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DISCERNIMIENTO IGNACIANO:

Carta a Teresa de Rejadell / Reglas de discernimiento

CARTA A TERESA DE REJADELL REGLAS PARA SENTIR Y CONOSCER


Pr. I: “a uien servís y deseáis más servir" IRI - [314]: “de bien en mejor subiendo“
rocura turbaros os hace turbar“ IR 4- [317]: “turbacio’n en ella, moción a las cosas bajas...”
Pr. 3: “que os aparte de vuestro Dios..., apartar de su mayor servicio y vuestro IR 4- [317]: “como separada de su Criador y Señor"
mayor reooso”
Pr.3: ‘ffalsa humildad” IIR 4 - [332]: “que se forma subangelo lucis”
Pr.3: “pone y suade" IR l3— [326]: “trae sus astucias y suasiones a la ánimajusta”
Pr.3: “pone en extremo temor de Dios” IIR 5 -[333]: “quitándole la az, tranquilidad y uietud..."
Pr. 4: “oner imedimenlos obstáculos” IR 2- 315 : “tristar oner imedímenro ara ue no ase adelante
Pr. 4: tentación: “¿cómo has de vivir toda tu vida...” [Amb. 20]: tentación: “cómo odrás sufrir tú esta vida setenta años...?"
Pr.4: “no nos dando a entender los solaces y consolaciones tantas” IR 4 - [317]: “moviendo a infidencia”
Pr 4: “los trabajos que antepone, que nunca hombre vivió“ IR 2 - [315]: “oner imedimentos, con falsas razones”
Prr4: ‘jacrancia o gloria vana .. más alto de lo ue se merece” IIR 4 — [332]: “traer ensamientos buenos y santos”
Pr. 4: “piensa ue todo es inútil” IR 2- [3 l5]: “razones aparentes, sotilezas y asiduas falacias”
Pr.4: “mira sus flauezas” . or donde nos halla más acos, ..."
Pr.4: “esecie de loria vana, or ue habla en su favor” IIIR 6 — 351 : “razones aarenre de vanaloria 0 de otra cosa”
11R 5- 3—3 =“ue se forma sub anelo lucis"
Pr. 4: “en el mismo os gioria’is. no en vos...” IR 12- [325]: “mucho rostro contra las tentaciones del enemigo. haciendo el
oppositum per diametrum"
IIIR 6- [351]: “debe hacer er diametrum contra la tal tentación"
Pr.5: “mirar mucho, y si el enemigo nos alza, bajamos. . ."
Pr.5: “sólo-ue nos venza” IR 14- [327]: “nos bate y urocura de tomarnos”
Pr.5: “tan flaca y tan temerosa .. ¿no osare’is decir...?... confesar sin temor... y IR 12 — [325]: “poner mucho rostro contra las tentaciones del en.“
ue antes moriréis que de su servicio os aarte'is"
IR 4- 317]: “como searada de su Criador y Señor“
Pr. 6: “Si halla una persona que tiene conciencia ancha. . IIIR 4- [349]: “si el ánima es mesa, arocura de engrosarla más"
Pr. 6: “Si a otra persona halla de conciencia delgada...” IIIR 4 — [349]: “si es delgada procura de más la adelgazar en extremo para más
la turbar y desbaratar“.
Pr.6: “rocura envolumar. .. haciendo pecado donde no es pecado"
Pr. 6: “afin de que nos pueda desbaratar y afligir” IIR 3 — [331] Y IIR 4 A [332]: “perversas intenciones", “dañada intención y
malicia”
Pr. 7: “la que da es consolación interior... y trae a todo amor del Señor" , IIR- 2: “Sólo es de Dios N.S. dar consolación a Ia ánima. .
“divina consolación".
Pr. 7: “ oniéndonos todos inconvenientes nosibles" IR 2 — 315 : “morder, tristar oner imedimentos...”
oníe'ndonos muchas veces tristeza si saber nosotros…“ : “halla'ndose toda erezosa. tibia
Pr. 7: “nos trae ensamientos como si del todo fuésemos de Dios N.S. IIR 5 — [333]: “el discurso de Ios ensamientos...“
olvidados..."
Pr. 7: “de Dios NS. olvidados... a Jar/ados del Señor nuestro“ [R 4- 317: “como sc arada de su Criador Señor“
rocurn traemos en desconfianza de todo“ IR 4 — 317 : “moviendo a infidcncia"
Pr. 7: “luimilla'ndonos tanto a sus fùlaces ensamientos“ IIR 5 — 333 : “el discurso de los ensamíentos ue trae acaba...“
Pr. 7: “si es consolación. bai/urnas y hunu'llarnos. . [R l l — [324]: “el que está en consolación procure humillarse y bajarse cuanto
.uede"
si viene la tentación eserar con mciencia la consolación del Señor“ IR 8 — [321]: “el ue está en desolación traba'e de estar en aciencia"
Pr. 8: “alzándola toda a su divino amor“ IIR 2: “traye'ndola toda en amor de la su Divina Ma'estad“
Pr. 8: “conformamos con los mandamientos. preceptos de la Iglesia y IV R l - [353]: “obedecer en todo ala vera esposa de Christo nuestro Señor”
obediencia de nuestros ma ores“
Pr.8: “Donde hartas veces nos podemos engañar es después de la tal llR 8 — [336]: “porque muchas veces. en este segundo tiempo por su propio
consolación o esiración. . diseurso. .
Pr. 8: “alle'qase el enemgio todo deba'o de alegria y buen color“ [IR 8 - 336 : “0 or el buen esíritu o or el malo"
REGLAS DE PRIMERA SEMANA
Explicación del título
En cuanto al modo de exposiciön: exhortativas y expositivas.

DOS DISPOSICIONES FUNDAMENTALES (alternas)


(expositivo — narrativo)
o [314] LOS QUE VAN DE PECADO MORTAL
o [315] LOS QUE VAN DE BIEN EN MEJOR SUBIENDO

DOS DEFINICIONES CLAVE (expositivo — narrativo)


o [316] CONSOLACIÒN
. [317] DESOLACIÒN

CINCO REGLAS SOBRE LA DESOLACIÓN


(cuatro exhortatívas)
o [318] NO HACER MUDANZA DE PROPÔSITOS
'o [319] MUDARSE CONTRA LA DESOLACIÓN
o [320] CONSIDERAR Y CONFIAR
o [321] PACIENCIA
o [322] LAS CAUSAS (expositivo — narrativo)

DOS REGLAS SOBRE LA CONSOLACIÔN


o [323] es penúltima, nunca definitiva
o [324] es gracia; requiere humildad

EL “ENEMIGO”: TÁCTICAS Y RESPUESTA


o [325] ES DÉBIL — HACERLE FRENTE
o [326] ES TAIMADO — SACARLE A LA LUZ
. [327]ES INTELIGENTE — AUTOCONOCIMIENTO
\NMRSIDAD P0~n,,(u
\ ICAI «È'—w“¡”EIC/«m:S
COMILLA \
»' M A D
MÁSTER IGNATIANA

CONSOLACIÓN [316]
l-Llamo consolación
1.1 Cuando en la ánima se causa
Alguna moción interior, con la cual
1. 1.1 Viene la an'ima a inflamarse en AMOR de su Criadory
Señor

Y consequ"enter,
1. 1.2 Cuando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra
Puede amar en sí, sino en el Criador de todas ellas.

2—Asi mismo [flame consolación],


2.1 cuando [la anima] lanza lagrimas (4) motivas a
amor de su Señor (3)
2.2 agora sea por el dolor (2)
(2.2. 1) de sus pecados
(2.2.2) de la Pasión de Cristo nuestro Señor
(2.2.3) o de otras cosas derechamente ordenadas
en su servicio y alabanza

3-Finalmente llamo consolación


3.1 todo aumento de esperanza, fee y caridad
3.2 y toda leticia interna que llama y atrae
3.2.1 a las cosas celestiales
3.2.2 y a la propia salud de su anima
3.3 quieta'ndola y pacifica’ndola
en su Criador y Señor.
LAS REGLAS DE DISCERNIMIENTO DE PRIMERA SEMANA [Ej 313 - 327]
José García de Castro SJ. U.P. Comillas (Madrid)

|. APROXIMACIÓN AL TÉRMINO v A LA EXPERIENCIA. CLAVE IGNACIANA


1. Definición común y nota etimológica
2. Hacia una definición teológico — espiritual. Elementos: 1. Ejercicio. 2 Percepción y consciencia. 3
Análisis y sus elementos. 4 Moción. 5 Voluntad de Dios. 6 Libertad del hombre.
Discernimiento: Experiencia religiosa: Síntesis de Presencia e Interpretación
Discernimiento: observación del YO sobre el SÍ MISMO
La Voluntad de Dios y Ia Libertad del hombre. Discernir para hacer
Imagen de Dios — Imagen del hombre
?‘.U‘PÉ”

Il. DISCERNIMIENTO: LA EXPERIENCIA DE IGNACIO DE LOYOLA. AUTOBIOGRAFIA’


1. Las etapas de un proceso
a LEER — volver a leer \.» Imaginación - Fantasía
b. PENSAMIENTOS N Afectos: sentir interpretar - causar
c. DESEOS “. Propo’sitosydeterminacio'n
cl. DECISIÓN N Acciónespiritualopneumatológica

III. REGLAS DE DISCERNIMIENTO. De la experiencia al planteamiento sistemático

1. JUSTIFICACIÓN. El porqué de las reglas


2. [313] EI titulo: REGLAS - ALGUNA MANERA — SENTIR y CONOCER — VARIAS - MOCIONES —
ÁNIMA- SE CAUSA. LIBERTAD: recibir o "lanzar" / "rechazar"
3. ESTRUCTURA DE LAS REGLAS:
a. [314 — 315] Dos dina’micas fundamentales. Reglas 1 y 2
b. [316 — 317] Dos definiciones fundamentales. Reglas 3 y 4
c. [318 — 322] Pedagogia dela desolación. Reglas 5 — 9
d. [323 — 324] Pedagogía de la consolación. Reglas 10 - 11
e. [325 — 327] Las dinámicas y estratagemas del mal. Reglas 12 — 14
4. LAS REGLAS
Regla 1: Camino del anti — Reino. ME anima afectivamente / BE desanima racionalmente
Regla 2: Camino del Reino: ME desanima racionalmente / BE anima afectivamente
Regla 3: Consolación. Piedra angular del discernimiento ignaciano. Lenguaje de Dios.
Estructura tripartita del párrafo ignaciano
Regla 4: Desolación. Descripción
Regla 5: Perseverar en la Fe
Regla 6: Activar la libertad
Regla 7: Pedagogía de la Autonomía religiosa
Regla 8: Pedagogía dela Paciencia y el optimismo cristiano
Regla 9: Las 3 causas dela desolación: Responsabilidad / Crecimiento / Humildad
Regla 10: Realismo pedagógico
Regla 11: Humildad y confianza
Regla 12: fortaleza en Cristo.
m. Regla 13: Transparencia
n. Regla 14: Autoconocimiento

5. CONCLUSIÓN
[313] REGLAS PARA EN ALGUNA MANERA SENTIR Y CONOCER LAS VARIAS MOCIONES
QUE EN LA ANIMA SE CAUSAN: LAS BUENAS PARA RECIBIR Y LAS MALAS PARA
LANZAR, Y SON MAS PROPIAS PARA LA PRIMERA SEMANA.

[314] La primera regla. En las personas que van de pecado mortal en pecado mortal,
acostumbra comúnmente el enemigo proponerles placeres aparentes, haciendo imaginar
delectaciones y placeres sensuales, por ma's los conservar y aumentar en sus vicios y pecados;
en las cuales personas el buen espiritu usa contrario modo, punza‘ndoles y remordie’ndoles las
conciencias por el sinde’rese de Ia razo’n.

[315] La segunda. En las persona que van intensamente purgando sus pecados, y en el
servicio de Dios nuestro Sen’or de bien en mejor subiendo, es el contrario modo que en la
primera regla; porque entonces propio es del mal espiritu morder, tristar y poner impedimentos,
inquietando con falsas razones para que no pase adelante; y propio del bueno dar a’nimo y
fuerzas, consolaciones, lágrimas, ¡nspiraciones y quietud, facilitando y quitando todos
impedimentos, para que en el bien obrar proceda adelante.

[316] La tercera, de consolación espiritual. Llamo consolación cuando en el a'nima se causa


alguna moción interior, con Ia cual viene Ia a'nima a inflamarse en amor de su Criador y Sen'or;
y consequentar, cuando ninguna cosa criada sobre la haz de Ia tierra puede amar en si, sino en
el Criador de todas ellas. Asimismo, cuando lanza lagrimas motivas a amor de su Sen’or, ahora
sea por el dolor de sus pecados, o de la pasión de Cristo nuestro Sen’or, o de otras cosas
derechamente ordenadas en su servicio y alabanza. Finalmente, llamo consolación todo
aumento de esperanza, fe y caridad, y toda Ieticia interna que llama y atrae a las cosas
celestiales y a la propia salud de su a’nima, quieta’ndola y pacifica’ndola en su Criador y Sen’or.

[317] La cuarta, de desolación espiritual. Llamo desolación todo el contrario de la tercera regla,
así como oscuridad del a'nima, turbacio'n en ella, moción a las cosas bajas y terrenas, inquietud
de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, halla’ndose
toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Sen’or. Porque, así como la
consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la
consolación son contrarios a los pensamientos que salen de Ia desolación.

[318] La quinta. En tiempo de desolación nunca hacer mudanza, mas estar firme y constante en
los propósitos y determinacio’n en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la
determinación en que estaba en la antecedente consolación. Porque, así como en la
consolación nos guía y aconseja ma's el buen espíritu, así en la desolación el malo, con cuyos
consejos no podemos tomar camino para acertar.

[319] La sexta. Dado que en la desolación no debemos mudar los primeros propósitos, mucho
aprovecha el intenso mudarse contra la misma desolación, asi como es en instar ma’s en Ia
oración, meditación, en mucho examinar y en alargarnos en algu’n modo conveniente de hacer
penitencia.

[320] La séptima. El que está en desolación considere cómo el Sen’or le ha dejado en prueba,
en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo;
pues puede con el auxilio divino, el cual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta:
porque el Sen’or le ha abstraído su mucho hervor, crecido amor y gracia intensa, queda’ndole
tambien gracia suficiente para la salud eterna.

[321] La octava. El que esta' en desolación trabaje de estar en paciencia, que es contraria a las
vejaciones que le vienen, y piense que sera' presto consolado, poniendo Ias diligencias contra
la tal desolación, como esta' dicho en la sexta regia.
[322] La nona. Tres causas principales son porque nos hallamos desolados: la primera es por
ser tibios, perezosos o negligentes en nuestros ejercicios espirituales, y asi por nuestras faltas
se aleja la consolacio'n espiritual de nosotros; Ia segunda, por probamos para cua'nto somos, y
en cua’nto nos alargamos en su servicio y alabanza, sin tanto estipendio de consolaciones y
crecidas gracias, la tercera, por darnos vera noticia y conocimiento para que internamente
sintamos que no es de nosotros traer o tener devoción crecida, amor intenso, lágrimas ni otra
alguna consolacio’n espiritual, mas que todo es don y gracia de Dios nuestro Sen’or; y porque
en casa ajena no pongamos nido, alzando nuestro entendimiento en alguna soberbia o gloria
vana, atribuyendo a nosotros la devoción o las otras partes de Ia espiritual consolación.

[323] La décima. El que esta’ en consolacio'n piense cómo se habra’ en la desolación que
después vendra’, tomando nuevas fuerzas para entonces.

[324] La undécima. El que esta’ consolado procure humillarse y bajarse cuanto puede,
pensando cua'n para poco es en el tiempo de Ia desolación sin la tal gracia o consolación. Por
el contrario, piense el que esta' en desolación que puede mucho con la gracia suficiente para
resistir a todos sus enemigos, tomando fuerzas en su Criador y Sen’or.

[325] La duode’cima. EI enemigo se hace como mujer en ser flaco por fuerza y fuerte de grado.
Porque, asi como es propio de la mujer, cuando rin'e con algu'n varo’n, perder a'nimo, dando
huida cuando el hombre le muestra mucho rostro; y por el contrario, si el varón comienza a huir
perdiendo a'nimo, la ira, venganza y ferocidad de la mujer es muy crecida y tan sin mesura: de
la misma manera es propio del enemigo enflaquecerse y perder a‘nimo, dando huida sus
tentaciones cuando la persona que se ejercita en las cosas espirituales pone mucho rostro
contra las tentaciones del enemigo, haciendo el opósito per diametrum; y por el contrario, si la
persona que se ejercita comienza a tener temor y perder a’nimo en sufrir las tentaciones, no hay
bestia tan fiera sobre la haz de la tierra como el enemigo de natura humana en prosecución de
su dan'ada intención con tan crecida malicia.

[326]La terde’eima. Asimismo se hace como vano enamorado en querer ser secreto y no
descubierto. Porque, así como el hombre vano, que, hablando a mala parte, requiere a una hija
de un buen padre o a una mujer de buen marido, quiere que sus palabras y sus acciones sean
secretas; y el contrario le displace mucho, cuando la hija al padre o Ia mujer al marido descubre
sus vanas palabras y intención depravada, porque facilmente colige que no podra' salir con la
impresa comenzada: de Ia misma manera, cuando el enemigo de natura humana trae sus
astucias y suasiones a Ia a'nima justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto;
mas cuando las descubre a su buen confesor, o a otra persona espiritual que conozca sus
engaños y malicias, mucho le pesa; porque colige que no podra’ salir con su malicia
comenzada, en ser descubiertos sus engan’os manifiestos.

[327] La cuatuorde’cima. Asimismo se ha como un caudillo, para vencer y robar Io que desea;
porque así como un capitán y caudillo del campo, asentando su real y mirando las fuerzas o
disposición de un castillo, le combate por la parte ma's flaca, de la misma manera el enemigo
de natura humana, rodeando, mira en torno todas nuestras virtudes teologales, cardinales y
morales, y por donde nos halla ma’s flacos y ma's necesitados para nuestra salud eterna, por allí
nos bate y procura tomarnos.

A.M.D.G.

COM|LLAS
UNIVÍISIDAD 'ONHYKIA

¡un ¡(Au . (In


TEXTOS DE LA AUTOBIOGRAFÍA de SAN
IGNACIO SOBRE EL DISCERNIMIENTO

1. “por los cuales [libros] leyendo muchas veces, algún tanto se aficionaba a lo
que allí estaba escrito. Mas dejándolos de leer algunas veces se paraba a pensar
en las cosas que había leido; otras veces en las cosas del mundo que antes solía
pensar [. . .][6].

2. “Todavía nuestro Señor le socorría haciendo que sucediesen a estos


pensamientos otros, que nacian de las cosas que leía. Porque leyendo la vida de
nuestro Señor y de los santos se paraba a pensar razonando consigo: ‘Santo
Domingo [...].
Duraban también estos pensamientos buen vado y después de interpuestas otras
cosas sucedían los del mundo arriba dichos y en ellos también se paraba [a
pensar] grande espacio; y esta sucesión de pensamientos tan diversos le duró
harto tiempo, detenie’ndose siempre en el pensamiento que tomaba” [7].

3. “Había todavía esta diferencia: que cuando pensaba en aquello del mundo, se
deleitaba mucho; mas cuando después de cansado lo dejaba halla’base seco y
descontento; y cuando [pensaba] en ir a Jerusalén descalzo, y en no comer sino
hierbas, y en hacer todos los demás rigores que veía haber hecho los santos, no
solamente se consolaba cuando estaba en los tales pensamientos mas aun
después de dejando quedaba contento y alegre.
Mas no miraba en ello ni se paraba a ponderar esta diferencia [de los
pensamientos - sentimientos] hasta en tanto que una vez se le abrieron un poco
los ojos y empezó a maravillarse de esta diversidad y a hacer reflexión sobre
ella, cogiendo por experiencia que de unos pensamientos quedaba triste y de
otros alegre y poco a poco viniendo a conocer la diversidad de los espíritus que
se agitaban, el uno del demonio y el otro de Dios” [8].

4. “Este fue el primer discurso que hizo en las cosas de Dios; y después, cuando
hizo los ejercicio de aqui comenzó a tomar lumbre para lo de la diversidad de
espíritus”.

5. “Y aqui se le ofrecían los deseos de imitar los santos [...] Mas todo lo que
deseaba de hacer, luego como sanase, era la ida de Jerusalén, como arriba es
dicho...” [9]

6. “Y ya se le iban olvidando los pensamientos pasados con estas santos deseos


que tenia los cuales se le confirmaron con una visitación, de esta manera.
Estando una noche despierto...” [10]

7. “El, no se curando de nada, perseveraba en su lección y en sus buenos


propósitos [...] Y gustando mucho de aquellos libros le vino al pensamiento de
sacar algunas cosas” [l l].

8. “Y asi cuando se acordaba de hacer alguna penitencia que hicieron los santos,
proponían de hacer la misma y aun más. Y en estos pensamientos tenía toda su
consolación, no mirando a ninguna cosa interior, ni sabiendo que' cosa era
humildad, ni caridad, ni paciencia, ni discreción para reglar ni medir estas
virtudes” [14].

9. "‘Y asi el moro se adelantó con tanta prisa, que le perdió de vista, quedando
pensando en lo que había pasado con el moro. Y en esto le vinieron unas
mociones [pensamientos] que hacían en su a'nima descontentamiento,
pareciéndole que no habia hecho su deber, y también le causan indignación
contra el moro, pareciéndole que había hecho mal en consentir que un moro
dijese tales cosas de Nuestra Señora y que era obligado volver por su honra. Y
asi le venían deseos de ir a buscar al moro y darle de puñaladas por lo que habia
dicho; y perseverando mucho en el combate de estos deseos a la fin quedó dubio
sin saber lo que era obligado hacer” [15].

10. “Y así, después de cansado de examinar lo que seria bueno hacer, no


hallando cosa cierta a que se determinase, se determinó en esto, scilicet, de dejar
ir a la mula con la rienda suelta hasta el lugar donde se dividían los caminos”
[16].
l l. “Estando en este hospital [en Manresa] le acaeció muchas veces en día claro
ver una cosa en el aire junto de si, la cual le daba mucha consolación porque era
muy hermosa en grande manera. No devisaba bien la especie de qué cosa era,
mas en alguna manera le parecía que tenía forma de serpiente, y tenía muchas
cosas que resplandecian como ojos, aunque no lo eran. Él se deleitaba mucho y
consolaba en ver esta cosa; y cuantas más veces la veía tanto más crecía la
consolación; y cuando aquella cosa le desaparecía, le desplacía dello” [19]

12. “le vino un pensamiento recio que le molestó representa’ndosele la dificultad


de su vida, como que si le dijeran dentro del a'nima: -Y cómo podrás sufrir tú
esta vida setenta años que has de vivir?— Mas a esto le respondió también
ínterionnente con grande fuerza (sintiendo que era del enemigo): -Oh miserable!
¿Puedesme tu' prometer una hora de vida- Y asi venció la tentación y quedó
quieto” [20].

13. “Empezó a tener grandes variedades en su alma, hallándose unas veces tan
desabrido que ni hallaba gusto en el rezar, ni en el oir la misa, ni en otra oración
ninguna que hiciese; y otras veces vinie’ndole al contrario desto, y tan
s’úbitamente, que parecía habérsele quitado la tristeza y desolación, como quien
quita una capa de los hombros a uno. Y así se empezó a espantar destas
variedades que nunca antes había probado y a decir consigo - ¿Qué nueva vida
es ésta que agora comenzamos?- [21].
'

14. “Mas en la fin destos pensamientos le vinieron unos desgustos de la vida que


hacía, con algunos impetus de dejarla; y con esto quiso el Señor que despertó
como de sueño. Y como ya tenía experiencia de la diversidad de espíritus con las
lecciones que Dios le habia dado, empezó a mirar por los medios con que aquel
espíritu era venido, y así se determinò...” [25].

15. “Mas cuando se iba a acostar, muchas veces le venian grandes noticias,
grandes consolaciones espirituales, de modo que le hacían perder mucho del
tiempo que él tenia destinado para dormir, que no era mucho; y mirando e'l
algunas veces por esto, vino a pensar consigo que tenía tanto tiempo
determinado para tratar con Dios, y después todo el resto del día; y por aquí
empezó a dudar si venian del buen espiritu aquellas noticias y vino a concluir
consigo que era mejor dejarlas y dormir el tiempo destinado y lo hizo así” [26].

16. “Y perseverando en la abstinencia de no comer carne, y estando firme en


ella, que por ningún modo pensaba de mudarse un dia a la mañana, cuando fue
levantado, se le representó delante carne para comer, como que la viese con ojos
corporales, sin haber precedido ningún deseo della; y le vino también,
juntamente, un grande asenso de la voluntad para que de allí en adelante la
comiese; y aunque se acordaba de su propósito de antes, no podia dudar de ello,
sino determinarse que debia comer came” [27].

17. “Y en esto [estando a punto de muerte] le venía un pensamiento que le decía


que era justo, con el cual tomaba tanto trabajo que no hacía sino repugnarle y
poner sus pecados delante; y con este pensamiento tenía más trabajo que con la
misma fiebre; mas no podía vencer el tal pensamiento pro mucho que trabajaba
por vencerle” [32].

18. “En este tiempo examina’ndose bien y preparándose para morir, no podía
tener temor de sus pecados, ni de ser co'ndenado; mas tenía grande confusión y
dolor por juzgar que no habia empleado bien los dones y gracias que Dios
nuestro Señor le había comunicado” [33].

19. “En este tiempo [que se tenía por la última], pensando en la muerte, tenía
tanta alegría y tanta consolación espiritual en haber de morir, que se derretía
todo en lágrimas; y esto vino a ser tan continuo, que muchas veces dejaba de
pensar en la muerte, por no tener tanto aquella consolacio’n” [33].

20. “El cual biscocho queriendo negociar, le vinieron grandes escrúpulos - ¿Esta
es la esperanza y la fe que tu' tenias en Dios, que no te faltaria?- etc. Y esto con
tanta eficacia que le daba gran trabajo. Y al fin, no sabiendo que' hacerse porque
entrambas partes veía razones probables, se determinó de ponerse en manos de
su confesor, y así le declaró cuánto deseaba seguir la perfección y lo que más
fuese gloria de Dios, y las causas que le hacian dudar si deberia llevar
mantenimiento” [36].

21. “y por tanto él [Ignacio] se aparejase de ir [abandonar Jerusalén] el otro día


con los peregrinos. Él respondió a esto que él tenía este propósito muy firme [de
quedarse en Jerusalén] y ‘que juzgaba por ninguna cosa dejarlo de poner en obra;
dando honestamente a entender que, aunque al provincial no le pareciese, si no
fuere cosa que le obligase a pecado, que él no dejaría su propósito por ningún
temor. A esto le dijo el provincial que ellos tenían autoridad de la Sede
Apostólica para hacer ir de alli, o quedar allí, quien les pareciese, y para poder
descomulgar a quien no les quisiese obedecer [...] y pues que así juzgaban con
la autoridad que tenían, que él les obedecería” [XI]. L…

22. “Después que el dicho peregrino entendió que era voluntad de Dios que no
estuviese en Jerusalén, siempre vino consigo pensando qué haría” [50].
23. “Y así, vuelto a Barcelona, comenzó a estudiar con harta diligencia. Mas
impedíale mucho una cosa, y era que cuando comenzaba a decorar, como es
necesario en los principios de gramática, le venían nuevas inteligencias de cosas
espirituales y nuevos gustos; y esto con tanta manera que no podía decorar, ni
por mucho que repugnase las podía echar” [54] “Y así pensando muchas veces
sobre esto decía consigo: - Ni cuando yo me pongo en oración y estoy en la misa
no me vienen estas inteligencias tan vivas- y así, poco a poco vino a conocer que
aquello era tentación” [55] (vid. también [82]).

24. “toda su cosa era si, después que hubiese estudiado, si entraría en religión o
si andaría así por el mundo. Y cuando le venían pensamientos de entrar en
religión, luego le venía deseo de entrar en una estragada y poco reformada,
habiendo de entrar en religión para pode padecer más en ella, y también
pensando que quizá Dios le ayudaría a ellos” [71].

25, “al comenzar a vestirse le vino un temor tan grande, que casi le parecia que
no podía vestirse. A pesar de aquella repugnancia salió de casa y aun de la
ciudad, antes que entrase el día [...] Pasado aquel pueblo con este apuro
espiritual, subiendo a un altozano, recomenzo’ a dejar aquella cosa y le vino una
gran consolación y esfuerzo espiritual” [79].

26. “El peregrino quiso entrar también, y encontrando un enfermo, lo consoló,


toca'ndole en la mano la llaga; y después de haberle consolado y animado un
poco se fue solo; y la mano le empezó a doler, de modo que le pareció que tenía
la peste. Y esta imaginación era tan vehemente que no la podía vencer, hasta que
con gran ímpetu se metió la mano en la boca, dándole muchas vueltas dentro y
diciendo: -Si tu’ tienes la peste en la mano, la tendrás también en la boca- Y
habiendo hecho esto, se le quitó la imaginación y el dolor en la mano” [83].

27. “El peregrino empezó a dudar si sería bueno que la tomase [una piedra, de la
ceremonia “para hacerse bachiller”]; y encontrándose muy dudoso y sin
resolverse, deliberò poner el asunto en manos de su maestro; y aconseja’ndole
éste que la tomase, la tomó. A pesar de lo cual no faltaron munnuradores” [84].

28. “En el tiempo que estuvo en Vicenza tuvo muchas visiones espirituales y
muchas, casi ordinarias consolacíones; y lo contrario le sucedió en París.
Principalmente cuando comenzó para prepararse para ser sacerdote en Venecia,
y cuando se preparaba para decir la misa durante todos aquellos viajes tuvo
grandes visitaciones sobrenaturales, de aquellas que solía tener cuando estaba en
Manresa” [95].

29. “siempre creciendo en devoción, esto es, en facilidad de encontrar a Dios, y


ahora más que en toda su vida. Y siempre y a cualquier hora que quería
encontrar a Dios lo encontraba. Y que aun ahora tenía muchas veces visiones,
máxime aquellas de las que arriba se dijo, de ver a Cristo como sol, etc. Y esto le
sucedia frecuentemente cuando estaba tratando de cosas de importancia, y
aquello le hacía venir en confirmación” [99].

IGNACIO DE LOYOLA, Obras completas, BAC, Madrid 1982, 90-165

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