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Entre los años 1950 y 2008 podemos observar que el crecimiento anual del PIB per cápita
fue de aproximadamente 2%, lo que supone que en menos de 60 años casi se
cuadriplicase, cuando a lo largo de 18 siglos se había mantenido prácticamente estable.
Esto puede justificarse con el exponencial crecimiento de la producción (PIB) en los países
desarrollados (visto en el gráfico 2), el cual, a pesar del incremento de la población casi
paralelo, ha sido proporcionalmente superior.
Volvemos a los años de 1900-1950, donde en ambos hemisferios, tanto el de los países
desarrollados como el de los países en desarrollo, se observa un crecimiento del PIB per
cápita. Sin embargo, en países desarrollados se ve un crecimiento acelerado de la
productividad y puede ser gracias al desarrollo y el aprovechamiento de la tecnología y la
mano de obra calificada. Dicho desarrollo de la producción, sumado al reconocimiento
salarial de la mano de obra, y a una mayor competitividad en los precios del mercado,
supuso un mayor poder adquisitivo en las poblaciones de clase media de los países
desarrollados. La renta por persona en los países en desarrollo también aumentó, aunque
no de una manera tan acelerada.
5. TASA DE CRECIMIENTO MEDIA ACUMULADA DEL PIB PER CÀPITA EN PAÍSES
DESARROLLADOS vs EL RESTO DEL MUNDO
En el gráfico, se observa cómo al igual que en el resto de gráficos anteriores, los países
desarrollados muestran un crecimiento anticipado con respecto al resto de países (los
cuales crecen más lentamente) que comienza principalmente a partir del siglo XIX, y
continúa creciendo constantemente hasta los años 2000 (a excepción de la primera mitad
del s. XX, a causa de las guerras mundiales, probablemente). Sin embargo, en el último
periodo (2000-2008), la tasa de crecimiento de los países en desarrollo supera por creces la
de los países desarrollados, que descienden su tasa, aunque esta siga siendo positiva. Ese
cambio de tendencia en los países en desarrollo es una consecuencia del reciente acceso a
la tecnología (y por tanto a la información y al conocimiento) así como de la apertura al
comercio exterior. En cuanto a los países desarrollados, la disminución de la tasa responde
a una serie de decisiones políticas incorrectas por su parte, y a un cambio en el rendimiento
(productividad marginal).