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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0329/2019-S3

Sucre, 19 de julio de 2019

SALA TERCERA

Magistrada Relatora: MSc. Brígida Celia Vargas Barañado

Acción de amparo constitucional

Expediente:                 27635-2019-56-AAC

Departamento:            Chuquisaca

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante por medio de su representante denuncia la lesión de sus derechos


al debido proceso en sus elementos de fundamentación y motivación de las
resoluciones y a la propiedad privada; en razón a que, tras interponer recurso de
casación contra el Auto de Vista SC 1° 154-AV. 112/2017 de 14 de junio que
declaró probada la demanda de usucapión presentada en su contra e improbada
la reconvención por reivindicación, las autoridades demandadas declararon
infundado su recurso a través de una decisión carente de fundamentación y
motivación, sin considerar que el demandante tenía calidad de detentador y no así
de poseedor del bien, aplicando de forma errónea la teoría de la intervención del
título.

En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Jurisprudencia reiterada sobre la exigencia de fundamentación de las


resoluciones

Al respecto, la SCP 2221/2012 de 8 de noviembre, sostuvo que: “…el contenido


esencial del derecho a una resolución fundamentada y motivada (judicial,
administrativa, o cualesquier otra, expresada en una resolución en general,
sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una pretensión está dado por sus
finalidades implícitas, las que contrastadas con la resolución en cuestión, dará
lugar a la verificación de su respeto y eficacia. Estas son: (1) El sometimiento
manifiesto a la Constitución, conformada por: 1.a) La Constitución formal; es decir,
el texto escrito; y, 1.b) Los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos que
forman el bloque de constitucionalidad; así como a la ley, traducido en la
observancia del principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; (2)
Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es
arbitraria, sino por el contrario, observa: El valor justicia, los principios de
interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia; (3) Garantizar
la posibilidad de control de la resolución en cuestión por los tribunales superiores
que conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación; y, (4)
Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo
órgano o persona, sea de carácter público o privado por parte de la opinión
pública, en observancia del principio de publicidad. Estos elementos se
desarrollarán a continuación:

(1) El sometimiento manifiesto a la Constitución (conformada por: a) La


Constitución formal; es decir, el texto escrito; y, b) Los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de
constitucionalidad art. 410.II) y a la ley, de la autoridad -Juez, autoridad
administrativa, etc.- o persona privada; es decir, de todo órgano o persona, sea de
carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir sobre conflictos o
pretensiones, traducido en la observancia del principio de constitucionalidad y del
principio de legalidad.

En el Estado Constitucional de Derecho asumido por la Constitución, el principio


de legalidad se encuentra en sumisión a un principio más alto: El principio de
constitucionalidad. Este supone la vinculación a los valores, principios y derechos
consagrados en la Constitución, más allá, o incluso sobre la ley.

(…)

(2) Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no


es arbitraria, sino por el contrario, observa: El valor justicia, los principios de
interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia.

Entonces, cuando todo órgano o persona, sea de carácter público o privado que
tenga a su cargo el decidir, pretende hacer uso de facultades discrecionales o
arbitrarias alejadas de la razonabilidad (principio de razonabilidad), éste se
convierte en una directriz valiosa estrechamente relacionada a la justicia (valor
justicia), porque se manifiesta como un mecanismo de control y barra de
contención de la arbitrariedad (principio de interdicción de la arbitrariedad), cuya
comprensión es multidimensional:

a) Por una parte, la arbitrariedad, es contraria al Estado de derecho (Estado


Constitucional de Derecho) y a la justicia (valor justicia art. 8.II de la CPE). En
efecto, en el Estado de Derecho, o ‘Estado bajo el régimen de derecho’ con el
contenido asumido por la Constitución bajo la configuración de ‘Estado
Constitucional de Derecho’, cuya base ideológica es ‘un gobierno de leyes y no de
hombres’, existe expresa proscripción que las facultades que ejercite todo órgano
o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el decidir sean
arbitrarias y, por el contrario, existe plena afirmación de que el ejercicio de esas
facultades deben estar en total sumisión a la Constitución y a la ley visualizando,
con ello, claramente el reverso del ya sepultado ‘Estado bajo el régimen de la
fuerza’.

(…)

b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar expresada en :


b.1) Una ‘decisión sin motivación’, o extiendo esta es b.2) Una ‘motivación
arbitraria’; o en su caso, b.3) Una ‘motivación insuficiente’.

b.1) Por ejemplo, cuando una resolución en sentido general (judicial,


administrativa, etc.), no da razones (justificaciones) que sustenten su decisión,
traducido en las razones de hecho y de derecho, estamos ante la verificación de
una ‘decisión sin motivación’, debido a que ‘decidir no es motivar’. La ‘justificación
conlleva formular juicios evaluativos (formales o materiales) sobre el derecho y los
hechos sub iudice [asunto pendiente de decisión]’.

b.2) Del mismo modo, verbigracia, cuando una resolución en sentido general
(judicial, administrativa, etc.) sustenta su decisión con fundamentos y
consideraciones meramente retóricas, basadas en conjeturas que carecen de todo
sustento probatorio o jurídico alguno, y alejadas de la sumisión a la Constitución y
la ley, se está ante una ‘motivación arbitraria’. Al respecto el art. 30.11 de la Ley
del Órgano Judicial -Ley 025- ‘Obliga a las autoridades a fundamentar sus
resoluciones con la prueba relativa sólo a los hechos y circunstancias, tal como
ocurrieron, es escrito cumplimiento de las garantías procesales’.

En efecto, un supuesto de ‘motivación arbitraria’ es cuando una decisión


coincide o deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la prueba o, en su
caso, de la omisión en la valoración de la prueba aportada en el proceso (SC
0965/2006-R de 2 de octubre), que influye, en ambos casos, en la confiabilidad de
las hipótesis fácticas (hechos probados) capaces de incidir en el sentido, en los
fundamentos de la decisión. Es decir, existe dependencia en cómo cada elemento
probatorio fue valorado o no fue valorado, para que se fortalezca o debilite las
distintas hipótesis (premisas) sobre los hechos y, por ende, la fundamentación
jurídica que sostenga la decisión.

(…)

b.3) De otro lado, cuando una resolución no justifica las razones por las cuales
omite o se abstiene de pronunciar sobre ciertos temas o problemas jurídicos
planteados por las partes, se está ante una ‘motivación insuficiente’.

Si el órgano o persona, sea de carácter público o privado que tenga a su cargo el


decidir incurre en cualesquiera de esos tres supuestos: ‘decisión sin motivación’, o
extiendo esta, ‘motivación arbitraria’, o en su caso, ‘motivación insuficiente’,
como base de la decisión o resolución asumida, entonces, es clara la visualización
de la lesión del derecho a una resolución fundamentada o motivada, como
elemento constitutivo del debido proceso.

Los tres casos señalados, son un tema que corresponderá analizar en cada caso
concreto, debido a que sólo en aquéllos supuestos en los que se advierta
claramente que la resolución es un mero acto de voluntad, de imperium, de poder,
o lo que es lo mismo de arbitrariedad, expresado en decisión sin motivación o
inexistente, decisión arbitraria o decisión insuficiente, puede la justicia
constitucional disponer la nulidad y ordenar se pronuncie otra resolución en forma
motivada.

c) La arbitrariedad también se expresa en la falta de coherencia, o incongruencia


de la decisión (principio de congruencia), cuando el conjunto de las premisas, -
formadas por las normas jurídicas utilizadas para resolver el caso, más los
enunciados fácticos que describen los hechos relevantes- no son correctas,
fundadas y si, además, su estructura también no lo es. Esto, más allá si la
resolución que finalmente resuelva el conflicto es estimatoria o desestimatoria a
las pretensiones de las partes. Es decir, como señala Robert Alexy, se trata de ver
si la decisión se sigue lógicamente de las premisas que se aducen como
fundamentación.

(…)

(3) Otra de las finalidades que justifica la exigibilidad de una resolución


motivada es la de garantizar la posibilidad de control de la resolución en
cuestión - judicial, administrativa, etc.- por los tribunales superiores que
conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación, debido a
que permite a las partes procesales conocer las razones que fundamentan las
resoluciones, para poder evaluarlas y, en su caso, plantear los recursos
pertinentes contra ellas, por ello, la doctrina sostiene que el conocimiento de la
justificación decisoria es precondición para accionar contra una decisión.

Entonces, la ‘decisión sin motivación’, además de lesionar el derecho a una


resolución motivada y fundamentada, vulnera el derecho de recurrir del fallo ante
juez o tribunal superior, constitutivo del derecho al debido proceso reconocido
como derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho humano en las
normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE y 8.2.h) de la CADH y 14.5
del PIDCP.

(…)

(4) La exigencia de una resolución motivada también tiene la finalidad de


permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de
todo órgano o persona, sea de carácter público o privado por parte de la
opinión pública, en observancia del principio de publicidad, demostrando ante
ella que es verificable objetivamente que las decisiones están en sumisión a la
Constitución, debido a que: ‘…la exigencia de justificar sus decisiones hace
posible el control democrático sobre los tribunales’, proscribiendo la decisiones
con motivaciones, que por estar ancladas en el fuero interno del juzgador, se
tornan en secretas” (el resaltado y subrayado son nuestros).

III.2. Análisis del caso concreto

De la documental cursante en el expediente, se tiene la Sentencia de 28 de


noviembre de 2016 por la que se declaró improbada la demanda de usucapión
interpuesta contra la ahora accionante y probada la demanda reconvencional de
reivindicación (Conclución II.1), decisión que tras ser apelada fue revocada por
Auto de Vista SC 1° 154-AV. 112/2017 de 14 de junio, declarando probada la
demanda de usucapión presentada contra la impetrante de tutela e improbada la
demanda reconvencional mencionada (Conclusión II.2), aspecto por el que la
peticionante de tutela presentó recurso de casación (Conclusión II.3), que fue
resuelto por las autoridades demandadas mediante Auto Supremo 696/2018 de 23
de julio, que declaró infundada su pretensión (Conclusión II.4).

Ahora bien, de la acción de amparo constitucional interpuesta, la presunta lesión


de derechos denunciado emerge del contenido del Auto Supremo 696/2018, que
declaró infundado su recurso de casación y que a decir de la accionante carece de
la debida fundamentación y motivación por lo que corresponde a continuación
compulsar el contenido de la Resolución mencionada.

En tal sentido, en el recurso de casación presentado por la accionante se


denunciaron los siguientes agravios:

i) En el recurso de casación en la forma, se denunció violación del art. 218 del


Código Procesal Civil (CPC) por no resolver el Auto de Vista todos los puntos
apelados por el perdidoso en sentencia, ya que en el recurso de apelación de
Jorge Moscoso Álvarez -hoy tercero interesado- se solicitó la anulación sin
reposición de la resolución apelada conforme a los agravios expuestos, sin
embargo no existe un pronunciamiento al respecto;

ii) En el recurso de casación en el fondo, se denuncia la violación de los arts. 138,


1286 y 1321 del Código Civil (CC) y 145 del CPC ya que para que opere la
usucapión decenal debe tenerse una posesión de buena fe y no tener la calidad
de comprador, sin embargo el demandante Jorge Moscoso Álvarez confesó ser
legítimo propietario del bien inmueble objeto de la demanda aspecto que
constituye un impedimento para iniciar acción de usucapión decenal o
extraordinaria. Además, no existe abandono del bien objeto del juicio y tampoco
prueba para declarar probada la demanda de usucapión decenal, incurriendo en
una apreciación ilegal de la prueba documental, violando los arts. 145 del CPC y
1286 del CC, al no considerar que con la presentación del pago de impuestos
municipales se demostró que nunca abandonó dicho inmueble y que el
demandante reconocía que no era poseedor de buena fe; y,

iii) En relación a la demanda reconvencional de reivindicación, mejor derecho


propietario y pago de daños y perjuicios, se violaron los arts. 1453 y 1538 del CC
al no considerar que cuenta con título de propiedad inscrito en Derechos Reales
(DD.RR.) aspecto que le permitía reivindicar su propiedad.

Al respecto, el Auto Supremo 696/2018 resolvió el recurso de casación interpuesto


en base a los siguientes fundamentos:

a) Respecto a la denuncia de incongruencia por la falta de respuesta a la solicitud


de anulación de obrados del demandante, se explicó que “…se puede establecer
que el Tribunal de alzada resolvió los reclamos tanto en relación al Auto
interlocutorio saliente a fs. 434 a 435 vta., así como los agravios presentados en
contra de la sentencia, por lo que se infiere que el Auto de Vista es congruente
con el recurso de apelación ya que atendió todos los reclamos formulados,
primero de forma, los cuales fueron rechazados, y posteriormente los de fondo los
cuales fueron acogidos (…) asimismo se debe considerar que si bien el Tribunal
de alzada no anul[ó] obrados conforme el petitorio del recurso de apelación, fue
por que el presente proceso está exento de vicios de nulidad…” (sic);

b) Respecto a la violación del art. 138 del CC en relación a que el demandante


indicó ser propietario del bien y por ende no podría iniciar demanda de usucapión,
“…el hecho que haya indicado que es propietario no es trascendental en el
presente proceso tomando en cuenta que si el demandante manifestó que es
propietario fue a efectos de precisar desde cuanto se encuentra en posesión,
generando con la presente causa una desaprensión de aquella calidad…” (sic);

c) Respecto a la violación de los arts. 145 del CPC y 1286 del CC, “...el tribunal de
alzada valoró la prueba de forma correcta y legal, toda vez que describió las
pruebas cursantes en obrados en las cuales baso su resolución, asimismo el
tribunal de alzada indicó que el A quo de forma errada manifestó que por solo el
hecho de que se haya pagado impuestos a nombre de la demandada no quiere
decir que no se haya abandonado el derecho propietario, empero es sabido que
en la práctica resulta cierto que en muchas ocasiones quien paga los impuestos es
quien vive en el inmueble por ende es tenedor de los recibos de pago conforme
ocurre en el caso de Autos, en ese contexto no es necesario ni es trascendental el
hecho de que las boletas de pago de impuestos estén a nombre del demandante
siendo que estos no acreditan la posesión…” (sic), asimismo se precisó que “…
existen suficientes elementos probatorios los cuales son trascendentales para que
la usucapión opere en el presente caso, tales como lo expresado en la audiencia
de inspección judicial cuya acta cursa a fs. 395 se tiene que la demandada ahora
recurrente indicó ‘que el lote era completamente bald[í]o’ (…) asimismo
contrastando con el informe pericial cursante de fs. 307 a 308 complementando a
fs. 341 (no objetado) en el cual manifiesta que la data de la construcción realizada
en el inmueble objeto del presente proceso es de aproximadamente 15 a 18 años
de lo que podemos inferir que el demandante dentro del proceso de usucapión
está poseyendo el terreno por más de 18 años…” (sic); y,

d) Respecto a la inobservancia de los arts. 1453 y 1538 del CC, “…si bien la
recurrente figura como leg[í]tima propietaria del inmueble objeto del proceso tiene
las facultades para plantear la acción reivindicatoria en cualquier momento,
empero esta norma tiene su limitación, vale decir que la imprescriptibilidad de la
acción reivindicatoria se interrumpe cuando se produce los efectos de la
adquisición de la propiedad por otra persona mediante la usucapión, ya que al
declararse probada esta demanda causa el efecto extintivo del derecho propietario
del usucapido…” (sic).

Al respecto, corresponde mencionar que, conforme a la jurisprudencia transcrita


en el Fundamento Jurídico III.1 de esta Sentencia Constitucional Plurinacional, los
derechos a la fundamentación y motivación de las resoluciones deben ser
entendidos como la obligación de exponer las razones de la decisión asumida,
citando los motivos en los que se sustenta la misma y el valor otorgado a los
medios de prueba, debiendo exponerse las razones de forma concisa y clara,
además de considerarse que dicha exposición no debe consistir en una mera
relación de los documentos ni limitarse a realizar una mención de los
requerimientos de las partes, sino contener una estructura de forma y fondo que
permita comprender los motivos de la decisión que se toma.

En el caso que nos ocupa, respecto al recurso de casación en la forma, se


advierte que la impetrante de tutela reclamó que el Auto de Vista cuestionado no
habría dado respuesta al petitorio del recurso de apelación del demandante de
usucapión, reclamo que fue resuelto por las autoridades demandadas en el
entendido que el Tribunal de alzada resolvió de forma congruente todas las
cuestiones sometidas a su conocimiento, precisando asimismo que no se dispuso
la nulidad de actuados ante la inexistencia de causas que ameriten tal decisión;
por lo que en relación a este primer reclamo contenido en el recurso de casación -
en la forma-, se tiene la existencia de una respuesta coherente y debidamente
motivada.

En el recurso de casación en el fondo, la impetrante de tutela reclamó que el


demandante del proceso de usucapión habría manifestado tener titulo de
comprador del bien, siendo dicho aspecto contradictorio con la interposición de la
demanda de usucapión, ya que si tuviera título propietario su condición de
“propietario” haría inviable la usucapión decenal, mencionando asimismo la falta
de prueba que demuestre lo demandado y la erronea compulsa de la documental
de descargo consistente en el pago de impuestos.

Ahora bien, respecto al primer aspecto, de la fundamentación expuesta por las


autoridades demandadas, se tiene el justificativo que el demandante habría
manifestado ser propietario únicamente a efectos de precisar desde cuándo se
encontraría en posesión del bien, aspecto que permite advertir que las autoridades
demandadas no justificaron de forma razonable el reclamo de la impetrante de
tutela respecto a la supuesta existencia de compra venta del bien objeto del litigio
y en consecuencia la procedencia de la demanda de usucapión decenal o
extraordinaria, en tal mérito, cabe precisar que en el supuesto que la pretendida
posesión haya emergido de dicho contrato, determinar la existencia del mismo era
una cuestión de suma importancia a objeto de establecer la existencia o no de
posesión por parte del demandante de usucapión y el momento a partir del que
tendría la calidad de poseedor del bien, dado que en el Auto Supremo que nos
ocupa, no existe una explicación lógica del momento en el que el demandante
habría ingresado en posesión del bien; y en su caso, si las autoridades
demandadas consideraron que el supuesto acuerdo de compra venta constituyó el
momento inicial del cómputo de la posesión, debió precisarse la existencia de
prueba cierta e inequívoca que permita concluir cuándo se habría producido el
contrato de referencia para tener certeza del inicio de la posesión a favor del
demandante de usucapión, y no simplemente referir tal elemento y presumir la
concurrencia de los elementos constitutivos de la posesión con la sola indicación
de un supuesto acuerdo de compra venta y la entrega del bien objeto de la
demanda, por lo que las autoridades demandadas a tiempo de afirmar que “…el
hecho que haya indicado que es propietario no es trascendental en el presente
caso…” (sic) resulta ser un grosero error máxime cuando de forma posterior se
afirma que “…si el demandante manifestó que es propietario fue a efectos de
precisar desde cuanto se encuentra en posesión…” (sic).

Por otro lado, en relación a la denunciada ilegal apreciación de la prueba, si bien


las autoridades demandadas refieren que no es trascendental que las boletas de
pago de impuestos estén a nombre de la ahora accionante ya que no implica que
no se haya abandonado el bien inmueble, el Auto Supremo en cuestión precisa
como elementos definitorios de la procedencia de la demanda de usucapión la
inspección judicial, en la que se habría manifestado que el lote era completamente
baldío y la prueba pericial en la que constaría que la construcción del inmueble
situado en el lugar tendría una data de quince a dieciocho años, circunstancias
que a criterio de las autoridades demandadas definen la posesión de la parte
demandante, sin explicar de forma coherente cómo la simple referencia que el
bien inmueble en cuestión estaría “baldío” sería una prueba definitoria que
acredite la concurrencia de los elementos de posesión -corpus y animus- a favor
del demandante de usucapión, no siendo lógico ni racional suponer que los
elementos advertidos en la inspección judicial de referencia -que el terreno estaría
baldío- constituya prueba que acredite la posesión del demandante de usucapión,
asimismo, tampoco se tiene una explicación jurídica lógica ni racional del por qué
la prueba pericial que haría referencia a la data de la construcción del inmueble
emplazado en el lugar implicaría la posesión del inmueble mencionado a favor del
citado demandante.

Los aspectos referidos denotan que el Auto Supremo en cuestión no consideró en


el caso concreto que para la procedencia de la demanda de usucapión interpuesta
se debió verificar la existencia cierta y debidamente probada de los elementos
constitutivos de la posesión a favor del demandante, no siendo posible deducir
aquellos a partir del análisis subjetivo de los elementos probatorios sometidos a su
conocimiento, por el contrario deben ser evidenciados a partir de aspectos que
conduzcan a la plena convicción de la tenencia material del bien así como la
exteriorización evidente de actos que denoten el ánimo de propietario,
identificando de forma clara el momento del inicio de la posesión en sus dos
elementos para posibilitar la realización del cómputo que permita evidenciar la
procedencia de la demanda en cuestión, no a partir de deducciones o supuestos,
sino en consideración a cuestiones ciertas y comprobadas dentro de la tramitación
del proceso, debiendo el juzgador tener en cuenta que la afectación del derecho
de propiedad no puede fundarse en meras especulaciones, sino en la clara
evidencia e inequívoca convicción del cumplimiento de los presupuestos legales,
caso contrario se estaría actuando de forma arbitraria, afectando seriamente la
seguridad jurídica. En ese entendido, en el caso en análisis se hace evidente la
exposición de argumentos carentes de razón jurídica que devienen en la arbitraria
fundamentación de la resolución emitida.

Por otro lado, respecto a la demanda reconvencional de reivindicación, en


atención a lo anteriormente referido, se advierte que las autoridades demandadas
se limitaron a mencionar que ante la procedencia de la demanda de usucapión ya
no sería viable el análisis de fondo de lo planteado, aspecto que en atención a lo
explicado anteriormente deberá ser objeto de reconsideración debido al necesario
replanteamiento de la cuestión resuelta respecto al fondo de la demanda de
usucapión correspondiendo en ese entendido que los Magistrados demandados
resuelvan los agravios expuestos en el recurso de casación en relación a la
procedencia o no de la reconvención de la accionante.

Finalmente, respecto a la presunta lesión del derecho a la propiedad a causa del


contenido del Auto Supremo 696/2018, al haberse advertido la falta de
fundamentación de dicha Resolución y la consiguiente obligación de emitir una
nueva, no corresponde exponer un pronunciamiento de fondo al respecto.
En consecuencia, la Jueza de garantías al haber concedido la tutela solicitada,
compulsó de forma parcialmente correcta los alcances de la presente acción de
defensa.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Tercera; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR en
parte la Resolución 2/2019 de 6 de febrero, cursante de fs. 762 a 768 vta.,
pronunciada por la Jueza Pública de Familia Tercera de Sucre del departamento
de Chuquisaca; y en consecuencia, CONCEDER en parte la tutela impetrada,
únicamente respecto a la fundamentación y motivación del Auto Supremo
696/2018 de 23 de julio, disponiendo que las autoridades demandadas emitan uno
nuevo conforme a los fundamentos del presente fallo constitucional.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

MSc. Brígida Celia Vargas Barañado

MAGISTRADA

MSc. Paul Enrique Franco Zamora

MAGISTRADO

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