Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las mujeres portan el tradicional petob, tocado que utiliza la mujer tenek y
que consta de estambre trenzado en cinco distintos colores cuyo significado
depende de quien lo esté usando, ya que con éstos se identifica el estatus social
de la mujer tenek.
HISTORIA
La Petenera es un palo del flamenco que consta de una estrofa de cuatro
versos octosílabos, repetidos y alargados mediante la adición de un ripio. En el
Diccionario de la Real Academia Española la palabra petenera se define como un
“aire popular parecido a la malagueña en el que se cantan coplas de cuatro versos
octosílabos”. José́ Domínguez Caparrós dice que es una forma de la poesía
popular: “clase de cantar o copla que consta de seis versos, porque pone en
medio del tercer verso repetido una exclamación octosilábica común a varias
coplas”. En la obra Auditorium, las malagueñas y peteneras son catalogadas como
cantes flamencos con diseños melódicos y secuencias armónicas especificas, en
los que predominan los antiguos modos gregorianos sobre la tonalidad.
En el Cancionero Folklorico de Mexico (CFM, 5: 251-252 y 275) se
documenta que en México se distinguen claramente cuatro peteneras: un son
jarocho, un son de las costas Grande y Chica de Oaxaca y Guerrero, una canción
lirica istmeña de Oaxaca, y la petenera huasteca, esta ultima también conocida
como “La sirena”.
Jesús Antonio Echevarría Román al analizar los temas líricos de diversas
peteneras, asevera que la sirena es el tema central —aunque no el único— de la
petenera huasteca y que, en ninguna otra petenera, mexicana o española,
encontró́ mención de ella, lo que probablemente sea la causa de que en el ámbito
sonero huasteco las palabras petenera y sirena sean sinónimos.
Además de dicho tema central de la sirena, hay en este son otros tópicos
adyacentes relacionados, casi todos, con el ambiente marino, entre ellos la pesca,
la fauna marina, la navegación, las travesías por el mundo y el descubrimiento de
América.
Una de las transformaciones más radicales en la petenera huasteca es la
incursión de la figura de la sirena en su lírica con la consecuente analogía implícita
entre los términos petenera-sirena. ¿Por qué el poeta huasteco le da tal
importancia a este mitológico ser? ¿Qué lo lleva a utilizar el termino petenera en el
titulo del son?
José́ Manuel Pedrosa (2002: 1) comenta la complejidad del concepto,
aspecto y representación de las sirenas: por un lado, estos seres han mantenido
un inconfundible “aire de familia”, pero por el otro, han ido acumulando rasgos tan
variados y pintorescos como el ambiente, la época y las voces de las tradiciones
en las que se han aclimatado.
En las cosmovisiones de los pueblos indígenas, el simbolismo de las
sirenas tiene evidentes puntos de contacto con el ámbito de las ferias de México,
las artesanías y el folclor. Y es en el folclor literario, como expresa Anuschka
vaan’t Hooft (2003: 146-171), en donde dichas simbologías —al margen de sus
funciones recreativa e informativa— describen, explican y justifican la cosmovisión
de un grupo.
Uno de los ejemplos más representativos del folclor literario- musical
huasteco es el son de la petenera, baste señalar que esta región ha sido
bautizada por Orlando Ortiz (1995) como “La tierra del caimán y la sirena”, en
honor a estos emblemáticos seres. Entre las características del son se
encuentran:
1. La presencia de la sirena como un eje temático alrededor del cual gira una
diversidad de motivos secundarios que también muestran cierto carácter de
exclusividad;
2. La belleza de las líneas melódicas de su canto y música, por lo que es un
son muy popular en el ámbito huasteco;
3. Su interpretación instrumental con particularidades específicas, como ha
señalado Francisco Alvarado Pier (1981- 1987);
4. 4) La presencia del encadenamiento como recurso interpretativo
característico en este son, aunque no exclusivo.
Se documentaron 360 coplas de la petenera, de las cuales 191 se
consideraron originales y 169 variantes. De la totalidad de las coplas, hay 26
cuartetas, 86 quintillas, 246 sextillas, un septillo y un octeto. Se conforman ocho
cadenas, de 5, 6 (2), 8 (2), 9, 11 y 19 estrofas. Hay 97 coplas de temática diversa
y 94 coplas con la palabra sirena o petenera, y/o motivos secundarios.
FESTIVIDADES
Las fiestas de San Luis Potosí son muy variadas, pues van desde las religiosas y
las cívicas hasta las populares y las tradicionales, si bien resulta casi imposible
deslindar la estrecha relación entre lo religioso y lo popular.
Podríamos decir que el ciclo anual de las fiestas potosinas inicia el 6 de enero con
las “roscas de Reyes” –aunque en realidad esta fecha viene marcando el final de
la temporada navideña–. En Matehuala se festeja al Cristo del lugar con una feria
que dura hasta el día 15; después, para el 20 tenemos las fiestas patronales de
San Sebastián en pueblos como Venado y en el barrio de la capital que lleva ese
nombre.
Abril no es un mes muy festivo, salvo cuando le toca la Semana Santa; la famosa
Procesión del Silencio se lleva a cabo en la capital, la Crucifixión en Real de
Catorce y las danzas autóctonas en ciertos pueblos pames de la Zona Media o en
los muchos pueblos huastecos de la sierra.
En mayo, varias poblaciones celebran el día de la Santa Cruz, el 3. Por otra parte,
en la Zona Media persiste una tradición muy interesante dedicada a Las
Cosechas; se trata de fiestas móviles que deben celebrarse cuarenta días
después del Domingo de Resurrección, durante las cuales se hacen
peregrinaciones a los campos de cultivo para con ello asegurar buenas cosechas
a lo largo del año.
En junio están las fiestas en honor de San Antonio el día 13; entre ellas sobresale
la de San Antonio, en la Zona Media; después, el 24 se conmemora a San Juan
Bautista en muchísimos sitios, siendo en Coxcatlán donde la fiesta y la feria tienen
un especial colorido, porque ahí se conjugan dos etnias: los huastecos y los
nahuas.
Julio es uno de los meses más activos en cuanto a festividades: el 4 está dedicado
a Nuestra Señora del Refugio, el 16 a la Virgen del Carmen, el 25 a Santiago
Apóstol y el 26 a Santa Ana.
En septiembre tenemos el Festival del Desierto, con fecha móvil y con varias
sedes. Luego, para el día 10 hay fiesta con mucho ambiente en honor de San
Nicolás Tolentino, en las cabeceras municipales de Tierra Nueva y San Nicolás. Y
el día 29 se conmemora a San Miguel Arcángel en varias poblaciones.
Noviembre comienza con las fiestas de Todos Santos y Día de Muertos en todos
los rincones de la entidad, aunque se viven con mayor arraigo en la Huasteca,
donde se festeja a Xantolo, una deidad prehispánica, con danzas y concursos de
“huehues”; el mes cierra con los festejos a Santa Catarina, el día 25, siendo en
Río Verde donde la feria se festeja con más entusiasmo.
Sin embargo, en los pueblos de la Zona Media las fiestas potosinas tienen algo
adicional que ofrecer: la Feria de los Paisanos, con la cual se rinde homenaje a los
muchos connacionales que regresan de los Estados Unidos para estar con sus
familiares en su querida tierra. Con esto, no nos queda más que reiterar que las
fiestas potosinas ofrecen un rico caleidoscopio para ser disfrutado por todos
aquellos que aman las manifestaciones culturales de México.