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PRIMERRA LECTURA
JOSÉ QUISOCALA: TRASCENDIENDO EL SER NIÑO EN EL PERÚ
“¿Y tú qué quieres ser de grande?”. Esta debe de ser la pregunta más famosa
que los adultos hacen a los niños. Una forma de empezar a conocer cuáles
son sus sueños, qué les trae felicidad o los inquieta. Pero también es otra
manera de preguntar qué harán cuando la vida se vuelva seria, cuando llegue
el momento de “comerse el mundo”. Para José Quisocala, ese momento
nunca estuvo definido por su edad, ni mucho menos por las herramientas
que tuviera a su disposición. Por ello, con tan solo 7 años, encontró la
pasión de su vida en un proyecto que posteriormente se llamó el Banco del
Estudiante y que le permitió unir dos de sus grandes deseos: ayudar a sus
compañeros y a la naturaleza. Hoy, con 16 años, Quisocala reflexiona sobre
su viaje siendo emprendedor desde muy temprana edad y se convierte en el protagonista de la tercera entrega del
especial Rostros del Bicentenario, serie documental liderada por el Centro de Creación Audiovisual de la Universidad de
Lima.
Quisocala nos explica el origen de su proyecto, en una entrevista exclusiva para Nexos:
“Desde que tengo uso de razón, siempre detesté ser un niño. A pesar de que mis padres siempre me incentivaron a
expresarme y opinar sobre las cosas, sentía que ser menor era constantemente un obstáculo para lograr los proyectos que
quería hacer. Para el mundo fuera de mi casa, yo era solo un pequeño que no sabía nada de la vida y menos que podía
abrir su propio banco. Cuando busqué apoyo de autoridades municipales y de empresas privadas, se me cerraron
muchísimas puertas y los que sí llegaban a recibirme, me escuchaban por compromiso. Fue muy difícil, pero
eventualmente logré construir poco a poco el emprendimiento con el que podría hacer lo que quise desde muy pequeño:
ayudar a los demás”.
Ahorrar es sostenible
Al recordar su pasado y el origen del Banco del Estudiante, le es imposible dejar de pensar en las inquietudes y
preocupaciones que lo invadían desde muy pequeño y que lo llevaron a buscar soluciones para muchos de los problemas
que percibía. José nos cuenta:
“Me encantaba saber el porqué de las cosas, y algo que mis padres nunca supieron responderme fue por qué había niños
trabajando en las calles cuando yo iba a estudiar. Una vez me senté con uno a conversar, me contó su trágica historia con
los problemas económicos de casa y cómo no deseaba que sus hermanos pequeños crecieran igual que él. Me impactó
mucho conocer esa realidad de tan pequeño y me propuse hacer algo para cambiarlo”.
En ese entonces, la solución más lógica para una juventud con problemas financieros era el ahorro, por lo que Quisocala
decidió enseñar a sus compañeros a guardar su dinero. Entusiasmados con la promesa de que, en un tiempo, podrían
comprarse lo que quisieran, sin pedirle un sol a sus padres, el minibanco fue multiplicando cuentas y descubriendo
nuevos desafíos.
“Pronto entendí que los niños no iban a poder acumular grandes ganancias siendo estudiantes, pero les había dado mi
palabra de que su caja crecería. Por ello me senté a pensar de qué manera podían generar más ahorros, cuando escuché
pasar frente a mi casa a un reciclador que compraba botellas y residuos sólidos. Ahí descubrí que mi pequeño proyecto
tenía la capacidad de volverse ecológico y convertir en ganancia lo que otros ven como basura”.
De esta manera, el pequeño José enseñó a sus jóvenes clientes el tipo de residuos que le podían llevar al banco y los kilos
necesarios para canjear una cantidad determinada de soles. De alguna manera, logró que los niños de su escuela no solo
se interesaran por ahorrar, sino también por cuidar lo que desechaban, promoviendo un reciclaje responsable.
“Cuando inicié todo, yo no tenía idea de lo que era la administración de un banco o las finanzas. Esos son temas muy
pesados que solo los hago porque sé que estoy ayudando al resto y eso es lo que me gusta. Además, fue muy gratificante
reconocer que, con este trabajo, pude poner mi granito de arena en el cuidado del medio ambiente e instaurar una cultura
del reciclaje”.
Pequeños con ideas grandes
Si bien muchos pueden recordar su niñez como una etapa gloriosa y libre de preocupaciones, José Quisocala la sintió en
muchas ocasiones como una maldición. Y es que ser niño en el Perú a veces puede ser sinónimo de un personaje pasivo,
fantasioso o, peor aún, incapaz.
“El hecho de que los pequeños no tengan mayores responsabilidades no significa que no les preocupen las cosas que
pasan a su alrededor ni que les falten deseos de cambiarlas. El problema es que, como está diseñado el mundo, no
tenemos posibilidad de expresar nuestras ideas. Aparte de mis papás, casi nadie fuera de mi casa estaba dispuesto a
escuchar mi opinión, ni siquiera mis maestras. En mi caso, llegó un punto en el que le tuve que pedir a mi hermana mayor
que participe en concursos de financiamiento de proyectos con mi trabajo, solo porque yo era un niño”.
En ese sentido, José piensa que los niños en nuestro país son una suerte de marginados, condenados a vivir las
consecuencias de las decisiones adultas y sin la oportunidad de ejercer acciones al respecto. “Los tiempos han cambiado,
los niños de hoy crecen en medio de una pandemia y otros mil problemas que los afectan emocionalmente. Hay
indignación, frustración, pero sobre todo mucha impotencia al creer que no hay nada que puedan hacer. Pero esto es
mentira, los niños sí pueden proponer soluciones innovadoras y desinteresadas. Afirmamos seguido que los jóvenes son el
futuro del país, pero, llegada la hora, no nos interesa escucharlos”.
Siguiendo esta línea, Quisocala remarca que nuestra sociedad se beneficiaría mucho de escuchar las perspectivas frescas,
innovadoras y creativas de los niños para hacer frente a los principales problemas del país. Después de todo, el mundo
adulto ha demostrado ser altamente corruptible y encasillado en su manera de ver las cosas. “Creo que los adultos operan
en base a lo que no pueden hacer y no se preguntan realmente por alternativas de solución. No saben que las
oportunidades no solo se presentan de la nada, sino que también se pueden crear desde cero, como fue mi caso”, comenta.
El futuro es ahora
Finalmente, José Quisocala señala que lo más importante para los jóvenes del Bicentenario es que tengan la valentía para
atreverse a iniciar el proyecto que siempre quisieron y generar los cambios que nuestro país necesita, y concluye:
“Solo cuando crecí y pude comparar experiencias con el resto de mis compañeros, entendí que no había tenido una niñez
‘normal’, pero creo que mi historia sirve para entender que no hay un momento adecuado para emprender y hacer algo
por tu comunidad. Desde el rubro que sea, todos podemos contribuir en la creación de un mejor Perú. Lo importante es
que los jóvenes entiendan que no es necesario esperar a ‘ser grande’ para empezar, el futuro es ahora y estamos en el
mejor momento para tomar acción”.
NIVEL LITERAL
1.- ¿De qué trata, principalmente, el texto?
a.- Vida de José Quisocala b.- La sostenibilidad económica c.- El emprendimiento
NIVEL INFERENCIAL
1.- ¿Qué causas generaron el tema?
a.- Motivación b.- Desprendimiento c.- Mejorar el mundo
b.- FRUSTRACIÓN.-
c.- SOSTENIBLE.-
PREGUNTAS:
LAS MATEMÁTICAS TE PUEDEN AYUDAR A TOMAR DECISIONES
Tercera lectura
La aplicación de matemáticas en el mundo ha generado grandes aportaciones a la humanidad con el paso de los años.
Gracias al desarrollo de esta ciencia hemos logrado evolucionar en la construcción de grandes infraestructuras como lo
son; la tecnología, el transporte o la electricidad.
Sin embargo, la aplicación de matemáticas no solo ha permitido generar avances de todo aquello que nos rodea, también
ha logrado que cada uno de nosotros seamos capaces de resolver diversos problemas cotidianos.
¿Para qué sirven las matemáticas?
Considerada como una ciencia que utiliza la lógica para relacionar elementos abstractos como símbolos, figuras
geométricas y números, las matemáticas nos ayudan a tomar decisiones de manera inmediata para resolver problemas
cotidianos. Esto se debe a que desarrollan nuestro sentido lógico y crítico para analizar todo lo que nos rodea.
¿Cuál es la importancia de la matemática?
La importancia de la matemática es que nos reta a buscar soluciones que rompen con lo establecido para crear cosas
nuevas. Esto genera que hoy en día podamos hacer acciones que parecen simples, pero que en realidad contienen de
manera sistematizada información numérica bien analizada y estructurada, cómo realizar una compra en línea o navegar
por la web.
Además, la importancia de la matemática contribuye a desarrollar un sentido de intuición humana a través de la
creatividad y la lógica.
¿Cómo puedes desarrollar tus habilidades matemáticas?
Pocas personas son las que realmente se sienten identificadas y atraídas por la ciencia de los números. El 64 % de los
alumnos mexicanos prefiere escoger una carrera que no esté involucrada con las matemáticas.
Sin embargo, si eres parte del 36 % restante que además de tener una buena habilidad matemática, disfruta y se interesa
por algunas ramas matemáticas como la aritmética, el álgebra, la geometría o la estadística, debes saber que existen
diversas profesiones que pueden ayudarte a expandir tu capacidad analítica, lógica y resolutiva.
Una de las profesiones que te ayuda a una buena aplicación de matemáticas es la Ingeniería Industrial. Este tipo de
ingeniería se basa en matemáticas aplicadas, es decir, en ayudar a que otras áreas como la física, química o informática,
se desarrollen adecuadamente analizando y resolviendo problemas matemáticos que se presentan dentro del sector
productivo.
¿Cómo aplicar tus habilidades matemáticas como ingeniero industrial?
Un ejemplo de labor como ingeniero industrial es trabajar en alguna compañía de bebidas gaseosas. Como profesional de
la Ingeniería Industrial, estarás a cargo de supervisar que la línea de producción de bebidas no sufra de ninguna alteración
mientras es producido y se detenga.
Estas acciones pueden estar definidas a través de sistemas de software o hardware con algoritmos inteligentes que marcan
la pauta para una adecuada producción de bebidas, mismas que logran una optimización de procesos industriales como
éste.
Las habilidades matemáticas más importantes que ofrece la Ingeniería Industrial son el cálculo, el álgebra o las
ecuaciones diferenciales. Si consideras que además de contar con estas habilidades matemáticas, tienes un gusto natural
por las ciencias exactas, descubre todo lo que la Ingeniería tiene para ti.
4.- Gracias a las matemáticas podemos explicar cómo funcionan las cosas.
Con ellas expresamos pensamientos e ideas con claridad, coherencia y precisión. Lo que resulta fundamental y muy
positivo para que los demás nos comprendan y sepan que somos personas de pensamiento claro y lógico. Nuestra forma
de ordenar ideas y expresarlas correctamente constituye gran parte de nuestra imagen.
PREGUNTAS: