Está en la página 1de 1

En el año 1694 el rey francés decidió concentrar sus esfuerzos en Cataluña y puso

al ejército de Nicolas Catinat en Piedmont en situación de defensa, reservando más


tropas para el frente español.

El Virrey de Cataluña, Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de


Escalona, que también era Capitán General del ejército, había desplegado a lo largo
de las orillas del río prácticamente todas las tropas que pudo reunir para oponerse
al fuerte cuerpo expedicionario francés, dirigido por el mariscal duque de
Noailles, el cual pretendía tomar Gerona.

Los dos ejércitos eran aproximadamente de la misma fuerza (20.000 de infantería y


4-5.000 de caballería). Los regimientos franceses se componían principalmente de
tropas veteranas, mientras que las fuerzas españolas tenían un gran número de
reclutas y unidades recién formadas y casi nada fogueadas. Asimismo, la artillería
francesa era superior en número de piezas y pólvora, y contaba con oficiales y
auxiliares expertos.

La batalla
El ejército español estaba dividido en tres cuerpos para proteger los vados de
Verges, Ullà y Torroella. Según la parte española: "todo nuestro ejército se
componía de 11.900 efectivos de infantería y 4.000 de caballería, que todos
incluidos forman el número de 16.300".

Los días previos, el enemigo intentó sin éxito vadear el río en Verges, y se
trasladó a Ullà y Torroella de Montgrí. El 27 de mayo, una densa niebla cayó sobre
las orillas del río y aprovechando esto, 2.000 dragones y caballeros franceses,
seguidos por gran número de granaderos de infantería, pasaron inadvertidamente el
río en Torroella de Montgrí y cargaron contra parte de la infantería española que
se encontraba allí, sin estar atrincherada, después de sufrir un bombardeo por
parte de la artillería francesa desde el otro lado del río.

Después de las primeras bajas de sus mosquetes, los españoles no pudieron oponerse
a sus enemigos cada vez más próximos. Comenzaron a huir del campo de batalla
poniendo en desorden al resto del ejército; muchos resultaron muertos, sin ser
capaces de enfrentarse con efectividad a los franceses, mientras las tropas
restantes de caballería se retiraban dejando a la infantería sin protección. Con el
anuncio de su derrota y porque un gran número de tropas francesas habían alcanzado
el río y estaban ya posicionadas y preparadas para la batalla, todo el ejército
español cayó en confusión y la caballería huyó junto con la retaguardia hasta
alcanzar Gerona.

Los franceses hicieron un avance general contra los españoles, casi sin oposición,
matando a muchos soldados y capturando botín, piezas de artillería y un gran número
de estandartes.

También podría gustarte