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Cuento Agua

DATOS:
Alumnos:
-Velásquez Marcelo Andres
-Ordinola Miñope Leonardo
Curso:
Literatura
Profesora:
Dana Vasquez
Tema:
resumen del cuento agua
biografía de José María Arguedas
Año :

2022
Resumen del cuento agua _ leonardo
San Juan, un lugar de la serranía, se encuentra en un ambiente desolado por los
comuneros.
Las laderas ya resecas, los arbustos secos y un eucalipto en el centro de la comunidad,
estático y sin un ápice de movimiento indicando que el sol burlón no permitía que
sople el viento.
Están los corredores de sus casas sin habitantes, sólo el cornetero encargado de llamar
a la gente para el reparto del agua.
Los campesinos apenados y agresivos contra el sol que mataba a sus sembríos
manifestaban que el agua que debía repartirse no llegaba y si llegaba que era para las
autoridades nada más.
Don Braulio era el encargado de ordenar la repartición de agua, el la repartía solo a
quienes consideraba y a los que odiaba decía, ¿Agua para ellos?  ¡No hay! Los indios
tenían que resignarse a regresar a casa con la frente agachada.
Los campesinos siempre culpaban a don Braulio de su situación, pero nadie se atrevía a
contestarle, porque comenzaba a dar gritos y tiros al aire, ahuyentando a todos
aquellos que habían ido por el líquido que requerían sus sembríos y poder subsistir la
sequía.
En esta comunidad de San Juan existían otras comunidades como, Akola, Utek,
Andamarca, Sondondo, Aucará, Chavilla y Larcay, en esa comunidad San Juan se
reunieron todos los comuneros para tratar sobre los repartos del agua, estaban en
escasez de lluvia y no había agua, los sembríos estaban secándose.
Cuando Pantacha llegó a la plaza, vio alrededor de la comunidad como un desierto, los
pilares que sostenían el techo de las casas todo torcidos y apoyados por troncos y
otros rectos enteros.
Pantacha se fue a Nazca y volvió en seis meses y se encontraron con Ernesto,
conversaron sobre la situación de la comunidad de San Juan, Ernesto le contó todo.
Pantacha era un músico y “tocó” su corneta, un huayno de Uteqpampa triste y

desconsolada la gente de San Juan se reunieron y comenzaron a bailar. En ese


momento gritó el tayta Vilkas (un indio viejo) resondró diciendo, ustedes están alegres,
bailando y cantando, la tierra está seca, hay que rezar para que mande lluvia a San
Juan. ¡Agua lloriquearon! y se volvían de amargura pensando que el maíz estaba
secándose.
 Pantacha gritoneaba delante de Don Vilkas y Braulio y de los demás seguidores,
ustedes hacen llorar a la gente robando plata.
Vilkas y Don Inocencio se pusieron tristes, los comuneros gritaban, pero Braulio dijo
respeta a las autoridades y Pantacha se puso bravo y Don Inocencio rogó y jaló a Don
Vilkas.
Don Braulio los carajeaba a todos los comuneros y recién se daban cuenta, que
Pantacha, Don Wallpa y Pascual se levantaban contra el viejo Vilkas, Inocencio y los
demás indios pensaron hay que sacar agua de la laguna para todos los que más
hablaban, Pantacha y Don Pascual pero la pelea seguía con Braulio.
Braulio estaba embriagado y se fue a avisar a Inocencio y sus seguidores estaban
vivando ¡Viva Don Braulio!, se enfrentan Pantacha y Braulio, y también Don Wallpa
quería enfrentarse, Don Antonio patea a Don Braulio y Don Braulio saca su revolver y
hace dos tiros al aire y después le mata a Pantacha, Ernesto le rompe la cabeza con la
corneta que yacía tirada en el suelo. Don Braulio le ordena a Inocencio para que lo
mate y el no quiso.
Las autoridades le encarcelan a Don Wallpa, Inocencio y Vilkas y se solucionó el
problema de San Juan.
Todos tuvieron una chacra muy verde, los animales satisfechos con los pastos, pero
seguía el cielo muy despejado sin lluvia sin Pantacha, Pascual, Wallpa, pero la tierra era
húmeda y los indios iban rogando a su Tayta.
Ernesto que había huido, se refugia en un pueblo llamado Utek'pampa donde él puede
darse cuenta que los indios de ese pueblo si hacen respetar sus derechos y son libres
de cualquier abuso, lo opuesto a su pueblo natal.

Resumen del cuento agua_ Andres


Don Braulio un principal abusivo, matón. Y Pantaleoncha un joven
aguerrido que solo pide justicia. Vívanlo en el presente resumen del
cuento literario: “Agua”, escrita por José María Arguedas.
Cuando Yo y Pantaleoncha llegamos a la plaza. Todo estaba desierto. El Varayok´
(alcalde indio), había puesto la mesa para el repartidor del agua, en medio del corredor.
Agua niño Ernesto. No hay agua. San Juan se va a morir porque don Braulio, hace dar a
gua a unos y a otros los odia. Entonces el cholo Panteloncha se llevó la corneta a la boca
y empezó a hacer una tonada; de la hierra. La gente empezó a llegar a la plaza, nos
recordaba las fiestas grandes del año; la cosecha, el escarbe de papas y la hierra de las
vacas en la puna. La corneta del Pantaleoncha y nuestro canto reunieron a toda la gente
de San Juan que estaban alegres. Hasta que se acercó el taita Vilcas, que se molestó. Era
un indio viejo, amiguero de los mistis principales, era el encargado del reparto del agua.
Don Braulio, el rico de San Juan, era su patrón. El Pantacha, nuevamente tocó y
observó, que todas las montañas que rodean San Juan; estaban secos, ya no había pasto
en los cerros. Don Braulio es el ladrón responsable. Él se roba el agua y los animales de
los “endios” dijo. Levantó su corneta y empezó a tocar el wayno que tocan los
sanjuanes, en el escarbe de la acequia grande de K´ocha. Oyeron los tinkis, una
comunidad cercana y empezaron a bajar del cerro a galope.

Nuevamente el Pantaleoncha arremetió, contra los principales, diciendo que eran unos
ladrones, abusivos, explotadores que en todas partes había visto igual; explotaban a la
gente y no les pagaban, en la costa en la sierra en todos los lugares. Sin lugar a dudas el
cornetero hablaba de un alzamiento. Se acercó a él don Vilcas y lo increpó, y querían
agarrarse a golpes y la gente tuvo que separarlos.

Don Vilcas es abusivo. ¿Acaso? “endio” no mas es, igual a sanjuanes no mas es, gritó
desafiante don Wallpa, varayok´de Tinki, viejo como don Vilcas. Se desafiaron pero las
mujercitas sujetaron a don Vilcas. Pantacha se rio fuerte. Los sanjuanes que estaban
miedosos, se separaron de los tinkis y se fueron con don Inocencio a otro corredor.
¡Sanjuankuna! Vamos a defender más bien a don Braulio, porque él tiene plata en
cambió Pantacha es cornetero no más. Aseveró.
Los sanjuanes eran cobardes, por eso se fueron, se dispersaron, porque si sabían que si
venía el principal, el patrón don Braulio, borracho, mataría a cualquiera, porque él era
así, el quien no compartía su conveniencia era su enemigo, agarraba su revólver y le
disparaba. Ante esto todos tenían miedo especialmente los sanjuanes que eran
“amujerados”.

Entonces vino don Braulio borracho, junto con los otros principales, que de seguro
también estaban borrachos, don Cayetano Rosas andaba tambaleándose. Llegó a la mesa
para repartir el agua; ¡buenos días taytay! Saludaron todos al principal del pueblo.
¡Semanero Pascual k´allary! (comienza), ordenó el principal. Don Pascual, saltó a la
mesa y lo refutó. ¡Don Braulio K´ocha agua es para necesitados! Gritó Pantacha. El
principal sacó su arma y dos, tres tiros sonaron en el corredor. Todos huyeron
principalmente los sanjuanes. Pantacha puso la cara: ¡carago! ¡Sua! (¡ladrón!) gritó el
mak´ta pantaleoncha.  Mata no más, en mi pecho, en mi cabeza. Don Braulio soltó una
bala y el mak´ta cornetero cayó de barriga sobre la piedra, muerto. ¡A la cárcel! Dijo
don Braulio. Mientras tanto, Yo agarré la corneta y se la arrojé en la cabeza del
principal. Ahí mismo le chorreo sangre de la frente. Me quería disparar pero ya no tenía
balas. ¡Suakuna! (ladrones) les grité. Entonces corrí hacia Ute´k la comunidad más
valerosa. ¡Taytay que se mueran los principales de todas partes! Y corrí después cuesta
abajo, a entroparme con los comuneros de Utek´pampa.

Vida del autor – José María Argueras

Escritor y etnólogo peruano, renovador de la literatura de inspiración


indigenista y uno de los más destacados narradores peruanos del siglo
XX.

Sus padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas


Arellano, que se desempeñaba como juez en diversos pueblos de la
región, y Victoria Altamirano Navarro. En 1917 su padre se casó en
segundas nupcias (la madre había muerto tres años antes), y la familia
se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco
tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de
trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la
madrastra y el hijo de ésta, quienes le daban tratamiento de sirviente.

En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del


hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos
años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus
costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en
peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para finalmente
establecerse en Abancay.

Después de realizar sus estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima,


ingresó en 1931 en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos de Lima para estudiar literatura. Entre 1932 y
1937 trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de
Lima, pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una
manifestación estudiantil a favor de la República Española.

Tras permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue


nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el
departamento de Cuzco, cargo en que descubrió su vocación de
etnólogo. En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación
para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras
representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista
Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de
castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de
Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por
considerársele comunista.

En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el


Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la
Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-
52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del
Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la
revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de
Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años.

A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú


(1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966),
desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura.
También fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico
Nacional de Varones (1950-53), catedrático del Departamento de
Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68) y profesor en la
Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte,
ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que
ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue galardonado con el
Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y
Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega
(1968).

Movimiento literario:
Indigenismo

Características literarias:
Novela, cuento, poesía, ensayo. Introdujo en la literatura una visión interior más rica e
incisiva del mundo indígena. La cuestión fundamental que se plantea en sus obras es
la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la occidental,
traída por los españoles), que deben convivir.

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