gritando, y cse odioso Paul, que simplemente estaba
estado de la discusión y son insertadas en una opcración compartida de sentadoallídcmodocalmadoyescuchabadcmodoirónico.(p.84).
la cual ninguno de nosotros es el creador... somos colaboradores unos dc
otros en una reciprocidad consumada. Nuestras pcrspectivas se fiisionan Sólo con posterioridad, explicó MerleauPonty, es que pienso que una eva
una con la otra y coexistimos a través de un mundo común. (Merleau 1uaciónnegativadePaulresideenmíoenmimente.Allídondeelconcepto
Ponv, 2002 [1945], p. 413). cartesiano de una menterecipiente había sustraído nuestra encarnación, ex
periencia e intersubjetividad, la subjetividad ahora se convierte en nuestro in
Podemos ver aquí que, para MerleauPonty, la intersubjetividad tiene un doble volucramiento en el mundo. "Adcntro y afiiera son inseparables. El mundo se
carácter: en cuanto mundo, conforma las condiciones necesarias para la posi encuentra por completo adentro y yo me enciientro por completo fuera de mí
bilidad de cualquier tipo de comunicación, pero también sigue emergiendo a mismo"(2002[1945],p.474).Encuantocuerposujeto,tan§ólosoyunapers
partir de la conversación. (Nos encontraremos con que Gadamer asevera algo pectiva sobre y en el mundo, una subjetividad mundana y comprometida. "EI
bastante parecido, tal como ya hemos escuchado por parte de Buber). cuerpo es nuestro anclaje en un mundo" (2002 [1945], p.167) y, de nuevo, "EI
La relevancia práctica de esta intersubjetividad encarnada se aclara cuan cuerpo es nuestro medio general para tener un mundo" (2002 [1945], p.169).
do nos volvemos hacia la preocupación central del clínico, la vida emocional. En su inconcluso £o ui.í2.G/c y /o *ri% (1968 [1964]) de publicación
La discusión dc MerleauPonv (2004 [1948]) acerca de la ira deja en evi póstuma, a MerleauPonty le intrigó el concepto de reversibilidad62. La intei.
dencia que ha rechazado por completo una visión de la emoción ligada a una §ubjetividad siempre había significado reversibilidad: 1o que tocamos inevita
menteaislada: blementenostoca.Ahorabien,preguntó:¿eslavisibilidadtambiénreversible?
Sipuedoverdotro(inclusounárbol),¿estoquieredecirqueelotromepuede
Imagínese que estoy en presencia de alguien que, por una u otra razón, ver? ¿Es el otro un espejo? Si es así, ¿me ve el espejo tal como lo veo yo a
está extrcmadamente enojado conmigo. Mi interlocutor se enrabia y ad él? No, pensó: el espejo me refleja, no me ve. Veo mi reflejo en el espejo, no
vicrto que está expresando su rabia al hablar de forma agresiva, al gesti me veo a mi' mismo con toda la propiocepción y limitaciones (puedo percibir
cular y gritar. Pero, ¿dónde está esta rabia? La gente dirá que se encuentra algo a mis espaldas, pero no puedo ver mi espalda). Concluyó que existe una
en la mente de mi interlocutor. Lo que esto quierc decir no está del todo asimctri'a fiindamentd dcntro de la intersubjetividad, dentro de la carne que
claro. Porque no podría imaginarme la crueldad e intención negativa que ambos somos. No podemos, a pesar de lo que afirma el poeta escocés Robert
di§cierno cn las miradas de mi oponcnte como algo separado de sus ges Burns6J, vernos tal como nos vcn los otros. Darse la mano no
es lo mismo que
tos, habla y cuerpo. Nada de esto tiene lugar en algún ámbito de otro
"Paralasidcasclcestcpár[afo,estoyendeudaconDillon(1997).
mundo, en algún santuario ubicado más allá del cuerpo del hombre ira
" 0 wad somc Pt)wer ihc giftic gm us,
cundo. Realmente está ahí, en esta habitación y cn esta partc dc la habi
T{) sce oursc]s as ithc.rs scc `is!
tación en la que la rabia se despliega. Es en el cspacio entrc él y yo quc sc
lt w`(I Í.mL. mt)ny u hl`m{lcr l.rcc m,
dcsplicga. (p. 83). ^n' Í,,,`lim l\(''i(,n,
4. Maurice McrleauPonty
78
Pensar la Práclica Clímca 79
sino observadas como si fiieran las acciones de un insecto. Eso es lo tim
tocarse la propia mano; alguna parte de la cxperiencia del otro me permanece
ocurre, por cjemplo, cuando mc mira un de§conocido. Pero incluso en csc
inaccesible. Tocar mi otra mano difiere de tocar la mano que toca el árbol. En
caso la objetivación dc cada uno a raíz de la mirada del otro se percibc
palabras de MerleauPonty:
como algo intolerable sólo porque ocupa el lugar de una posible comuni
La reversibilidad del ver y lo visible, del palpar y lo palpado... es una re cación. La mirada de un perro que se dirige hacia mí no me provoca bo
versibilidad siempre inminente y nunca realizada efectivamente. Mi chorno. La negación a comunicarse, sin embargo, siguc siendo una forma
mano izquierda siempre cstá a punto dc tocar mi mano derecha que toca de comunicación. (2002 [1945], p. 420).
las cosas, pero nunca llego a una coincidencia... De la misma manera,
no me escucho tal como escucho a lo§ demás, la existcncia sonora de mi Vemos que la comunicación posible contraviene la oposición objetivizante
voz es para mí como si estuviera pot)remente exhibida; más bien, tengo en la cual podemos sentirnos perseguidos por la cucaracha gigante de Kaíka
un eco de su existencia articulada, vibra por mi cabeza más que afiiera. (Kafl{a y Corngold, 1996) y el extranjero dc Camus (Camus y Gilbert,
Siempre mc encuentro del mismo lado de mi cucrpo. (MerleauPonty, 1946). No obstante, la ambigúedad permanece: ¿de quién es, en realidad, la
1968 [1964], pp.147148). mirada?
Tal ambigüedad resulta de lo intrincado que es nuestro ser situado en el
En el seno de nuestro mundo común tenemos una doble asimetría aquí: el mundo. Siendo otra palabra para la complejidad, lo !.#fr¡.7zccc7o expresa un in
otro me ve y siente tal como me es imposible sentirme a mí mismo y me sien volucramiento entrelazado, la imposibilidad del dualismo y la irreductibilidad
to tal como al otro le es imposible sentirme. de nuestra experiencia encamada a una noción simple de subjetividad. La am
bigüedad y lo intrincado dejan nuestra vida como algo precario:
A VIDA HUMANA: AMBIGUA, INTRINCADA Y PRECARIA
La humanidad es precaria: cada persona sólo puede creer lo que reco
MerleauPonty creía que la vida humana era ambigua, intrincada y precaria. noce como verdadero intcmamente y, al mismo tiempo, nadie piensa o
Con "ambigua" se refería a que la mayoría de los opuestos o dualismos que sc decide sin estar ya implicado en ciertas relaciones con otros, lo que lo
establecemos o damos por supuestos necesitan de una visión más inclusiva. lleva a optar por un conjunto particular dc opiniones. Todos están solos y,
La respuesta usualmente es ambosy, pero no de modo simplista. No somos ni sin embargo, nadie puede fiincionar sin otras personas. (Merlcau Ponty,
cuerpo ni mente, sino cuerpossujeto. Ambos estamos solos y dependemos de 2004 [1948], p. 87).
otros en todo momento. "Si estamos en una situación, estamos rodeados y no
podemo§ ser transparentes para nosotros mismos, de modo que nuestro con De hecho, hizo una defensa sorprendente de la afirmación de Sartre acerca dc
tacto con nosotros mismos necesariamente se logra sólo cn la esfera de la am
que "el inficrno son los demás":
biguedad" (MerleauPonty, 2002 [1945], p. 444). Esta ambigüedad excluye el
criterio de las "ideas claras y distintas" para la verdad que hemos heredado de
Si las otras personas son cl instrumento de nuestra tortura, es en primer
Descartes, pero también la dialéctica amoesclavo de dominación y sumisión
lugar porque son indispensables para nuestra salvación. Estamos tan en
de Hegel así como la mirada reductiva de Sartre en £¢ #¢'#fca (Sartre,1979
tremezclados con ellas, que tenemos que generar el orden que podamos a
[1938]), por ejemplo. Respondiendo tanto a Hegel como a Sartre, Merleau
partir de este caos. Sartre [en Sz.7z ífl/z'ar4] puso a Garcin en el inficrno no
Ponty escribió:
por ser un cobarde, sino por haber hecho sufrir a su esposa. (Mcrleau
Ponty,1964b, p. 41).
La mirada del otro me transforma en un objeto y la mía lo transforma
a él en un objcto sólo si ambos nos retiramos a la protección dc nue§tro
Dc mancr.a quc este intrincado entrccruzamiento implica una ética. Aunquc
pensamiento, si ambos nos convertimos en una mirada inh`n"`mi, 8i cada
McrlcauPonty dij() i)t)c{) dircctnmcntc sobrc étii.a, su trabajo pucdc dc§cribir%
unt) dc nost>tros sicntc quc siis accioncs no son rccibi{lM y c"itprciidida8
80 Pen§ar la Práctica Clíriica 4, Maurice MerleauPonty
81
tal vez de mejor forma como fenomenología moral (Levin, 1998)ó4 que nos y lo relacional, mente y cuerpo, inconscientc y consciente~ como la rcifim
confronta a los clínicos con nuestra situación cotidiana: involucramiento con ción o nominalización de cualidades experienciales de nuestro serenelm`in
la devastación dejada por el trauma psicológico. do. Tales reificaciones adoptan forma tal como mis colaboradores y yo lm
mos mostrado en nuestros estudios de la psicosis (Stolorow y Atwood,1992;
MEMORIA TRAUMÁTICA VIVA Orange, Atwood y Stolorow,1997; Stolorow # 4/., 2002)en condiciones
relacionales que crean una vulnerabilidad extrema sin validación o apoyo. En
Los conceptos de memoria encarnada o sedimentación de MerleauPonty tales situaciones traumatizantes, el mundo experiencial se divide radicalmen
(ver más arriba) se unen para mí en lo que he llamado memoria traumática te a lo largo de líneas que se pueden convertir en categorías rígidas de pen
viva (2009, en prensa). Con esto me refiero a más que lo que habitualmente se samiento. Al igual que las víctimas de violación, cuyo mundo se escinde de
describe como memoria proccdimental: saber cómo andar en bicicleta o cómo modo repentino, violento y rígido en lo seguro y lo inseguro, 1os pensadores
alcanzar un objeto. Me refiero a algo como lo que una vez denominé "memo parecen "encontrar" sus mundos divididos en lo implícito y lo explícito, lo pro
ria emocional" (1995), haciendo referencia a la cualidad sentida duradera de cedimental y lo narrativo, lo encarnado y lo simbólico6ó.
un proceso o una interacciónó5. Esta cualidad es usualmente difícil de expresar El mundo de MerleauPonty en su rica y creciente complejidad original
en el lenguaje denotativo y se presta más a la metáfora y a la expresión a través se convierte en un mundo escindido, no sólo defensiva sino también expe
de las artes. La memoria emocional se vive de manera primaria en términos riencialmente. Por ejemplo, el peligro de cometer un error o de hacer algo
corporales y constituye la mayor parte de nuestro mundo de vida. Tiene for que los pueda hacer vulnerables a la crítica, mantiene paralizados a muchos
mas suaves, como el reconocimiento de una sonrisa muy particular, pero se pacientes. Desde tesis doctorales inconclusas y relaciones que nunca se re
vuelve especialmente sobresaliente para nuestro trabajo en mundos de trauma suelven en una dirección u otra hasta las horas usadas para decidir qué cal
y re traumatización. cetines ponernos, vivimos en mundos congelados por el miedo de cruzar al
La encarnación es más que sólo una fi]nción del cercbro, sino más bien lado inseguro. El tiempo se detiene. Los dos caminos que se bifurcaban de
es la experiencia del sistema vivo situado total. La encarnación es experiencia Robert Frost (en E/c¢mí.m #o c/cg!.do) crean una situación de extremo peli
vivida y viviente. Cuando mi paciente ascvera: "Mi cercbro me dice que no me gro en la cual no existe la oportunidad para elaborar una vida, cualquiera sea
dolerá, pero el restc> de mí sabe que sí lc> hará", se seguirá que "el resto de mí" la elección que uno haga. Tales situaciones clínicas nos confrontan todos los
es el yo que siente, que sabe cuán peligrosas son en realidad ciertas personas días con el desafio de encontrar formas de suavizar la cualidad absoluta de
en base a la memoria traumática viva. Le respondo a mi paciente que lo sabe estos dualismos cotidianos. Este absolutismo experiencial, cuando es cues
(sea lo que sea) en todo su ser, en cada centímetro de su cuerpo. Esta memoria tionado, encuentra pocas respuestas más allá del "No puedo". Se encuentra
que sabe puede ser más o menos verbal, más o menos explícita, y más o menos en la región del continuo cxperiencial o vivencial que he llamado "lo inex
consciente. presable".
En otras palabras, creo que tenemos que contemplar este nuevo dualismo
de lo implícito y lo explícito junto a lo interior y 1o exterior, lo intrapsíquico MERLEAUPoNTy y EI, PsicoANÁLIsis
64 "El juicio y la muertc de Sócrates no hubieran permanecido como asunto dc reflexión y comentario MerleauPonty se ocupÓ del psicoanálisis freudiano de una manera similar a
si sólo hubiesen sido un incidcntc en la lucha de h()mbres malvados en contra de hombres bucnos y cómo se ocupó dc la fenomenología de Husserl y el trabajo de los psicólogos
si no se hubiese visto cn Sócrates a un hombrc inocente que acepta su sentencia, un hombre justo que dc la gestalt. Cada uno creía, ofrecía algo indispensable a la comprensión de la
obedcce a su conciencia y que, aún así, s€ niega a rechazar el mundo y obedecc a la polis, sigmficando
vida humana, pero carecía de la perspectiva de la intersubjetividad encarnada.
qiic cs tarea del hombrc juzgar la ley con el riesgo dc serjuzgado por clla" (MerleauPonty,1980 [1947],
pp. xiixxxx").
" En esa época cscribí: "Nucstra historia rcside en todo nuestro scr" (p.120). F,sta vit`ión me ubica más ^h Vc`r iiucsm dist``i`ittn (Stoltirtiw W tt/ , 2(m2) sübrc h historia traumátim dcl filós.>ft> Dcst`artcs, qm
i`crca dc las idcas dc Gcndlin (1979) y de Prest`on y Shumsky (2002) q`ic (lc h§ i{lci`* (lc l(is dualistas n(is itropiiri`i(wió lm {l`iiilihmtiH iiiotlcri`t)o orisimlc8 .Ic incnlc y .`iicrp(i, 8ujctt) y ohic..), intc.rnt) y cxtcr
imp'íi.i',)/cxT,lí`.i,o. n(), ra'/.ón c im#l"``litit. Vcr tAmblén ()"i`wc (ci` prcii") 8Í)hrc cxiircmr lo incxprcmhlc.
4. Maurice McrleauPonty
Pemar la Prdcfica Clínica 83
82
propia fenomenología existencialó7, donde términos que parecen ser jerga re
Los gestaltistas mostraban cómo la percepción selecciona una figura a partir
tienen atisbos de sus orígenes experienciales:
delfondoenlapcrcepción(MerleauPonty,2002[1945],p.78)yHusserlnos
enseñó a su§pender nucstras teorías de manera suficientemente larga como
Lo mejor... tal vez sea... aprender a leer a Freud tal como leemos a un clási
para "volver a las cosas mismas". co, esto cs, entendiendo sus palabras y conceptos teóricos no en su sentido
Desde temprario, MerlcauPonty (1963) culpó a Freud por una visión in
léxico y común, sino en el sentido que adquieren desde el interior de la ex
adecuada del desarrollo psicológico: no es "la fijación de una Íúerza dada en
pcriencia que anuncian y rcspecto del cual tenemos a nuestras espaldas más
objetos externos que también están dados, sino... una estructuración progre
quc una sospecha... quizás debiéramos seguir llamándolo lo inconscienteó8
siva y discontinua del comportamiento" (p.177). MerleauPonty sugiere que siempre y cuando no olvidemos que la palabra es índice de un enig
Freud no logró entender el desarrollo debido a que no vio el bosque por los maya que el término retiene, como las algas o la piedra que uno arras
árboles, por los trozos de conducta dejó de ver el campo completo de signifi tra, algo del mar del cual fueron tomados. (MerleauPonty, 1969, p. 86).
cado.
En su trabajo posterior, MerleauPonty en ocasiones tomó esos árboles Aunque Freud consideraba que la fcnomenología estaba demasiado enfocada
conductas,complejos,etc.ylosreleyócomomodalidadesdelserhumano en la superficie psicológica y MerleauPonty dio sólo este reticente consenti
en el mundo. Donde la sexualidad había sido para Freud un contcnido de la miento a "lo inconsciente", cada uno a su manera enfatizó la situación encar
mente consciente o inconsciente del individuo, para MerleauPonty se con nada.
virtió en una modalidad de ser, una actitud, que ocurre en un mundo. Lo que Me parece notable, sin embargo, que algunas corrientes del psicoanálisis
Freud había visto era la importancia de la sexualidad humana; MerleauPonv contemporáneo en especial, la psicología del símismo o del fc/de Kohut y
visualizó su importancia como una modalidad crucial de la existencia munda la teoría de los sistemas intersubjetivos encajan con el mundo de Merleau
na encarnada. En palabras de Askay y Farquhar (2005), Ponty aún mejor que Freud. Por supuesto, la psicología del símismo emer
gió con posterioridad a la muerte de MerleauPonv, pero las temáticas de
El psicoanálisis [1a versión de MerleauPonty] permitió la expansión de coherencia y fragmentación parecen muy afines. El ensayo de Kohut (1959)
"Introspección, empatía y psicoanálisis" había afirmado que los únicos datos
la noción de sexualidad como para absorberla en el mundo de la exis
tcncia. Al hacerlo puede explorarse la verdadera relación existente entre de interés para el psicoanálisis son datos exp€rienciales accesiblcs sólo me
sexualidad y existencia. Ambas existen como intencionalidades entreteji diante la empatía y la introspección. En otras palabras, anunció un psicoanáli
das e inseparables. Múltiples significados resultan de la ambiguedad dcl sis fenomenológico. De igual modo, Atwood, Stolorow, Brandchaft y Orange
sujeto corporal porque sus numerosas partes se impregnan e interpene (Atwood y Stolorow, 1984; Orange cf 4/., 1997; Stolorow y Atwood, 1992;
tran. (p. 279). Stolorow c/ 4/.,1987; Stolorow c/ o/., 2002) han desarrollado una fenomeno
logía psicoanalítica cuyo espíritu, creo, a MerleauPonty le hubiese parecido
cercano a su propia intersubjetividad encarnada.
Así fiie como en sus últimos años MerlcauPonty leyó a Freud como movién
Al igual que MerleauPonty y a difcrencia de algunos que hacen actual
dose hacia su propia filosofia de la carne (/c c64£.r). La mente (consciente o in
mente uso del término !.72/crí#/y.€/z.Íz#.c74d como logro del dcsarrollo, nosotros
consciente)yelcuerpoyanoestán.Ahoratenemoslacarne,elcuerpomundo,
los intersubjetivistas psicoanalíticos nos encontramos siempre ya entretejidos
en el cual ello, yo y superyó aparecen como modalidades. Una conciencia en
en los muchos sistemas intersubjetivo§ que nos dan nacimiento y dentro de
camada más primordial reemplaza el inconscicnte freudiano. "La conciencia
es ahora el `alma de Heráclito' [fiiego] y el Sei que en torno al cual y no frente
" Un relato muy útil dcl enfrcntamiento de McrleauPonty con Freud aparccc cn Askay y Farquhar
a él está el Ser de los sueños, escondido por definición" (MerleauPonty,1969,
(2005).
p. 85).
"'`I,oint`tim..ien.ccnion"mtcmunn(i`dhcr,sin()inásbicnumformanoformuladayn.irccono.i.h
Por lo tanto, como era usual para él, MerleauPonty dio crédito a Frcud
•lc "bcr" (A.kay y +`urquhar, 2005, i`. 299).
por lo quc había descubicr(o y a continuación lo lcyó a tmvés dcl lcntc dc "
Pen5ar la Práctica Clíníca
84
los cuales nos desarrollamos. Al igual que MerleauPonty, y con Winnicott,
argumentamos que no puede existir una experiencia plenamente individual:
"No existe tal cosa como un infante, no existe tal cosa como un paciente, no
existe tal cosa como la vergüenza del paciente o del analista" (Orange, 2008c,
p. 90). Esta es la versión de MerleauPonty:
Incluso aquella meditación universal que separa al filósofo de su nación,
sus amistades, sus prejuicios, su ser empírico; en breve, del mundo, y que
parece dejarlo en un aislamiento total, es en realidad un acto, el mundo
hablado y en consecuencia un diálogo... el mundo social [es] un cam EMMANUEL LEVINAS
po o una dimensión permanente de la exi§tencia; puedo darle la espal
da pero no puedo dejar de estar situado en relación a él. (2002 [1945], EL TRAUMA y EL RoSTRO DEI. OTRO
pp. 420421).
CONCLUslóN: UN TE|IDO ÍNTIMAMENTE ENTRELAZADO
Si uno |)udiera Poseer, asir, y conocer al otro, rio sería otro. Poseer, conocef y a5ir
Nosotros los clínicos también estamos entretejidos en la carne del mundo, son sinónimos del íioder`
por usar las palabras de la publicación póstuma dc MerleauPonty £o qjz.j¡. LEviNAS
ó/cy /o €.7zq;z.í¢.#c (1968 [1964]). El quiasma o entrelazamiento nos hunde con
significados sedimentados los principios organizadores y las convicciones El judío tierie la sen5ación de gue Sus obligaáone5 con respecto del otro son an
emocionales y nos da esperanza. Sabemos que "la gueri.a ha tenido lugar" terioJ es a 5us oblig/aciones co7i Dios, o m᧠Preci5amente que el otro es la voz de
(MerleauPonqr, 1964b) y que estamos implicados. Pero debido a que esta [os lugiare§ suÍ)eriore§, e inclu5o de lo Sagrado.
mos conectados "hasta abajo", debido a que lo real es un tejido íntimamente LEviNAs, citado en MALKA
entrelazado, debido a que no hay nada antes quc la intcrsubjetividad, pode
mos creer que nuestra humanidad común nos puede salvar. En palabras de Es mediante la condi[ióri de seT uri rebén que Puede l]aber lástima, comfJa5ión,
MerleauPonty, "El impulso de la existencia hacia los otros, hacia el fiituro,
Perdón y Proximidad en el mundo iricluso lo Í)oco Tue l)a;y, íncluso el simple
hacia el mundo, puede ser restaurado como un río que se descongela" (2002 "De§Íiués de u§ted, Señor".
[1945], p.191). LEviNAS
PARA LECTURAS ADICIONALES
Al igual que McrleauPonty, Emmanuel Levinas vivió en Francia, escribió en
UnbuenpuntodeentradapodríaserE/mzf#docíc/4Pcw€P#.o'n(2004[1948]).
francés y comenzó su vida filosófica sumido en la fenomenología de Husserl.
La fiiente secundaria más accesible que he encontrado es n4cr/cáz2rpo#/y
A diferencia de MerleauPonty, le interesaba poco la psicología científica y
(2008) de Taylor Carman. A continuación, sugeriría la lntroducción de
menos la cultura de café de los intelectuales franceses que giraban en torno a
FenomenologíadelaPercepción(2;ÍJÍJ2,).
TeanPaul Sartre. En lugar de ello, él, un sobreüviente traumatizado, buscó los
•`spacios vitales tanto dc h filosofía occidental como del judaísmo, y descubrió
`in:i t:`tii`ii ii:m` [ii`rturl).ir ttt(l:`h ii`icstri`s tcori`as bicn ascntadas y tr.insformar
"l.`,r:,` vi,l',+ I`t.r" ,,., 't.+ y ,,I",i` :,`.
Pensar la PTáclica Clínica 5. Emmanucl Levinas
86 87
VIDA Y OBRA Después de la guerra dirigió en París la École Normale lsraelite Orientale
(ENIO), una escuela para judío§ sefarditas. Estudió el Tálmud con un miste
rioso "Monsieur Chouchani" (también fiie profesor de Elie Wiesel). Se con
Emmanuel Levinas era en parte filósofo, en parte erudito del .Talmud y en
virtió en un venerable profesor del Tdmud, aunque también escribía obras
parte profeta. Nacido en Lituania cn 1906, Levinas y su familiá~ se traslada
ron a Ucrania en 1915, refiigiados de la ocupación alemana, para retornar a Posófwas: Tota!idad e imf imito: Ensayo §obre la exterioridad ([96f )), sM pr.rm€i
intento pleno de articular su punto de vista, fiie publicado en 1960, lo que le
Lituaniaen1920.EstudióenEstrasburgo,dondelafilosofíadeladuracióndc
valió el dofÁ% d¿Ázi Ya en 1967 era profesor de la Universidad de París,jun
lo vivido de Bergson (/4 d#rc'e) sc convirtió en una influencia perdurable. En
to con Paul Ricoeur. Habiendo tomado en cuenta la crítica de Derrida stás
19281929 estudió fcnomenología con Husserl y Heidegger en Friburgo. De
usando el lenguaje de Heidegger para refiitar a Heidegger ("Violencia y me
Husserl aprendió la focalización implacable en la experiencia vivida (Levinas
•afisica", Deri.ida, 1967/1978)7°produjo su segunda opm %4g##m, Dc o%
yNemo,1982/1985)ypermaneciócomofenomenólogotodalavida:"Elmé
mc)do7z/cÍc.o"¢'í¢%cJ€/4cíc#cj.¢(1974/1981).Muchoslibrosymuchascon
todo fenomcnológico nos permite encontrar sentido dentro de nuestra expe
riencia vivida" (Cohen, 1986,\,p. 14). Su tesis doctoral Z,¢ ¿eori'o dc /¢ z.#/2€!.c¡.o'#
:::::dc;a:ndoers::eí::t:,e:;;nm:eg::b=:s£ev§a:í::É:toed::j;£toerpé;rpe:rpso:tomb::e::
« /c/cm%#o/ogz'# dc f7ffifet/ (1973) fiie la introducción del método y el es
nismo' en parte debido a |a prominencia de |as téprías raciona|istas haberma
píritudelafenomenologíasnFrancia,dondeseesparcióhastallegafaSartre
§i'árias (Habemas,1981/1984,1983/1990) y rawlsianas (Rawls,1971) sobre la
yMerleauPonty.Comomuchosotros,eljovenLevinassevioenvueltoenla
fiebrcgeneradaporlafilosofiatempranadesercnelmundodeHeideggerya justicia de tratamiento igualitario. Desafortunadamente descuidaron cl incluir
una ética del valor infinito de cada ser humano individual. El muy necesario
lolargodesuvidavalorólaconcepcióndelaafectividaddeé§teoBc/#d/%#
trabajo de Levinas hace referencia a esta brecha.
(Heidegger,1927/1962,,p.1074;vertambiénGendlin,1979,p.112)por"re (
lacionalidad inserta en,,un mundo. Siendo ya un scrio admirador de la concep
LA "GRAN IDEA" I)E EMMANUEL LE+\I`NAS
ción de Bergson sob+e la d#re'c en T€.Gmpo y /% ¢/ócdrío (Bergson y Pogson,
1910) el joven Levinas se sentía atraído por la comprensión del ser humano
La "gran idea" de Emmanuel Levinas era, en palabras de Simon Critchley7],
como temporalidad. Consideraba que S" /i.cm4o de Heidegger (1967) era "que la ética es en primer lugar filosofia, donde la ética cs entendida como
comparable a la obra de Platón y Hegel., §in embargo, choqueado y horrori
una relación radicalmente asimétrica de responsabilidad infinita hacia la otra
zado, abandonó su libro sobre Heidegger cuando éste ingresó al partido Nazi
pcrsona"(Critchley,2002,p.6).Paraentenderestaidea,debemosrecordarque
ycomorectoren19331934intentóimponersuprogramaenlaUniversidad
Heidegger para quien la ontología, el estudio del ser, era todo usó su fi
de Friburgo. En 1931 se había hecho ciudadano francés y en 1939 se enlis
losofia para apoyar al régimen que condenó a la cárcel y esclavizó a Levinas
tó como miembro del cuerpo de oficiales donde trabajó como intérprete del
ruso y del alemán. En 1940 fiie intemado en un campo de trabajos forzados por 5 años y asesinó a toda su familia. A pesar de que Levinas seguía consi
derando a Heidegger como "una inteligencia filosófica entre los más grandes
cerca de Hannover durante 5 años hasta el final de la guerra, mientras que su
esposa e hija fiieron escondidas por unas monjas. Su rango de oficial francés y los menos", siempre comentaba sobre "la abominación irreversible vinculada
al nacional§ocialismo en la cual el hombre brillante podri'a, de una manera u
lo mantuvo alejado de las cámaras de gas, aunque como judío se le exigía más
trabajoquealosdemás.MásadelanteescribiríaquesolamenteBobby,elperro
"SegunDerrida,7l"d#c¡#/fm/oconteni'aumcontradicciónintcrna:utilizabalenguajeontológi
mascota del campo de concentración, era tan afectuoso con los prisioneros
co heideggeriano, como todas las filosofias generalizadoras (cn lenguaje lcvinasiano, "totalizadoras")
judíoscomoconlosquenoloeran(Levinas,2001,p.92).Latotalidaddesu inherentemente violentas. Al mismo tiempo, intenta plantear una ética más allá de la ontología que
familia lituana fiie a§esinada69. Más adelante diría que su vida escaba "domina reduce al otro (i4##üÍ.) a la misma (totalidad, catcgori'as, concepciones). En otras palabras, Derrida
daporelpresentimientoyelrecuerdodclhorrornazr(Levinas,1990,p.291). `isólaéticadelpropioLcvinascomounacrít"alamaneracnlaqucLcvmasestabapresentandosus
i}untos de vista.
" l`:`toy más q`ic` af;r.dc.cidn " Siimn Crif.`hli.y iior su hospitúidad al abrirme cl accestt a 1,cvim`. Es
" I,n inf(irmíic.i/n` bioH[.`fica provicrB fi.ndnmcntalmcntc dc d()s fi.`ntcs Miilki` (20()/t) y C`nti`hlcy y
"„" '`.`1,"{.`'" ,1,,`. ,l`.i,,1`' V,.,i",, \ ,„'1111
l''.rl'n''.''lli (2()02).
5. Emmanucl Levinas 89
Pensar la Práctica Clínica
88
reducen el otro a lo mismo este es el tema de ro/¢/Í.dad c £.#L¢#z./w E#í¢j/o
otra,noimportacómo,tomarparte"(Malka,2006).Levinassehabíaconven jo¿7t7 /4 cA;fcrz.o7.Í.J¢d. Contrasta, por ejemplo, el uso de la locución "ése" del
i:€:;: el tí=lo Totalidai e inf inito: Ensayo sol)re la exterior¿d?d, esttiba con::as
cidoquealgo"distinto"qucelseroelconocimientohadeserfiindamental.Ya candidato presidencial de los EE.UU. ]ohn Mccain al referirse a su con
tendor político, con la respuesta a .4zt/rz/274 dirigida a mí, como mi hermano.
tando lo que llamó "totalizar", o tratar a los demás como algo para estudiar o Toda reducción al sistematizar, clasificar, señalar, incluso describir es para
entender, con responderle al otro a la cara. Este irreductible "rostro" sicmpre Levinas una violencia, una violación, una forma de asesinato. En cambio, el
e ideas: "el modo en
trasciende nuestros conceptos, nuestras representaciones vecino me expone "al 11amado de esta responsabilidad como si fiiese expuesta
queelotrosepresentaasímismo,excediendo/4!d%#ofro"%aquílolla a un sol radiante que erradica todo residuo de misteric>, cada motivo ulterior,
mamos el rostro" (Levinas, 1964/1969). El otro (el otro humano,14###¡.) me cada aflojar el hilo que facilitaría evasión" (Lcvinas,1996, p.104). La respuesta
presentaconunaexigenciainfinitadeprotecciónycuidado.Elrostrodice:no tienc que ser "il4:c q;oz.cÍ" (yo aquí): soy efectivamente el guardián de mi herma
matarás (n ~ fwj2jpoi.#f). No me permitirás morir solo. no, y no hay escapatoria.
Levinas contrastó su sentido de la "altura" ética del otro, o 4#fr#!., con la La rclación con el otro (£42¿#z#.) crea lo que Levinas llamó una "curvatura
descripción de lo mismo (/c 7#émc): del espacio intersubjetivo" (Levinas,1961/1969, p. 291). €QLué puede signifi
car esto? La relación ética no es entre iguales, sino que es asimétrica75; es de
El vecino me intcresa antes de las presuposiciones, y de todos los com cir, "desde el interior de la relación, ya que transcurre en este preciso instante,
promisos contraídos o rechazados. Estoy ligado a él, a quien es; sin em colocas una obligación sobre mí que te hace más que yo, más que mi igual"
bargo, el primero en la cscena, no señalado, no tiene precedentes; estoy
(Critchley y Bernasconi, 2002, p. 14). Porque no puedo esperar por parte de
ligadoaélconanterioridadacualquiercompromisoadquirido.Élmeor~ los demás la misma responsabilidad sin límites respecto de quien yo la sobre
dena antes de scr rcconocido. Aquí hay una relación de parentesco, fiiera llevo, se precisa de la sociedad:
de toda biología, "en contra de toda lógica". QLue el vecino me concierna
no se debe a que éste sea reconocido como pertencciente al mismo géne El otro se encuentra en una relación con un tercero (socicdad), por quien
roqueyo.Élesprecisamenteotro.Lacomunidadconélcomienzaenmi no puedo responder completamente, aun cuando ante cualquier pregunta,
obligaciónhaciaél.Elvecinoesunhermano(Levinas,1974/1981)72.
por mi vecino... respondo yo solo. La justicia, la sociedad, el Estado y sus
instituciones, los intercambios y el trabajo son comprensibles en base a la
AquínosencontramosinmediatamcnteconlasdificultadesdeleeraLevinas:
proximidad. Esto significa que nada está fiiera del control de la responsa
bilidad dcl uno por el otro. (Levinas,1974/1981, pp.157159).
a) No argumentaba como filósofo, sino que pronunciaba como profeta;
b) su escritura era intencionalmente metafórica, intentando impactamos me Dicho de otro modo, a pesar de que necesitamos la ley y lajusticia y una ética
diantelahipérbole,desalojandonuestrascertezasycomplacenciasprcvias., de tratamiento equitativo, la relación ética fiindamental76 de proximidad con el
c) su uso inusual de palabras muy comunes hace necesaria la relectura71 vecino es tan radicalmente desequilibrada e irreversible como para no parecer
cquitativa de ninguna manera que;pudiera ser descrita fenomenólogicamentc.
Almismotiernpo,suescrituraenigmáticaitdesafiantecomogranpartedelos
comentarios rabínicos sobre el Tdmud, retribuye ricamente la relectura y la " Lcvinas usa minúsculas o myusculas sin ningun método aparcnte, por lo cual hc d€cidido scguir a
discusión. •us traductores y muchos comcntaristas, y usar otro con minúscula en inglés y .4#/rwí' con mayiscula
Retornando al contenido, encontramos al "otro" contrastado con lo "mis cn francés.
" Compáresc con Aron (1996) y Buber (1923/1970,1999).
mo". El otro trasciende infinitamente las representaciones totalizadoras que
" Aquí podcmos ver que Lcvinas rehusó o abandonó cl antifindacionalismo completo de Nietzsche,
scparadas, Hcidcggcr y los pos.modcrnistas frai`ccscs. Sus conccptos de infinidad la responsabilidad ilimitada o
"ApcsardcqucLevinasintci`tascriamenümúntcricr`u.``irit`ii..`filo`ófit.`y"ioi`(i.wnH
1cxigcni`ia infinita pucsta cn m( i`or cl ro§tro dcl otrodcben su in§piración, scgun su propio relatti,
las re`ti"nii.ib iios llcgan iomt) en cstc w) ..tin cl `cntidt) bit)liit) `lc hli.iii'/.u (io¢/r//4n/)
• Dca.`ürtcs ( 164l /19%).
" r`.1 Glimm (al ñiii`l [lcl l.ihrti) itti`ticm cnümlm i" i`18unm dc cim iiahl"m
5. Emmanucl Lcvinas
Pensar la Práct.ca Clínica 91
90
posesión niega la independencia de ser, sin destruir ese ser que niega y
Para entendcr lo que Levinas tiene en mentc, debemos recordar que en
mantiene. Pero el rostro, por su parte, es inviolable; sin embargo esos ojos,
muchas partes nos dijo cuán decisivo había sido para su pensamiento el trau
que cstán absolutamente desprotegidos, la parte más desnuda del cuerpo
ma de lo que llamaba "hitlerismo" (Levinas, 1934, 1990) y que Derrida fre
humano, ofrecen una resistencia absoluta a la posesión, um resistencia
cuentementc11amaba"lopeor".LasegundaobrafilosóficadeLevinas,Dco%
absoluta en la que está inscrita la tentación de asesinar. (p. 8).
W g~ fcr o m&`j # dc /# cíc#c¡.4 (2005), está dedicada "a la memoria de
aquellos que cran más ccrcanos a los seis millones dc asesinados por los na
En lugar de ello, la irrcductibilidad es indispensable para la "gran idea" de
cionalsocialistas, y a los millones y millone§ dc todas las confesiones y todas
Emmanuel Levinas. El rostro al que miro, y que coloca su exigencia infinita
las naciones, víctimas del mismo odio de otros humanos, el mismo antisemi
sobre mí, no es tan sólo una máscara para el cerebro o para alguna emanación
tismo" (Levinas, 1981). A esta dedicatoria siguieron los nombres en hcbrco
plotiniana, o para un develamiento heideggeriano del Ser. En lugar de ello,
de los miembros de su familia que fiicron asesinados. En estas inscripciones
para Levinas, como para todos los fcnomenólogos filosóficos, la experiencia,
aparecen dos caractei.ísticas importantes.
en cspecial la experiencia del otro, escapa a todas las formulaciones, represen
• Primero, Levinas esci.ibía a partir de su experiencia personal, a pesar de ser
taciones y descripciones mecánicas. Es elusiva, inasible e inaccesible (Zahavi,
compartida con un número impensable de otros, dc horror y pérdida más
2005). En su trabajo más tardío, en particular en Dc ofro wodo gz# % o m¢'í
allá de nuestras concepciones ordinarias de trauma. Un modo de leer su
¢% dc /a cíc#cÍ'4 (2005), Levinas contrasta el Decir vivo (/c D!.rc) con lo Dicho
filosofia es leerlo en cuanto persona traumatizada, incluyendo en su trat)a
(/c DÍ./), las inevitables pero aún problemáticas reducciones y objetivaciones
jo residuos de dualismos generados traumáticamente (Orangc, en prensa) de lo que se dice78 (Levmas y Nemos, 1982/1985, p. 88). El rostro, en pala
y puntos políticos ciegos de origen traumático77. Pero como veremos más bras de Critchley, "no es algo que veo sino algo a lo que le hablo" (Critchley,
abajo, hay también una gran claridad en el testimonio de los traumatiza
2002, p. 12). Según Levinas, "c/ dccz.r cs el hecho de que ante el rostro no me
dos.
• Segundo, Levinas veía claramentc que cada forma de odio por la alteri quedo scncillamente ahí contemplándolo, respondo a él" (Levinas y Nemo,
1982/1985, p. 88).
dad comparte la violencia del antisemitismo. Más allá de su propia his
Mi respuesta al rostro no es scncillamente "mc ®og.cÍ"9, no es cl "aquí es
•i;;tal;i;d e inf i;ito: Ensayo sobre la exteriorída_P como. tises:ina:to. ?ai:_ ::,
toria traumática, veía cada reducción dcl otro a lo mismo (su lenguaje en
toy" como se traduce habitualmente, sino más bien como Paul Ricoeur
(1940/1992) indicó, "soy yo que estoy aquí". Ricoeur pensaba que no era un
conceptoscomo"agresiónpositiva"(Perls,1969)oinvolucrarseconlaagre
error considerar que el acusativo le era atractivo a Levinas: el rostro del otro
sióndelpacicnte(BachantyRichards,1993;Levcnson,1996)seríanética
mc acusa, y hace de la subjetividad algo irrelevante o incxistente. "Dado que
mente inconcebiblcs. Significarían un retorno al ominoso retumbar del z./
la iniciativa pertenece enteramente al Otro, es cn el acusativo un modo
y4(existe)impersonalyreductivo,encarnadoenelSf#/#g,unmundoque bien nombrado que el Yo es encontrado por el mandato y vuelto capaz
carece del "no mc matai.ás". Ahí, puntualizó Levinas (1963/1990), "Nada
de responder, nuevamente en el acusativo: isoy yo que estoy aquí!" (Ricoeur,
de la generosidad que el término alemán `# gí# [hay] contiene [según
1940/1992, pp. 337338). Siendo yo, el rostro del otro me llama, me exigc, me
Hcidegger]semostrócntrc1933y1945.¡Estotienequedecirse!"(p.292).
toma como rehén, me persigue. La respuesta es mi negativa a no conmocio
Enunadevastadoracríticaalasreduccionesobjctivamcs,Levinasescribió
narmc, o permanecer indiferente al rostro del otro, al "sufrimiento inútil" del
(1963/1990):
otro (Lcvinas, 1991/1981). A veces Levinas daba a entcnder quc no puedo
El conocimiento revela, nombra y, en consecuencia, clasifica. El habh se " Esto me hacc recordar situacioncs clínicas en que lo que alguien dice a ambas partes les parcce co
dirigeaunrostro.Elconocimientoseapoderadesuobjeto.Loposee.La rrccto cn cl momcnto (el Decir), pcro una vez escrito, o apenas rccordado unos días más tarde, parece
•rivial, objctivizador c incluso humillantc. Sc ha convertido en lo Dicho reductivo, representador y
" El conscrvadurismo político dc Levina§ qu ncgativa a criticar a lsracl por la dcstrucción en 1982 objctivantc.
dcChatilaySabra,8uidcalizacióndcFrancia,suapoyoalaUn.iónS.)viétic.1ucmdc"cohpso,8u " También hay aquí um rc..}nanci. bíblica para Levinas, quicn frccucntcmcntc dccía csto cn hcbrco,
imt.iarcalmmiluwac.teconccptodcpuntoicicgoBpollticooH.ncmd."inum4tic.mcnkScpucdc bl„,ni.
cnconuw iin cxcclcntc rclato dc c.io cn Caygill (2002).
Pen§ar la Práctii:a Clímca 5. Emmanucl Levinas
92 93
va a ser recibida como cualquier cosa que no sea una cháchara de mo
ser indiferente, que soy tomado como rehén, pero sabía muy bien que muchos
nos?
no responderían. Este "no puedo" evitar la responsabilidad, debe referirse a la
Y entonces, más o menos en la mitad de nuestro cautiverio, durante
demanda ética. Lo que soy o necesito o cómo me siento hacia el otro, es para
unas semanas, antes de que los centinelas lo corretearan, entró un perro
la ética levinasiana algo que no está en cuestión.
vago en nuestras vidas. Un buen día llegó a encontrarse con esta chusma
TRAUMA y TESTIMONI0 que retornábamos custodiados del trabajo. Sobrevivió en algún pedazo de
terreno silvestre del campo. Le pusimos Bobby, un nombrc exótico, como
sc hace con un perro muy querido. Hacía su aparición durante la asam
r7i¢#w¢, una palabra de uso cotidiano en el vocabulario de muchos clínicos,
blea matinal y nos estaba esperando cuando retornábamos, brincando y
ladrando, alegre y encantado. Para él no cabía duda alguna de que éra
¿:b::sUo:r::n|#e°cSo°nr:::::::t:Let:aLuam°:rcaoíeoL::::SrL=;:;Lduas°mpá:r:uaeq::Um°:
mos hombres... Este perro era el último kantiano en la Alemania nazi,
un evento. Desde luego que deberíamos leer su propia historia terrible en su
desprovisto del cercbro necesario para universalizar máximas e impulsos.
uso de las palabras W% y /7ifl##¢/z.f#o. Como si pudiéramos dejar a un lado
sus masivas pérdidas familiares, volvamos con él a Fallingbostel, el campo de (Levinas,1963/1990, pp.152153).
prisioneros de guerra cerca dc Hannover donde Levinas estuvo preso durante
Démosle a este pasaje una doble lectura, aunque más levinasiana que derridia
gran parte de la 2a Guerra Mundial. Debido a que escribió tan poco acerca de
na8°. Aquí encontramos al traumatizado diciendo lo que no se puede pronun
su cautiverio temeroso de reducir el trauma a algo conocido, a lo Dicho
ciar (Orange, en prensa) y siendo testigo (Orange, 1995) en el sentido más
lo citaré i.77 c#¿c7¡jo:
tradicional,eneltrabajoclínicoquereconoceeltraumacomoexperienciayno
como un cvento. Levinas habla como uno de los humanos reducidos a simios,
Éramos setenta de nosotros en una unidad de un comando forestal para
talcual,ydeldeleitequeinclusoBobbypodíavivenciaralahoraderespondcr
prisioneros de guerra judíos en la Alemania nazi. Una coincidencia ex
al otro humano. Y más aún, relatando esta historia, entrega un tipo de testi
traordinaria quiso que el campo llevara el número 1492, el año de la
monio que podría ser corroborado o no, qu€ podría scr reducido a "recuerdos
expulsión delos judíos de España bajo el católico Femando V. El uni
del holocausto", a "los hechos". Precisamente debido al peligro de reducir la
forme francés aún nos protegía de la violencia hitleriana. Pero los otros
S¿o¢Á (Holocausto), normalmente evitaba el tema, prefiriendo permitirle a lo
hombres, llamados libres, que tenían tratos con nosotros o nos daban
innombrable su terreno sagrado.
trabajo u órdenes o incluso una sonrisa y los niños y las mujeres que
También podemos leer el mismo pasaje utilizando los m,ismos sentidos
pa§abance,rÉyaveceslevantabanlosojosnosdespojabandenuestra
que Levinas atribuye a "traumatismo" (Critchley,1999) y su testimonio. Para
picl humana. Eramos subhumanos, una pandilla de monos. Un peque
Levinas, el trauma es la experiencia de responsabilidad ante el vecino nece
ño murmullo interior, la fuerza y la miseria de gente perseguida nos
sitado, por el sufrimiento de él o de ella (Chanter,1997). El sufrimiento me
recordaba nuestra esencia como creaturas pensantes, pero ya no éramos
rctiene como rehén. Levinas preguntó (2000); ``Entonces, ¿el trauma del otro
parte del mundo. Nuestros ires y venires, nuestro dolor y nuestra risa,
nuestras enfermedades y distracciones, el trabajo de nuestras manos y la [/'"¿re] proviene dcl Otro [di4z//rz#.P La nada de la muerte éno es acaso
la desnudcz misma del rostro del vecino? No asesinarás es la desnudez del
angustia de nucstros ojos, las cartas que recibíamos de Francia y aque
r()stro" (pp.116117). Mi culpa de ser un sobreviviente es un traumatismo,
11as aceptadas para ser enviadas a nuestras familias todo eso pasaba
una condición producida por la sustitución traumática del vecino sufriente,
entre paréntesis. Éramos seres atrapado§ en su especie; a pesar de todo
su vocabulafio, seres sin lenguaje. El racismo no es un concepto bioló r`cro una sustitución que siempre llega demasiado tarde. Como Levinas tan
gico; el antisemitismo es el arquetipo de toda internación. .. Encierra a
las personas en una clasc, las priva de expresión y las condem a ser "sig " h f.iscimnt.` y subvc'r§iv.i "(loblc lccni[.i» +c Lcvims, po[ ejemplo, en "Violencia y mctafi`sr
nificadores sin un significado"„. ¿Cóm() podemc>s d.`r iin mcns.`jc sobre T iiii.lu}'c. uiii` (`xéxt``i` "(l``i t``.li¿`" il`. `ii` tü) scHiii`ln it.)r um qiic miiesm 5`i e¿`rái`tc'r ¿``it(tsoi.¿`v:`.lor.
V`,,.1 )(.l.lllh ( 1 ''78).
i``ii`str'.` 1``iiii,`niih`tl {i`m ci`i.cm`iln tlcm.i` .lc 1.`` b.`m`` tlt. l.`h t`oiiiilli`s,
5. Emmariuel Levinas 95
Pcn5ar [a Prúctica Clínica
94
horror perpetrado por mi colega, y abandono al vecino a morir en soledad.
frecucntemente citaba de Dostoicvsky: "Cada uno de nosotros es culpa Esta voluntad de asumir mi culpa dc sobrevivicnte, creo, debe extenderse a
ble ante todo, porquc cada pcrsona y cada cosa, y yo más que los dcmás... un todo mi trabajo clínico si no he dc reducir al otro a lo mismo y utilizar cate
traumatismo original" (Levinas ~ fl/.,1996, p. 90) no dependientc de eventos
gorías diagnósticas al servicio de csta reducción. Más discusión sobre la tera
particulares.Elsujetoéticosurgeensure§puestaalaalteridad,inconsciente péutica levinasiam sigue abajo.
mente(Critchley,1999).HablandodelarelacióndeLevinasconelpsicoaná Es tentador dar extensa cuenta de una lectura levinasiana basándonos
lisis , Critchley continúa: en su lenguaje de traumatismo y de testimonio a un documental recien
te llamado fJcrc#c¡.4 (PBS, 2008). En lugar de ello, tendrá que bastamos una
El sujeto levinasiano es un yo traumatizado, un sujeto constituido me
brcve sinopsis. Monika Hertwig, una mujer alemana de unos 60 años de edad
diante una relación consigo mismo que es vivenciada como una carencia,
(nacida a fines de 1945), se contacta con Helen Jonas, una sobreviviente judía
dondeelsímismoesvivenciadocomolafiienteinasumibledeloqueestá
estadounidense, de unos 75 años. Monika, gradualmente, ha llegado a saber
futandodelyounsujetodemelancolía,entonces.Peroestoesumbue
que es la hija de Amon Góth, comandante del campo de concentración de
nacosa.Essolamenteporqueelsujetoestáinconscicntementeconstinrido
Plaszow. Cuando ve su brutalidad en pleno en £a £¡.í/# dc Sc4z.%d/cr, ella ini
medianteeltraumadelcontactoconlorealquepodríamostenerlaaudacia
cialmente detesta a Steven Spielberg por lo que la hizo ver, pero luego llega
dehablardebondad,detrascendencia,decompasión...Sintraumanoha
a desear conocer a Helen, víctima de Góth y quien anteriormente füe esclava
bríaéticaalgunaenelsentidoparticulardelapalabraenLevinas.(p.195).
doméstica de éste. Ambas viajan al 1ugar donde estuvo el campo de concen
tración y luego a la casa de campo donde Helen, ya embrutecida, había visto
Asuvez,estesujetotraumatizadonocnesteprecisomomentoestestigo, cómo Góth asesinaba gente al azar para divertirse. Ambos rostros, pero espe
testifica,alainfinidad,latrascendenciadelotrosufricnte.
cialmente el de Monika, encarnan "destitución". La subjetividad de cada una
El tcstimonio, el Dccir original, invierte la producción habitual dc un re
es un sometimiento levinasiano a la miseria de la otra, y sin embargo ambas
1ato, algo "Dicho" que invita a una verificación cruzada. Respondicndo a la
§on lo suficientemente corajudas como para no evitar el intento. La subjetivi
destitucióndelotro,mitestimoniotestificaalolnfinito,alatrascendenciadel
dad jamás es suficiente; 1a demanda ética alcanza al infinito.
otro sobre rní. Nosotros te§tificamos a la gloria de lo infinito cuando le damos
la bienvenida al otro o a la otra en su necesidad. No cstamos diciendo: "Yo
EL SU]ETO I)ESPUÉS DE LEviNAS
creo en Dios" hay cn eso demasiado "yo" sino más bien que, en el rostro
delvecino,Dios"vienealamente"(q;i.c#fá/'Í.de'c).Demodoqueeltestimonio
El sujeto levinasiano, por lo tanto, es poseído por sí mismo o sí misma sólo por
scnicgaareduciralotroaunainstanciadetrauma;enlugardeello,nosotros una subjetividad mínima, incluso patética. El apelado no un protagonista y
testigos traumatizados asumimos el sufrimiento y la mucrte del otro como
ni siquiera un agentevuelve a la vida más o menos fiigazmente, en someti
nucstra propia responsabilidad. "La ética", en palabras de Critchley (1999),
"noesundeportedeespectadores;másbienesmiexperienciadeunademan miento al vecino. Yo llego a ser como sustituto de la viuda, del huérfano y del
desconocido (Levinas,1996). Soy un rehén para el otro, sin ser yomismo.
da o exigencia a la cuú no puedo responder plenamente y no pucdo evitar"
En un llamativo contraste con la designación de la subjetividad, por par
(p. 66). tc de Heidegger, como /cmcí.#Í.gÁcÍ'/ o posesión de mi scr como mío propio,
En cl trabajo clínico, cse tipo dc testimonio ti.aumá{ico es frecuente. Así
Lcvinas derroca este símismo soberano:
cs como muchos de mis colegas y supcrvisados me diccn que sc cncuentran a
sí mismos traumatizados por su trabajo. Fuc sólo luego de leer a Levinas quc
Por el contrario, para el pensamiento ético, €/ jí`"!.Jmo, como esta prima
encontréuiiamaneradedarlesentidoalaexpcrienciatraumáticadelterapcu
cía de lo quc cs mío, cs 4¿orrccí'4Á#t. . . Yo soy definido como um subje
ta. Cuando recurrc a mí un pacicnte seriamentc maltratado por un terapcuta
tividad, como una pcrsona singular, como un "Yo", precisamcnte porque
anterior, el crimen §e hacc mío. A menos quc yo rcsponda cn cste espíritu, el
c§píritulcvinasianoodostoievskiano,mipacientcnoticncoportunidad.Siyo " A l.cvi"B lc guBi.b. .`it.Í a P..cal: "F.l yo c. .borrcciblc" (£. moi. cf/ Áai.jj4ó/c) (PaBcal, trad. 2008).
mc nicgo a asumir mi culpa, c8.oy culpando implícitamcnü al pacicnü dcl
Pensar la Práciica Clínica 5. Emmanuel Levinas 97
96
estoy expuesto al otro. Es mi inescapable e incontrovertible capacidad de
Donde Brentano y Husserl habían pensado que la empatía como una
responder al otro lo que me hace un "Yo" individual. De modo que me forma de intencionalidad (vcr Glosario) podría proveer una conexión
convicrto en un "Yo" responsable o ético en la medida en la que concuer directa al otro, Levinas sostenía que un otro aprehendido por mí ya no es otro.
"Mi encuentro con la subjetividad desconocida", dice Zahavi (2005), "no está
docondeponermeodestronarmeyomismoparaabdicaramiposición
de centralidad en beneficio de la "1nerabilidad del otro. (Levinas, en condicionado por algo que esté bajo mi poder, pero tiene el carácter de uiia
visitación, de una epifanía o una revelación" (p.172). Ésta "interrumpe y des
Cohen,1986, pp. 2627).
barata mi sueño dogmático al cuestionarme" (p. 232, nl6). Tardíamente en su
vida, cuando se le preguntó si acaso el otro no cs también responsable ante mí,
Respondiendo al rostro indigente del vecino, me convierto en una "primera
Levinas respondió:
persona" únicamente como un "primer respondedor", uno que encuentra en
mispropiasmanosvacíaslosrecursospararesponderalallamada.
Tal vez, pero eso es asunto Jzi)/o... la relación intersubjetiva es una rela
¿QLué le ocurre a la intersubjetividad en la asimetría de la ética levinasia
ción no simétrica... Soy responsable del otro sin esperar reciprocidad, ahí
na? Levinas estuvo por largo tiempo interesado en la concepción de Husserl
donde muero por ella. La rcciprocidad es asunto j#)/o. Es precisamente en
acerca de la constitución intersubjetiva de la experiencia. También hcmos vis
to que MerleauPonty (1964c) visualizaba la intersubjetividad como dos ma tanto la relación entre el Otro y yo no es recíproca que estoy sometido al
nostocándoseenunapretóndemanos,entremezcladasenunquiasma,donde Otro; y yo soy "sujeto" esencialmente en este sentido. Soy yo quien sopor
ta todo. (Levinas y Nemo,1982/1985, p. 98).
somos "como órganos de una sola corporalidad" (p.168). Levinas (1998b), sin
embargo, entendía la intersubjctividad como el asimétrico "interhumano" en
De modo entonces que la intersubjetividad levinasiana no es ninguna lucha
queelsufrimíentoes"significativoparamí,inútilparaelotro"(p.100).Ensu
"Sufrimiento inútil" (1991/1998b), aprestándose a declarar la teodicea82 (dc hegeliana y no tiene nada que ver con la dialéctica amoesclavo o con los sis
fensa de la deidad en contra del problema del mal) un escándalo inconcebible temas totalizadores. Más bien, significa que como en Husserl, MerleauPonty
luego de un siglo de "sufrimiento impronunciable", explicó: y en nuestro psicoanálisis de los sistemas intersubjetivos, el sujeto está cons
tituido quí la voz pasiva/receptiva es deliberada, el sujetc> es constituido
Hay una diferencia radical entre c/ J#/ri.mn7%fo c# c/ o% donde mc es en su responsividad al otro.
imperdonable, me solicita y me llama, y el sufrimiento c# m!', mi pro
AUTENTICII)AD 0 SINCERIDAD: UNA INTERROGANTE PARA LOS
piaexperienciadesufrimiento,cuyainutilidadconstitucionalocongénita
PSICOTERAPEUTAS
puede asumir un significado, el único de que es capaz el sufrimiento, al
convertirse en un sufrimiento para el sufrimiento (por muy inexorable
La autenticidad altamente valorada en el psicoanálisis contemporánen
que pueda ser) de alguna otra persona. (p. 94).
aparece en la obra de Levinas únicamente como blanco de críticas. Sin embar
El clínico escucha en estas palabras tanto un permiso y una responsabilidad go, hay palabras aparentemente parecidas como fz.#cGrí.d¢c7 que tienen un lugar
prominente. épor qué? El interés por la autcnticidad como categoría moral pa
para entender mi propio sufrimiento traumático como significativo en tanto
recería que comenzó con Nietzsche, cuya carrera filosófica puede verse como
me habilita para responderle a, y sufrir por, mi vecino necesitado como va
rias veces lo dijera Levinas, la viuda, el huérfano y el forastero. En la medida un implacable dcsenmascaramiento de pretensiones, especialmente filosóficas
en que mis pacientes 11egan a mí sufriendo, desnudos, empobrecidos, mi pro y religiosas. Él veía la moralidad tradicional como una negativa inauténtica a
hacerse responsable dc la vida de uno, y moverse "más allá del bien y el mal"
pio sufrimiento cobra sentido.
(Nietzschc,1886/1966, p. 906). Abogaba por una vida escogida por uno mis
mo, semejante al "estado de resuelto" heidcggeriano, un rasgo prominente de
n Susan Neiman (2002) hacc Tiotar que Lcvims cx.cndió su crítica dc la .icodicean a todos los intcntos
Scrj/ /ft>"Po, y voi`cado infamcmcntc en la jzcÁ/or4/frc4lc de Hcidegger en 1933
de rclc#ar cl mJ mcdiantc .`xplii.^c.Hmcs, n(i sólo a argumentos reli#iostis. Richard Bcrmtcin (2002)
•tcoarrolla coii i.tca cn un capltult) muy vali.)s() 8obrc Lcvim§.
(confcrcncia imuguri`l pam un nucvo rcctor universitario en qiic Heidcggcr
5. Emmanuel Levinas 99
Pensar la Práctgca Clínica
98
la necesidad del otro siempre tiene que ser el sincero y hospitalario "/14¿ Üoz.cÍ°'.
dehneósuprogramaparaalinear(G/c¡.cónÁ4r/ft#g)1aUniversidaddeFriburgo
¿Pero qué es esta sinceridad y qué es esta hospitalidad, y cómo pueden ser
con las intenciones del Tercer Reich). éticamente exigidas de nosotros? En el trabajo de Levinas (1981), la sinceri
Desde luego que cn el uso común y corriente, "auténtico" significa ge dad y la honestidad son dos de las muchas maneras del Decir (/c dz.rc), o sea,
nuino o verdadero, en oposición a fdso o ficticio. Es una palabra escuchada aquello que jamás puede ser reducido a lo Dicho (/c DÍ./). Aquí están algunas
frecuentementc en "Antiques Roadshow". Sin embargo, para aquellos dc no
palabras reconocidamente difi'cile§ de Levinas:
sotros que maduramos en la década de 1960 y 1970, pletóricas de existen
cialismo europeo, "autcnticidad" parece provenir de Heidegger. Su palabra Decir me abre al otro (a#/rz#.) antes de decir lo que se dice, antes quc lo
E£.gc#¿/¡.c6Ác!./,siempretraducidadingléscomo""¿óc#f¡.c¡.yi",reflejaprimor
dicho pronunciado en esta sinceridad forme un velo entrc yo y el otro.
dialmente las palabras alcmanas ci.g~ (propio de uno) y en menor medida la Un decir sin palabras, pero no con manos vacías. Si el silencio habla,
pregunta "Ei.gc#¿/!.có?" (¿realmente?). Por lo tanto, el ser auténtico es lo que es„. mediante la pasividad hiperbólica del dar, que es anterior a toda
rcalmente viene de la cualidad de propiedad del D4je!.# (del ser humano) y tcmatización bien dispuesta. Decir hace de testigo al otro ("/rz#.) de lo
queviveapartridesusposibilidades.Porclcontrario,lainautenticidadesel lnfinito que me desgarra, que en el Decir me despierta. (Levinas c/ G/.,
modo irreflexivo de la masa, del "ellos" (d# M4#), al cual nos sentimos inter 1996, p. 145).
minablemente atraídos y dentro del cual estamos siempre "cayendo", como al
pecado.Enlugardeeso,autenticidadsignificaeldesplieguedelaspropiaspo La sinceridad, parece estar diciéndono§ Levinas, es nuestra respuesta de ma
sibilidadcs de ser y describe la subjetividad de serenelmundo no absorbida nos abiertas y corazón abierto al otro. Lejos de la abstinencia y no gratificación
por la masa, el cualquiera, el ellos neutrd (d% M4#). La autenticidad suena del psicoanálisis tradicional, al otro desposeído y devastado le decimos: aqui'
verdadcra,agenciadoraycorajuda,enpalabrasdeHeidegger,resuelta. hay pan, aquí hay vino, come y bebe. Nada ninguna reducción a teoría, ca
Por desgracia, la autenticidad concierne únicamente al ser del D4fc¡.# y
tegoría o ``tematización" precedc este sincero ofrecimiento de hospitalidad.
tienepocoqueverconelotrooconcualquierobligaciónética.Concedido,el Absolutamente pasivo ante el rostro del otro, permito que el otro me abra,
relatodeHeideggerdelsercondelD4S*(M!./f«.#)contieneunaideadeque desgarrándome. "Decir es lo que hace posible la autoexposición de la sinceri
elD4#hpuedeayudaralosotrosaabrirseasusauténticasposibilidades(pro dad; es una manera de darlo todo, sin uno guardarse nada para sí" (Levinas, en
pias).Peroéstemásbienpareceuntipodémdevinculaciónquenovisualizad Cohen, 1986, p. 28).
D4jGi.#mismocomoalgoconstituidointer§ubjctivamente.Segúnlaperspecti
Las palabras de Levinas mc recuerdan aquellas de Georges Bernanos en
vadelfilósofoypsiquiatraalemánLudwigBinswanger,RogerFrie(2002)nos su Diario de uri cura rural (1936/2002)..
dice: "La dificultad está en el hecho de que el D4fci.# 1ogi.ó su autenticidad, o
sucomprensióndesímismo,enunaislamientoescnciddelosdemás.Dicho "Esté usted en paz", le dije. Y ella se arrodilló para recibir esta paz. QLue
dcotromodo,Heideggernoincluyelaposibilidaddelograrautenticidadme la guarde para siempre. Seré yo quien se la dé. Oh, milagro er así ca
diante.e_ldi.álggocoqot:9"(pp.645646).Elidealdeautenticidadnodiscrimi
paces de dar aquello que nosotros mismos no po§eemos, idulce milagro
naéticamenteynisiquicraincluyeclfamoso"nodañarás".Desgraciadamente de nuestras manos vacías! La esperanza que está marchitándose en mi
cra bastante consistente con las actitudes nazis, como ha sido remarcado corazón ha florecido de nuevo en el suyo. (p. 180).
por varios (Adorno, 1964/1773; Bumbach, 2003., y Vogel, 1994). La au
tenticidad no podía ser un ideal para aquenos devastados por "lo peor". Elsacerdotehaperdidosufe,perolaevocaenlamujermoribunda,muy§eme
Contrastando con aquello, Levinas, para quien la ética precedía e incluso
jante a lo que el gesto y las sinceras palabras de hospitalidad hacen €n Levinas.
eludíalaontologíafiindamentaldeHeideggeipropusounaasimetríaéticara En mi experiencia clínica, frecuentemente me siento llamada por la necesidad
di(`al.Elrcsponderalrostrodelotroconstituyelasubjetividadosometimiento
dcl otro, el rostro del otro, p¿`ra cncontrar un modo de dar lo que no poseo con
c'i`.mi ii`tiiiit..`ii`i`i`tc rcsi"mmlilc.1t,l {tt" (Aw/nw.) cstá iior s()brc mí, me tiene
iii'.mos vac`iías y iio vi`.`í¿is. l ,os críticos podrán llamar a csto inautenticidad;
mw r..l`{`m ii`i. (i'¿``nii.,it.i'^`. l w "iwc`iím a`itt'.i`tii.:` tli. i``.i proiiio M j:`más
I ,i.vi"`` 1o Hni`im'ii r.`hi")m:il)ili`l.itl, hiiii.c`ridiil, hoü`.it:iliilMl.
mn m `.it"`i{l..ri`i.i(`ti` m ln ol"n ilc` 1,t.viii.i`. l'`,ii luH.w `Ic cllo 1¿` r..`i``icstíi i`
5. Emmanuel Levinas
Pensar la Práctica Clínica 101
100
Buber el otro no tiene cualidades únicas e irreemplazables; en lugar de ello,
LEviNAS y BUBER
podri`a ser cualquier persona, reemplazable e intercambiable. Lo interhuma
no de Buber no tiene nada del aspecto concreto, la oportunidad e inmediatez
Lamáscercana,ysinembargodiferentedeestaética,eslafilosofiadeMartin
que lleva a Levinas a alcanzar al otro y decir: "iBebe!" (Critchlcy,1991). Pero
Buber. Con independencia de si Buber y Levinas alguna vez tuvieron un en
Buber pensaba que Le\inas lo malentendía y que la solicitud respecto del otro
cuentro cara a cara, sus fiientes (Rosenzweig, 1921/2005) y preocupacioncs
no podría sustituir al encuentro: "Podrá vestir al desnudo y alimentar al ham
en gran medida se superponían (Levinas y Nemo, 1982/1985), pero en va
briento todo el día y seguirá siendo difícil para él pronunciar un verdadero Tú"
rios lugares Levinas manifestó su fiierte ambivalencia hacia Buber (Atterton,
(Schilpp c/ ¢/. ,1967, p. 723).
Calanco y Friedman, 2004; Levinas, 1987/1993). Levinas siempre dio crédito
Aún peor, según Levinas, el énfasis de Buber en la simetría, la reversibi
a Buber como "pionero" de su propia "gran idea": "que la presencia de un in
lidad y la igualdad hacen invisible la originaria85 "altura" o trascendencia del
terlocutorparamínopuedereducirsealaprcsenciadeunobjetodeterminado
otro sobre mí. "No hay igualdad inicial" (Levinas, 1993, p. 43). El diálogo de
pormimiradaysobreelcudéstahacejuiciospredicativos"(LevinasySmith, Buber podría degenerar en una forma de relación YoEllo. En lugar de eso,
1992,p.14).Nipuedeelvecinoserabsorbidodentrodemíoviceversa;elen
proclamaba Levinas, el vecino tiene una demanda sobre mí que excede y pre
cuentro ocurre en lo que Levinas denomina proximidad irreductible, relación
cede a todo. El rostro dcl otro crea mi responsabilidad ilimitada y gratuita (no
con el vecino. El yo de Buber, explica Levinas,
dependiente de actos de libertad) que no puede ser reducida o desplazada.
Como vimos arriba, yo soy rehén del otro que siempre es mi invitado en la
...en su relación al Tú se relaciona aún más consigo mismo por medio del
respuesta de hospitalidad. En lugar de un Yo buberiano que se extiende hacia
Tú, esto es, está relacionado con el Tú como con alguien que a su vez se
un Tú, Levinas comienza con el otro cuyo rostro coloca sobre mí una doble \
relaciona con el Yo, como si 11egara a un delicado contacto consigo mismo
exigencia: no debes matarme, y debes protegerme y cuidarme. No debes aban
a través de la piel del Tú... en la U"/mJGmg [inclusión] el Yo mantiene
donarme en mis necesidades. (No es dificil escuchar a Levinas dirigiéndo§e a
nítidamente su realidad activa. (Schilpp ¢ ¢/.,1967, p.142).
los espectadores "inocentes" quienes habían contemplado impávidos cómo sus
vecinos judíos eran deportados).
Para ambos, el ámbito de lo interhumano83 era la esfera de lo ético y nuestro
¿Por qué esta disputa nos importa a los psicoterapeutas, especialmente
único acceso a lo divino. La vida de diálogo de Buber era un ruego y una in
cuando ambos pensadores tienen tanto en común? Primero, recordcmos que
vitación a una forma dialógica de conexión humana, y un apasionado llamado
Buber hizo algunas excepciones a sus requerimientos para una reciprocidad e
a una toma de conciencia de los muchos modos en que podemos reducir y
igualdad dialógica. Pensaba que profesores, pastores, terapeutas y padres car
objetivizaralotro."Nada",dijoLcvinas(1987/1994)deBuber,"podríalimitar
gan con una responsabilidad hacia aquellos que están bajo su cuidado y que
el homenaje que le debemos" (p. 41).
no necesitan, y de hecho no debieran, ser reciprocados. Tál vez la diferencia
Aún así, además de su ocasional incomodidad con lo que consideraba era
estriba en que Levinas vio toda relación ética como asimétrica, como confi
la inclinación mística Oasídica) de Buber, también tenía dos objeciones espe
riéndome una responsabilidad infinita e irreductible. Para los clínicos, Buber
cíficas y continuas a la manera en la cual Buber concebía la relación YoTú
apela a nuestro sentido de vocación; Levinas colocaria nue§tro trabajo en el
(la relación mo2.fo¡. para Levinas)84. Primero, a Levinas le pareció el "encuen "de otro modo", en el más allá, en la trascendencia de la relación ética misma.
tro" de Buber demasiado formal. Dicho de otro modo, en la descripción de
Ninguno de los dos nos permitiría esperar o exigir reconocimiento por parte
de nuestros pacientcs86. Ambos nos dejan a menudo con el problema del rey
""Latemporalidaddelointerhumanoabreelsignificadodelaalteridadydelaalteridaddelsignific*
do" (Levinas, en Cohcn,1986, p. 21) H5 No original en el sentido dc "innovador"; siiio origimrio, como en referirse de vuelta a [os orígenes,
"Levinasusócadavezmá§el"conminúsculas(Chantcr,1997).Creoquequeríaenfat"lainsig como le gustaba decir a Levims, al "pasado inmemorial".
nificanciadclsujetoantcla"altura"dclvecino.Chanterhaceunlistadodc§uspmridades:"Responsa h'' Ambos filósofos tii.ncn \ii`.` rcl:`ción pcculiar con lo femenino: la segunda persom de Bubcr Dw no
bilidadíiritesdc1.bcrtad,éticaan{csqucontologíaunivcrsal,infinidadai`tesquct()talidíid,clotroantes
iiciie H¿.mro, rniciiir¿i` (im l.i wibii`tivi(l.`(l éii.a dc Lcvii", com() tambi¿.n su otrt), itarecen icir sii`mpi`c
(iwyo,Twwi(],W.`ntoqmiwMIÜ,d.,i(iu(c`toydetcstiH(t`,iri{i``(iiiccl`yi)i"i"'`tcl,iii'iHc`enm`n;ii`
t.l ii`.``i.uhno // Vt`r li i8.u.``' \ Wlniltiiil O`J`/1)
(',, 2' ).
Pen§ar la Prdciica Clítiica 5. Emmanuel Lcvinas
102 103
• ~ProL¥._q_Í.±±otra palabra clave en Levinas, significa para él tanto la proxi
Lear: "iMás punzante que los dientes de una serpiente es tener un hijo ingra
midad como la distancia en nuestra relación con cl otro88. j4z¢##í. está cerca
to!". Somos, dcspués de todo, ambos estarían de acuerdo, los cuidadores de
nuestros hermanos87. Pero a Buber le parecía que "el entre" es primario; para porque ella o él no me dejan ningún espacio ético en el cual poder darme
"eltayapartarme,porqueeuaoélestáninfinitamenteporsobreymásal[á
Levinas, el rostro sufriente del vecino antecede a toda relación.
de mí. "En proximidad, una orden es escuchada como viniendo a través de
Segundo, en la plausible visión de Robert Bemasconi (Atterton # #/.
un pasado inmemorial89, que jamás €stuvo presente, que comenzó en la no
2004), en sus últimos años, Levinas llegó a apreciar más a Buber y valoraba
libertad. Esta #¢#cm del vecino es rostro" (Levinas,1974/1981, p. 88). Por
su inspiración. Comenzó a concederle el rango de pensador ético, como él;
lo tanto, mi singularidad no es un tipo de autoidentificación. En lugar dc
enpalabrasdeBernasconi,despertó"el`decir'deBuberapartirdesudicho"
eso, en el resumen de Bernasconi, es impronunciable, muy apretado, incó
(p. 91). Es posible que al ya no tener que definir sus propias opiniones en
modo, es exposición a ser herido y ultrajado, incapaz de tomar distancia de
términos de esta oposición, le rcsultara más fácil decirle a Buber "nosotros".
sí mismo, radicalmente responsable del otro ante§ de cualquier contacto
Nosotros los clínicos a veces descubrimos un ablandamiento similar hacia los
u opción (Critchley y Bernasconi, 2002). Es "singularidad sin interiori
gigantesqueconanterioridadnoshemosvistoenlanecesidaddeoponer,de dad, yo sin descanso en mi' misma, rehén de todos, desviando la mirada
la misma manera como nuestros pacientes han tenido que hacer con noso
en cada movimiento de su rctorno a sí misma" (Levinas,1987, p.150). La
tros.
proximidad levinasiana, como dice el refrán, aflige a los cómodos. La ética
levinasiana, a pesar de ser extrema en un sentido, no necesita ser especta
¿UNA TERAPÉUTICA LEVINASIANA?
cular. Levinas pensaba que las cortesías cotidianas que colocan primero al
otro ¢4réJ Üo#j, wo72í€.cz¿ expresaban bien su significado. Lo quc yo he
¿Cómo entonces puede actuar la idea del "cuidador de mi hermano" para denominado disponibilidad emocional (Orange, 1995) expresa la actitud
quienelvecinosiemprctieneprioridadcomoguíaclínica?Sonporlome ética de proximidad, de responsabilidad o disponibilidad para respondcr al
nos tres ideas las que expresan esta primacía ética para Levinas: irreduct_ibili
Otro.
_d_a_d, proximidad y sustitución. Vamos a considerarlas una a la vez. Entonces • SzÜ/z.¿#cj.o'#, a diferencia de la proximidad, expresa la calidad radical de la
podremos preguntar si las cxigencias de la ética levinasiana son excesivas para
ética levinasiana. Significa literalmente aceptar la suerte dcl otro, inclu
elclínicoquetendríaquesobrevivirparapodcrtrabajarotrajomada.
yendo la muerte. Sustitución algo que vemo§ en el pasajero del Mctro
• La i.rrcd#cfz.4¡./z.d4d es indispensablc para la "gran idea" de Emmanuel (tren urbano subterráneo) que se lanzó en el camino de un tren en marcha
Levinas. El rostro al cual miro y que coloca sobre mí su exigencia infinita, para salvar a uno que había cai'do a los rieles9°jamás le parece heroico al
no es tan sólo una fachada para el sistema nervioso o para su centro de que lo hace: el bombero de incendios, el médicosinfronteras, etcétera. Lo
control. Por el contrario, para Levinas como para todos los fenomenólo quc escuchamos es: "No me sicnto como un héroe; cualquiera cn mi lugar
hubiera hecho lo mismo". Pero nos preguntamos: ¿lo hubiéramos hecho?
gos filosóficos, la experiencia specialmente del otro escapa a todas
El fenomenólogo psicoanalítico, creo yo, lleva una carga vocacional es
las formulaciones, representaciones y descripciones mecánicas. Lo dicho
siempre reduce el decir y el decir desafía esta objetivización reductiva. pccial que ha sido bien captada en el requerimiento levinasiano de asimetría,
discutido arriba. Tanto Buber como Binswanger creían que el profesor, el
(Wittgcnstein de modo §imilar había contrastado lo que podría decirse
lo que carece de importancia con aqucllo quc únicamente podía ser "Comohemosvistoamba,LevinasesinconsistentcensuusodeminúsculasymayusculasparaOtro r
mostrado. Yo creo que "el decir" levinasiano "equí estoy_"_al otro se asemeja u otro. m vcz, deliberadamente, dejó abiertas las significaciones religiosas.
al mostrar de Wittgenstein). "Aquípodemosescucharlapalabrahebread4¿4r.(Estanotaseladeboalhistoriadordelasreligione§
I)t)m`ld A. Brauc).
"Sincmbargo,Levinasnodabalugaraningunafomadereconocirnientocnsuvisióndclrclaciom+
" .1 lttmbre cs rcsmtatlo iior di.si`ttnocido (]c ric`Ics del Mctron, jvcu yorÁ 7lmcj, enero 3, 2007. Y Lcvi
micnto Él veía cl rcconocimicnto como reducicndo incvitablcmcnte d otro a un touli7,idor mismti,
ii,ih. .`"r.i`l(ti.`liTii`i`it. Ü //wÚ ////í`////` .1i``i`itii(ti`iil(t y otro~ ese h()iT`bre n() está fw" dc qumi()n(I,i.vi
i.t)ii`i`un.`formadc.'()hriiii`i('mdc`ibq(1omim`ciónyvi()lcmiaF.n()trol\if;.wl`t`t.omhwbl.inoción
i`i``.1 `J74/1 " 1, itit. ¡H~ 5`J). (z//wn rxi r"i.`rtt; ,í/r',.t;,i/Íí/ : `lcwiuiri.`ilit, N` ilt` ltis '1`.).
`lr rc"mmm mm .1(` I)ri`i.uiiii` m .itrJ` i"it"1nl.Ml`.` (()r.`nH``, 2()l)t(l.)
Pen5ar la Práctica Clínica 5. Emmanuel Levinas 105
104
de Kohut y Winnicott, de Leo Stone y Warren Po|and, nos rcsultan atractivas,
terapeuta y el rabino o pastor comparten la obligación de tratar al alumno,
al paciente o al feligrés como Tú sin esperar, y menos aún, aceptar una reci quizás a pesar de nuestra formación temprana, aigunos psicoanalistas en prác
tica son levinasianos de clóset... todo depende.
procidad. A su vez, Levinas dcfinía la i.elación ética la infinita responsabi
Las implicaciones de la simetría radica| de Levinas, "yo puedo sustituir a
lidad por cl otro como inherentemente asimétrica. Por lo tanto, no ha de
cualquiera, pero nadie puede sustituirse a si' mismo por mí" (Levinas y Nemo,
sorprendernos que nosotros los fenomenólogos psicoanalíticos parezcamos ser
1982/1985, p.101), parecen imposibles de vivir. E| psicoterapeuta o Psicoana
atraídos a teorías y actitudes clínicas que enfatizan nuestra responsabilidad
1ista contemporáneo puede prcguntar, ¿cómo puedo ayudar al otro si le permi
por extendernos empáticamente, buscar el contacto, entender, de la misma
to tratarme como rehén, imperiosamente, entregando asi' mi propia Subjetivi
manera como lo hacen los padres suficientemente buenos por muchos años,
dad agenciadora? Esta pregunta contiene un sutii malentendido del humanis
sin expectativa de ninguna recompensa adecuada. Los padres son el apoyo
mo ético de Levinas. El otro no está siendo invitado a maltratarme; en lugar
primario para el desarrollo del ser persona del niño, y no viceversa, excepto en
de cso, yo soy responsable de su necesidad y por ende rehén de su indigencia.
la situación del niño parentalizado que crece careciendo del apoyo necesario,
Pero Levinas también vio el problema del agotamiento (4z/r7zoz//) que su ética
apoyo que sin embargo se le exige brindar a los adultos. Conscientes de la
importanciaderevertiresaspautas,meparecequelospsicoanalistasypsicote podri'a acarrear y, por lo tanto, caracterizó a |a sociedad, los sistemas legales y
los gobiernos como el sistema dc apoyo "|a tercera partida" de la vida ética.
rapeutas trabajan en una relación ética asimétrica.
En muchas partes, Levinas invoca a Dostoievsb diciendo que somo§ todos
De modo que el fenomenólogo levinasiano acompaña al paciente apro
responsables de todos los hombres ante todos, y yo rnás que todos los demás.
blemado, generalmente traumatizado, pacientemente. Con un entonamiento
A pesar de que no hay escapatoria o límite a la exigencia que el Rostro coloca
suficientemente bueno a la vida emocional, nos unimos al pacicnte en la bús
sobre mí (Critchley, 2007), en el "Yo nointercambiable" (Levims y Nemo,
queda de comprensión, sin demasiado conocimiento. Cuando suponemos que
1982/1985, pp. 100101), en el sentido de "|a tercera partida" hay un "noso
puede apoyar la reflexión dialógica, revelamos un poco de nosotros mismos.
tros", y todos somos responsables. Nuestra responsabilidad por el otro es lo
Intentamos 11evar a cabo un psicoanálisis u abordaje "mínimamente teórico",
trabajando con conceptos cercanos a la experiencia, sosteniendo nuestros jui que nos hace humanos y en este sentido es que Levinas nos desafi'a como
clínicos a unirnos a él como humanistas éticos.
cios e impulsos diagnósticos de la forma más ligera posible. Permanecemos
cercanos a nuestros pacientes, descubriendo el camino junto§, aprendemos
HUMANisMO ÉTico LEviNAsiANO
lo que podemos de todos. Buscamos consuelo y apoyo ~siemprc necesita
do, a veces desesperadamente de manera primaria en colegas fenomenó
logos (Orange, 2009a). Encaramos nuestro trabajo "infinitamente exigente" ¿Cómo es la ética levinasiana un humanismo en e| cual pueden buscar inspi
ración los psicoanalistas y otros psicoterapeutas orieritados humanísticamen
(Critchley, 2007) con una `iep£r_a_n_z,a jadical" (Lear, 2006; Orange, 2008a).
te? En respuesta a la crítica heideggeriana, Levinas escribió:
¿Puede un clínico, convencido y prendido por el desafio levinasiano, se
guir perteneciendo verdaderamente a la tradición psicoanalítica? (Es posible
El antihumanismo moderno, que niega |a supremaci'a de la persona
que esta pregunta no conciema a otros tcrapeutas humanistas). La respues
humana, libre y parasímisma, para |a significación del Ser [sin darse
ta, pienso, depende de qué es lo que uno considera nuclear y qué considera
cuenta de ello]„. tendría despejado el 1ugar para |a subjetiyidad que se
dispensable en la tradición psicoanalítica. Si uno considera la circunspección
sitúa a sí misma en abnegación [rechazo de una vida centrada en uno
e inhibir la gratificación como algo esencial; si se toma en cuenta la resisten
mismo], en sacrificio, en una sustitución que precede a la voluntad. Su
cia o defensa; si uno se aferra al "saber" de que todo es transferencia como
inspirada intuición €s haber abandonado |a idea de persona, objetivo y
se entiende tradicionalmente; §i uno ve el proceso psicoanalítico como una
origen dc si' misma, en que el ego aún es una cosa porque aún es un ser.
scrie dc escenificacioncs; si la preocupación por la autoridad y la autenticidad
I+`blando cstrictamcnti`, .`1 t)tro es cl "fin"; yo soy iir] rehén, una respon
tlcl tt`ri`itemn mn tlc imrortmit`i..` i"ii".{1i:il; hi `ii`o ``omitlcm cl tratamiento
`iibili(l:`(1 y `ii`ii `miiiH``i('m `.)stmien(1o c.I miindo cn h pasivid¿`d de su
wm `iiiii `i.iit` `lt. tti`ut.m tlii,`lt````i.i` iih iit`t+.M i.`ltl` i`i`toii.`.`` t'l i"icoanálisis y
```ittii.ii`it`'n. iiii`lu`ti `" un,` iit.r`{.rw i.')ii ¿```n`.`tttri.\ (i`ii` (`` ill(ll`i`lill:`hll`.1'`,1
t.,." .,,. `,`i" " ,,'"" .,, t,, ',o,1., ` " ,`,' ,.., ` ,",,y ',.,`."v ..,, i`1.,` ,.l.` ,,,, c`t,,s
Pen§ar la Prá{tica Clímca 5. Emmanuel Levinas 107
106
dad que él llamó rostro. Leyendo estc pensamiento de vuelta a sus estudios bí
humanismo debe ser denunciado sólo porque no es lo suficientemente
blicos, ellos le dieron las convicciones que luego desarrolló como una filosofía
humano. (Levinas,1974/1981, pp.127128).
de la responsabilidad infinita.
Tal humanismo no es una teoría, un esencialismo o algo "dicho". Es, en
En otras palabras, Levinas se consideraba a sí mismo un nuevo tipo de hu
lugar de eso, la prestancia a responder al vecino devastado lo que trae a los
manista, indiferente a persom, libertad y agencia. En su lugar, cscogió la sub
terapeutas y los analistas orientados fenomenológicamente a nuestro trabajo,
jetividad como sujeción al otro, la condición de rehén respecto del vecino su
lo que nos levanta en la mañana para asumir, una vez más, nuestra vulnerabi
friente, y la pasividad total.
lidad, nuestro propio "traumatismo" como rehenes en nuestro trabajo, recono
Contrariamente a la tradición filosófica que considera que el co77#/z4 cf
ciendo la altura del otro con quien trabajamos.
fe7zdí. (Spinoza) o lucha para persistir en ser que se encuentra también en
Darwin y Freud, por supuesto, Levinas nos instruye, como bicn podría dc
RA LECTURAS ULTERIORES
cirnos, "enteramente de otra manera". Con frecuencia decía que reclamar mi
serenelmundo o "mi lugar bajo el sol" es "la usurpación de espacios perte
Las entrevistas realizadas por Philippe Nemo a Levinas, ÉJz.m c z.#L¢".4 (1958),
necientcs al otro hombre que ya he oprimido o hambreado, o expulsado a un
suministran un punto de entrada. Para una buena introducción secundaria,
tercer mundo; ¿acaso éstos no son actos de repulsión, de excluir, de desnudar,
ver £cq;z.7"f, j4# J#/rc)dz¢c/g.o# (Davis, 1996). Para una biografi'a fascinante, ver
de matar?" (Levinas,1989, p. 82). El humanismo levinasiano está intranquilo:
Emmanuel Levinas.. His Lif i and Legacy (Nlalb2Í)06).
QLuiero decir que una vida verdaderamente humana no puede mantenerse
como vida satisfecha cn su igualdad frente al ser, una vida de quietud
que es despertada por el otro, es decir, siempre desembriagándose, ese
ser jamás ontrariamente a lo que muchas tradiciones reconfortantes
nos dicen es su propia razón de ser, que el famoso co#af" cfjc#dz. no
es la fiiente de todo derccho y todo significado. (Levinas y Nemo, 1985,
p.122).
Un humanismo de esa naturaleza jamás podrá permanecer satisfecho de sí
mismo, triunfante o cómodo. Más bien es un humanismo profético que "re
conforta al afligido y aflige al reconfortado". Nunca podré decir que he com
pletado toda mi re§ponsabilidad. Jamás me es pcrmitido toi.narme compla
ciente o satisfecho conmigo misma. Como aquella preocupación por el otro,
puesta en evidencia por mi favorita de 102 años de edad, quicn siempre estuvo
preocupada por la seguridad y el bienestar de los demás mientras estaba cons
ciente, la ética levinasiana no tiene fin.
El humanismo levinasiano no excluye la idea de Dios, pero en nuestro in
terés humanista por otros seres humanos, solía decir: Dios "viene a la mente"
(Cohen, 1986, p. 25). Levinas acogía tanto la tradición filosófica occidental
("Atenas") como el judaísmo talmúdico ("Jerusalén") como fiientes de su pen
samiento, pero trabajaba en cada rcgión scparad`.`mcntc í`l gm{1o de entregar
sus contribuciones filost'tfii`iis y `i`i(li`i{.i`s i` e(litor{.t tlit.{`ri`i`tcs. Sc ii`fuiidcn mu
t`i:`iiit.ntc. T,i`vi"`` holí..i ilci.ir {iim t.n 1 )i.w :`rt(.` t.i`i.iti`ti{'i lii i`l{.i` (1.` 1.` ii`fii`i
HANSGEORG GADAMER
PASAR POR LA SITUAclóN |UNTO AL OTRO
LaPersonaqueescomiirensivarioconocenienjuiciacomoalguienqueseman
tiene apartado 5in afectar5e, sino que más bien Piem junto al otro desde la
Persfectiua de un lazo específlco de PeTtenencia, como si también se uiera afec
tado.
+ADAMER
No ex.ste Prmcipio sui)erior a éste: mantener5e abierto a la conversai:ión.
GADAMER
HansGeorg Gadamer (19002002) ocupa el último lugar, pero no el menos
importante, entre los filósofos que consideramos en su conjunto como recur
sosparaelpsicoanálisisylapsicoterapiahumanísticacontemporánea.Aligual
que otros, pasó por los horrorcs del siglo XX, pero a diferencia de ellos vivió
una vida filosófica activa hasta el siglo Xl y, por ende, tomó conciencia de
que el trabajo de comprensión tenía que expandirse másLallá del patrimonio
culturalyreligiosodeEuropaparaentablarconversaciónconaquellosquepa
recen más ajenos y diferentcs. A los 94 años, pronunció una conferencia en
la Semana de Hegel en Bamberg (Alemania) en la cual afirmó que la com
prcnsión dialógica era la única csperanza del mundo para convivir de forma
humana:
Tan sól() i`()nsidércsc cl casi increil)lc milagro de quc la rcvolución comu
nista cn Chim, quc sc#uramcntc nti mancjó con dclicadcza a lo§ may{]rcs,
110 Pensar la Práciica Clímca 6. HansGeorg Gadamer 111
incluso contando con un poder casi ilimitado, no fi]e capaz de destruir [1999], p. 12)92. No obstante, encontró su propio camino de vuclta a la filo
el orden familiar. De modo que, en todo el mundo, claramente existen sofia a través de sus estudios intensivos del griego y en especial de Platón.
individualidades y costumbres de irreconciliable otredad. Sin embargo, Desarrolló su hermenéutica, el cstudio del significado y la interpretación, en
~una filosofía completa de la comprensión emergente en el diálogo.
me atrevo a afirmar que, si no adquirimos la virtud hermenéutica esto
es, si primero no nos damos cuenta de que es esencial comprender a la Consternado por el involucramicnto de Hcidegger con los nazis, Gadamer
otra persona si se pretcnde que alguna vez veamos si algo como la soli sobrevivió los períodos nazi y d€l comunismo temprano en Leipzig, man
daridad de la humanidad en su totalidad finalmente puede ser posible, teniéndose en silencio93. Sus opciones políticas fi]eron complejas y dificiles
en espccial en relación con nuestra convivencia y nuestra supervivencia de interpretar. Durante el período nazi, apoyó e incluso escondió a amigos
conjunta; si no hacemos esto, entonces nunca seremos capaces de lo y colegas judíos. Pero, al mismo tiempo, con la desesperada necesidad de un
trabajo docente, dos veces llenó brevemente los cargos vacantes de profesores
grar las tareas esenciales de la humanidad, sea a pequeña o a gran escala.
(2007, p.119). judíos dcspués de que éstos habi'an sido despedidos. Asistió a un campamento
de adoctrinamiento para profcsores antes de que finalmente se le ofreciera
Como veremos, esta pasión por la comprensión de qué es el otro hace de la una cátedra permanente en Leipzig, donde permaneció hasta el final de la
hermenéutica filosófica de Gadamer un rico recurso para las formas huma guerra. Con todo, nunca se unió al partido nazi o apoyó al régimen. Después
nistas de la psicoterapia talcs como el psicoanálisis, la terapia gestáltica y las de 1945, debido a que los alemanes del Este (la RDA, República Democrática
Alemana) 1o visualizaron como habiendo socavado el nazismo (Dostal, 2002),
psicoterapias existenciales.
fiie designado rector (presidente) de la universidad en Leipzig, pero de modo
VIDA Y OBRA inmediato la situación le pareció represiva. Ya en 1946 buscó un cargo en
Alemania Occidental y, en 1947, se trasladó a Frankfiirt.
Al igual que los otros cuatro filósofos comentados en este libro, Gadamer ex Llamado para una cátedra en Heidelberg en 1950, enseñó allí ha§ta su ju
bilación en 1968, permaneci€ndo en esa ciudad hasta su muerte, en 2002. En
perimentó pérdidas significativas. Nació en Marburg en 1900, su madre mu
rió cuando él tenía 4 años; Gadamer fiie criado en Breslau (ahora partc de la década de 1950, finalmente escribió yé7.dccJ/ mc`/odo (1989), obra por la cual
Polonia) por su padre, profesor de química. Su hermana, un año menor, murió es mejor conocido. Casi de inmediato su trabajo enfrentó un acérrimo desa
a los 5 meses y su único hermano era epiléptico. Acerca de su juventud en la fio por parte de la estrella naciente de la filosofía alemana Jürgen Habermas,
cultura del militarismo prusiano, comentó más tarde: "La forma en la que fiii quien pensaba quc la valoración que la hermenéutica de Gadamer hace de la
criado cuando era niño no se la deseo a nadie hoy en día. Es probable que tradición era demasiado conservadora y susceptible a la ideología. El debate
ningún niño la pueda atravesar sin rebelión" (Grondin, 2003 [1999]). que siguió le confirió fama mundial a Gadamer. Después de haberse jubilado,
Dos relaciones dominantes dieron fórma a su vida y trabajo: su padre, comenzó a estudiar idiomas y viajó y enseñó, en especial en Estados Unidos
que desdeñaba su interés en las humanidades y artes, y su mentor Martin y Sudamérica. Hasta su muerte, en 2002, se involucró en su forma favorita de
Heidegger9], que consideraba que Gadamer no tenía suficiente talento para actividad filosófica, la cgnye`E9£cíón (Gadamer, 2001, 2003). Su influcncia ha
contribuir a la filosofia. (Después de su cumpleaños número 100, Gadamer seguido creciendo en muchos círculos, incluyendo en ?`1 psicoanálisis (Orange,
seguía hablando de cuán decepcionante había sido para estos dos hombres). 2008b; Steele,1979; Stem,1997; Stolorow c/ ¢/., 2002) y en las psicoterapias
En §u edad mediana se lamentaba diciendo: "Escribir, para mí, ha sido por humanistas (Staemmler, 2007).
mucho tiempo una verdadera tortura. Siempre tengo el maldito sentimiento
"QLuizásinclusomásimportantc,"estcrriblementedolorosoparamítenerquee§cribir.¿Dóndcestámi
de que Heidegger está mirando por encima de mi hombro" (Grondin, 2003
interlocutor, esa prcsencia silenciosa y aún así continuamentc respon§iva del otro con cl cual uno intenta
llevar un diál()go con la fimlidad dc hacer avanzar la conversición con uno mismo quc se llama pensar?"
9' HansGeorg contrajo polio a los vcintitantos años y durante cl proccso de rccuiti.riii``i('M`, (iue se Tiro (Gaihmi`r. .`.i.. en Groiitliii, 2()03 [ 1999|, pp. 279280).
" Almu t` lo lim i't wi\itlt.i'¿``lt t i tii`io ilt.im`si.`tlo {`quicst`cntc, in.`Iuso t`obíird.`., vcr Pulmcr (2002) y Wtt~
lonf{ó p(u varios mcses, pasó lcycn.lo i` Husscrl y `in m¡inuscrito tcmi)r.i¡`o {lc 1 luil{`HHm (i`ii. Io iil`ci`it`i
•'i`onio un i`h iii``{` c.Ii'`i..i i( i i" (( :.`il.`nt{ir, 1 `J85, i), 47). lii`(2\)\t2).l'in^ 1 l`i l..1 nii`nn)(:¿``l"mi,v.i (;.``]."w,l)uttyl`,il"r(2()()1).
6. HansGeorg Gadamer
Perisar la Prác[ica Clínica 113
112
Er/¢órzmg (aprendizajc acumulativo): ambos son traducidos habitualmente al
LEER A GADAMER
inglés como "evento en cuanto experiencia". Gadainer quiere decir que uno
informa al otro y, por lo tanto, nos lleva a cuestionar el uso alemán usual, pero
Resulta dificil introducir los textos de Gadamer fiiera de contexto. Leer a
todo el conjunto de matices se pierde en inglés.
Gadamer requiere un interés intenso en los contextos históricos y dialógicos
Surgen problemas menores en el uso de palabras pequeñas como "pero",
de su trabajo, tal como veremos cuando empecemos a considerar la historia
que puede traducirse 4r6cr (un pero simple) o cl intraducible 47ocÁ, que es un
dc la heimenéutica. Aún así, su propia visión es que leer es conversacional y
mucho más enfático "por el contrario". En una conversación habitualmente se
consiste en un proceso seriamente lúdico de preguntayrespuesta entre lector
afirma con énfasis y significa: "iNo estoy de acuerdo en absoluto!". Docó pue
ytexto.Enconsecuencia,haréalgunassugerenciasesperando11evararnislec de ser muy desafiante y, en familias alemams no tradicionales, incluso puede
tores a leer a Gadamcr en un espíritu gadameriano.
emplearse por parte de niños respecto de sus padres. Al traducir a Gadamcr,
Primero,talcomoocurrecontodosnuestrosfilósofos,estamosleyendotra
la fiierza de su docÁ usualmente se desvanece, dejándolo parecer más suave en
duccionesdesdeidiomasquefiincionandemodobastantediferentealnuestro.
inglés que en su A4#//t"PrÁzcóg.
Cuandomeencuentroconalguienquedominaunidiomamaterno(enalemán,
Traigo a colación estos problemas por tres razones.
¿ M#/JcrfpnmÁc), que habla mi idioma con algo de dificultad, escucho con
atención que las palabras que oigo resuenan de modo distinto para esa perso
1) En primer luga]., con Gadamer, al igual que con los otros cuatro filósofos
naypuedentraducirsesólodemaneraimperfectaHablarunsegundoidioma
europeos examinados en este libro, cuando nos esforzamos por compren
es hablar desde un mundo a otro mundo cn el seno de un mundo compartido.
der, podríamos preguntamos cuántas dificultades pueden tener los otros a
Las oportunidades para los malentendidos abundan. Además, tódo el estilo
su vez para comprendernos a nosotros. Siempre es convcniente leer como
de hablar y escribir puede diferir. Los profesores alemanes, por ejemplo, son
si estuviéramos sentados ante un paciente proveniente de otra cultura,
tristemente célebres por el largo de sus frases, que sólo pueden ser entendidas
cuyo primer idioma no es el mismo que el nuestro. Sólo entonces podemos
cuandoapareceelverbo,quizásenlapáginasiguientetalcomoelinolvida
aprender del otro.
ble Mark Twain nos dijera en "The Awfiil German Language" (2003 [1880]).
2) En segundo lugar, la misma filosofia de la comprensión de Gadamer provi
Afortunadamenteparanosotros,Gadamerteníaunasensibilidadeincluso
no en parte de sus propios intentos de aprender idiomas diferentes. Llegó
teorizóacercadclosproblemasdetraducción.Además,susfrasessonnotoria
a creer que el proceso de comprensión es en general bastante parecido a
mente más cortas que el promedio entre los académicos alemanes. Sin embar
aprender el idioma del otro y, por lo tanto, un trabajar hacia una comprcn
go,leerloamenudomedevuelvealosoriginalesalemanes,dondemeencuen sión mutua.
troconquelaspalabraseninglésquedancuentadeloquequieredecir,obien
3) En tercer lugar, visualizo toda situación clínica como requiriendo de mí
no existen o bien no fiieron escogidas por los traductores. Los traductorcs,
que aprenda el idioma del paciente (sabiendo que el paciente también tie
por cjemplo, traducen su q;crf4% como "jugar con la vida" (Gadameb 1991 ne que aprender el mío). Enseguida tenemos que lidiar momento a mo
[1960], p. 106). El contexto es un pasaje quc contrasta un juego con riesgos mcnto con las dificultades generadas por nuestra incompetencia cultural y
realesdigamos,porejemplo,elintentodialógicodecomprenderconuna
tenemos que seguir intentando comprender. AsÍ, leer a Gadamer o a cual
aproximacióndiletante.iuorabien,fpwes"jugar"yGadamerjuegaduran
quier pensador que nos parezca textualmente difícil es una buena práctica
te páginas con esta palabra94. Pero qwjp# es apostar, derrochar, tocar una
o entrenamiento para nuestro trabajo clínico.
nota equivocada. No es necesario que menospreciemos a los traductores, pero
sí que tengamos en mente cuánto perdemos en la traducción.
HERMENÉUTicA FiLoSóFicA
Existennumerososejemplossustantivos,comoladifercnciaentreEr/có#i.j
(expcriencia de un evento) "iesa fiie realmcnte una cxperiencia!" y La hermenéutica temprana, el estudio de la interpretación y el significa
do (Hermes era el diosmensajero en la antigua Grecia), era un conjunto
"TJvc'/n()debcsorprcndcrqucconims{criondadscmosm5{lca{'`icr{ltic`.mcli.tiii..cpt(}(1c1("jucgos
dc rcgla§ y prái`tic`as para intcrpretar tcxto§, origimlmcnte textos bi'blicos.
dclcnw`iüjc .tc Wittgcmtcin.
6. HansGeorg Gadamer 115
Petisar la Práctii:a Clínica
114
Decimos quc "conducimos" una conversación, pero, mientras más genui
Fricdrich Schleicrmacher (17681834), el corajudo gigante dc la hermenéu
na es ésta, menos se encuentra su conducción dentro de la voluntad de
tica romántica (Schleiermacher y Frank, 1977), distinguió entre una práctica
alguno de los compañeros. Por ende, una conversación genuina nunca es
hermenéutica menos rigurosa basada en el supuesto de la comprensión, y un
aquella que deseábamos conducir. Más bien, generalmente es más acerta
trabajo más exigente de toda una vida: "Existe una práctica más rigurosa del
do decir que caemos en una conversación o incluso que nos involucramos
artcdelacomprensiónqueestábasadaenelsupuestodequeelmalentendido
en ella. La forma €n la que una palabra sigue a la otra, tomando la con
seproducecomoalgoinevitabley,así,1acomprensióntienequeserdeseaday
versación sus propios giros y Uegando a su propia conclusión, bien puede
buscada en todo momento" (p.110). Además, Schleiermacher extendió la in
conducirse de algún modo, pero quienes convcrsan son mucho menos sus
vestigaciónhermenéuticamásalládelateologíahacialacomprensióndetodo
lídcres que los hderados. Nadie sabe de antemano qué "resultará" de una
tcxto, afirmando que tanto los recursos textualcs como los recursos psicológi
conversación. La comprensión o su fracaso es como un evento que nos
cos ayudaban a la hora de descubrir la intención del autor.
ocurre. (p. 383).
WilhelmDilthey(1833~1911),quiendioelsiguientegranpasoenlaher
menéutica, era conocido por su distinción entre jv4Í#7.tü!.5fcmcÁ4//c# (ciencias
Nótese que Gadamer hace rcferencia a los interlocutores en un diálogo como
naturales) y Gc!.j/cjt".ffemcÁ4/Íc# (ciencias sociales y humanidades). Contrastó "compañeros" o como "nosotros", no como individuos. Para él, el concepto de
sus métodos: el primero basado en la explicación mecanicista; el segundo en
individualidad parecía representar una reversión individualista a la hermenéu
la hermenéutica, el intento por comprender a través de la contextualización.
tica romántica con sus intentos de entrar en la mente del autor. "No inten
Pero estos no eran meramente dos enfoqucs de la misma temática. En cam
tamos trasponemos hacia la mente del autor sino que... intentamos traspo
bio,pensóquelasjv4/wqüi.5fmcóo/Í~estudianlacausalidad,mientrasque[as
nernos hacia la perspectiva dentro de la cual ha conformado sus puntos de
Gc!.£fefqüf.Jfcn#ó4/Zc# estudian tcxtos, cultura§ e historia., en breve, las ciencias
vista. . . tratamos de comprender cómo lo que está diciendo pudiera ser correc
sociales y humanidades rcquerían de la hermenéutica. Para Dilthey, la her
to" (p. 292). La comprcnsión, escribió, "no se basa cn trasponerse uno mismo
menéutica no involucraba un intcnto por leer la mente del autor mcdiante
hacia otra persona. . . Comprendcr lo que una persona afirma es. . .11egar a un
la Eí.#PW% (empatía), sino más bien a través del colocar lo que fiiera que
entendimiento sobre el asunto en cuestión, no 11egar al interior de otra perso
necesitaba comprensión en su contexto histórico. Lc encontramos sentido al
na y revivir su experiencia" (p. 383). En un diálogo genuino, las personas in
asunto en cuestión al verlo como parte de una totalidad más amplia, esto es,
tentan convencer al otro pero también siempre cscuchan con la expectativa de
en su coherencia histórica, de modo similar a cómo un psicoanalista inten
que el otro les puede enseñar algo. Bajo esta condición, la comprensión puede
ta entender a través de la contextualización. Dilthcy qucría explicar "cómo la
emerger en el juego de la conversación. De nuevo,
vida intema de uno se entretejc en una continuidad" (Gadamcr,1961 [1960],
p.223).ParaDilthey,"lavidaylahistoriatiencnunsignificadoaligualquelas La hermenéutica es dz'c K##Íf 4Ícr %rJÁÁ`#dí.gzi#g il arte de llegar a un
letras de una palabra" (Gadamer,1991 [1960], p. 231).
entendimientode algo con algo. .. Este "11egar a un entendimicnto" de
A Gadamer lc parecieron deficientes tanto la hermcnéutica de
nuestras situaciones prácticas y de lo que debemos hacer en ellas no es
Schleicrmacher Jcmasiado subjetivista con su búsqueda dc la mente del
monológico; más bien, tiene el carácter``de una conversación. Estamos li
autor como la hermenéutica dc Dilthey: "Sc suponía que la conciencia his
diando uno con el otro. Nuestra forma humana de vida tiene un carác
tórica se elevaría por encima dc su propia relatividad de una manera que po
ter de "yo y tú" y también un carácter de "nosotros". En nuestros asuntos
sibilitara la objetividad en las ciencias humanas" (Gadamer, 1961 [1960], p.
prácticos, dependemos de nuestra habilidad para llegar a un entendimien
234)95. A manos de Gadamer, en cambio, la hermenéutica se convirtió en el
to. Y llegar a un entendimiento es algo que ocurre en la conversación, en
proceso dialógico dc comprender en el cual lo que emcrge de la conversación un diá]ogo. (Gadamer, 2001, p. 79).
es algo único e inesperado:
Para Gadamer, la práctica de la conversación tenía el tipo de prioridad que
"AligualqiicMcrlcauPontyyWittgcn§tcin,GadamcrescribióungTanlibri),y.rd4dym¿Wo(1991
tcnía para Sócratcs (Gadamcr, 1961 [1960], pp. 361362), quc la inclusión
11960]).
6. HansGeorg Gadamer
Pensar la Práctica Clínica 117
116
fiiertemente autoritaria a partir de su identificación con la profesión médicay8.
dialógica tenía para Buber, que la necesidad del vecino tenía para Levinas y
El médico o psicoanalista es el que sabe y cuyas órdenes tienen que obede
que la conversación tiene para el psicoanálisis humanista y las psicoterapias cerse. Al igual que el paciente médico que "no observa las recomendaciones
humanistas. Pero la conversación o diálogo tiene una doble fiinción. Aunque
del médico", el paciente psicoanalítico o psicoterapéutico "resistente" puede
está orientada hacia un mayor entendimiento ( yer£¿ó#d¡.g##g), su proceso in
rehusar acostarsc en el diván, a seguir la regla fiindamental (decir % lo que
quieta (Davey, 2006), perturba y descoloca nuestros puritos de vista previos y viene a la mente) y a aceptar la ausencia de todo involucramiento personal
convicciones ya asentadas.
con el analista (no gratificar los deseos instintivos). De manera similar, po
demos atribuirle "reacciones terapéuticas negativas", "personalidad limítrofe"
LA PRÁCTICA HERMENÉUTICA COMO CRÍTICA
(Brandchaft y Stolorow,1990) o "inautenticidad" a un paciente que protesta
en contra del cstilo confrontacional de partc del psicoanálisis contemporáneo
La heimenéutica filosófica de HansGeorg Gadamer puede cumplir, a mi pa
o de la terapia gestáltica clásica. m pacicnte necesita ser confrontado con los
recer, una dob[e fiinción para el psicoanálisis y otras formas humanistas dc
contenidos agresivos o transgresivos de su mente inconsciente.
psicoterapia:críticayconstructiva.Parateóricosdelaéticadelajusticiacomo Recientemente, sin embargo, varias influencias han convergido para apo
Habermas%, los aspectos críticos del trabajo de Gadamer muchas veces han
yar la emergencia de un conjunto de formas relacionales de psicoanálisis y
parecido ser invisibles; para un psicoanalista postfreudíano, por otro lado, la
psicoterapia, en particular en Estados Unidos: el estudio de la investigación
hermenéutica filosófica constituye una crítica amplia y radical de la id€ología,
deinfantesylateoríadelapego;lainsatisfacciónconelestrechorangodepa
de la teoría y práctica tradicional.
cientes tratables en las formas prescritas; el abrazar el pragmatismo filosófico
Sus características centrales incluyen:
(Sullivan,1953, p. 309); un involuci.amiento con la fenomenología europea; y
cada vez más un interés en las tcorias de los sist€mas autoorganizadores com
a) cl rechazo gadameriario de todas las formas de comunicación autoritaria
plejos. A estas influencias yo agregaría una silenciosa aunque, no obstante,
(mientrasquealavezsereconocelaautoridadlegítimadelatradición);
poderosa scnsibilidad derivada de la hcrmenéutica filosófica de Gadamer,
b) un desenmascaramiento de las pretensiones de la expertícia interpretativa,
cuya práctica encarna el rechazo de las teorías autoritarias y de las formas au
descartando nociones de la empatía como leer la mente del autor o pa
toritarias dc vinculación, al tiempo que abraza la conversación (Gcf4njic6).
ciente;
Un segundo aspecto, aunque crucialmente relacionado con la cri'tica, es el
c) una teoría de la comprensión emergente y quc se autocorrige.
hecho de que Gadamer deshacc la autoridad interpretativa del experto, quien
cs el que descubre los contenidos mentales y motivaciones del autor o pacien
Estas formas de crítica, útiles para el pensamiento psicoanalítico, mues
te. En el psicoanálisis incluyendo algunas formas contemporáneas mu
tran que la filosofía de Gadamer contiene elemcntos críticos y autocuestiona
chos han creído posible y deseablc /c# /a %cn# 4lc/Pm.% por medio de la
dores importantes y que, por ende, es capaz de resistir el desafio de ser "exce
cmpati'a (Ez.#£ó/##g). Gadamcr no queri'a saber nada de esto. Pero la idea de
sivamente conservadora" (Warnke, 1987). Consideremos estas características
que podemos saber lo que el otro piensa y desea sin una conversación aún
críticas una por una.
sobrevivc, en mi opinión, en algunas formas de ética de la justicia inspirada
En primer lugar, el psicoanálisis, en especial tal como cs practicado en
cn Kant, donde se nos pide que nos imaginemos dentro de la "situación ini
Estados Unidos (Hale, 1995) aunque no sólo allí97, absorbió una coloración
cial" (Rawls, 1971) o hacia la situación cmancipatoria ideal (Hab€rmas, 1984
[1981]). Ya sca que se estén considerando arreglos éticos poh'ticos en la socie
9Ó Para Habermas, la convcrsación quc recibe forma por partc dc la tradición ofrccía garantías insufi
dadoseintentecomprenderalotroentérminosterapéuticos,unacríticagad
cientes contra [a rcpetición dc los horrores quc la ideología había creado cn el siglo X. Ver Warnkc ameriana tiene lugar en un compromiso efectivo c históricamente situado con
(1987).
" Tanto la tradicióii kleiniam, piicsta en práctica espccialmcnm cn Euroi)a y América La{iiia, corno " Pbd[/a habcr sido tllsiiiit.), Frciid cstudió cinco cursos ct)n cl protofentimcnólogo Fran7 Brcn.an() y,
la tradición lai`anianL prac.icada principalmcflft cn Francia, ct)mpartcn csc .t)no Vw F.ti`hcg." i.uand() cra jwcn, .i`icríw Hcr iinil.cm}i dc filo8()Íia (HcrrJi#,1988)
('991).
Pen§ar la Práctica Clínica 6. HansGcorg Gadamcr
119
118
RECURSOS CONSTRUCTIVOS PARA EL TRABA]O CLÍNICO
el oti.o al cual escuchamos y con el cual conversamos. Lo que escuchamos a
menudo constituirá un desafio a o una crítica de nuestras ideas preconcebidas.
Además, la hcrmenéutica gadamcriana constituye un recurso intelectual e ins
Cada vez que un paciente me dice: "No, e§o no es exactamente lo que quise
pirador importante para aqueuas formas de psicoanálisis que sobreviven a la
decir. Es más como. . .", la crítica ya está en acción.
cri'tica esbozada más arriba. Esta hermenéutica enseña al clínico a:
Una tercera forma de crítica gadameriana es la tcoría dc la verdad emer
• contemplar al paciente en la situación dialógica como fiente importante
gcnteapartirdelinterjuegodclaconversación:tdcomoseafirmóarriba,"una de verdad,
conversación genuina nunca es aquella que deseábamos conducir. Más bien,
• tomarse en serio los contextos del desarrollo y los contextos culturales y
en general, es más correcto decir que caemos en conversación o incluso que
• adoptar una actitud de juego serio que arriesga la vida y convicciones emo
nos involuci.amos en ésta" (Gadamer,1991 [1960], p. 383). Este proceso ticne
cionales del clínico en busca de un posible entendimiento.
una cualidad autocorrectora que recuei.da el relato que Pcii.cc (1960) hizo de
¿Por qué importa esta inspiración? ¿0 es la cri'tica suficicnte? Con indc
la investigación autocorrectora en el seno de una comunidad de estudiosos
pendencia de su importancia, las teoría§ formales de la justicia como aquenas
(Vol. 5, p.189). Pienso que la fiinción crítica está incorporada de modo iml
deHabermasyRawlstienenqueequilibrarseconloqueStanleyCaven(1990)
portante en la idea de la comprensión emergente en el diálogo de Gadamcr. denomina una ética "perfeccionista", esto cs, con algún tipo de idea acerca del
Su fJor¡.zo#ftwícÁmc/zwng (fiisión de horizontes) ocurre sólo si ambos inter
tipo dc vida humana conjunta que cs posib]e y buena. El trabajo psicoanalí
locutores cstán dispuestos a arriesgar sus prejuicios, principios organizadores
tico y psicoterapéutico descansa en términos de su legitimidad e inspiración,
(Stolorow ~ ¢/.,1987), conviccion:s emocionales (Orangc,1995) o, tal como
al menos imph'citamente, en tales ideas del bien humano. No sólo el yotú
Gadamermismolasllamó,nucstras"cxpectativasquchayquecumplir".Juntos
\ de Martin Buber (1970 [1923]) y el roscro del Otro (4#/rz#.) de Emmanuel
podcmosencontrarunacomprensiónprovisional,dmenosunmomentoenel Levinas (1969 [1961]), sino también la filosofía de la %rf¿¿#d!.gw#g de Hans
cual nuestras perspectivas sobre el a§unto en discusión (d!.c S4c4c) §e sobrepo
Gcorg Gadamer puede proporcionarnos csta inspiración.
nen. Táles momentos inestables y abiertos de fJor!.zo#"mcómc/2;#ng actúan
Una 4c¿Í./#d hermenéutica ofrece un rico recurso para la teoría y práctica
comomarcadoresparaeldiálogocontinuado.Lahermcnéuticadclaconfian
psicoterapéuticasypsicoanalíticascontemporáneas.Enprimerlugar,Gadamer
za,comoalgoopucstoala"hermenéuticadelasospecha"queBicoeur(1970)
muchas veces recomcndó que nos aproximemos a cada conversación teniendo
atribuyóaMarxyFreud,rcquiereunpsicoanálisisyunapsicoterapianoauto
la esperanza y la expectativa de aprender algo de nuestro interlocutor. m ac
ritariaynoideológica,prcparadapararecibiralotrocnunaconversación.
titud coloca al otro, si no por encima de mí mismo (Levmas, 1969 [1961]),
Podría argumentarse quc cada vez que iniciamos una convcrsación existe
al menos como un igual en la búsqueda de verdad y comprensión. Aunque
una crítica implícita de lo que ambos participantes han dado previamente por
algunos podrían afirmar que Gadamer subestimó las relaciones de poder en
scntado. Nada Hea ideología o convicción emocional sobrevive intacto al
su hermenéutica dialógica, me parece que prccisamente se negó a contemplar
diálogo interpretativo. Esto es particularmen{e evidente en el trabajo clínico,
todalavinculaciónhumanaentérminosdedominaciónysumisión.Noesque
dondc una cxploración en curso de los "hechos" o las "verdades emociomles"
los intcrlocutoi.es no hagan el intento de convencer al otro, pero cada uno al
sostenidas con antcrioridad gencra disrupción. El trabajo modcsto y paciente
mi§mo tiempo pcrmanece disponible para jcr co#Üc##.do, al menos en parte,
en un espíritu hermenéutico puede, me parece, transformar mundos devasta
por el otro. En un psicoanálisis diaro}gico o una psicoterapia dialógica, ningu
dos de vida en posibilidades de comprcnsión compartida. De manera recípro
no de los participantcs emerge sin ser cambiado. Ninguno de los dos es un "al
ca, tal trabajo psicoanalítico informado por la hermenéutica constituye parte
guien" cuyo estatus o categoría cs creado al "ninguncar" al otro (F`uller, 2006).
de la evidencia para las po§ibilidades críticas cn el interior de la hcrmcnéu+
Un segundo aspecto útil es la insistencia de Gadamer en que toda com
tica filosófica dc Gadamer. Un hermencuta psicoanalítico, sicmpre dispucsto
a aprcnder del otro, vive una crítica emancipatoria: "La tarca dc llevar a las prcnsión cstá históricamente situada o, tal como diríamos lo§ clínicos, condi
cionada en términos del desarrollo. Para él, al igual quc para Heidegger joven,
per§onas a una comprensión dc sí mismas pucdc ayudarnos a alcanzar nucs
h tcmporalidad y el enraizamiento en la hi§toria y en la cultura se encuentran
tra libcrtad en rclación con todo lo quc nos ha tomado sin cucstionamicnto"
en un primcr plano y son includiblcs. El trabajo innovador de Heidcgger, Sci.#
(Gadamcr,1982, pp.149150).
Pensar la Práctica Clínica 6. HansGeorg Gadamer
120 121
capacidad de relacionarnos. Sólo
zm¿ Zc¿r (Scrj/ ¢¿c#o,1962), emergió de su intento de rearticular la p47"cj¢f
(inteligencia práctica) concretamente situada de Aristóteles, en el seno de la
i±±uego±a Qío_ntgxtosp2±d_eloscualesnopodemT6lsliE>e=
odemos comprender desde el interior del
cualidad temporalmente situada inescapáble del ser humano (D#.7z). Sería rarnos del todo.
ca§i correcto aseverar que el joven Heidegger concibió el ser co% temporáli Al trabajar en Nueva York, a menudo me encuentro con pacientes cuyo
ddad, ser es ser en el tiempo (zcáf/ícó). sentido de pérdida y dolor, diagnosticado médicamente como "depresión clí
De modo similar, la filosofía dialógica de Gadamer (1980) se desajTolló nica", parece sobrepasar cualquier relato que la persona puede dar del origen
a partir de una "conversación" muy larga con los griegos, especialmente con del dolor. Sólo cuando comienzo a preguntarme en voz alta acerca de las pér
Platón. Para Gadamer, la tradición es la condición para la posibilidad de com didas que han estado en las sombras de la vida de las familias de esos pa
cientes es que escucho sobre las pérdidas de familias enteras en la SÁo4Á o
prender o interpretar cualquier cosa, tal como para la mayoría de los psicoa
nalistas la histori.a del desarrollo expresada de modo explícito o no es sobre los sobrevivicntes de campos de concentración. Cada persona que sufre,
indispensable para la comprensión, restauración y desarrollo. Para compren lo hace en múltiples contextos quc le proporcionan a la dificultad actualgp¥
der un texto o una persona, los hermeneutas y psicoanalistas se muestran de ±:=is±i±S±±Lo Sedimentación para MerleauPonty, memoria para Levinas,
acuerdo, equivale a comprender cómo ese texto o esa persona sea paciente wirhungsgescbicbtlicbesBewusstseinpaiaGadí+me;r.
o terapeuta emergió en el seno de contextos, culturas o tradiciones vivas. Supongamos, por ejemplo, que un hermeneuta terapéutico se encuentra
Tál arraigamiento es primordial e inevitable. En la medida en que el diálogo con un paciente que ha sido incapaz de recuperarsc de la pérdida de una pa
hermenéutico siempre hace entrar el trasfondo de prejuicio y tradición que reja, hace 2 años. Siendo un talentoso abogado joven, una estrella en asccnso
todos los participantes traen a la conversación, Gadamer (1976) visualizó cse que a todas luces ha tenido todas las ventajas posibles en términos de apoyo
trasfondo como la condición de la posibilidad de comprender cualquier cosa: parental y educación, es incapaz de entender su continuo dolor y depresión.
Una dificultad adicional era su tendencia a entrar en estados profindos y de
No son tanto nuestros juicios como nuestros pr:juicio§ los que consti presivos de vergüenza y odio a sí mismo ante el más pequeño atisbo o amena
uyen nuestro ser... el concepto de prejuicio no tenía originalmente el za de fracaso o dcficiencia en el trabajo o con sus amistades. Pensaba que las
significado que le hemos atribuido. Los prejuicios no son necesariamente circunstancias significativas habían sido la naturaleza repentina y no explicada
injustificados y erróneos, de modo que inevitablemente distorsionan la de la ruptura y la necesidad continua de ver al otro perdido todos los días en
verdad. De hecho, la historicidad de nuestra existencia implica que los el trabajo. Después de algún tiempo explorando las interpretaciones que el
mismo paciente teni`a de su dificultad, su terapeuta le preguntó si acaso existía
prejuicios, en el sentido literal de la palabra, constituyen la direcciona
li.dad esencial de toda nuestra capacidad de experiencia. Los oreiuicios una historia de pérdida en la familia. Y claro, a lo largo de los últimos 3 años,
os de nuestra a ertura al mundo. Son simplemente condiciones se habían producido las muertes de 3 abuelos. Dos de estos abuelos habían vi
a través de las cuales experimentamos algo con lo cual aquello que nos vido con la familia del paciente durante largos pcríodos. La analista, también
encontramos nos dice algo. Esta formulación por cierto no significa que sensible a las pérdidas por sus propias razones e inclinada a experimentarlas
estamos encerrados por una pared de prejuicios y que sólo dejamos pasar como rechazos humillantes, entonces preguntó si habi'a algo más que contar
aquellas cosas por los estrechos portales que pueden generar el paso que acerca de los abuelos. Resultó quc los cuatro abuelos eran sobrevivientes de la
afirma, "nada nuevo será dicho aquí". En cambio, recibimos sólo a aquel Sóo#Á, que se habi'an fiigado o que~casi habían muei.to en campos de conccn
invitado quc le promete algo nuevo a nuestra curiosidad. (p. 9). tración. Todos habían sido exti.cmadamente reticentcs a hablar de sus expe
riencias, de modo que la cultura de la familia extensa, así como la cultura del
Siempre estamos inmersos en la historia, en el qüz'rÁ##grgcíc4z.có//z.cÁef :`mado hogar, incluía (a) un fiierte mandato a no hablar de los dolores; (b) 1a
Bc"#jf/rcz.# (conciericia de efectividad histórica)99, en la temporalidad y en la scnsacióndequecualquierapodríasersecuestradoviolentamenteencualquier
momcnto; y (c) un sentido, común en familias que han sufrido pérdidas de
v:mtacloras, de q`ic lt)s nii~i(ts ticncn quc ser más que perfectos para compcnsi"
"JcmCirori{liti(2003)tm(lwtu/r{wJK\Kcw`óMA//H/".Bf"//í¡ftt'JncoiTio"iiii.`(`oiit.icnii.`(]t``ir.`fc{`tii(Io
los hori.or..s y p.'`r(litl.``s ini.xpr.`8`ltlc`.
',,,r '., l,i ,,,, r,.r (',, H).
122 Pensar la Prll[tica Clínica 6. HansGeorg Gadamer
123
Tri trabajo dialógico poco dramático y hermcnéuticamente sensible ha tomar lo que es más difi'cil de entcnder n un sueño, en la autodcscripción
dado a este paciente un sentido de la forma de su mundo experiencial con sus ohistoriadelpaciente,enunainteracciónpacienteanalistaparticularcomo
lugares embrujados y horrores inminentes. Desde luego que no hemos hecho piezacentraldeinvestigación.Entenderestefocoamenudonospuedeayudar
más que empezar. a comprcnder otras partes del cuadro total. Lo que emerge de una conversa
En tercer lugar, una sensibilidad hermenéutica contribuye al pensamiento ción compartida puede ser una articulación relativamente clara, aunque quizás
clínico, lo que en la actualidad podríamos llamar una perspectiva de sistemas. previamentc insospechada, de las convicciones emocionales más básicas (11a
Mitcheu (1988) y muchos otros psicoanalistas relacionales insisten en que el madas en la teoría de los sistemas intersubjetivos "principios organizadores" y
analista nunca está separado de la realidad que se está considerando, esto es, en Gadamer las "cxpectativas que hay que cumplir" [Grondin, 2002 [1999]]
las dificultades del paciente. No sólo entendemos siemprc a través de nuestra que estructuran el mundo psicológico o mundo de vida de una persona]°°).
Una paciente poco dramática, a pesar de su apai.ente éxito profesional y
propia historia emocional situada y nuestras teorías, sino que nuestro involu
cramiento situado también confiere formas y participa en esta "realidad que social, se sicnte deprimida, inquietantemente sola en los momentos de mayor
se está considcrando", csto es, las dificultades del paciente. Las dificultadcs éxito. Los demás trozos de la historia de vida pareccn interpretarse a sí mis
inmediatamente se convierten no sólo en tus dificultades o mis dificultaáes mos más bien con facilidad tal vez con demasiada facilidad. Esta dcscon
(nunca ausentes de los procesos de comprender), sino también en #z¿gí/rflj di cei.tante disparidad, aunque experimentada con menor frccuencia que las di
ficultades. Por lo tanto, una aproximación hermenéutica a la comprensión en ficultades más cotidiams, es lo que más nos cuesta comprender. Así entonccs,
caja perfectamente con la mayor parte de los enfoques relacionales del psicoa decidimos juntas convertir este rompecabczas en el centro de nuestra explo
nálisis, incluyendo el trabajo en torno a los sistemas intersubjetivos (Atwood y ración. Después de mucho reflexionar cn conjunto, mucho jugar con factores
Stolorow,1984; Orange f]/ &/.,1997; Stolorow €/ a/., 2002). posiblemente relacionados, muchas hipótesis descartadas, podcmos encontrar
Existen contribuciones adicionales. La hermenéutica encaja con facilidad un fiierte sentido compartido, de que esta paciente desde hace mucho tiempo
con uiia fenomenología descriptiva en el psicoanálisis que evita las etiquctas ha sentido profiindamentc que conseguir atención pública significari'a perder
diagnósticas y las categorías reduccionistas. Su atención a la precomprensión sus más importantes apegos y que, por ende, cstaría dcsesperada e irremedia
o las preconcepciones para Gadamer, prejuicios nos mantiene cerca de la blemente sola. 0 quizás si alguna vez brillara más que la esti.ella o cl genio
experiencia del paciente. Antes de llamar al pacicnte limítrofe, manipulador, designado por la familia, esto es, si emergiera de manera momentánea de su
sádico o utilizando identificación proyectiva, podemos preguntarnos por qué rol asignado de Ccnicienta, perdcría cualquicr mundo relacional que tiene. 0
neccsitamos hacer uso de tales etiquetas c intcntar entender junto al paciente tal vez nos encontramos con que, habiendo crccido con padres menos inte
cualquier experiencia que esté en cuestión 1a tuya, la mía o la nuestra pa 1igentes o menos exitosos, esta persona siempre ha percibido cualquier éxito
sada, presente y fiitura. En un espíritu fálibilista, podemos ser lentos a la hora como señal de que no es realmente humana o que no es parte de estas pcrso
dc cerrar posibilidadcs de comprensión; estar dispuestos a sostener nuestras nas o de algún otro lugar. Y así sucesivamente. La tarea hermenéutica es bus
car juntos tomando como interrogante central lo que sca más desconcertante
percepciones,opinionesylenguajeteóricoconligereza;ypreparadosparadejar
o sorprendente para una comprensión que entonces nos permitc organizar
que la exploración descanse cuando el pacicnte dice que por ahora la compren
sión es suficientemente provechosa. En otras palabras, trabajamos como com nuestra comprensión de todo lo dcmás que consideramos juntos (elaboración).
No afirmamos que el mundo exí)ériencial que nosotros (analista y paciente)
pañero§ en la búsqueda de comprensión, pero no como autoridad que afirma
buscamos cntender es creado por completo por nosotros ni que precxistc por
que se ha alcanzado el punto final (pulsiones freudianas/kleinianas, la agresión
del paciente o c/ significado de un "delirio" o un síntoma o un sueño). Los her completo (una "condición preexistentc") a nuestro intento por entendcrlo. Por
meneutas, reconociendo que nuestra propia comprensión está severamente li
'"Estcproccso§igucalaconcicnciadcl"círculohemcnéutico"rcconocidohaceticmpo(Schleicrma
mitada (Davey, 2006), nos negamos a insistir en nuestro punto de vista. "Muy
chci,1998), cn cl cú la to.alidad pucdc sólo cntcndcr§c a través dc las partes y las partes a través de
bien", le respondemos al paciente que disiente, "cuéntamc qué tc parece a ti".
h .o.alidad. Gadamcr, quc vio quc cl cíi.culo no iicccsa[iamcntc .cnía quc sci vicioso, lo mintc.prctó
Otra ventaja de una sensibilidad hermcnéutica cn el trabajo psicoterapéu comoalgoqucc()nBiMdcl..`i(»yaubro,másengcncral,dccompañcroscndiílogoqucBciicccsi(.n
tico, y quc muchas veccs provcc un foco útil, c§ cl conscjo hcrmcnéutico dc mum.mcn.c.
Pen5ar la Prá[lica Clínica 6. HansGcorg Gadamer
124 125
lo general, en mi experiencia, la sensación es más de descubrimiento de lo §ugieren que existe algo que entender y que ese algo tiene sus propias afirma
ine§perado (iajá, de modo que eso es/era el problema!); más un cambio en la ciones respecto de nosotros que buscamos comprensión. Advertir y reconocer
nuestros supuestos en el seno de la conversación terapéutica es el comienzo
gestalt, que de la satisfacción que se tiene frente a una creación completamen
te nuevat°[. "Toda experiencia digna de ese nombre desbarata una expectatíva" del cambio.
El grave intento de suicidio de un paciente, junto con su idea de que se
(Gadamer,1991 [1960], p. 356)102.
Este último aspecto se cambio de la gestalt que Gadamer llama una trató de un intento desesperado de llamar la atención de sus padres hacia
fiisión de horizontes hace referencia al problema de la eficacia terapéutica el impacto dc 4 años de abuso por parte del cura local, está clamando por
del psicoanálisis y la psicoterapia y provee una alternativa al "postmodernis comprensión dentro de alguna comunidad y por un testigo comprensivo que
mo" constructivista actualmente en boga (Hoffman, 2001). Tál como sugeri permita emerger sus significados en el diálogo. Cuando finalmente enc:ontró
mos en un trabajo reciente sobre una metáfora horizontal para la inconscien suficiente apoyo para contarle a sus padres, las únicas palabras de éstos fiieron:
"No te creemos". El intento de suicidio tuvo lugar a continuación. Podríamos
cia (Stolorow # &/., 2002), la experiencia relacional de la recontextualización y
reorganizacióndelaexperienciaemocional(elencontrarjuntos,amenudo,en decir que esta familia había coconstruido un sistema en el cual al paciente
el contexto del involucramiento emocional, una experiencia de un apego su le parecía poco seguro pedir protección. 0 podríamos decir que (después) e|
ficientemente bueno, convicciones emocionales organizadoras insospechadas) análisis construyó toda esta historia y en cierto sentido no estari'amos equivo_
cados. Pero tal discurso sobre la construcción, desde mi punto de vista, tiende
puedeconvertirseenalgoprofimdamentesanadoryabrirnuevasposibilidades
en un mundo de vida. La comprensión emerge a partir del mundo dialógico a distanciar a los clínicos de la violencia que han sufrido nuestros pacientes y,
dentro del cual jugamos con posibles significados ("verdadcomocompren por ende, nos protege de sentir con ellos. Nos convertimos en una versión más
siónposible", Frank, 1992) mientras que el proceso mismo, tanto desrigidi apacible de los padres que no validan, en esta historia, y nuestra actitud de
za expectativas demasiado estructuradas muchas veces generadas a raíz de distanciamiento puede retraumatizar al paciente.
traumas como crea espacio para posibilidades emergentes. En consecucn De modo similar, George Atwood relata una historia de sus años de tra
cia, la experiencia cotidiana del trabajo psicoanalítico las luchas por com bajo con pacientes internados y diagnosticados como esquizofrénicos. La
prender, los malentendidos necesarios para la comprensión, la ampliación del paciente y su terapeuta estaban un día caminando en el terreno del hospitai,
cambio más allá de las áreas discutidas de modo explícito en el análisis o la cuando ella señaló que, detrás de un árbol cercano, merodeaba un fantasma
terapia, todo esto tiene sentido en términos hermenéuticos. (Orange, 2009c). En la conferencia del caso clínico, se le dijo que él debía
Es verdad que el proceso de comprender crea, pero no c# #g.Á¡./o. La com Uevar a la paciente hacia el árbol, dar una vuelta alrededor de éste con e||a y
decir: "Mira, ino hay fantasma!". En cambio, él había mirado detenidamente a
prensióndifieredelosprocesosdeconstrucciónydeconstrucción.mcomola
tradición francesa ha visto con claridad, lo que se construye siempre se puede la pacientc y afirmó: "Yo creo en los fantasmas" y procedió a implicarla en una
dcconstruir siendo visualizado como arbitrario o como menos que inevitable. convcrsación sobre este fantasma en particular y su lugar en el mundo de eua
Y sí, los procesos de comprensión en el psicoanálisis por lo común nos llevan y en el mundo que habitaban juntos. De nuevo, "No intentamos trasponernos
a concebir como incuestionable lo que siempre habíamos considerado como hacia la mente del autor sino que... ritentamos trasponcrnos hacia la pers
verdades ciertas e internas por ejemplo, nuestra propia fálta de valor o £h pectiva dentro de la cual ha formado sus puntos de vista. . . intentamos com
ta de importancia frente a los otros. En principio, no sólo estas convicciones prender cómo aquello que está diciendo podría ser verdad» (Gadamer, |99i
emocionales de fondo sino también los significados que "descubrimos"juntos [1960], p. 292).
En cambio, una práctica y una actitud hermenéuticas, es tomar en serio io
podrían ser distintos. No obstante, las idcas de comprensión e interpretación
que mi paciente dice (no necesariamente de modo literal) y hacer el intento
de encontrarle scntido juntos. Si, en lugar de ello, enfrento el tcrror y la con_
1°1 Ver también Buber sobre la sorpresa, Capítulo 2.
fusión di` mi ii:it`icnti. t`ttn `in..` actitud deconstructiva distanciada]°3, me parece
'°2 Dc hecho. esta scnsación probablemcnte explica en partc m prefcrcncia p(w h hcrmcnúuiica en vcz
del p"`oanálisis .`onstructivista Ver Orangc (2009c), (1oi`dc hc clc`nrroH.ido i``tc (`iii`tr.`" " i`i.`is
(1(.'1.'11'''`''1.
lh."",.`.,+,," 11, , ,",l"l ,, (I'"Iw),I"r".(Il,l.,'"."""."l" ,., (,„i"
Peri5ar la Práctica Clínica 6. HansGeorg Gadamer
126 127
el proceso dialógico de pasar por la situación junto al otro (Gadamer, 1991
que puedo haber abandonado a mi paciente. Entonces he preferido, al estilo
constructivista (Hackmg,1999), lo que Ricoeur (1970) denominó "hermenéu [1960]) y el 11egaruunentendimiento (%rííá.#dz.gz"g). Encontramos senti
tica de la sospecha" y de la cual Gadamer no quería formar parte. A mí me do juntos (Buirski y Haglund, 2001) del aprieto emocional del paciente den
tro del sistema relacional que experimentamos juntos y, gradualmente, este
parece que escoger pasarporlasituación junto al paciente en la búsqueda de
comprensión, ayuda a sostener un trabajo ch'nico compasivo. mundo compartido cambia. Una actitud compasiva, que no siempre ticne que
parecer suave o amable en efecto, en ocasiones puede desafiar o contrade
COMPRENslóN Y COMPAslóN
\ cir o introducir perspectivas alternativas, posibilita formas hasta entonces
desconocidas e imposibles de experiencia. De la misma manera, un herme
neuta que escucha puede tratar energéticamente de convencer al interlocutor
Pienso que una práctica terapéutica que es sensible a la complejidad y al con
texto estará caracterizada por la compasión'°4, una sensibilidad que para mí (Gadamer, 2003). Pero las formas implícitas y exph'cita§ de participación en el
se expresa de la mejor manera en términos hermenéuticos. Compázf z.o'#, una sufrimiento del paciente crean un mundo de compasión que trae consigo nue
vas posibilidades experienciales. No obstante, esta participación hermenéutica
palabra que rara vez aparcce en la literatura psicoanalítica]°5, es una palabra
con resonancias que provienen de su uso en muchos discursos y juegosde es una manera de cífzrcon, no una fórmula o técnica (Orange c¿ ¢/., 1997)
lenguaje. En el inglés cotidiano, compasión muchas veces connota lástima o para ¿czw trabajo clínico. Allí donde había indiferencia, humiuación, rechazo,
simpatía y, por ende, para los psicoanalistas pudiera connotar el ser amable pérdida demoledora, etc., la comprensión terapéutica compasiva no reemplaza
con los pacientes que a menudo se atribuye desdeñosamente a la psicología o sana simplemente al proporcionar de modo intencional una nueva experien
del símismo. Para el psicoanálisis relacional, sin embargo, incluyendo la teo cia. En cambio, al tratar a una persona como alguien infinitamente digno de
ría de los sistemas intersubjetivos y algunas versiones contemporáneas de la comprensión, considerando su sufrimiento como algo que vale la pena sufrir
psicología del símismo, la compasión podría tener cabida en el respetable juntos, una actitud de compasión afirma de modo implícito el valor humano
discurso teórico y clínico. La mayoría de los analistas sigue refiriéndose a los delpaciente.Larelaciónpsicoanah'ticaopsicoterapéuticapuedeotorgaralpa
analizados como pacientes ¢¢ft.or, sufrir, padecer). El paciente es alguien que ciente, a menudo por primera vez, la dignidad de ser tratado como el sujeto de
sufre, alguien que soporta lo que se siente como algo insoportable. La com su propia experiencia.
Loshermeneutaspsicoanalíticosypsicoterapéuticosvenamuchospacien
pasión (cow?fl/¢.or), entonces, es ctimológicamente un sufrircon, un soportar
tes que, debido a su experiencia previa en la vida y en el tratamiento, consultan
juntosioó.
La compasión no es una técnica y aún menos una regla de la técnica; en esperando ser clasificados, enjuiciados, tratados con rigidez o explotados. Sin
cambio, es tanto proceso como actitud. En cuanto proceso, la compasión es embargo, si el analista o terapeuta no está demasiado interesado en nombrar
aproximadamente equivalente a la comprensión emocional (Orange, 1995), patologías y defensas, deconstruir o tencr razón, sino que busca sin cesar com
prender y acompañar a quien sufre, emerge un sistema interpretativo virtual.
o un rechazo de nuestra humanidad común (Gadamer). El contexto importa, {al como Wittgen§tcin Para mí, la escucha cercana y compasiva es en sí misma una importante for
nos hubiera mostrado.
ma de interpretación, disolvieHdo la dualidad interpretación/gratificación]°7,
'°4 Esta §ección rccurre a Orangc (2006).
y merece plenamente ser considerada psicoanalítica. Le dice al otro: "Vále la
]°SHeinzKohuttuvounapreocupacióncuidadosapordistinguirlaempatíadelacompasión,señalando
pena cscucharte y entenderte". Esta escucha incluye una atención a las for
que las modalidades empáticas de perccpción podían usarse de forma cruel. Sin embargo, en su último mas en las que cl mundo experiencial del paciente ha creado sufrimiento para
trabajo (Kohut, Goldberg y Stepansky,1984), empezó a preguntar por qué los sentimientos de com
éste así como para otros en la vida del paciente. Sin dejar el lado del pacien
pasión parecían ampliar su capacidad de empatía. Tiendo a pensar en la cmpatía como capacidad má§
amplia para entender otra cxpericncia emocional desdc el interior de un campo intersubjetivo. Desde te o volvcrse enjuiciador, podcmos entender cómo uno puede llegar a ser tan
mi punto de vista, la compasión es esa parte de la cmpatía que nos hacc estar dispuestos y ser capaces
de descendcr y explorar los ámbitos dantescos del sufrimiento junto al otro.
'''` A {1it.erc¡`i`i.` (li` l.n l{`r.`pi``im ge5t.ilt`icos, alcntados a "num intcrpietaf", a los psicoamlistas sc le§
'°` Tal como hcmos visto, cn `in aparente contraste Levinas describió nuestra respuesta frcnte nl §ufri
mlciitti del otrti t`.)mo ni(1ii`i`lmt`ntc ;`simétTii.a, i`cTo m pi`rccc (i`ic cl cspiíritii {" c`t.. .`oiitcxto no es
:|.:,:.(',`\`,`,':..:`,'`„`"","`,.`„H'.,`,','.",`.,l:r,':,`^`l,`,r,:'tl:(,I`I,l`l,`tt,t```|,``I,C,:;:`,.::l`.```|.::i,:t:`.dpod"'I`inlcrfmml)mhrahíopsi(`.w
'`'1\ lli`'i','`,.
128 Pensar la Práciica Cl{nica 6. HansGeorg Gadamer 129
hiriente con uno mismo y con otros. Podemos comprender la experiencia de relacional en la comprensión comprometida. Al mismo tiempo, en cuanto sa
dos lados simultáneos tan a menudo disociados de ser herido y de ser biduría práctica o ?¿ro7#jz.j a diferencia de la técnica nos mantiene hu
hiriente. Reconocer el contexto y la complejidad previene la reducción y las mildes y flexibles. Con el término£24ziro_zzcwi` tanto Aristóteles como Gadamer
actitudes enjuiciadoras y posibilita la comprensión compasiva. hicieron referencia a un tipo de sabiduría práctica aprendida (Dreyfiis, 2008)
Muchas veces los hermeneutas clínicos somos testigos de formas escanda típica del ideal humanístico de la persona sabia. En contraste con la ¢z.í/cwc
1osas de maltrato, sea el abuso de niños o adultos, desde el ¿#/¢z.#g (matonaje) (conocimiento teórico) y lajz£4zgí(saber cómo producir algo que tiene que
hasta la tortura (Orange, 1995). Pero a menudo el simple acompañamiento ser rea|izado de acuerdo a especificaciones)' |a£2!:2Zzg[áLes |a capacidad para
"pasar por la situación" que algunos contrastarían con el trabajo "analí encontrar lo correcto que hay quc hacer en una situación. Aristóteles pensaba
tico" propiamente tal y pudieran desdeñar como psicoterapia "de apoyo", se que la ética y la política y Gadamer pensaba que además todas las formas de
convierte en nuestra tarea central. Con independencia de si mi paciente sufre comprensión entre personas, textos y obras de arte necesitaban de este tipo
de una enfermedad incurable, dolorosa y debilitadora o de un cáncer termi situado de conocimiento. Este tipo de conocimiento siguc siendo, por su na
nal o ha perdido un familiar en el World Trade Center, no es necesario que turaleza, £álible y de final abierto. Para mí, la ¢Áro#cf z.j incluye para los clínicos
busque maneras en las que puedo ver a mis pacientes como construyendo o un tipo de humildad con gracia.
incluso como contribuyendo a su sufrimiento y, con ello, unirme a quienes le
dicen que lo acepte o que lo supere. A menudo, no hay forma de arreglar la si EL HUMANISMO HERMENÉUTICO DE GADAMER
tuación o de "curar" a los pacientes, de modo que terigo que aceptar mi propia
impotencia a la hora de ayudar. Simplemente tengo que mantenerme cerca En la lntroducción señalamos que la "Carta sobre el humanismo"de Heidegger
de su experiencia, sintiendo el dolor y haciendo el duelo y enrabiándome con generó un desafio para quienes él infiuenció. ¿Cómo podíamos aceptar sus
mis pacientes, incluso si esto significa que mi práctica se siente muy pesada. ideas acerca del ser humano como seres mundializados y, pasando por alto su
Incluso cuando la historia es muy compleja que de hecho siempre lo es, crítica, llamarnos humanistas? Muchos de nosotros simplemente nos negamos
la disposición a caminar juntos por los círculos más profiindos del infiernoí°8 a permitirle nuestro uso de las palabras que tienen significados en los mundos
experiencial del paciente caracteriza la m/z./z¿d de compasión o disponibilidad que nos pertenecen. Pcro HansGeorg Gadamer, con su ``maldito sentimiento"
emocional (Orange,1995) que, en mi opinión, el proceso de comprensión clí indicado más arriba, enfrentó una tarea más compleja. Habiendo reconocido
nica requiere. Esta compasión psicoanalítica, lo repito para enfatizarlo, no se la fi]erza del rechazo de Heidegger al humanismo, tenía que mostrar por qué
puede reducir al masoquismo moral por parte del analista ni debe contrastarse su hermenéutica filosófica pertenecía de lleno a la tradición humanista. En
con el trabajo psicoanalítico propiamente tal, que demasiadas veces se visua palabras de su discípulo y posterior biógrafo Jean Grondin, "Gadamer es un
liza como explícitamente interpretativo o como agresión confrontacional. En humanista y Heidegger no lo es" (Gadamer y Hahn,1997, p. 157). Desde el
cambio, es un proceso implícitamente confrontacional de proporcionar signi punto de vista de Grondin, esta divergencia es exactamente donde Gadamer
ficado vivido y dignidad a la vida de una persona demolida, al hacer posible la dejó de ser un heideggeriano. ¿Cómo así?
integración del dolor y la pérdida en oposición a la disociación o fragmenta Primero que nada, Gadamerpertenecía a y valoraba profimdamente los
ción. Una actitud compasiva le dice a todo paciente: tu sufrimiento es sufri estudios tradicionales o literatura, historia y artes que en inglés llamamos "las
miento humano y cuando la campana suena para ti, también suena para mí humanidades" (en el Gj7"%jz.zm alemán, o escuela secundaria orientada a lo
(Orange, 2006, 2009a). académico, estos estudios conforman la "G#"¢7%.í¿z.Á"). Aunque su concepción
En consecuencia, creo que una hemenéutica dialógica de la compasión de la humanidad y de las humanidades se volvió cada vez más inclusiva, su
alienta el sentido vocacional que la mayoría de los psicoanalistas y psicote mundo era el mundo del patrimonio humanístico 1 mundo universitario
rapeutas de orientación humanista traen a su pensnmicnto y su práctica. La de las humanidadcs, cl mundo que tuvo que proteger del desdén de su padre
hermenéutica preserva cl énfi`sis psic(`a"Iít.icn cn l.i ii`ti.riirct:`i`it`M` y cl énfasi§ i`ienti'fico. Cu¿``n irt`mii`() (i`ic también lo tuvo que proteger de Heidegger.
F,n sc`gim`lo luA:w., i):`i.ii Gii(l..`mcr h hcrmenéutica mism siempre era una
¿i`.tivi`l.i{l I`uti`.`n,`, ii`) ({`\ ni` ¿t. [ ,ii lt.i'(iLr:` {lc \iii tcxtt),1:` :\iir€i`i.`i`it'.i` ilcl :`rti`, i.1
130 Pet}sar la Prdc[ica Clínica
intento serio y lúdico de comprender a un otro todo esto era para él dialó
gico, modalidades de la conversación. Para él, la conversación era exactamente
loquenosvolvíahumanos.Invocólatradiciónalemanade[aBí./Zzmgoeduca
ción cultural para enseñarnos que toda interpretación se desarrolla dentro del
mundo humanístico (Davey, 2006). "Lo que distingue a nuestra humanidad
no es alguna capacidad racional que nos Puede catapultar a un mundo divino
de ideas puras, sino más bien sólo la capacidad para ir más allá de nuestra
particularidad, para tomar en consideración el patrimonio que nos puede ayu
dar a crecer más allá de nuestros yoes limitados" (Gadamer y Hahn, 1997,
EPÍLOGO
p. 164). Sin referencias teológicas explícitas o pistas heideggerianas, el diálogo
de Gadamer siempre tiene lugar entre seres humanos mortales, fübles y limi
tados. La sabiduría es dificil, humana y primariamente práctica ¢Áro#cíí.f).
Tercero, y aquí es donde su humanismo se encuentra con el humanismo
de Buber y de Levinas, la hermenéutica de la comprensión de Gadamer no era
metódica, como él supuso que la hermenéutica anterior lo había sido[°9, sino
más bicn la búsqueda de la verdad por medio de la conversación de preguntas Este libro, en realidad, me sorprendió. Mi intención inicial de crear un puente
entre mis vidas filosófica y clínica, enlazándolas para mis colegas psicoana
y respuestas. El hermeneuta gadameriano no entra en la mente del otro, sino
listas y psicoterapeutas humanistas, permaneció intacta. Lo que no esperaba
quc más bien pregunta qué interrogante intenta responder el interlocutor al
era la medida en que los aspectos éticos de este puente pasarían a ser un foco.
afirmar lo que dice. En manos de Gadamer, el círculo hermenéutico se con
Con independencia de si estos filósofos vivieron o no en la "torrc de marfil",
vierte en el interjuego mutuo de aprender uno del otro a la hora de llegar a un
cntendimiento. De modo que "humanista" describe a Gadamer, el filósofo del cada uno vivió y expresó una profiinda preocupación por la ética, por el bien
más allá del ser. Al explicar sus filosofi'as para mis colegas clínicos, me encon
11egaraunentendimiento ( ycw¿Á#dz'g##g). Así como para Levinas el rostro
tré más y más absorta y convencida por sus interrogantes éticas tal como mi
del otro coloca una responsabilidad infinita sobre mí, para Gadamer la voz del
texto probablemente dej a traslucir.
otro (Risser,1997) es un llamado infinito para el hermeneuta: Nunca renun
cies a la búsqueda de comprensión mutua. "Una conversación", aseveró, "siem Siempre había visualizado el trabajo psicoanalítico y psicoterapéutico
como una profesión en el sentido vocacional (no sólo Bc7z¢/o trabajo, sino
pre es un tipo de convivencia y, en cuanto tal, tiene su prioridad indiscutible e
Bcrz£/z/#g o vocación). Trabajar con estos filósofos me dejó la sensación de que
inalcanzable" (Gadamer y Hahn, 1997, pp. 403404).
no debe sorprendernos que nos sintamos tan desgastados por nuestro trabajo,
LECTURAS ADICIONALES pero que aún así es profiinda y humanamente correcto que debamos seguir
haciéndolo. Prestando atención~.a la admonición de Wittgenstein de mante
nernos en silencio cuando no hay palabras, pero al mismo tiempo necesitando
Una buena entrada a Gadamer es leerlo en las conversaciones que amaba:
expresar la§ palabras de hospitalidad y compasión, concluyo volviendo a agra
Gadamer in Conversation: Ref lections arid Commentary (Gt[d2[m€[, 2mL).Ptm
decer a los filósofos, todos cllos socráticos, que me han transformado.
uria introducción secundaria, ver G¢d¢7#cr.. .4 G#.c7c/or /4c Ppr¢/c#cd (Lawn,
2006).
" P``{`(l.` ¿`rL"mumrm {im .m .`1 i .`so ilc. Sclilc`.icrm.ii'bi`T, éb.c (`uc un iii,il{.iiit`iiili`lo (Silil`u.`rimch..r.
'`'77).
GLOSARIO
Alteridad: En la fflosofía contemporánea, la cualidad de ser distinto a y dis
tinto respecto de quien habla.
Ambigüedad/ambiguo: Capaz de varios significados. En MerleauPonty, una
cualidad positiva de toda experiencia.
Afi.ontar diestro: Expresión que Hubert Dreyfiis deriva de las descripciones
de MerleauPonty del hábito y la encarnación. Contrasta con los relatos
racionalistas y empiristas del conocimiento.
.4%fr#..: En Levinas, "el otro", el irreducible e irreemplazable otro cuya de
manda sobre mí es infinita y por quien soy infinitamente responsable.
Bc/7¡dJc.c4Ác2f: En Heidegger, sensación o ánimo dc cómo uno se encuentra
en el propio mundo. A veces se traduce como "afectividad".
Came (/c cóaz.r): En el último trabajo de MerleauPonty, la totalidad de lo
humano, entretejido y encarnado en el mundo.
Causa: En la filosofia modema, equivalente a la causa eficiente de Aristóteles,
lo que hace que algo ocum o cambie.
Ciencia cognitiva: Conjunto de estudios contemporáneos, incluyendo y a ve
ces reemplazando la filosofía de la mente, la epistemología, la inteligencia
artificial y la neurociencia cognitiva. Su interrogante central es la natura
leza de la conciencia.
Cog?.fo: "Pienso, luego soy". En Descartes, la convicción fiindacional que so
brevivió a su duda metódica.
Confirmación (Bc§Íófigzíng): En Buber, reconocimiento de la potencialidad
del otro. Volvcr al otro presente en cuanto aquella persona única. Similar a
l:i ct>m()lid:`(`ión clc.l si'ii`imio i` mwés dc h rchc`it'm con i`l oiro (lc Kt)h`it.
Pen5ar [a Práciica Clínica Glo§ario
134 1.?5
Construcción: Creación de conceptos o significados. Usualmente empleado Especismo: Entre los defensores de los derechos de los animales, un énfasis
exagerado en el estatus y privilegios de la especie humana.
para contrastar con significados o esencias que se consideran inherentes a
las cosas, listas para ser descubiertas. Estar arrojado: En Heidegger, encontrarnos arrojados a un mundo que no
Constructivismo: Concepción, típica del postmodernismo, de que todos los escogimos.
significados son construidos o fabricados, en oposición a dados. Ver tam Ética: Conjunto de teorías sobre la justicia y el bien en la vida humana. En
Ljy€n Postmoderni5mo y deconsftucción. Levinas, la responsabilidad por el vecino, que precede a todas esas teori'as.
Contacto: En la terapia gestáltica y en Buber, encuentro personal directo en Existencialismo: Filosofias de la existencia y la libertad prevalentes cn |as dé
el seno de lo interhumano. cadasde1950y1960.TienesusorígenesenKierkegaardyNietzsche,ysu
Cuerposujeto: En MerleauPonqr, clave para superar el dualismo cuerpo florecimiento en Francia con Sartre, De Beauvoir y Camus.
mente. El cuerpo en cuanto experimentador y cn cuanto experimentado. Falibilismo: Concepción de los pragmatistas respecto de que todo conoci
Deconstrucción: En Derrida y otros postmodernistas, el desenmascaramien miento ticnde a la incompletitud y los errores y que, por ende, es un tra
to de los conceptos "que son concebidos como construidos" para descubrir bajo en curso. Alicnta a sostener la teoría con ligereza.
qué supuestos esconden de modo sistemático. Fc perceptul: En MerleauPonqr, la sensación de que el mundo que percibi
Determinismo: Concepción de que las cosas tienen que ser como son, que la mos y en el cual estamos entrelazados es más o menos tal coino lo perci
causalidad eficiente explica todo y que la libertad es una ilusión. bimos.
Dialéctica: En Platón, el proceso del diálogo. En Hegel y en la mayoría de los Fenomenología: Movimiento filosófico iniciado por Edmund Husseri y
pensadores posteriores, la generación de opuestos, uno a partir del otro, que incluye, por ejemplo, a Hcidegger, Sartre, MerleauPonty, Ricoeur,
que deben ser entendidos como partes de un todo mayor. Gadamer y Levinas. A pesar de sus numerosas diferencias, los fenome
Dogmatismo: Tratar las opñi¿ries como algo que está más allá de toda dis
nólogos en general intentan dejar de lado (o "poner entre paréntesis") |as
cusión.
ideas preconcebidas y enfocar tanto como sea posible la experiencia mis
Dualismo: Teoría, fórmal o informal, que organiza el mundo en torno a opo
ma, redescribiendo un mundo preteórico. Su consigna: "iDe vuelta a |as
siciones percibidas y que trata tales oposiciones como algo sustancial. El
cosas mismas!".
ejemplo clásico es Descartes, cuyos dualismos mentecuerpo, sujetoobje
Hemenéutica: Estudio de la interpretación, originalmente la interpretación
to, razónemoción han dado forma a la filosofia occidental desde princi
bil)lica; de modo gradual, ampliada desde el estudio textual para conver
pios del siglo XVII. tirse, en Gadamer, en el intento de alcanzar comprensión con otros en e|
Emanación: En Plotino, la emergencia del mundo a partir de lo divino.
diálogo.
Encamación: En la respuesta de MerleauPonty al dualismo, nuestra modali
Horizonte: En Heidegger y otros, los bordes del mundo experiencial o de|
dad de ser perceptual en el mundo, en cuanto cuerposujeto.
contexto de significado, formados por la posición a la cual hemos sido
Empirismo: Concepción de que la experiencia sensorial, los resultados ex
arrojados y sentida en la m.odalidad de la Bc;¢#d/¡.c4Ácg.f (ver arriba) .
perimentales o los "datos" son la única fiiente confiable de conocimiento.
Idealismo: Concepción filosófica, opuesta al materialismo y al dualismo, de
Niega que tenemos ideas innatas o que podcmos depender sólo de la ra
zón para el conocimiento. que sólo las idea§ son completamente reales.
Imperativo categórico: En Kant, requerimiento moral de actuar de tal mane
Epistemología: En la filosofia en general, la teoría del conocimiento, lo que
éste es y lo que justifica nuestras afirmaciones de tenerlo.
ra que pudiéramos desear que todos hagan lo mismo. En otra formulación
Esceiiticismo: Tanto la actitud filosófica básica de cue§tionar todo, como una kantiana, el requerimiento de tratar a los dcmás como fines en sí mismos,
escuela de filósofos heléricos que convirtieron tal cuestionar en el centro nunca sólo como medios.
de su pensamiento. Implícito: Contenido dentro de lo que §e ha dicho, no exph'cito. En la ciencia
Esencia: Aquello que hace que algo sea lo que es y no otra cosa. Contrasta coLrnitiva y cl i)sictmálisis contemporáneo, un ámbito de la experiencia y
i`t)n i`u.,ilid`.`d€s ii() cscni`i¿\]cs o :icci(lcntí`lcs. (`1 SiL:i`ifi.`i`(l() (]`i(` i`ri'``(.il(` (i c`i`:`p¿` í` la cxi)rcsi(')n vcrb:`].
136 Pensar la Prd[tica Clírii[a Glosario 137
Inclusión (Um/"f##g): En Buber, encontrarse con el otro en cuanto otro ser Po§tmodernismo: Conjunto de concepciones, principalmente francesas
humano en el seno de la comunidad humana. También connota "abarcar" (Derrida, Foucault, Deleuze, Lyotard y otros), que pretcndcn soca
o "abrazar". var, deconstruir o desenmascarar las pretensiones modernas al conoci
Inducción: Razonar desde lo particular a la regla general. miento.
Intencionalidad: En Brentano y fenomenólogos posteriores, la cualidad de Pragmatismo: El movimiento filosófico estadounidense más importante, in
ser sobre algo de toda vida mental: al pensar, pensamos algo; al desear, cluyendo en especial a Charles Sanders, William James y John Dewey.
deseamos algo, etc. Los pragmatistas, que también ticnden a ser fálibilistas, sostienen que el
significado de cualquier concepto consiste en la suma de sus efectos prác
Inter§ubjetividad: En Husserl y en fenomenólogos posteriores, la cualidad de
"entre" de la experiencia psicológica. Para los analistas intersubjetivistas ticos concebibles.
Principios organizadores: En la teoría de los sistemas intersubjetivos, con
influenciados por Hegel, el paradigma es la dialéctica amoesclavo, en la
vicciones básicas sobrc quiénes somos y sobre cómo es probable que
cual uno crea al otro y viceversa.
otros nos traten, basados en nuestra experiencia relacional. A veces lla
Intrincado: En MerleauPonqr,1a complejidad de la intersubjetividad encar
mados convicciones emocionales, estos principios confieren forma a
nada.
nuestras reacciones automáticas en contextos de vida ampliamente va
Intuición: Conocimiento inmediato sin conceptos.
riados.
Juegode1enguaje: En Wittgenstein, un sistema informal de comunicación,
Propiocepción: Percepción de uno mismo de los estados corporales intemos
estructurado de acuerdo a sus propias reglas, dentro del cual las palabras
y movimientos en el espacio que nos rodea.
tienen significado. Las mismas palabras pueden significar algo diferente
Proximidad: En Levinas, la demanda ética del vecino sobre mí, el otro que se
en otro juegodelenguaje.
encuentra tanto lo más cerca de mí como infinitamente sobre mí.
Materialismo: Concepción de que toda realidad es material.
Psicoanálisis relacional: Escuela estadounidense de pensamiento en deuda
Mentc aislada: En Stolorow y Atwood, la concepción moderna o cartesiana
tanto con el interpersonalismo de Harry Stack Sullivan como con el gru
que afirma una realidad fimdacional para el individuo singular. Ver, por
po británico independiente (Fairbairn, Guntrip y Winnicott). Fundado
c;o"rr2ris+€, teoría de [os sistemas iritersubjetivos.
por Stephen Mitchell (19462000), este grupo enfatiza la participación
Metafisica: Estudio filosófico de la realidad tomada como totalidad o de rea mutua de analista y paciente dentro de la "matriz relacional".
lidades que se supone exceden nuestra capacidad de conocerlas a través de Psicologi'a de la gcstalt: también llamada psicología de la forma. Surge en
los métodos de la cicncia. Berlín en la década de 1930, con Lewin, Wertheimer, Kohler y otros;
Objeto símismo: En la psicología kohutiana del símismo, el proceso de considera que cl todo psicológico difiere de la suma de sus partes como
consolidación del símismo a través de la relación con un otro idealizado, en una constelación. Se refiere en especial a la percepción sensorial. Esta
espejeador o gemelar. escuela influenció a MerleauPonty, Gadamer y Wittgenstein. También
Ontología: Estudio del ser o de cualesquiera tipc>s de ser (materia, espíritu, tiene importantes aplicaciones a aprendizaje y la enseñanza, y también en
etc.) que se piensa que la realidad incluye. En Heidegger, el estudio onto sociología.
lógico del ser mismo se distingue del estudio óntico de seres que pueden QLuiasma (Á£.m"): En el último trabajo de MerleauPonty, el intrincado en
ser enumerados. trelazamiento de lo visible (encarnación) y lo invisiblc (espíritu).
P4ro#csis: La palabra de Aristóteles para la sabiduría práctica (apropiada en la Racionalismo: Concepción, a menudo opuesta al empirismo, que cnfatiza la
política y la ética) como diferente de ¢z.í/cfflc (conocimiento teórico) y la capacidad innata de la mente para alcanzar la verdad.
/cc¿#c (saber cómo hacer o producir). Reduccionismo: Cualquier concepción que reemplaza la complejidad con
Positivismo lógico: Concepción de que sólo las afirmaciones que pucden ser algo más simplc y que piensa que nada se ha perdido. Un enfoque "todo
experimentalmente verificadas o falscadas tienen signific`ddo o "significa se reduce a».
..i ,,,, l c.ognitiw„. Rcificí`ción: Tr¿`tar uni` í`bstracc`i(')n como cosa o sust`,`ntivo.
138 Pen5ar la Prácti[a Clínica Glosario 139
Representaciomlismo: Concepción de que la mente retrata o describe las co Vercomo: En Wittgenstein, percibir algo co#o algo. Rechaza la existencia de
sas en el mundo. La conciencia es conciencia de los resultante§ contenidos sensaciones desnudas.
mentales. Jrergcg7¡#ng= En Buber, "desencuentro". Un encuentro que sale mal.
Sedimentación: En MerleauPonty, el precipitado de la cxperiencia pasada Wg/Í/Í.cóÁc¡.f: En Heidegger, nuestro sercnelmundo situado.
sobre las expectativas fiituras.
Serenelmundo: Expresión de Heidegger que reemplaza la mente aislada
de la filosofi'a moderna por nuestra inextricable raigambre en nuestro en
torno.
Sóoaó: Palabra hebrea, que significa "calamidad", para lo que muchas veces se
denomina holocausto (palabra griega para designar algo "completamente
quemado").
Significadocomouso: En Wittgen§tein, la concepción de que las palabras
adquieren su significado a partir de los juegosdclenguajc o discursos en
los cuales las u§amos. En otro contexto, la misma palabra puede significar
algo distinto. No existe el significado esencial.
Simjlitudes de fimilia: En Wittgenstein, la concepción de que lo que las pa
labras o cosas tienen en común no es una esencia idéntica, sino más bien
asp€ctos comunes que se sobreponen, como en una familia.
Solipsismo: El encerrarse sobre sí mismo que resulta del pensamiento de la
mente aislada. No proporciona ninguna oportunidad para contrastar per
cepciones o ideas en una comunidad.
Sustancia: Una entidad básica, en contraste con sus atributos. Descartes pen
só que los seres humanos estaban compuestos dc dos sustancias, mente y
Cuerpo.
Sustitución: En Levinas, mi responsabilidad ética de asumir el sufrimiento
del otro, incluso de morir por el vecino.
Teoria del apego: Originada por John Bowlby, Mary Salter Ainsworth y
Ma.ry Main, la concepción de que las experiencias de apego, separación y
pérdida son centrales en el desarrollo psicológico.
Teoría de los §istema§ intersubjetivos: Fenomenología psicoanah'tica que
afirma que toda experiencia se origina, se mantiene y puede transformarse
en el seno del campo o sistema conformado por dos o más mundos subje
tivos personales de experiencia.
Terapia gestáltica: Escuela de psicoterapia humanista iniciada por Fritz Perl§,
médico y psicoanalista, y Laura Posner, influenciada por los psicólogos de
la gestalt, que enfatiza no sólo la emergencia de la figura respecto de un
fondo, sino también los conceptos de corporeidad, contacto, inclusión y
t`onfirmi`t.ión dc Bubcr.