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Música de Michoacán: sones, valonas y

pirekuas
La música de Michoacán posee un rico acervo cultural conformado por
sones, valonas, pirekuas y múltiples danzas
Por Música en México marzo 20, 2020
MÚSICA TRADICIONAL MEXICANA

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1 Son calentano: violines, guitarra y percusión
2 Sones abajeños: arpa grande, percusión y violines
3 Valona: décimas con guitarra, vhuela, violín y arpa
4 Pirekua: la canción p’urhépecha
5 Danzas: moros, cúrpites y viejitos
5.1 Danza de los cúrpites
5.2 Danza del torito de petate
5.3 Danza de los viejitos

Son calentano: violines, guitarra y


percusión
La música de Michoacán tiene variaciones según la zona en que se interprete. Por
ejemplo, los sones tienen dos variedades, calentanos y abajeños. El son
calentano es una vigorosa expresión sonora de carácter festivo que se interpreta,
como su nombre indica, en la región de Tierra Caliente. Su instrumentación
característica está formada por uno o dos violines. También incluye una guitarra
de cuerpo ancho conocida como “panzona” o “túa” (a veces sustituida por una
guitarra sexta) y un tambor de doble parche conocido como “tamborita”.
Música tradicional de Chiapas
Debido a que estos sones casi siempre son instrumentales, se acompañan con
ingeniosas coplas cantadas denominadas “gustos”. Hacen referencia a la actividad
ganadera y a los trabajos desempeñados en las haciendas o en el campo. Es
común que tanto los sones como los gustos estén aderezados con gritos y
exclamaciones. No forman parte de la pieza, pero que sirven para darle un
sabor particular.
El tecolotito (son calentano)
No es de extrañar que de pronto, en mitad de una copla, se escuche “¡Upa!”,
“¡Iajala, iajala!”, “¡Aunque se rompan las cuerdas!” o “¡Así somos en Tierra
Caliente!”. Mención aparte merece el son denominado huaco, que se interpreta en
el municipio de Huetamo.

Música tradicional de Guerrero


A diferencia de los otros sones calentanos, el huaco se apoya en la tamborita para
acompañar rítmicamente a parejas de bailarines, quienes ejecutan un vigoroso
zapateado sobre una tabla colocada encima de una fosa de aproximadamente 80
centímetros de profundidad para lograr un curioso efecto de resonancia. Entre los
sones calentanos más representativos están La tortolita, El mastuerzo, El
tecolotito, La rabia y El huizache.
Sones abajeños: arpa grande, percusión
y violines
Por otra parte, el son abajeño o son planeco (por su pertenencia al valle o plan de
Apatzingán) se interpreta en las tierras “bajas” de Michoacán, más hacia la costa.
Su instrumentación consiste en dos violines, una vihuela, una jarana o guitarra de
golpe y un arpa diatónica llamada arpa grande (para diferenciarla de la pequeña
arpa purépecha). Debido al uso de este último instrumento, también se le conoce
como son “de arpa grande”.

La media calandria (son de arpa grande)


Una característica peculiar del son abajeño en zonas como los municipios de Las
Huacana y Churumuco de Morelos es que el arpa también se utiliza como
instrumento de percusión. Por lo tanto, a la izquierda del arpista podemos
encontrar a otro intérprete que, de cuclillas, golpea rítmicamente con las palmas
de las manos la parte baja de la caja o tapa de este instrumento. Entre los sones
abajeños más conocidos encontramos La media calandria, La perdiz, El llanto, Las
naguas blancas, El ratón, La peineta, El cariño y El gusto pasajero.

Valona: décimas con guitarra, vhuela,


violín y arpa
Parte importante de la música de michoacán y su lírica popular es la valona. Un
tipo de canción de origen español en la que el texto es más importante que la
música. Arraigada en el repertorio musical de Jalisco, Colima y Michoacán desde
el siglo XVI, la valona está estructurada en décimas (combinación métrica de diez
versos octosílabos con rima alternada). Cada uno de sus versos generalmente
inicia con una exclamación de “¡Ay!” que da paso a un texto de corte picaresco
más recitado que cantado para terminar con una cuarteta de despedida que se
liga con la primera frase musical de un son.

Otro ratito nomás (valona)


La alineación instrumental típica de la valona consta de guitarra, vihuela, violín y
arpa. Por su métrica y su temática narrativa suele considerarse como precursora
del corrido. Algunos de los títulos más conocidos son Otro ratito nomás, La renca,
Los tiradores, De milagro estoy viviendo, El celoso y Las tres hijas.
Música tradicional de Colima

Pirekua: la canción p’urhépecha


Sin embargo, la música de Michoacán por excelencia es la pirekua (que en lengua
purépecha o p’urhépecha significa “canción”). Ejemplo de sincretismo entre las
temáticas indígenas “profanas” y los cantos religiosos de los evangelizadores
españoles. Las pirekuas son canciones nostálgicas de ritmo lento y cadencioso
propias de la comunidad purépecha, grupo étnico mayoritario asentado en los 22
municipios de Michoacán que forman la “región purépecha”.
Cantadas en su lengua o en español (o en una combinación de ambos) por
intérpretes llamados “pireri” o “pirériecha”, las pirekuas hablan de la vida cotidiana,
la belleza de la naturaleza o el sentimiento amoroso en títulos como Acha kuera’
piriri (Canto del Señor Creador), El trenecito, Male Cecilia, Paricutín, Anímecha ke
tzu takua (Ofrenda para Todos los Santos), Juchá Taniperani (Entre nosotros
tres), El huarache, Francisquita o El saludo del amigo. Cabe mencionar que en el
2010 este canto tradicional fue nombrado Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Humanidad por la UNESCO.

Danzas: moros, cúrpites y viejitos


La música de Michoacán se acompaña por danzas, las cuales se asocian con
diversas festividades como la Danza del paloteo (baile de origen prehispánico
donde un grupo de hombres hace una ofrenda a los dioses del Sol y la Luna para
pedir su ayuda antes de un combate). La Danza de los tumbis o Danza de los
jóvenes pescadores (originaria del pueblo ichupio, asentado en la zona lacustre de
Pátzcuaro, la cual depende económicamente de la pesca). La Danza de Paracab
Uaracua o Danza de las Mariposas (originaria de Janitzio).
Danza de los cúrpites
La Danza de los cúrpites o kúrpites (baile purépecha de carácter religioso) y su
variante chusca que se llama Danza de los cúrpites feos. Asimismo, la Danza de
los moros (representación de la lucha entre moros y cristianos donde los bailarines
van ataviados con chaleco negro de terciopelo, camisa blanca, capa de satín, un
gran turbante, espuelas de acero y una vara con listones de colores). Por otra
parte, originaria de Tiríndaro, está la Danza de los pukes, en la que un grupo de
jóvenes ataviados con máscaras y cuernos de venado simulan pelear, saltando y
chocando los cuernos al compás de una banda de instrumentos de viento).
Danza del torito de petate
También encontramos la Danza del torito de petate (que se representa al inicio de
las festividades de Cuaresma y en la que un danzante que porta un toro hecho
con un armazón de madera, el cual está cubierto con cartones o tela y adorando
con papel de china de colores baila acompañado de un caporal o “apache” que
lleva en la boca algo que simula ser una rata y con la que espanta a los
espectadores, un hombre disfrazado de mujer denominado “maringuía” que lidia
con el toro y un “caballito” que da vueltas a su alrededor hasta que el caporal
acaba con la vida del torito poniéndole su machete sobre la cabeza).
Danza de los viejitos
Mención aparte merece la famosísima Danza de los viejitos (o T’arche Uarakua).
Divertido baile originario de Jarácuaro en el que los danzantes van vestidos como
campesinos y portan llamativos sarapes, cabelleras de zacate, sombreros con
largas cintas de colores y máscaras de pasta de caña o de madera con facciones
sonrientes de ancianos sin dientes. Apoyados en un bastón, encorvados y
achacosos, los “viejitos” muestran decrepitud al inicio del baile.
Danza de los viejitos
Sin embargo, bastan unos cuantos pasos para que sus movimientos se
transformen en un alarde de vigor y agilidad al acompañar con el rítmico y
complejo zapateado de sus huaraches con suelas de madera la música de
guitarra, violín y contrabajo mientras sus evoluciones se ven interrumpidas por
discusiones entre ellos, ataques de tos y temblores que provocan caídas y jocosos
intentos de los compañeros por levantar al “viejito” caído.

Danza de los viejitos


Hoy en día, existen muchas Danzas de viejitos que llevan el nombre del lugar
donde se interpretan. Por ejemplo, Cocucho, Paracho, Tarecuato, Charapan), lo
cual indica su importancia como símbolo de identidad en la música de Michoacán.

Música tradicional de Aguascalientes

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1. Inicio
2. Música Mexicana
3. Violonchelistas mexicanos
4. Juan Hermida

Juan Hermida
A lo largo de su carrera, Juan Hermida se ha presentado en los festivales
más importantes de México, como el Instrumenta Oaxaca, el Foro de
Música Nueva Manuel Enríquez, el Festival Internacional Cervantino y
Discantus:
Por Música en México marzo 13, 2020
VIOLONCHELISTAS MEXICANOS
Juan Hermida (1964). Nació en Puebla, donde inició sus estudios musicales.
También estudió en la Ciudad de México y en Estados Unidos. Debutó con la
Orquesta Sinfónica del Estado de México en 1986 y desde entonces ha sido
solista con las principales orquestas del país —como la OFUNAM, la Orquesta
Filarmónica de la Ciudad de México, la Orquesta Filarmónica de Jalisco y la
Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, entre otras— así como con la Orquesta
Sinfónica de la Universidad Cristiana de Texas, la Orquesta de Cámara de
Cincinnati y la Cincinnati Philharmonia, bajo la batuta de directores como Gerhard
Samuel, Jesús Medina, Jorge Mester, José Luis Castillo, Manuel de Elías, Carlos
Miguel Prieto y Paul Gambill, entre otros. En 1989 formó, al lado de la pianista
Misa Ito, el Dúo Hermida-Ito, con el que ha ofrecido recitales en diversas ciudades
del continente americano, Europa y Japón, y grabó Candelabra, disco con obras
de compositores latinoamericanos. En 1990 obtuvo el grado de maestría y en
1992 el Artist Diploma en violonchelo de la Universidad de Cincinnati. En 1995 y
1999 obtuvo la beca para jóvenes ejecutantes otorgada por el FONCA. En 1998
obtuvo el primer lugar en el Primer Concurso de Violonchelo Carlos Prieto, y al
año siguiente recibió la Medalla Mozart. En 1997 fundó, con la violinista Jackeline
González y la pianista Misa Ito, el Trío de las Américas, con el que ha grabado
varios discos.
A lo largo de su carrera, Juan Hermida se ha presentado en los festivales más
importantes de México, como el Instrumenta Oaxaca, el Foro de Música Nueva
Manuel Enríquez, el Festival Internacional Cervantino y Discantus: Escenarios de
la Nueva Música, entre otros. Como músico de cámara ha colaborado con
agrupaciones como Solistas de México, el Cuarteto Latinoamericano y la
Camerata de las Américas, además de que ha tocado a dúo con violonchelistas de
la talla de Carlos Prieto y Yehuda Hanani. En 2001 le fue otorgada una Residencia
Artística en el Centro Banff para las Artes de Alberta, Canadá. Como docente, ha
sido profesor de violonchelo y música de cámara en el Departamento Preparatorio
de la Universidad de Cincinnati, la Escuela Superior de Música del INBA, la
Escuela de Artes de la Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad de las
Américas, también en Puebla, además de impartir cursos y clases maestras en la
Facultad de Música de la UNAM y en el Centro Nacional de las Artes. También fue
director de Actividades Musicales de la Secretaría de Cultura del Estado de
Puebla.

Ricardo Risco Cortés: Recuento / Juan Hermida (violonchelo)

Camerata de las AméricasCarlos PrietoJuan Hermidamúsica mexicanaViolonchelo

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