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La Convención toma base de los Tratados como los rectores fundamentales en la creación del

Derecho Internacional Público, y por ende de las normas reguladoras entre las relaciones entre los
distintos países, para lograr la paz y la armonía amistosa entre las naciones con el efecto de que sus
controversias sean resueltas de conformidad con los principios de justicia y del derecho
internacional. En la parte introductoria, se toma como base fundamental tanto de la presente
convención como de los demás tratados el libre consentimiento, buena fe y la norma pacta sun
servanda. Otro punto resaltable de la convención es afirmar que las normas consuetudinarias
seguirán rigiendo las cuestiones no reguladas en la convención.
Introducción
El fin de la convención es regular la aplicación de todos los tratados que se realicen entre los
diversos Estados existentes, en virtud que expresa que se “aplica a todos los tratados”. Entre los
diversas términos que el Tratado regula en su parte introductoria, se resumen los siguientes:
Tratado: “acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho
internacional, consistiendo en uno o más instrumentos”.
 Reserva: “declaración unilateral hecha por un Estado cuando firma, ratifica, acepta o aprueba un
tratado con el fin de excluir o modificar los efectos jurídicos de ciertas disposiciones del tratado en
su aplicación a este Estado”.
Estado negociador: "un Estado que ha participado en la elaboración y adopción del texto del
tratado”.
Estado contratante: “un Estado que ha consentido en obligarse por el tratado, haya o no entrado en
vigor el tratado”.

El artículo 4 regula la irretroactividad de la convención, es decir que no tiene efecto alguno sobre
los tratados vigentes celebrados anteriormente a la fecha de entrada en vigencia.
Artículo 5. La convención se aplica tanto a los tratados que involucran las relaciones entre dos o
más países como las que se refieren a la creación de las organizaciones internacionales y las que
surgen dentro de las mismas.
Celebración y entrada en vigor de los tratados
Todo Estado tiene capacidad para celebrar tratados, para ello los Estados deben representarse por
medios de personas para manifestar el consentimiento del mismo. Para que la persona represente a
un Estado en particular debe de acreditar los “Plenos Poderes”, pero puede obviarse la presentación
de los plenos poderes cuando por la práctica de los demás Estados participantes en una negociación
aceptan a la persona como representante de tal Estado.
Otra forma en que no se requieren plenos poderes cuando es Jefe de Estado o de Gobierno y los
Ministros de Relaciones Exteriores o los Jefes de Misiones Diplomáticas ante determinado país,
puesto que por sus funciones no es necesario la presentación de acreditación alguna.
La adopción de un texto de un tratado se requiere por mayoría de todos los Estados participantes o
cuando sea aceptada por dos tercios o más de los Estados presentes o votantes. Un Estado se obliga
ante un tratado cuando lo manifiesta mediante la firma, el canje de instrumentos que constituyan un
tratado la ratificación, la aceptación, la aprobación o la adhesión, o en cualquier otra forma que se
hubiese convenido dentro del mismo tratado. Se puede aceptar un tratado por firma en los siguientes
casos:
a) cuando el tratado disponga que la firma tendrá ese efecto;
b) cuando conste de otro modo que los Estados negociadores han convenido que la firma tenga ese
efecto; o
c) cuando la intención del Estado de dar ese efecto a la firma se desprenda de los plenos poderes de
su representante o se haya manifestado durante la negociación.
El Canje sucede cuando en el tratado se disponga que el efecto de realizarlo se da la ratificación,
aceptación o aprobación o cuando en otro tratado se dispuso que los sucesivos tratados entre los
países se realizan por medio de canje.

RESERVAS: El Convenio preceptúa en que momentos se pueden realizar las reservas, en cual no
puede ocurrir cuando:
A) la reserva este prohibida por el tratado;
 B) que el tratado disponga que únicamente pueden hacerse determinadas reservas, entre las cuales
no esté la reserva de que se trate; o
C) que, en los casos no previstos en los apartados a) y b), la reserva sea incompatible con el objeto y
el fin del tratado.
Una reserva expresamente autorizada por el tratado no exigirá la aceptación de los demás Estados
contratantes, a menos que el tratado así lo disponga. Un Estado no puede hacer reservas que afectan
el fondo principal de un Tratado sin consentimiento de los demás.

Observancia, aplicación e interpretación de los tratados.


Observancia.
Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe, Principio de
"Pacta Sun Servanda". Ningún Estado puede invocar que las disposiciones de su derecho interno
justifican el incumplimiento de un Tratado.
Aplicación.
Los tratados son irretroactivos, es decir no aplican a hechos anteriores a la vigencia del Tratado,
exceptuándose cuando el mismo instrumento así lo exija.
Un tratado es vigente en todo el territorio del Estado, exceptuando cuando se desprenda que aplica a
solo una determinada parte del Tratado.
Los tratados son sucesivos cuando regulan la misma materia en intervalos diferentes de tiempo, en
estos casos se aplicaran las siguientes normas:
1. El Tratado más reciente revoca al anterior.
2. Cuando todas las partes en el tratado anterior sean también partes en el tratado posterior, el
tratado anterior se aplicara únicamente en la medida en que sus disposiciones sean compatibles con
las del tratado posterior.
3. Cuando las partes en el tratado anterior no sean todas ellas partes en el tratado posterior.
Interpretación de los tratados.
Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido corriente que haya de atribuirse a
los términos del tratado en el contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin. En la
interpretación el contexto incluye además de su texto (articulado o normativa) el preámbulo y
anexos. Siempre se debe de tener en cuenta todo acuerdo o práctica ulterior entre las partes acerca
de la interpretación del tratado y toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las
relaciones entre las partes. Cuando un tratado haya sido autenticado en dos o más idiomas, el texto
hará igualmente fe encada idioma, a menos que el tratado disponga o las partes convengan que en
caso de discrepancia prevalecerá uno de los textos. Una versión del tratado en idioma distinto de
aquel en que haya sido autenticado el texto será considerada como texto auténtico únicamente si el tratado
así lo dispone.
Los tratados y los terceros Estados
Un tratado no crea obligaciones ni derechos para un tercer Estado sin su consentimiento, es
necesario su aceptación, ratificación o adhesión a un tratado para que surta efectos en Él. Una
disposición de un tratado dará origen a una obligación para un tercer Estado si las partes en el
tratado tienen la intención de que tal disposición sea el medio de crear la obligación y si el tercer
Estado acepta expresamente por escrito esa obligación. Pero esto no impide que no una norma
enunciada en un tratado llegue a ser obligatoria para un tercer Estado como norma consuetudinaria
de derecho internacional reconocida como tal.
Enmienda y modificación de los tratados.
Un tratado podrá ser enmendado por acuerdo entre las partes, salvo en la medida en que el tratado
disponga otra cosa. Toda propuesta de enmienda de un tratado multilateral en las relaciones entre
todas las partes habrá de ser notificada a todos los Estados contratantes, cada uno de los cuales
tendrá derecho a participar en la negociación y la celebración de cualquier acuerdo o sobre la
decisión de las medias que se deban adoptar en relación a la propuesta de modificación. Todo
Estado facultado para llegar a ser parte en el tratado estará también facultado para llegar a ser parte
en el tratado en su forma enmendada.

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