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En octubre de 1997 ocurrió una de las peores masacres que hayan sucedido en Colombia y de la

cual sabemos muy poco. 150 hombres al mando de doble cero, uno de los comandantes de las
autodefensas entraron a una zona conocida como la región de Lauro, en Ituango. En el año
murieron cerca de 19 personas, la mayoría de los cuales fueron torturadas, como le sucedió a
Marco Aurelio Araiza, el dueño de un almacén de abarrotes al que colgaron de un árbol, le
quitaron los ojos y el corazón. Luego de miles de investigaciones en el área, no encontraron ni
secuestrados, ni guerrilleros, ni plantaciones de coca. El pueblo quedó destruido, fue incendiado
en llamas. Las mujeres fueron violadas y muchos fueron despojados de sus tierras, además de que
los paramilitares le robaron cerca de 1700 reses, las cuales fueron arrasadas hasta Urabá durante
varios días por arrieros que sobrevivieron a la masacre y que llegaron a esa zona prácticamente
muertos. Qué fue lo que pasó en esa masacre? Por qué se perpetró y por qué se pudo perpetrar
durante diez días la masacre de Mancuso y Uribe? La masacre de Laredo fue preparada con un año
de anticipación. Según Mancuso, en 1996, él mismo fue a encontrarse con el entonces
comandante de la 4.ª Brigada del Ejército en Medellín, General Manos Alba, por petición de Carlos
Castaño, máximo comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia. La reunión no se hizo en
la penumbra, sino en la propia oficina, en Medellín, en el Batallón. A ese grado de relación llegaron
las autodefensas y los altos mandos militares durante la gobernación de Álvaro Uribe en
Antioquia. Allí, en el batallón, el general le entregó los mapas, las informaciones de los
combatientes de la guerrilla que podrían estar ahí y los sitios donde se encontraban sus
campamentos, supuestamente liderados por Iván Márquez, en la zona del Lauro y de Ituango. Esas
informaciones, esos mapas, le sirvieron a las autodefensas para planificar la incursión que se
produjo un año después, en octubre de 1997. La masacre duró diez días, según Mancuso, Carlos
Castaño coordinó todo junto con Cuco Van. Otro de los ex jefe paramilitares importantes, que
además también está extraditado, quien se había comunicado a su vez en ese momento, ya no con
el general Manos Alba porque había muerto de un infarto, sino con el general Carlos Ospina, quien
lo había reemplazado en la 4.ª brigada. Abre comillas al comandante Castaño. A él le escuché decir
que él tenía coordinación directa con el general Ospina. El general Carlos Ospina llegó a ser
comandante del Ejército y hoy disfruta de un tranquilo retiro. Mancuso también dice que Pedro
Juan Moreno, brazo derecho de Álvaro Uribe en la Gobernación, era su secretario de Gobierno.
Supo de esta incursión porque semanas antes Moreno mismo se había reunido con Castaño y con
él en una finca cercana llamada El Volador. De acuerdo con la declaración de Mancuso en esa
finca, Castaño le explicó a Pedro Juan que esa incursión se había planeado porque allá se ubicaba
la madriguera de las Farc y era el lugar donde guardaban a sus secuestrados. En su relato,
Mancuso agrega que Pedro Juan no se movilizaban carros oficiales cuando iba a esas reuniones y
que si quería entrevistarse con las AUC llevaba al aeropuerto de Montería, donde era recogido por
ellos. Según Mancuso, esa reunión en que se le informó a Pedro Juan sobre la incursión, el arma
había sido pedida por el mismo Moreno, entonces secretario de la Gobernación, Antioquia, con el
propósito de hablar sobre la creación de las famosas Convivir. Mancuso negó en esa diligencia que
las Convivir hubiesen estado al tanto de las incursiones, pero en otro aparte aclaró que Pedro Juan
sí les ayudar a impulsar las convivir que ellos propusieron de Comillas nos consiguió una persona
que hacía todas las diligencias para la creación de ellas, nos dio los papeles y todos los que había
que hacer para su creación. Y las aprobaciones fueron inmediatas, le dijo al fiscal. Y recuerda si el
gobernador de la época, Álvaro Uribe Vélez, también impulsaba las Convivir? Le preguntó el fiscal
a Mancuso. Bueno respondió Mancuso, el gobernador de la época públicamente salía a los medios
de comunicación apoyando la creación de las Convivir. Cuando el fiscal le volvió a preguntar si
Pedro Juan Moreno iba a título personal o en calidad de secretario de Gobernación
Departamental. Mancuso. Respondió Yo creo que él y esa investidura la cargaba a donde iba. Y
cuando se le indagó a Mancuso si él creía que el gobernador de la época sabía que su secretario de
Gobierno se reunió por lo menos diez veces con él y con Carlos Castaño. El exjefe paramilitar
respondió No tengo conocimiento. Pedro Juan Moreno murió en un misterioso accidente aéreo en
febrero de 2006. Mancuso también confirma que durante esos diez días que duró la masacre, un
helicóptero de la Gobernación de Antioquia sobrevoló la zona, pero niega la versión de Francisco
Villalba, uno de los paramilitares que participó y que fue condenado por la masacre de Villalba,
aseguró que luego de la masacre se produjo una reunión en la que se condecoraron a los
combatientes, en la que estaban Pedro Juan Moreno junto con Álvaro Uribe y su hermano
Santiago Villalba fue asesinado en el 2009. Son verdades que mezcla con mentiras, dijo Mancuso al
fiscal. Es verdad que hubo una reunión para condecorar a los miembros de las AUC que
participaron en los combates de esa zona de El Aro, donde participaron además el comandante
Castaño, Doble Cero y Cuco. Bueno, yo también estuve, pero es mentira que el gobernador de esa
época, Álvaro Uribe y las otras personas que dice Villalba estuvieran allí. Salvatore Mancuso es uno
de los ex jefes paramilitares que más ha contribuido con la verdad. Y por qué lo digo? Porque lo
hizo desde el comienzo, incluso antes de que los extraditar. Fue el primero que empezó a hablar y
después de que lo exaltaron, lo primero que hizo cuando llegó a la cárcel de Estados Unidos fue
ofrecerse para justicia y paz. Lo que es cierto es que las víctimas que deben ser el centro de este
proceso requieren la verdad y requieren que Mancuso venga y cuente no solamente qué pasó en
la masacre de Laro, sino en muchas otras masacres. Y que cuenta. Además, termina de contar para
que la Justicia investigue lo que él nunca ha investigado en los últimos diez años que él ha
colaborado, que siga investigando sobre las relaciones que tuvieron los paramilitares con los
empresarios, con los empresarios que financiaron las CONVIVIR, que financiaron los grupos
paramilitares. Ese es un tema que es un capítulo oculto de nuestra historia del paramilitarismo y el
conflicto. Ese capítulo lo prometió develar Mancuso y es la única persona de toda la jefatura de los
paramilitares de ese momento que ha dicho que está dispuesto a hacerlo. Ese es el temor que hay
con Mancuso y ese es el temor de que todo lo que él ya contó se investigue y se investigue por su
presión que él ha hecho entrar a la JEP. Si entra a la JEP, todo lo que él ya dijo que no se ha
investigado, pues va a revivir y eso no le conviene a muchos en Colombia.

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