Está en la página 1de 37

Los nueve meses de gestación constituyen una etapa crucial en la vida de

cada ser humano. El tipo de relación con la madre y con el exterior


determinarán las actitudes que nos acompañan toda la vida

Hasta hace poco, los científicos suponían que la conciencia e inteligencia de


los bebés eran muy limitadas. Los sistemas nerviosos del feto y del bebé
parecían incompletos. Los sistemas neuronales no están desarrollados. La
envoltura de mielina de las células nerviosas sólo está parcialmente formada.
Los neurólogos dedujeron que el feto no era capaz de sufrir, experimentar
placer, aprender, recordar o pensar. Los movimientos y expresiones del feto y
del bebé eran considerados reflejos.

a psicología prenatal, creada por el psiquiatra Thomas Verny, estudia


los aspectos del desarrollo humano temprano que inician en la
concepción, como son el estado del feto, la genética, la psicología, los
factores sociológicos y cómo estos aspectos inciden en la
personalidad de los seres humanos.2 ago. 2019

Se desarrollan todas las células sanguíneas, las nefronas y las neuronas. El embrión
crece rápidamente y los rasgos externos del bebé empiezan a formarse. El cerebro, la
médula espinal y el corazón del bebé empiezan a desarrollarse. El tracto
gastrointestinal del bebé comienza a formarse.

Está desprovisto de todos los atributos sociales como el lenguaje, las ideas, los
hábitos, entre otros). No es un ser social y no se ha desarrollado aún su personalidad.
La persona es un individuo socializado, que ha adquirido la cultura de la sociedad
(lenguaje, normas, valores, ideales, manera de actuar y de pensar).

Hasta hace poco, los científicos suponían que la conciencia e inteligencia de


los bebés eran muy limitadas. Los sistemas nerviosos del feto y del bebé
parecían incompletos. Los sistemas neuronales no están desarrollados. La
envoltura de mielina de las células nerviosas sólo está parcialmente formada.
Los neurólogos dedujeron que el feto no era capaz de sufrir, experimentar
placer, aprender, recordar o pensar. Los movimientos y expresiones del feto y
del bebé eran considerados reflejos.

Pero los avances realizados a lo largo de las dos últimas décadas a través de
los estudios embriológicos y fetales –utilizando la fotografía intrauterina, las
imágenes ultrasónicas, el escáner con microscopio electrónico y otras
tecnologías– ofrecen una nueva comprensión del mundo del ser humano aún
por nacer. Decenas de experimentos demuestran que a las pocas semanas de
la concepción ya posee los sentidos del oído, el tacto y el gusto bien
desarrollados. Le afectan los estímulos que llegan desde el interior del cuerpo
de la madre y desde el exterior. Y aún más, responde a las emociones y las
expresa. Es decir, el ser humano no nacido posee vida emocinal y se comunica
con la madre y con el exterior. Dentro del mundo uterino ya reímos, lloramos y
se forma nuestra personalidad.

UN ENTORNO ACOGEDOR

El obstetra Rene Van de Carr señala que el desarrollo de las vías neuronales
relacionadas con las habilidades intelectuales y motoras depende de las
informaciones obtenidas a través de los sentidos. Por tanto, los padres tienen
la posibilidad de crear, ya incluso durante el embarazo, un entorno físico y
emocional que promueva la salud y el bienestar de sus hijos.

La calidad de la atmósfera psíquica y emocional que acoge al niño es decisiva.


Según un estudio dirigido por la doctora Bea Bergh, el nivel de estrés de las
madres durante el embarazo puede producir un impacto significativo en sus
hijos: las que sufren ansiedad prolongada entre las semanas 12 y 22 de
gestación tienen más probabilidades de tener hijos nerviosos o con déficit de
atención. La sociedad moderna apenas muestra preocupación por esta
realidad. Las madres trabajan hasta el último momento y muy pocas saben que
su estado mental y anímico puede tener una influencia decisiva sobre el
bienestar futuro de sus hijos.

OTRAS CULTURAS

Sin embargo, muchas culturas antiguas parecen haberlo sabido. De hecho,


poseen costumbres en torno al momento del nacimiento y el cuidado del
embarazo que son totalmente coherentes con los descubrimientos que está
realizando la ciencia contemporánea y que se hallan a años luz de las erróneas
prácticas seguidas en los hospitales modernos.

La psicóloga Ann Maiden ha estudiado cómo se prepara el recibimiento del


niño en 80 culturas tradicionales. Por ejemplo, en un libro de medicina tibetana
del siglo XVIII ha podido ver cómo se describen detalles de la evolución del feto
a lo largo de cada semana del embarazo. En concreto, en la semana 26, el
texto tibetano afirma que la conciencia del niño ya es muy clara y puede ver
sus vidas pasadas, puede reconocer si fue un ser puro u ordinario y saber
cómo fue su nacimiento anterior. En Bali, lo primero que hacen las mujeres al
saber que están embarazadas es hablar con el dukun, el sanador del pueblo,
que les ayuda a iniciar el diálogo con el niño, a fin de descubrir su identidad y
su propósito en la vida. Estos dos asuntos –la identidad y el propósito– se
mantienen como temas importantes a lo largo de la educación y la formación
espiritual balinesas. Las mujeres aborígenes australianas consideran que su
papel en el nacimiento es proporcionar un refugio temporal para un ser con su
propia identidad espiritual preexistente. Por cierto, creen que el espíritu entra
completamente en el feto cuando ha alcanzado una determinada etapa de
desarrollo que se sitúa en torno a la décima semana de la gestación.

La psicóloga Jean Liedloff, autora de El concepto del continuum, observó que


los yequana de la jungla de Venezuela hacían que los niños se sintiesen una
parte valiosa de su entorno natural y social desde el mismo momento de la
concepción, y que esta atención era la principal responsable de la
impresionante salud psicológica, la ecuanimidad y el buen humor
característicos de los nativos. Actitudes similares en torno al nacimiento se dan
entre las naciones indígenas norteamericanas. El cheroki Dhyani Ywahoo
afirma, en su libro Voces de nuestros ancestros: enseñanzas cherokis de la
Sabiduría del Fuego, que “elegimos una familia donde nuestros talentos
puedan desarrollarse para completar un ciclo de aprendizaje. Incluso cuando
nos encontramos dentro de nuestras madres escuchamos y sentimos la familia
que nos rodea. Dentro del útero, el niño está percibiendo las cualidades de las
mentes de sus padres y responde a los pensamientos que otras personas
dirigen a la madre. Por esta razón, es muy importante que las mujeres
embarazadas cuenten con una red de personas que las apoyen amorosamente
y que su entorno esté libre de ira en la medida de lo posible”.

NACE LA PSICOLOGÍA PRENATAL

La sociedad moderna occidental ha olvidado o se ha mantenido ajena a toda


esta sabiduría. Pero una nueva disciplina, la psicología prenatal y perinatal,
está llamando la atención sobre las dimensiones emocionales y mentales del
ser humano durante su propia gestación y nacimiento.

A lo largo de los últimos 30 años, los psicólogos han comprobado que sus
pacientes remontan los orígenes de sus actitudes vitales disfuncionales a sus
experiencias negativas durante la etapa fetal o el nacimiento. En la literatura
psicológica clásica se encontraban muy pocas referencias al tema, por lo que
los psicólogos han debido compartir sus hallazgos sobre las experiencias
psíquicas más tempranas.

A partir de Sigmund Freud, se comenzó a tomar conciencia de que las


experiencias infantiles condicionaban la personalidad adulta. Este
reconocimiento implicó cambios culturales revolucionarios. Los niños
adquirieron el derecho a no ser traumatizados, y en vez de integrarnos
ciegamente en un orden religioso o social determinado, intentamos descubrir
quiénes somos y satisfacer nuestras necesidades personales.

Ahora nos encontramos ante el reto de remontar nuestra historia vital hasta el
mismo momento de la concepción. El descubrimiento del mundo interior uterino
profundiza la revolución del psicoanálisis y cambia la manera en que nos
vemos a nosotros mismos como individuos, así como la forma en que nos
relacionamos con las personas que nos rodean. La sociedad entera está
concernida sobre la consideración y el trato que recibe cada ser humano desde
su concepción. De hecho, estamos hablando sobre una nueva definición de la
condición humana.

De alguna manera, las emociones prenatales dominan la organización social, la


vida cotidiana, los deseos y las frustraciones, la política internacional, la guerra
y la paz. Cada cultura sobre la Tierra es un intento de la especie humana de
recrear en el exterior el mundo uterino.

El origen de la creatividad La paternidad prenatal El programa de Morimoto

Para el ser humano, un árbol no es sólo un árbol, sino un objeto que hace las
veces de placenta, es decir, de fuente de alimentación segura. El árbol se
convierte en símbolo y objeto sagrado. Todas las culturas humanas colocan en
su centro un árbol, un manantial o cualquier otra cosa que pueda remitirle
simbólicamente a la placenta. El latido del corazón de la madre y los sonidos
que percibe el feto se transforman en música y lenguaje. La pared del útero, en
la pared de la casa, la muralla de la ciudad y la frontera internacional. El cariño
de la madre, en solidaridad social.

Así podríamos seguir asociando cada una de las experiencias del feto,
incluidas las negativas, con comportamientos sociales: la indiferencia de los
padres puede transformarse en egoísmo, y el miedo, en armas y guerras.

De los hallazgos de la psicología prenatal se deduce que los padres no sólo


pueden influir de manera decisiva en el bienestar futuro de sus hijos, sino en el
espíritu de la cultura, los valores y las relaciones sociales. Y pueden hacerlo a
través de los actos cotidianos.

El doctor Thomas Verny, autor de La vida secreta del niño antes de nacer y de
El vínculo afecto con el niño que va a nacer, fue el primero en hablar, ya en la
década de 1970, de la “educación prenatal” a través de la comunicación física,
emocional y mental entre la madre y el feto. Esta educación consistía en
ejercicios y prácticas de relajación, armonización, visualización y comunicación
pensados para cada semana del embarazo.

Muchos otros investigadores continuaron los trabajos de Verny. David


Chamberlain, Rene Van de Carr, Gabriella Ferrari o Gino Soldera desarrollaron
metodologías que incorporaban los nuevos descubrimientos científicos (se ha
ido comprobando que los sentidos del feto funcionan como mucha agudeza y
desde muy pronto). Chamberlain enumera los tres aspectos esenciales de la
paternidad prenatal:

• Alimentar un cuerpo físico sano. Los padres que esperan al nacimiento para


cuidar la salud física de su hijo pueden llegar tarde. Los cimientos fisiológicos
ya están construidos. La calidad de la alimentación de la madre o la presencia
de sustancias tóxicas y contaminantes en el útero –desde medicamentos a
drogas pasando por plaguicidas y moléculas artificiales– pueden ser decisivas
para la salud física y mental del niño.

• Crear cimientos emocionales. Una de las grandes sorpresas sobre la vida en


el útero es que el feto siente emociones y las expresa. A las diez semanas de
embarazo se pueden observar gestos que revelan autocontrol, intereses y
necesidades. Entre la 13 y 16 la semanas es capaz de oír las voces de los
padres. A las 15 semanas reacciona a la risa de la madre. La vida uterina no
tiene nada que ver con la paz oceánica que los autores clásicos imaginaban.
Es un mundo en comunicación intensa con la madre y el exterior. El sistema
emocional del niño se va organizando en función de estas experiencias
tempranas. Si se siente rodeado de ira y miedo, se prepara para un mundo
exterior dominado por esas emociones. En cambio, la creación de un vínculo
afectivo positivo con la madre es una condición para que el hijo llegue a
establecerlo con las demás personas, con la sociedad y con la naturaleza.

• Establecer una conexión rica con el niño. Antes de nacer ya puede escuchar


conversaciones –cuyo tono emocional capta– y músicas que luego recuerda.
Reconoce con agrado las voces de los padres y los ritmos musicales familiares,
lo que le sirve para establecer los primeros vínculos emocionales con otras
personas. También adquiere las bases de la lengua hablada en su idioma
materno.

El doctor Yoshiharu Morimoto ha creado un programa de cuidado prenatal que


ya ha demostrado su éxito con más 7.000 niños en Osaka (Japón). El objetivo
principal es favorecer la creación de un vínculo con el feto que le conectará de
una manera positiva con su familia y con el mundo exterior. Las madres que lo
han realizado aseguran que los niños son independientes, seguros de sí
mismos y equilibrados anímicamente.

• Entrenamiento autógeno. Morimoto enseña la técnica creada por Johannes


Schultz. Una vez aprendida, la madre puede alcanzar un estado de relajación
profunda, física y mental, muy rápidamente y siempre que lo desee. En este
estado de conciencia pueden hablar con sus hijos en el útero. Luego, durante
el parto, pueden utilizarla para facilitar el paso por el canal vaginal.

• Trabajo con imágenes. A través del juego con arena –o sandplay, terapia para
acceder al inconsciente a través del modelado de figuras, que se utiliza
especialmente con niños–, la madre crea una casa para el bebé. El ejercicio
hace que la madre reviva sentimientos infantiles y provoca una empatía natural
con el hijo. De manera similar, las madres pueden modelar en papel maché la
cara del hijo que esperan. En muchos casos, la máscara presenta un parecido
increíble con la carita que tendrá el futuro recién nacido.

• El juego de la patada. Es fascinante, sencillo y simpático. Cuando el niño da


una patada espontánea, la madre palmea en el lugar donde la ha sentido, al
tiempo que dice “¡dame otra patadita, cariño!”. Es un juego que divierte al niño
y le vincula a la madre y al padre, que también puede participar.

• Charla con el niño. Puede realizarse en cualquier momento y lugar, siempre


que haya silencio y el niño dé muestras de estar despierto. Antes de comenzar
a hablar, la madre tiene que relajarse y concentrarse en el amor que siente
hacia su hijo. Desde esa emoción, le habla con voz alta y clara. Por otra parte,
en todos los momentos del día, las madres pueden poner especial atención en
las impresiones que reciben a través de sus sentidos: lo que huelen, lo que
ven, lo que tocan y lo que escuchan. Su hijo disfruta de todo ello de alguna
manera.
• Escuchar música. El objetivo no debe ser sólo cultivar su inteligencia y
creatividad, sino ofrecerle un mensaje de bienestar y acogimiento. Una buena
idea es cantarle una canción, si es posible, creada por la madre para su niño.

Más allá de todos los ejercicios que proponen los expertos, las madres tienen
un instinto para dar la bienvenida al mundo a sus hijos. Sólo deben dejar que
salga a la luz. El resultado serán generaciones de seres humanos mejor
preparados para una vida plena.

Padre de psicología prenatal: “Si un niño es concebido en el amor u odio, hace

la diferencia”
Thomas Verny, creador de la psicología prenatal dictó una charla magistral en
la U. San Sebastián, en la que abordó las características de la vida intrauterina
que afectan el posterior desarrollo de los seres humanos. La actividad fue
transmitida a los 29 servicios de salud del país.

Escrito por María Graciela Opazo


Su ponencia la inicia mostrando un video de 38 segundos en los que se
compara un feto en gestación dentro del útero de la madre con una vida
relativamente tranquila, y en donde no se ve ninguna alteración, para luego dar
paso a la imagen de uno que salta permanentemente dentro de la cavidad
uterina y, si bien es una recreación, muestra cómo las consecuencias de
gestarse en serenidad o alteración marcan a las personas.

Así lo asegura el psiquiatra de la U. de Harvard, Thomas Verny, creador de la


psicología prenatal – aquella que explora todos los aspectos del desarrollo
humano temprano como la concepción, estado del feto, genética, psicología y
sociología-y como aquello marca la personalidad de la personas.
Se cree, señala ante un auditorio de más de 500 personas en la U. San
Sebastián, que “antes de nacer todo era oscuridad y se desconoce que la vida
es un continuo desde la concepción hasta la muerte, porque no hay separación
entre la mente y el cuerpo”.

De ese modo comienza diciendo que los genes no determinan el destino, pero
“la expresión de éstos si cambian según el medio ambiente”, dicho de otra
manera, el contexto en el que se desarrolla la gestación, la nutrición, los
cuidados y el cómo han vivido los ancestros sí definen el desarrollo de la
persona.

Señala que los estudios clínicos han evidenciado cómo la vida de los padres
antes de la concepción marca el futuro del individuo, porque “la comida, la
droga, el estrés afectará la salud de los niños hasta la de los nietos

¿Cómo construyo mí personalidad?

Según la teoría de este académico autor de libros como “la vida secreta del
niño antes de nacer”, la experiencia prenatal organiza al cerebro y por ello, la
vida pre y postnatal determina ciertas manifestaciones biológicas y psicológicas
como condiciones médicas, reacciones al estrés, el tipo de personalidad y la
habilidad para relacionarse con otros.

Es decir, en palabras de Verny, que esta teoría holística, longitudinal y


contextual muestra como la prevención primaria de desórdenes psicológicos
comienza en el útero, ya que la mujer no “ es una incubadora, sino participante
activo en la formación de la criatura que está por nacer”.

Es así como se recomienda que los padres generen y trabajen por el apego de
los lactantes no sólo después de nacer ya que “así llevarán al máximo poder
adquisitivo de actividades emocionales y cognitivas”, señala el experto.

Atentos a los siguientes cuidados prenatales

Muchos de los desórdenes y de las enfermedades adultas tienen su raíz en la


concepción y la vida intrauterina, influencias que el padre de la psicología
prenatal detalló:
-Consumo de tabaco y/o alcohol desencadenaría depresión, ansiedad y riesgo
de nacer con un  bajo peso, con la función pulmonar reducida y de sufrir muerte
súbita.

Exposición a contaminantes ambientales genera interacciones dañinas a nivel


cerebral, relacionado con abortos e hijos prematuros y cánceres de infancia.

Estrés materno y exigencias  ya sea físicos o emocionales que tensionan el


cuerpo y la mente, provocan muerte de neuronas, envejecimiento prematuro e
insulino resistencia, por lo que recomienda que se haga todo lo posible por
cursar un embarazo apacible, practicando yoga por ejemplo. 

También hace hincapié en que el entorno familiar debe apoyar a la mujer


embarazada, reduciendo situaciones de estrés e impulsando una gestación
tranquila y satisfactoria, la que luego se reflejará en personas más saludables
metal y físicamente.

La charla fue seguida vía streaming por casi 2 mil personas, la mayoría
ubicadas en Chile, mientras que 23 siguieron la ponencia desde Argentina, 21
desde EE.UU, 15 desde Colombia, 8 de España, 4 de Perú, 3 del Ecuador y
uno de Alemania e igual cifra desde México. 

Vea exposición completa del psiquiatra de la U. de Harvard, Thomas Verny:

http://www.crececontigo.gob.cl/2016/sin-categoria/psicologia-pre-y-perinatal-
bases-del-desarrollo-emocional/

Entre 1932 y 1963, el doctor Davenport Hooker, anatomista de la Universidad


de Pittsburgh (Pensilvania), llevó a cabo un estudio sobre los movimientos
reflejos del no nacido utilizando 150 fetos procedentes de operaciones de
histerectomía (extracción del útero por enfermedad de la mujer, con el
resultado indirecto e indeseado de aborto), a los que conservó en un líquido
isotónico. A efectos académicos, en 1952 presentó seis de esos casos en una
película muda, “Early Fetal Human Activity [Actividad temprana en fetos
humanos]”, que muestra fetos entre 8 y 14 semanas. Fue años antes de que se
hiciesen las primeras ecografías, de ahí su valor. Desarrollo motor
En la década de 1930, el fisiólogo Davenport Hooker examinó los reflejos o
reacciones, respectivamente, de fetos abortados extrauterinos. [5] Hoy en día,
las habilidades motoras del embrión y el feto se pueden examinar con técnicas
de ultrasonido con bastante facilidad.
A partir de la octava semana el embrión mueve la grupa, poco después sus
extremidades. [6] Con los medios de la ecografía se podría demostrar que estos
no eran simples reflejos, sino también movimientos provocados
endógenamente. [7] Según Alessandra Piontelli, el feto muestra todos los
patrones de movimiento, que luego se pueden encontrar en el recién nacido.

Según explica Javier, los protocolos varían en función de la edad de gestación.


Por debajo de 22 semanas, se provoca el parto y «se puede dar el caso de
niños que nacen con signos vitales, pero con una probabilidad de supervivencia
prácticamente nula incluso si hubiera una reanimación adecuada». Por encima
de 22 semanas, para que el aborto sea legal «debe existir patología fetal grave
y ser supervisado por un comité de ética».

Si la madre está ya en las 23-24 semanas de gestación, «que se considera el


límite de la viabilidad, se administra potasio intracardiaco al feto, provocando
un feticidio para asegurarse de que no nace con signos vitales».

¿Merece un trato humano un conjunto de células carente de toda dignidad? ¿O


es más que un conjunto de células?

«Hemos avanzado, antes directamente se le metía en el cubo»

Aquel día, al llegar a Maternidad, les llevaron al lugar donde estaba el feto
abortado, un «pequeño habitáculo junto al control de enfermería, donde se
ubicaba la máquina limpiadora de orinales».

La narración de Javier es espeluznante: «Junto al lavabo había una sábana


verde de quirófano, arrugada. Al desplegarla, encontramos a un prematuro de
19 semanas con nariz ancha y aplastada en un rostro plano; se podía ver hasta
el esbozo de las uñas. Al auscultarlo todavía tenía un lento y débil latido
cardíaco (en la reanimación neonatal menos de 60 latidos por minuto se
considera parada cardíaca). Ya no presentaba esfuerzo respiratorio, pues lo
habitual es que estos signos vitales tras la provocación del parto duren escasos
minutos».

«Una de mis compañeras», continúa, «le explicaba a la otra, recién


incorporada, que en estos casos solo es preciso arropar al feto. Solo en
aquellos casos en los que presente signos de disconfort es preciso administrar
medicación rectal con derivados mórficos. “Pero hemos avanzado, antes
directamente se le metía en el cubo”, dijo señalando el recipiente de desechos
orgánicos. “Qué horror”, respondió ella, sorprendida del trato tan inhumano».

«Impresiona ver un cuerpo con forma de niño que se mueve como un niño»
Javier confiesa que se despidió «de la pequeña criatura» que acabaría «en el
cubo de desechos orgánicos», preguntándose si los demás presentes harían lo
mismo, «ya que no se había despedido ni su madre, y el único roce humano
que había encontrado en toda su existencia era con guante de por medio».

«Me resulta llamativo e incongruente», concluye, «que se llame a los pediatras


para quitar los signos de disconfort a un feto al que tú mismo le has provocado
el parto para finalizar su vida. Mi explicación es que a cualquiera le impresiona
ver un cuerpo con forma de niño, que se mueve como un niño y que es
expulsado por el canal del parto de una embarazada. Definitivamente todo se
resumen en la pregunta: ¿merece un trato humano un conjunto de células
carente de toda dignidad? ¿O es más que un conjunto de células?»

El periodo perinatal es el espacio de tiempo que va de la semana 28 de


gestación al séptimo día de vida fuera del útero materno del bebé. En este
periodo va a tener lugar el momento trascendental del parto.

La psicología prenatal puede verse como parte de la psicología del desarrollo ,


aunque históricamente se desarrolló en el heterogéneo campo
del psicoanálisis . Su alcance es la descripción y explicación de la experiencia y
el comportamiento del individuo antes del nacimiento y también de las
consecuencias postnatales. En la medida en que está involucrado el proceso
de nacimiento real, uno puede considerar esta psicología perinatal . Los
aspectos pre y perinatales a menudo se discuten juntos. [1]

La psicología prenatal y perinatal explora los efectos e


implicaciones psicológicos y psicofisiológicos de las primeras experiencias del
individuo, antes del nacimiento (prenatal), así como durante e inmediatamente
después del parto (perinatal). Aunque existen diversas perspectivas sobre el
tema, un hilo conductor es la importancia de las experiencias prenatales y
perinatales en la conformación del desarrollo psicológico futuro. Existe un
debate entre los científicos sobre la medida en que los bebés recién nacidos
son capaces de formar recuerdos , los efectos de dichos recuerdos en su
personalidad y la posibilidad de recuperarlos de una mente inconsciente., que
en sí mismo es objeto de discusión en el campo. Una suposición generalizada
sobre la fase prenatal era que el feto está casi completamente protegido de los
estímulos externos. Por tanto, la percepción y la conciencia se desarrollarían
después del nacimiento. Mientras tanto, existe una gran cantidad de estudios
científicos que muestran claramente que el comportamiento, la percepción y el
aprendizaje ya están desarrollados antes del nacimiento. Esto también es
válido para las especies no humanas, ya que para los fetos de rata se puede
demostrar el acondicionamiento acústico. [2]

Aspectos psicofisiológicos de la fase prenatal


Feto, conectado con la madre por cordón umbilical y placenta.

El desarrollo fisiológico durante la fase prenatal, especialmente el del cerebro ,


es de particular importancia para la psicología prenatal. En las primeras ocho
semanas después de la inseminación, el niño en desarrollo se llama embrión .
Una vez que los órganos internos se han desarrollado (a partir de la novena
semana) se le llama feto .

Desarrollo prenatal del cerebro.


La base de la percepción, la experiencia y el comportamiento es el cerebro.
Durante la gestación, se está desarrollando una red neuronal gigante que
brinda la condición para cualquier proceso mental. Aproximadamente la mitad
de las neuronas en desarrollo se destruyen nuevamente durante el desarrollo
del cerebro debido a la "muerte celular programada" ( apoptosis ). Al nacer, el
cerebro infantil contiene 100 mil millones de neuronas, tantas como en el
cerebro de un adulto. [3] Al nacer, cada neurona cortical está conectada con
aproximadamente 2500 neuronas, después de un año, con aproximadamente
15 000. [4] Las sinapsis se desarrollan y se destruyen durante toda la vida, un
proceso llamado neuroplasticidad .

Desarrollo motor
En la década de 1930, el fisiólogo Davenport Hooker examinó los reflejos o
reacciones, respectivamente, de fetos abortados extrauterinos. [5] Hoy en día,
las habilidades motoras del embrión y el feto se pueden examinar con técnicas
de ultrasonido con bastante facilidad. A partir de la octava semana el embrión
mueve la grupa, poco después sus extremidades. [6] Con los medios de la
ecografía se podría demostrar que estos no eran simples reflejos, sino también
movimientos provocados endógenamente. [7] Según Alessandra Piontelli, el feto
muestra todos los patrones de movimiento, que luego se pueden encontrar en
el recién nacido.

Los movimientos respiratorios se pueden ver a partir de la semana 19 en


adelante, y el feto lleva líquido amniótico a los pulmones. [8] Se muestra que los
movimientos oculares existen a partir de la semana 18 en adelante, a partir de
la semana 23 hay movimientos oculares rápidos (fases REM). [9] Estos están
relacionados con los patrones de sueño y los sueños. Los fetos beben líquido
amniótico y orinan en él. [10]
Desarrollo de la percepción y el aprendizaje prenatal.
Las modalidades sensoriales del feto se desarrollan prenatalmente y funcionan
muy bien al nacer. El examen de tales habilidades está relacionado con el
examen experimental del comportamiento, provocado por estímulos. Ray
examinó el acondicionamiento vibroacústico de fetos humanos. Según Hepper,
no estaba seguro de si tal acondicionamiento tenía éxito. [11] Hepper afirma
haber repetido estos experimentos de acondicionamiento con éxito, con el
acondicionamiento vibroacústico más temprano en la semana 32 de
gestación. [12]

El aprendizaje prenatal a menudo se examina utilizando el paradigma de la


habituación. [13] El feto se expone a un estímulo, por ejemplo, uno acústico.
Posteriormente, el experimentador observa la extinción de la reacción mientras
repite el mismo estímulo una y otra vez. Este procedimiento se completa con el
uso de un nuevo estímulo y el registro de la reacción correspondiente. Cuando
el feto identifica el nuevo estímulo como diferente del anterior, libera un nuevo
patrón de reacción, por ejemplo, una frecuencia cardíaca acelerada. Si esto no
sucede, el nuevo estímulo no se puede distinguir del antiguo estímulo focal. En
1991, un estudio demostró la habituación acústica al registrar la frecuencia
cardíaca de los fetos en la semana 29 de gestación. [14] Estos estudios se
pueden utilizar para examinar la memoria. Los fetos mayores de 34. semanas
de gestación obviamente pueden reproducir el contenido aprendido durante un
período de 4 semanas. [15] El acondicionamiento vibroacústico más temprano es
exitoso en fetos de 22 semanas. [16] Quizás la habituación al gusto sea posible
incluso antes. [17] Tal habituación también se demostró en ratas fetales

Desarrollo histórico de las teorías psicoanalíticas y psicológicas profundas


sobre la vida prenatal

Otto Rank (de pie, esquina izquierda) y otros psicoanalistas en 1922


La mayoría de las teorías psicoanalíticas asumen que el desarrollo de los
objetos, el yo e incluso la conciencia comienza después del nacimiento. Sin
embargo, algunos psicoanalistas escriben explícitamente que los aspectos pre
y perinatales son responsables de ciertas formaciones de síntomas, entre
ellos Otto Rank , Nandor Fodor , Francis J. Mott , Donald Winnicott , Gustav
Hans Graber y Ludwig Janus. Piensan que la estructuración de la psique
inconsciente comienza en la fase prenatal. El feto ya tiene experiencias
tempranas emocionalmente relevantes. Asumen la existencia de la percepción
en varios sentidos, modalidades, estados de asfixia, miedos y estrés, que se
almacenan y pueden recordarse después del nacimiento en determinadas
circunstancias. En psicoanálisis, los temas pre y perinatales suelen verse como
fantasías. El contenido prenatal manifiesto de soñar o fantasear con nadar bajo
el agua mientras se respira, estar dentro de una cueva, luchar con monstruos
submarinos, se interpreta como re-proyecciones en el tiempo en la fase
temprana. [23] Janus asume que en muchos enfoques psicoanalíticos se pueden
encontrar aspectos de contenido y fenomenológicos cercanos a la psicología
prenatal, pero sin referencias explícitas. Janus escribió sobre la “asistencia
oculta de la existencia prenatal” en las obras de psicoanalistas como Sandor
Ferenczi , Carl Gustav Jung , Melanie Klein , Bela Grunberger , Françoise
Dolto y otros. [24]

En 1924, Otto Rank (1884-1939), uno de los discípulos de Sigmund Freud ,


publicó su libro El trauma del nacimiento (en alemán: Das Trauma der Geburt
und seine Bedeutung für die Psychoanalyse ). Allí afirmó que el impacto
emocional de nacer es la primera fuente de ansiedad de un individuo. Debido a
este libro, la amistad entre Freud y Rank llegó a su fin. [25] Rank opinó que el
nacimiento está relacionado con una abrumadora experiencia de miedo al feto.
También presumió que este trauma fue la causa de ansiedades posteriores.
También afirmó que se pueden recordar aspectos de la fase prenatal
posterior. [26] Así que el propio Rank ya había desarrollado los contornos de una
verdadera psicología prenatal. A la luz de tales suposiciones, interpretó los
aspectos culturales, por ejemplo, entendió que las fantasías cristianas del
infierno se basaban en situaciones intrauterinas aversivas. [27] En su libro, trató
la interpretación de símbolos, arte y mitos utilizando supuestos pre y
perinatales. Rank creía que una "fijación primaria" con el estado prenatal es la
raíz de todas las neurosis y trastornos del carácter [28] y desarrolló un proceso
de psicoanálisis basado en experiencias de nacimiento

Donald Winnicott (1896-1971) intentó comprender formas muy tempranas de


formación de símbolos. Describió en varios estudios de casos la recreación de
experiencias perinatales en psicoterapias, especialmente de niños. Un niño de
cinco años se subió a la chaqueta de Winnicott y luego cortó los pantalones
hasta el suelo. Repitió esto una y otra vez. [31] Winnicott interpretó este juego
como una regresión y una repetición del nacimiento. Supuso que algunos
bebés desarrollaron una actitud paranoica al tener problemas al nacer, por
ejemplo, en el caso de la asfixia. [32] Winnicott también interpretó los síntomas
psicosomáticos (dolores de cabeza, problemas respiratorios y de los senos y
sensación de ahogo) como posibles consecuencias de las experiencias del
parto. Sin embargo, rechazó la suposición de un trauma de nacimiento
universal.

En su libro The Search for the Beloved: A Clinical Investigation of the Trauma


of Birth and Prenatal Condition de 1949, el psicoanalista británico-
estadounidense Nandor Fodor (1895-1964) rastreó ciertas formas de ansiedad
hasta experiencias de nacimiento no procesadas y reprimidas siguiendo las
suposiciones de Rank: quien había sido su psicoanalista. [33] Fodor interpretó
los sueños, experimentando la falta de oxígeno, la claustrofobia y los trastornos
sexuales y su etiología, que explicó asumiendo experiencias pre y perinatales
específicas.
Francis John Mott (1901-1980) fue discípulo de Fodor y el primer autor que se
concentró en la placenta como primer objeto del feto. [34] Escribió que el feto
teme a su placenta como un "chupador de sangre" o la experimenta como un
"alimentador" o "dador de vida". [35] Su trabajo y los aspectos prenatales están
conectados con sus suposiciones especulativas sobre un diseño cuasirreligioso
del universo.

El material que surgió de las sesiones de psicoterapia psicodélica con LSD y


otras drogas alucinógenas fue la base para la investigación de los efectos
duraderos de las experiencias pre y perinatales en la vida adulta realizada por
Frank Lake , Athanasios Kafkalides (1919-1989) y Stanislav Grof . Grof pasó a
formular un amplio marco teórico para el análisis de experiencias pre y
perinatales, basado en los cuatro constructos que denominó Matrices
Perinatales Básicas . Lake y Grof desarrollaron de forma independiente
técnicas de respiración, siguiendo a Wilhelm Reich (1897-1957) como una
alternativa al uso de drogas psicodélicas, que estuvo sujeto a considerables
dificultades legales desde mediados de la década de 1960 en adelante.
Leonard Orr (nacido en 1937) desarrolló una técnica relacionada llamada
Rebirthing ; y Los aprendices de psicoterapia de procesos centrales reviven el
presunto trauma del nacimiento como parte de su formación.

En 1992, la neuropsiquiatra infantil italiana Alessandra Piontelli (nacida en


1945) publicó un estudio en su libro From Fetus to Child: An Observational and
Psychoanalytic Study (1992). Mediante ecografía, examinó el comportamiento
de 11 fetos. Los fetos mostraban un repertorio conductual muy complejo y eran
bastante diferentes en cuanto a sus formas de actividades. [37] Reaccionaron a
los estímulos de formas complejas. El estudio de Piontelli sugirió que ciertas
experiencias prenatales determinaban la vida mental posterior. Los rasgos
psicológicos, por ejemplo, una mayor actividad oral, fueron reconocibles en la
fase prenatal y también después del nacimiento. Piontelli interpretó sus
observaciones en términos psicoanalíticos. Piontelli vio una notable continuidad
entre el desarrollo mental prenatal y posnatal. Su estudio es importante porque
combina la evaluación de datos empíricos con la observación de estudios de
casos únicos en la fase posnatal y también en la infancia. Su estudio utiliza
igualmente los métodos de la psicología académica junto con la hermenéutica
del psicoanálisis, lo que lo hace único en el panorama científico.

Datos de música

La música forma parte de nuestro día a día, está a nuestro alrededor y es


capaz de motivarnos y despertar nuestros sentimientos. A lo largo del
embarazo, escuchar música puede ser beneficioso tanto para la futura
mamá como para el bebé, que a partir de la semana 16 ya es capaz de
reaccionar frente a algunos estímulos sonoros.

En este post hablamos sobre música y embarazo y sobre cómo ésta


ayuda al feto a establecer sus primeros lazos con el exterior.

 
La música, un potente catalizador de emociones
Existen numerosos estudios que indagan sobre los beneficios de
escuchar música durante el embarazo y, aunque no está científicamente
comprobado que hacerlo afecte directamente a la inteligencia, creatividad
o desarrollo del feto, se ha demostrado que sí es un poderoso catalizador
de emociones para la madre, y que eso tiene repercusiones fisiológicas
en el bebé, capaz de percibir los estados de nerviosismo o relajación
maternos.

De hecho, la música en el embarazo estimula la frecuencia cardiaca del


feto y permite que éste “sincronice” sus latidos con los de su madre. En
este sentido, la música ayuda a que el bebé establezca sus primeros
lazos con el exterior.

¿Cómo percibe la música el bebé y cómo reacciona al escucharla?


Tanto el líquido amniótico como la piel, el útero y todos los tejidos
alrededor del abdomen protegen y aíslan al bebé del exterior. Por eso,
aunque los bebés perciben con claridad los sonidos del “interior” del
cuerpo materno (respiración, latidos del corazón, movimiento de los
intestinos etc.), reciben distorsionados los estímulos exteriores.

Según un estudio del Instituto Marqués titulado “Expresión fetal en


respuesta a la emisión de música por vía vaginal” y publicado en la
revista Ultrasound de la British Medical Ultrasound Society en 2015, el
feto únicamente es capaz de percibir las ondas sonoras del exterior de
manera nítida si éstas les llegan a través de la vagina, que es un
receptáculo “cerrado” y con pocos tejidos blandos que “absorban” el
sonido.

[hs_form id=”8″]

Este mismo estudio demostró que, ante la percepción de música, los


bebés realizan gestos como abrir la boca o sacar la lengua. El motivo es
que la música activa circuitos cerebrales de estimulación del lenguaje y la
comunicación, lo que produce que el bebé reaccione como si estuviera
vocalizando.

¿Por qué la música tiene efectos beneficiosos en el embarazo?


El bebé puede “captar” las emociones de la madre y, si ésta se relaja y
disfruta escuchando música en el embarazo, la sensación de bienestar en
su hijo será similar a la provocada por otras técnicas de relajación como
por ejemplo el yoga. Además, la música ayuda a la embarazada a producir
endorfinas que generan un efecto tranquilizador, relajante y, en definitiva,
beneficioso, que la madre transmite a su hijo.
Recopilando todo lo anterior y a grandes rasgos, los beneficios de
la música en el embarazo son:

 Estimula algunas áreas cerebrales. Escuchar música en el


embarazo tiene una influencia positiva en el lenguaje ya que las
resonancias vibratorias hacen que las células y algunas áreas
del cerebro del bebé relacionadas con la comunicación se
“activen”.
 Estimula la frecuencia cardiaca del bebé consiguiendo que su
corazón bombee más rápido, las células se oxigenen mejor y el
cerebro se forme de manera más completa y saludable.
 Produce endorfinas, tanto en la madre como en el bebé, y eso
contribuye a que ambos experimenten una mayor sensación de
bienestar y relajación.
 Bebés tranquilos. Algunos estudios sugieren que
escuchar música en el embarazo ayuda a que los bebés se
tranquilicen antes y lloren menos al nacer.
 

Música para embarazadas: todo lo que debes saber


Seguro que has oído hablar del Efecto Mozart, una teoría que afirma que
escuchar música clásica, especialmente de este compositor austriaco,
aumenta las capacidades cognitivas en etapas de desarrollo temprano.
Esto hace que muchas personas den por hecho que, para obtener los
beneficios de escuchar música en el embarazo, debamos ponernos
únicamente música clásica. Pero nada más lejos de la realidad: no se
trata tanto de elegir un género como de escoger melodías que te pongan
de buen humor o que te ayuden a tranquilizarte, siempre ajustándose a
tus gustos personales.

Evidentemente, para conseguir que escuchar música en el embarazo sea


una actividad relajante se aconseja evitar un volumen elevado y
seleccionar canciones sin demasiadas notas discordantes. El motivo es
que los ruidos disonantes pueden poner nervioso al bebé, mientras que
otros géneros incluyen mayor variedad de notas y repeticiones y menos
percusión (como la música clásica), ayudan al bebé a estar más tranquilo.

Respecto al mejor momento para poner música a tu bebé (o mejor dicho,


de disfrutar de la música juntos), los expertos recomiendan que sea
a última hora de la tarde e incluso por la noche, ya que al final del día te
será más fácil relajarte y ambos reaccionaréis mejor a los estímulos
musicales.

Sueños del feto


Sueña…
Aunque cueste creerlo, está demostrado que dentro de la panza el bebé no
solo duerme… ¡también sueña! Esto puede evidenciarse por medio de
electroencefalogramas con electrodos profundos. Además, por medio de las
ecografías pueden observarse los movimientos oculares, propios de la fase
REM (rapid eye movement), que es la etapa en la que se sueña.

Los escucho…
Ya desde la semana 20 puede percibir y responder a los estímulos sonoros.
Escucha los latidos del corazón de su mamá, que lo acompañan durante los
nueve meses. Por eso cuando nace, se calma cuando está sobre el pecho
materno. También reconoce las voces de mamá y papá, en especial la de
mamá, que lo acompañó en todo momento. Y además ¡es capaz de escuchar
música! Prueba de esto es que, si está quietito y se lo expone a un estímulo
sonoro intenso, enseguida se mueve, lo que demuestra que oye perfectamente.

Para chuparse los dedos


Los papás suelen sorprenderse y emocionarse durante las ecografías, cuando
ven a su bebé chuparse un dedito. Se trata del reflejo de succión -
indispensable para la supervivencia- que ya se encuentra presente durante el
embarazo. El momento en que el pequeño comienza a succionarse el dedo
coincide con el inicio de los movimientos deglutorios (es decir cuando comienza
a tragar líquido amniótico) y respiratorios, que empiezan a ejercitarse aunque
todavía no respire.
¡En posición!
Durante las primeras 24 semanas de gestación, el feto puede ubicarse en
diferentes posiciones. Esto se debe a que el ambiente es mayor que su
tamaño, de manera que tiene lugar para moverse y nadar libremente en
cualquier posición, inmerso en esa gran piscina de líquido amniótico. A partir de
las semanas 24 a 30, a medida que continúa creciendo, el espacio comienza a
reducirse, y el contacto con las paredes uterinas lo obliga a adoptar una
posición determinada. Alrededor de la semana 30, la mayoría de los bebés se
coloca en posición cefálica (vale decir con la cabecita hacia abajo). Y si hasta
32 a 34 semanas no se ubicó, es difícil que pueda hacerlo después, ya que
debido a su tamaño, ya no tiene espacio suficiente para darse vuelta.

Me late, me late, me late el corazón


El corazón del feto late con una frecuencia muy elevada. Durante el primer
trimestre, registra unos 180 latidos por minuto, aproximadamente. En el
segundo, 160 latidos por minuto. Y 140 cerca de la fecha del parto.

¡Hip! ¡Hip!
Así como es habitual que los recién nacidos tengan hipo, dentro de la panza los
bebés tienen hipo fetal. Se trata de movimientos respiratorios involuntarios, que
producen la contracción del diafragma, músculo que separa el tórax del
abdomen. Durante el embarazo, la mamá lo percibe desde las semanas 33 o
34, como movimientos breves y rítmicos.
Te estoy esperando…
En posición fetal, con las piernitas encogidas y los brazos flexionados y
replegados sobre el pecho, lo ves abrir y cerrar los ojos y la boca, taparse la
cara con las manitos o ponerlas juntas como si estuviera rezando… Qué
tierno… En cada ecografía, te quedás con la boca abierta mirando esas
imágenes. Tan chiquito. Tan frágil. Tan tuyo. Unos meses más, y lo tendrás en
tus brazos. Preparate para llenarlo de mimos.

¿Hace pipí?
Dentro del útero, el bebé se encuentra “nadando” en el líquido amniótico. Hasta
aproximadamente la semana 15, este fluido es elaborado por la placenta. Entre
las semanas 14 a 16, el pequeño comienza a tragar parte del líquido amniótico
y también lo orina, y esto es un indicador de que tanto la vía digestiva como la
urinaria están funcionando correctamente.

El desarrollo de su bebé

Durante estas últimas semanas antes del parto, los


miles de millones de neuronas del cerebro del bebé lo están ayudando a
aprender sobre el ambiente dentro del útero. Su bebé puede oír, sentir y hasta
ver algo. Los ojos del bebé pueden detectar la luz y las pupilas se pueden
contraer o dilatar como respuesta a la luz

El comportamiento fetal: una ventana al neurodesarrollo y al diagnóstico


temprano

Fetal behavior: a window to neurodevelopment and early diagnosis

J. Cabanyes Truffino

Departamento de Neurología. Clínica Universidad de Navarra. Madrid. España.

Dirección para correspondencia

 
 

RESUMEN

La evaluación neurológica del feto es una medida necesaria para el


seguimiento del embarazo y la identificación temprana de patologías. La
introducción de técnicas de mayor resolución espacial y temporal,
particularmente la ecografía en tres y cuatro dimensiones, está aportando
interesantes conocimientos sobre el comportamiento fetal (CF) y su estrecha
relación con el neurodesarrollo. A su vez, diferentes factores, intra- y
extrauterinos, pueden inducir respuestas del feto que tienen consecuencias
inmediatas y conforman una predisposición futura definida como programación
fetal. En consecuencia, el estudio del CF representa una ventana abierta al
diagnóstico temprano y hacia un atractivo y prometedor campo de
conocimiento: el neurodesarrollo.

Palabras clave: Comportamiento fetal. Neurodesarrollo. Programación fetal.


Ecografía 4D.

ABSTRACT

The neurological assessment of the fetus is a necessary measure to monitor


the pregnancy and early identification of diseases. The introduction of
techniques for greater spatial and temporal resolution, particularly ultrasound in
three (3D) and four dimensions (4D), is providing interesting insights into the
behavior of the fetus and its close relationship with neurodevelopment. In turn,
several factors can induce fetal responses that have immediate consequences
and further comprise a predisposition defined as fetal programming.
Consequently, the study of fetal behavior represents a window on the early
diagnosis and to an attractive and promising field of knowledge:
neurodevelopment.

Key words: Fetal behavior. Neurodevelopment. Fetal programming. 4D


ultrasonography.

Introducción

En 2004, Legido et al.1 realizaron una interesante revisión de la evaluación


neurológica del feto en la que describieron las formas de realizarla y las
técnicas complementarias, al tiempo que mostraban un nuevo campo de
estudio y actuación.
Durante muchos años, la ecografía bidimensional ha sido la técnica de
evaluación más accesible e inocua, aunque la calidad de las imágenes era
limitada. La ecografía en tres dimensiones (E3D) ha mejorado notablemente la
obtención de información estructural y la asociación de la variable tiempo, en la
llamada ecografía en cuatro dimensiones (E4D), está suponiendo una
revolución en el conocimiento de los aspectos dinámicos del feto. Si bien la
E4D no es auténticamente en tiempo real y no logra identificar movimientos
fetales breves (de menos de dos segundos), tiene suficiente resolución
temporal para detectarlos desde antes de la semana 20 de gestación 2. De este
modo, se están sentando las bases de un nuevo campo de conocimiento
denominado comportamiento fetal (CF).

El CF ha quedado definido como el patrón de movimientos del feto, incluyendo


tanto los movimeintos espontáneos como los que son respuesta a estímulos 3. A
su vez, estos movimientos -el CF- están vinculados con el neurodesarrollo y
son indicadores de una cierta predisposición para un amplio espectro de
manifestaciones futuras4.

Programación fetal

El concepto de programación fetal (PF)5 representa la inducción de


respuestas fetales, por el entorno uterino, que condicionan cambios,
estructurales y funcionales, en el propio feto con repercusiones a corto y largo
plazo. Durante toda la gestación, el feto mantiene una continua interacción con
el entorno uterino que, a su vez, actúa como catalizador de factores
ambientales. Esta compleja dinámica se lleva a cabo a través de un enorme
abanico de factores psicobiológicos con manifestaciones inmediatas y en el
futuro6.

En la PF parecen intervenir factores genéticos del feto (genes relacionados con


el desarrollo y cambios epigenéticos en la regulación de los genes), los
sistemas endocrino e inmunitario maternos y fetales, y una gran variedad de
posibles noxas (gérmenes, hipoxia, hiperglucemia, hipotiroidismo, alcohol,
tabaco, drogas, tóxicos, fármacos, etc.)7. Estas noxas actúan, directa e
indirectamente, a nivel molecular y celular, alterando el neurodesarrollo e
induciendo una configuración cerebral vulnerable 8. De este modo, las
respuestas fetales a estímulos tempranos van estableciendo una protección o
vulnerabilidad ante determinados factores, o bien modulan la expresión futura
en cuestiones tan diversas como las repercusiones de la hipercolesterolemia, la
sobrecarga de estrés o el sistema de señalización serotoninérgica 9.

Numerosas evidencias señalan que algunos procesos implicados en el


desarrollo de funciones neuropsicológicas complejas se inician mucho antes
del nacimiento y conforman una predisposición a determinadas estrategias de
aprendizaje, sistemas de autocontrol, recursos de interacción, modos de control
de las emociones y de obtención de gratificaciones y estilos de afrontamiento
que conformarán su fenotipo10.
En consecuencia, algunas de las manifestaciones observadas tras el
nacimiento (es decir, congénitas, tanto temperamentales como patológicas) no
son simplemente genéticas, sino fruto de una compleja programación temprana
que pone de manifiesto las repercusiones a medio-largo plazo de las
situaciones presentes.

Movimientos fetales

Entre la tercera y la octava semanas de gestación, a partir de la placa neural,


se desarrolla el sistema nervioso siguiendo un complejo proceso de
diferenciación celular, migración neuronal, muerte neuronal programada,
sinaptogénesis y mielinización, que es consecuencia de la interacción entre
factores genéticos y microambientales.

Poco antes de la séptima semana de gestación, el primitivo corazón,


constituido por una única cámara, comienza a bombear sangre, al tiempo que
la E4D identifica movimientos vermiculares del embrión. A partir de entonces, y
hasta el momento del parto, en correlación con la edad gestacional, se observa
una progresiva complejidad y una mayor elaboración de los movimientos
fetales (Tabla 1), que están estrechamente vinculados con el neurodesarrollo y
con los factores ambientales11. Así, a partir de la semana diez, se identifican
movimientos de las extremidades y, desde la semana 11, estos movimientos se
van haciendo más finos y complejos y comienzan a verse movimientos
faciales11.

 
 

Los movimientos del embrión son expresión de su neurodesarrollo, si bien los


primeros en observarse son poco específicos y tienen carácter automático. De
hecho, a partir de la semana 7,5 de gestación, se identifican respuestas reflejas
con un patrón de movimiento global. Estos movimientos tienen su origen en las
primitivas estructuras espinales y mesencefálicas. Progresivamente, se
observa un incremento del tono fetal en relación con la maduración
musculoesquelética y con el desarrollo de las estructuras cerebelosas 11.

Entre las semanas 11 y 13,5 de gestación, la ratio de sinapsis axosomáticas se


incrementa notablemente11. Por ello, en la semana 11,5, la respuesta refleja
solo aparece al estimular estructuras proximales del feto pero, a partir de la
semana 12,5, se recogen respuestas reflejas a la estimulación distal.
Inicialmente, el movimiento está limitado a ladear la cabeza pero,
progresivamente, incluye el tronco y las extremidades.
Desde la semana 16 de gestación, los movimientos gruesos van disminuyendo,
aumentan los más finos y específicos de las extremidades y comienzan a
observarse movimientos de los dedos y de la cara 12. Los movimientos
unilaterales de la mano a la cabeza se identifican desde la semana 12 y
tienden a ser bilaterales a partir de la semana 36 13.

Progresivamente, los movimientos del feto adquieren más complejidad motora


y funcional, son más variados, van teniendo características de reactividad
intencional y muestran componentes interactivos. En este sentido, el CF se va
haciendo más singular y manifiesta rasgos específicos, como se evidencia en
los estudios con gemelos14. Intuitivamente, se otorga una diferencia en el CF
vinculada al sexo; sin embargo, no hay una clara constatación experimental 15.
Con todo, la testosterona parece ejercer un efecto diferenciador en la
lateralización motora y del lenguaje por una posible sensibilidad del cuerpo
calloso o la corteza cerebral a los andrógenos 16.

Por otra parte, tanto en el feto de 30 semanas como en el recién nacido, se


observa un predominio funcional del hemisferio derecho asociado a una mayor
reactividad del hemisferio izquierdo a la vocalización materna, pero sin que se
haya podido demostrar una clara dominancia motora 17,18. Estos datos sugieren
que la lateralización motora se inicia más tardíamente, en el periodo posnatal, y
que, por el contrario, la dominancia para el procesamiento verbal es temprana,
antes del nacimiento.

La ontogenia de los movimientos fetales sigue una dinámica bastante bien


identificada a lo largo de la gestación, de tal modo que pasan de ser bruscos y
aislados en las primeras etapas, a ser suaves y coordinados en el periodo final
del embarazo. Sin embargo, el nacimiento no supone un cambio sustancial en
el comportamiento del feto, mostrando una marcada continuidad entre el
comportamiento en la semana 30 de gestación y el observado en el
nacimiento11: movimientos de las manos hacia diferentes partes del cuerpo,
parpadeos aislados, apertura de la boca y de los ojos, bostezos, protrusión de
la lengua, sonrisas y fruncimiento del ceño. Por tanto, el nacimiento no supone
un cambio en el neurodesarrollo ni una aceleración en la maduración 4 aunque,
indudablemente, es un notable cambio de circunstancias que conlleva y exige
respuestas específicas.

Movimientos faciales

Los movimientos faciales se inducen en los núcleos de los pares craneales y


tienen una regulación cortical con la participación del sistema límbico en las
expresiones emocionales.

Desde la semana diez de gestación, el feto abre la boca y a partir de la semana


12 tiene movimientos de chupeteo y deglución. Progresivamente, los
movimientos faciales muestran una mayor diversidad y elaboración: apertura y
cierre palpebral, protusión de la lengua, movimientos oculares etc. 12. A partir
del final del segundo trimestre, en paralelo con una progresiva disminución de
los movimientos corporales y un incremento de los faciales, se identifican
expresiones que sugieren sonrisa y enfado11.

Los estudios con E4D evidencian la evolución de las expresiones faciales,


desde las meramente reflejas hasta las de contenido social, llegando a
identificarse el espectro completo que puede mostrar el adulto 2.

A partir del tercer trimestre, los movimientos faciales y cefálicos son un índice
del estado fetal2,11, que se puede evaluar con el sistema de puntuaciones
propuesto por Kurjak19, y que podría anticipar manifestaciones futuras.

Actividad sensitivo-sensorial del feto

En las primeras semanas de gestación ya están formados los receptores


cutáneos y, a partir de la 4.ª semana comienza el desarrollo de los oídos y los
ojos20. Entre la semana 24 y la 32 se produce un rápido crecimiento de fibras
talamocorticales20.

Hay muchas evidencias de la sensibilidad cutánea del feto, incluso dolorosa 21, y
de la respuesta de los receptores gustativos y olfatorios a cambios moleculares
del líquido amniótico12.

La funcionalidad visual prenatal es aún poco conocida; sin embargo, hay


bastantes estudios sobre la actividad auditiva del feto 12. Estudios con
magnetoencefalografía señalan una progresiva maduración de las vías
auditivas desde la semana 27 de gestación hasta casi los dos años del
nacimiento22. Mediante resonancia magnética funcional (RMf), en la semana 33
de gestación, se recoge activación de la corteza auditiva primaria en respuesta
a sonidos23.

Desde la semana 26 de gestación se pueden recoger cambios en el patrón


cardiaco y en los movimientos fetales ante estímulos vibroacústicos que
atraviesan la pared abdominal y el líquido amniótico. A partir de la semana 28
se observan respuestas de activación o de inhibición del feto ante sutiles
diferencias en las características de la estimulación vibroacústica. Ya en la
semana 32, el feto puede habituarse a los estímulos e identificar cambios en
ellos. Al final de la gestación, es sensible a estímulos complejos (variaciones en
la música, trasposición de sílabas) y, desde los primeros días del nacimiento,
muestra una clara preferencia por la voz de la madre 24.

Memoria y aprendizaje fetal

Desde el estudio pionero de Spelt25, que ponía de manifiesto el aprendizaje


condicionado del feto, ha aumentado considerablemente la investigación sobre
el aprendizaje y la capacidad mnésica del feto en el último trimestre de la
gestación26,27. Estos estudios constatan que las respuestas del feto cesan tras
varias series similares de estímulos vibroacústicos, que se mantiene la falta de
respuesta en intervalos prolongados (más de 24 horas) de ausencia de
estimulación y que los cambios en las características del estímulo inducen una
nueva respuesta del feto. Todo ello sugiere que las respuestas fetales no son
meramente reactivas sino que representan una cierta discriminación y
diferenciación temporal asociadas a la memoria y al aprendizaje.

En las últimas semanas de gestación, el feto es capaz de discriminar entre


distintos sonidos de vocales, diferenciar voces femeninas y masculinas y
reconocer la voz de su madre12.

Por otra parte, estudios de RMf están aportando datos interesantes sobre la
activación cerebral del feto ante determinados estímulos 28. Las dificultades en
la resolución espacial, derivadas del movimiento fetal y de los cambios
neuroevolutivos, están encontrando solución con la elaboración de atlas de
neurodesarrollo, centrados en los surcos y circunvoluciones, y con el
perfeccionamiento de los métodos de análisis multivariado de series
temporales29. Además, está demostrando interés el estudio de los "estados de
reposo" que representan la identificación de cambios en las señales d
resonancia magnética (RM) en ausencia estímulos específicos. Estas
diferentes señales RM están asociadas a subestructuras neurales que son
base del procesamiento contingente y representan características
anatomofuncionales tempranas vinculadas al CF30.

Con todo, las limitaciones en este campo son evidentes y es importante


diferenciar entre la evaluación del CF y los estudios sobre la memoria y el
aprendizaje del feto, sin que exista aún un modelo útil de correlación.

Evaluación del comportamiento fetal

En las primeras semanas de gestación, la actividad del feto es irregular y poco


definida. Progresivamente, los movimientos fetales se van elaborando más,
alternan con periodos de quietud y se asocian a los ritmos cardiacos y al
desarrollo de movimientos oculares. La correlación entre estas tres variables es
estrecha y caracteriza el CF12.

A partir de la semana 25 de gestación, la observación ultrasonográfica del feto


(movimientos corporales y oculares), junto con el registro de su actividad
cardiaca, permite definir cuatro estados fetales (1F, 2F, 3F y 4F; Tabla 2) en
concordancia con los descritos en el neonato4,12. Estos estados se suceden de
forma cíclica y son regulares a lo largo de la gestación, con respecto a la
duración y la alternancia, hasta llegar al periodo inmediatamente pretérmino,
que se caracteriza por la ausencia de movimientos corporales y oculares, y por
una actividad cardiaca tipo A (ritmo estable, con pequeñas oscilaciones, y
aceleración en relación con sobresaltos)31

Cada estado posee una alta consistencia entre las características de las
variables que lo definen, de tal modo que la disociación entre ellas sugiere una
alteración del estado del feto. El paso de un estado fetal a otro se denomina
estado de transición y su duración es de alrededor de tres minutos.

Los estados 1F y 2F se consideran situaciones de sueño del feto, equivalentes


a las observadas en el neonato; mientras que los estados 3F y 4F representan
situaciones de vigilia32. La distinción entre ambas situaciones está respaldada
por datos de magnetoencefalografía fetal 33.

En las últimas semanas del desarrollo intrauterino, los estados de sueño


(especialmente el 2F) van disminuyendo y aumentan los de vigilia, hasta el
punto de que en los fetos postérmino predominan los estados 3F y 4F 32.

En la evaluación del CF los aspectos cuantitativos son importantes, pero tienen


más relevancia sus características cualitativas (velocidad, amplitud, duración,
etc.). El protocolo de evaluación del CF propuesto por el grupo de
Morokuma34 ha demostrado una alta sensibilidad y especificidad en la
identificación temprana de afectación neurológica del feto. Con todo, aún
quedan por definir los criterios cualitativos del CF.

Factores muy diversos (momento del día, ruido ambiental, comidas, tabaco,
etc.) inducen cambios en los estados del feto12. Con todo, la variable que tiene
más peso es la edad gestacional, de tal modo que hay grandes diferencias en
el CF entre la semana 20 y la 364.

Por otra parte, diversas noxas y situaciones patológicas causan cambios en los
estados fetales y en las características de los estados de transición 12.

Antes de la introducción de técnicas de evaluación funcional del feto, los nueve


meses de gestación eran un periodo incierto, con connotaciones pasivas y cuyo
resultado se iba vislumbrando a lo largo del periodo posnatal. Ese
planteamiento ignoraba el despliegue de la actividad fetal, minusvaloraba la
relevancia de los factores ambientales en interacción con el feto
(sobredimensionando el componente genético) y conllevaba una inevitable
demora en las estrategias de intervención en los casos que lo exigían.

El CF es una ventana abierta al neurodesarrollo, en continuidad con el


comportamiento posnatal y en estrecha relación con la capacidad de
aprendizaje y de interacción. El estudio del CF puede dar respuesta a
importantes cuestiones sobre la vida prenatal y el desarrollo neurológico. Al
mismo tiempo, lleva a conocer mejor las implicaciones futuras de los factores
que inciden en la gestación, a detectar tempranamente problemas y a lograr
una intervención más precoz.

En este sentido, la E4D es una herramienta útil para evaluar el CF y llevar a


cabo una monitorización más estrecha del neurodesarrollo temprano.
MOVIMIENTOS Y COMPORTAMIENTO FETAL

El desarrollo del movimiento fetal en la primera y segunda mitad del embarazo


ha sido ampliamente estudiado y bien documentado por ultrasonografía. 

Los movimientos fetales comienzan a ser visibles con ultrasonido entre la 7a y
8a semana de edad posmenstrual y pueden ser observados de manera
consistente entre la 9a y 10a semana posmenstrual. 

Numerosos patrones de movimiento distintos  han sido descriptos en las


primeras 15 semanas de gestación (sobresalto, movimientos generales, hipo,
respiración, movimientos aislados de brazo o pierna, retroflexión / rotación
aislada y anteflexión de la cabeza, movimientos de la mandíbula, succión y
deglución, contacto mano-rostro, estiramiento, bostezo, rotación ), que se
parecen mucho a los observados en recién nacidos prematuros y nacidos a
término.(1)
      

     
Los avances recientes en la ecografía han demostrado que los bebés sonríen,
lloran y pestañean dentro del útero. Si bien es un acto reflejo, la posibilidad de
ver, luego de la semana 22, la sonrisa de un bebé dentro del vientre
materno es un momento mágico.(9)

Los bebés menos frecuentemente sonríen en el periodo posparto y  durante las


primeras semanas. Según Stuart Campbell, quien fuera referente mundial en
medicina fetal, esto podría indicar la existencia tranquila y sin problemas del
bebé en el útero y a la adaptación a un ambiente extrauterino nuevo y extraño.

Este mismo autor (7) encontró una correlación significativa entre los


movimientos observados con ultrasonido y los registrados por el paciente, lo
que dio lugar al control de los movimientos fetales mediante la percepción
materna como indicativo de bienestar fetal. Sin embargo, más allá de la
ansiedad que se puede generar, hay limitaciones ya que se perciben menos del
40% de los movimientos detectados por ultrasonido.(8)

Existe un periodo aparente de transición fetal entre las semanas 28 y 32 luego


del cual se comienzan a manifestar los diferentes estados de comportamiento
fetal. (2) Aunque no son idénticos con los estados  de los recién nacidos, estos
se aproximan al sueño tranquilo, el sueño con movimientos oculares rápidos -
sueño REM- , la vigilia inactiva y la vigilia activa.(3)  

A medida que el feto madura y se aproxima a la semana 36, los parámetros de


estado (es decir, frecuencia cardíaca fetal, movimientos corporales y
movimientos oculares) gradualmente comienzan a ciclar juntos.(3)  La
frecuencia cardíaca se hace más lenta, pero tiene mayor variabilidad y mayor
respuesta a la estimulación; los movimientos se reducen en frecuencia  pero
son más vigorosos. (2)

Este desarrollo neuroconductual se considera como un reflejo de la integración


en el desarrollo del sistema nervioso central.(3) A su vez la ausencia de
integración entre la frecuencia cardíaca, el cuerpo y los movimientos oculares
del ojo pueden indicar alteración  de los mecanismos de control regulados por
el cerebro.(3) 

Hay evidencia de que la frecuencia cardíaca y las manifestaciones


conductuales en el feto son comparables a las observadas en recién nacidos y
niños. (11-13)  Además se ha demostrado una correlación significativa entre la
duración del sueño tranquilo en el período fetal y el neonatal. También entre la
actividad fetal y el temperamento tardío del bebé. (3)(5)(6)10)  

Un pregunta frecuente es si hay alguna diferencia entre los sexos.  Algunos


autores describen mayor actividad de fetos con sexo masculino, aunque este
hallazgo no es aceptado por todos los autores. (4-6)(10

Director Médico de Diagnus SA

Docente de FMF LA y SAUMB


Ex Presidente de la SADIPT

Consultor de Medicina Fetal de Maternidad Nacional. UNC


Bibliografía
1. de Vries JIP, Visser GHA, Prechtl HFR The emergence of fetal
behaviour. I. Qualitative aspects. Early Human Development 1982;
7(3): 301-322.
2. DiPietro JA, Hodgson DM, Costigan KA, Hilton SC, Johnson TRB
Fetal neurobehavioral development. Child Development 1996ª;
67:2553–2567.
3. DiPietro JA, Costigan KA, Pressman EK. Fetal state concordance
predicts infant state regulation. Early Human Development. 2002;
68: 1–13
4. Robles de Medina PG, Visser GHA, Huizink HC, Buitelaar JK, Mulder
EJH.Fetal behaviour does not differ between boys and girls. Early
Human Development. 2003; 73:17–26.
5. Almli CR, Ball RH and Wheeler ME. Human fetal and neonatal
movement patterns: Gender differences and fetal-to-neonatal
continuity. Dev Psychobiol. 2001; 38:252-273.
6. Campbell DW, Eaton WO. Sex differences in the activity level of
infants. Infant and Child Development. 1999; 8:1-17.
7. Gettinger A, Roberts AB, Campbell S. Comparison between
subjective and ultrasound assessments of fetal movement. Br Med
J. 1978; 2:88-90.
8. Hijazi ZR, Callan SE and East CE. Maternal perception of foetal
movement compared with movement detected by real-time
ultrasound: an exploratory study. Aust N Z J Obstet Gynaecol.
2010; 50:144-147.
9. Kawakami F, Yanaihara T. Smiles in the fetal period. Infant Behav
Dev; 2012 35(3):466-471.
10. Lee E. Ping H. Sex differences in fetal activity and childhood
hyperactivity. Infant Behavior & Development 35 (2012) 466–471
11. Groome LJ, Swiber MJ, Atterbury JL, Bentz LS, Holland SB.
Similarities and differences in behavioral state organization during
sleep periods in the perinatal infant before and after birth. Child Dev
1997; 68(1):1–11.
12. Junge HD. Behavioral states and state related heart rate and motor
activity patterns in the newborn infant and the fetus antepartum: a
comparative study. J Perinatal Med 1979; 7:85–107.
13. Pillai M, James D. Are the behavioural states of the newborn
comparable to those of the fetus? Early Hum Dev 1990; 22:39–49.
Pautas

ACTIVIDAD PRÁCTICA

2.1. Temas a Evaluar:

a. Conducta Prenatal

b. Conducta Neonatal   

2.2. Apoyarse en:

OBSERVACIÓN DIRECTA A TRAVES DE VIDEOS

a. Aprendizaje sobre la vida Prenatal: escoger, observar y resumir el diseño y

los resultados de dos (02) experimentos.

b. Observación directa Neonato: postura, tono muscular y tres (03) de los

reflejos más importantes.

2.3. Elaborar un informe con las siguientes características:

a. Portada de presentación e identificación.

b. Introducción o marco teórico.

c. Objetivo.

d. Observación de ambas etapas.

e. Conclusiones.

f. Referencia Bibliográfica.

Enviar el informe al correo:

“trabajosyexamenespdh1.2021.2@gmail.com”identificándolo de la

siguiente manera:Asunto: Pedro Pérez, Informe1, Unidad 1.


Psicología del desarrollo neonatal

La psicología neonatal es “el estudio científico de los procesos


biopsicosociales y comportamentales que influyen en la salud, enfermedad y el
cuidado sanitario del neonato pretérmino (y a término) durante sus primeros
[...] días de vida, y la relación entre esos procesos y el posterior desarrollo”
(trad.

El Neonato
Se entiende por período neonatal aquel que comprende los 30 primeros
días después del nacimiento. Durante la mayor parte de la historia de la
psicología Infantil, se ha considerado que el recién nacido es una criatura
básicamente pasiva y desamparada cuya actividad era esencialmente
casual. Ciertamente el recién nacido no está tan organizado como un niño
de dos años pero su conducta dista mucho de ser fortuita o desorganizada.
El neonato posee ritmos naturales de actividad que generan pautas de
sueño y vigilia, comida y movimiento. Además, está dotado con muchas
reacciones reflejas a la estimulación externa. También posee algunas
pautas organizadas de conducta para investigar y controlar el entorno a
través de la mirada, la succión y el llanto.

Estudios más recientes señalan que sus capacidades sensoriales están


especialmente dotadas para todo aquello que se relaciona con la
interacción social. El bebé es capaz de fijarse en un objeto en movimiento y
seguirlo hasta 180º en sentido horizontal y vertical, así como también
discriminar entre diferentes estímulos cromáticos (teniendo en cuenta que
su visión óptima es de unos 20-30 cm; los objetos presentados más lejos
son aún borrosos para él). Las respuestas a los estímulos auditivos son de
las primeras en aparecer. El oído es ya funcional desde la vida intrauterina.
A las 24 semanas de gestación el feto ya responde delante estímulos
provenientes del exterior, así como estímulos internos como el producido
por el latido del corazón materno. Está también comprobado las
capacidades gustativas del recién nacido en el sentido de discriminar
gustos. Así prefiere el dulce al salado. Respecto al olfato, no tan sólo se ha
verificado que son capaces de discriminar entre diferentes tipos de aromas
sino que, incluso recuerdan experiencias olfativas previas.

Por todo lo expuesto, se considera que la observación de la conducta


espontánea del recién nacido es la base de un tipo de técnicas muy
sensibles para la evaluación del desarrollo neuroconductual del bebé desde
el inicio de la vida. La evaluación psicológica del niño en sus primeras
etapas del desarrollo ofrece la oportunidad de detectar alteraciones del
desarrollo en el momento preciso, para poder prevenir futuros trastornos,
al tiempo que nos permite estudiar la evolución de las pautas consideradas
normales.

Para la evaluación sistemática del bebé desde los primeros días


disponemos de instrumentos como la Escala de Brazelton o las Escalas
Bayley (B.S.I.D.) aplicables hasta los dos años y medio.

2- Estados sueño y alerta


Algunos investigadores (Wolff, 1966) ya observaron la variabilidad del
estado del nivel de alerta en diferentes bebés pero, a su vez, una gran
similaridad y regularidad entre ellos. Ello les llevó a la conclusión de que se
producían 6 posibles estados:

1-Sueño tranquilo. Caracterizado por respiración regular, ojos cerrados y


sin movimiento (salvo movimientos espasmódicos ocasionales).

2-Sueño activo. Ojos cerrados pero pueden observarse movimientos


rápidos de los ojos (fase R.E.M.). Nivel actividad bajo. La respiración puede
ser irregular. Los movimientos son más suaves que en el sueño tranquilo.
Este tipo de sueño ocupa aproximadamente la mitad del tiempo total de
sueño (alrededor de 8 horas). Es la fase donde se producen los sueños.

3-Somnolencia. Los ojos pueden abrirse o cerrarse. Las reacciones a la


estimulación son retrasadas. Pero dicha estimulación podría hacer cambiar
de estado.

4-Inactividad en alerta. Ojos abiertos. Atención enfocada a los estímulos


pero con nivel de actividad bajo.

5-Actividad en alerta. Ojos abiertos. Nivel de actividad alto. Puede


mostrarse nervioso. Reacciona a la estimulación con aumento de alerta y de
la actividad motriz.

6-Llanto. Llanto intenso que es difícil de parar. Alto nivel de actividad


motriz.

La distribución temporal de los estados de sueño cambia rápidamente con


la edad y a medida que el cerebro va madurando. La organización de estos
estados se ve afectada en los bebés de madres alcohólicas o drogadictas.
Los niños que presentan inestabilidad en la distribución de los diversos
estados entre las 2 y 5 semanas son susceptibles de presentar posteriores
problemas de salud o de conducta.

3- Ciclos del Sueño


Contrariamente a lo que puede parecer, los bebés recién nacidos son
criaturas muy rítmicas. Su reloj biológico es, evidentemente, diferente al de
los adultos, pero variará progresivamente hasta sincronizarse con el
nuestro, asumiendo el ciclo diurno-nocturno de 24 horas. En inicio, los
ciclos de sueño y vigilia se pueden ir alternando cada 3 o 4 horas
coincidiendo con las diferentes tomas de alimento. Los periodos de sueño
se hacen paulatinamente más largos por la noche y a partir de las 5 o 6
semanas, ya se han conseguido sueños con sólo uno o dos despertares
nocturnos. Hacia las 12 o 16 semanas, la pauta de dormir más seguido por
la noche puede estar establecida en condiciones normales. Hacia el final del
primer año, la mayoría no pasa de dos sueños al día. La cantidad total de
sueño varía de un bebé a otro. Algunos duermen apenas diez u once horas,
mientras otros lo hacen quince o dieciséis. Poco podemos hacer si nuestro
bebé es de los que tienen tendencia a desvelarse a la más mínima y no
porque algo vaya mal. Cada niño sigue su propio patrón.
Así como el recién nacido suelen dormir en cualquier lugar, a partir de los 3
o 4 meses es conveniente que se habitúen a quedarse dormidos en su
cama y sin compañía (salvo circunstancias especiales).

También podría gustarte