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El 13 de mayo de 1988, una columna de Sendero Luminoso atacó por sorpresa a una
patrulla militar en Erusco, matando a dos cabos, un sargento y un capitán. Al día
siguiente, 14 de mayo por la mañana, una patrulla de 180 soldados organizados en 11
patrullas, cuya misión era interceptar a los terroristas, entró al cercano pueblo de
Cayara. Los soldados comenzaron matando a un hombre a la entrada del pueblo.
Luego detuvieron y asesinaron vilmente a 5 campesinos cerca a la iglesia, sin
respetar su vida ni el local de la Iglesia. Luego interceptaron a un grupo de
aproximadamente 100 campesinos, que regresaban de cosechar.
Cuatro días después, el general José Valdivia llegó a Cayara. ¿Cuál fue su papel en
la matanza y en el encubrimiento de ésta?
Cuatro días después, el 18 de mayo, el general José Valdivia, Jefe del Comando
Político Militar de Ayacucho, llegó a Cayara en un helicóptero. Los c ampesinos del
lugar protestaron ante él por la matanza de sus familiares, pidiéndole que ordenara la
entrega de los cuerpos; por toda respuesta, Valdivia procedió a dar lectura a una lista
donde figuraban unos 20 habitantes de Cayara, indicando que el Ejército los buscaba.
Según varios testigos, en Cayara intervinieron las fuerzas especiales del Ejército
denominadas "Los Linces", que se encontraban acantonadas en el cuartel "Los
Cabitos" en Huamanga. Dichas fuerzas no podían haber entrado en acción sin
conocimiento de Valdivia. Otro elemento clave fue la intervención de más de 10
patrullas y varias bases militares, cuya participación en un operativo conjunto sólo
podía ser factible mediante
una orden del Jefe del Comando Político Militar.
A la salida del hotel, García dio una conferencia de prensa, pero los médicos llegaron
después de una semana cuando llegamos al lugar donde estaban las fosas, los
soldados se habían llevado los cadáveres y las manchas de sangre habían sido
borradas. Varios meses después, me encontré con el coronel Rafael Córdova, quien
había sido el segundo de Valdivia en "los cabitos"; Córdova me refirió que, después
de mi entrevista en el hotel de turistas, García viajó junto con él a Cayara, y dio
personalmente la orden de retirar los cadáveres y borrar las machas de sangre. Fue
entonces que entendí la razón de tantas obstrucciones a la investigación: los
militares, con la anuencia del gobierno aprista y del Fiscal de la Nación, estaban
desapareciendo las pruebas.
MONTESINOS
El nuevo fiscal intentó establecer que yo no había dejado archivo alguno. Para evitar
la pérdida de la documentación que había dejado, pedí a Pedro Méndez Jurado, Fiscal
Supremo en lo Penal, que intercediese ante el Fiscal de la Nación para que se me
autorizara a retornar a Ayacucho a hacer la entrega oficial de cerca de 600
expedientes sobre desaparecidos, a lo cual accedió. El acta de ent rega de cargo la
hice con mi personal trabajando dentro del Hotel de Turistas, a donde llevamos todo
el material, trabajando de noche, a la luz de las velas y en pleno toque de queda,
temiendo que en cualquier momento pudieran ingresar terroristas o milita res a
matarnos. Conservo una copia de aquella acta, que fue muy pormenorizada, para que
la Comisión de la Verdad pueda saber, llegado el momento, qué se investigó en cada
caso. Llegado el momento también haré entrega a la Comisión de las fotografías del
caso Cayara.
Luego del cierre de mi oficina, retorné a Loreto, donde era Fiscal Superior Decano, y
de donde había sido destacado a las zonas de emergencia. Al cabo de tres meses, fui
cesado por una resolución que no indicaba motivo alguno. Inicié una acción de
amparo contra dicha resolución y gané en primera instancia, cuando ya me
encontraba en Estados Unidos; sin embargo, en segunda instancia me vi privado de
defensa, ya que mi abogado, Augusto Zúñiga, recibió un sobre-bomba que casi lo
mata, arrancándole un brazo y obligándolo a asilarse en Suecia. Mi caso se perdió en
segunda instancia, aunque nunca fui notificado con dicha resolución.
Sí, y al tal punto que el general Salinas, al encontrarnos, me dijo que era una suerte
que yo estuviera allí, porque el había esperado verme en una estampita de derechos
humanos. El día de la presentación en el programa de Hildebrandt, el senador
Gustavo Mohme tuvo que
proporcionarme la protección de su guardaespaldas. Diego García Sayán, en un gesto
que siempre agradeceré, gestionó las visas para poder ingresar a los Estados Unidos,
y Amnistía Internacional proporcionó los boletos de avión para mí y mi familia. La
solicitud de asilo la hizo el doctor Marc van der Haut, sin cobrarme un sólo centavo,
y yo entré a trabajar como operario en una fábrica de muebles y cortinas. No es
cierto, como se afirma, que yo pasara a ser asesor de Americas Watch, o que gozara
de prosperidad en el exilio.
¿Por qué el caso Cayara fue archivado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos?
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MÁS DE PERÚ
LA TRISTE REALIDAD DEL MOVIMIENTO SINDICAL DEL SECTOR (...)
Por: César Cornejo Román
27 de julio de 2005
IMPUNIDAD. Los pobladores continúan con su lucha por encontrar justicia por la muerte
de sus familiares, pero hasta la actualidad, 27 años después, muchos de ellos, sobre todo
ancianos, han encontrado la muerte antes de hallar la anhelada justicia.
Se sabe que los familiares de las víctimas, ni siquiera tuvieron un cuerpo al que velar,
mucho menos una tumba dónde llorar a sus muertos, debido a que éstos fueron
desaparecidos pos sus verdugos, quienes después de cometer el horrendo crimen
incineraron todos los cuerpos, incluso desapareciendo también a los que quedaban como
testigos.
“Yo tenía nueve años en ese entonces, donde hubo una matanza en el que de una manera
injustificada los integrantes de las fuerzas armadas asesinaron a nuestros seres queridos”,
refirió.
En los próximos días, reiniciará nuevamente el juicio oral, donde sustentarán los medios
probatorios a fin de que los responsables sean condenados.
En la localidad de Cayara realizarán una misa y el izamiento a media asta, para luego
realizar una caminata al lugar de los hechos denominado Qachuaypampa.
Cabe mencionar que tras gestiones ante el Gobierno Central se logró la construcción
del Santuario de la Memoria en el lugar de la matanza el cual tendrá el nombre
de “Kuyasqanchikuna yuyanapag”, para recordar a los que queremos, al cual pondrán la
primera piedra hoy.
Asimismo, se quiere que el ingreso preferencial sea utilizado también por los hijos de las
víctimas que no han hecho uso de este derecho”, refirió. Dijo que en Cayara han quedado
muchas familias disfuncionales, hijos sin padres, esposas abandonadas. “Queremos
declararlo como lugar de la memoria”, señaló.