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Conquista española

de las Azores
Primer desembarco anfibio oceánico de la
Historia

La conquista española de las Azores,


especialmente de la isla Terceira,[6] ​
ocurrió entre el 26 de julio y el 2 de agosto
de 1583 en el archipiélago portugués de
las Azores en el contexto de la guerra de
sucesión portuguesa (1580–1583).[6] ​En
el transcurso de la misma se enfrentaron
las fuerzas leales al aspirante al trono
portugués, Antonio, prior de Crato, que
tenía el apoyo de tropas francesas e
inglesas, contra las fuerzas
hispanoportuguesas leales al rey Felipe II
de España, que estaban comandadas por
el almirante Álvaro de Bazán, marqués de
Santa Cruz. La victoria de Bazán propició
la rápida conquista española de las islas
Azores y facilitó la integración del Reino
de Portugal y sus numerosas colonias
dentro del Imperio español.[3] ​

Tras todo un día de combates, los tercios


españoles derrotaron a las fuerzas
defensoras en la isla Terceira gracias a las
estrategias y las
Conquista
tácticas de Álvaro española de las
de Bazán.[6] ​Unos Azores
días después, un Parte de Guerra de
sucesión
contingente de
portuguesa
tropas hispano
lusas
desembarcaron en
la isla de Fayal, Mapa de la isla
donde derrotaron y Terceira, por Jan
capturaron a una Huygen van
Linschoten.
guarnición
compuesta por Fecha 26 de
cinco compañías julio – 2
francesas y una de

inglesa, que
sumaban unos agosto
de 1583
setecientos
Lugar Isla
hombres.[4] ​Al
Terceira,
finalizar la Azores.
campaña, alrededor Resultado Victoria
de nueve mil decisiva
española[1
soldados
[2] [3]
​ ​
portugueses,
Beligerantes
franceses, italianos
e ingleses habían
Portugueses Monarqu
sido capturados por leales al Español
los españoles.[6] ​A Prior de
Crato Portugu
casi todos se les
Reino de leales a
permitió partir Francia Felipe II
desarmados, pero Reino de España
Inglaterra[4] ​
dieciséis seguidores
del aspirante al Comandantes
trono portugués, Prior de Álvaro de
que habían Crato Bazán

intentado huir la Fuerzas en


noche del ataque, combate

fueron ejecutados. 9200 11 700


soldados[5] ​ soldados
Tan solo Antonio y
30 barcos 96 barcos
unos pocos de guerra de guerra
seguidores tuvieron
Bajas
la suerte de escapar
9000 400
con vida.[6] ​ muertos o muerto
capturados[6] ​ o
Preludio 30 buques heridos
capturados
Después de su
victoria en la batalla
de la Isla Terceira el 26 de julio de 1582,
Álvaro de Bazán, afianzado en su base de
Lisboa, preparó una invasión anfibia de
gran envergadura: 15 372 hombres y 96
buques, entre estos 31 grandes barcos
mercantes reconvertidos en transportes
de tropas, pequeños navíos y lanchas de
desembarco, galeones, doce galeras y dos
galeazas.[6] ​En esa ocasión su intención
no era librar un combate naval, sino
desembarcar un ejército con sus
suministros e impedimenta en una cabeza
de playa y darle apoyo hasta que los
objetivos militares se hubieran
alcanzado.[6] ​El rey Felipe II ordenó a
Bazán en una carta que ejecutara en la
horca a todos los súbditos franceses e
ingleses que encontrara en la isla alzados
en armas contra los españoles.[7] ​

Los habitantes de la isla Terceira


esperaban que los españoles
desembarcaran en los puertos de Angra y
Peggia y por ello habían desplegado allí
sus fuerzas, dirigidas por Charles de
Bordeaux y Battista Scrichi. Sin embargo,
el marqués de Santa Cruz decidió
comenzar la toma de la isla en Mole, una
playa a 16 km de Angra defendida
únicamente con algunos montículos de
tierra ocupados por infantería con escaso
soporte artillero.[6] ​El propio pretendiente
portugués, Antonio, estuvo en Terceira
supervisando las levas entre la población
para defender la isla, pero partió en
noviembre para convencer a los franceses
de que proporcionaran otros 1500
soldados, los cuales llegaron en junio de
1583.[6] ​La Reina Madre de Francia,
Catalina de Médici, envió 1200 soldados
franceses y 400 ingleses organizados en
nueve compañías bajo mando de Aymar
de Chatte, gobernador de Dieppe, que
además se hizo con el mando en la isla
Terceira.[8] ​

De Chatte mejoró las fortificaciones de la


isla con la construcción en su costa sur,
que era la más vulnerable, de 31 fuertes de
piedra y trece fortines en puestos
avanzados, todos comunicados a través
de trincheras y con un total de 293
cañones.[9] ​La calidad de las tropas
defensivas era desigual: los franceses y
los ingleses eran soldados veteranos,
mientras que las milicias locales dirigidas
por el gobernador Manuel da Silva no eran
fiables para el combate.[10] ​En cambio, la
mayor parte de las tropas españolas eran
combatientes veteranos bien disciplinados
de la guerra de Flandes que incluían tres
tercios, un regimiento alemán de cuatro
compañías, tres compañías italianas y una
portuguesa.[11] ​
Desembarco

Los Tercios españoles desembarcan en Terceira. Sala de Batallas del Monasterio de El Escorial.

El ejército español desembarcó en la


Calheta das Mós, cerca de Angra, en las
primeras horas del 26 de julio. La fecha
fue elegida porque era el primer
aniversario de la victoria de Bazán sobre
los franceses en Ponta Delgada.[12] ​A las
03:00 a. m. las galeras españolas pusieron
rumbo a la playa remolcando las lanchas
de desembarco, en las que iban montados
4500 soldados.[13] ​El marqués de Santa
Cruz en persona dirigió la operación. La
playa estaba protegida por el fuerte Santa
Catarina, cuya guarnición estaba
compuesta por cincuenta franceses bajo
mando del capitán Bourguignon y dos
compañías portuguesas.[14] ​En cuanto las
naves españolas fueron avistadas al
amanecer, Bourguignon abrió fuego con la
artillería de Santa Catarina. La nave
capitana de Bazán, que navegaba en
cabeza, recibió un fuerte cañoneo y perdió
a su timonel.[14] ​Sin embargo, con la
llegaba de otras nueve galeras consiguió
silenciar el fuerte.[15] ​
Las lanchas de desembarco alcanzaron la
playa y pusieron a la infantería en tierra.
Uno de los primeros hombres en poner pie
en Terceira fue Rodrigo de Cervantes,
hermano de Miguel de Cervantes.[16] ​Allí
fueron recibidos por fuego de arcabuces
procedente de las trincheras que causó 35
muertos y numerosos heridos. El fuerte
fue entonces asaltado con escalas y en su
interior Bourguignon y una treintena de
sus hombres resultaron masacrados.[17] ​
La toma de Santa Catarina permitió a los
españoles desembarcar el resto de la
infantería, los suministros y seis cañones,
además de hacerse fácilmente con el
control de la zona circundante.[18] ​A
continuación, Bazán ordenó a sus fuerzas
avanzar hacia Vila da Praia para encararse
al ejército francés. De Chatte reunió a sus
tropas y fue al encuentro de los españoles
con ocho cañones.[19] ​

Batalla

El almirante español Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.

Bazán formó a su ejército en tres líneas,


con los alemanes en el ala derecha y los
españoles en la izquierda.[19] ​La
vanguardia estaba compuesta por
arcabuceros, quienes pronto se
encontraron con gran resistencia en los
setos y vallados colocados por los
defensores.[19] ​Desde ahí, De Chatte lanzó
fieros contraataques y consiguió romper la
primera línea española en varias
ocasiones. Sin embargo, Bazán no paró de
reforzar a sus arcabuceros con piqueros
alemanes y gracias a ello no perdió
terreno.[19] ​Por la tarde llegaron mil
soldados portugueses dirigidos por
Manuel da Silva y una manada de vacas
que lanzaron contra los batallones
españoles. El comandante francés se
sentía lo suficientemente fuerte como
para renovar su ataque, aunque la caída de
la noche se lo impidió.[20] ​Tras 16 horas
de combates, el ejército español había
sufrido setenta bajas mortales y
trescientos heridos, mientras que las
fuerzas franco portuguesas
contabilizaban también setenta muertos y
unos cuatrocientos heridos o
prisioneros.[21] ​

A la mañana siguiente, De Chatte fue


abandonado por sus aliados portugueses,
que huyeron a las montañas del interior de
la isla.[22] ​Los españoles tomaron
enseguida la iniciativa y avanzaron hacia
São Sebastião, mientras que las tropas
galas se retiraron hasta la montaña de
Nossa Senhora da Guadalupe, lo que
permitió a Bazán ocupar Angra sin
resistencia y a las galeras españolas
capturar allí trece barcos franceses,
dieciséis portugueses y dos ingleses.[23]
Asimismo, fueron liberados de la cárcel de
la localidad treinta prisioneros españoles y
veintiuno portugueses leales al rey Felipe
II.[24] ​Mientras tanto, los franceses habían
comenzado a fortificar sus nuevas
posiciones en Nossa Senhora da
Guadalupe cavando trincheras en las
laderas de la montaña, pero los soldados
galos decidieron amotinarse y abrieron
negociaciones de rendición con los
españoles.[24] ​De Chatte intentó reprimir
el motín, pero después de que las milicias
portuguesas se rindieran a Bazán, se dio
cuenta de que la victoria ya era imposible
y decidió parlamentar con las fuerzas
hispanas.[25] ​

De Chatte esperaba llegar a un buen


acuerdo de rendición gracias a su amistad
con el maestre de campo español Pedro
de Padilla, junto al que combatió a los
otomanos durante el Sitio de Malta
(1565).[26] ​Sin embargo, tan sólo se
permitió conservar sus armas a los
oficiales franceses. Los soldados ingleses
e italianos también fueron incluidos en las
negociaciones, pero no así los rebeldes
portugueses.[27] ​

Fayal
El 30 de julio, Pedro de Toledo Osorio
zarpó de Angra con doce galeras, cuatro
pataches y dieciséis pinazas en las que
iban embarcados 2500 soldados[28] ​con la
misión de tomar la isla de Fayal, donde
resistían entre cuatrocientos y quinientos
soldados franceses e ingleses con apoyo
de los isleños.[29] ​Toledo envió un
emisario para negociar con las tropas
extranjeras, pero el comandante
portugués, António Guedes de Sousa, lo
asesinó.[29] ​Por tanto, los españoles
desembarcaron y tomaron el Fuerte de
Santa Cruz. A los franceses y a los
ingleses se les ofrecieron las mismas
condiciones de rendición que a sus
compatriotas de la isla Terceira, pero a
Guedes de Sousa le cortaron las manos y
lo ejecutaron en la horca en castigo por la
muerte del emisario.[30] ​El 8 de agosto, el
gobernador portugués Manuel da Silva fue
decapitado en Angra por el verdugo del
regimiento alemán.[31] ​
Consecuencias

Antonio, prior de Crato, escapó de isla Terceira con algunos de sus hombres.

Con la conquista de isla Terceira, el


archipiélago de las Azores cayó
completamente bajo el control del rey
Felipe II, Felipe I en Portugal, y la guerra de
sucesión portuguesa llegó a su fin con la
total incorporación del Reino de Portugal y
sus posesiones coloniales al Imperio
español.[2] [3]
​ ​Antonio, prior de Crato,
regresó a Francia y vivió durante un
tiempo cerca de París. En 1589, un año
después del fracaso de la gran armada
enviada por Felipe II contra Inglaterra,
Antonio se enroló en la contraarmada
inglesa, una expedición apoyada por las
Provincias Unidas de los Países Bajos y
dirigida por Robert Devereux, II conde de
Essex, Francis Drake y John Norreys.[32] ​
Atacaron las costas de España y Portugal,
pero la flota inglesa tuvo que retirarse sin
alcanzar sus objetivos.[32] ​

El miedo a los espías del monarca más


poderoso del mundo, Felipe II de España,
obligó a Antonio a mudar constantemente
de residencia hasta que recaló en
Inglaterra, desde donde su reina Isabel I y
sus asesores habían visto con
preocupación la sucesión de victorias
españolas en 1583 con la conquista de las
Azores al sur y de la costa de Flandes al
norte.[33] ​

Referencias
1. Parker, 1999, pp. 73–74.
2. Nascimento Rodrigues y Devezas,
2007, p. 122.
3. Black, 2002, p. 182.
4. Tenison, 1932, pp. 211–213.
5. Konstam, 2002, p. 44.
6. Parker, 1999, p. 73.
7. Suárez Inclán, 1898, pp. 273–274.
8. Suárez Inclán, 1898, p. 275.
9. Suárez Inclán, 1898, p. 285.
10. Suárez Inclán, 1898, p. 286.
11. Suárez Inclán, 1898, pp. 278–279.
12. Suárez Inclán, 1898, p. 290.
13. Suárez Inclán, 1898, p. 291.
14. Suárez Inclán, 1898, p. 292.
15. Suárez Inclán, 1898, p. 293.
16. Suárez Inclán, 1898, p. 294.
17. Suárez Inclán, 1898, p. 295.
18. Suárez Inclán, 1898, p. 297.
19. Suárez Inclán, 1898, p. 298.
20. Suárez Inclán, 1898, p. 299.
21. Suárez Inclán, 1898, p. 301.
22. Suárez Inclán, 1898, p. 302.
23. Suárez Inclán, 1898, p. 304.
24. Suárez Inclán, 1898, p. 305.
25. Suárez Inclán, 1898, p. 306.
26. Suárez Inclán, 1898, p. 307.
27. Suárez Inclán, 1898, p. 309.
28. Suárez Inclán, 1898, p. 312.
29. Suárez Inclán, 1898, p. 313.
30. Suárez Inclán, 1898, p. 314.
31. Suárez Inclán, 1898, p. 319.
32. Elliott, 2002, p. 333.
33. Black, 2002, p. 183.

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