Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PARA LA DEPRESIÓN
Índice
3. Caso práctico.
4. Aplicación de la AC en terapia.
1. Vuelta a los orígenes. Un corto paseo por el nacimiento e historia de la AC.
Así pues podemos decir que la AC, nace de los trabajos llevados a cabo por Charles
B. Ferster, quien profundizó en el concepto e implicaciones de las contingencias de la
conducta, así como sus incisos e hincapié en la importancia que tenía para la persona la
función y no la forma de llevar a cabo una conducta. Peter M. Lewinsohn, y su trabajo sobre
cómo la ausencia de reforzadores positivos aumentaba la probabilidad, tanto de padecer
depresión como de que se cronificase en el caso de que fuera ya existente en la vida de la
persona, además, Lewinsohn, propuso la insensibilización ante situaciones que producen
aversión de cara al tratamiento clínico, aportando así dos pilares de la futura AC, la
monitorización de actividades semanales y la programación de actividades en curso. Además
los trabajos de Lynn P.Retim y Aaron T. Beeck también resultaron cruciales para el desarrollo
de esta técnica de Activación Conductual enfocada al tratamiento de la depresión.
Podríamos decir que la base empírica por excelencia que respalda esta técnica, se
llevó a cabo en un experimento realizado en Seattle, en la Universidad de Washington.
Trataron a tres grupos de personas que padecían depresión (leve, grave y moderada)
aleatoriamente con Terapia Cognitiva a unos, con Activación Conductual a otros y con un
tratamiento farmacológico a los restantes. Los resultados evidenciaron cómo la AC, no sólo
resultó ser la más práctica a largo plazo que cualquiera sino que compartía singularidades en
dichos resultados con la TC, algo que dió mucho de qué hablar dentro de la comunidad
científica de aquella época.
2. Principios fundamentales de la AC.
Todas las técnicas de la A.C tienen como objetivo fundamental aumentar la activación
y el compromiso en el mundo del individuo.
Para alcanzar esta meta, la A.C se centra en los procesos que reprimen la activación,
como las conductas de huida y evitación, basándose en la premisa de que los problemas en
las vidas de individuos vulnerables reducen la capacidad de estos de experimentar la
recompensa positiva de sus entornos, y desencadenan los síntomas y las conductas que
clasificamos como depresión.
Para aliviarla, la A.C supone que se ha de ayudar a los clientes a la hora de adoptar
una conducta que en último término considerarán placentera, o que mejorará sus situaciones
vitales de tal modo que proporcionen recompensas mayores.
1. La clave para cambiar cómo se sienten las personas consiste en ayudarles a cambiar
lo que hacen.
3. Las pistas para entender lo que será antidepresivo para un cliente concreto residen
en lo que precede y lo que sigue a las conductas importantes del cliente.
Varón de 44 años, casado y con dos hijos. Abogado de formación, desde hace unos
años vive de su actividad intelectual (conferencias, reportajes, colaboraciones en los medios
de comunicación). También está comenzando un nuevo proyecto que consiste en escribir una
serie de libros. No existen antecedentes en su historia que nos indique la existencia de un
trastorno mental. Sufre un episodio ansioso hace veinte años, lo soluciona rápidamente
tomando ansiolíticos.
Estrategias de evaluación
Las conductas problema, surgieron una semana después del divorcio, ocasionado a la
persona una alteración de sus horarios, viéndose reflejado esto en la aparición de insomnio,
periodos cortos de sueño acompañados de pesadillas y además perdió 10kg. Asimismo las
autoafirmaciones se volvieron cada vez más negativas . . . “mi vida no tiene sentido”, “he
fallado en aquello que más valoraba”,”he perdido todo que le daba un sentido a mi esfuerzo:
mis hijos, mi familia, mi hijos”.
Análisis funcional
Lo más interesante fue observar que este tipo de respuestas se perpetuaba por el
mantenimiento de una serie de patrones evitativos que estaban conformados por las variadas
actividades que llevaba a cabo. Es decir, que, aunque la persona se quejaba por verse
obligado a llevar a cabo todas esas actividades, ello le justificaba no sumergirse en una labor
creativa como era redactar sus libros.
Por lo revelado del análisis funcional se estimó que la AC, consistía en el tratamiento
de elección. Se decidió emplear el protocolo de AC desarrollado por Martell et all.
A partir del análisis funcional se determinaron, las siguientes líneas de trabajo, por un
lado hablaremos de Conductas a activar y por el otro hablaremos sobre las Conductas a
extinguir o moldear.
Conductas a activar
1.Mantener unos horarios fijos (para acostarse, levantarse y trabajar en casa, desde el
primer día de tratamiento empezaría ya fijando los de levantarse y acostarse)
2.Reiniciar la redacción de su último libro y mantener esta actividad.
3.Estar con sus hijos al menos una vez durante la semana y el fin de semana alterno que
tiene asignado.
4.Volver a contactar con grupos de amigos y conocidos los fines de semana alternos
(cuando no le corresponda estar con sus hijos
Duración de la AC
La fase de aplicación de la terapia de AC, tuvo una duración de siete meses, con un
total de 22 sesiones. Una vez finalizado se sumaron cinco sesiones de seguimiento, cada una
más distanciada que la anterior, en dichas sesiones se repitió la aplicación de autoinformes y
se llevó a cabo una prevención de recaídas. Además se le enseñó a identificar patrones de
evitación para poder responder con conductas de activación. Como el estado anímico y la
confianza de la persona se asentaron durante la intervención psicológica, las últimas
incorporaciones de conductas a extinguir/moldear resultó más sencillas y presentó menor
nivel de resistencia por parte de la persona.
Aspectos relacionados con la relación terapetua - cliente
La relación entre ambos fue buena, la persona mostró una buena adherencia al
tratamiento, cumplimentando la mayoría de los autoinformes, a excepción de uno de ellos.
Nunca canceló una cita programada y asistía de manera puntual a todas ellas,
inclusive a las sesiones de seguimiento. Durante la intervención, el terapeuta recibió un libro
propio del cliente y comentaron aspectos relacionados en las sesiones. Durante el tiempo que
duró la intervención, no acaecieron sucesos vitales en la vida del cliente, por lo que la
atribución del cambio, se asignó, primordialmente a la intervención psicológica.
La mayor parte del tiempo de una sesión de AC se dedica a revisar las tareas para casa
de la semana anterior, elaborando nuevas tareas, y a la solución de problemas que puedan ser
barreras potenciales para llevar a cabo nuevas tareas para casa.
La revisión de las tareas para casa específica y concreta es, en esencia, el camino en el
que los terapeutas de AC aprenden sobre sus clientes y sus vidas.
La naturaleza específica de las tareas revisadas y asignadas depende, supuesto, de
dónde el cliente está en tratamiento y de la evaluación funcional.
La sesión termina generalmente con una revisión breve de la sesión y en ese momento
el terapeuta puede pedir al cliente feedback sobre lo que ha sido más útil de la misma.
SESIÓN 1:
“He oído tu historia y me gustaría resumir en uno o dos minutos lo que he estado
escuchando. Encuentro sentido a tu depresión, cuando las vidas están así, la gente suele
sentirse de la misma manera en que te sientes tú. No estás loca ni débil ni defectuosa.
Por tanto, vamos a averiguar cómo hacer que tu vida sea significativa y agradable de
nuevo. Lo primero que tenemos que hacer es activarte y engancharte a la vida, moverte ya sea
hacia tus metas o moverte para adivinar cuáles son esas metas. Moverte para que sientas que
has empezado a solucionar alguno de estos problemas. Y moverte simplemente para que te
diviertas y encuentres placer en tu vida de nuevo. ¿Qué te parece?”
❖ MONITORIZACIÓN DE ACTIVIDADES
Cualquier información recogida debe ser valorada por el terapeuta como útil
Ej: el terapeuta podría pedirle a la cliente que presente atención especial a los sucesos
y emociones que ocurren cerca de sus siestas. La cliente puede volver a la tabla de actividad y
ver qué normalmente duerme la siesta durante el día cuando está sola en casa y se está
sintiendo sola y aburrida. Esta información sugeriría que para este cliente dormir la siesta
sirve de evitación o escape de su soledad o aburrimiento y se podría asignar tareas
alternativas para reducir el aburrimiento en este tiempo.
Para otros clientes, completar una tabla de actividad puede ser embarazoso,
dependiendo de las actividades que realice el paciente.
En general, los registros de monitorización deben explorar los déficits de actividad (p.
ej., no salir nunca de casa), los excesos (p. ej., dormir todo el día) y cualquier relación entre
estado de ánimo y actividad (p. ej., ej estado de ánimo se elevó cuando estaba hablando con
un amigo).
Esta revisión debería llevar directamente a tareas de activación simples
individualizadas.
❖ EVALUACIÓN DE VALORES
Muchos clientes encuentran que hablar de valores y enmarcar las tareas de activación
en términos de aquellos, dignifica el proceso de activación haciéndolo más significativo.
En la Sesión 1, el terapeuta puede presentar este listado al cliente,como una tarea para
casa. El terapeuta puede sugerir al cliente que eche un vistazo al listado y empiece a pensar
sobre las áreas de importancia para él o ella.
Específicamente, se pide a los clientes que puntúen cómo de importante es cada valor
para ellos en una escala de 1 a 10, y que, además, valoren cómo de consistentes han sido sus
acciones con cada valor en la última semana (la anterior cuestión 1) en una escala de 1 a 10.
Observar discrepancias y consistencias entre las puntuaciones de importancia y las
puntuaciones de consistencias pueden ser útiles para los clientes a la hora de estructurar las
tareas de activación.
A través de estas cuestiones, el terapeuta junto con el cliente pueden definir tareas de
activación específicas relacionadas con los valores y objetivos del cliente. Se puede volver a
este punto cuando sea necesario a lo largo de la terapia.
Algunos clientes deprimidos pueden informar de no tener valores. Para estos clientes
los procedimientos de evaluación funcional deberían ser útiles para identificarla fuente del
problema.
Algunos pueden simplemente no haber pensado nunca sobre los valores (esto podría
ser un problema de control estimular).
Otros pueden insistir decididamente en la inutilidad de los valores. Para estos clientes
es fácil que la valoración, como conducta, haya sido castigada y extinguida.
Para otros, posiblemente para los clientes más jóvenes, las interacciones negativas con
las presiones de los padres pueden haber resultado en una evitación activa de los valores y
objetivos como una forma de lucha o una reacción contra las contingencias que establecieron
que las conductas valoradas eran algo que se debe hacer para los padres, en lugar de algo que
puede hacerse para uno mismo.
Para otros clientes, el trabajo con valores al principio de la terapia puede ser
simplemente imposible y la falta de habilidad del cliente para identificar valores no debería
atascar la realización de tareas de activación desarrolladas a través de otros medios.
El terapeuta debe poner en duda las actividades básicas que el cliente haya podido
parar de hacer (p. ej., la higiene) e integrar estas actividades en el listado si fuera necesario.
Una columna final para «dificultades reales» permite al cliente evaluar cómo la
dificultad de las tareas puede cambiar con el tiempo.
Cada tarea de activación simple debería detallar explícitamente el quién /qué/ dónde,
y cuándo de activación (listado en el papel cómo q /q/d/e).
El beneficio de las tareas en vivo es que el terapeuta está presente para controlar las
consecuencias que siguen mejorando la conducta del cliente.
- ¿Es suficiente la activación simple?
Con otros clientes, la activación simple no tendrá éxito, pero esto no significa que no
deba intentarse. La lección que se aprende del fracaso de la activación simple se convierte en
el factor clave para determinar cómo individualizar el tratamiento con el resultado de los
obstáculos que bloquean la activación simple.
SESIÓN 2.
Es importante desarrollar asignaciones de tareas para casa que tengan una alta
probabilidad de éxito y sean significativas para el cliente.
Particularmente las tareas para casa útiles pueden emanar directamente de las tareas
de activación realizadas en sesión.
El término «tarea para casa» puede ser provocativo para algunos clientes, y el
terapeuta debería sentirse libre de usar cualquier término que le sea útil, cómo «práctica fuera
de la sesión» o «experimentos».
- Revisión de tareas
Unas tareas para casa totalmente completadas son, por supuesto, ideales en AC pero
poco frecuentes. Normalmente, se espera que un cliente que completa totalmente todas las
tareas para casa mejore rápidamente y que el tratamiento en general no se complique.
Para la mayoría de los clientes, la norma es completar parcialmente las tareas para
casa.
En general, especialmente en los primeros momentos de la terapia, los terapeutas
deberían estar contentos con cualquier actividad completada que sea una mejora respecto a la
línea base del cliente.
Los clientes, por el contrario, algunas veces interpretan los éxitos parciales cómo
fracasos totales.
La revisión de las tareas para casa al inicio de cada sesión también debe incluir una
discusión sobre qué impidió al cliente completar la tarea o qué barreras superó para
completarla.
❖ EVALUACIÓN FUNCIONAL
Una buena evaluación funcional requiere que el cliente describa esta secuencia en
detalle, de manera que el terapeuta pueda llegar a observar tan cerca cómo sea posible la
secuencia real.
Así, la evaluación funcional debe incorporarse a la revisión de tareas para casa cuando
las asignaciones no se completaron y sugiere cuál, o qué combinación, de las intervenciones
disponibles en AC debe emplearse.
La excusa más común para las tareas incompletas de activación simple es sin duda
que el cliente simplemente se olvidó.
Los fracasos en las tareas de activación simples a menudo revelan que los clientes no
poseen las habilidades necesarias para completar la tarea.
El déficit en habilidades se hace más relevante en la evaluación, cuando las tareas de
activación se vuelven más complejas, y puede dividirse en habilidades no sociales y
habilidades sociales
Una amplia habilidad no social que puede necesitar atención del terapeuta es la
solución de problemas. Se puede ayudar a estos clientes mediante el aprendizaje de
habilidades de organización, planificación, programación y solución de problemas.
Más complicado es evaluar las habilidades sociales, como tener una conversación con
el marido, decir que no a la petición de un amigo, responder a una hija sin ira, o pedir al jefe
un aumento.
Es fácil para el terapeuta sobrestimar una habilidad del cliente en esa situación. Tales
conductas interpersonales complejas son relativamente fáciles y naturales para el terapeuta,
sin embargo, pueden ser sorprendentemente difíciles para un cliente deprimido.
Además, es más importante advertir que en algunos casos un cliente puede haber sido
extremadamente habilidoso y no conseguir el objetivo deseado, a pesar de todo.
Así, es importante distinguir entre déficit de repertorios y variables ambientales
incontrolables que sean la causa de que las tareas de activación den resultados indeseados.
Con frecuencia, el fracaso de la activación está causado (al menos en parte) por las
reacciones de los demás a los individuos deprimidos.
Especialmente, la familia y amigos del cliente con frecuencia apoyan las conductas
deprimidas inintencionadamente.
Las preguntas para evaluar las consecuencias se centran en comprender las reacciones
de los demás. Los ejemplos se centran en el cónyuge pero pueden modificarse para cualquier
interacción de pareja. Las preguntas son:
• ¿Cómo reaccionó su cónyuge cuando usted hizo esto? ¿Es una reacción típica en
el/ella?
• ¿Es normal que su cónyuge reaccione de esa manera con otras personas?
• Si tuviera que hacer esta tarea, ¿cómo cree que respondería su cónyuge?
4. (Consecuencias): consecuencias privadas.
La evitación a menudo es interpersonal —eso es, el estímulo que se está evitando son
las experiencias internas (p. ej., pensamientos o sentimientos aversivos)—. Por ejemplo, un
cliente puede evitar hacer ejercicio porque le causa malestar físico (p. ej., dificultad para
respirar) o un estudiante puede evitar hablar con un profesor sobre una clase perdida porque
ello le trae pensamientos aversivos de ser un estudiante inadecuado.
También puede darse el caso de que un cliente sea incapaz de especificar porque no ha
realizado la tarea, y en esta situación también sospechamos que la evitación de la experiencia
pudo jugar un papel.
La activación requiere que los individuos se centren en tareas que sólo se traducirán
en ganancias a largo plazo.
Las cuestiones que guían al terapeuta hacia esta categoría se centran en la presencia de
reacciones emocionales fuertes, tales como sentirse exhausto, abrumado o ansioso.
- Consideraciones generales
Los problemas con las consecuencias privadas, sin embargo, son más complejos y las
intervenciones de activación valoradas con conciencia plena realmente se dirigen a varios
términos del modelo ABC. Ya que las consecuencias privadas son difíciles de cambiar, el
objetivo de esta activación es disminuir la relevancia o fortaleza de los estímulos privados
aversivos a través de las intervenciones con conciencia plena y generar conductas alternativas
mantenidas por las consecuencias verbalmente construidas (afirmación de valores) que
competirán exitosamente con las consecuencias privadas inmediatas que han mantenido las
conductas problemáticas de evitación en el pasado
❖ FINALIZAR LA TERAPIA
❖ FINALIZAR LA TERAPIA
Además, especialmente para clientes que están muy aislados e inactivos, la situación
de terapia les proporciona señales relevantes para las conductas no deprimidas, tales como
vestirse, abandonar la casa, tener una conversación y engancharse a las tareas de activación.
Los clientes pueden esforzarse extremadamente para complacer a sus terapeutas y es
importante considerar el rol del terapeuta como proveedor de las consecuencias relevantes
clínicamente.
Por ejemplo, se puede proporcionar al cliente una Guía para Permanecer Activo. Estas
listas u otras individualizadas al cliente pueden desarrollarse en colaboración con el mismo
alrededor de las últimas sesiones y se dan al cliente para que se las lleve a casa para
referencias futuras.
Terminamos este punto con dos ejemplos sobre cómo se puede emplear esta guía: