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Enrique Gómez Carrillo

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Enrique Gómez Carrillo

Enrique Gómez Carrillo en París

Información personal

Nombre de
Enrique Gómez Tible
nacimiento

Nacimiento 27 de febrero de 1873


Ciudad de Guatemala,   Guatemala

Fallecimiento 29 de noviembre de 1927 (54 años)


París,   Francia

Sepultura Cementerio del Père-Lachaise 

Nacionalidad Guatemalteco

Lengua
Castellano
materna

Familia

Padre Agustín Gómez 

Cónyuge Aurora Cáceres (1905-1906)


Raquel Meller (1919-1920)
Consuelo Suncín (1926-1927)
Información profesional

Ocupación Diplomático, escritor y periodista

Movimiento Modernismo

Lengua
Castellano
literaria

Géneros Periodismo, Crónica, Novela

Obras notables  Sensaciones de arte (1893)


 Literatura extranjera (1895)
 Tres novelas inmorales: Del amor, del
dolor y del vicio (1898)
 El modernismo (1905)
 El alma encantadora de París (1902)
 La Rusia actual (1906)1
 La Grecia eterna (1908)2
 Pequeñas cuestiones palpitantes (1910)
 El Japón heroico y galante (1912)3
 La sonrisa de la esfinge (1913)
 Jerusalén y la Tierra Santa (1914)
 Vistas de Europa (1919)4
 Literaturas exóticas (1920)
 Safo, Friné y otras seductoras (1921)
 El misterio de la vida y de la muerte de
Mata-Hari (1923)
 Las cien obras maestras de la literatura
universal (1924)

Distinciones Cruz de la Legión de Honor


Comendador de la Legión de Honor

Firma

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Enrique Gómez Tible, más conocido como Enrique Gómez Carrillo (ciudad


de Guatemala, 27 de febrero de 1873 - París, 29 de noviembre de 1927), fue
un crítico literario, escritor, periodista y diplomático guatemalteco. Escribió
alrededor de ochenta libros, de géneros variados, aunque destacan
principalmente sus crónicas internacionales, en las que ejercitó una prosa
realmente modernista y fue llamado el «Príncipe de los Cronistas». Fue
promotor del gobierno del licenciado Manuel Estrada Cabrera como cónsul
en Madrid, Londres, Hamburgo y París y es famoso también por su
vida bohemia y viajera y por sus matrimonios con las escritoras y
artistas Aurora Cáceres (1905-1906), Raquel Meller (1919-1920) y Consuelo
Suncín (1926-1927).

Índice

 1Biografía
o 1.1Inicios literarios
o 1.2Carrera política
o 1.3Carrera periodística
 1.3.1Corresponsal de prensa
 1.3.2Revistas
o 1.4Matrimonios y romances célebres
 1.4.1Raquel Meller
 1.4.2Consuelo Suncín
 1.4.3El caso de Mata Hari
 2Muerte
o 2.1Monumento en la Ciudad de Guatemala
o 2.2Monumento en el Cementerio General de Guatemala
 3Obra literaria
o 3.1Olvido de su obra en Guatemala
 4Véase también
 5Notas y referencias
o 5.1Notas
o 5.2Referencias
o 5.3Bibliografía
 6Enlaces externos

Biografía[editar]
Nació en la Ciudad de Guatemala el 27 de febrero de 1873. Sus padres fueron
el guatemalteco Agustín Gómez Carrillo y la ciudadana española Josefina
Tible, de origen belga. En 1881 la familia Gómez viaja a España y cuando
regresa a América se fija en Santa Tecla, en El Salvador, porque no les
agradaban los métodos de gobierno del general presidente Justo Rufino
Barrios. La familia regresó a Guatemala después de la muerte de Barrios,
ocurrida en 1885.5 Ingresó al Instituto Nacional Central para Varones en donde
sus compañeros le molestaban llamándolo «Comestible», razón por la que
decidió cambiarse el apellido por «Gómez Carrillo», como su padre. 6
Inicios literarios[editar]
Paul Verlaine, una influencia decisiva en la vida de Gómez Carrillo.

Sin aplicación para los estudios, dejó el Instituto Nacional Central para Varones
y se inició como escritor en diciembre de 1889 con una columna en el
periódico El Imparcial llamada «Corona Fúnebre», la cual fue una crítica
mordaz a la obra del desaparecido novelista e historiador guatemalteco José
Milla y Vidaurre. Para escribir este documento contó con la ayuda de Manuel
Coronel Matus, periodista nicaragüense que dirigía el periódico oficial El
Guatemalteco y quien también lo recomendó al director de El Imparcial. El
artículo fue blanco de numerosas críticas por parte de los admiradores de Milla,
pero dio muestras del talento crítico de Gómez Tible. 7
En 1890, el general presidente de Guatemala Manuel Lisandro Barillas fundó el
diario El Correo de la Tarde, y nombró director al poeta nicaragüense Rubén
Darío, por entonces residente en Guatemala y que acababa de llegar
procedente de El Salvador huyendo del golpe de Estado recién acaecido en
ese país centroamericano. Allí empezaron a trabajar también Enrique Gómez
Carrillo y su tío materno José Tible Machado por recomendación directa del
poeta quien, al darse cuenta de su potencial como escritor, recomendó al
presidente Barillas que otorgara al sobrino una beca para estudiar en España.
Antes de zarpar para España escribió una brevísima crónica sobre un
muchacho que se ahogó en el Puerto de San José, la cual firmó por primera
vez con el nombre sus definitivo con que lo conocería el mundo literario:
Enrique Gómez Carrillo. Al cumplir los dieciocho años, ya se encontraba
en París, a donde se dirigió en vez de irse a España y en donde conoció a
varios literatos, como los franceses Verlaine, Moréas y Leconte de Lisle, y el
inglés Oscar Wilde. También empezó a llevar la vida bohemia que lo
caracterizaría, por lo que el gobierno de Guatemala le retiró la beca que le
había otorgado, y solo se la devolvió cuando Gómez Carrillo prometió dirigirse
a Madrid.8
A finales de 1891 llega a Madrid, donde con la ayuda de algunos
guatemaltecos que vivían allí publicó su primer libro, Esquisses, que recoge
semblanzas de varios escritores de la época, y colaboró en varias
publicaciones, como Madrid Cómico, La Vida Literaria, Blanco y Negro, La
Ilustración Española y Americana y Revista Crítica. Tras pasar miserias y
desilusiones, Gómez Carrillo emprendió el regreso a París, en agosto de 1892. 9
En 1893 publicó su segunda obra Sensaciones de Arte, la cual le valió que
alguien lo llamara «el genio de 21 años»; Gómez Carrillo vivía en París y
disfrutaba el ajenjo con sus amigos literatos, pero escribía en español porque la
habilidad que tenía con la lengua castellana no se trasladaba a la lengua
francesa.10 Al año siguiente publicó Literatura Extranjera, Estudios
Cosmopolitas, la cual fue aclamada por la crítica y elevó su prestigio a gran
escala; ya no quedaba literato famoso que no lo conociera en París, y hasta
Guatemala llegaban los ecos de su fama.
En abril de 1895, Gómez Carrillo se embarca para El Salvador, porque había
recibido información de que el general presidente de esa nación, Rafael
Gutiérrez, le iba a nombrar cónsul general en París. Tras un naufragio
en Colombia llegó a El Salvador, donde fue recibido como sobreviviente y
varios ciudadanos le dieron ropa y dinero para que se recuperara. En El
Salvador, publicó nuevamente su libro Literatura Extranjera, pero con el
nombre de Notas y Estudios, el cual le procuró un gran número de lectores en
América Central. Tras una breve visita a su familia en Guatemala, regresó a
París. Ese mismo año fue nombrado académico correspondiente de la Real
Academia Española.11
Hacia 1897, Gómez Carrillo era ya un escritor reconocido, con una reputación
de consumado seductor, que se debía a su estilo de vida disipado, y se refleja
en las obras que escribió por esa época: Notas sobre las enfermedades de la
sensación desde el punto de vista de la literatura, Almas y
cerebros (1900),12 Del amor, del dolor y del vicio y en cuentos como Marta y
Hortensia, en donde trataba abiertamente el tema de amor entre las
protagonistas.13 La crítica de estos libros era reservada para los temas, pero no
para el autor, quien seguía siendo exaltado por su calidad.
Carrera política[editar]

Manuel Estrada Cabrera, Presidente de Guatemala de 1898 a 1920 y mecenas de Gómez Carrillo.14

En 1898, mientras su obra Del amor era ardientemente discutida en


Guatemala, y su nombre mencionado en revistas de España y América, su
hermana Luz Gómez Tible se casó con un ciudadano germano-judío y lo fue a
visitar a París. Desafortunadamente, su cuñado murió al poco tiempo en París,
y tuvo que regresar a Guatemala acompañando a su hermana viuda. Al
regresar a Guatemala, se encontró con que el presidente del país era ahora el
licenciado Manuel Estrada Cabrera. Gómez Carrillo fue presentado al
presidente interino por un amigo mutuo; Estrada Cabrera lo felicitó por sus
triunfos literarios y lo invitó a participar en la campaña presidencial que se
estaba desarrollando en el país, a lo cual Gómez Carrillo aceptó gustoso, ya
que veía en el licenciado una esperanza de progreso para la patria
guatemalteca y un mecenas que lo ayudaría a regresar a Europa. 14 Así se inició
su carrera política: como portavoz del presidente Estrada Cabrera en La Idea
Liberal. Como recompensa a su ayuda en la elección presidencial, fue
nombrado cónsul de Guatemala en París por Estrada Cabrera, con un sueldo
mensual de doscientos cincuenta pesos oro.
Durante el tiempo que estuvo en La Idea Liberal, se mantuvo escribiendo
mientras sus compañeros de redacción charlaban, o bien, se iba a un escaño
de un parque o a la mesa de un café a continuar escribiendo; el mismo
periódico publicó en folletín su novela Bohemia Sentimental, la cual fue
después editada en libro en Guatemala y en 1902 por la Librería Americana de
París.15
Ya en París, se dedicó a sus tareas diplomáticas aprovechando su condición
de cónsul literato amigo del presidente guatemalteco (llegando incluso a dictar
una conferencia en la Sorbona sobre Guatemala y su gobierno), a la vez que
no desatendió sus quehaceres literarios. El sueldo mensual, que recibía
atrasado en muchas ocasiones, y los gastos que cobraba por desmentir a los
periódicos europeos que criticaban al gobierno de Estrada Cabrera, le
permitieron una vida regalada en los mejores cafés y lugares de descanso de
Francia, así como fondos para cortejar a numerosas de damas de la sociedad
parisina.16
Aunque no ejercía su labor diplomática como su principal fuente de ingresos, ni
con el mismo afán que ponía en su obra literaria y periodística, sus reportes al
Secretario de Relaciones Exteriores de Guatemala eran muy elaborados. He
aquí un ejemplo que se encuentra en El Guatemalteco, Diario Oficial de
Guatemala:

Sumario de un reporte sobre los astilleros alemanes en Hamburgo: «Las


exportaciones del puerto de Hamburgo durante los doce meses pasados, han
sido importantísimas. Este gran centro comercial crece con prodigiosa
vitalidad y aún habiendo llegado a un apogeo que todos sus rivales le envidian,
trabaja sin descanso por progresar más aún. Esta es la historia, que reproduzco
en extracto, de una de las más asombrosas empresas humanas que se han
creado hasta hoy. Lo que esos buques representan de influencia comercial y
aún influencia nacional, es extraordinario. Puede decirse que además del
puerto de Hamburgo que se halla aquí en las riberas del Báltico, otro
Hamburgo, flotante, Hamburgo de tablas, está repartido por todos los mares
del mundo y con el solo prestigio de su laboriosidad hace tan respetable su
pabellón cual los más orgullosos estandartes.»

—Tomado de El Guatemalteco Diario Oficial de la República de Guatemala,


en la América Central. 15 de enero de 190717

Años más tarde, el presidente argentino Hipólito Yrigoyen le nombraría también


representante de Argentina en la misma ciudad. 16
Hacia el final de su carrera literaria volvió a ocuparse de la vida pública de
Guatemala tras la expulsión de Guatemala del arzobispo Muñoz y Capurón,
quien se había inmiscuido en la política local tras la caída del licenciado
Estrada Cabrera en 1920. Atacó al presidente de turno, general José María
Orellana -quien había sido jefe del Estado Mayor del ejército de Estrada
Cabrera- pero fue refutado por la prensa local y tuvo que rectificar aduciendo
que comprendía que ya no se estaba viviendo la «dictadura del tirano de La
Palma». Pese a su disculpa, ya nunca regresaría a Guatemala, en donde era
considerado un «cabrerista»a y por ende, non grato.18
Carrera periodística[editar]
Desde su llegada a Europa, Carrillo envió sus artículos de crítica y opinión a El
Liberal, prestigioso diario español.
Corresponsal de prensa[editar]
Como cronista periodístico en Europa había pocos que le igualaran y ninguno
que le superara, haciéndose acreedor al sobrenombre «El Príncipe de los
Cronistas». Su vasta producción no es conocida en su totalidad, pues colaboró
con muchas publicaciones, en las que sobresalen las siguientes:

1. En Buenos Aires (Argentina): La Nación y La Razón.


2. En La Habana (Cuba): Diario de La Marina.
3. En Madrid (España): El Liberal -con dos mil seiscientas sesenta y
siete crónicas de 1899 a 1920-, Blanco y Negro, La
Esfera, Pluma y Lápiz, Electra, El Imparcial y ABC -con
quinientas setenta crónicas de 1921 a 1927-.
Entre sus principales contribuciones se encuentran:

1. Reportaje sobre la situación de la Rusia zarista en 1905. Durante


su viaje a San Petersburgo junto al director de El Liberal Alfredo
Vicenti, conoció la tremenda realidad del gobierno del zar Nicolás
II, el clero ortodoxo, los movimientos de los obreros y estudiantes
y la represión de los oficiales y nobles. Tras aparecer en El
Liberal, sus reportajes aparecieron en su libro La Rusia actual,
con prólogo del propio Alfredo Vicenti uno de sus mejores amigos
y mentor.1 Esta obra fue la denuncia más vehemente de la
injusticia en Rusia hecha en español. Como no era obra de un
político o de un gobierno en específico, quedó como un
documento irrefutable por su objetividad e imparcialidad. 19
2. Egipto, Japón y China, también en 1905. Con motivo de la
victoria del Imperio Japonés sobre los rusos, Gómez Carrillo
convenció a los directores de los periódicos para los que
trabajaba para visitar el Lejano Oriente. El objetivo periodístico
del viaje era informar a los lectores de El Liberal y La
Nación sobre la situación de Japón como país vencedor, las
consecuencias que produjo la guerra y el rumbo que tomaba el
poderoso imperio, pero sus reportajes no solo dan cuenta de las
costumbres políticas, sociales de los países que visitó sino que,
como corresponde a un experimentado seductor, también da
cuenta de las costumbres y tradiciones eróticas de dichos países.
De sus apuntes publicó dos libros:
o De Marsella a Tokio, sensaciones de Egipto, la India,
la China y el Japón publicado en 1906 y prólogo escrito
por Rubén Darío.20
o El alma japonesa publicado en 1907 y dedicado al
presidente de Guatemala Manuel Estrada Cabrera por
hacer «del culto de la enseñanza popular una religión
moderna».21 Cabe mencionar que cuando este libro fue
traducido al francés, el gobierno de Francia le otorgó la
cruz de la Legión de Honor «por su larga, perseverante
y conspicua labor de propagandista de los valores
literarios de Francia y de la cultura francesa».
3. Tierra Santa: Tras un viaje por Tierra Santa en 1913, escribió su
libro Jerusalén y la Tierra Santa, el cual fue bien recibido por la
crítica literaria, pero atacado por los religiosos. A pesar de la
crítica religiosa, el libro tuvo gran circulación
en España y América. Fue excomulgado por varios obispos en
ambos continentes, pero Rubén Darío resume mejor quien
resultó airoso al final: «es lo más firme, lo más sentido, lo más
meditado de toda su obra... Si este diablo de hombre quisiera,
aún después de la excomunión, lo prologaría ahora un
cardenal!»22
4. La Primera Guerra Mundial: durante los primeros tres años de
la Gran Guerra, ejerció como corresponsal de El Liberal, y
gracias a sus detalladas crónicas, producto de su valor al
acercarse a pocos metros de las líneas alemanas, el público
español conoció los horrores del frente. Un compendio de sus
artículos se encuentra en sus obras: Crónica de la
guerra (1915), Reflejos de la tragedia (1915), En las
trincheras (1916), En el corazón de la tragedia (1916)23 y La
gesta de la Legión (1918), obra que relata la historia de los
voluntarios españoles e hispanoamericanos en la Legión
Extranjera francesa en África durante la guerra.
Gómez Carrillo en 1917 tras abandonar la dirección de El Liberal

Por sus contribuciones como cronista de guerra, el gobierno francés le otorgó


la alta dignidad de comendador de la Legión de Honor. También fue un hábil
entrevistador, siendo una de sus más famosas entrevistas la que le hizo al
papa Benedicto XV durante la guerra; el papa lo recibió a pesar de ser Gómez
Carrillo un reconocido casanova y escritor herético. 24 En 1916 empezó a dirigir
el periódico El Liberal de Madrid, pero solo pudo dirigirlo durante un año,
debido a sus múltiples viajes como corresponsal.
Revistas

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