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Alfa-omega….omega-ALFA…..OMEGA-ALFA…
Los que habían creado el griego sabían a ciencia cierta que existía un
desdoblamiento de los tiempos debido a “aceleraciones sucesivas” de
su transcurrir y que para vivir había que utilizar: un pasado – un
presente – un futuro – !!! al mismo tiempo !!!
Ahora bien, ¿cómo dejarnos guiar por esta parte de nosotros mismos
que, desde pequeños, hemos aprendido a ignorar?
Es recuperando el principio vital de intercambio de informaciones con
nuestro “doble” durante nuestros sueños que podremos por fin
conocer el objetivo de nuestra vida y encontrar el equilibrio capaz de
reconducirnos a él.
Así pues el presente separa “la luz de las tinieblas”. Es preciso ser
dos para intercambiar información: uno de ellos viaja entre su
presente y su futuro. El otro entre ese futuro (que es su presente) y
el futuro de ese futuro (que es su propio futuro).
Así pues, las tres realidades presentes -del pasado, del presente y del
futuro- son accesibles al mismo tiempo por intercambios de
información en las aperturas temporales.
Debemos saber que nuestro otro “yo” vela por nosotros. ¿Qué hay
qué hacer?
CAMBIAR EL FUTURO
Restablecer un cuerpo enfermo o acallar una mente angustiada viene
a ser, cambiar el futuro y consecuentemente cambiar el mundo. El
quejarse o lamentarse crean inmediatamente en el futuro algo del
que poder quejarse o lamentarse.
Una parte nuestra pasa sus días fabricando los futuros que la otra
selecciona durante la noche.
Los llenamos desde hace 25.000 años. Podemos decir que hemos
almacenado futuros en 12 cofres que están al “servicio de nuestra
vida”, en griego zoi-diáconos o zodíaco. Debido a nuestra encarnación
los modificamos y deberíamos permitir a nuestro doble hurgar dentro
para volver a poner orden en ellos.
Es un ser de luz que sigue siendo una parcela del Creador. Está
dotado de la fuerza creadora de una estrella que es nuestro polo de
reunificación y de reconstitución.
OBSTÁCULOS