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LA DEPRESIÓN

INTRODUCCIÓN

La depresión es una enfermedad grave. Si tiene depresión, puede tener sentimientos de gran
tristeza que duran mucho tiempo. Con frecuencia, estos sentimientos son lo suficientemente
graves como para afectar a su vida cotidiana y pueden durar semanas o meses, en vez de unos
días.

La depresión es una enfermedad común. Aproximadamente el 15 por ciento de las personas


tienen un episodio de depresión grave en algún momento de la vida. La mayoría de los 5.000
suicidios anuales del están relacionados con la depresión.

La depresión es más frecuente en las mujeres que los hombres, pero esta estadística puede
deberse a que es más probable que las mujeres se hagan atender para aliviar los síntomas. La
enfermedad puede aparecer a cualquier edad, incluso en los niños.

La depresión afecta a las personas de modos muy distintos y puede causar una gran variedad de
síntomas físicos, psicológicos (mentales) y sociales.

LOS SÍNTOMAS

- Si está deprimido, puede estar irritable y pasar mucho tiempo llorando. Tomar decisiones
puede ser difícil, y puede sentirse despreciable, culpable, abatido e indefenso.
- Si está deprimido, puede perder interés en las cosas que solía disfrutar. Querrá pasar más
tiempo solo, y evitará ver a la familia y los amigos. También puede notar síntomas físicos,
como cansancio y problemas para dormir.
- Si tiene depresión, puede perder el apetito, aunque algunas personas engordan porque
comer les reconforta. También puede perder el deseo sexual. Algunas mujeres notan que
les afecta al periodo.
- La depresión no es lo mismo que la pena. La pena es una reacción normal ante una
pérdida. Si siente pena, los sentimientos de tristeza suelen aparecer por rachas.
Normalmente, puede disfrutar de algunas cosas de la vida y tener esperanza de futuro. Sin
embargo, si está deprimido, puede tener una sensación de tristeza constante y no tener
ningún sentimiento de un futuro positivo.

LAS CAUSAS

Es poco frecuente que la depresión se deba a una causa solamente. Generalmente, varias causas
se combinan para desencadenar la enfermedad. Por ejemplo, puede sentirse decaído después de
una enfermedad y luego pasar por un suceso estresante en su vida, como la muerte de un ser
querido, que le lleva a la depresión.

Las investigaciones han demostrado que existe una relación entre la depresión y un desequilibrio
de las sustancias químicas del cerebro, denominadas neurotransmisores. Si está deprimido, tendrá
un nivel más bajo de determinados neurotransmisores, como la serotonina, que las personas sin
depresión. Todavía no se sabe muy bien si el desequilibrio químico cerebral se debe a la depresión
o si es la causa de ella. Determinados genes parecen aumentar la probabilidad de tener depresión,
y estos genes se transmiten de padres a hijos. Por lo tanto, si tiene antecedentes familiares de
depresión, será más probable que la padezca.

Otras causas de la depresión son el abuso del alcohol y las drogas, y tomar determinados tipos de
medicamentos con receta.

EL DIAGNÓSTICO

Acuda a su médico de familia si cree que tiene depresión. Su médico podrá hacerle un
reconocimiento físico y un análisis de sangre y orina para eliminar la posibilidad de otras
enfermedades con síntomas parecidos.

No existen pruebas clínicas de detección de la depresión, así que para hacer un diagnóstico se
suelen usar cuestionarios y preguntas detalladas.

Existen dos sistemas principales de clasificación de las enfermedades mentales.

- El primero es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales desarrollado


por la American Psychiatric Association (APA).
- el segundo es la Clasificación Internacional de Enfermedades desarrollado por la
Organización Mundial de la Salud (OMS).

Ambos sistemas funcionan mediante la enumeración de los síntomas comunes relacionados con
un trastorno.

EL TRATAMIENTO

El tratamiento que reciba para la depresión dependerá de la gravedad con que le afecta a su vida
cotidiana.

- Si la depresión es leve, el médico de familia evaluará el trastorno durante dos semanas. El


ejercicio físico y hablar de sus preocupaciones con la familia y amigos pueden ser útiles.
- Si la depresión es moderada, el médico de familia puede recomendar un “tratamiento
para hablar de las cosas”, o recetarle un antidepresivo, como los inhibidores selectivos de
recaptación de la serotonina (ISRS).
- El tratamiento de la depresión grave consiste en combinar la medicación con los
tratamientos para hablar de las cosas. Si tiene depresión profunda y no responde al
tratamiento, le podrán remitir al equipo de especialistas de salud mental.

LA PREVENCIÓN

Para evitar la depresión, puede se útil seguir un programa regular de ejercicio físico. El ejercicio
libera una sustancia química en el cerebro, la serotonina, que estimula el ánimo.

La salud mental puede fortalecerse mediante una terapia cognitivo-conductual (TCC) que enseña
técnicas para resolver problemas de estrés y ansiedad.

- Aprender técnicas de relajación, como el yoga y la meditación, puede disminuir la


ansiedad.
- Los estudios recientes han demostrado que la alimentación puede desempeñar una gran
función en la depresión. No tome alimentos y bebidas como alcohol, cafeína, azúcar,
chocolate, pasteles, galletas, queso y pan. Estos alimentos aumentan el nivel de azúcar
repentinamente, pero no dura mucho. En poco tiempo el nivel de azúcar “caerá en
picado” dejándole ansioso, irritable y deprimido.
- Se ha demostrado que una sustancia química que se encuentra en el pescado – ácido
graso omega 3– estimula el ánimo. Se halla en el salmón, las sardinas y la caballa. Los
vegetarianos pueden comer nueces y tofu. Los alimentos ricos en proteínas, como carne,
pescado, judías y huevos también pueden estimular el ánimo.

LA ESQUIZOFRENIA

La esquizofrenia es un trastorno mental severo que afecta al pensamiento, las emociones y el


comportamiento. Es la forma más frecuente de trastorno mental severo y afecta a una persona de
cada 100. Es poco frecuente antes de la pubertad y más probable que comience entre los 15 y los
35 años. Esta enfermedad con frecuencia dura toda la vida. Tiende a aparecer en familias. Un niño
que tiene un padre con esquizofrenia tiene una probabilidad entre 10 de desarrollar esquizofrenia.
Las infecciones virales durante el embarazo, complicaciones en el parto, crecer en el centro de
grandes ciudades y el uso de drogas también parecen jugar un papel en el desarrollo de esta
enfermedad. La estructura y química del cerebro pueden estar afectadas, pero no existe una
prueba simple para su diagnóstico hasta el momento. Las familias no causan esquizofrenia (como
algunas personas piensan). La evidencia de la investigación sugiere que los acontecimientos
estresantes, o dificultades de relación dentro de la familia, pueden algunas veces desencadenar un
episodio de esquizofrenia en alguien que es ya vulnerable a desarrollarla debido a la genética y a
otros factores. La esquizofrenia afecta a diferentes personas de forma diferente. Existen dos
formas de grupos: “positivos” y “negativos”. Las personas que sufren la enfermedad normalmente
tienen una mezcla de los dos.

SÍNTOMAS POSITIVOS:

- Delirios. Esto significa mantener creencias que no sólo no son ciertas sino que pueden
parecer incluso bastante extrañas. Si intentas discutir estas creencias, encontrarás que el
que las tiene las mantendrá a pesar de que exista mucha evidencia en su contra.
- Trastorno del pensamiento. Esto es una dificultad para pensar con claridad. Será difícil
entenderlos porque sus frases parecen no tener sentido: pueden saltar de una idea a otra,
perdiendo el tema del que están intentando hablar.
- Alucinaciones. Estas son cuando ves, oyes, hueles o sientes algo que no está ahí. Por
ejemplo, la alucinación más común que la gente experimenta es la de oír voces. Estas
voces parecen absolutamente reales, pueden asustar y hacer creer que la gente te está
observando, escuchando o molestando. La gente joven que tiene estas experiencias puede
parecer suspicaz y actuar de una forma extraña. Por ejemplo, hablar o reír para sí misma
como si estuviera hablando con alguien que no está. Esto es bastante diferente del habla o
las risas de los niños pequeños cuando están realizando un juego imaginativo o en su
mundo imaginario.

SÍNTOMAS NEGATIVOS:
Las personas jóvenes que padecen esquizofrenia puede volverse muy inactivas, solitarias y parecer
desmotivadas. Parecen perder interés y motivación y pueden dejar de lavarse regularmente o
cuidarse de una forma apropiada. Normalmente no pueden concentrase en un trabajo o en el
estudio.

Generalmente los síntomas son de una gravedad suficiente como para causar preocupación, tanto
en casa como en la escuela. Los síntomas positivos o negativos por sí solos no necesariamente
causan esquizofrenia. Síntomas parecidos pueden ocurrir en otras enfermedades, como en una
depresiva o como parte de una reacción severa al estrés. Síntomas como estos significan que
deberías pedir consejo médico.

¿QUÉ EFECTOS TIENE LA ESQUIZOFRENIA?

Una persona joven que sufre esquizofrenia:

- Tendrá dificultades para realizar un buen trabajo en la escuela o mantener los amigos.
- Será más vulnerables a desarrollar una depresión o intentar suicidarse.
- Normalmente, no será un peligro para los demás. Al contrario que la creencia popular, la
mayoría de la gente con esquizofrenia no pone en riesgo a los demás. La poca
comprensión de esta enfermedad puede llevar a estas personas y sus familias a sufrir el
doloroso efecto del estigma.
- Sufrirá una severa pérdida de confianza y puede sentir que ha perdido el control de su
vida. Posiblemente, se formará una visión innecesariamente pesimista del futuro.

La familia y los amigos están frecuentemente asustados y ansiosos al ver los cambios causados
por la esquizofrenia. El joven que ellos conocían y amaban puede ahora comportarse de forma
que altera las relaciones familiares y las reglas y las rutinas de la vida familiar. Estos cambios
son duros de entender y de manejar.

¿Cómo conseguir ayuda?

Cuanto antes se reconozca que el joven está enfermo, mejores son las posibilidades de
conseguir un tratamiento efectivo. Esto acelerará la recuperación y reducirá el daño a largo
plazo. Algunas personas pueden recuperarse completamente. Debes contactar con el médico
de familia primero. Es importante asegurarse de que no hay un problema médico que explique
los síntomas. Si es necesario, el médico hará una derivación al psiquiatra infanto-juvenil de
zona. La evaluación y el tratamiento puede en algunas ocasiones llevar a un ingreso en una
unidad especializada psiquiátrica de ingresos infanto-juveniles. Si existe riesgo de autolesiones
o de agresividad hacia los demás, también se aconseja un ingreso. El joven puede necesitar
permanecer en el hospital durante unas pocas semanas o meses.

El objetivo del tratamiento es ayudar al joven a llevar una vida lo más normal posible. Al
principio, el tratamiento se centra principalmente en eliminar los síntomas. Para obtener el
mejor resultado, todo el mundo implicado, incluida la persona afectada, la familia, el equipo
psiquiátrico, los docentes y los servicios sociales, necesitan trabajar juntos desde el inicio.
La medicación juega un papel crucial en el tratamiento de la esquizofrenia. Controla los
síntomas de la enfermedad y permite reiniciar una vida normal.

La medicación tiende a ser más efectiva con los síntomas positivos y menos con los negativos.
Las alucinaciones y las ideas delirantes pueden tardar algunas semanas en desaparecer.
Existen varias medicaciones. Todas pertenecen al grupo de medicación denominado
neurolépticos, antipsicóticos o tranquilizantes mayores. Por razones que no se comprenden
del todo, no todo el mundo responde a la misma medicación de la misma manera. Algunas
veces se han de probar varias medicaciones hasta encontrar la que mejor “encaja”. Una vez
que los síntomas principales de la enfermedad han sido tratados con éxito, es importante
continuar con la medicación, bajo supervisión médica, durante algunos meses. Un pequeño
grupo de personas son capaces entonces de abandonar la medicación sin que la enfermedad
empeore. La mayoría de las personas, sin embargo, necesitan medicación de mantenimiento
indefinidamente para prevenir las recaídas.

Bibliografía

http://www.sepsiq.org/file/Royal/21-Esquizofrenia.pdf

Carr, A. (ed.) (2000) What Works with Children and Adolescents? A Critical Review of

Psychological Interventions with Children, Adolescents and their Families. London:

Brunner-Routledge.

Rutter, M. & Taylor (eds) (2002) Child and Adolescent Psychiatry (4th edn). London:

Blackwell.

Scott, A., Shaw, M. & Joughin, C. (2001) Finding the Evidence: A Gateway to the

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