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Estudiantes
2017-08-16 15:22:38
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Kearey, P., Klepeis, K. y Vine, F.J. (2009G ).lobal
Tectonic. Wiley-Blackwell. pp. 54-71

3 Deriva continental
LA DERIVA 55
CONTINENTAL

continentes
3.1 INTRODUCCIÓN
Aunque se pueden realizar reconstrucciones
aproximadas manualmente moviendo modelos de
Ya en el siglo XVI se observó que las costas occidental y continentes
oriental del océano Atlántico parecían encajar como las
piezas de un rompecabezas (sección 1.1). Sin embargo,
la importancia de esta observación no se comprendió
plenamente hasta el siglo XIX, cuando el encaje
geométrico de los contornos continentales se invocó
como una prueba importante para construir la
hipótesis de la deriva continental. La correspondencia
de los rasgos geológicos de las costas yuxtapuestas
reforzó la hipótesis. La aplicación de la técnica del
paleomagnetismo en las décadas de 1950 y 1960
proporcionó la primera prueba cuantitativa de que los
continentes se habían desplazado al menos en
dirección norte-sur durante el tiempo geológico.
Además, se demostró que los continentes habían
sufrido movimientos relativos, lo que confirmó que la
deriva continental se había producido realmente.

3.2 RECONSTRUCCI
ONES
CONTINENTALES
3.2.1 Teorema de Euler
Para realizar reconstrucciones continentales precisas a
través de océanos cerrados es necesario poder describir
matemáticamente la operación que supone el ajuste
geométrico. Esto se logra de acuerdo con un
teorema de Euler, que establece que el movimiento de
una porción de una esfera a través de su superficie se
define únicamente por una única rotación angular
alrededor de un polo de rotación (Fig. 3.1). El polo de
rotación, y su punto antípoda en el diámetro opuesto de
la esfera, son los dos únicos puntos que permanecen en
una posición fija con respecto a la porción en
movimiento. Por consiguiente, el movimiento de un
continente a través de la superficie de la Tierra hasta su
posición anterior a la deriva puede describirse
mediante su polo y su ángulo de rotación.

3.2.2 Reconstrucciones
geométricas de los
56 CAPÍTULO 3
generalmente como función objetivo. Los valores de
Polo geográfico la función objetiva se introducen en la rejilla de
posiciones de los polos y se contornean. La ubicación
Eje de de la función objetiva mínima revelada por este
rotación Polo procedimiento proporciona entonces el polo de
de rotación rotación para el que los bordes continentales se
Ángulo de ajustan con mayor exactitud.
rotación

Gran círculo o
ecuador de
rotación
Pequeños
círculos o
latitudes de
rotación

Figura 3.1 Teorema de Euler. Diagrama que ilustra


cómo el movimiento de un continente en la Tierra
puede describirse mediante un ángulo de rotación
alrededor de un polo de rotación.

a través de un globo construido con precisión (Carey,


1958), las reconstrucciones más rigurosas se realizan
matemáticamente por ordenador, ya que de este
modo es posible minimizar el grado de desajuste
entre los márgenes continentales yuxtapuestos.
La técnica generalmente adoptada en el ajuste
continental por ordenador consiste en suponer una
serie de polos de rotación para cada par de
continentes dispuestos en una cuadrícula de
posiciones de latitud y longitud. Para cada posición
de los polos se determina el ángulo de rotación
que reúne los márgenes continentales con la
menor proporción de huecos y solapamientos. El
ajuste no se realiza en las líneas de costa, ya que
la corteza continental se extiende por debajo de los
mares de plataforma circundantes hasta el talud
continental. Por consiguiente, se considera que la
verdadera unión entre la litosfera continental y la
oceánica se encuentra en una isóbata que marca
el punto medio del talud continental, por ejemplo el
contorno de 1000 m. Una vez determinado el ángulo
de rotación, la bondad del ajuste se cuantifica
mediante algún criterio basado en el grado de
desajuste. Esta bondad de ajuste se conoce
LA DERIVA 57
CONTINENTAL

Figura 3.2 Ajuste de los continentes alrededor del Océano Atlántico, obtenido mediante la coincidencia de la isóbata de
500 brazas (920 m) (redibujado de Bullard et al., 1965, con permiso de la Royal Society de Londres).

lado del Atlántico (Fig. 3.2). Para ello, se han ajustado


3.2.3 La reconstrucción de los secuencialmente pares de continentes tras determinar
continentes alrededor del sus polos de rotación más adecuados mediante el
procedimiento descrito en el apartado 3.2.2. La
Atlántico única rotación que afecta a partes de la misma masa
terrestre es la de la península ibérica con respecto al
El primer reajuste matemático de los continentes resto de Europa. Esto se justifica por la presencia
basado únicamente en criterios geométricos fue conocida de litosfera oceánica
realizado por Bullard et al. (1965), que encajaron los
continentes en
58 CAPÍTULO 3

en el Golfo de Vizcaya que está cerrado por esta patrón de lineaciones magnéticas. Las consideraciones
rotación. Las pruebas geológicas (apartado 3.3) y la geológicas y geométricas sugieren que los bloques de
información proporcionada por las lineaciones corteza del Paleozoico que subyacen a América
magnéticas en el Atlántico (apartado 4.1.7) indican Central se situaban originalmente en la región que
que la reconstrucción representa la configuración ahora ocupa el Golfo de México, un área existente
continental de finales del Triásico y principios del dentro de la reconstrucción (Fig. 3.3). El Atlántico Norte
Jurásico, hace aproximadamente 200 Ma. comenzó a abrirse hace unos 180 Ma, y el Atlántico
El examen de la Fig. 3.2 revela una serie de Sur algo más tarde, hace unos 130 Ma. Los polos de
solapamientos de importancia geológica, algunos de rotación del Atlántico Norte y Sur eran lo
los cuales pueden estar relacionados con el proceso suficientemente diferentes como para que la
de estiramiento y adelgazamiento durante la apertura creara el espacio entre América del Norte y
formación de los márgenes continentales rifados del Sur que ahora ocupa el Caribe. Esto también
(Sección 7.7). Islandia está ausente porque es de permitió la rotación de los bloques
edad cenozoica y su construcción durante la centroamericanos en el sentido de las agujas del
apertura del Atlántico es posterior a la reloj desde el Golfo de México hasta sus ubicaciones
reconstrucción. La plataforma de Bahamas parece actuales. Hace unos 80 Ma, los polos de rotación del
solapar el margen continental africano y la tierra Atlántico Norte y Sur cambiaron a una ubicación casi
firme. Sin embargo, es probable que la plataforma idéntica en la región del actual polo norte, de modo
represente una acumulación de sedimentos cubiertos que a partir de ese momento todo el Océano Atlántico
por coral sobre la corteza oceánica que se formó se abrió efectivamente como una sola unidad.
después de la separación de las Américas (Dietz y
Holden, 1970). Del mismo modo, el delta del Níger
de África parece formar una superposición cuando
en realidad también se desarrolló en parte sobre
3.2.4 La reconstrucción
corteza oceánica formada después del rifting. de Gondwana
Una de las principales críticas a la reconstrucción es
la superposición de Centroamérica con Sudamérica y Las pruebas geométricas por sí solas también se han
la ausencia del Mar Caribe. Sin embargo, esto debe utilizado en la reconstrucción de los continentes
considerarse a la luz de nuestro conocimiento de la meridionales que conforman
historia de la apertura del Atlántico basado, en su
mayor parte, en su

110˚100˚90˚80˚

30˚ Bloque de 30˚


Yucatán
C

20˚ 20˚
Bloque
Chortis

0400 km 100˚90˚80˚

Figura 3.3 Reconstrucción de la región centroamericana dentro del ajuste de Bullard et al. de los continentes
alrededor del Atlántico (Fig. 3.2). C, ubicación de las porciones premesozoicas de Cuba (redibujado de White, 1980,
LA DERIVA 59
con permiso de Nature 283, 823-6. Copyright 1980 Macmillan Publishers Ltd). CONTINENTAL
60 CAPÍTULO 3

Figura 3.4 Ajuste de los continentes meridionales y la India (redibujado de Smith & Hallam, 1970, con permiso de Nature
225, 139–44. Copyright 1970 Macmillan Publishers Ltd).

través de la tendencia general de los rasgos geológicos.


Gondwana. La primera reconstrucción de este tipo Esto no
fue realizada por Smith y Hallam (1970) y se ilustra
en la Fig. 3.4. Las formas de los bordes continentales
de la costa oriental de África, Madagascar, India,
Australia y Ant- ártica no se ajustan tan bien como los
continentes circunatlánticos. Sin embargo, esta
reconstrucción ha sido confirmada por el análisis
posterior del registro de las lineaciones magnéticas
en el océano Índico (sección 4.1.7).

3.3 PRUEBAS
GEOLÓGICAS DE
LA DERIVA
CONTINENTAL
Las reconstrucciones continentales analizadas en las
secciones
3.2.3 y 3.2.4 se basan únicamente en el ajuste
geométrico de los bordes de la plataforma
continental. Si representan las verdaderas
configuraciones antiguas de los continentes, debería
ser posible trazar rasgos geológicos continuos de un
continente a otro a través de los ajustes. El ajuste de
los rasgos requiere el rifting del supercontinente a
LA DERIVA 61
CONTINENTAL
no siempre se produce, ya que la ubicación de la
grieta suele estar controlada por la geología del
supercontinente, y tiene lugar a lo largo de líneas
de debilidad que pueden ser paralelas a la veta
geológica. Sin embargo, sigue habiendo muchas
características geológicas que pueden
correlacionarse a través de los márgenes
continentales yuxtapuestos, algunas de las cuales
se enumeran a continuación.
1 Cinturones de pliegues. La continuidad del
cinturón de pliegues de los Apalaches del
este de América del Norte con el cinturón
de pliegues de la Caledonia del norte de
Europa, ilustrado en la Fig. 3.5, es un
ejemplo particularmente bien estudiado
(Dewey, 1969). Dentro de los depósitos
sedimentarios asociados a los cinturones
plegados suele haber más pruebas de la
deriva continental. El tamaño del grano, la
composición y la distribución de la edad
de los minerales detríticos de circón en
los sedimentos pueden utilizarse para
determinar la naturaleza y la dirección de
su origen. El origen de los sedimentos de
las Caledónidas del norte de Europa se
encuentra al oeste, en un lugar que ahora
ocupa el Atlántico, lo que indica que, en el
pasado, este lugar debió estar ocupado por
corteza continental (Rainbird et al. , 2001;
Cawood et al. , 2003).
2 Provincias de edad. La correlación de los
patrones de edades a través del Atlántico
sur se muestra en la Fig. 3.6, que ilustra la
coincidencia de ambas
62 CAPÍTULO 3

Escudo del
Báltico

Groenland
ia
Platafor
ma rusa

Tierra firme
africana

Figura 3.5 El ajuste de los continentes en torno al Atlántico Norte, según Bullard et al. (1965), y las tendencias de
los cinturones de pliegues apalachianos-caledónicos y variscos (del Paleozoico temprano y tardío) (sombreado
oscuro y claro, respectivamente). Las dos fases de construcción de montañas se superponen en el este de
Norteamérica (redibujado de Hurley, 1968; la Confirmación de la Deriva Continental. Copyright © 1968 por Scientific
American, Inc. Todos los derechos reservados).

Cratones precámbricos y rocas de edad paleozoica


(Hallam, 1975).
3 Provincias ígneas. Las rocas ígneas distintivas
pueden rastrearse entre los continentes, como
se muestra en la Fig.
3.7. Esto se aplica tanto a las rocas extrusivas
como a las intrusivas, como el cinturón de
dolerita mesozoica, que se extiende por el sur
de África, la Antártida y Tasmania, y la
tendencia aproximadamente lineal de las
anortositas precámbricas (sección 11.4.1) a
través de África, Madagascar y la India (Smith y
Hallam, 1970).
4 Secciones estratigráficas. Las secuencias
estratigráficas distintivas también pueden
correlacionarse entre continentes adyacentes.
La figura 3.8 muestra secciones estratigráficas
Figura 3.6 Correlación de los cratones y de los de la sucesión de Gondwana, una secuencia
cinturones móviles más jóvenes a través del océano terrestre de sedimentos de edad paleozoica
Atlántico meridional cerrado (redibujado de Hurley, tardía (Hurley, 1968). Los lechos de tillita y
1968, The Confirmation of Continental Drift. Copyright © carbón y los sedimentos que contienen flora de
1968 por Scientific American, Inc. Todos los derechos Glossopteris y Gangamopteris (sección 3.5)
reservados). pueden correlacionarse a través de
Sudamérica, Sudáfrica, la Antártida, la India y
LA DERIVA 63
Australia. CONTINENTAL
64 CAPÍTULO 3

5 Provincias metalúrgicas. Las regiones que


contienen manganeso, mineral de hierro,
oro y estaño pueden coincidir con las
costas adyacentes en tales
reconstrucciones (Evans, 1987).

3.4 PALEOCLIMATOLOGÍA
La distribución de las regiones climáticas en la Tierra
está controlada por una compleja interacción de
muchos fenómenos, como el flujo solar (es decir, la
latitud), las direcciones de los vientos, las corrientes
oceánicas, la elevación y las barreras topográficas
(secciones 13.1.2 y 13.1.3). La mayoría de estos
fenómenos son poco conocidos en el registro
Figura 3.7 Correlación de los depósitos glaciares del
geológico. Sin embargo, a gran escala, la latitud es el
Permo-Carbonífero, las doleritas del Mesozoico y las
principal factor de control del clima y, sin tener en
anortositas del Precámbrico entre los continentes
reconstruidos de Gondwana (según Smith & Hallam, cuenta las pequeñas regiones microclimáticas que
1970, con permiso de Nature 225, 139-44. Copyright dependen de combinaciones poco frecuentes de
1970 Macmillan Publishers Ltd). otros fenómenos, parece probable que el estudio de
los indicadores climáticos en las rocas antiguas pueda
utilizarse para inferir, en un sentido general, su antigua
latitud. En consecuencia,
LA DERIVA 65
CONTINENTAL
Figura 3.8 Correlación de la estratigrafía entre los continentes de Gondwana (redibujado de Hurley, 1968, la
Confirmación de la Deriva Continental. Copyright © 1968 por Scientific American, Inc. Todos los derechos
reservados).
66 CAPÍTULO 3

La paleoclimatología, el estudio de los climas del 5 Fosforitas. En la actualidad, las fosforitas se


pasado (Frakes, 1979), puede utilizarse para demostrar forman a menos de 45° del ecuador, a lo
que los continentes se han desplazado, al menos en el largo de los márgenes occidentales de los
sentido norte-sur. Sin embargo, hay que tener en continentes, donde se producen afloramientos
cuenta que la Tierra se encuentra actualmente en un de aguas profundas frías y ricas en nutrientes, o
periodo intergla- cial, por lo que los paralelismos en zonas áridas a bajas latitudes a lo largo de
entre los climas modernos y los antiguos pueden no las vías marítimas este-oeste.
estar completamente justificados. A continuación se
6 Bauxita y laterita. Estos óxidos de aluminio y
enumeran los indicadores importantes de paleolatitud.
hierro sólo se forman en un entorno
1 Carbonatos y depósitos arrecifales. Estos depósitos fuertemente oxidante. Se cree que sólo se
se limitan a las aguas cálidas y se producen originan en condiciones de meteorización
dentro de los 30° del ecuador en la tropical o subtropical.
actualidad, donde las temperaturas caen en el 7 Depósitos desérticos. Hay que tener cuidado al
estrecho rango de 25- 30°C. utilizar cualquiera de estos depósitos porque las
2 Evaporitas. Las evaporitas se forman en condiciones del desierto pueden prevalecer tanto
condiciones áridas y cálidas en regiones en ambientes cálidos como fríos. Sin embargo, el
donde la evaporación supera la entrada de lecho de las dunas de las areniscas del desierto
agua de mar y/o las precipitaciones, y suelen puede utilizarse para inferir la antigua dirección de
encontrarse en cuencas que bordean un mar los vientos dominantes. La comparación de éstos
con una conexión limitada o intermitente con la dirección de los sistemas de vientos
con el océano propiamente dicho (Sección modernos que se encuentran en sus latitudes
13.2.4). En la actualidad no se forman cerca actuales puede indicar si el continente ha sufrido
del ecuador, sino en las zonas áridas alguna rotación.
subtropicales de alta presión entre unos 10° 8 Depósitos glaciares. Los glaciares y los casquetes
y 50° donde prevalecen las condiciones de hielo, excluyendo los de tamaño limitado
requeridas, y se cree que las evaporitas que se forman en las cadenas montañosas, se
fósiles se formaron en un rango latitudinal limitan a las regiones situadas a unos 30° de los
similar (Windley, 1984). polos en la actualidad.
3 Lechos rojos. Incluyen arcosas, areniscas, Los resultados de la aplicación de estas técnicas
pizarras y conglomerados que contienen paleoclimáticas indican claramente que los
hematita. Se forman en condiciones de continentes han cambiado su posición latitudinal a lo
oxidación cuando hay un suministro largo del tiempo geológico. Por ejemplo, durante el
adecuado de hierro. Se requiere un clima Pérmico y el Carbonífero los continentes de
cálido para la deshidratación de la limonita en Gondwana estaban experimentando una extensa
hematita, y en la actualidad se limitan a glaciación (Martin, 1981) y debían estar situados cerca
latitudes de menos de 30°. del polo sur (Fig. 3.9). Al mismo tiempo, en Europa y
4 Carbón. El carbón se forma por la en el este de Estados Unidos se formaron depósitos
acumulación y degradación de la vegetación de carbón y extensos arrecifes, que posteriormente
cuando la tasa de acumulación supera la de dieron paso a desiertos cálidos con depósitos de
eliminación y descomposición. Esto ocurre en evaporita. Los habitantes del norte experimentaban
los bosques tropicales, donde las tasas de así un clima tropical en latitudes ecuatoriales (véase
crecimiento son muy altas, o en los bosques también la Fig. 1.3).
templados, donde el crecimiento es más lento
pero la descomposición se ve inhibida por los
inviernos fríos. Así, los carbones pueden
formarse en latitudes altas o bajas, y cada tipo 3.5 PRUEBAS
tiene una flora distintiva. En la recopilación de
datos paleoclimáticos de Wegener para el PALEONTOLÓGICAS
Carbonífero y el Pérmico (Fig. 1.3), los carbones
del Carbonífero DE LA DERIVA
LA DERIVA 67
CONTINENTAL
CONTINENTAL
son predominantemente del tipo de baja latitud,
mientras que los carbones pérmicos de Gondwana son de
el tipo de alta latitud. Los carbones más La deriva continental ha afectado a la distribución de
jóvenes se formaron normalmente en animales y plantas antiguos (Briggs, 1987) al crear
latitudes altas. barreras para
68 CAPÍTULO 3

Zonas de bosques tropicales de carbón a


300 Ma que unos 50 Ma más tarde se
convirtieron en vastos desiertos cálidos

Zonas de glaciación entre 300 y 250 Ma


con flechas para
Figura 3.9 Uso de datos paleoclimáticos que controlar
indican ylas direcciones
confirmar conocidas del
las reconstrucciones continentales (redibujado de
Tarling & Tarling, 1971). movimiento del hielo

su dispersión (Hallam, 1972). Un ejemplo obvio sería el Los océanos también pueden representar
crecimiento de un océano entre dos fragmentos de barreras de dispersión para ciertos animales que
un supercontinente que impidiera la migración entre están adaptados a vivir en entornos marinos
ellos de las formas de vida terrestres. La distribución relativamente poco profundos. La dispersión
de los tetrápodos en el pasado implica que debió de generalizada de los invertebrados marinos sólo puede
haber una fácil comunicación entre todas las partes de producirse en sus fases larvarias cuando forman parte
Gondwana y Laurasia. En Brasil y en el sur de África se del plancton (Hallam, 1973b). Para la mayoría de las
han encontrado restos del reptil Mesosaurus de especies, el estado larvario es demasiado corto para
principios del Pérmico. Aunque estaba adaptado a la existir durante la travesía de un gran océano. En
natación, se cree que Mesosaurus era incapaz de consecuencia, los antiguos límites de las provincias
recorrer grandes distancias y no podría haber cruzado los faunísticas se correlacionan frecuentemente con las
5.000 km de océano que hay ahora entre estas dos suturas, que representan las líneas de unión entre
localidades. antiguos continentes puestos en yuxtaposición por el
consumo de un océano intermedio. La distribución de
los trilobites del Cámbrico es muy
LA DERIVA 69
CONTINENTAL

sugiere que en el Paleozoico inferior existían varios De hecho, los movimientos continentales relativos
continentes separados por grandes cuencas oceánicas. La pueden modificar el patrón de las corrientes oceánicas,
similitud entre las especies de ammonites que se la temperatura media anual, la naturaleza de las
encuentran actualmente en la India, Madagascar y fluctuaciones estacionales y muchos otros factores
África indica que sólo pudieron existir mares poco (Valentine y Moores, 1972) (Sección 13.1.2). Asimismo,
profundos entre estas regiones en la época jurásica. los procesos de las placas tectónicas pueden dar lugar a
La paleobotánica revela igualmente el patrón de cambios en la topografía, que modifican los hábitats
fragmentación continental. Antes de la ruptura, todos disponibles para la colonización (Sección 13.1.3).
los continentes de Gondwana mantenían, en tiempos La diversidad de las especies también está
del Permo-Carbonífero, las distintivas floras Glossopteris controlada por la deriva con- tinental. La diversidad
y Gangamopteris (Hurley, 1968; Plumstead, 1973) (Fig. aumenta hacia el ecuador, de modo que la diversidad
3.8), que se cree que son formas de clima frío. Al en el ecuador es aproximadamente diez veces mayor
mismo tiempo, en Laurasia existía una variada flora que en los polos. Por lo tanto, se espera que la
tropical (Fig. 3.10). Sin embargo, tras la deriva en dirección norte-sur controle la diversidad
fragmentación, la flora de los distintos continentes se de un continente. La diversidad también aumenta
diversificó y siguió caminos de evolución separados. con la fragmentación continental (Kurtén, 1969). Por
Una forma menos evidente de barrera a la ejemplo, en el Paleozoico existían 20 órdenes de
dispersión es el clima, ya que los movimientos reptiles en Pangea, pero con su fragmentación en el
latitudinales de los continentes pueden crear Mesozoico se desarrollaron 30 órdenes de
condiciones climáticas inadecuadas para ciertos mamíferos en los distintos continentes. Cada
organismos. fragmento continental se convierte en un núcleo
para la radiación adaptativa de los

Figura 3.10 Distribución actual de la flora y la fauna de Pangea (extraído de Tarling y Tarling, 1971).
70 CAPÍTULO 3

una mayor competencia. A la inversa, el rifting


continental conduce al aislamiento de las faunas, que
luego siguen su propio desarrollo evolutivo. Por
ejemplo, los mamíferos marsupiales probablemente
llegaron a Australia desde Sudamérica en el Cretácico
Superior a lo largo de una ruta migratoria antártica
(Hallam, 1981) antes de que la transgresión marina
del Cretácico Superior eliminara la conexión terrestre
entre Sudamérica y la Antártida y cerrara la ruta para
los mamíferos placentarios que evolucionaron
posteriormente. La propagación del fondo marino
aseguró entonces el aislamiento de Australia cuando
el nivel del mar descendió, y los marsupiales
evolucionaron sin problemas hasta el Neógeno,
Figura 3.11 Correlación de la diversidad de cuando la colisión de Asia y Nueva Guinea permitió
invertebrados con el tiempo y la distribución continental. la colonización de mamíferos placentarios
A, Pangea anterior; procedentes de Asia.
B, fragmentación de la Pangea anterior que produce
océanos que preceden a las orogenias caledoniana (1),
apalache (2), varisca (3) y urálica (4); C, sutura durante
las orogenias caledoniana y acadiana; D, sutura durante
la orogenia apalache
3.6 PALEOMAGNETISM
O
y la orogenia Varisca; E, sutura de los Urales y
reagrupación de Pangea; F, apertura del océano Tethys; La sutura continental conduce a la homogeneización
G, fragmentación de Pangea. a, Gondwana; b, de las faunas por la migración cruzada (Hallam, 1972) y
Laurasia; c, América del Norte; d, América del Sur; e, a la extinción de los grupos menos adaptados que se
Eurasia; f, África; g, Antártida; h, India; i, Australia enfrentan a
(según Valentine & Moores, 1970, con permiso de
Nature 228, 657-9. Copyright 1970 Macmillan
Publishers Ltd).

especies como resultado del aislamiento genético y


la divergencia morfológica de faunas separadas. En
consecuencia, evolucionan más especies a medida que
diferentes tipos ocupan nichos ecológicos similares.
La figura 3.11, de Valentine y Moores (1970),
compara la variación del número de familias de
invertebrados fósiles existentes en el Fanerozoico
con el grado de fragmentación continental
representado por modelos topológicos. La relación
entre el número de especies y la fragmentación es
evidente. Un ejemplo de esta divergencia es la
evolución de los mamíferos anteados. Como
resultado de la divergencia evolutiva, este modo
especializado de comportamiento es seguido por
diferentes órdenes en continentes separados: los osos
hormigueros (Edentata) de Sudamérica, los pangolines
(Pholidota) del noreste de África y el sureste de Asia,
los osos hormigueros (Tubulidentata) del centro y sur
de África, y los osos hormigueros espinosos (Mono-
tremata) de Australia.
LA DERIVA 71
CONTINENTAL
3.6.1 Introducción
La ciencia del paleomagnetismo se ocupa de
estudiar el magnetismo fósil que conservan ciertas
rocas. Si este magnetismo se originó en la época en
que se formó la roca, la medición de su dirección
puede servir para determinar la latitud a la que se
creó la roca. Si esta latitud difiere de la latitud
actual en la que se encuentra la roca, se han
obtenido pruebas muy sólidas de que se ha
desplazado por la superficie de la Tierra. Además, si
se puede demostrar que el patrón de movimiento
difiere del de las rocas de la misma edad en un
continente diferente, debe haber habido un
movimiento relativo entre ellas. De este modo,
las mediciones paleomagnéticas demostraron que
la deriva continental ha tenido lugar y
proporcionaron las primeras estimaciones
cuantitativas de los movimientos continentales
relativos. Para una descripción más completa del
método paleomagnético, véase Tarling (1983) y
McElhinny & McFadden (2000).

3.6.2 Magnetismo de las rocas


Las técnicas paleomagnéticas aprovechan el
fenómeno de que ciertos minerales son capaces
de retener un registro de la dirección pasada del
campo magnético de la Tierra. Estos minerales son
todos paramagnéticos, es decir, contienen átomos
que poseen un número impar de elec
72 CAPÍTULO 3

trones. Los campos magnéticos son generados por los fundido hasta por debajo de la
movimientos orbitales y de espín de los electrones.
En las envolturas con electrones emparejados, sus
campos magnéticos se anulan esencialmente. Los
electrones no apareados presentes en las sustancias
paramagnéticas hacen que los átomos actúen como
pequeños imanes o dipolos.
Cuando una sustancia paramagnética se coloca
en un campo magnético externo débil, como el
campo terrestre, los dipolos atómicos giran para
volverse paralelos a la dirección del campo externo.
Esta magnetización inducida se pierde cuando la
sustancia se retira del campo, ya que los dipolos
vuelven a sus orientaciones originales.
Algunas sustancias paramagnéticas que contienen
un gran número de electrones no apareados se
denominan ferromagnéticas. La estructura magnética
de estas sustancias tiende a convertirse en una serie de
dominios magnéticos, dentro de los cuales los átomos
están acoplados por la interacción de los campos
magnéticos de los electrones no apareados. Esta
interacción sólo es posible a temperaturas inferiores a
la temperatura de Curie, ya que por encima de esta
temperatura el nivel de energía es tal que prohíbe la
unión magnética interatómica y la sustancia se
comporta entonces de forma paramagnética
ordinaria.
Dentro de cada dominio, la alineación interna de
los dipolos atómicos enlazados hace que el dominio
posea una dirección magnética neta. Cuando se
coloca en un campo magnético, los dominios cuyas
direcciones magnéticas están en el mismo sentido
que el campo externo crecen en tamaño a expensas
de los dominios alineados en otras direcciones. Una
vez retirado el campo externo, se conserva una
dirección preferente resultante del crecimiento y la
contracción de los dominios, de modo que la sustancia
exhibe una direccionalidad magnética global. Esta
magnetización retenida se conoce como
magnetismo permanente o remanente.

3.6.3 Magnetización
remanente natural
Las rocas pueden adquirir una magnetización
remanente natural (MRN) de varias maneras. Si el
NRM se forma al mismo tiempo que la roca, se
denomina primario; si se adquiere durante la historia
posterior de la roca, se denomina secundario.
La remanencia primaria de las rocas ígneas se
conoce como magnetización termoremanente (TRM).
Se adquiere cuando la roca se enfría desde su estado
LA DERIVA 73
temperatura. Una vez aislada CONTINENTAL
la magnetización
temperatura de Curie, que se realiza después de la
solidificación. En esta fase, sus minerales remanente primaria, su fuerza y dirección se miden con
ferromagnéticos adquieren un magnetismo en el un magnetómetro de espín o con un magnetizador
mismo sentido que el campo geomagnético en ese superconductor.
momento, que se mantiene durante su historia
posterior.
La remanencia primaria en las rocas sedimentarias
clásticas se conoce como magnetización remanente
detrital (DRM). A medida que las partículas
sedimentarias se depositan en la columna de agua,
los minerales ferromagnéticos presentes se
alinean en la dirección del campo geomagnético.
Al llegar al fondo las partículas se aplanan, y si son de
forma alargada conservan el acimut del campo
geomagnético pero no su inclinación (Fig. 3.12).
Tras el enterramiento, cuando el sedimento se
encuentra en estado húmedo, las partículas
magnéticas se realinean con el campo geomagnético
como resultado de la actividad microsísmica, y esta
orientación se mantiene a medida que la roca se
consolida.
La MRN secundaria se adquiere durante la
historia subsiguiente de la roca según varios
mecanismos posibles. La magnetización remanente
química (MRC) se adquiere cuando se forman
minerales ferromagnéticos como resultado de una
reacción química, como la oxidación. Cuando
tienen un tamaño suficiente para la formación de
uno o más dominios, los granos se magnetizan en
la dirección del campo geomagnético en el
momento de la reacción. La magnetización
remanente isotérmica (IRM) se produce en las rocas
que han sido sometidas a fuertes campos
magnéticos, como en el caso de un rayo. La
magnetización remanente viscosa (MRV) puede
producirse cuando una roca permanece en un
campo magnético relativamente débil durante un
largo período de tiempo, ya que los dominios
magnéticos se relajan y adquieren la dirección del
campo externo.
Algunos CRM pueden ser adquiridos poco
después de la formación, por ejemplo durante la
diagénesis, o durante un evento metamórfico de
edad conocida, y por lo tanto conservan
información paleomagnética útil.
Los CRM, TRM y DRM tienden a ser "duros" y
permanecen estables durante largos periodos de
tiempo, mientras que ciertos componentes
secundarios de los NRM, especialmente los VRM,
tienden a ser "blandos" y se pierden con relativa
facilidad. Por lo tanto, es posible destruir los
componentes "blandos" y aislar los componentes
"duros" mediante la técnica de la limpieza
magnética. Esta técnica consiste en controlar la
orientación y la intensidad de la magnetización de
una muestra de roca al someterla a un campo alterno
de intensidad creciente o a un aumento de la
74 CAPÍTULO 3

Figura 3.12 Desarrollo de la magnetización remanente detrital.

tometer. Este último instrumento es extremadamente El campo geomagnético experimenta cambios


sensible y capaz de medir las orientaciones de los progresivos con el tiempo, como resultado de las
MNR de las rocas con una concentración muy baja variaciones en el patrón de circulación conectiva en el
de minerales ferromagnéticos. núcleo, conocido como variación secular. Una de las
manifestaciones de este fenómeno es que la dirección del
campo magnético en un lugar geográfico concreto gira
irregularmente en torno a la dirección implícita en un
3.6.4 El campo modelo de dipolo axial con una periodicidad de unos
geomagnético pasado y pocos miles de años. En un estudio paleomagnético,
los efectos de la variación secular pueden eliminarse
presente recogiendo muestras de un yacimiento que abarquen
un intervalo estratigráfico de muchos miles de años.
El campo magnético de la Tierra se aproxima al campo Al promediar los datos de estas muestras se debería
que cabría esperar de una gran barra magnética eliminar la variación secular, de modo que, a efectos
incrustada en ella e inclinada en un ángulo de unos del análisis paleomagnético, se puede considerar que
11º respecto al eje de giro. La causa real del campo el campo geomagnético del pasado se originaba en
geomagnético no es ciertamente un proceso un dipolo alineado a lo largo del eje de rotación de la
magnetostático, ya que el imán tendría que poseer Tierra.
una magnetización irrealmente grande y se Las mediciones paleomagnéticas proporcionan la
encontraría en una región donde las temperaturas intensidad, el acimut y la inclinación de la
serían muy superiores a la temperatura de Curie. magnetización remanente primaria, que reflejan los
Se cree que el campo geomagnético se origina en parámeros geomagnéticos en el momento y el lugar
un proceso dinámico, que implica la circulación en que se formó la roca. Si se asume el modelo de
convectiva de la carga eléctrica en el núcleo exterior dipolo geocéntrico axial para el campo geomagnético,
fluido, conocido como magnetohidrodinámica discutido anteriormente, la inclinación I puede
(Sección 4.1.3). Sin embargo, es conveniente mantener utilizarse para determinar la paleolatitud en la que se
el modelo dipolar, ya que se pueden realizar cálculos formó la roca de acuerdo con la relación 2 tan tan I.
sencillos para predecir el campo geomagnético en Con el conocimiento de la paleolatitud y el acimut de la
cualquier punto de la Tierra. magnetización primaria remanente
LA DERIVA 75
CONTINENTAL

La magnetización, es decir, la dirección del norte datación radiométrica o paleontológica, es posible


antiguo, permite calcular la ubicación aparente del construir una escala de tiempo de polaridad. Este
paleopolo. Estos cálculos, combinados con la tema se tratará con más detalle en el capítulo 4.
determinación de la edad de las muestras mediante
métodos radiométricos o bioestratigráficos, permiten
calcular la ubicación aparente del polo norte magnético
en un momento determinado para el continente del
que se recogieron las muestras. Los análisis
paleomagnéticos de muestras de un amplio rango
de edad pueden utilizarse entonces para rastrear
cómo se ha movido la posición aparente del polo
sobre la superficie de la Tierra.
Es importante reconocer que las direcciones de
magnetización remanente no pueden proporcionar
una estimación de la paleolongitud, ya que el campo
dipolar asumido es axisimétrico. Por lo tanto, existe
una incertidumbre en la ubicación antigua de
cualquier sitio de muestreo, que podría estar situado
en cualquier lugar a lo largo de un pequeño círculo,
definido por la paleolongitud, centrado en la posición
del polo.
Si un estudio paleomagnético proporciona una
posición del polo magnético diferente del polo actual,
implica o bien que el polo magnético se ha movido a lo
largo del tiempo geológico, es decir, que el polo
magnético ha vagado en relación con el polo de
rotación, o bien, si los polos han permanecido
estacionarios, que el lugar de muestreo se ha movido,
es decir, que se ha producido una deriva continental.
Parece que el alejamiento del polo magnético con
respecto al polo geográfico es improbable porque
todos los modelos teóricos para la generación del
campo predicen una componente dipolar dominante
paralela al eje de rotación de la Tierra (Sección 4.1.3).
En consecuencia, los estudios paleomagnéticos pueden
utilizarse para proporcionar una medida cuantitativa de
la deriva con- tinental.
Uno de los primeros descubrimientos de los
trabajos paleomagnéticos fue que, en cualquier
estudio, cerca de la mitad de las muestras analizadas
proporcionaban una dirección de magnetización
remanente primaria en un sentido 180° diferente al
resto. Aunque sigue existiendo la posibilidad de que
el magnetismo de las rocas se invierta por sí mismo,
se cree que es un fenómeno poco frecuente, por lo
que se considera que estos datos reflejan cambios en la
polaridad del campo geomagnético. El campo puede
permanecer normal durante quizás un millón de
años y luego, en un intervalo de unos pocos miles de
años, el polo magnético norte se convierte en el polo
magnético sur y se obtiene un período de polaridad
invertida. Las inversiones de polaridad son aleatorias,
pero evidentemente afectan a todas las regiones de
la Tierra de forma sincrónica, por lo que, junto con la
76 CAPÍTULO 3
(Sección 4.1.6). La figura 3.15 representa el ciclo
3.6.5 Curvas completo de Wilson (apartado 7.9) de apertura y
cierre de una cuenca oceánica entre dos
aparentes de continentes. Antes del rifting, los dos segmentos A y
vagabundeo polar B del continente inicial tienen trayectorias APW
similares. Es poco probable que sean idénticos, ya
Los datos paleomagnéticos pueden representarse de que es improbable que el rift inicial
dos maneras. Una de ellas consiste en representar
lo que se cree que es la situación real, es decir,
trazar el continente en una sucesión de posiciones
según las edades de los lugares de muestreo (Fig.
3.13a). Esta forma de visualización requiere la
suposición de las paleolongitudes de los sitios. La
otra forma es considerar que el continente
permanece en una posición fija y trazar las
posiciones aparentes de los polos para varios tiempos
para proporcionar una trayectoria de vagabundeo
polar aparente (APW) (Fig. 3.13b). Como se ha
comentado anteriormente, esta representación no
refleja los acontecimientos reales, pero supera la
falta de control de la paleolongitud y facilita la
visualización de información de diferentes regiones
en el mismo diagrama.
La observación de que la posición aparente del
polo difería para las rocas de diferentes edades del
mismo continente demostraba que los continentes se
habían desplazado sobre la superficie de la Tierra.
Además, el hecho de que las trayectorias de la APW
fueran diferentes para distintos continentes
demostraba inequívocamente que se habían
producido movimientos relativos de los continentes,
es decir, que se había producido una deriva
continental. Los estudios paleomagnéticos, por lo
tanto, confirmaron y proporcionaron las primeras
mediciones cuantitativas de la deriva continental. La
figura 3.14a ilustra las trayectorias del APW para
América del Norte y Europa desde el Ordovícico
hasta el Jurásico. La figura 3.14b muestra el
resultado de la rotación de Europa y su trayectoria
APW, según los parámetros de rotación de Bullard et
al. (1965), para cerrar el océano Atlántico. Las
trayectorias APW de Europa y América del Norte
se corresponden entonces muy estrechamente
desde el momento en que los continentes se
unieron al final de la orogenia caledoniana, hace
aproximadamente 400 Ma, hasta la apertura del
Atlántico.
Las trayectorias de la APW pueden utilizarse
para interpretar los movimientos, las colisiones y
las interrupciones de los continentes (Piper, 1987), y
son especialmente útiles para los continentes
premesozoicos cuyos movimientos no pueden
rastrearse por el patrón de las lineaciones
magnéticas en sus cuencas oceánicas circundantes
LA DERIVA 77
CONTINENTAL

Triásico - Jurásico

Present
e

Cámbrico
L. Pérmico

Pennsylvanian
Devónico

Pennsylvanian
Cámbrico

Pérmico
Devónico

Jurásico

Figura 3.13 Dos métodos de visualización de datos paleomagnéticos: (a) asumiendo polos magnéticos fijos y
aplicando desplazamientos latitudinales al continente; (b) asumiendo un continente fijo y trazando una trayectoria de
vagabundeo polar. Trabajos posteriores han modificado el detalle de los movimientos mostrados. Nótese que se ha
trazado el polo sur (redibujado a partir de Creer, 1965, con permiso de la Royal Society of London).

detallado
y la sutura final coincidirían. Después de la fisura, los
dos segmentos describen trayectorias APW
divergentes hasta que la horquilla en el tiempo 8
señala un cambio en la dirección del movimiento a
una de convergencia. Tras la sutura en el momento
12, los dos segmentos siguen una trayectoria polar
común.
Se cree que los continentes del sur, más la India,
formaron un único continente, Gondwana, desde
finales del Precámbrico hasta mediados del Jurásico.
Durante este periodo, de aproximadamente 400 Ma,
deberían tener la misma trayectoria de vagabundeo
polar cuando se reensamblen. Figura
3.16 ilustra una trayectoria moderna de Gond- wana
(Torsvik & Van der Voo, 2002). La trayectoria relativa
a Sudamérica puede compararse con la trayectoria
muy temprana dada por Creer (1965) (Fig. 3.13b).
Sin embargo, el aparente mayor detalle de la
trayectoria mostrada en la Fig. 3.16 puede ser
injustificado. Existe un considerable desacuerdo sobre
los detalles de la trayectoria de la APW para
Gondwana, presumiblemente debido a la escasez de
suficientes datos fiables (Smith, 1999; McElhinny &
McFadden, 2000). Curiosamente, la trayectoria
favorecida por Smith (1999), basada en un análisis
78 CAPÍTULO 3

de datos paleomagnéticos y paleoclimáticos, es


muy com- parable a la de Creer (1965). Todas las
trayectorias de APW para Gondwana tienen el
polo sur durante el Carbonífero en las
proximidades del sureste de África, como hizo
Wegener (Fig. 1.3), y la posición del polo del
Ordovícico en el noroeste de África, donde hay
pruebas de una pequeña glaciación en la región
sahariana en esta época (Eyles, 1993).

3.6.6 Reconstruccione
s paleogeográficas
basadas en el
paleomagnetismo
La mejor manera de reconstruir las posiciones
relativas de las principales zonas continentales en
distintos momentos de los últimos 200 Ma es utilizar
la información muy detallada sobre la evolución
de las actuales cuencas oceánicas que
proporcionan las anomalías magnéticas
oceánicas lineales
LA DERIVA 79
CONTINENTAL

(a)

195
195 60N
215 215
235
235 255
250
270 285

290
305
315 30N
370 345 345
450 370
385 385
435
435
475
450 475
535
405
420
405 0N
90E 120E 150E 180E 210E
500

(b)

195 60N

215 235
250

270
290

315 30N
370
345
385
435
475

450

420 0N
535
90E 405 120E 150E500 180E

Figura 3.14 Trayectorias aparentes de la deriva polar para América del Norte (círculos sólidos y línea continua) y
Europa (círculos abiertos y línea discontinua) (a) con América del Norte y Europa en sus posiciones actuales, y (b) tras
el cierre del océano Atlántico. Las edades para cada posición media del polo se indican en Ma, y las de Europa en
cursiva (redibujado de McElhinny & McFadden, 2000, con permiso de Academic Press. Copyright Elsevier
2000).
80 CAPÍTULO 3

8
A Cierre del 7 B
océano y
A
sutura de los 9
1 1 continentes 6
5 10
2 2 B
B 4
3 3 Rifting
3 4
4
4
2 3
5 11
2
Desplaza 6 12
A+B
miento y A 7 11 13
creación 1 1
8 10 14
del 9
océano B A Continente
Un solo suturado
continente
Figura 3.15 Firma paleomagnética de la divergencia y convergencia de placas (redibujada de Irving et al., 1974, con
permiso de la American Geophysical Union. Copyright © 1974 American Geoplysical Union).

000°E

495

443

352

545
550

417

290

Pérmico

248
206142
65

Figura 3.16 Trayectoria de APW para Gondwana, basada en la reconstrucción de Lottes & Rowley (1990) (redibujada
de Torsvik & Van der Voo, 2002, con permiso de Blackwell Publishing).
LA DERIVA 81
CONTINENTAL

(apartado 4.1.7). Sin embargo, para situar los


continentes en sus paleolatitudes correctas, la MÁS LECTURAS
paleomagnética
Los resultados deben combinarse con estas reconstrucciones
para identificar las posiciones de los paleopolos y los paleo
ecuador. La secuencia de mapas paleogeográficos Frakes, L.A. (1979) Climates Throughout Geologic Time. Elsevier,
Nueva York.
del capítulo 13 (Figs. 13.2-13.7) se obtuvo de este
McElhinny, M.W. & McFadden, P.L. (2000) Paleomagnetism:
modo. Para cualquier época anterior a los 200 Ma ya no conti- nents and oceans. Academic Press, San Diego.
se dispone de las limitaciones proporcionadas por los Tarling, D.H. & Runcorn, S.K. (eds) (1973) Implications of
datos oceánicos y las reconstrucciones se basan en Continen- tal Drift to the Earth Sciences, vols 1 & 2.
resultados paleomagnéticos y correlaciones Academic Press, Londres.
geológicas. En el capítulo 11 se examinarán ejemplos Tarling, D.H. & Tarling, M.P. (1971) Continental Drift: a study of
de estas reconstrucciones premesozoicas. the Earth's moving surface. Bell, Londres.

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