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COLEGIO DE BACHILLERES

DEL ESTADO DE MEXICO

Materia: Historia De México I

Actividad: Inv. Los aztecas

Nombre del alumno: Juan Daniel Estrada Camacho

Grupo:301 Grado:3 Semestre

Ciclo escolar
2022-B
LOS AZTECAS
Ubicación geográfica

La ubicación geográfica de los Aztecas, estaba en un escenario maravilloso, a


2000 metros sobre el nivel del mar. Como si esto fuera poco, estaba rodeado de
montañas que tenían como epicentro el Lago Texcoco. Su capital era Tenochtitlán,
y estaba ubicada en un islote en el lago mencionado, y era una localidad que pasó
de ser una aldea para convertirse en un símbolo de civilización. 
En la actualidad, en lo que se consideraba como la ubicación geográfica de los
Aztecas, podemos encontrar los estados de Veracruz, México, Puebla, Oaxaca,
Guerrero y la Costa de Chiapas que va hasta el vecino país de Guatemala. 
Como mencionamos anteriormente, el pueblo Azteca tuvo una gran expansión
territorial que impulsó su desarrollo como civilización. Estos procesos de conquista
los llevaron mucho más allá de las fronteras del país y los convirtió en un referente
cultural incluso en los países aledaños. 

Ubicación espacial
Los aztecas establecieron Mexico-tenochtitlan en el centro del Valle de México,
expandiendo su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados
de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de
hidalgo, y parte de Guatemala. El territorio que se conquistó no fue de un
monótono clima, sino que abarcó climas tan variados como el clima polar de alta
montaña hasta los climas cálidos. Hubo una gran variedad de ecosistemas desde
bosques de coníferas, mixtos, caducifolios hasta los ecosistemas cálidos como lo
son las selvas tropicales, desiertos rocosos, selva caducifolia, manglares, bosque
tropical, entre otros ecosistemas. Organización social de los aztecas
El emperador dignatario (sacerdotes y jefes militares) plebeyos (pueblos) y
esclavos y (prisioneros de guerra).

Economía
La estructura económica de Tenochtitlan se basaba en cuatro ramas: el tributo, el
comercio, la agricultura y la producción artesanal.
La guerra era el medio por el que se imponían cargas del tributo, que era parte
fundamental de la economía de la ciudad. Entre los productos que se recibían se
encuentran cargas de maíz y frijol, mantas, pieles, plumas y piedras
semipreciosas, entre muchos otros. El comercio era otro factor importante. En
mercados, como el de Tlatelolco, se concentraban y distribuían productos de todo
tipo, desde alimentos vegetales y animales hasta cerámica, cestería, telas y
muchos más, tanto locales como foráneos. El comercio a larga distancia era
realizado por los pochtecas (que también desempeñaban el papel de espías),
aunque hay que advertir que, por lo general, los productos traídos consistían en
finas plumas de quetzal y otras aves, pieles de jaguar, etc., para uso de la clase
dirigente. Todo aquello que no llegaba por tributo de las áreas sojuzgadas era
motivo de intercambio. La economía interna dependía en gran medida de la
producción agrícola, la que requirió del desarrollo de técnicas intensivas para
solventar los requerimientos de la ciudad. La producción artesanal, tanto para
satisfacer las necesidades internas como para el comercio con otras regiones, era
actividad de buena parte de la población.

Organización política
Triple alianza

La organización política de los aztecas iba de la mano de una organización


militar con grandes estrategias que aseguraban el poder en todo el territorio
de Mesoamérica. Éstos, lograron someter a muchos pueblos ante su imperio a
partir de un sistema tributario en especies, siendo funcionarios diversos los que
controlaban tal proeza. 

Su organización política giraba en torno a la coalición de tres


ciudades/estados: Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopan, como plataforma
nombrada Triple Alianza. A partir de acá surgieron diversas batallas de conquista
con la que lograron expandirse siendo de igual manera Tenochtitlán el más
dominante de los tres.
Estos cargos asignados por la Triple Alianza a modo de imposición fueron de una
u otra forma parte del arraigo que dio pie a esa ruptura con los conquistadores,
pues muchos de estos pueblos ayudaron a éstos a derrotar el imperio
Azteca. Todo gracias a ese resentimiento por parte de estos pues quiénes fueron
sometidos. 

Huey Tlatoani (Emperador / Gran orador):


El Huey Tlatoani tenía los cargos más importantes del imperio azteca, a partir
de funciones militares y religiosas. Este cargo se obtenía dada la herencia de un
padre a un hijo o hermano. Todas las facultades que contenía, además de
militares y religiosas, también comerciales, sociales y políticas. También impulsan
el crecimiento del territorio a partir de guerras con el fin de conquistar otras
tierras. 

Tlatocán (Consejo Supremo):


Éstos, estaban integrados por miembros de la nobleza de la burocracia azteca, o
en su defecto, familiares cercanos de los Tlatoani. Todos ellos con el fin de apoyar
al Emperador a la toma de decisiones gubernamentales. 

Cihuacóatl (jefe de los Sacerdotes):


Era esta la persona de confianza del Huey Tlatoani. Podría incluso relevarle
durante la ausencia de este para tomar decisiones o simplemente cumplir sus
funciones. Se encargaba, además, de presentar las reuniones del Tlatocan
siempre que así fuera necesario, siempre representando al Emperador.

Tlacochcálcatl y Tlacatécatl:
Era éste el encargado de organizar al ejército para ir a la guerra. Establecía las
estrategias y técnicas necesarias, dirigía la guerra. Habría derrota o victoria, era
éste el responsable. Podríamos decir que es el equivalente a lo que ahora
conocemos como general. Era, pues, el líder de las batallas. 

Huitzncahuatlailótlac y Tizociahuácatl
Como los aztecas eran un imperio con una increíble organización, tenían también
unos jueces principales, estos eran ellos, los Huitzncahuatlailótlac y los
Tizociahuácatl.

Tlatoani (Gobernante / Orador):


En cada ciudad principal se encontraba un Tlatoani. Éste tenía poder tanto militar,
como civil y religioso. Evidentemente se encontraba sujeto a las decisiones del
Emperador. Generalmente éstos pertenecían a la nobleza. 

Tecuhtli (Señor / Fiscales Tributarios):


Existían los pagos de impuestos en el imperio aztecas. Quiénes se encargaban de
que esto ocurriera de una manera correcta, eran los Tecuhtli. Ejercían,
entonces, cargos administrativos. Su objetivo era organizar sus dominios y a todas
las personas que allí residían. Tenían a su vez a alguien más por encima de ellos,
al Tlatoani a quién servían si éste así lo requería. 

Calpullec: 
Estos se conformaban por los diversos jefes de los calpullis. Éstos, un tanto más
complejos, se transigen por diversos linajes emparentados entre sí según su linaje
(antepasado común), por lo general un dios tribal. Las funciones de estos eran
diversas. Especializados en actividades artesanales o a fines. 

Posiciones sociales de los aztecas


Toda sociedad o grupo de personas necesitan, de una u otra forma, una
organización, que en mayor o menor medida dependen de la política y la
economía principalmente. En el caso de los aztecas, se distinguían por dos grupos
sociales, tales como los pilli y los macehuales. Los primeros, también llamados
nobles, eran los conformados por sacerdotes, guerreros y los que tenían funciones
gubernamentales. Éstos, dueños de casi todas las tierras, controlaban al Estado
sin necesidad de pagar tributo alguno. 
Además de los que ya hemos mencionado que formaban parte de la nobleza y a
que a su vez ocupaban cargos políticos, tenemos también los siguientes:

Pilli (Hijo del Tecuhtli)


Todo el que nacía dentro de una familia noble podría ser pilli. Tenían tierras en las
propiedades de su Tecuhtli, podían proceder como embajadores e incluso
administradores de la justicia, así como también colectores de los tributos. 

Noble águila
Se le llamaba noble águila a toda aquella persona que, siendo común,
podría llegar a la nobleza, esto a partir de un ascenso. Aunque tendrán siempre
como recuerdo el hecho de que fueron nobles, sus hijos serían Pilli desde que
nacieran. Éstos estarían desde entonces libres del pago de los tributos.

Telpochtli
Los Aztecas, como bien hemos dicho, lograron todo este imperio a partir de una
gran organización y fuerza militar. Los Telpochtli eran los jóvenes
estudiantes aspirantes a la fuerza armada. Eran los que estarían siendo
entrenados para las guerras. 

Organización Social
La organización social de los aztecas o cultura mexica estuvo formada
por calpullis, conjuntos de comunidades que tenían relaciones de parentesco,
religión, reciprocidad en un mismo territorio. Dentro de cada calpulli existían
diferentes clases sociales, ya que la sociedad azteca estaba estructurada de
forma jerárquica. Sus principales centros urbanos eran Tenochtitlan, Coatepec,
Chapultepec, Iztapalapa, Ixtapan, Tlacopan, Coyotepec y Texcoco. La pirámide de
la sociedad azteca estuvo estructurada de la siguiente manera:

La Nobleza

La organización social de la cultura Azteca fue piramidal y el grupo social con


mayores privilegios eran los pipiltin (nobles) constituido por las familias de los
gobernantes, sacerdotes, la clase militar - como los guerreros Jaguares y Águilas -
y los jerarcas de los calpulli. Existían personas comunes macehualtin que por su
valentía, coraje y servicios a la cultura azteca tenían privilegios Los nobles
poseían tierras, sirvientes y eran educados para ser los futuros funcionarios del
imperio. Un privilegio de ellos era el consumo de chocolate (xocoatl).

El Pueblo

Debajo de la nobleza azteca se hallaban los hombres comunes macehualtin que


podían ser los artesanos, los comerciantes, y los campesinos. Sin embargo,
los grandes comerciantes Pochtecas eran personas muy respetadas y con
muchos privilegios como tierras y un tribunal de justicia comercial, además
cumplieron labores de espionaje en otros territorios, por ende, su importancia para
el imperio azteca.
Los Esclavos
Los esclavos llamados tlacotin ocuparon la jerarquía inferior de la sociedad azteca.
La mayoría eran esclavos obtenidos por las guerras, otros por cometer delitos
graves y una pequeña parte debido a las deudas que no pudieron cancelar
cayeron en esa condición de servidumbre.

Religión
Como otras tribus mesoamericanas, los mexicas poseían una cosmovisión fruto de
la herencia e hibridación de culturas anteriores, organizada en torno a
la veneración de un dios solar. Sin embargo, es posible y frecuente hallar
evidencia de veneración de dioses toltecas como Tláloc, Tezcatlipoca o
Quetzalcóatl.
Incluso, a medida que el Imperio crecía nuevas deidades eran veneradas. Esto se
debía a que nuevas poblaciones eran asimiladas y el panteón mexica se
expandía. Para ello, se enlazaban sus relatos mitológicos con los de los dioses
existentes.
Esto arrojó como resultado una religión llena de intrincadas y complejas historias
de parentesco entre los dioses, fruto del sincretismo entre civilizaciones. Sin
embargo, conforme el Imperio se establecía, surgió cierta concepción monista
sobre lo divino, abandonando el politeísmo tradicional. En esto los estudiosos no
llegan a un consenso definitivo.
En todo caso, la religión de los aztecas era un elemento central en su cultura. Los
ritos de ofrenda a los dioses y sacrificios humanos (generalmente de prisioneros
de guerra) era común e importante en la consolidación de las castas militares.
El conejo de la luna, una leyenda azteca
sobre la bondad y la humildad
La preciosa leyenda azteca ‘El conejo y la luna’
Cuenta una leyenda azteca que hace mucho, pero muchísimo tiempo, andaba el
dios Quetzalcóatl  bastante aburrido. Los aztecas tenían muchos dioses, y
Quetzalcóatl era un dios muy bondadoso.

El aburrimiento llevó al dios maya a pensar: ¿y si viajo por el mundo transformado


en hombre? Y eso hizo: el dios Quetzalcóatl se convirtió en hombre y bajó a la
Tierra. 

Y andando y andando por el mundo, comenzó a tener hambre. De hecho, llevaba


todo el día andando y no había probado bocado. El sol se puso, la luna y las
estrellas iluminaron el cielo.

El dios se sentó a descansar y de pronto vio a un conejito grisáceo que entraba


en su madriguera a comer.

– Eh, conejito, ¿qué comes?- le preguntó el dios.

– Un poco de zacate (hierba de pasto) que encontré- contestó él- Si quieres,


puedo compartirlo contigo.

– Oh, gracias, conejito, pero yo no como zacate.

El conejo vio que estaba realmente hambriento y muy cansado…

– ¿Y entonces, qué comerás?

– Nada- contestó Quetzalcóatl.

– Pero… ¡morirás de sed y hambre!

– Así será…
– No, eso no  puede ser- dijo de pronto el conejito-. Si quieres, puedes
comerme. Yo solo soy un conejo, y tú eres un hombre. Si tienes hambre, debes
comerme.

Entonces, el dios Quetzalcóatl, impresionado por la bondad y humildad del


conejo, le tomó entre sus brazos, le acarició y le alzó muy alto. La luna lucía muy
redonda y blanca. El dios bondadoso miró la luna y luego al conejito y dijo:

– Tú solo serás un conejo, pero tienes un corazón más bondadoso que el de


muchos humanos. A partir de ahora, serás ejemplo para todos. Tu imagen
quedará grabada en la luna y así, cada vez que los humanos la miren,
recordarán tu enorme gesto.

De forma casi inmediata, la imagen del conejito quedó grabada en la luna. El


dios Quetzalcóatl dejó al conejo en su madriguera y decidió volver a su mundo,
satisfecho al comprobar que hasta los animales más insignificantes tenían un gran
corazón.

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