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Tema 2: El feudalismo

2.1 Los orígenes del feudalismo: Imperio Carolingio.


2.1.1 El reino de los francos.
El reino de los francos era muy extenso. Ocupaba no solo la antigua Galia sino también territorios de la
península Itálica y de la Europa Central.

A principios del siglo VIII, un noble franco, Carlos Martel, dirigió el ejército contra los musulmanes que desde
Al-Andalus intentaban avanzar sobre Francia, y los derrotó cerca de Poitiers (732).

Su hijo Pipino el Breve se convirtió en rey de los francos y fundó la dinastía carolingia. Más tarde, su hijo y
sucesor Carlos, llamado "el Grande" (Carlomagno), se convirtió en reconstructor del Imperio de Occidente.

2.1.2 Carlomagno
Carlomagno conquistó gran parte de las tierras de Europa occidental, frenó el avance del Islam y
estableció fronteras seguras en todo el territorio.

Además, convirtió al cristianismo a todos los pueblos bajo su autoridad y reforzó la unión entre el
poder político y el poder religioso, obligando a los obispos (jefes de la Iglesia en cada territorio) a
jurarle fidelidad.

En el año 800, Carlomagno fue coronado por el papa León III como el nuevo emperador de las
tierras de Occidente, entonces cristianas. Estableció su corte en Aquisgrán y propició un enorme
renacimiento cultural.

2.1.3 ¿Cómo gobernó su imperio Carlomagno?


Carlomagno hizo construir un palacio en Aquisgrán, al que convirtió en su vivienda oficial. Se
levantaron numerosas edificaciones residenciales, gubernativas y religiosas, y se convirtió en el
centro del poder del Imperio.

El emperador quería revivir el esplendor del Imperio romano. Por ello, no solo se ocupaba de las
conquistas militares, sino que impulsó una verdadera renovación cultural. Se crearon escuelas, se
volvió a enseñar el latín y los monjes copiaron en hojas de pergamino los textos de autores
grecolatinos.
2.2 La Europa Feudal:
2.2.1 Pirámide sociedad feudal:

2.2.2 La Monarquía feudal:


El rey se situaba en la cima de la sociedad. Tenía un carácter sagrado y se le consideraba elegido
por Dios para ordenar la sociedad en la Tierra y defender la cristiandad.

El cargo era hereditario, pero cada nuevo monarca debía ser confirmado por la Iglesia en una
ceremonia de coronación.

Los territorios que el monarca tenía bajo su autoridad componían su reino, y eran considerados como
su patrimonio personal, que podía dividir o unir según su conveniencia.

A menudo, el matrimonio de un monarca podía engrandecer el reino, y también era frecuente que un
rey dividiese su reino entre sus herederos. De este modo, las fronteras cambiaban fácilmente.

Los poderes del rey


El monarca compartía el gobierno con la gran nobleza (condes, duques y marqueses) y las
autoridades religiosas (obispos y abades).

Sin embargo, el rey tenía atribuciones exclusivas, como dirigir las campañas militares, recaudar
impuestos y ejercer de juez supremo en algunos pleitos.

Para gobernar, el rey contaba con la ayuda de la Curia o Consejo Real, formada por un grupo de
notables (obispos, abades, condes, duques y marqueses), que le aconsejaban a la hora de tomar
decisiones. Una serie de funcionarios escribían y sellaban los documentos reales y mantenían un
archivo real.

Muchos reyes no disponían de residencia fija y se trasladaban a algunas de las ciudades o a los
castillos de su reino. Con ellos iban su familia y un grupo de nobles, eclesiásticos, juristas, servidores
y guerreros que formaban su corte.
2.2.3 La nobleza
2.2.4 Los campesinos
2.2.5 El feudo: señores y campesinos
LOS SEÑORES:
Las tierras bajo el dominio de un señor constituían el señorío territorial. Para explotarlas agrícolamente, el
señor cedía parcelas a campesinos que las cultivaban a cambio del pago de unas rentas (rentas señoriales).

A cambio, los campesinos estaban obligados a trabajar unos días al año en la reserva del señor (prestaciones
personales), entregarle una parte de la cosecha (censo) y contribuir al sostenimiento del castillo y de los
servicios comunitarios.

Además, debían ofrecer al señor los primeros frutos de las cosechas (primicias) y pagarle por utilizar el horno,
el molino, la herrería, la prensa y otros servicios (derechos de monopolio).

El señor feudal no solo tenía derechos de explotación económica sobre su feudo, sino que gozaba de derechos
jurisdiccionales que le habían sido cedidos por el rey (señorío jurisdiccional). Él tenía autoridad plena en su
señorío y debía asegurar protección a los campesinos en caso de guerra o peligro.

Estos derechos jurisdiccionales permitían al señor implantar órdenes, juzgar a los campesinos de su feudo y
dictar sentencias. También podía crear impuestos por algunos servicios (puentes, derecho de caza, etc.) e
imponer multas.

DERECHOS SEÑORIALES

Por su parcela de tierra debe pagar cada año 15 dineros (...).

Tres días por semana debe trillar una medida de trigo (...). Las veces que sea llamado, debe labrar un pedazo
de tierra y rastrillarlo.

(...) Debe lavar las ovejas, segar el prado del señor, recoger el heno y acarrearlo (...). Y durante la semana de la
siega, debe estar exento de los otros trabajos (...).

No puede casar hija o nieta sin autorización del señor, ni vender, sin su permiso, caballo o buey (...). Debe ir al
molino del señor (...).

A su muerte, el señor debe percibir el mejor animal. Y si muere sin testar, todo su ganado quedará a disposición
del señor.

CAMPESINOS:
Los campesinos eran los encargados de cultivar las tierras y cuidar del ganado. Constituían la
mayoría de la población medieval (90%) y, aunque llevaban una vida muy similar, podían
diferenciarse dos categorías:

Los campesinos libres eran propietarios de su tierra (alodios) y no estaban sujetos a un señor. Por ello, podían
disponer libremente de sí mismos: casarse, abandonar el feudo, dedicarse a un oficio, etc.
Los siervos trabajaban las tierras de un señor y no tenían libertad personal. No podían abandonar las tierras, ni
casarse, ni dejar herencia sin permiso del señor.

Todos ellos vivían en pequeñas aldeas o en granjas aisladas y tenían el derecho a explotar los bosques
para obtener leña y los prados para el pasto del ganado.

Las obligaciones de los campesinos

● Realizar prestaciones personales de trabajo.


● Pagar censos, primicias, peajes, derechos de monopolio y otros impuestos.
● Pagar peajes, derechos de caza y pesca...
● Obedecer todas las órdenes de señor y acatar su justicia.
● Satisfacer las multas judiciales.
● Ayudar al mantenimiento del castillo y a los servicios del feudo.

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