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1.

Explique los parámetros de diseño según la norma Obras de Saneamiento RNE para
diseñar una planta de tratamiento de aguas potable.

Con la información recolectada se procederá a determinar las bases del diseño de la planta de
tratamiento de agua. Para el efecto, se considerará un horizonte de diseño entre 10 y 20 años,
el mismo que será debidamente justificado con base al cálculo del periodo óptimo de diseño.
Las bases del diseño consisten en determinar para las condiciones actuales, futuras (final del
período de diseño) e intermedias (cada cinco años) los valores de los siguientes parámetros: a.
Población total y servida por el sistema b. Caudales promedio y máximo diario.

Una vez seleccionados los procesos de tratamiento para el agua cruda, se procederá al
predimensionamiento de alternativas, utilizando los parámetros de diseño específicos para la
calidad de agua a tratar, determinados a nivel de laboratorio o de planta piloto, dependiendo
de la capacidad de la instalación. En esta etapa se determinará el número de unidades de los
procesos a ser construidas en las diferentes fases de implementación y otras instalaciones de
la planta de tratamiento, como tuberías, canales de interconexión, edificaciones para
operación y control, arreglos exteriores, etc. De igual forma, se determinarán rubros de
operación y mantenimiento, como consumo de energía y personal necesario para las
diferentes fases.

Si no hay posibilidad de determinar tasas de aplicación mediante ensayos, los aeradores


pueden ser dimensionados utilizando los siguientes parámetros: a) Aeradores conforme el
numeral 5.3.2 a., b., c. y d. Admiten, como máximo, 100 metros cúbicos de agua por metro
cuadrado de área en proyección horizontal/día. b) Aerador por difusión de aire. Los tanques
deben tener un período de retención de, por lo menos, cinco minutos, profundidad entre 2,5 y
4,0 m, y relación largo/ancho mayor de 2. El aerador debe garantizar la introducción de 1,5
litros de aire por litro de agua a ser aerada, próxima al fondo del tanque y a lo largo de una de
sus paredes laterales. c) Aerador mecánico El tanque debe presentar un período de retención
de, por lo menos, cinco minutos, profundidad máxima de 3,0 m, y relación largo/ancho inferior
a 2. El aerador mecánico debe garantizar la introducción de, por lo menos, 1,5 litros de aire por
litro de agua a ser aerada.
Las fuentes de abastecimiento de agua se clasifican en función de su procedencia y facilidad de
tratamiento como: − Superficial: lagos, ríos, canales, etc.; − Subterránea: aguas subálveas y
profundas; y − Pluvial: aguas de lluvia
4.

En varias áreas de la ingeniería, el período de retorno (T) es una representación usada


comúnmente para presentar un estimativo de la probabilidad de ocurrencia de un evento
determinado en un periodo determinado; por ejemplo, en ingeniería hidráulica se utiliza para
mostrar la probabilidad de que se presente una avenida con determinado caudal o superior en
un año cualquiera, mientras que en ingeniería sísmica se usa para señalar la probabilidad de
que se presente un sismo con magnitud igual o mayor que un cierto valor para un año
cualquiera. El período de retorno de un evento es la cantidad de tiempo para la cual la
probabilidad de ocurrencia se distribuye uniformemente en los periodos que componen dicha
cantidad de tiempo; así pues, un período de retorno de 50 años corresponde a una
probabilidad de excedencia de 1/50 = 0.02 o 2% para un año cualquiera (la probabilidad de
excedencia para cada año será del 2%). Alternativamente, puede entenderse el período de
retorno como el lapso de tiempo promedio que separa dos eventos de determinada magnitud;
sin embargo, no debe cometerse el error de interpretar erróneamente que, en términos
probabilísticos, es probable que un evento con periodo de retorno "T" ocurra una vez cada "T"
años, de hecho existe una probabilidad de aproximadamente 63.4% de que un evento (como
una inundación) con período de retorno de 100 años ocurra una o más veces durante cualquier
período de 100 años.

También llamado período de recurrencia, el período de retorno es un concepto estadístico que


intenta proporcionar una idea de hasta qué punto un suceso puede considerarse raro. Suele
calcularse mediante el ajuste de distribuciones de probabilidad a las variables analizadas, con
base en series de valores extremos registrados dentro de períodos iguales y consecutivos; por
ejemplo, en hidrología, se realiza el estudio a partir de tablas con la precipitación máxima
registrada cada 24 horas a lo largo de una serie de años consecutivos; en ingeniería marítima
se utilizan tablas con los valores de la mayor altura de ola alcanzada cada año, igualmente en
una serie de años consecutivos. El ajuste de los datos y la predicción de valores extremos suele
realizarse mediante las distribuciones de Gumbel, Log-Pearson, raíz cuadrada del tipo
exponencial (sqrt-ETmax)1 y otras.2

El periodo de retorno suele ser un requisito para el diseño de obras de ingeniería, ya que
permite establecer, con un cierto nivel de confianza, los valores extremos de ciertas variables
(precipitación, altura de ola, velocidad del viento, intensidad de un sismo, etc.) para los cuales
debe diseñarse una obra determinada para que se comporte de forma adecuada en términos
de seguridad y funcionalidad, de este modo es posible, por ejemplo, establecer para cierta
probabilidad el caudal mínimo que pasará por un río en el diseño de la bocatoma de un
acueducto, o el tamaño máximo de ola al que deberá hacer frente un muelle en una locación
determinada. Además de ayudar a la selección dichos valores, el período de retorno es útil
para evitar el uso de valores extremos demasiado improbables, evitando así el
sobredimensionamiento excesivo en el diseño y permitiendo asegurar la funcionalidad de las
obras en la medida en que sea razonablemente práctico; no obstante, algunos especialistas
consideran que, en el ejercicio de la ingeniería, ciertos periodos de retorno son excesivamente
conservadores y deberían disminuirse por dar lugar a obras demasiado costosas. Se trata
entonces de lograr un balance entre la confiabilidad y la economía de las soluciones
propuestas.

El período de retorno para el cual se debe dimensionar una obra debe ser evaluado, al menos,
en función de los siguientes aspectos: la seguridad, de modo que siempre que sea posible se
evite la pérdida de vidas humanas; la economía, considerando el valor de reposición en caso
de destrucción total y las pérdidas económicas que se producirían si la obra queda fuera de
servicio durante un período de tiempo; su función social, evaluando si su fallo causaría un
deterioro considerable de la calidad de vida de una población, y aspectos estratégicos.

El período de retorno es uno de los parámetros más significativos a ser


tomado en cuenta en el momento de dimensionar una obra
hidráulica destinada a soportar avenidas, como por ejemplo:
el vertedero o aliviadero de una presa, obras que crucen sobre corrientes
de agua, etc.
En hidrología es frecuente considerar zona inundable a aquella que es
cubierta por las aguas en tormentas de hasta quinientos años de periodo
de retorno. Esto significa que la cantidad de lluvia caída en un solo día
para ese periodo de retorno solamente se iguala o supera,
estadísticamente, una vez cada 500 años. En términos numéricos se
expresa que la probabilidad de que se presente una precipitación de tal
magnitud o superior en un determinado año es p = 1/500 = 0.002 = 0.2%;
o bien, la probabilidad de que no se presente es la complementaria, 1 - p
= 0.998 = 99,8%. Sin embargo, eso no implica que no puedan producirse
dos tormentas de intensidad igual o superior a la de 500 años en dos
años consecutivos; pero en promedio será una vez cada 500 años.
En general, si un evento tiene un periodo de retorno de tp años, el
número medio de eventos que estadísticamente pueden presentarse en
un año determinado es:

Símbol
Nombre Unidad
o

Número medio de eventos que estadísticamente


año-1
pueden presentarse

Período de retorno años


Algunos de los períodos de retorno generalmente aceptados son los
siguientes:

 Obras hidráulicas para canalización


de aguas de lluvia en ciudades de tamaño de mediano a grande: de
20 a 50 años.
 Obras hidráulicas para canalización de aguas de lluvia en ciudades
pequeñas: de 5 a 10 años;
 Puentes de carretera: entre 50 y 500 años.
 Aliviaderos o vertederos para presas con poblaciones aguas abajo:
entre 1.000 y 10 000 años.
Método de Hazen[editar]
Según Hazen,3 la distribución de los caudales máximos anuales de los
registros de un curso de agua se distribuye en una representación
logarítmica, de acuerdo con la distribución de frecuencia normal de
Gauss. Con esto, a partir de los registros de caudal de un curso de agua,
se puede organizar una serie de máximos anuales, mostrándolos en
orden descendente, con sus números de orden, desde la cual los
períodos de recurrencia se calculan mediante la siguiente expresión:

Símbol
Nombre Unidad
o

Período de recurrencia años

Número de años de observación años

Número de la orden del caudal en la secuencia


decreciente

La probabilidad P de que un caudal sea igual o superior a un valor


determinado puede establecerse mediante la expresión:

Símbol
Nombre Unidad
o

Probabilidad de ser igualado o superado un


%
determinado caudal
Tiempo de recurrencia años

5.

Lagunas Facultativas

a. Su ubicación como unidad de tratamiento en un sistema de lagunas

puede ser:

Como laguna única (caso de climas fríos en los cuales la carga de

diseño es tan baja que permite una adecuada remoción de bacterias)

o seguida de una laguna secundaria o terciaria (normalmente referida

como laguna de maduración), y

Como una unidad secundaria después de lagunas anaerobias o

aeradas para procesar sus efluentes a un grado mayor.

b. Los criterios de diseño referidos a temperaturas y mortalidad de bacterias

se deben determinar en forma experimental. Alternativamente y cuando

no sea posible la experimentación, se podrán usar los siguientes criterios:

La temperatura de diseño será el promedio del mes más frío

(temperatura del agua), determinada a través de correlaciones de las

temperaturas del aire y agua existentes.

En caso de no existir esos datos, se determinará la temperatura del

agua sumando a la temperatura del aire un valor que será justificado

debidamente ante el organismo competente, el mismo que depende

de las condiciones meteorológicas del lugar.

En donde no exista ningún dato se usará la temperatura promedio del

aire del mes más frío.

El coeficiente de mortalidad bacteriana (neto) será adoptado entre el

intervalo de 0,6 a 1,0 (l/d) para 20ºC.

c. La carga de diseño para lagunas facultativas se determina con la

siguiente expresión:
Cd = 250 x 1,05 (T – 20)

En donde:

Cd es la carga superficial de diseño en kg DBO / (ha.d)

T es la temperatura del agua promedio del mes más frío en ºC.

d. Alternativamente puede utilizarse otras correlaciones que deberán ser

justificadas ante la autoridad competente.

e. El proyectista deberá adoptar una carga de diseño menor a la

determinada anteriormente, si existen factores como:

la existencia de variaciones bruscas de temperatura,

la forma de la laguna (las lagunas de forma alargada son sensibles a

variaciones y deben tener menores cargas),

la existencia de desechos industriales,

el tipo de sistema de alcantarillado, etc.

f. Para evitar el crecimiento de plantas acuáticas con raíces en el fondo, la

profundidad de las lagunas debe ser mayor de 1,5 m. Para el diseño de

una laguna facultativa primaria, el proyectista deberá proveer una altura

adicional para la acumulación de lodos entre períodos de limpieza de 5 a

10 años.

g. Para lagunas facultativas primarias se debe determinar el volumen de

lodo acumulado teniendo en cuenta un 80% de remoción de sólidos en

suspensión en el efluente, con una reducción de 50% de sólidos volátiles

por digestión anaerobia, una densidad del lodo de 1,05 kg/l y un

contenido de sólidos de 15% a 20% al peso. Con estos datos se debe

determinar la frecuencia de remoción del lodo en la instalación.

h. Para el diseño de lagunas facultativas que reciben el efluente de lagunas

aeradas se deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

El balance de oxígeno de la laguna debe ser positivo, teniendo en

cuenta los siguientes componentes:

• la producción de oxígeno por fotosíntesis,

• la reaeración superficial,
• la asimilación de los sólidos volátiles del afluente,

• la asimilación de la DBO soluble,

• el consumo por solubilización de sólidos en la digestión, y

• el consumo neto de oxigeno de los sólidos anaerobios.

Se debe determinar el volumen de lodo acumulado a partir de la

concentración de sólidos en suspensión en el efluente de la laguna

aereada, con una reducción de 50% de sólidos volátiles por digestión

anaerobia, una densidad del lodo de 1,03 kg/l y un contenido de

sólidos 10% al peso. Con estos datos se debe determinar la

frecuencia de remoción del lodo en la instalación.

i. En el cálculo de remoción de la materia orgánica (DBO) se podrá emplear

cualquier metodología debidamente sustentada, con indicación de la

forma en que se determina la concentración de DBO (total o soluble).

En el uso de correlaciones de carga de DBO aplicada a DBO removida,

se debe tener en cuenta que la carga de DBO removida es la diferencia

entre la DBO total del afluente y la DBO soluble del efluente. Para

lagunas en serie se debe tomar en consideración que en la laguna

primaria se produce la mayor remoción de materia orgánica. La

concentración de DBO en las lagunas siguientes no es predecible, debido

a la influencia de las poblaciones de algas de cada unidad.


Para que la cloración resulte eficaz es necesaria una distribución homogénea del cloro en el
agua y que la dosis sea adecuada, para obtener un agua tratada inocua. A partir de 0,1 a 0,2
ppm. de cloro libre residual en el agua, ya se percibe sabor, percibiéndose antes cuanto mayor
sea la dureza y temperatura del agua.

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