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CASO BREXIT

DAVID ALEXANDER PRIETO RIVERA

DIEGO HERNÁN SEGURA PINZÓN

INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA LATINA UNILATINA


FINANZAS Y NEGOCIOS INTERNACIONALES
MERCADOS INTERNACIONALES
2022
INTRODUCCIÓN

Durante junio de 2016 una de las palabras más veces impresas en los diarios de
todo el mundo ha sido Brexit, para referirse a uno de los posibles resultados del
referéndum convocado el día 23 en el Reino Unido, para decidir acerca de su
permanencia como Estado miembro de la Unión Europea (UE) o su salida de esta
organización internacional.1 Antes de la consulta popular se hablaba de la
campaña desarrollada por los defensores de una u otra opción, mientras que en
los días posteriores las menciones se sitúan en el eje de los posibles escenarios
ante los que nos encontraremos en el futuro. Si bien la campaña concluía con la
votación, lo ocurrido tras el escrutinio nos conduce a una incertidumbre que no
podremos resolver fácilmente.
CASO BREXIT
Más de cinco años han transcurrido desde que en junio de 2016 el 52% de los
británicos decidiera en referéndum separarse de la Unión Europea, liquidando una
relación de casi cinco décadas. Sí, Reino Unido ya tiene su Brexit, pero ¿a qué
precio?

Ambas partes acordaron respaldar el libre comercio, por lo que no se aplican


aranceles sobre los bienes que cruzan las fronteras, así como tampoco hay
limitaciones a la cantidad de productos destinados al intercambio comercial.
Inglaterra pensó que deslindándose de la Unión Europea fortalecería su economía
y, sin embargo, aunque el periodo de transición coincidió con la segunda ola de la
pandemia, lo cierto es que el proceso está resultando una concatenación de
desastres. Basta recordar la imagen que las pasadas navidades nos ofrecieron los
miles de camioneros atrapados en el puerto británico de Dover. Ese suceso sin
precedentes advirtió de una de las consecuencias directas del Brexit: el sobrecoste
burocrático, con pérdidas económicas aún por cuantificar.

A raíz de ese suceso, de hecho, se produjo una desbandada de trabajadores


dentro del sector de los transportes. Según la Unión de Transportistas Ingleses
(RHA), los trámites aduaneros entre Inglaterra y la Unión Europa está provocando
serias pérdidas a los trabajadores, pues al cobrar por distancias recorridas éstos
no pueden permitirse el lujo de estar horas parados rellenando impresos; ahora
mismo hacen falta mil trabajadores en el sector. No obstante, este no es un caso
único: algo similar ocurre en la construcción y en el sector hotelero y de
restauración. Muchos de los no residentes que trabajaban en suelo británico –
alrededor de unos tres millones de europeos– han regresado a sus países de
origen, lo que ha producido una importante falta de mano de obra que ha llevado a
algunos empresarios a contratar a presos con permisos especiales para trabajar.

La industria cárnica es una de las más afectadas, en concreto aquella relativa al


tratamiento del pollo, que supone la mitad de toda la carne que se consume en el
Reino Unido. La cadena de restaurantes Nando’s –cuya factura órbita alrededor
de los novecientos millones de dólares– ha tenido que cerrar 45 de sus 450
establecimientos por falta de suministros; su competidor, KFC, se ha visto
obligado a eliminar algunos productos de su menú. Algo similar está sucediendo
en los locales de McDonald’s. La situación es tal que el Consejo Británico de las
Aves de Corral ha pedido con carácter de urgencia al Gobierno británico que
agilice los trámites para contratar mano de obra extranjera.

También los estudiantes se han visto seriamente perturbados por el Brexit, sobre
todo quienes disfrutaban –o tenían pensado hacerlo– del programa Erasmus, el cual
permite la movilidad de alumnos en las universidades europeas. La dificultad
económica para sostener este sistema de estudio ha llevado a Reino Unido a
ofrecer un sustituto, Turing, pero este no considera la llegada de estudiantes
extranjeros a las universidades británicas ni cuenta con las infraestructuras
suficientes para garantizar su viabilidad. Hasta ahora, los universitarios que
querían viajar a Inglaterra abonaban la matrícula en su centro de origen, pero
ahora se verán obligados a asumir íntegramente el coste, por lo que cabe imaginar
que muchos jóvenes descartarán Inglaterra como destino principal.

Las relaciones sociales también se han resentido a propósito del Brexit: familias,


parejas y amigos han sufrido cómo las distintas opiniones sobre el proceso los
distanciaban. A ello se suma que el 62% de los británicos afirma que el proceso de
salida de la Unión Europea ha repercutido negativamente en su salud mental.
Tanto es así que el consumo de antidepresivos, tal y como recoge un estudio del
King’s College de Londres publicado en The British Medical Journal, ha
aumentado: al igual que ocurre con cualquier ruptura, también el Brexit implica un
trauma y un duelo.

Por si fuera poco, hay cientos de pequeños detalles diarios que se han visto
alterados. Este es el caso, por ejemplo, del carnet de conducir: los turistas
británicos deben solicitar ahora un carnet internacional, además de una carta
verde y una pegatina que identifique el origen de su automóvil en el caso de que
viaje con él. Y si salen de viaje, además, han de contratar un seguro médico,
puesto que el sistema de salud británico ha dejado de estar vigente.
Otras cuestiones –no menores– quedan pendientes de resolución, como la
itinerancia de datos móviles. Hasta ahora, no suponía un coste adicional utilizar un
operador diferente al contratado dentro de la Unión Europea, pero habrá que ver
qué decide cada compañía telefónica. Solo es posible estar atentos los próximos
meses para calibrar y evaluar con precisión esa letra pequeña en la que no todos
pensaron al votar en referéndum.
CONCLUSIONES

La situación presenciada en el Reino Unido ha deteriorado la imagen de seriedad


de la que gozaba este Estado, aunque sólo sea porque ha demostrado la
imprevisión del resultado, pues claramente carecían de un plan aplicable si este se
producía. No era difícil considerar esta posibilidad teniendo en cuenta lo que
avanzaban las encuestas en relación con el equilibrio entre las alternativas
formuladas. No olvidemos que sólo eran dos los eventuales resultados: Brexit o
Bremain, pero no habían trabajado la primera de ellas. Lo plausible hubiera sido
que el día siguiente al referéndum el premier británico planteara unas propuestas
para iniciar el trámite de desconexión, en lugar de abandonar el barco y dejar en
manos de un sucesor, sin identificar en aquel momento, la tarea de reparar las
consecuencias de su imprevisión.

También ha deteriorado la imagen de la Unión Europea que se ubica ante un reto


que no había tenido la oportunidad de enfrentar hasta este momento. Se trata de
una organización internacional cerrada cuyo acceso se somete a férreas
condiciones que son vigiladas y supervisadas de cerca por sus propias
instituciones.
BIBLIOGRAFÍA

 https://ethic.es/2021/10/las-consecuencias-colaterales-del-brexit/
 Carrasco Perera, Ángel, “«Brexit» y algunos bonitos problemas jurídicos
que acarrearía la salida británica de la Unión Europea”, Actualidad Jurídica
Aranzadi, núm. 918/2016, 4 de julio de 2016.

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