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Diplomado en Trata de Mujeres, Niñas, Niños y

Adolescentes: Estrategias de Protección y Asistencia a


Sobrevivientes
2.2- Principios y directrices del Derecho Internacional Humanitario para la
protección y asistencia

El Derecho Internacional Humanitario (DIH)

El Derecho Internacional Humanitario (DIH) o «derecho de la guerra» es una rama del


derecho internacional que regula la conducta en caso de hostilidades. Un aspecto
decisivo del DIH es la protección que ofrece a los civiles que se ven envueltos en un
conflicto armado internacional o interno; esta protección se añade a la legislación de
derechos humanos, que sigue aplicándose con sujeción a una derogación legítima. En
relación con los conflictos armados, internacionales o no, el DIH (tanto consuetudinario
como basado en tratados) prohíbe varias prácticas relacionadas con la trata de
personas, entre ellas el sojuzgamiento, el comercio de esclavos, la reubicación forzosa
y la deportación con fines de trabajo en régimen de esclavitud, el trabajo forzoso no
remunerado o abusivo y la privación arbitraria de la libertad (ACNUDH, 2006).

Muchas normas del DIH forman parte hoy en día del derecho penal internacional, la
rama del derecho que se ocupa de la responsabilidad penal individual respecto de
delitos internacionales, incluidos los crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Otro aspecto importante del DIH vinculado al delito de la trata de personas es que
también ha permitido a la comunidad internacional abordar ciertos delitos cometidos
durante los conflictos armados, como las violaciones sexuales, la prostitución y los
embarazos forzosos, los cuales se dirigen hacia las mujeres y niñas generalmente
(ACNUDH, 2014).

¿Qué es el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH)?1

El DIDH es un conjunto de normas internacionales, convencionales o consuetudinarias,


en que se estipula el comportamiento y los beneficios que las personas o grupos de

1
Para profundizar ver en la Sección de Recursos del Aula Virtual un video sobre el DIH y el DIDH
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personas pueden esperar o exigir de los Gobiernos. Como se ha dicho, los DD HH son
inherentes a todas las personas por su condición de seres humanos. Muchos principios
y directrices de índole no convencional (derecho indicativo) integran también el conjunto
de normas e instrumentos internacionales de HH HH (ACNUDH, 2006).

Las principales fuentes convencionales del DIDH son los Pactos Internacionales de
Derechos Civiles y Políticos (1966) y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(1966), las Convenciones relativas al Genocidio (1948), la Discriminación Racial (1965),
la Discriminación contra la Mujer (1979), la Tortura (1984) y los Derechos del Niño
(1989). Los principales instrumentos regionales son la Declaración Americana de
Derechos y Deberes del Hombre (1948), la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (1969).

A pesar de que el DIH y el DIDH han tenido un desarrollo independiente desde el punto
de vista histórico, en tratados recientes se han incluido disposiciones de ambos
derechos; por ejemplo, en la Convención sobre los Derechos del Niño, en su Protocolo
Facultativo relativo a la participación de los niños en los conflictos armados y en el
Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Principios y directrices del Derecho Internacional para la protección de mujeres,


niñas, niños y adolescentes

El DID reconoce que ciertos grupos necesitan protección adicional o especial, porque
han sido víctimas de discriminación o porque los miembros del grupo comparten
vulnerabilidades particulares. En el caso de la trata, algunos de los grupos de interés
son las mujeres, los niños, niñas y adolescentes, personas migrantes, trabajadores
migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo, desplazadas internas y las personas con
discapacidad (ACNUDH, 2014).

Se ha comprobado que los tratantes pueden tener como objetivos predilectos a los
integrantes de un grupo. “Los niños, por ejemplo, pueden ser objeto de trata por fines
relacionados a su edad, como la explotación sexual, diversas formas de trabajo forzoso
o la mendicidad. Las personas con discapacidad pueden ser víctimas de ciertas formas
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de trabajo en condiciones de explotación y de mendicidad. La trata coloca a mujeres y
niñas en situaciones de explotación vinculadas a la discriminación y los estereotipos de
género, como la prostitución en condiciones de explotación y el turismo sexual, y de
trabajo forzoso en los sectores del trabajo doméstico y los servicios. La trata también
acarrea para ellas daños y consecuencias asociadas a su género, como la violación, el
matrimonio forzoso, el embarazo no deseado o forzado, el aborto forzoso y las
enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el VIH/SIDA.” (ACNUDH, 2014. P 8).
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DDHH, DIH y DIDH en la Constitución de la
República Dominicana:

• Art. 74. 3. Los tratados, pactos y


convenciones relativos a derechos
humanos, suscritos y ratificados por el
Estado dominicano, tienen jerarquía
constitucional y son de aplicación directa e
inmediata por los tribunales y demás
órganos del Estado;
• Art. 26: Relaciones internacionales y el
Derecho Internacional. La República
Dominicana es un Estado miembro de la
comunidad internacional, abierto a la
cooperación y apegado a las normas del
derecho internacional, en consecuencia: 1)
Reconoce y aplica las normas del derecho
internacional, general y americano, en la
medida en que sus poderes públicos las
hayan adoptado; 2) Las normas vigentes de
convenios internacionales ratificados
regirán en el ámbito interno, una vez
publicados de manera oficial; 3) Las
relaciones internacionales de la República
Dominicana se fundamentan y rigen por la
afirmación y promoción de sus valores e
intereses nacionales, el respeto a los
derechos humanos y al derecho
internacional;
• Artículo 74. 4: Los poderes públicos
interpretan y aplican las normas relativas a
los derechos fundamentales y sus
garantías, en el sentido más favorable a la
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Bajo estas consideraciones, el DIDH persona titular de los mismos y, en caso de
coloca en manos de los estados grandes conflicto entre derechos fundamentales,

responsabilidades para la identificación procurarán armonizar los bienes e intereses


protegidos por esta Constitución.
de los niños, niñas y adolescentes
víctimas de la trata, así como para su
atención y protección tanto inmediata como a largo plazo. Este compromiso deriva de
las obligaciones de la Convención sobre los Derechos del Niño: el interés superior del
niño primará en toda circunstancia (art. 3). Lo cual significa que los estados no pueden
dar prioridad a otras consideraciones, como pueden ser el control migratorio o el orden
público, en detrimento del interés superior de una persona menor de edad sobreviviente
de trata. Además, por la aplicabilidad de la Convención, “a todos los niños bajo la
jurisdicción o el control de un Estado, los niños objeto de trata que no sean ciudadanos
tienen derecho a la misma protección que los nacionales en todos los aspectos,
incluidos los relacionados con la protección de su intimidad y de su integridad física y
moral” (ACNUDH, 2014. P 8).

Dos principios generales del derecho que se aplican específicamente a la trata son 1)
que no se considerará culpable de un delito a quien se haya visto obligado a cometerlo
y 2- el enfoque del DIDH establece que no existe la trata “consentida”. Al entenderse
que la inalienabilidad intrínseca de la libertad personal hace que el consentimiento no
sea una consideración pertinente en las situaciones en que se priva a alguien de esa
libertad. Esto queda plasmado en la definición de trata que alude a los “medios”. En
palabras de quienes redactaron el Protocolo sobre la Trata (UNODC, S/F, citado en
ACNUDH, 2014), una vez acreditada la utilización del engaño, la coacción, la fuerza u
otros medios prohibidos, el consentimiento no se tendrá en cuenta y no podrá utilizarse
como defensa” (p. 272).

Fuente de los directrices y principios aplicables a la trata de personas2

2
Adaptado íntegramente de ACNUDH, 2014.
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Por la complejidad característica de la trata de personas, los tratados e instrumentos
internacionales que contienen principios y directrices para la asistencia y protección a
los grupos en riesgo frente a este delito son numerosos y muy variados. Se señalan en
primer orden los instrumentos relativos a la esclavitud y el comercio de esclavos, el
trabajo forzoso, el trabajo infantil, los derechos de la mujer, los derechos del niño, los
trabajadores migrantes y las personas con discapacidad, así como tratados de carácter
más general dedicados a los derechos civiles, culturales, económicos, políticos o
sociales.

Los principales tratados de lucha contra la delincuencia y la Convención de las Naciones


Unidas contra la Corrupción también son de interés para la cuestión de la trata de
personas, como lo es igualmente el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.
A estos instrumentos se añaden los tratados específica y exclusivamente dedicados a
la trata de personas. Otras fuentes aceptadas del derecho internacional como la
costumbre, los principios generales y las decisiones de los tribunales internacionales,
también pueden ser pertinentes para determinar responsabilidades de los Estados en
materia de lucha contra la trata.

De manera general, se considera que la prohibición de la esclavitud forma parte del


derecho internacional consuetudinario, que tiene carácter vinculante para todos los
Estados, independientemente de si son efectivamente parte en uno o más tratados en
los que se prohíba expresamente la esclavitud. Se denominan principios generales del
derecho a aquellos que son comunes a los sistemas jurídicos más extendidos, en virtud
de lo cual pasan a forma parte del derecho internacional.

También se consideran los numerosos instrumentos sobre la trata de personas que, en


sentido estricto, no forman parte del derecho. Se trata, entre otros, de:
• Los Principios y Directrices Recomendados sobre los Derechos Humanos y la
Trata de Personas de la ACNUDH
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• Las directrices sobre la trata de niños emitidas por el Fondo de las Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF)
• Las directrices sobre la trata y el asilo emitidas por la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
• Las resoluciones adoptadas por la Asamblea General y el Consejo de Derechos
Humanos
• Las determinaciones e informes de los mecanismos internacionales de derechos
humanos, como los órganos de tratados y los procedimientos especiales
• Los acuerdos que los países sostienen sobre cuestiones como la repatriación y
la reintegración de las víctimas de la trata

Estas variadas fuentes de “derecho no vinculante” no imponen obligaciones


directamente a los Estados, ni confieren derechos a personas o grupos. No obstante,
estos instrumentos pueden tener cabida en el marco jurídico internacional, porque
ayudan a detectar o confirmar una cierta tendencia jurídica, o incluso contribuyen al
desarrollo del derecho internacional consuetudinario en relación con un aspecto
concreto de la trata de personas. El derecho no vinculante también puede ayudar a
atender la sustancia de normas jurídicas más generales que se establecen en tratados.
Por ejemplo, el Protocolo sobre la Trata exige a los estados que adopten medidas para
proporcionar a las víctimas de trata el acceso a una reparación. Fuentes de derecho no
vinculante tales como los Principios y Directrices Recomendados sobre los Derechos
Humanos y la Trata de Personas, así como los informes del Relator Especial de las
Naciones Unidas sobre la trata de personas, son un recurso fundamental para
determinar qué medidas han de adoptar los Estados para cumplir esta obligación
concreta.

Bibliografía
ACNUDH, (2014). Los derechos humanos y la trata de personas. Folleto informativo #
36. Ginebra: ONU.

ACNUDH (2006). Preguntas frecuentes sobre el enfoque de derechos humanos en la


cooperación al Desarrollo. Ginebra y New York: ONU
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Adolescentes: Estrategias de Protección y Asistencia a
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ACNUDH. (2010). Los Principios y Directrices Recomendados sobre los Derechos
Humanos y la Trata de Personas. Ginebra y New York: ONU.

Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito- UNODC. (S/F). Guías
legislativas para la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas contra la
Delincuencia Organizada Transnacional y sus Protocolos.

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