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Ensayo: Empirismo y su relación con la psicología

Introducción

El empirismo es una doctrina o corriente filosófica y epistemológica que alude que


todo conocimiento que posee o adquiere el hombre es producto de la experiencia,
bien sea interna o externa, y por ello es visto como una consecuencia de los
sentidos, esta corriente filosófica surgió en Reino Unido entre los siglos XVII y
XVIII.

El término empírico procede del griego “empeiría” (experiencia) y puede referirse


tanto a algo basado en la experiencia como a algo relativo al empirismo. Pero es
aquí donde apenas comienza el motivo de la confusión. Empirismo es "un sistema
o procedimiento fundado sólo en la experiencia", pero empirismo también es "un
sistema filosófico que toma la experiencia como única base de los conocimientos
humanos".

Los filósofos empíricos construyeron una interpretación del conocimiento humano


en la que todo aquello que no pudiese ser percibido directamente como tal por los
sentidos debía ser puesto en duda sistemáticamente.

La corriente empírica está más alejada de la Ciencia de lo que en principio se


podría pensar, al igual que el método científico, los procedimientos rigurosamente
empiristas tratan de confirmar hipótesis, pero lo hacen de un modo
sustancialmente diferente. En el empirismo no hay selección rigurosa de
experiencias; se tantea al azar hasta confirmar lo esperado. Tampoco hay un
verdadero análisis detallado de los resultados; los resultados "negativos»,
simplemente, son desechados.

El empirismo como teoría epistemológica se contrapone al racionalismo y fue de


gran influencia para otros pensamientos de la época. Este movimiento niega que
la verdad absoluta sea algo alcanzable para el ser humano y asimismo rechaza el
conocimiento adquirido por el método científico.
Cuerpo

En el marco del surgimiento del empirismo como corriente filosófica, Aristóteles,


discípulo de Platón –racionalista-, le otorgo un gran valor a la experiencia en el
conocimiento, ya que las cosas materiales se pueden conocer a través de lo
empírico, pero también indico que la razón es fundamental para descubrir causas,
y formular conclusiones. Se puede hablar de que la perfección para el filósofo de
la Antigua Grecia es la unión es el conocimiento de dicha experiencia unida a la
reflexión.

Hipócrates de Cos, (siglo V a. C.) pasa por ser el padre de la medicina, por el
cambio de orientación que hasta entonces tenía la tradición sobre todo egipcia,
ligada a la magia y a lo sagrado. Es el primero que elabora una teoría general
sobre lo que es la salud y la enfermedad en relación con un concepto determinado
de hombre.

Los conceptos para el empirismo no son una garantía de conocimiento objetivo y


por tanto la ciencia tiene solamente un valor relativo y justificado en la
generalización de las experiencias comunes, convencionalmente representadas
en los conceptos y el lenguaje.

En Occidente la caída del Imperio romano deja todo el saber refugiado en los
monasterios y queda restringido prácticamente al control y poder de la Iglesia. El
pensamiento cristiano adoptó durante la antigüedad y toda la Alta Edad Media el
platonismo y neoplatonismo por ser el pensamiento que mejor se adaptaba a su
creencia en un Dios único y creador del mundo conforme a unas Ideas (Divina
Providencia). A partir del siglo XI, por medio de los árabes se recupera el
aristotelismo en occidente.
El empirismo durante el Renacimiento fue guiado por Leonardo da Vinci, Miguel
Ángel, entre otros, que si no fueron específicamente científicos significaron la
apertura del espíritu hacia nuevos conceptos.
Posteriormente surge en la Edad Moderna, el término empirismo en los siglos XVII
y XVIII, en el Reino Unido (Inglaterra), como consecuencia de una tendencia
filosófica que provenía de la Edad Media. El primer teórico que abordo la doctrina
del empirismo fue el filósofo inglés John Locke (1632-1704), quien argumentó que
la mente humana es una “tabula rasa” u “hoja en blanco”, en donde son gravadas
las impresiones externas, por lo cual no se reconoce la existencia de las ideas
natas, ni el conocimiento universal.

Una generación después, el obispo irlandés George Berkeley (1685-1753)


determinó que el punto de vista de Locke abre la puerta para un eventual ateísmo.
Ideó un empirismo extremo, metafísico, en el cual los objetos existen si son
percibidos Esse est percipi (ser es ser percibido) de modo que un objeto siempre
es percibido; porque si ningún humano lo percibiera Dios sería la entidad
encargada de percibirlo. La percepción en cualquier caso es el fundamento del
ser.

No obstante, además de John Locke y George Berkeley, existían otros autores


ingleses en destaque en la formación del concepto empirismo, como: Francis
Bacon (1613-1617) célebre filósofo, político, abogado y escritor inglés, padre del
empirismo filosófico y científico, señaló la importancia del razonamiento inductivo
en vez del deductivo, y David Hume (1711-1776) economista, historiador, filósofo y
sociólogo escocés, que estuvo influenciado por las ideas de Locke y fue un gran
referente en campos derivados del empirismo. Indico que las ideas se
fundamentan en la sucesión de impresiones o percepciones.

Para Hume es evidente que la relación causal se establece bajo el punto de vista
de "una sucesión constante de impresiones" que generan en el hombre un hábito
o costumbre. Las consecuencias que se derivan del concepto de causa, tal como
lo concibe Hume, respecto a un conocimiento que pretenda ser científico no puede
ser más destructivo. Conduce a un escepticismo puesto que nunca podremos
conocer el fundamento de nuestras impresiones y el conocimiento de la
experiencia nunca nos permitirá salir de un subjetivismo incompatible con la
ciencia.
El empirismo tanto de Locke como de Hume, deriva a lo que se ha llamado
asociacionismo que viene a reducir el conocimiento a un psicologismo como fue
entendido posteriormente

En la edad contemporánea surge en Francia, siendo su fundador quien creó la


denominación de positivismo, Auguste Comte y toma nuevas formas de la mano
del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa
hasta el primer tercio del siglo XX. Y establece que todas las actividades
filosóficas y científicas deben efectuarse únicamente en el marco del análisis de
los hechos reales verificables por la experiencia.

La crítica a la Metafísica, como búsqueda de lo que está más allá de la Ciencia, es


considerada a partir de lo que se llamó las “trampas del lenguaje”, lo que supuso
un interés en el estudio del lenguaje tanto en su dimensión formal, empirismo
lógico como en cuanto lenguaje natural, que ha dado lugar a toda una corriente de
empirismo concebido como filosofía analítica. Las vinculaciones entre el
pragmatismo y el empirismo han sido siempre complejas, ambivalentes y
estrechas. En términos de historia de la filosofía, la novedad con la que nos
encontramos aquí es la de un pragmatismo profundamente divorciado del
empirismo un pragmatismo claramente anti-empirista.

La psicología, debido a su función y objetivos, los especialistas antiguos y de la


época se centraron en guiarse por la experiencia, y por la percepción, ya que el
objeto de la psicología debe de ser dado a la experiencia, especialmente a la
conducta del sujeto y no a la mente, en virtud de que los estados mentales son
irrelevantes para dar cuenta de la actitud o conducta del individuo en estudio.
Todo ello porque la conducta del individuo depende de la influencia en el ámbito
exterior, y no de un carácter interno o innato, lo que los especialistas le dan una
gran importancia a la experiencia, aprendizaje y especialmente a los rasgos y
comportamientos de los organismos, y el ser humano.
Conclusión

El problema del empirismo, tal y como se encargó de demostrar David Hume es


que, llevado al extremo, nos sume en el escepticismo más absoluto, pues no
podemos conocer realmente nada, sino solo aspirar a un conocimiento probable
en mayor o menor medida, al ser este fruto de nuestras impresiones sensible, que
pueden ser nuestras o de varios sujetos, pero siempre subjetivas.

Aunque el conocimiento empírico sea abundante y muy práctico, fuera del ámbito
científico y de la lógica formal, simbólica, es decir, en el seno de la filosofía y de la
metafísica, goza más bien de una merecida mala prensa. Es cierto que hay
autores empiristas; pero lo que no hay, quizá, y sin embargo hace falta, es una
interpretación teórica del empirismo que lo aproveche, lo avale o lo dignifique en lo
posible.

Lo que el empirismo tiene de más problemático, es su concepto de realidad como


algo externo y ajeno al pensamiento de los hombres; porque entonces la noción
de realidad empírica comporta la problemática e inaceptable división de ser y
conocer.

En mi opinión, durante la edad moderna de la filosofía, el empirismo ha sufrido una


depuración de su sentido, que ha refrendado su relativo éxito, más bien de orden
práctico. Ciertamente, esta transición no ha acabado, más bien ha sido y está
siendo vacilante y laboriosa, en esa depuración, el empirismo deja de enfrentar la
sensibilidad a la inteligencia.

Lo que hay, esos objetos que la experiencia nos muestra, los hechos, no son la
realidad exterior al hombre, sino la obra inicial de la inteligencia humana; limitada,
porque no alcanza con ella la propia réplica. La inteligencia humana, entonces, no
consiste en esas disquisiciones subjetivas que el hombre tiene en su interior, sino
que se inicia con una actividad cuya obra es el mundo objetivo, el conjunto de lo
que hay: la inteligencia inicialmente nos presenta el mundo.

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