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La ley de la atracción

La ley de la atracción nos indica que todos nosotros atraemos hacia nuestra vida
aquello a lo que enfocamos nuestro pensamiento de manera constante. Entonces
decimos, que lo que sucede en el exterior, a nuestro alrededor, no es más que el
reflejo de lo que ocurre en nuestro mundo interior.
Si la manera que tenemos de pensar, las ideas que albergamos en nuestra mente,
nuestros pensamientos dominantes están constantemente enfocados en
situaciones de positividad, fortalezas o hábitos de éxito, todo esto, con ayuda del
refuerzo de nuestras acciones nos llevará a conseguir lo bueno que manifestamos
para nuestra vida.
De ser el caso contrario, de tener pensamientos de debilidad, con posibilidades
pobres o negatividad, entonces eso será lo que acabemos por atraer para
nosotros mismos. Por ello decimos que la ley de atracción consigue su igual.
Esta ley está basada en una serie de hábitos basados en el pensamiento que
tenemos que adaptar a nuestro día a día, hasta que se vuelvan tan naturales
como respirar. Repetir una y otra vez con energía positiva eso que quieres para
alcanzar el éxito, esforzarte con acciones por llegar a él, es la verdadera fórmula
para manifestar cosas buenas.
La ley de atracción nos dice es que cada uno de nosotros se encarga de atraer la
clase de vida que desea, que todos somos arquitectos de nuestro propio destino.
Todo esto comienza con los pensamientos que albergamos en nuestra mente y
nuestra visión del mundo.
Una visión pesimista nos traerá una vida absurda y deprimente, mientras que la
capacidad de visualizar con positivismo nos llevará a resultados favorables y
sorprendentes. La cuestión está en que ambas situaciones están en el mismo
mundo y todo está en cómo elegimos plantear nuestros pensamientos y el actuar.
Nuestros pensamientos son la semilla de lo que ocurrirá en nuestro futuro y todos
nosotros somos responsables de ello. El ser humano es literalmente lo que piensa:
cada persona construye sus condiciones, su éxito y su destino como virtud de los
pensamientos que alberga. Las acciones son semillas de los pensamientos que
producimos, y la dicha y el sufrimiento son los frutos.
La atracción no depende de las circunstancias, debido a la ley de atracción
nuestros pensamientos se traducen en hábitos, y estos rápidamente acabarán por
volverse circunstancias. Es decir, no necesitamos tener todo a nuestro alcance
para poder pensar positivo y tener buenos resultados, si no, atrevernos a cambiar
este modo de pensar, y a pesar de que las dificultades y obstáculos, tener la
capacidad de salir y adaptar nuestros pensamientos a lo noble, para poder
convertirlos en hábitos de éxito y prosperidad.
La naturaleza se encarga de permitirle a cada persona que sus pensamientos se
conviertan en hábitos y estos hábitos en circunstancias. Y para sacar el mayor
provecho de esto, nuestros pensamientos dominantes tienen que ser
constructivos. Es decir, tenemos que trabajar en nuestra mentalidad, aceptar las
malas circunstancias, y dejar que los malos pensamientos nos dominen, jamás
podremos atraer manifestaciones positivas.
El poder para lograr lo uno y lo otro esté nuestra mente. Existen dos ideas
fundamentales sobre como los pensamientos moldean nuestro futuro: tú sólo
puedes actuar basado en aquello que tienes en tu pensamiento, si quieres lograr
algo tiene que pasar primero por tu mente, y la segunda es que todo aquello en lo
que piensas tiende a expandirse en tu vida, sea bueno o malo. Es decir, ese
pensamiento dominante logrará manifestarse en ti y podrá lograr que las personas
te perciban así.
Cuando hablamos de pensamientos, nos referimos a las conversaciones o diálogo
interno consciente o inconsciente consigo mismo. Hablar con uno mismo, es una
forma de reformar nuestras opiniones.
Es importante entender el lenguaje del cerebro, saber como funcionan las
imágenes de nuestra mente, la ley de atracción dice que estas imágenes juegan
un papel en logro de las metas, tanto como en el condicionamiento que nos dirige
al fracaso.
Este proceso de visualización positiva no es más que la capacidad que todos
poseemos de crear una imagen mental clara de todo eso que queremos alcanzar,
como si ya lo hubiéramos logrado. Es un proceso que comienza con tu diálogo
interno.
Enfocarse en nuestras debilidades, hace que las imágenes de nuestros
pensamientos se expanden más y cada vez lo vemos más como una realidad y
ahí se da el autosabotaje que resulta inconsciente.
Un gran mito acerca de la ley de atracción se da cuando se presenta una situación
negativa en nuestro día, la gente cree que, si presentamos una actitud positiva
ante ella, esta acabará por esfumarse, Ciertamente no es así, la verdad es que
esa positividad sólo determinará que tanto impacto tendrá lo negativo en tu vida.
Una actitud mental positiva no te permitirá hacer cualquier cosa, pero si ampliará
tu visión de manera que puedas hacer todo de mejor manera que con una actitud
negativa. Las afirmaciones sin acción son sólo intención, y las buenas intenciones
no producen resultados.
Usar tu voluntad para mantener tu cabeza enfocada en tu fe y propósito de lo que
quieres lograr. La ley de la atracción afirma que el nivel de salud que mantenemos
responde en gran medida a nuestros pensamientos dominantes. Dentro de las
funciones del cerebro, se encuentra el mantenimiento y mejoramiento constante
de la salud mental y física del individuo.
Nunca atraeremos simplemente aquello que deseamos o aquello que pedimos, si
no, aquello que merecemos. Las manifestaciones no son el reflejo de nuestras
circunstancias, si no el reflejo de lo que somos.
La voluntad o el deseo de cambiar no son suficientes, la única opción es hacer lo
que sabes que tienes que hacer. Si deseas cambiar los pensamientos que tienes
hasta ahora, debes cambiar los programas que han dominado tu mente hasta
ahora. El subconsciente siempre traducirá tus pensamientos en sentimientos
reales.
Un buen primer paso es eliminar todas las afirmaciones negativas que has tomado
hasta ahora, descartarlas definitivamente de tu vocabulario. Cámbialas por
afirmaciones positivas que dibujen en tu mente los resultados que deseas obtener,
formúlalas en tiempo presente como si ya estuvieran ocurriendo o estuvieran en
un futuro próximo. Leer estas afirmaciones sin más, no contarán con ningún valor,
lo obtendrán sólo si son pronunciadas con fe y convicción
De nada sirve lo que pienses, proyectes y planees si no está acompañado por el
propósito y la determinación de actuar.
¿Qué distingue a la persona exitosa y feliz del resto de las otras personas? La
gratitud juega un papel vital en el camino al éxito. Una persona agradecida atrae
hacia sí la riqueza con mayor facilidad que la que nunca se detiene a agradecer.
La actitud de agradecimiento te acerca más a la fuente de las riquezas, la ley de la
causa y efecto nos demuestra que la gratitud que nuestra mente exprese hacia
cualquier cosa o persona no sólo llegará a su desino, si no que generará una
respuesta positiva. La fe crece con la gratitud: la mente agradecida siempre
espera cosas buenas, y esta esperanza engendra fe. La actitud de gratitud
produce una mayor fe, y cada vez que agradecemos la aumentamos, y con ello
prosperamos.
La ley de atracción también funciona en las relaciones que tenemos con los
demás: señalar siempre las virtudes de los demás y tratarlos con palabras
alentadoras y tendremos como resultado que esas virtudes realmente comiencen
a expandirse en su vida y en la nuestra propia.
Por otra parte, la ley también influye en ámbitos importantes en la vida como lo es
el económico. Es algo sólido el decir que está en nuestras manos elegir la clase
de vida que deseamos vivir, el nivel de riqueza o pobreza que atravesamos en
nuestra vida ha sido el resultado de nuestros propios pensamientos, se ha
originado en nuestra manera de pensar, se ha afianzado con nuestros hábitos y se
ha solidificado con nuestras acciones.
Si programas tu mente con principios de éxito, ella se encargará de llevarte hacia
el camino de la riqueza, y si además de esto utilizas afirmaciones positivas
respecto al nivel de abundancia que deseas experimentar en tu vida, si te
concentras en metas específicas sobre la calidad y estilo de vida que deseas
experimentar, refiriéndote a ellas como si ya fuesen una realidad puedes agudizar
tu sensibilidad hacia oportunidades que de otra manera pueden pasar
desapercibidas.
Otro punto importante por tomar en cuenta a tomar en cuenta de la ley de
atracción es la fe que debemos tener en nuestra habilidad para tomar decisiones
en situaciones inesperadas. Si actuamos en el presente con la mente en el futuro,
la acción actual será el producto de una mente definida. Entonces, lo correcto es
actuar con el futuro con toda nuestra atención con el presente.
No se trata de no planear el futuro, si no, de no dejarlo a la suerte y vivir de
expectativas, lógicamente el futuro será producto de las consecuencias de nuestro
actuar presente, es por eso que debemos darle el peso mayor a lo que hacemos
en este tiempo. No hay ni habrá otro tiempo para trabajar que el ahora, no se
puede trabajar desde donde no estás, ni de donde no has estado, y mucho menos
desde donde crees que estarás. Sólo puedes empezar a actuar desde donde te
encuentras.
Para concluir, podemos decir que a ley de atracción sólo comienza a ejercer su
poder cuando nuestra manera de actuar denota que realmente es consistente con
las metas que anhelamos lograr. La visión sin acción es inválida.

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