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Normalización eufemística del consumo del alcohol

La adolescencia es una etapa del desarrollo humano caracterizada, por cambios


biopsicosociales que afronta en su cotidianeidad la persona, estos cambios lo hace
vulnerable para asumir actitudes que momentáneamente pueden generarles bienestar e
inclusión en las interacciones humanas. El consumo de alcohol ha existido a lo largo de
la historia constituyendo un importante fenómeno social que afecta especialmente a la
población adolescente. Según la organización mundial de la salud (OMS), el iniciar
tempranamente a consumir sustancias está asociada a mayor riesgo de caer en
dependencias y otros problemas durante la vida adulta. El consumo de sustancias afecta
a las personas jóvenes de forma desproporcionada en comparación con las personas de
más edad. El adolescente puede reducir el autocontrol y alimentar comportamientos
arriesgados, como prácticas sexuales de riesgo, accidentes de tránsito que afecta la
esperanza de vida. En la actualidad se considera una práctica socialmente aceptada y se
le reconoce como vehículo de socialización en diversos grupos sociales, entre ellos los
adolescentes; el alcohol es una droga legal de inicio y su consumo sucesivo incrementa
el riesgo de involucrarse con otras sustancias ilícitas como marihuana cocaína entre
otros El consumo excesivo genera adicción que puede inducir a cambios en la
plasticidad del cerebro, aumentando así la vulnerabilidad al alcoholismo, por el
componente psicoactivo (etanol) sustancia presente en las bebidas alcohólicas. Esta
situación requiere de una intervención de enfermería sanitaria precoz para el abordaje
integral en prevención y protección del adolescente. (Hinostroza, 2022, p. 28-29).

Uno de los impactos de salud post pandemia SAR-COVID19, es el alcoholismo en


personas de temprana edad, como es en la población joven, el alcoholismo de por sí, es
una enfermedad que por lo general, uno niega a padecerlo, ya que su normalización de
uso y consumo es tan frecuente y habitual, que se en la mayoría de los casos se pasa a
obviar las consecuencias a largo plazo que esto trae consigo, cabe mencionar que dicha
el alcoholismo sufre de una estigmatización social para el cual podamos detectarla y
tratarla a tiempo. La gran disponibilidad de esta sustancia, el alcohol, y la vulnerabilidad
que es aceptaba hace que esta problemática cada día vaya aumentando:

"Entre los jóvenes, el alcohol es la droga predilecta. De hecho, los adolescentes


utilizan el alcohol con mayor frecuencia e intensidad que todas las demás drogas
ilícitas combinadas" (p. 9) (National Institute of Alcohol Abuse and Alcoholism -
NIAAA, 2000, citado por Monteiro, 2007). Al respecto, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) (2001), citada por Monteiro (2007), señala que la adolescencia
temprana es un momento de especial riesgo para comenzar a experimentar con el
alcohol. Además, el alcohol no solo es una sustancia psicoactiva cuyas
consecuencias son graves, sino que "los adolescentes carecen de las habilidades de
criterio y resistencia para manejar el alcohol con prudencia" (p. 9).

Es importante tener en cuenta para la interpretación de los resultados de esta


investigación que: (a) Es de tipo descriptivo y por consiguiente su alcance permite
caracterizar una población, determinar la prevalencia de los fenómenos por estudiar y
generar hipótesis. (b) La población de estudio es la de dos programas de ciencias de la
salud, con perfiles de ingreso, de formación y de egreso distintos, por lo cual el análisis
se hizo y se presenta por separado en algunos ítems. (c) El CAGE es una prueba de
tamizaje cuyos resultados deben ser confirmados en el contexto de una evaluación
individual y profesional. (d) Aunque son específicos de dos programas universitarios, la
lectura debe trascender la especificidad de estos, dado que es un problema de salud
pública que afecta en especial a los jóvenes.(Salcedo, Palacios, Fernanda et. al., 2011)

Es menester tomar muy en cuenta la percepción de los adolescentes sobre el consumo


de alcohol, para así poder tener de manera muy directa herramientas y mecanismos para
poder contrarrestar dicho problema, ya que existe una divergencia de razones por las
cuales se puede concurrir en aquel problema social y de salud, es por ello que Ruíz y
Medina-Mora (2014), describen las razones quimeras:

En cuanto a la percepción de los adolescentes con respecto al No consumo de


alcohol, los resultados del grupo de experimentadores muestran que 100%
consideran que es una forma de cuidarse, sin dañar el organismo y que pueden
divertirse sin alcohol. Por lo que respecta a los abusadores, 50% de éstos
consideran que el no consumo no existe, ya que en realidad todos los adolescentes
beben una gran variedad de bebidas alcohólicas y en cantidades fuertes. Sin
embargo, el 50% restante menciona que el no consumo sólo se da en algunos
adolescentes que no muestran un interés por divertirse. Entre las principales
razones por las cuales se consume alcohol, se observa que 70% de los
adolescentes experimentadores perciben que es por curiosidad, en tanto que el
30% restante piensa que la razón más importante por la cual se presenta este
consumo es por llamar la atención y por formar parte de un grupo de amigos en
particular. Por el contrario, 60% del grupo de los abusadores consideran que las
razones por las cuales se bebe alcohol se relacionan con el liderazgo en un grupo,
por imitación, en tanto que 30% menciona que el consumo de alcohol es por
resolver problemas en su vida y el 10% restante menciona que el consumo es por
gusto. […] (Ruíz Torres, Medina-Mora et. al., 2014, p.4)

En principio, valga los aspectos geográficos y demográficos, el consumo de alcohol de


un accionar normalizado para nuestra sociedad, en muchas de ellas, por no decir en casi
su totalidad, dicha actividad es parte de la propia cultura social, ya que es totalmente
aceptaba en muchas vivencias, costumbres, actividades e inclusive causas de índole
pseudo religiosas, siendo así un problema eufemístico, ya que no se le ve con tal
seriedad opacando su gravedad hasta con su propio nombre, inhibiendo a qué clase de
sustancia psicoactiva pertenece; es decir, drogas, por lo que es muy usual y hasta
cotidiano separarlas y con ello generar un espacio de poca hostilidad ante dicha
sustancia, haciéndola más y más susceptible a su consumo.

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