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APLICACIÓN DE LA SEPARACIÓN CONVENCIONAL Y DIVORCIO

ULTERIOR EN VÍA NOTARIAL O MUNICIPAL.


LA PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DEL MATRIMONIO, SEGÚN LA LEY 29227, EN EL
PERÚ

I. INTRODUCCIÓN

Entre los procesos sumarísimos y a la vez no contenciosos que, contempla nuestro Código
Procesal Civil, encontramos la separación convencional y divorcio ulterior, estipulada
desde el artículo 573º al 580º, del cuerpo normativo mencionado. Paralelo a ello, este
proceso se encuentra también normado de forma más específica en la Ley Nº 29227 que
regula la separación convencional y divorcio ulterior en las Municipalidades y Notarías,
más conocida como “divorcio express”.

El artículo 4 de nuestra Constitución Política, dentro de los Derechos Sociales y


Económicos, establece la protección de la familia y la promoción del matrimonio, como
institución, dentro de la sociedad. Entonces resulta paradójico pero necesario establecer una
legislación paralela que pueda dar término de manera amigable y consensuada al
matrimonio de una forma rápida. Esta forma de término de la unión conyugal debe contar
con una serie de requisitos que establecen su procedimiento de forma segura y legal.

Si bien es cierto, nuestro cuerpo normativo nacional contempla una serie de figuras
jurídicas que salvaguardan, protegen y garantizan a la familia como el núcleo más
importante que existe en nuestra sociedad, también es cierto que, esta unión se vuelve
insostenible por la aparición de caracteres incompatibles entre los cónyuges con lo cual la
vida en común ya no es posible. El presente ensayo justifica su fin en cuanto a este tipo de
situaciones y aporta con la información necesaria para dar por terminado de forma
pragmática y pacífica una relación matrimonial que debe terminar para el bien, no sólo de
la pareja, sino también de los hijos que tenían a cargo como padres.

Debido a que en este tipo de disolución del matrimonio no existe litigio, es decir se realiza
con el consentimiento de los dos cónyuges, es que se torna un proceso rápido. Por ello se
debe tramitar vía notarial – registral o vía municipal; siendo en el primero la necesidad de
abogado para la firma de la minuta, en cambio en la segunda no es necesario dado que, los
municipios cuentan con su propio departamento legal.

II. DESARROLLO

II.1. Persona, matrimonio y familia

Santo Tomás de Aquino tiene una concepción de la persona como aquella substancia
individual de naturaleza individual, esta substancia le da la libertad para desarrollar actos en
completa consciencia de sus facultades y estos actos pueden ser buenos o malos,
dependiendo del libre albedrio de cada uno. Toda persona, al tener consciencia de sus actos,
es también responsable de ellos, con lo cual se puede determinar que se puede ser buena o
mala persona dependiendo del grado de bondad o maldad respecto a los actos que ejecute
en su vida.

Por lo tanto, la substancia de la persona es individual. Toda persona es responsable de sus


propias acciones, en su causa y origen. El hecho que la actuación de las personas esté
condicionada por el ambiente, la sociedad, por el contexto general de la existencia no
cambia el hecho de que a pesar de todo somos los autores (Hernández, 2015, p. 115).

La persona tiene también un significado bajo una dimensión social en cuanto se desarrolle
dentro de un entorno crudo y voraz, del cual debe defenderse de ataques contra ella. La
sociedad suele ser una esfera difícil de sortear, por lo que muchas veces la persona tiende a
crear una máscara para poder enfrentarla y de esta manera poder convivir con los demás
como en una obra de teatro que cambia constantemente el giro de sus personajes. En esta
misma línea, el filósofo Aristóteles refiere que el ser humano es por naturaleza un animal
político por lo cual solo puede vivir en el seno de una sociedad y, por ende, en ella puede
encontrar lo necesario para vivir, formarse, adquirir virtudes, realizarse y llegar a ser feliz
(Sánchez, M. & Abad, P, 2015).

Respecto a la familia, tanto hombre como mujer deben vivir en comunión; esta palabra
significa mucho en el ámbito religioso pues establece una relación de acciones recíprocas
entre ambos o entre un grupo de personas que se establecen para vivir en comunión y a lo
cual se le denomina familia. Estas personas se unen para vivir en constante reciprocidad de
interacciones con fines de bien común y que dan lugar a la formación de una tercera
persona, cuya institución está amparada por la Ley mediante el matrimonio.

Ingresando al ámbito doctrinario, esta define a la familia como un grupo social de


individuos unidos por lazos de matrimonio o de afinidad, y consanguíneos, que comparten
factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales que afecta su salud individual y
colectiva, que además tienen relaciones personales directas debido a que interactúan y
conviven de forma permanente, generando formas de organización y acción económicas y
afectivas con el compromiso de satisfacer necesidades mutuas y de crianza (Castillo &
Torres, 2013, p. 12).

De esta manera, la familia es considerada como una institución importante para el


desarrollo de una sociedad de paz y bien común que al mismo tiempo sea garantizada por
un Estado consciente de protección institucional mediante un sistema normativo acorde con
las realidades de su entorno. Este conjunto de personas unidas por vínculos de distinta
índole, tienen derechos garantizados y protegidos de manera tal que puedan desarrollarse
libremente dentro de una sociedad plagada de mecanismos jurídicos que no siempre la
cuidan de su unión o disolución.

Finalmente, resulta importante el estudio tanto del matrimonio como de la familia por
tratarse de dos instituciones que conllevan al reconocimiento de muchos de los derechos
fundamentales de las personas, pues la celebración de los mismos, dan lugar al nacimiento
de figuras y actos jurídicos que reglamentan nuestro sistema, por ello deben ser
celosamente resguardadas, protegidas y garantizadas por cada Estado en favor de su
sociedad.

II.2. El marco normativo nacional

En el Perú existe una normativa variada, regulada principalmente desde la Constitución


Política, que en su artículo 4 señala: “La comunidad y el Estado (…) protegen a la familia y
promueven el matrimonio. Reconocen estos últimos como institutos naturales y
fundamentales de la sociedad”.
Así, existen también dentro de la constitución pasajes donde se menciona a la familia y al
matrimonio, como, por ejemplo, el artículo 7, inciso 2 en el que se menciona el derecho que
tiene toda persona a la intimidad personal y familiar; también en el artículo 6 encontramos
al deber que tienen todos los padres de educar, alimentar y dar seguridad a sus hijos, al
mismo tiempo que los hijos deben asistir y respetar a sus padres cuando estos no puedan
valerse por sí mismos.

Es preciso mencionar que, el sistema jurídico peruano tiene, entre las distintas normas que
emite, al Decreto Legislativo 1408 que prescribe el fortalecimiento y prevención de la
violencia en las familias, rescatando la igualdad y no discriminación que debe existir, como
salvaguardia de los interese respecto a la institución de la familia. Así tenemos algunos
aspectos importantes dentro de este Decreto Legislativo:

- El interés superior del niño, niña y adolescente, en función a su desarrollo personal.


- Protección de las familias y un trato personal y prioritaria en situación especial.
- Igualdad y no discriminación.
- Corresponsabilidad familiar, esto desde el punto de vista igualitario en el desarrollo
de actividades familiares propias de tareas cotidianas.

II.3. El Derecho, las separaciones y divorcio

Los seres humanos son entes complejos que interactúan entre sí y que, en esa convivencia
social de constante comunicación; así mismo dentro del matrimonio crece una relación
buena o mala que influye de alguna manera en el éxito o fracaso del mismo. Estas uniones
se vuelven difíciles de asumir y de hacerlas duraderas en el tiempo, debilitándose a través
del tiempo, dando paso a la separación, por lo tanto, se da el quebrantamiento del
matrimonio, con lo cual se inicia otra figura jurídica llamada divorcio.

Tratando de ingresar a nuestro tema principal, se puede mencionar que, dicho


quebrantamiento del matrimonio se puede dar por diferentes motivos, por ejemplo, la
incompatibilidad de caracteres con lo cual la convivencia en pareja se vuelve insostenible,
dañando no sólo a la pareja sino también a los miembros de ella; los hijos son miembros
importantes del matrimonio, ellos suelen ser los más perjudicados con la separación de sus
padres, por ello existe normativa que actualmente los protege, como el Código del niño y
adolescente, con su principio bandera: el interés superior del niño y adolescente.

Dado que, este tipo de situaciones suele darse con frecuencia dentro de nuestra sociedad, es
que el Derecho da una serie de opciones, mediante normativas que coadyuvan en la
búsqueda de una solución salomónica en el ámbito familiar. Así nace el divorcio como una
alternativa a la crisis y quebrantamiento de la unión de convivencia llamada matrimonio y a
la institución familiar amparada y garantizada por el Estado peruano. El divorcio se puede
tramitar por tres vías: la primera es la vía judicial, la segunda la municipal y por último la
notarial – registral, siendo la primera un trámite complejo y burocrático difícil de sostener
dado que, las parejas debe llegar a un acuerdo respecto al futuro de los hijo si los hubiera, o
la patria potestad y tenencia de los mismos, la liquidación de bienes gananciales respecto al
patrimonio que se ha podido formar durante la convivencia, es decir, una serie de factores
que dan lugar a la confrontación o acuerdos consensuados de los cónyuges.

II.4. Aspectos generales sobre la separación convencional y divorcio ulterior

Dentro de nuestro Código Civil encontramos, en el artículo 333, inciso 13 respecto a las
causales para la separación de cuerpos transcurridos dos años de la celebración del
matrimonio; este tiempo, de acuerdo a la doctrina, se basa en que los cónyuges deben haber
agotado todos los medios posibles para salvar los motivos que han traído consigo el
debilitamiento de la unión como pareja. Con esto, y transcurrido el tiempo signado por ley,
se procede a solicitar formalmente la separación convencional seguido de los trámites que
corresponden a dicha solicitud.

La separación de cuerpos es también denominada en la doctrina y en la legislación


comparada como: “separación corporal, separación judicial, separación personal, incluso se
utiliza el término de divorcio limitado, divorcio imperfecto, divorcio relativo, divorcio
menos pleno, divorcio no vincular” (Hinostroza, 2011, p. 15).

Esta figura jurídica, amparada y garantizada por Ley, trae consigo la suspensión de algunos
deberes del matrimonio, como lo son la suspensión de la sociedad de gananciales respecto a
los bienes patrimoniales que ha podido lograr la pareja durante su vida conyugal, también
trae consigo la suspensión de derechos relativos al lecho y habitación, que son situaciones
que trae consigo el debilitamiento y quebrantamiento del matrimonio. Aunque algunos
deberes quedan suspendidos, otros siguen teniendo vigencia y cierta obligación hasta que
finalmente se encuentren divorciados mediante un documento legal.

Los deberes que siguen vigentes, incluso después de haber tramitado la separación
convencional, entre ellos el de fidelidad, por ende, no podrán celebrar un nuevo
matrimonio. El proceso de separación de cuerpos es de tipo contencioso si su causa recae
en alguna de las causales dentro alguno de los incisos del 1 al 12 del artículo 333 del
Código Civil peruano, con esto se inicia un proceso de conocimiento amparado en el
artículo 480 de nuestro Código Procesal Civil.

La separación de cuerpos es del tipo no contencioso se fundamenta, o su causal recae en el


artículo 333, inciso 13 del Código Civil peruano, es decir después de dos años de celebrado
el matrimonio; en este caso el proceso se tramita vía proceso sumarísimo, estipulado en el
artículo 573 de nuestro Código Procesal, también la normativa respecto a esta figura
jurídica tiene otras dos opciones para tramitarlo por vía rápida como lo es la notarial –
registral o la municipal. En cualquiera de los dos casos, la separación ulterior va seguida
del divorcio ulterior que es otra institución con la cual se da término a la relación
matrimonial. Además de la normativa establecida dentro del Código Civil y Código
Procesal Civil, la separación convencional y divorcio ulterior se establece de forma más
específica dentro de la Ley Nº 29227 “Ley que regula el procedimiento no contencioso”.

II.5. Ley Nro. 29227 que regula el procedimiento de separación convencional y


divorcio ulterior en la vía notarial y municipal

La Ley publicada Nº 29227 en el año 2018 sobre la separación convencional y divorcio


ulterior se puede iniciar vía municipalidades distritales o provinciales, otorgando a los
alcaldes la facultad de celebrarlos según la solicitud de los cónyuges; al mismo tiempo estas
figuras jurídicas pueden tramitarse vía notarial – registral, pues resultan ser procesos no
contenciosos, para ello también cuenta con el amparo de la Ley Nº 26662, artículo 1, inciso
7: Ley de competencia notarial en asuntos no contenciosos.

Además, se tiene el Decreto Supremo Nª 009-2008 – JUS, que en sus incisos q), s), I), del
artículo 2, en la que deja claro la definición de “no contencioso” como aquella relación que
al dejar de serlo se hace de manera voluntaria y pacífica, es decir que en este proceso no
existe litigio ni controversia para resolver, es por ello que el Estado otorga a las
municipalidades y notarias tal poder y tratar de terminar de forma rápida el proceso de
divorcio dentro, claro está, de los requisitos indispensables que se deben cumplir en su afán
por quedar “libres” de la institución del matrimonio.

Este proceso no contencioso debe realizarse dentro del último domicilio conyugal o del
lugar donde se celebró el matrimonio, así lo estipula la Ley Nº 29227, en su artículo 3,
además lo hace también en el Decreto Supremo Nº 009-2008-JUS que en su artículo 4,
dándole potestad a los alcalde distritales y provinciales de las municipalidades del Perú,
para celebrar dichos procesos, con la presentación de los requisitos de ley. Así mismo, las
notarías están reglamentados bajo la misma Ley, siendo controlados por el Consejo del
notariado, debiendo éstas contar con un ambiente adecuado para la realización, desarrollo y
trámite de este tipo de procesos no contenciosos.

La separación convencional y divorcio ulterior, según esta Ley, trae consigo una serie de
particularidades como por ejemplo las tramitadas en la vía municipal, con lo cual no se
requiere que la demanda vaya firmada por un abogado, pues la entidad debe contar con un
área legal que coadyuva al usuario a sacar adelante este tipo de procesos no contenciosos;
esto no quiere decir que los cónyuges estén impedidos de hacerlo, pues podrán asistir con
su abogado en común o cada uno con el suyo, dado que en este proceso no existe
controversia sino más bien se hace de manera voluntaria y pacífica.

La Ley Nº 29227 también contempla, en su artículo 15, la posibilidad que uno de los
cónyuges o los dos en común puedan ser representados por otra persona para llevar a cabo
este proceso no contenciosos, pero esta representación deberá estar elevada a escritura
pública, que se tramita en las notarías, y ser ingresada a Registros Públicos (Sunarp) bajo
sanción de nulidad, delimitando en ella las facultades específicas de la que es objeto este
poder de representación, en este caso para llevar a cabo el proceso de separación
convencional y divorcio ulterior.

Respecto a los requisitos que la Ley Nº 29227 contempla, estos se encuentran establecidos
en sus artículos 5 y 6, entre los principales tenemos:
- Si se tienen hijos menores de edad, se debe contar una sentencia judicial de tenencia y
régimen de visitas; también se puede presentar una conciliación judicial firme respecto a
los menores con apego a la Ley Nº 26872 – Ley de conciliación y su reglamento. Sería
ideal que esta conciliación sea total, es decir donde se hayan llegado a acuerdos que
dispongan soluciones en cuanto a la patria potestad, alimentos, tenencia y régimen de
visitas de los hijos menores de edad.

- De haber hijos mayores de edad con capacidades restringidas, se debe contar con una
sentencia judicial firme o como en el anterior punto, tener una conciliación extrajudicial
respecto al ejercicio de curatela, alimentos y régimen de visitas.

- En toda relación matrimonial se suele tener bienes patrimoniales conseguidos dentro de


la misma, es decir que pertenecen a la sociedad de gananciales, de tenerlos, estos
deberán contar con una liquidación de bienes inscrita en Sunarp, de no tener ningún bien
en común se deberá redactar un escrito tipo declaración jurada, firmado por los
cónyuges, en la que se deje constancia la no existencia de bienes sociales.

- La Ley Nº 29227, establece en su artículo 7 que, los documentos y declaraciones


presentados por la pareja se presumen veraces, sin que esto derive en sanciones de
acuerdo a ley, por cualquier anormalidad, falsificación o inexactitud en los mismos con
las responsabilidades correspondientes.

- Recibida la solicitud vía municipal, el área legal de la misma, deberá proceder a la


revisión de los requisitos, previo pago por derecho de trámite en la Entidad; si se trata de
vía notarial, el notario deberá proceder a la revisión documentaria, previo pago por
derechos notariales, para dar paso al envío del expediente a los Registros Público
(Sunarp).

Estas dos vías resultan, de alguna manera, una forma rápida para llevar adelante un proceso
no contencioso en su afán de la disolución de su matrimonio, aunque resulta también un
gasto según la vía donde se lleve a cabo, una más que la otra, pero con la misma finalidad.

La Ley Nº 29227 establece también un plazo de quince (15) días, una vez revisado el
expediente con la aprobación de todos los requisitos, para realizar la audiencia única en la
que deberán estar presentes los cónyuges o en su defecto sus representantes debidamente
acreditados. En el caso que los cónyuges o sus representantes o alguno de ellos no acudan a
la audiencia, éstos deberán sustentar su ausencia de forma fehaciente, con lo cual el alcalde
o notario deberá convocar a una nueva audiencia en un plazo no mayor de quince días. En
el caso que este hecho se vuelva a repetir el notario o alcalde podrá, bajo las facultades que
le otorga la Ley, concluir con el procedimiento.

Posteriormente, el desarrollo de esta audiencia única deberá constar de su respectiva Acta,


firmada por los cónyuges o representantes, así lo establece el artículo 9 de la Ley 29227;
este acto deberá tener la venia firmada por el alcalde o notario según sea el caso; con esto
se procederá la emisión de un Acta Notarial, que será ingresada en el Registro notarial de
asuntos no contenciosos contenida en la Ley Nº 26662. Ahora, si se trata de la vía
municipal, se deberá emitir una Resolución de Alcaldía que declara la separación
convencional.

Finalmente, después de emitida la Resolución Municipal o Acta Notarial, según sea el caso,
se deberá esperar dos meses para que cualquiera de los cónyuges o uno de sus
representantes podrá solicitar que el vínculo matrimonial se declare disuelto, ante la notaría
o alcaldía donde se inició el trámite, así lo dispone la Ley Nº 29227. En ambas vías, una
vez declarada la disolución del matrimonio, la Resolución Municipal o Acta Notarial se
deberá inscribir en Registros Públicos, dando por terminado el acto administrativo.

II.6. Simplificación administrativa

Es cierto que mediante esta Ley se permite a los cónyuges disolver su matrimonio de forma
rápida y segura mediante un proceso prácticamente de índole administrativo, simplificando
el proceso de manera que, sea más fácil, manejable y con menos inversión de tiempo,
también es cierto que, existen algunas críticas respecto al tipo de vías que la Ley Nº 29227
establece, por ejemplo, la de no poder estimar el grado de afectación de los mismos
cónyuges respecto al hogar conyugal, o al patrimonio conyugal en la sociedad de
gananciales, pues muchos de ellos no están inscritos de Registros Públicos. Los niños y
adolescentes también tienen un grado de afectación respecto a este tipo de procesos, pues
un alcalde o un notario no tiene competencia suficiente para determinar su interés superior
y sólo se limitan a la verificación del cumplimiento de los requisitos que la Ley exige.

II.7. Descarga procesal

Una razón fue que este tipo de procedimiento facilitaría la terminación, diciendo: "Porque
el 70% de los divorcios en el sistema judicial se basan en objeciones mutuas". Además,
insistió que: “En este caso, señor Presidente, vemos que actualmente en el sistema judicial,
en los juzgados de familia, más del 50 por ciento, si no más del 60 por ciento de los casos
de separación tradicional y posterior divorcio son de mutuo acuerdo". (Awid y Sexual
Right Initiative,2015).

En cuanto a la citada afirmación, expresa una incongruencia, pues con la entrada en


vigencia de la Ley N° 28384, los juzgados especializados de familia o los tribunales
superiores representados por ella tienen sólo una parte de competencia sobre la separación
de los cónyuges y el posterior divorcio luego de una apelar. Por lo tanto, el proceso
normalmente se completará solo en virtud de la disposición transitoria única de la Ley, que
también se aplicará a todos los procesos pendientes. Por lo tanto, el estatuto debe esforzarse
por lograr su objetivo de incorporarse a un ordenamiento jurídico donde la aplicación de la
ley debe ser posible y efectiva y no basarse en información vaga o contraria a lo establecido
en el ordenamiento.

II.8. Aspectos más relevantes sobre la Ley Nro. 29227

II.8.1. Sobre el procedimiento

Hay algunos aspectos importantes que ocurren en el proceso judicial que no están regulados
en el proceso administrativo, y otros que están regulados en el proceso administrativo y
están lejos del reconocimiento del proceso judicial. Es decir, sin intervención del Estado,
sin reconocimiento del plazo de cancelación de 30 días naturales, sin restricciones relativas
a las liquidaciones y, por último, la posibilidad de modificar la duración de la reunión en un
procedimiento administrativo o notarial. (Pérez, 2016).
En los procesos judiciales, como se mencionó anteriormente, en el caso de matrimonio con
hijos menores de edad, es obligatoria la intervención de los representantes del Ministerio
Público, mientras éste ejerce la facultad de defender la legalidad, los derechos civiles y los
intereses públicos en representación de la comunidad. ante los tribunales, la defensa de la
familia, los menores y los discapacitados, los intereses sociales, etc.

Así, se determina su participación en los procesos judiciales, que se configuran para


proteger a la sociedad y a la familia como base de la empresa, pero en los procedimientos
administrativos no controvertidos, los representantes del Estado no estarán involucrados en
el desempeño de las funciones descritas. , es decir. es decir, no brinda protección a los
actores más vulnerables en tales casos, lo que se interpretaría como flexibilidad y dilación
en el proceso administrativo frente al proceso legislativo en el proceso judicial.

El juicio continuará brindando a los cónyuges un período de revocación de conformidad


con el artículo 344 del Código Civil peruano y el artículo 578 del Código de Procedimiento
Civil peruano, según el cual cualquiera de los cónyuges puede revocar 30 días calendario
después del juicio de un caso. Su consentimiento a la separación tradicional y continuar el
archivo del proceso.

Por tanto, la sentencia no podrá dictarse en la misma audiencia, ni se dictará dentro de los
10 días siguientes a ésta, sino que se dictará el día 31 después de la audiencia. Cabe señalar
que la revocación no significa necesariamente que se haya producido un arreglo entre la
pareja casada. Para brindar la protección que merece la familia y la motivación para
preservar el matrimonio, el juez debe utilizar este período de reflexión para facilitar un
posible acuerdo matrimonial, después del cual los miembros mayores pueden simplemente
solicitar una sentencia de divorcio.

II.8.2. Sobre la competencia

El artículo 3 de la Ley 29227 y el artículo 4 de sus estatutos prevén disposiciones para


determinar la competencia de los prefectos municipales y alcaldes distritales adscritos y la
competencia del notario del último lugar de matrimonio o del lugar del matrimonio.
En este sentido, sería erróneo considerar que el distrito o prefectura del municipio
autorizado cae dentro de la jurisdicción, ya que debe quedar claro que el municipio
sancionado que celebra matrimonio civil debe ser apelado ante la máxima autoridad
administrativa del municipio. (Corral,2005).

Esto se debe a que, dado que el matrimonio se realiza en el mismo municipio, su capacidad
será la mejor, más económica y rápida forma de realizar el trámite e incluso el registro. Sin
embargo, en el sentido procesal reconocido en el artículo 23 del Código de Procedimiento
Civil peruano, la iniciación de la causa también puede ser atribuida indiscutiblemente al
municipio de residencia actual de uno de los peticionarios.

II.8.3. Respecto a los requisitos que deben cumplirse

El inciso a) del artículo 4 de la Ley N° 29227 propone aplicar a los cónyuges sin hijos
menores y, si hay hijos menores o mayores de edad con discapacidad, deberán cumplir con
los requisitos de una orden judicial o mediación. Abarca las leyes que rigen el ejercicio de
la patria potestad, la manutención de los hijos, la custodia y el régimen de visitas. Por lo
tanto, se debe tener en cuenta que las consecuencias del divorcio no son solo para las
partes, los cónyuges, sino que también en este caso se debe considerar y proteger la
consideración de los hijos a cargo de los padres. Los legisladores no tuvieron esto en cuenta
al aprobar la Ley núm. 29227, que equipara los procedimientos administrativos a si el hijo a
cargo está casado o no.

En primer lugar, la Ley núm. 29227, es un grave error tratar a los hijos menores de edad de
la misma manera que a los hijos mayores incapacitados. Porque según el artículo 5 d) de la
Ley N° 29227, establece los mismos requisitos independientemente de que se trate de hijos
menores de edad o de mayores incapacitados, aunque el artículo 5 d. 2, en lo dispuesto en la
ley. 29227 si establece una distinción entre hipótesis y por lo tanto establece una distinción
entre personas jurídicas. (Mosquera,2013).

Por otra parte, cabe señalar que la ley no regula correctamente este tema, pues según el
artículo 5 del Decreto Legislativo, los cónyuges deben reponer o eliminar las relaciones de
propiedad o falta de propiedad en copropiedad. N° 29227, artículo 3. En este sentido, la
norma no ha determinado correctamente los requisitos, pues sólo debe quedar la posibilidad
de cambiar o sustituir el sistema sucesorio, que es una forma de acabar con la copropiedad,
ya que las figuras de liquidación y compensación no son las mismas. La liquidación se
produjo a pesar de la posterior sustitución del régimen de propiedad.

Por lo tanto, las actas administrativas o notariales solo se pueden realizar para parejas que
no tienen hijos o que tienen hijos mayores de edad y/o que no tienen bienes liquidados,
porque si hay hijos menores con bienes, se puede impugnar. Porque ellos también estarán
inevitablemente sujetos a las consecuencias del cambio o daño económico como resultado
del divorcio o el hecho de que, por ejemplo, no existe una disposición para la creación de
un hogar familiar, ni está previsto en este acuerdo de conciliación. Todo porque un notario
o un alcalde, en el ámbito de sus funciones, no pueden advertir o cambiar un acuerdo que
asegure la justicia, porque es facultad sólo de un juez.

II.8.4. Respecto al ámbito económico de la regulación del procedimiento

El procedimiento para la instrumentación del procedimiento en la Ley N° 29227 y sus


condiciones no se simplifican en cuanto al consentimiento que debe formarse para iniciar el
procedimiento por esta vía. Por ello, exige la existencia de facultades de ejecución en
sentencias firmes o acciones de mediación para regular la patria potestad, la tenencia, el
régimen de visitas y alimentos, así como lo que se determine tratándose de hijo mayor de
edad incapaz o, a falta de declaración jurada, una declaración anual de que no hay menores
ni padres hijos con discapacidad. También establece que los bienes deben estar sujetos a
régimen de copropiedad o inscritos en un registro público de escrituras públicas de
separación, reposición o liquidación de bienes. (Hinostroza, 2011).

En este sentido, el cumplimiento de estos requisitos supondrá costes adicionales de tiempo


y dinero para los cónyuges que no los han tenido suficientemente en cuenta para defender
sus derechos. En caso de acto público sustitutivo del régimen sucesorio, y la
correspondiente tasa de inscripción en el registro público. Asimismo, los elementos
relacionados con arreglos de crianza, arreglos de visitas y comidas, yendo por la vía más
privada, estarán asociados a costos financieros para celebrar un acuerdo a nivel de un
centro de mediación especializado en asuntos de familia.
En este sentido, la elección legislativa de llevar a cabo el procedimiento S.C.D.U por la vía
administrativa o notarial es errónea, pues si se propone el objetivo de simplificar el
procedimiento de forma legal, no significa que se creen reglas al margen del sistema de
divorcio, ni está hecho. Él tiene algo que ver con nosotros Contrariamente a lo que dicta
nuestro ordenamiento jurídico, nuestro ordenamiento jurídico se entiende incluido en sus
principios constitucionales por lo que no ejerce una defensa jurisdiccional efectiva en
circunstancias especiales para proteger bienes legítimos sujetos a una regulación
inadecuada.

En este sentido, se debe considerar la debida protección de los derechos de los familiares y
la posibilidad de reflexionar sobre las relaciones conyugales y su reconciliación, así como
la esperada S.C.D.U. Por lo tanto, la vigencia de la Ley N° 29227 y sus normas tienen
muchas contradicciones con los argumentos de su promulgación y la legislación
innecesaria, asumiendo que el sentido de la ley se cumple cabalmente para asegurar una
buena influencia entre los miembros de la familia, además de que, un error en la redacción
y terminología utilizada, así como las incongruencias entre lo que dice la ley y lo que dice.
En resumen, sus disposiciones son incompatibles con los principios de protección de la
familia y promoción del matrimonio.

CONCLUSIONES

1. El divorcio es un proceso que pone fin al matrimonio, por ello debe ser debidamente
normado bajo leyes acorde a nuestra idiosincrasia, con las restricciones adecuadas a
nuestra sociedad, pues debe primar el resguardo y protección a la familia y sus
integrantes que mayormente son niños y adolescentes que sufren el desamparo, por lo
menos presencial, de sus padres.

2. La Separación Convencional y Divorcio Ulterior pone fin de manera express o rápida


al matrimonio, vía notarial o municipal, bajo requisitos normados en la Ley Nº 29227 y
otros reglamentos que regulan este tipo de procesos. La SCDU es muchas veces lo más
adecuado para la disolución del matrimonio, dado que se simplifica de manera
beneficiosa los tiempos de espera en procesos judiciales engorrosos e interminables por
motivo de las cargas judiciales en los juzgados de turno; para los cónyuges que ya no
ven al matrimonio como una unión beneficiosa resulta beneficioso.

3. El proceso de separación convencional y divorcio ulterior deberá ser tomada como una
opción pacífica, voluntaria y rápida en la disolución del matrimonio, cuya
característica principal es la no existencia de litigio ni confrontación por eso se le llama
un proceso no contencioso, donde las partes se ponen de acuerdo bajo los términos y
requisitos que la ley exige.

4. Se puede concluir que el reglamento de la Ley N° 29227 contiene inconsistencias en


cuanto a los motivos de su promulgación, tales como la disponibilidad del amparo
legal, la exención de responsabilidad y la simplificación de sus trámites, así como
errores en la forma del reglamento. supuestos y términos utilizados sobre la
competencia y contradicciones entre lo regulado en ella y su reglamento. Por tanto, en
este procedimiento, la verificación del cumplimiento de los requisitos definidos en la
norma, el ejercicio de la tutela para la protección y la protección de la familia y el
matrimonio están controlados según el procedimiento que no permite su plena
aplicación. derechos de manera efectiva.

5. El procedimiento notarial y municipal de separación de la Separación Convencional y


Divorcio Ulterior no regula la inscripción o mediación de la ruptura del matrimonio
encaminada a su conservación en base al principio de promoción del matrimonio, ni la
regulación de las consecuencias jurídicas del divorcio de los más familiares
vulnerables, hijos menores de edad, porque no asegura el cumplimiento de aquellos
derechos y obligaciones que afectan a la familia el principio de protección.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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