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RESUMEN SUMMARY
Este artículo propone analizar la recep- This article analyzes the reception of
ción de la obra de Carlos Castaneda por Carlos Castaneda´s work by anthropol-
parte de la antropología a partir de la ogy, from the category coloniality of
categoría de colonialidad del saber. La knowledge. This paper’s main hypoth-
hipótesis central de este ensayo consiste esis is, that according to some positive
en afirmar que para una vertiente de anthropologists, the existence of a
la antropología de corte positivista la native like don Juan will be impossible
existencia de un indio como Don Juan since his behavior did not agree with
era imposible, pues no concordaba con the politics of representation during
las políticas de representación vigentes the sixties.
que, en la década del sesenta, recaían
sobre los indios.
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Castaneda describe una experiencia mís- a Castaneda fuera del rango y del radio
tica que no tiene lugar dentro del campo de las ciencias sociales. Castaneda se
antropológico; no sólo por la ingesta de encuentra, para Leach, más cerca de los
plantas psicotrópicas y la narración de gurús místicos, los maestros espirituales
experiencias mágicas que describen un y las sabidurías orientales que del cono-
mundo de “mística inconmensurable”, cimiento propiamente dicho, es decir,
sino sobre todo porque la voz que explica lejos de la ciencia moderna. A la hora
los sucesos no es la del antropólogo sino de internarse y sumergirse en la mística
la del indio, “es don Juan y no Castane- inconmensurable del mundo resulta igual
da quien lleva la voz cantante” (Leach, si se trata de un maharishi del Himalaya o
1980, p.37) y es precisamente esto lo un indio de Arizona (Leach, 1980, p.36).
que más indigna a Leach, el “momento Seguramente, en tanto que antropólogo
más crítico”: que sea don Juan quien cultural, Leach es consciente de las di-
interprete desde su punto de vista lo ferencias culturales existentes entre el
que acaece y no el antropólogo, quien maharishi y el indio, sólo resultan idén-
se supone, es el que debe desplegar la ticos al comparar sus saberes frente a la
teoría y su saber para interpretar y ex- ciencia moderna. Su componente mágico
plicar lo que el indio dice y hace. Que relega los saberes otros al terreno de la
el antropólogo haya sido “inducido” a mística, tal vez produzcan sabiduría o
ingerir drogas, que haya caído bajo su artes de vida pero nunca conocimiento.
influencia, siendo “persuadido” por el Que Castaneda haya devenido practican-
indio a aceptar su interpretación por te y aprendiz del “arte de don Juan” no
encima del juicio científico, coloca ya es otra cosa que un error metodológico,
Portadas de los diferentes libros de Carlos Castaneda en los que habla de su experiencia junto a don Juan. Tomado de: http://
www.ferrispark.com/blog/2007/06/tales-of-power-by-carlos-castaneda.html y http://www.ferrispark.com/blog/2007/06/seperate-re-
ality-by-carlos-castaneda.html
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una confusión de los papeles entre el no se trata de otra cosa diferente que de
sujeto de conocimiento y el objeto por “quimeras de la imaginación” de un indio
conocer. Y es esta confusión lo que Leach que se encuentra muy “confundido”.
desaprueba de Castaneda: el haberse
convertido en el Otro cuando su papel Para Weston La Barre es indudable la
como científico social consiste en expli- superioridad de la ciencia moderna so-
carlo, no en zanjar la distancia sino en bre el resto de los “saberes” que no son
distanciarse epistémicamente, es decir, conocimiento sino creencias, pues sólo
distancia no sólo del objeto de conoci- la ciencia tiene acceso a la realidad. La
miento sino sobre el objeto. Que don Barre se pregunta:
Juan, en tanto que indio, interprete el ¿No será, esta insaciable apetencia de un
mundo como quiera es algo concebible, gurú, el diagnóstico de la personalidad au-
deseable y óptimo para el trabajo de toritaria, un signo de la eterna adolescen-
campo antropológico. Muy diferente es cia del que busca? Es decir, tales individuos
que el antropólogo acepte las “quime- buscan dependiendo de la mera autoridad
ras de la imaginación de un americano de otras personas lo que sólo puede hallar-
confundido” (Leach, 1980, p. 37) y que se mediante nuevas indagaciones sobre Lo
asuma “la lógica no-formal que susten- Que Es, la realidad” (La Barre, 1980, p.42.
tan las premisas mágicas de don Juan” En mayúsculas en el original).
(Leach, 1980, p.38), es este el momento
más crítico. La ciencia no sólo tendría un acceso pri-
vilegiado a lo real, sino que encarna la
Hay aquí al menos tres nodos polémicos madurez cognoscitiva de la humanidad
que suscitan incomodidad en la obra pues esas otras creencias no son sino un
de Castaneda. El primero es la relación momento de adolescencia ingenua, en
invertida entre sujeto y objeto de cono- el que las creencias se hacen pasar por
cimiento, pues es evidente que asistimos saberes e invocan unas autoridades tra-
a la rebelión del objeto de estudio an- dicionales que ya la modernidad superó
tropológico: el indio informante se con- al alcanzar la mayoría de edad. Si los
vierte de repente en un maestro brujo. El jóvenes recurren a estos saberes “mis-
segundo es la reflexión que se genera por tificables”, como lo son el budismo Zen
el estatuto de la ciencia moderna en re- o el hinduismo Vendatta, ello sólo puede
lación con otros saberes no-occidentales: explicarse porque “ignoran la disciplina
ciencia/creencia, superioridad episté- científica”, porque desconocen cómo
mica/inferioridad epistémica, objetivo/ funciona la ciencia, pues de lo contrario
subjetivo, universal/local. El tercero, no tendrían que recurrir a la “búsqueda
y no menos importante, es la pregunta de una autoridad cultural mistificable”
por la realidad. ¿es una sola o son varias (La Barre, 1980, p.42). Para La Barre es
las realidades posibles? La naturaleza evidente que el científico en general, y el
mágica de los relatos de Castaneda pone antropólogo en particular, es un experto
sobre la mesa la cuestión: ¿es posible autorizado para interpretar la realidad.
que un hombre se convierta en cuervo Por esto mismo, resulta indignante que
o que se mantenga una “conversación” Castaneda asuma el papel de “antropó-
con un venado? Ya vimos que para Leach logo inexperto” que es guiado por un
“sabio anciano”, pues con esto el antro- p.343). Lo interesante de la crítica que
pólogo pierde su supremacía interpreta- Harris hace a Castaneda es que lo incluye
tiva para dar cuenta del mundo. Como dentro de la corriente fenomenológica a
buen positivista, La Barre no pondrá en la que califica de “estrategia oscurantis-
duda la relación entre sujeto y objeto ta” y abarca pensadores tan influyentes
ni epistemológica, ni políticamente. como Edmund Husserl, Alfred Schultz y
Para él, el problema no es la relación de Harold Garfinkel. Aunque Harris argu-
dominio del sujeto sobre el objeto sino menta que dicha estrategia oscurantista
su inversión en la que sea el “objeto incluye en realidad a toda la corriente
de estudio” el que domine al experto, comprensiva (verstehen) o idiográfica5 de
al sujeto de conocimiento, le resulta las humanidades y las ciencias sociales
aberrante. El problema no es la sumisión desde Max Weber en adelante.
epistémica que el informante debe asu-
mir ante las preguntas del experto, sino Hay al menos tres aspectos que Harris
que éste aparezca bajo “la figura de un cuestiona a Castaneda:
joven antropólogo inexperto” que cede 1. Su afiliación a la fenomenología que
su supremacía epistémica ante un “sabio se explica por el ámbito institucional al
anciano de otra cultura” (La Barre, 1980, que pertenece, esto es la UCLA y a uno de
p.43). A todas luces La Barre ha naturali- sus asesores de tesis, el etnometodólogo
zado la relación de dominio colonial del H. Garfinkel.
hombre blanco sobre el resto del mundo 2. Derivado de su estrategia fenomeno-
y considera natural que los informantes lógica, el darle un lugar tan extenso a lo
no-occidentales mantengan una relación “emic”6, es decir, hacer del brujo indio
de sumisión, subordinación e inferioridad la voz privilegiada para interpretar sus
ante la contundente superioridad del extrañas experiencias.
hombre blanco y su conocimiento (cien- 3. Tal vez lo más molesto para Harris es
cia moderna). que esa “conciencia chamánica” que
Por último, el caso de Marvin Harris tiene 5. Idiográfico y nomotético fueron las dos corrientes
muchas similitudes a las críticas elabo- epistemológicas predominantes en las ciencias
radas por sus colegas antropólogos en el sociales. Mientras que las corrientes idiográficas
sentido de que es evidente y legítima interpretan el significado y el sentido de la acción
social, las corrientes nomotéticas buscan establecer
la distinción entre conocimientos cien- leyes universales y explicar (explanation) causalmente
tíficos y el resto de los conocimientos. la realidad social. Sobre esto ver Wallerstein, 2006.
Harris constantemente deslegitima cual-
quier saber no-científico que cuestione el 6. “Emic” y “etic” fueron conceptos muy usados
por la antropología culturalista norteamericana
estatuto o validez de la ciencia moderna.
de los años cincuenta, la perspectiva “emic” es
Para él los cuestionamientos a la ciencia aquella que los miembros de una cultura tienen de
desde fuera de ella son “oscurantismo”, la misma y “etic” se refiere a la perspectiva que los
entendido como una estrategia de in- antropólogos no miembros de una cultura elaboran
vestigación anticientífica que pretende sobre ella. “emic” es el conocimiento desde adentro
y “etic” las elaboraciones que se hacen desde afuera
usar conocimientos obtenidos por medios de una cultura. Sobre esta distinción y cómo fue
no científicos para poner en entredicho usada por los antropólogos para abordar el problema
conocimientos científicos (Harris, 1982, del “negro” en Colombia ver: (Restrepo, 2005)
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La superioridad del indio sobre la cul- representaciones que recaen sobre sí.
tura occidental parece constituir para En efecto, don Juan despliega todo un
ella una prueba de lo inverosímil que efecto de desubalternización en la me-
resulta el personaje de don Juan. Ya en dida en que puede hablar y cuestionar
la cumbre de su suspicacia Oates termina dichos imaginarios hegemónicos: “si
preguntándose ¿quién es ese indio? Pues el subalterno pudiera hablar –esto es,
las exposiciones que don Juan le presenta hablar de una forma que realmente nos
a Carlos son demasiado “académicas”, interpele- entonces no sería subalterno”
lo que ya de entrada “perjudica el sen- (Restrepo, 2005, p.177). Si don Juan nos
tido de verosimilitud, una no puede por interpela, abandonando así su posición
menos que seguir preguntando: ¿Quién de subalterno y su inferioridad episté-
es don Juan? ¿Por qué habla en tantas mica, es porque responde y cuestiona
voces e idiomas diferentes? (Oates, 1980, los supuestos del experto antropólogo
p.133) Seguramente a Oates le parece que basa su autoridad sobre el indio en
perfectamente verosímil que sea Casta- una serie de presupuestos y técnicas
neda el que hable tantas voces e idiomas etnográficas tales como la observación
en tanto que semejante versatilidad es participante y su experiencia de cam-
propia del académico occidental, pero en po, la síntesis y generalización teórica
cambio, ¿qué un indio sea capaz de tal y el llamado a una práctica científica
hazaña? No sólo es improbable, sino que (Clifford, 2001, p.44).
en sí misma constituye otra prueba más
de que don Juan no es otra cosa que una Ahora bien, existe una interpelación, un
invención literaria de Castaneda. llamado que don Juan nos hace sobre los
supuestos que le atribuimos al mundo.
Así como hay una política de represen-
DESESTABILIZARNOS A NOSOTROS tación sobre el indio, existe también
MISMOS: LA REMAGICALIZACIÓN una política de representación sobre el
DEL MUNDO mundo, una política que hemos heredado
de la modernidad.
¿Por qué debería ser el mundo sólo como El papel de la razón científico-técnica es
tú crees que es? precisamente acceder a los secretos más
¿Quién te dio la autoridad para decir eso?
ocultos y remotos de la naturaleza con
el fin de obligarla a obedecer nuestros
Don Juan (Castaneda, 1998b. P. 95)
imperativos de control. La inseguridad
Hemos visto hasta aquí cómo don Juan ontológica sólo podrá ser eliminada en
resultaba una imposibilidad para una la medida en que se aumenten los me-
cierta antropología (de corte positivista) canismos de control sobre las fuerzas
pues su comportamiento no correspon- mágicas o misteriosas de la naturaleza
día a las políticas de representación y sobre todo aquello que no podemos
hegemónicas que circulaban en los años reducir a la calculabilidad. Max Weber
60 acerca de lo que es un indio. La in- habló en este sentido de la racionaliza-
comodidad que genera el personaje de ción de occidente como un proceso de
don Juan, es la incomodidad que genera “desencantamiento” del mundo (Castro-
un subalterno que se rebela contra las Gómez, 2000, p. 146).
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n-1 sólo así, sustrayéndolo, lo Uno forma Castaneda, C (1998a). Las enseñanzas de don Juan.
parte de lo múltiple (Deleuze y Guattari, Una forma Yaqui de conocimiento. Colombia. FCE
2002, p.12). Castaneda, C (1998b). Viaje a Ixtlán. Las lecciones
de don Juan. Colombia: FCE.
Se trata pues de reconocer, primero que Castaneda, C (1998c). Relatos de poder. Colombia:
la diferencia epistémica es una dife- FCE.
rencia racial y colonial que no podemos Castaneda, C (2008). Una realidad aparte. Nuevas
simplemente soslayar en nombre de una conversaciones con don Juan. México: FCE.
modernidad incompleta que nos acogerá Castro-Gómez, S (2000). Ciencias sociales, violen-
e incluirá en su seno. Tal diferencia es cia epistémica y el problema de la “invención del
necesario decolonizarla, no para anularla otro”. En: Lander, E (comp) La colonialidad del sa-
ber. Eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas
sino para reconocer los propios límites y latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.
los efectos (perversos) de nuestro saber
Castro-Gómez, S (2005). La hybris del punto cero.
moderno. El problema de la diferencia
Ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada
no es reconocerla (multiculturalismo), (1750-1816). Bogotá. Pontificia Universidad Jave-
sino incorporarla y usarla para deses- riana.
tratificarnos a nosotros mismos: siempre Clifford, J (2001). Dilemas de la cultura. Antropolo-
n-1, para luego recomponernos de otros gía, literatura y arte en la perspectiva posmoderna.
modos posibles. No se trata de incluir la Barcelona: Gedisa.
diferencia en lo mismo que ya somos y Deleuze, G y Guattari, F (2002). Mil mesetas. Ca-
ver el propio rostro reflejado en el otro pitalismo y esquizofrenia. Valencia.
(Humanidad, Universalidad, derechos,
etc), tampoco se trata de invertir el es- Pre-textos.
pejo para hacer del Sur un nuevo Norte. De Mille, R (2000). Castaneda´s journey: the power
De lo que se trata, más bien, es de usar and the allegory. California. iUniverse.com
esa diferencia para generar un extraña- Frey, J (2007). The dark legacy of Carlos Cas-
miento frente al propio pensamiento, taneda. Recuperado de: http://www.salon.
para reconocer los límites y las reglas del com/2007/04/12/castaneda/singleton/
saber propio anulando así toda preten- Gros, C (2012). ¿Puede el indígena disolverse en
sión de universalidad. Es en este sentido la modernidad? O algunas consideraciones sobre
que Walsh propone una política epistémi- las amazonias indígenas. En: Gros, C. Políticas
de la etnicidad: identidad, Estado y modernidad.
ca que enfrente y transforme los diseños Bogotá. ICANH
coloniales que han subalternizado los
Hall, S (2010). El trabajo de la representación. En:
saberes otros frente a la hegemonía del
Hall, S. Sin garantías: trayectorias y problemáticas
saber moderno: “Reformular el qué, el en estudios culturales. Popayán: Envión Editores.
por qué y el para qué del conocimiento
Harris, M (1982). El materialismo cultural. Madrid.
(para) construir una nueva condición Alianza.
social de saber” (Walsh, 2005, p.44).
La Barre, W (1980). Crítica radical al autor de El
Culto del peyote. En: Noel, D (Comp) Castaneda a
examen. Debate en torno al autor de las enseñanzas
de don Juan. Barcelona: Kairós.
LISTA DE REFERENCIAS
Lander, E (2000). Ciencias sociales: saberes colo-
Buckhout, R (1980). Encadenados a la razón. En: niales y eurocéntricos. En: Lander, E (comp) La
Noel, D (Comp) Castaneda a examen. Debate en colonialidad del saber. Eurocentrismo y ciencias
torno al autor de las enseñanzas de don Juan. Bar- sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos
celona. Kairós. Aires: CLACSO.
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