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PACIENTE: Pedro morales acosta

CC:1.006.820.550.
TEL:322-914-9784.
CORREO:PedroMor19@gmail.com
MOTIVO: URGENCIAS

HISTORIA CLÍNICA

Cartero de la empresa inter rapidísimo de 28 años de edad que acude al Servicio de


Urgencias tras haber sufrido una mordida en la cara por un perro, aproximadamente una
hora antes. Se dice que el señor fue a entregar la correspondencia a la casa en la cual
estaba el perro y el perro salió directamente a morderlo en la cara

Exploración física

Se observan múltiples heridas, las más importantes: una laceración en el lóbulo inferior de
oreja derecha de 2 cm de longitud y laceración en región periorbitaria izquierda a nivel de
canto interno involucrando párpado inferior.

Se realiza lavado con solución salina. La paciente tiene la cartilla vacunal al día y no
presenta ningún antecedente patológico de interés.

Comentario medicos especialistas

Las mordeduras por animales en niños son una causa frecuente de visitas a los servicios de
atención primaria y urgencias. La mayoría de las mordeduras de perros ocurre en niños
entre 5 y 9 años de edad y es más frecuente en el sexo masculino. Las regiones más
comúnmente afectadas por la mordedura de perro en niños menores de 9 años de edad son
la cabeza y el cuello, debido a que las cabezas son proporcionalmente más grandes y su
estatura más baja; en niños mayores de 10 años, así como en adultos, los brazos y las
piernas son los sitios más frecuentes de mordeduras, particularmente la mano derecha.

La anamnesis y exploración física deben estar enfocadas a determinar las circunstancias


que rodean la mordedura, su ubicación, el tipo de animal, el momento en el que ha tenido
lugar, si el paciente ha tenido fiebre, eritema o inflamación local, calor o drenaje purulento.
Si el paciente está estable la herida debe explorarse a fondo después de la anestesia local
o regional para determinar el potencial daño a las estructuras subyacentes y la inoculación
de cuerpos extraños.

La exploración neurovascular local y distal deben evaluarse después de la anestesia. Al


igual que con todos los traumatismos, la evaluación inicial se debe orientar a garantizar que
las vías respiratorias, la respiración y la circulación, estén intactas. Todas las heridas
requieren una irrigación extensa y si es necesario se debe actualizar el estado de
vacunación del tétanos del paciente.

Asimismo, se debe proporcionar un tratamiento adecuado del dolor antes de la exploración,


irrigación o desbridamiento de las heridas. Las mordeduras de perro complicadas deben
estabilizarse y derivarse al servicio de consulta adecuado.

Tratamiento

La profilaxis y la antibioterapia son un tema controvertido, sin embargo, se indican en


heridas profundas, lesiones en las que se haya realizado cierre primario, mordeduras en
cara, manos y área genital, lesiones próximas a articulaciones, en aquellas con manejo
tardío (12 a 24 horas en cara y 6 a 12 horas en brazos o piernas) y en pacientes
inmunodeprimidos.

Las infecciones resultantes de mordeduras de todas las especies animales son


polimicrobianas, con bacterias aerobias y anaerobias. Comúnmente los perros y los gatos
tienen una flora oral de Pasteurella, Staphylococcus y Streptococcus. Las mordeduras de
perro en individuos inmunocomprometidos, especialmente en pacientes asplénicos, generan
preocupación por la posibilidad de derivar en una sepsis por Capnocytophaga.

Amoxicilina-clavulánico es el antibiótico de elección para la profilaxis

Discusión

La rabia rara vez es una preocupación debido al amplio programa de vacunación en


animales domésticos, aunque la vacuna antirrábica se recomienda a todas las personas que
se hayan expuesto a un animal con la patología diagnosticada.

De forma general, se pueden tener en cuenta las siguientes consideraciones para aplicación
de los biológicos antirrábicos humanos en la persona expuesta:

Exposición sin riesgo: no hay contacto directo con la saliva del animal o la piel de la persona
expuesta está intacta sin lesión.
Exposición de riesgo leve: comprende dos posibles situaciones: cuando la persona sufrió
mordedura en piel erosionada o en herida reciente, y cuando la tiene una mordedura
superficial, que incluye epidermis, dermis y tejido subcutáneo, en la región del tronco,
específicamente tórax y abdomen o en miembros inferiores (muslo, pierna, pie).
Exposición de riesgo grave: se considera en los siguientes cinco posibles incidentes:
Contacto directo con la saliva de animal rabioso en la mucosa de ojo, nariz, boca, ano o
genitales.
Mordedura en cabeza, cara, cuello o en miembros superiores.
Mordeduras profundas o múltiples (2 o más mordeduras) en cualquier parte del cuerpo.
Las mucosas de la persona expuesta entran en contacto con la saliva del animal rabioso
confirmado por laboratorio.
Paciente inmunodeprimido.
En aquellas con exposición sin riesgo no está indicado aplicar tratamiento biológico
antirrábico humano. En las exposiciones de riesgo leve se aplicará únicamente vacuna
antirrábica humana en los días 0, 3, 7 y 14 (esquema Essen). En aquellos con exposición
de riesgo grave se aplicarán la vacuna antirrábica y la inmunoglobulina calculada a 20 UI/kg
de peso. La forma de administración será mediante infiltración de la mitad de la dosis
requerida alrededor de la herida, si esta lo permite, y el resto por vía intramuscular profunda
en la región glútea. No es necesaria la vacuna si el animal no muestra signos o síntomas de
rabia (anorexia, disfagia, comportamiento anormal, parálisis o convulsiones; como
precaución, deberá ser monitorizado al menos 10 días).

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