Perdonar significa disculpar a alguien que nos ha ofendido o no tener en cuenta su falta. En la Biblia, la palabra griega que se traduce “perdonar” significa literalmente “dejar pasar”, como cuando una persona deja de exigir que se le pague una deuda. Perdón El perdón es el acto deliberado de pasar completamente por alto una ofensa, como si nunca hubiese existido Es un concepto central de la fe cristiana, Una de las enseñanzas más grande que nos dejó nuestro Señor Jesús es el amor y el perdón al prójimo.
Los versículos sobre el perdón al
prójimo, le ayudan a sanar su corazón, y a propiciar una reconciliación con su hermano o con una persona.
Nosotros como cristianos y seguidores
de Jesucristo debemos vivir según las enseñanzas de Jesús. Muchas veces las personas que nos rodean nos lastiman inmensamente con o sin intención y es normal y de humanos, sentir dolor e incluso rabia. Sin embargo, no podemos permitir que esto se apodere de nuestra vida. Cuando decidimos dejarnos llevar por el rencor y el dolor, nuestro corazón comienza a endurecerse llevándonos a la venganza contra el prójimo.
En la biblia se nos exhorta a perdonar
para ser perdonados y así encontrar la gracia y favor de nuestro amado Señor Jesucristo.
Jesús no nos dijo que no seríamos
ofendidos. Tampoco nos prometió que no nos dolerían algunas acciones o palabras que fueran dirigidas a nuestra persona.
MATEO 18:21-22 Entonces se le
acercó pedro y le dijo: señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: no te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
MARCOS 11:25 Y cuando estéis
orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.
Dios cuando ve nuestro corazón
contristo y humillado Él nos perdona. Deja pasar nuestras faltas y las arroja al fondo del mar Un verdadero cristiano sabe que el perdón no es una emoción o sentimiento, es una decisión. Perdonar muchas veces requiere de la intervención de Dios.
PRO_17:9 El que perdona la ofensa
cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. En muchos casos, perdonar no es tan sencillo por la ofensa o el daño que realmente nos pudieron haber causado. Por eso, es necesario entrar en oración y pedirle al Señor que nos limpie de todo rencor y que nos ayude a perdonar.
Tomar esta decisión es la más acertada
y poderosa para nuestra vida espiritual y terrenal. Es un proceso que puede llevar su tiempo, pero al ver el Rey de reyes y Señor de señores, que nuestra intención de perdonar es real, nos ayuda en nuestra debilidad.
El gozo, la paz, la tranquilidad y las
bendiciones que se manifestarán sobre nuestra vida por perdonar, serán mucho más maravillosas, grandes y poderosas, que vivir bajo el rencor y la amargura.
Perdonamos a otros cuando dejamos
de guardar resentimiento y no insistimos en pedir una compensación por el daño que nos hayan hecho o por la pérdida que hayamos podido sufrir. Qué nos puede ayudar a perdonar: 1. Recordar qué implica el perdón. No significa que consideramos que está bien lo que sucedió ni que nunca pasó. Sencillamente lo pasamos por alto.
2 Pensemos en los beneficios de
perdonar. Dejar de sentirnos enojados o de guardar rencor nos ayudará a estar más calmados, mejorará nuestra salud y nos permitirá ser más felices (Proverbios 14:30; Mateo 5:9). 2. Seamos comprensivos. Todos somos imperfectos (Santiago 3:2). Puesto que deseamos que los demás perdonen nuestros errores, nosotros también debemos perdonar los suyos (Mateo 7:12)
3. Actuemos de inmediato. Esforcémonos por perdonar enseguida en vez de dejar que se intensifique la ira (Efesios 4:26, 27).
“¿Qué? ¿Acaso significa que debo
perdonar aun cuando mi enemigo permanezca frío e indiferente y mal intencionado? No hay ninguna duda. CONCLUCIONES El perdón es una de las características principales de nuestro Creador.
“El perdón es el ingrediente milagroso
que asegura la armonía y el amor en el hogar o en el barrio”.
Durante toda la historia de la humanidad,
las acciones humanas guiadas por el pecado, realmente han menospreciado la misericordia y amor del Altísimo.
Sin embargo ante toda esta rebeldía y
estas abominaciones contra el Creador, Él por su gran amor a nosotros, deseaba darnos un perdón absoluto y eterno. Este perdón lo obtuvimos por la gracia y obra de Jesucristo en la cruz.