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Lectura 06: “Nanotecnología para obtener agua limpia”

En los últimos años la nanotecnología emerge como una


interesante alternativa para el diseño de sistemas para el
tratamiento de aguas. El pequeño tamaño de las
nanopartículas y las características de los nanomateriales
hacen que el potencial de la nanotecnología en este campo
sea enorme. No obstante, se deben considerar además las
limitantes del uso de esta tecnología, ya que si bien existen
estudios toxicológicos el verdadero efecto en humanos,
fauna y flora aún no ha sido estudiado a profundidad.

Escasez y tratamiento de aguas. Los problemas de escasez de agua, están incrementando


rápidamente debido al crecimiento de la población, contaminación y cambio climático. En
las siguientes décadas, la escasez de agua será la consigna que conlleve a acciones que
irán desde la venta a la población a la guerra, a menos que se encuentren nuevas formas
de provisión de agua limpia. Aunque los métodos de desinfección de agua,
descontaminación y desalinización puedan mitigar algunos de estos problemas, estos
métodos de tratamiento son generalmente químicos y energéticamente intensivos, por lo
que se requiere de fuertes inversiones y expertos en ingeniería. Por otro lado, la
utilización de fuentes de agua alternativa, como el agua de lluvia y el agua residual
tratada es una de las opciones más prometedoras en manejo integrado de aguas. Las
mayores preocupaciones sobre la seguridad de agua, de esta forma de explotación están
conectadas con contaminantes microbiológicos y químicos que se encuentran en las
aguas residuales, entre los que los disruptores endocrinos y los fármacos son reconocidos
como contaminantes prioritarios, debido a su ubiquidad y capacidad de afectar
organismos acuáticos aún en ciertas concentraciones. En este contexto, el desarrollo de
nuevas tecnologías de tratamiento de agua es urgentemente necesario para poder
satisfacer los requerimientos de calidad de agua para su re-uso y para asegurar la
protección del medio ambiente.

La nanotecnología envuelve la
manipulación de material en una
escala cercana a lo atómico para
producir nuevas estructuras,
artefactos, y materiales. Las
nanopartículas son partículas con
una dimensión en el rango de 1-100
nm.

Por lo tanto, las nanopartículas pueden ser transportadas efectivamente por el flujo de
agua subterránea. Los átomos y los enlaces químicos tienen tamaños en el rango de unas
decenas de un nanómetro, las estructuras más pequeñas tienen dimensiones de unos
pocos nanómetros. Esto es porque tan pronto unos cuantos átomos están cercanos unos
a otros, la estructura resultante es de unos pocos nanómetros en tamaño.

Burbujas nanotecnológicas para recuperar lagos contaminados

Un documental de NatGeo Latinoamérica sorprendió al Perú


con la hazaña de un hombre. Marino Morikawa, un científico
peruano-japonés, se había empeñado en recuperar sin ayuda el
humedal El Cascajo, a tan solo metros del Océano Pacífico, en
el litoral del distrito Chancay en la provincia de Huaral del
Departamento de Lima, Perú.

El lago, que de niño visitaba para pescar con su padre, se encontraba completamente
verde en lugar del recordado azul marino. Estaba eutrofizado — cubierto de una
especie de lechuga acuática conocida como Pistia Stratiotes — una clara señal de
contaminación ambiental por exceso de nutrientes, que al impedir que la luz del sol
penetre en el agua, reduce la cantidad de oxígeno disuelto — lo que es fundamental
para la vida.

Morikawa cuenta que se hincó al ver el lugar, en 2010, sorprendido después de dos
décadas de su última visita. “Le pedí perdón y empecé a estudiarlo”. Lo que encontró
fue que el cuerpo de agua, que proviene de 30% de infiltración salina de la costa y 70%
del río Chancay, estaba afectado por tres fuentes contaminantes: aguas cloacales sin
tratamiento, un criadero de animales (porcino, vacuno y bovino) de una invasión que
había llegado en los años 80 y un vertedero de basura a cielo abierto. Conjuntamente,
todos aportaban una alta carga bacteriana.

Nanotecnología ecológica

Los datos científicos eran alarmantes. El índice de Demanda Química de Oxígeno (DQO),
que se espera esté entre 1 y 8 miligramos por litro (mg/L) y en el agua radical puede
alcanzar un valor entre 900 y 1000, se encontraba en 1380 en julio de 2011. Mientras
tanto, los niveles de nitrógenos totales (NT) que alimentan a la lechuga acuática y
provienen principalmente de las deposiciones humanas, estaban en 167, aunque la
norma ambiental japonesa lo ubica como deseable en menos de 1 mg/L.

Marino Morikawa diseñó un sistema que combina la nanotecnología con sistemas


biológicos que aprovechan los materiales locales para purificar el agua del humedal de
una forma más económica, rápida y eficiente que las opciones existentes en el mercado
actual. Su técnica consiste en el micro-nano-burbujeo y los bio-filtros para reducir la carga
contaminante. En contraste, otras técnicas en el mercado permiten que las pequeñas
burbujas “envuelvan” a los contaminantes, llevándolos a la superficie.

Con tan sólo un grupo de amigos, Morikawa dividió El Cascajo en ocho áreas mediante
cañas de bambú. Esta sectorización cumplía una doble función: como barrera física para
que las plantas acuáticas superficiales no invadieran las áreas que se limpiaban y como un
filtro natural para las partículas suspendidas en el agua.

De la invasión al abono orgánico

El Cascajo se empezaba a transformar, y el ejemplo contagió a los habitantes cercanos.


Lograron sacar 290 toneladas de la lechuga acuática, con lo que se hizo abono orgánico
que fue usado junto a la municipalidad para recuperar zonas áridas y desérticas para la
agricultura, otra de las líneas de investigación de Morikawa. En el artículo científico
“Hydrogen production by anaerobic co-digestion of rice straw and sewage sludge” (2011),
demostró el potencial para hacer etanol. “Usando 10 kilos de lechuga en un biodigestor,
logramos producir gas metano suficiente para alimentar una bombilla LED durante un
mes y cinco días en un experimento”.

En los primeros espejos de agua insertó envases hechos


con arcilla local, para que actuaran como biofiltros que
lograran absorber metales como cadmio y plomo,
microorganismos y carga inorgánica. Con una bomba de
aire como las usadas para pintar, un motor electrógeno y
varias mangueras que compró en una ferretería, emuló la
oxigenación de una pecera casera, para implementar la
técnica del micro-nano-burbujeo.

Bombardeo de radicales libres

Morikawa usa un ejemplo simpático para explicar el tamaño de las micronanoburbujas,


que son la millonésima parte de un metro. “Son muchísimo más pequeñas que las que ves
en una gaseosa”, explicó. Formadas de iones electrolíticos, actúan como una especie de
imán de virus y bacterias que se adhieren a su superficie, para entonces estallar liberando
las partículas con carga negativa, conocidas como radicales libres, que exterminan a estos
patógenos.

Ernesto José González Rivas, experto en ecología de aguas y de ecosistemas lóticos (ríos,
arroyos o manantiales) y quien trabaja en el Instituto de Biología Experimental de la
Universidad Central de Venezuela, certifica la utilidad de la técnica. “La generación de
burbujas generan una cortina de aire en el agua, que inactiva el fósforo — gran
responsable de la eutrofización — que al oxidarlo no es soluble, así que no puede ser
usado por los productores primarios (fitoplancton y plantas acuáticas) y se precipita a los
sedimentos. La oxigenación también ayuda a degradar la materia orgánica, así que sólo la
aireación es altamente efectiva como hicimos en el Embalse de Pao-Cachinche (ubicado
en Carabobo, al centro de Venezuela). En el caso del humedal, es un sistema [que
actúa por encima de la superficie], así que es relativamente más fácil”, le explicó a
Mongabay.

La mancha blanca

El Cascajo estaba completamente blanco. Morikawa temió que fuese cloro, comúnmente
usado para la potabilización de agua, que en exceso resulta perjudicial. Pero lo que
descubrió fue que miles de garzas habían vuelto al humedal, señalando el retorno del
equilibrio ambiental perdido. Entonces encontró 400 distintas especies de aves,
migratorias y endémicas, e incluso tres especies de peces. “Llegaron las gaviotas de
Franklin, que vienen desde Estados Unidos y se contabilizaron más de 60 mil aves de
enero a marzo”, precisa.

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