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MADAME BOVARY – RESUMEN COMPLETO

Charles Bovary tuvo una infancia y una juventud insulsa. Estudió medicina y sacó el título por los
pelos. En sus primeros años hizo algo de dinero y entre sus pacientes estaba un granjero llamado
Rouault que tenía una hija muy bella, llamada Emma. Charles se enamora de la chica y ella accede
a casarse con él.
Una vez casados, Emma se da cuenta de que la vida se le hace monótona y no obtiene de su marido
los efluvios amorosos que esperaba y que conocía de lo que había leído en las novelas cuando
estuvo interna en un colegio de monjas. Un buen día son invitados a un baile de máscaras entre
aristócratas y Emma se queda embelesada con el vizconde y su corte. Emma sueña con tener una
vida de lujo y grandes pasiones.

Charles le da una buena vida, pero nada es suficiente. Cambian de pueblo para que Emma respire
nuevos aires, ya que Charles cree que su mujer padece alguna extraña enfermedad de los nervios.
Queda embarazada, y es la nodriza quien cuida de la pequeña Bertha, Emma está demasiado
ocupada soñando despierta y comprando lujosos complementos que tiene que fiar, porque el
trabajo de su marido no da a basto para todos sus caprichos. Un joven llamado León se enamora
de ella y por fin Emma tiene algo en lo que distraer sus anhelos. Entre ellos hay una complicidad
muy especial, pero antes de ir más allá, León decide irse del pueblo a París para evitar caer en la
tentación.
Emma de nuevo sola, se encapricha de Rodolphe, un adinerado habitante del pueblo. Enseguida
empiezan un idilio secreto. Desde el principio, Rodolphe es consciente de que solo la quiere como
amante, pero ella le cree completamente enamorado y quiere fugarse con él y la pequeña Bertha.
Incluso compra un baúl a medida y varias cosas para el viaje fiando siempre el dinero a un usurero.
Rodolphe le escribe una carta en la que se despide de ella con la excusa de que la ama demasiado
como para acabar con su felicidad y desaparece del pueblo por un tiempo, dándole a entender a
Bovary que su historia ha terminado. Eso crea una enfermedad en ella, que pasa varias semanas
postrada en cama. Cuando se recupera, Charles la lleva a París al teatro y allí, Emma se reencuentra
con León. Charles vuelve al pueblo y ella se queda una noche más en el hotel. Aprovecha, entonces,
para verse con León y empiezan un idilio.

Emma no hace otra cosa que gastar dinero, ya que empieza a ir a París con la excusa de dar clases
de piano. Con el tiempo, León se da cuenta de que por muy hermosa y maravillosa que sea Emma,
es muy difícil de contentar. Alguien del pueblo va a hablar con él y le aconseja que deje de verse
con ella porque no le traerá más que problemas. Así que Emma y él se distancian.
Emma ha gastado tanto dinero que las deudas ascienden a ocho mil francos y el usurero quiere su
dinero y ha procurado que se extienda un embargo a los bienes de los Bovary. Charles no sabe nada
pero pronto se enterará. Bovary intenta solucionarlo pidiendo dinero a León, al notario, a Rodolphe,
pero ninguno puede ayudarla. Entonces va directa a la farmacia que hay frente a su casa, la de
Homais, y sabedora de dónde está el arsénico, empieza a ingerir ese polvo blanco. Luego sube a su
casa a dejarse morir. Cuando Charles se entera solo quiere que su mujer se recupere, no le
importan las deudas. Emma empieza a encontrarse cada vez peor. Viene un médico que ya había
sacado de apuros al doctor Bovary por un tratamiento que acabó en gangrena y amputación de una
pierna y que hizo correr el rumor acertado de que Bovary no era un buen médico. El médico
asegura que no hay nada que hacer para salvarla. Y mientras el médico y otros habitantes del pueblo
discuten sobre banalidades en el bar, Emma muere dejando a Charles deprimido a los pies de su
cama.
Desde que muere Emma, Charles ya no es el mismo, discute con su madre, paga las deudas que
puede, pero adquiere otras nuevas. Se vuelve un ser melancólico. Al principio no quiere darse
cuenta de las infidelidades de su mujer, pero finalmente se da cuenta de lo que Emma sentía por
Rodolphe y solo siente que Emma no le haya querido como sí parecía amar a su amante. Charles
muere, su hija acaba con parientes y acaba siendo una simple mujer trabajadora. El único que ha
prosperado es Homais, el boticario y dueño de la farmacia. Fin.

PERSONAJES:
*Principales
*Secundarios
*Amantes

ANÁLISIS:
ROMPE ESQUEMAS

Ciertamente, Gustave Flaubert rompe con la forma tradicional de representar la personalidad


femenina: Madame Bovary no será una esposa y madre abnegada. Será, por el contrario, una mujer
obediente a sus pasiones sin detenerse a pensar en las consecuencias.
De este modo, el autor da la espalda al estereotipo de la mujer dócil e inofensiva, complaciente y
cumplidora de su deber, así como a la mujer hecha botín del héroe. Flaubert deja ver una persona
compleja, un ser con deseo y voluntad que también se puede corromper. Deja ver una mujer que
anhela la libertad y que siente que hasta la posibilidad de soñar le ha sido arrebatada por ser mujer.
A este respecto, Mario Vargas Llosa señala:

La tragedia de Emma es no ser libre. La esclavitud se le aparece a ella no sólo como producto de su
clase social —pequeña burguesía mediatizada por determinados medios de vida y prejuicios— y de
su condición de provinciana —mundo mínimo donde las posibilidades de hacer algo son escasas—,
sino también, y quizá sobre todo, como consecuencia de ser mujer. En la realidad ficticia, ser mujer
constriñe, cierra puertas, condena a opciones más mediocres que las del hombre.

Emma está atrapada al mismo tiempo en la compulsión del mundo imaginario, inspirado por la
literatura romántica, y en la compulsión de la ambición, inspirada por el nuevo orden
socioeconómico del siglo XIX. El conflicto no se trata solo de que la vida doméstica sea aburrida o
rutinaria. El problema estriba en que Emma ha alimentado una expectativa que no encuentra
espacio en la realidad. Ella ansía el pathos que la literatura le ha mostrado, esa otra vida. Ella ha
alimentado el deseo y la voluntad que a una mujer le han sido negadas. Ella ansía la vida de un
hombre.
Dos factores son clave: por un lado,1) es una mujer adúltera, erotizada, con deseo sexual. Por el
otro,2) la seducción que ejerce en ella el espejismo del prestigio y del poder, la aspiración
desubicada de una realidad económica que no es la suya, el hambre de mundo.

Amor y dinero se apoyan y activan mutuamente. Emma, cuando ama, necesita rodearse de objetos
hermosos, embellecer el mundo físico, crear en torno un decorado tan suntuoso como sus
sentimientos. Es una mujer para la cual el goce no es completo si no se materializa: proyecta el
placer del cuerpo en las cosas y, a su vez, las cosas acrecientan y prolongan el placer del cuerpo

En Madame Bovary (Flaubert) apunta esa alienación que un siglo más tarde hará presa en las
sociedades desarrolladas de hombres y mujeres (pero sobre todo de estas últimas, por sus
condiciones de vida): el consumismo como un desfogue para la angustia, tratar de poblar con
objetos el vacío que ha instalado en la existencia del individuo la vida moderna. El drama de Emma
es el intervalo entre la ilusión y la realidad, la distancia entre el deseo y su cumplimiento.
Ese es el papel, por ejemplo, del señor Homier y del vendedor Lheureux: alimentar la ambición de
Emma, para luego doblegar su espíritu y sacar provecho.

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