Está en la página 1de 2

Análisis art. 69.

10 de la Constitución Dominicana
Yamilex Peña 1-13-1438

La Constitución Dominicana es una norma jurídica con fuerza normativa propia,


vinculante, válida y eficaz, y así mismo, enuncia las prerrogativas y garantías
fundamentales para la defensa de las normas del debido proceso.

La tutela judicial efectiva y el debido proceso, consagrados en el artículo 69 de la


Constitución dominicana, consagra el derecho a una justicia accesible, oportuna y gratuita;
el derecho a ser oído en un plazo razonable, por una jurisdicción competente e imparcial; el
derecho a la presunción de inocencia; el derecho a un juicio público, oral y contradictorio;
la nulidad de las pruebas, si se han obtenido en violación a la ley; el derecho a recurrir una
decisión judicial; y la prohibición del doble juzgamiento (non bis in ídem).

Encima, cuando se hace referencia a que “las normas del debido proceso se aplicarán a toda
clase de actuaciones judiciales y administrativas” nos enseña que el Texto Constitucional
dominicano contiene una serie de instrumentos que protegen los derechos que proclama.

Es importante aclarar que toda persona, en el ejercicio de sus derechos e intereses


legítimos, tiene derecho a obtener la tutela judicial efectiva, con respeto del debido proceso
que estará conformado por las garantías mínimas que se establecen.

Hablar de debido proceso es notificar que son el conjunto de garantías sustanciales y


procesales especialmente diseñadas para asegurar la regularidad y eficacia de la actividad
jurisdiccional y administrativa.

En este sentido, es interesante lo que afirma el Prof. Jorge Prats, "El debido proceso
configura la garantía de que las personas puedan hacer valer sus derechos ante la justicia en
igualdad de condiciones, a través de un procedimiento que contenga los requisitos mínimos
y esenciales, lo que la Constitución denomina "las garantías mínimas", (artículo 69), para
asegurar un fallo justo." Ya que los derechos serían letra muerta sin un procedimiento
jurisdiccional efectivo, y en consecuencia "el debido proceso en tanto garantía de la
garantía jurisdiccional es la garantía por excelencia".

Si se ha plasmado en nuestra Constitución que lo trascendente e importante es la justicia; de


ello es necesario decir que no podemos vivir de espaldas a la misma, es urgente el respeto a
las garantías procesales tanto en la forma como en el fondo. Porque de poco serviría que
logremos procesos impecables, si no se acompañan de sentencias proporcionadas con
sentido de probidad, ética, integridad, ponderación, razonabilidad. Es decir, que sean
objetiva y materialmente justas.

Es necesario comprender y aprehender que el debido proceso debe existir para salvaguardar
la justicia. Sin que nadie pueda amparase en discursos que colocan "la justicia" como un
valor abstracto imposible de concretar. Si esta premisa se asumiese como cierta, no tendría
ni sentido ni razón que nuestra Constitución estableciera como uno de sus fundamentos el
respeto a la dignidad humana.

En síntesis, el debido proceso no está concebido para la delincuencia, sino para que toda
persona, que por el motivo que fuere se vea envuelta en un proceso jurisdiccional, pueda
contar con que será respetada, su dignidad no será cuestionada, y tendrá un proceso
transparente, de calidad, oportuno, eficiente y apegado los principios constitucionales, el
principio de legalidad y a una sana administración de justicia.

También podría gustarte