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S i l Capital intelectual DE a u t o r
PRÓLOGO
BAJO EL SIGNO DEL PERRO
9. PACS (Pacte Civil de Solidarité): una de las dos formas de unión civil que define
el derecho francés. Es un contrato que firman dos personas mayores de edad, del
mismo o diferente sexo, para organizar una vida en común, estableciendo entre ellos
sus derechos y obligaciones. (N. del E.)
leer a otros, amigos de larga data de los primeros, compa
ñeros de ruta y de vacaciones marroquíes incluyendo al jefe
de Estado, cantando los méritos de una candidata supues
tamente de izquierda que quiere casarse políticamente con
otro que acaba de divorciarse de la derecha (¿me siguen?);
nos perdemos en conjeturas: ¿dónde está la izquierda?
En pocas palabras, podemos decir que la derecha es
fuerte con los débiles y débil con los fuertes, mientras que
la izquierda, vía el reparto de bienes, la redistribución del
ingreso, el reparto igualitario de las riquezas, la generosidad
social, busca alcanzar lo contrario de esta jungla: a saber, la
solidaridad con los débiles y el freno con los fuertes, para
que no ejerzan su fuerza en perjuicio de los más desprotegi
dos. Una definición simple de la fraternidad...
Por lo tanto, existe un test que permite separar a la
derecha de la izquierda: a la derecha le gusta el trabajo y, de
acuerdo con sus eslóganes (“el trabajo libera" en Auschwitz,
versión hará alemana; "trabajo, familia, patria"', versión hará
francesa; "trabajar más para ganar más", versión edulco
rada de la anterior), considera que el trabajo es una virtud.
En cuanto a la izquierda, desde el siglo XIX milita por
una reducción de las horas de trabajo, igual que los sindica
tos (véase el carlismo en Inglaterra): Fourier busca indexar
el tiempo de producción en base al consumo; Owen trata
de concretarlo en New Lanark, su empresa textil socialista;
Paul Lafargue defiende el Derecho a la pereza y fustiga esa
"locura del amor por el trabajo"; Flora Tristán recorre la
Francia libertaria para convencer a la gente de cuán exce
lente es la idea de reducir el tiempo de trabajo; la Genera
ción del 48, y más adelante los comuneros junto a Louise
Michel militaron en este sentido; Hugo puso en juego su
nombre y su prestigio en esta aventura... También estuvie
ron las 40 horas del Frente Popular, luego las más recientes
39 y 35 horas de los socialistas, saboteadas por la patronal
-y criticadas por... Ségoléne Royal-.
Por eso, cuando escuchamos hablar de jubilación a los
70 bajo el pretexto de que vivimos más tiempo (argumento
estúpido, por cierto), lo que en realidad deberíamos escu
char es: "Ya que se confirma el envejecimiento de la pobla
ción, tenemos que aumentar el castigo que es el trabajo!".
Por mi parte, yo vería más bien en estas premisas eviden
temente justas sobre el aumento de la duración de la vida
la ocasión de proponer otra conclusión: que aprovechemos
entonces mucho más la vida, trabajando menos y durante
menos tiempo. Un argumento que separa realmente a la
derecha de la (verdadera) izquierda.
FELIZ AÑO SARKOZYSTA
10. Juego de palabras: la rosa es !a flor que identifica al Partido Socialista. (N. del E.)
con Cohn-Bendit (que a veces habla bien de Alain Madelin,
quien le devuelve gentilezas...) y de Nicolás Hulot (quien
fuera la eminencia gris en temas ambientales de un tal
Jacques Chirac). Mientras tanto, Arlette se jubila y presenta
a su clon en los medios; Olivier Besancenot da los toques
finales a su Nuevo Partido Anticapitalista sin que se sepa
muy bien a qué se va a parecer, como si habláramos del
próximo modelo de automóvil de alta gama; Mélenchon
crea un partido de izquierda que se casa al día siguiente con
el PC; Clémentine Autain, unitaria, agrega una pieza nueva
al rompecabezas de la izquierda antiliberal con una Federa
ción por una alternativa social y ecológica. Mientras tanto,
una invisible "ultraizquierda", retomando la expresión de
Alliot-Marie, estaría tentada con sabotear los trenes para
acelerar la llegada de la TGN, la Tremenda Gran Noche...
¡Patética danza del vientre de "la izquierda"!
Si algo verdaderamente antisarkozysta y peligroso
tiene que ocurrir en este año 2009, que cuestione el poder
de ese señorito sin verdaderos opositores, ocurrirá en la
calle, lejos de cualquier tipo de institución, en las antí
podas de estos partidos esclerosados, dando la espalda a
estos movimientos abortados y riéndose de las hipótesis
idealistas, utópicas e ilusorias. Debemos confiar en lo que
Michelet llamaba el "genio colérico" de las masas, del pue
blo, de la calle. La humillación no puede durar sin que una
voluntad de recuperar la dignidad la combata. ¡Feliz año,
de todas maneras!
DEL BUEN USO DEL SABOTAJE
11. Tendido de cables al costado de las vías, que transporta y alimenta de energía
eléctrica a las formaciones ferroviarias. (N. del E.)
para avanzar sus peones. Lo que explica una primera plana
("La ultraizquierda se descarrila"), seguida de dos páginas
en el cuerpo del diario, vagamente retomadas de la tesis del
ministro del Interior: "ultraizquierda, movimiento anarco-
autónomo", con un editorial que, discretamente, emplea
sin embargo el condicional. Uno nunca sabe...
El grupo de graciosos, que cree contribuir al adveni
miento de la "gran noche" parando ciento sesenta TGV,
piensa con la misma profundidad que Michéle Alliot-Marie.
Porque estos actos de adolescentes retardados generan: por
un lado, una verdadera complicación para los miles de
usuarios que no son todos capitalistas viajando a la Costa
Azul para gastar los beneficios que ganaron en sus empre
sas sino también, y sobre todo, gente que trabaja y que para
hacerlo debe desplazarse; por otro lado, la justificación
del despliegue policial, del ejército, de los controles, de la
presencia de hombres y mujeres armados y uniformados,
dicho de otro modo, de un dispositivo de seguridad que
hace feliz al gobierno.
¡Que estos retardados reivindiquen el anarquismo y el
anarco-sindicalismo si así lo desean! Pero, entonces, que
lean a Émile Pouget y su librito El sabotaje. Ahí podrán
encontrar un manual de ludismo (luchar contra la tiranía
de las máquinas), de sabotaje, de obstruccionismo (respe
tar al pie de la letra el reglamento y de esta manera dismi
nuir la velocidad de la producción), de combate a través
del "método de la boca abierta" (revelar lo que uno sabe
sobre las malversaciones del patrón), pero todo basado en
un principio ético muy simple: se trata de invitar al sabo
taje, siempre y cuando resulte perjudicial para el patrón
y nunca para los empleados, los usuarios o los consumi
dores. Pouget explica que fabricar pan con pedazos de
vidrio no tiene nada que ver con el sabotaje, como tam
poco sustituir un producto que cura por uno peligroso o
mortal cuando se es empleado en una farmacia. ¿La ética
del sabotaje? "Busca mejorar las condiciones sociales de las
masas obreras y liberarlas de la explotación que las oprime
y las aplasta".
Llamo sabotaje negativo a todo lo que termina siendo
perjudicial para los usuarios y consumidores, y no para la
patronal. Sabotaje positivo es el que, a la inversa, "apunta
a la caja de la patronal", según la expresión de Pouget, y
beneficia a los usuarios. Como inventar formas modernas
de lucha que permitan, por ejemplo, transformar las huel
gas en fiestas gratuitas durante las cuales se pueda viajar
sin boleto. O defender la idea de la gratuidad de los trans
portes públicos, algo a lo que adhiero. ¿Para qué sirven, si
no, los impuestos?
¿A QUIÉN PERTENECE POUGET?
12. Unión por un Movimiento Popular, partido conservador que llevó a la presidencia a
Nicolás Sarkozy en 2007. (N. del E.)
ella convoca de noche a magistrados para pedirles que rin
dan cuentas, mientras en las cárceles los presos se cuelgan;
a ella le parece normal que se anule el casamiento de un
musulmán que ha descubierto que su mujer no era virgen;
ella proclama que a los 12 años de edad uno puede ir a la
cárcel; ¡pero no quiere que se permita a personas condena
das a muerte en un lapso muy breve tener la posibilidad
legal de acortar una vida de sufrimiento!
En un departamento, y con carácter experimental (¡qué
audaces!), ¡se va a permitir al padre de un moribundo obtener
un permiso especial para acompañar al cuasi cadáver en su
agonía! Lamentable, vergonzoso, deplorable, repugnante...
Mientras tanto, Christine Boutin sigue rezando. Y Lau-
rent Fabius, izquierdista convencido, como siempre, se aso
cia a una diputada UMP para defender en el Parlamento
una propuesta de ley que legaliza una "ayuda activa para
morir''. Es decir: sigue sin existir una franca legalización
de la eutanasia.
¡Un baile de hipócritas, tanto de derecha como de
izquierda! La excelente Asociación por el Derecho a Morir
con Dignidad ya dijo todo lo que se podía decir sobre el
tema. Hagamos a un lado a los curas y dejemos pasar por
fin a los representantes de la ADMD.
En un siglo la gente se burlará de nuestra Edad Media
y de sus inquisidores, de Leonetti a Fabius, pasando por
Boutin, Dati, Bachelot y Ratzinger. Sin olvidar a Sarkozy
que, en su discurso ultrademagógico de candidato presi
dencial en las puertas de Versalles, expresó su deseo de
solucionar el problema, más preocupado por el dolor de
los enfermos que por los principios. Otra mentira más...
LA CRIMINALIZARON DEL PENSAMIENTO
13. La depuración fue e! proceso contra los colaboracionistas nazis que se desarrolló
en Francia durante la postguerra: durante el mismo se registraron unas diez mil
ejecuciones sumarísimas y otras tantas condenas a muerte. (N. del E.)
14. Grupo armado alemán, también conocido como Fracción del Ejército Rojo, que
actuó en los años 70 y 80 del siglo XX. (N. de! E.)
través de una fórmula federalista, defendida con fervor
por los socialistas libertarios; Sartre apoyaba el terrorismo
del Frente de Liberación Nacional y justificaba -hay que
releer el prefacio de Aden Arabie- que se ejecutase a los
blancos asimilados a los colonizadores. Camus era liber
tario, sin haberlo declarado nunca; Sartre fue autoritario,
aunque en sus últimos años de existencia, ¡haya confesado
sin vergüenza alguna que siempre fue libertario! Camus
era un individuo solitario, lo que no le impedía ser solida
rio, como lo prueba su rol de jefe de redacción en Combat;
Sartre era el líder de una jauría -véase su dirección en Les
Temps Modernes-. Camus era un sensorial epidérmico, una
sensibilidad frágil, a flor de piel, un sismógrafo existencial;
Sartre era un conceptual puro, un cerebral sin estados de
ánimo. Camus era un demócrata, Sartre no. Camus murió
en la flor de la vida, como un cometa brillante; Sartre vivió
muerto al menos la última década de su vida -lean o relean
La ceremonia de los adioses-. Camus fue un filósofo intem
pestivo, que tuvo razón demasiado temprano pero que
hoy la historia valida; durante este siglo y medio, Sartre
se terminó convirtiendo en un "filósofo para el último año
del bachillerato". Camus, privado de consagración dema
siado rápido, hoy lo ha conseguido; a Sartre sólo le queda
el pasado. Para Navidad, no sean idiotas: pidan que les
regalen -o regalen...- El hombre rebelde.
LLEGÓ LA COSECHA DEL NUEVO DIÓGENES
15. La traducción en españoi del libro de Holloway fue publicada por Ediciones Herra
mienta (Buenos Aires, 2002). (N. del E.)
cabo la revolución para tomar el poder, la acción política
sigue siendo urgente y no se debe renunciar a cambiar el
mundo, está claro, pero esta vez debe hacerse multipli
cando los actos de resistencia cotidianos -una idea que yo
defiendo desde la época de mis lecturas adolescentes de
Foucault, Deleuze y Guattari en la Universidad de Caen-.
Los anarquistas y los libertarios tienen mucho que
aprender aquí, sobre todo de la dialéctica revolucionaria:
pueden alegrarse de que en México exista, mientras escribo,
un Proudhon o un Thoreau que piensa, no en relación a las
bibliotecas ortodoxas de los profetas de la bandera negra,
sino a partir de la realidad social y política del momento.
Asimismo, la izquierda supuestamente revoluciona
ria tiene mucho que aprender, ella que funciona siempre
según el viejo esquema bolchevique del golpe de Estado,
de la revolución violenta, negadora, destructora, muchas
veces acompañada de guillotinas y cárceles, luego de cam
pos de prisioneros y alambres de púa. La violencia revo
lucionaria, una idea que parece recobrar fuerza en nuestra
época, se enfrenta aquí a una magistral superación.
Holloway estudia desde hace más de quince años
los movimientos sociales mundiales y constata la caduci
dad de los viejos esquemas. Partiendo además de lo que
aprendimos de las "revoluciones" del siglo XX, llama a
una reapropiación de uno mismo a través del "hacer", con
cepto mayor de su análisis.
De ahí en adelante, digno discípulo de La Boétie para
quien un poder sólo existe si uno le da su consentimiento
-inclusive el poder capitalista-, Holloway afirma que la
libertad no llegará mañana, con la toma del poder, sino
hoy; basta con darse los medios para lograrlo, ya que el
capitalismo colapsa a partir del momento en que dejamos
de apoyarlo. El poder individual es más fuerte que el de los
partidos. El hacer personal aquí y ahora produce más efectos
que esperar el hacer de un partido mañana, luego de una
hipotética revolución.
Esta propuesta tiene el mérito de confrontar a los
revolucionarios kantianos con ellos mismos, dicho de otra
manera, los que sólo son revolucionarios en el discurso.
Porque los obliga a pensar en la eficacia de lo que hacen
en la realidad, fuera del espectáculo militante tradicional
con su teatro habitual de megáfonos, banderas, panfletos
y manifestaciones. Holloway invita a revolucionar la revo
lución. La inteligencia de sus dichos transforma en viejos
loros a los que antes que él se adjudicaban la única manera
de hacer la revolución. ¡Viva16 Holloway!
18. Act Up (en español, Portarse Mal): grupo de acción directa constituido en 1987, en
Nueva York, para impulsar la lucha contra el Sida y forzar legislaciones favorables
en tal sentido. (N. del E.)
un primer rechazo en la instancia departamental. He aquí
un caso de homofobia comprobado.
¿La izquierda busca ideas? Que tome ésta: igualdad
radical y sin diferencias entre los sexos, sin importar la
sexualidad, y autorización para colocarse el anillo en el dedo
y lavar pañales. Así es como se encarna la igualdad.
EL ANTICAPITALISMO REVOLUCIONARIO DE DERECHA
20. Escritor y político corso, referente del partido independientista Corsica Libera y
miembro del Consejo de la Lengua y la Cultura Corsa. (N. del E.)
En ese entonces, Jacques Démela todavía estaba vivo,
y le dije a Jean-Guy Talamoni que este filósofo de la hos
pitalidad, de la alteridad, del derecho a la filosofía, de los
márgenes, de la amistad, de la soberanía, del derecho y
de la justicia, del psicoanálisis, del cosmopolitismo, era el
pensador ad hoc para proponer en el siglo XX algún tipo de
equivalente a lo que el autor del Contrato social había hecho
en el Siglo de las Luces: una propuesta para hacer de este
pedazo del genio mediterráneo un fragmento de pulsión
de vida capaz de dar el ejemplo a Europa, más aun, con lo
que podría ser la invención de un proyecto político alter
nativo a la brutalidad de la globalización liberal. Jacques
Derrida está muerto ahora... E Yvan Colonna21 se prepara
para pasar largos años de cárcel. ¿Quién tiene hoy en día
una alternativa solar para Córcega?
Así como para los varones antes existían "El Club de los
Cinco" y "El Club de Los Siete Secretos", las nenas tenían
las "Martine", para alegría de las prepúberes, Martine va a
la granja, Martine va al colegio, etcétera. Nosotros tenemos
desde hace poco "Martine en la calle Solférino"23. Me gus
taría contribuir modestamente a esta colección con el resu
men de un breve "Martine filósofa".
Martine Aubrey declaró recientemente que el Partido
Socialista debería "inventar el postmaterialismo". Probable
mente haya detrás de este proyecto de alto vuelto intelectual
un informe redactado por un egresado de la École Nórmale
Supérieure, agregé de Filosofía, tal como le gusta emplear al
PS. Pero Martine tropieza con la alfombra filosófica.
23. La calle Solferino queda en París (7“ arrondissement), y allí se encuentra la sede
central del Partido Socialista. Por metonimia, en los medios se le llama Solferino a
ia conducción del PS francés. (N. del E.)
Porque, ¿cuál es ese materialismo que hay que supe
rar? ¿El de Demócrito, el de Epicúreo, el de Lucrecio, como
el de otros grandes filósofos atomistas que, con esa doc
trina física, combatieron en la Antigüedad las tonterías reli
giosas, las pavadas clericales y los cuentos de los chupaci
rios? ¿El de Holbach, Helvétius, La Mettrie, Diderot, que al
retomar la llama de los pensadores greco-romanos citados
combatieron contra el dominio del cristianismo sobre los
cuerpos y las almas y formularon una filosofía de las Luces
radicalmente proveedora de claridad?
¡Si se trata de éste, qué tiempos jodidos para la izquierda!
Este postmaterialismo significaría una muy buena coyun
tura para los curas de toda clase, los espiritualistas
mediocres, los kantianos de supermercado, los católi
cos de juerga con los médiums, los raelianos clonados
embarcados en sus platos voladores, los bebedores de
agua bendita, los lectores de horóscopos, los abonados
a las videntes, los tomadores de vino pero solamente en
el paraíso, y toda la hueste de tarados que piensan que
existe algo, sin saber demasiado qué, pero que se arro
dillan frente a esa cosa que ignoran. Desde hace tiempo,
estos son postmaterialistas.
¿Debemos darle otro sentido al "materialismo", enton
ces? ¿Como por ejemplo la religión, muy de moda en esta
época (incluso en el PS), de los fanáticos de las lapice
ras de lujo, de los coleccionistas de relojes pagados con
dinero ganado con el sudor de la frente por el represen
tante político (dixit el representante), de los amantes de
hoteles imponentes con más estrellas que un mariscal,
y otras chucherías que descolocan al que gana el sueldo
mínimo y le cuesta concebir cómo alguien puede com
prarse una especie de Swatch por lo mismo que vale gran
parte de su vida labotal?
Si este es el materialismo que Martine quiere dejar
atrás, no podemos decir que no tenga razón. ¿Pero acaso
ella sabe también, nuestra querida Martine, que la impo
sibilidad de pagar los estudios de los hijos, de hacerse ver
por un médico, de poder comprar prótesis dentales, audi
tivas, oculares, de irse de vacaciones, de comer afuera, de
comprar libros o discos, de vivir una jubilación decente, de
pagar el alquiler de un departamento digno de ese nombre,
de viajar aunque sea modestamente, de elegir la comida
en un mercado sin tener que fijarse en lo que queda en el
fondo de la billetera, son problemas materialistas?
De ahí en más, esta búsqueda de un postmaterialismo
revela claramente, aunque traicionándolo, el inconsciente
del PS, que quiere evitar estas cuestiones triviales en bene
ficio del idealismo, el otro nombre del postmaterialismo,
cuya noble preocupación consiste en preguntarse cómo
conquistar el Santo Grial Inmaterial que se encuentra en la
siguiente dirección: Palacio del Elíseo...
LACAN CÓMO Y DÓNDE
24. La derrota de! pensamiento (Anagrama, Barcelona, 1987). (N. del E.)
¡7 horas de práctica de la lengua en 4 años de clase!
¿Quién puede pensar que con este ideal pedagógico de la
llamada escuela republicana alguien puede algún día lle
gar a hablar italiano para pedir correctamente la cena en un
restorán? En lugar de quejarse de los docentes que hacen
un trabajo psicológicamente agotador, simbólicamente
poco gratificante, financieramente ridículo (teniendo en
cuenta el tiempo dedicado a formarse para obtener un
diploma antes del primer puesto), sería mejor que nuestro
Alceste pusiese en marcha su máquina de dar cachetadas
contra los pedagogos agregados del rectorado, los ilumina
dos de la ciencia de la educación, los inspectores pedagó
gicos emperifollados en su propia suficiencia, los asesores
técnicos del ministerio y todo el rejunte de políticos a la
cabeza de esta mafia odiosa mal llamada Educación nacio
nal... Que les den cachetazos a estos imbéciles claramente
peligrosos pero, por favor, dejen tranquilos a los docentes,"
esos fogoneros que arreglan lo irreparable como pueden
-cuando no se atiborran de somníferos para pasar unas
vacaciones eternas-.
Rastros de fuegos furiosos
¿UN POLICIA BAJO EL DIVÁN?
25. Bruno Mégret, fundador y líder del Movimiento Nacional Republicano (MNR), de
extrema derecha. (N. del E.)
Nacional (FN) y el Movimiento Nacional Republicano
(MNR). Si se negaba, Chirac votaba por Le Pen o por él
mismo, mostrando de esta manera lo poco que le intere
saba Francia. ¿Acaso podía?
Con Chirac como jefe de Estado, se habría nombrado
a un primer ministro de izquierda, elegido por Jospin y
por el presidente, y el gobierno habría estado formado por
comunistas y liberales, por neogaullistas y ecologistas, por
socialistas y por centristas: Le Pen habría tenido muchos
menos votos de los que tuvo, y Jospin habría entrado en la
Historia, continuando además como alguien políticamente
legítimo. En cambio, este ausente demasiado presente,
este mudo que habla, este jubilado activo, este oxímoron
viviente, sigue intentando arreglar sus problemas de diván,
pero tomando como rehenes a Francia y los franceses, con
la complicidad cotidiana de los medios. Con esto se vuelve
doblemente ilegítimo, además de hacerse más patético.
LA TERCERA REVOLUCIÓN DE LAS COSTUMBRES
EL CASAMIENTO HOMOSEXUAL
A Magali Coneau-Denis
26. Término del argot francés formado a partir del verían (proceso de inversión, “ vesre",
de las sílabas de una palabra) de rebeu, que a su vez proviene del revés de arabe.
(N. del T.)
¡Faltan caras bronceadas o negras en esta famosa Francia
black-blanc-beurl En los estadios o en las canchas de fútbol sí
se ven, ahí no hay problema, ¿pero allí donde está en juego
lo esencial? Ni una sola...
Entonces, hay que rendirse a la evidencia. El racismo
dejó de existir bajo su forma supuestamente científica
luego de la apertura de los campos de concentración nazis:
razas superiores, razas inferiores, por suerte ya nadie cree
en eso. Pero que existen pieles indeseables, excluidas del
epicentro de la sociedad, del corazón nuclear de la nación
y del centro activo de la civilización, he aquí una evidencia
que puede ser verificada por cualquier persona inteligente;
siempre y cuando sea alguien libre...
LA IMPROBABLE RAZÓN ESTADOUNIDENSE
27. Le chien■
. en español, “ el perro” . (N. del T.)
ambiciones. Juzguen por ustedes mismos: con un nombre
así, dice el abogado, básicamente no deben haber faltado
las burlas y por eso este ex burlado se convirtió en pedó-
filo. ¿Es lógico, no? Cualquiera diría que la defensa fue ele
gida por la parte civil...
Algunos se descargan contra Lechien: esto es muy fácil,
sirve para desahogarse, incluso evita, cuando ya no hay
nada que temer, tener que preguntarse cómo este hombre
pudo, durante treinta años, masacrar a unas sesenta víc
timas con total impunidad. Entre los que ladran, algunos
se dejan llevar, después de años de silencio cómplice o de
falsa indiferencia combinada con genuina cobardía. En otra
época, los rapadores de cabezas reclutaban poco entre los
verdaderos resistentes.
Ya que vamos a levantar la voz, también podríamos
cambiar de blanco: por qué no apuntar a esos padres que se
volvieron cómplices a partir de las dolorosas confesiones
de sus hijos; a los médicos informados por padres perdi
dos y en busca de ayuda; a la asistencia social, que hoy
seguramente debe acusar a la falta de personal en su pro
fesión; a esa psicóloga, probablemente también devota a
la baja de efectivos para justificar su culpable impericia;
a esa directora escolar que sabe todo, pero que no quiere
comprometer las inevitables palmas académicas; a ese ins
pector, cómplice de esta última, él también a la espera de
un ascenso en su cuartel pedagógico; a ese alcalde de una
comuna rural y dedicada al terruño, y a la que no le gusta
que se hagan olas: el mar está tan lejos... Y a ese fiscal,
sermoneando al único héroe de esta historia, un escritor
-no hay que olvidarse de su nombre: Jean-Yves Cendrey-
que no encontraba la paz en el silencio y sabía todo sobre
el mutismo cómplice alrededor de Lechien.
Estas sesenta agresiones sexuales clasifican como un
caso de violación colectiva. Está claro que todo chivo
expiatorio tranquiliza: no se necesita pensar, reflexionar,
analizar, indignarse, decir que no. Un poco de cobardía,
de ruindad, una bajeza sin nombre, y Lechien va a la cár
cel y la directora y el inspector vuelan hacia el ascenso,
El enfermo merece ser tratado y los hijos de puta, un cas
tigo. Hace poco, esta clase de silencio llenaba los trenes que
viajaban a las cámaras de gas.
EL PRINCIPIO DE JUDAS
29. Talla y gabela: impuestos que pagaban los campesinos franceses a la nobleza y la
Corona. (N. del E.)
republicano, pagada por los más ricos. En este caso, los
marchands de las compañías informáticas y telefónicas. Que
ellos paguen los impuestos y que podamos tener una ver
dadera circulación libertaria de los bienes culturales, desti
nados a la mayor cantidad de personas posible. ¡Y que viva
la panadería socialista!
FILOSOFAR A FONDO
30. Refiere al relato en el que el sabio Tales de Miíeto, mientras observaba los astros, se
cayó en un pozo, y una bonita y graciosa criada tracia se burló de que deseara vivamen
te conocer las cosas del cielo y no advirtiera las que estaban ante sus pies. (N. del E.)
retardado, o en todo caso, el filósofo adicto a la ética de con
vicción contestataria, todos somos delincuentes en potencia.
Pregúntenle al señor Perogrullo: ¡antes del delito, todo cri
minal comienza por ser inocente! Soy un delincuente virtual
y, mientras que no me traten como a un delincuente real, las
sospechas sobre mi persona no me molestan si provienen de
gente cuyo trabajo consiste en sospechar de cualquiera, por el
interés general y el bien público, y no por un simple capricho.
Segundo reproche: la biometría actúa siguiendo las pre
misas de una sociedad totalitaria. Agamben activa en sü
obra con frecuencia el paradigma nazi para pensar la ciudad.
Asimismo transforma al campo en la matriz de toda política.
Ahora bien, recordemos la utilización que se le da a la foto
carnet en la economía de la Shoah... Por lo tanto, ¡temblemos
por la peligrosidad virtual de la biometría en nuestra época
despolitizada! Pensar* con analogías es siempre peligroso.
Ya que, frente a semejante demostración, e informados como
estamos de las lógicas del sistema concentracionario, por la
misma razón deberíamos decretar homicida al tren, y negar
nos a todo tipo de uso del ferrocarril.
Envuelto en su toga de convicción pura, Agamben
anuncia públicamente que va a renunciar a cualquier tipo
de documento de identidad. En consecuencia, no más
pasaporte, no más aviones, no más cursos en la universi
dad californiana en la que enseña. Lo que no hará más que
castigarlo a él y a sus estudiantes. Ahora bien, la biometría
merece menos una condena de principio que ser juzgada
en cuanto a sus usos. Rechacemos el utensilio en manos
de cínicos y afinemos el uso postmoderno de este instru
mento, útil para prevenir las violencias generalizadas.
DEL DERECHO DE LAS RATAS
31. La francisca era un hacha de guerra utilizada en los siglos V al VIII, cuyo nombre
dio origen al del pueblo franco. La Cruz de Lorena es un símbolo utilizado por los
duques de Lorena desde el siglo XV. Ambas son representaciones de la tradición
francesa, sólo que durante la ocupación nazi se vieron enfrentadas: el colaboracio
nista Pétain incorporó la francisca a la bandera, y De Gaulle hizo lo propio con la
Cruz de Lorena, como símbolo de la Francia libre. (N. del E.)
Estado, la pasión por la República. ¿Mitterrand? Vichy, el
ministro de la picana, el golpe de Estado permanente,
el abandono de la soberanía francesa, el culto barresiano
del yo, la religión del egotismo. No resiste a la compara
ción... De esta manera, uno termina entendiendo por qué la
única idea mitterrandiana que nunca varió fue el odio que
le tema el General.
¡Y ni hablemos del hombre! ¿Cómo puede ser que lo que
habitualmente queda como una banal historia de cornudo
en una comedia ligera se haya transformado con él en un
asunto de Estado? Una esposa, una amante, otras mujeres,
dos familias, una hija adúltera. ¿Y entonces? ¿Mitterrand,
personaje de novela? De teatro más bien, héroe de Labiche,
claramente no de Corneille. Monsieur Perrichon o alguna
otra figura del vodevil francés.
¿El hombre valiente frente al cáncer? Cuántos desco
nocidos anónimos viven esta maldición con discreción, sin
por eso recurrir a astrólogos, despedir al médico de la fami
lia para dar el espaldarazo a vendedores de polvos mági
cos, conjurar sus temblores frente a la nada adhiriendo a
la prédica de gurúes de cuidados paliativos, creer en las
"fuerzas del espíritu" que miran televisión post mortem,
pedir que les envíen a domicilio las reliquias de Teresa de
Lisieux o poner helicópteros de la República al servicio de
las visitas de Jean Guitton, viejo filósofo que nunca renegó
de su pétainismo. De Gaulle era Michelet y Bergson, Mitte
rrand fue Alain Decaux y Jean Guitton.
¿El hombre de la fidelidad y la amistad? Que invita a
los fascistas de su juventud a Latche, el lugar de las afini
dades electivas. ¿La figura de izquierda? Que hace colocar
flores en la tumba de Pétain. ¿El socialista? Que vende, sin
vergüenza alguna, la izquierda al liberalismo. ¿El abolicio
nista de la pena de muerte? Que compromete a Francia en
la redada anti-árabe de la guerra del Golfo. ¿El hombre de
paz? Que hizo posible el millón de muertos del genocidio
en Ruanda. Detengámonos aquí: cualquier tipo de elogio
sobre este hombre me da la pauta sobre la calidad del alma
y de la calaña de quien lo pronuncia...
ESTO NO ES UNA CARICATURA
32. Juego de palabras entre el nombre Luc Ferry y la forma verbal faire rire ("hacer
reír” ). (N. del E.)
EL PERIODISMO EXPLICADO A MI HIJA
33. Eugéné de Rastignac, personaje protagónico de Papá Goriot que también aparece
en otros libros de La comedia humana, de Honoré de Balzac. (N. del E.)
de gran circulación es interpretada como signo de un espí
ritu independiente. Así uno disimula mejor su estrategia..,
A fuerza de acumular bajezas, logré entrar al Centre
National de la Recherche Scientifique: para eso basta con
dorarle la píldora en tu diario a los mediocres que integran
el jurado de admisión y, sobre todo, escribir las peores cosas
sobre sus adversarios o enemigos. Es mágico: enseguida
todos son tus amigos y reina el "hoy por ti mañana por mí".
La suma mensual asignada para investigar sin obligación
de encontrar nada es muy desahogada, te lo aseguro.
Mi posición actual me permite arreglármelas. En la
UNESCO, por ejemplo, puedo hacer desaparecer en una
tarde el presupuesto anual de útiles escolares de un cente
nar de pueblos africanos. Basta con vender mi nombre -en
realidad, el del diario-: le hago tres preguntas tontas a un
panel de crédulos y me voy después de haber embolsado
el tesoro filosófico. Uno pierde el alma, es verdad, ¿pero
de qué sirve un alma cuando entre la gente útil nadie tiene
una? Te lo digo claramente: véndete, hija mía, el vicio es
tanto más satisfactorio que la virtud. Y, además, verás que
al rodar en ese lodo ya no necesitarás un analista.
La filosofía feroz
Me parece cada vez más que el filósofo, que necesaria
mente es un hombre del mañana y del pasado-mañana,
se ha encontrado y debía encontrarse siempre en contra
dicción con el presente: su enemigo ha sido siempre el
ideal de moda. Hasta aquí, todos esos extraordinarios
pioneros de la humanidad a los que llamamos filósofos
y que rara vez han tenido el sentimiento de ser enemigos
de la sabiduría, que se han considerado más bien locos
desagradables y enigmas peligrosos, se han asignado una
tarea dura, involuntaria, ineluctable, pero grandiosa: ser
la mala conciencia de su época.
36. Filósofo francés nacido en Córcega (1914-2002). En 1968 publica la que es con
siderada su obra mayor, Idealidades matemáticas (N. del E.).
Con ese opas, dos o tres textos de entrevistas, una com
pilación de artículos, Jean Toussaint Desanti poseía un aura
que superaba ampliamente los efectos producidos por su
pensamiento -una filosofía de las ciencias inyectada de un
lenguaje fenomenológico de los años setenta-, ¿Por qué,
entonces, tildarlo de genio? Cierto, tuvo como discípulos a
oyentes famosos, entre ellos a Althusser y a Foucault, ade
más de a una generación de aspirantes a catedráticos que
luego terminaron al mando de la máquina universitaria
-y los demócratas aman con locura a los profesores de las
escuelas elitistas parisinas-, ¿Pero es eso suficiente?
¿Su trayecto en el siglo, quizás? Nada, tampoco, que
denote la excepción, la excelencia, o que indique una
madera de héroe, un porte de genio, un hábito de santo...
Una formación de estudiante normalista en París; una
resistencia honorable, aunque de papel, a partir de julio
de 1942; una adhesión al Partido Comunista pro-soviético
en 1943; un activismo estalinista hasta 1953; un oficio de
profesor de filosofía mantenido hasta la edad de su jubila
ción, un entusiasmo en definitiva gregario en Mayo del 68.
¿Entonces? Entonces nada por allí tampoco...
¿Cómo, entonces, explicar esa pasión sentida por todos
aquellos que la han profesado si no es deduciendo que su
carisma, como en una figura socrática, provenía de su con
tacto, de su palabra, de su verbo, de aquello que no pasa
nunca la barrera del libro, de la transcripción escrita y de la
entrevista fijada en el papel? Si ése fuera el caso, entonces
todos aquellos que no tuvieron la suerte de habérsele acer
cado ignorarán definitivamente lo que han podido ser esa
voz, ese cuerpo, esa presencia, esa sonrisa picara captada
alguna vez por una fotografía. Misterio...
Ahora bien, en el tren que me llevaba a mi casa en Nor-
mandía, a mediados de enero, descubrí en los diarios los
primeros comentarios de La liberté nous aime encore, otro
libro de entrevistas con un periodista. Decididamente..,
leyendo esos artículos, aquello que leí de ese personaje
me gustó: ese gusto (¿corso?) por las armas, incluso en las
calles de París, esa especie de descuido (¿corso?) que deja
a los otros la desesperación por la escasez de sus libros
publicados, esa determinación (¿corsa?) por construir su
existencia sin preocuparse por las normas, las leyes, los
prejuicios dominantes. Allí entrevi el carisma del hombre.
Mi simpatía aumentó cuando descubrí su excepcio
nal historia de amor con su mujer durante sesenta años.
El encuentro sobre los techos de la ENS37, el gato que acari
ciaban juntos, la decisión, en ese momento, que sería de por
vida, el rechazo a someter al otro, de apropiárselo, la prác
tica sartriana de los amores necesarios (el pivotal de Fourier38)
y de los amores contingentes (el cambiante del mismo), la
construcción de dos libertades en contrapunto: la inven
ción de su existencia como filósofo. Entonces decidí leer ese
libro en cuanto me fuera posible -luego, al abrir Liberation
esa mañana del 21 de enero, descubro que Jean Toussaint
Desanti acababa de morir-. De repente, me encuentro triste...
39. Frangois Mitterrand (1916-1996), presidente de Francia entre 1981 y 1995 por el
Partido Socialista. (N. del E.)
dor francés, que desde 1983 había juzgado conveniente con
vertir el socialismo de Jaurés40 en el caldo liberal. No dejó
de hacerse las dos preguntas de Maquiavelo: ¿cómo llegar
al poder? Y luego ¿cómo permanecer en él? A esos dos inte
rrogantes respondía de igual modo: todo lo que permita el
éxito de mi empresa es bueno. Los socialistas podían elegir
entre la honestidad, la integridad y la inteligencia sin Mitte-
rrand o el goce del poder con él, pero echando por la borda
los principios y la moral. Ya conocemos su elección...
Desaparición del socialismo, disuelto en la Europa de
Maastricht, el nuevo embuste destinado a hacer tragar la pil
dora liberal; fin, para los obreros, los pobres, los modestos, los
simples, los asalariados, de una posibilidad de tener represen
tación y de existir políticamente; en definitiva, farsa en pos del
capitalismo y de sus secuaces, la derecha. Un cuarto de siglo
-¡queda lejos mayo de 1981! - bastó para que la izquierda se
institucionalizara y, de la banda de los R25 mitterrandianos
a los Safrane jospinianos41, rompiera definitivamente con la
famosa Francia de abajo, teóricamente su base...
Le Pen42 podía entonces aceptar la apuesta. Económi
camente de derecha y socialmente de izquierda, el tuerto
clamó venganza y revancha para aquellos a quienes los
socialistas y los comunistas (desde entonces tan frescos
40. Jean Jaurés (1859-1914), poíítico francés socialista fundador del diario
L’Humanité. Fue asesinado el 31 de julio de 1914. (N. del E.)
41. El Renault 25 (R25) fue durante parte de la presidencia de Mitterand el auto oficial
del Palacio de Gobierno, mientras que el Renault Safrane io fue durante ¡a gestión
de Lionel Jospin como primer ministro (1997- 2002). (N. del E.)
42. Jean-Marie Le Pen (1928-), presidente del Frente Nacional (Front National, FINI), parti
do nacionalista francés de extrema derecha. En 2002, Le Pen llegó a ia segunda vuelta
de las elecciones presidenciales, en las que perdió ante Jacques Chirac. (N. del E.)
como el cadáver de Lenin) despreciaron durante tanto
tiempo. Mitterrand se destacó menos en el arte de dirigir
a la izquierda que en el de dividir a la derecha con esa
creación nacional-populista. Luego le ha dejado su herencia
a Jospin -que por una vez debería haber ejercido su famoso
derecho de inventario-. Resultado: ¡Chirac y Le Pen en la
segunda vuelta de las presidenciales!
Esta democracia nunca lo ha sido tan poco como entre
las dos vueltas,, en donde dio de sí misma un espectáculo
histérico y lamentable: unión de la patronal y de los comu
nistas, de la Iglesia y de los francmasones, de los obreros y
de los intelectuales, de la izquierda y de la derecha, de los
parisinos y de los provincianos, de los futbolistas y de los
filósofos, de los izquierdistas y de los veteranos de guerra.
Francia dio el espectáculo de su miedo -y de nada m ás-
Nada de soluciones, de propuestas, de proyectos, de fuer
zas alternativas: sólo miedo, el miedo de los que gozan de
buena salud y siempre se muestran despreocupados por
las víctimas del sistema...
El liberalismo ha creado pobres y excluidos en canti
dad, ha sumido a la totalidad de los sectores del mundo
al principio del dinero, ha transformado la inmigración en
problema cuando el problema es la pobreza, luego ha colo
cado a su representante más servil, Chirac, al mando del
Estado por cinco años. Al ganar las legislativas, nadie duda
que nos preparará la mascarada, su especialidad. Pronto
la política dejará de hacerse en esos lugares de payasería
generalizada -el Elíseo, Matignon, la Asamblea Nacio
nal-: la calle se convertirá, desgraciadamente, en el único
recurso. ¿Cuánto falta para la catástrofe?
ES HOMERO AL QUE ASESINAN..
44. Philippe Pétain (1856-1951), m ilitar y político francés, héroe en la Primera Guerra
Mundial, accedió a la jefatura de gobierno de la Francia no ocupada -con capital
en Vichy- el 16 de junio de 1940, Al finalizar la guerra, Pétain fue condenado a
muerte por su política colaboracionista con la Alemania nazi, pero fue beneficiado
por la conmutación a prisión perpetua. (N. del E.)
sexuales reivindican el derecho a amamantar y a cambiar a
los bebés; en fin, somos franceses, amamos a Francia y sus
banderas, sus himnos y sus colores -¡Mundial de fútbol,
elección presidencial y Tour de Francia dan cuenta de ello!-.
¿Habrá dos nacionalismos? ¿Uno malo, aquel del abuelo,
boina vasca y una baguette bajo el brazo, y uno bueno, el post-
modemo, cool, modernizado con los colores fashion? Todo nos
hace pensar eso... Ahora bien, los nacionalismos funcionan
sobre los mismos principios: exclusión, rechazo, aceptación
del otro sumida al principio de renuncia a su identidad, a su
singularidad (¡la famosa integración!). Asimilado, desapare
cido, dejando de ser aquello que era, consentimos a abrirle la
puerta. El nacionalismo es binario: el bien reside en su casa
-su suelo, su sangre, su tierra, su raza, su pueblo, su historia-;
el mal anida afuera -el otro, el extranjero, el bárbaro-.
De la extrema derecha a los soberanistas republicanos
pasando por los nacionalistas étnicos y regionales, siempre es
el mismo eslogan: ¡Francia para los franceses, Bretaña para los
bretones, Córcega para los corsos! Ese discurso propone un
modo de utilización simplista y explica aquello que merece
ría ser dicho por una policía identitaria: (buen) francés, (buen)
bretón, (buen) corso. Vivir en su tierra -las vacas, los cerdos y
los corderos están allí-; adaptar los barrios de nobleza feudal
de ocupación de la tierra -las ruinas tienen derecho a ello-;
demostrar sus orígenes -los espinos pueden pretenderlo-;
hablar la lengua, incluso si apenas se la chapucea, con los cas
settes Assimil45 al alcance de la mano... El bárbaro es el otro,
45. Empresa francesa con más de setenta y cinco años en el mercado de la enseñanza
de idiomas. (N. del E.)
aquel que vive en nuestra casa, ocupa nuestras tierras, viene
de afuera y habla otra lengua, come nuestro pan francés,
nuestro bruccio46 corso y nuestro faiA1 bretón.
El nacionalismo postmoderno es igualmente ridículo:
negro-blanco-beur4*, ajustado a las cuotas de importación,
adaptando Debussy al rap binario, escogiendo a sus héroes
entre los deportistas, los actores de cine o los presentado
res de televisión, celebrando el mestizaje obligatorio, la
juventud, la incultura, el culto consumista y la religión de
la apariencia, la ausencia de memoria, el narcisismo y el
egocentrismo. He aquí con lo que se podría volver a pintar
a Marianne49 y promover un nacionalismo con los colores
fluo de moda...
Ahora bien, todos los nacionalismos son reduccionis
tas y locales; encierran y llaman a las fronteras, luego los
muros, a veces los alambrados de púas; incitan a lo bina
rio, al maniqueísmo con el cual fácilmente se lleva a los
hombres a los conflictos, a los asesinatos, a los combates,
a las guerras, a las trincheras; transforman la tierra sobre
la que flota su bandera, se entrena su ejército, resuenan sus
himnos y florecen sus prisiones en campos sitiados -en
zoológicos-. Releamos a aquellos griegos que celebraban el
cosmopolitismo, remedio al nacionalismo, esa enfermedad
infantil de la globalización.
46. Queso de Córcega a base de leche de oveja o de cabra. (N. del E.)
47. Pastel bretón con pasas y ciruelas. (N. del E.)
48. Beur. nacido en Francia de padres inmigrantes de origen magrebí. (N. del E.)
49. Marianne, bajo la forma de una mujer con gorro frigio, es la representación simbó
lica de la República francesa y encarna la permanencia de sus valores y los de sus
ciudadanos: “ Libertad, Igualdad, Fraternidad” . (N. del E.)
HAY QUE LIQUIDAR MAYO DEL 68
53. Georges Pompidou (1911-1974), primer ministro de Francia entre 1962 y 1968 y
presidente de (a República entre 1969 y 1974. (N. del E.)
54. La ley de reducción del tiempo de trabajo (RTT, en francés) a 35 horas semanales
fue puesta en práctica en el año 2000 en Francia por la ministra de Empleo y So
lidaridad Martine Aubrey, durante eí gobierno del primer ministro socialista Lionel
Jospin (1997-2002). (N. del E.)
en bicicletas todoterreno, moto, barco, y hasta rollers.
Mientras tanto, el ministro de la Educación Nacional, ex
filósofo, se apura por desgrasar el mamut para ofrecerle
a su colega del Ministerio del Interior los ahorros hechos
sobre las espaldas del personal educativo. Menos profe
sores, más prisiones y flashballs55, un tribunal reactivado
-¿para cuándo la restauración de la pena de muerte?- para
entrenar a los estudiantes más en insultos a los cuatro vien
tos que en alejandrinos de Víctor Hugo. Éstos son los bene
ficios. Luc Ferry56, que nunca ha ocultado su desagrado
por Mayo del 68 y por las ideas que lo acompañan, puede
ahora regocijarse agregando su piedra al edificio raffari-
niano de restauración.
La derecha despliega su plan quinquenal: liquidar
Mayo del 68 como a un animal enfermo al cual se le pro
mete la inyección letal. Entretanto, siempre obsesionada
por la próxima elección presidencial, preocupada por hallar
al hombre al que poner delante para encontrar los oros eli-
seanos, inmersa en la guerra de dirigentes y en el odio de
las ideas, empantanada en los balances y en los derechos
de inventario, imbécil al punto de haber olvidado que la
extrema derecha estaba presente en la segunda vuelta de
las presidenciales, la izquierda deja un claro lugar a esta
derecha revanchista y segura de sí misma.
Una idea para la izquierda -así al menos tendrá una-:
también se puede liquidar Mayo del 68 rematándolo, per
57. Patrick Henry (1953-) fue arrestado e! 17 de febrero de 1976 por el secuestro y
asesinato de Phillppe Bertrand, de 7 años de edad, en la localidad francesa de
Troyes. El proceso, uno de los más célebres de la historia judicial francesa, suscitó
un gran debate sobre la vigencia de la pena de muerte. Gracias a la defensa del
abolicionista de la pena capital Robert Badinter, Henry fue condenado a reclusión
perpetua. (N. del E.)
hombre normal reintegrándose a la sociedad, tan normal,
por otra parte, que había negociado magníficamente los
derechos de publicación de su retrato y de su prosa en las
columnas mercenarias...
Y luego el ex detenido se deja atrapar primero en una
ferretería con la mano en una bolsa de tornillos -de vicios,
habría dicho Lacan...58-. En su cuenta bancaria posee
110.000 euros -sin contar su salario mensual de 1.100 euros:
los anticipos de Calmann-Lévy, otrora el editor de Flau-
bert, ¡los tiempos son duros!- y los ahorros acumulados en
prisión. Suficiente para pagar ampliamente los tornillos, o
incluso comprar el negocio. Mejor aun: ¡añade a su desem
peño una detención en la frontera española al volante de
su automóvil mientras llevaba tranquilamente 10 kilos de
hachís provenientes de Tánger! Con lo cual tiene el comer
cio en la sangre, pero el cerebro mal irrigado.
Psicólogos, educadores, abogados, magistrados, aso
ciaciones, periodistas, personal penitenciario, cronistas,
ahora todos debaten y dan vueltas en círculos. Escuchando
esa verborrea, nos enteramos de que el motor interno
de este hombre es el amor por el dinero, la pasión por el
dinero. Estafas antes del asesinato del niño, ese crimen
abominable por sórdidas razones de rescate; el tráfico de
droga; la negociación de los derechos de su "libro", de sus
entrevistas, de sus fotos... Todo va en ese sentido: nada le
interesa además de sí mismo y el dinero.
58. “ ... la main dans un sac de vis -de vices, aurait dit Lacan...-” . ES autor juega con
las expresiones vis (tornillos) y vices (“ vicios” ). (N. del T.)
Admitámoslo, el debate vuela más bajo en las chozas
y la mayor parte de los franceses medios recitan sus coplas
sentenciosas: nostalgia de la pena de muerte, lamento por la
ausencia de una verdadera perpetuidad, disertaciones sobre
el crimen en los genes, el laxismo jurídico, la costosa inutili
dad de los marcos sociales en las prisiones, conversaciones
sobre la cimentada efectividad de las liberaciones condicio
nales y otros argumentos que van en el sentido de los actua
les aíres represivos. Otros detenidos pueden llegar a pagar
cara la incapacidad de este hombre de asumir el papel de
un traje social demasiado grande para él: el del monstruo
convertido en hombre gracias a la formación, a los diplomas
obtenidos en prisión, a la confianza de un editor -homenaje
a ese señor Corlet- a quien se le pedía ilustrar la pertinencia
y la excelencia de esta lógica de oportunidades ofrecidas.
Porque el problema real es la enfermedad de este hom
bre: la obsesión histérica por el dinero y su determinación
a hacer cualquier cosa para obtenerlo, incluso cuando ya
tiene suficiente. Pasión compartida por una gran mayo
ría cuyos arreglos con el mundo no molestan a nadie en
tanto eviten el crimen de sangre -habrán tirado el resto de
la moral a la basura-. Ahora bien, este hombre no se ha
curado; por otra parte ¿cómo podría haberlo hecho? Nunca
ha sido atendido. Como los violadores, los pedófilos, los
violentos y otros enfermos sociales encerrados y luego
soltados sin cuidados. ¿Quién aceptaría que un hospital
devolviera a un enfermo de cáncer luego de haberlo pri
vado de su libertad para castigarlo, dejándolo en la calle
sin haber hecho nada para curarlo? ¿Quién? Viniendo de la
prisión, todos lo aceptan...
EL OLOR A SANGRE DE LOS MONOTEÍSMOS
63. Gentilicios de las regiones francesas de Lorena, Picardía y Borgoña. (N. dei E.)
64. Pese-a-nosotros. Nombre otorgado a los miembros de las fuerzas alsacianas o lo-
renas obligados a integrar los campos de trabajo del ejército alemán durante la
Segunda Guerra Mundial. (N. del E.)
perspectiva, como siempre cuando se trata de la desapari
ción de un ser amado. Incluso la identidad nacional “fran
cesa, precisemos...- plantea un problema: ¿qué significa
hoy en día ser francés cuando vivimos la planetarización,
la globalización y la confiscación de ese futuro por parte
tan sólo de los estadounidenses?
Las regiones deben quererse por otras razones que no
son las nacionalistas. Impidamos a los políticos que las con
fisquen y luego las utilicen a su favor. Se ama una región
cuando se vive en ella, cuando se trabaja en ella, cuando se
permanece en ella, cuando no se la denigra, cuando no se
la defiende sólo por su pasado -¡sus duques de Aquitania!,
¡sus vencedores de Hastings!, ¡sus príncipes de Borgoña!,
¡sus druidas celtas!- sino por sus potencialidades: su pre
sente y su futuro. El culto del pasado huele a muerte, ama
los cementerios, venera a los difuntos, comulga con las pie
dras funerarias.
Se ama una región cuando al despertar no se tiene
ganas de ver otros paisajes; cuando se quieren las luces y
los colores que nos alegran, brumas de aurora, ruidos de
crepúsculo, claridades primaverales; cuando se ama una
geografía, una geología: perfumes de tierra -monte, pinar,
bosque-, volúmenes de un territorio -llanura, montaña,
costa, landa, caleta...-; cuando se escucha con felicidad el
tono, la inflexión de la voz, el canto de una lengua, de una
pronunciación; no cuando se controlan las riendas econó
micas y administrativas de dicha región, cuando se canta
un único e igual himno, cuando se pone en posición de
firme ante una única bandera. Dejemos eso a aquellos que
no aman su región, sino el poder.
EL VELO DEL CHIVO EXPIATORIO
65. Nombre con el que se conoce a los ingenieros recibidos en la Escuela Politécnica,
una de las más célebres de Francia, fundada en 1794. Los alumnos de la Escuela,
dependiente del Ministerio de Defensa, reciben un uniforme característico por su
sombrero bicornio y su espada. (N. del E.)
¿Qué punto en común tienen todos estos hombres?
Una puesta de sus existencias al servicio del más fuerte
que ellos: la Ley, la Justicia, el Orden, el Derecho, la Disci
plina, que ellos se proponen encamar y luego hacer respe
tar. Sus cuerpos, sus vidas, sus seres se reducen a eso: bajo
un hábito que los esconde y les permite disimular sus fallas
personales, desfilan, dicen la verdad, formulan palabras de
evangelio, ejercen un poder, producen efectos en la vida de
los otros, obtienen la sumisión, el temor, el miedo y la obe
diencia de sus semejantes. Tropismos detestables...
¿Quieren otro signo distintivo de todas estas mario
netas sociales? Un superyo superpoderoso. Precisemos: la
hipertrofia de una instancia psíquica que censura el yo y
controla los deseos. ¿Y cómo llega ese gusto por la disci
plina a los futuros adultos? En la época edípica, hacia la
edad de 6 años, cuando los niños varones enamorados
de sus madres y deseosos de esposarlas miran con malos
ojos a sus padres, que les impiden acceder a su deseo... Un
complejo de Edipo bien resuelto, con padres despiertos
que prohíben la realización, bajo cualquiera de sus formas,
de la fantasía incestuosa de sus hijos, produce individuos
equilibrados capaces de escoger a sus parejas entre adultos
que consienten, fuera del vínculo familiar.
¿Y los otros, traumatizados por una censura inexis
tente? Ellos invierten en el superyo y se excitan con la
castración de los otros, con la represión de un tercero,
con el control de cualquiera pero no de ellos mismos. ¿Es
extraño, a partir de esto, que lea hoy en un diario que,
junto con representantes de las profesiones citadas aquí
arriba, un alto magistrado católico, casado, padre de
familia -cuatro hijos-, bien calificado, representando su
oficio en las más altas esferas -sindicales, ministeriales,
corporativas...- cae por consultar desenfrenada, activa y
regularmente un sitio pedófilo en donde niños de pocos
meses son sometidos a sodomización por parte de adul
tos? ¿O es coherente, desde un punto de vista freudiano?
Sin terminar, inconclusos en cuanto a su aparato psí
quico, incompletos éticamente. ¿Cuántos, a falta de un
psicoanálisis bien llevado, se enfundan en la dignidad
de profesiones de orden y de ley para intentar solucionar
algunos problemas personales que los persiguen durante
toda la vida? ¿En qué estado mental evolucionan aquellos
que encarnan el derecho y la disciplina y pueden recurrir
al Código Penal, a los reglamentos, a los textos de ley para
exigir a los demás una rectitud cuya posibilidad de exis
tencia ellos mismos ignoran? Sueño con un mundo en el
que sepamos que los enfermos no siempre se encuentran
donde creemos que están...
CARPA SOCIALISTA, CONEJO LIBERAL
68. Michel Rocard (1930-) participó en 1969 de la creación del Partido Socialista
Unificado (PSU) francés, unión del Partido Socialista Autónomo (PSA) y la UGS
(cristianos de izquierda). En 1988 fue electo primer ministro por el Partido Socia
lista al mando de Frangois Mitterrand, cargo que ocupó hasta 1991. (N. de! E.)
LA CURVATURA DEL DERECHO
69. Ciudad francesa ubicada en el nordeste de la isla de Córcega. (N. del E.)
70. Municipio francés, capital de la región de Córcega. (N. del E.)
¡ENSEÑAR EL HECHO ATEO!
72. Marcel Duchamp (1887-1968), pintor y escultor francés inventor del arte ready-made,
que consistía en la designación de un objeto de uso cotidiano como obra de arte.
Una de sus obras más famosas es el urinario “ La fuente" (1917). (N. del E.)
EL LEJANO AMOR AL PRÓJIMO
La filosofía feroz
La geografía de la eternidad engarzada 285
Tendremos la filosofía feroz 288
Contra las madres y las esposas, las mujeres 291
Inventar una vida exitosa 294
Las dos violencias 297
Elecciones, ¿tram pa para bobos? 300
La izquierda está muerta. ¡Viva la izquierda! 303
Es Hom ero al que asesinan... 306
Los dos M editerráneos 309
Los zoológicos nacionalistas 312
Hay que liquidar M ayo del 68 315
La vida después de la guillotina 319
El olor a sangre de los monoteísmos 322
Pobres cabrones 325
En el grado cero de la inteligencia 328
Del buen uso de los cadáveres 331
La sinrazón del más fuerte 334
Contra el nacionalismo regional 337
El velo del chivo expiatorio 340
El superyo de los sub-yo 343
Carpa socialista, conejo liberal 346
La curvatura del derecho 349
La regla de las leyes de hospitalidad 352
¡Enseñar el hecho ateo! 355
De una servidumbre voluntaria 357
El lejano amor al prójimo 360
Este libro se terminó de miprimir en marzo de 2013,
Elias Porter Talleres Gráficos, Plaza 1202, CABA.