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Este ensayo analiza la democracia en México a lo largo de la historia. Señala que hubo un breve periodo de democracia durante el gobierno de Madero de 1911 a 1913, pero que pronto fue derrocado por el general Victoriano Huerta, quien restauró las prácticas dictatoriales. Afirma que desde entonces, las elecciones en México han sido un teatro diseñado para engañar a la gente y hacerles creer que tienen el poder de elegir a su gobierno cuando en realidad no es así. Concluye invitando
Este ensayo analiza la democracia en México a lo largo de la historia. Señala que hubo un breve periodo de democracia durante el gobierno de Madero de 1911 a 1913, pero que pronto fue derrocado por el general Victoriano Huerta, quien restauró las prácticas dictatoriales. Afirma que desde entonces, las elecciones en México han sido un teatro diseñado para engañar a la gente y hacerles creer que tienen el poder de elegir a su gobierno cuando en realidad no es así. Concluye invitando
Este ensayo analiza la democracia en México a lo largo de la historia. Señala que hubo un breve periodo de democracia durante el gobierno de Madero de 1911 a 1913, pero que pronto fue derrocado por el general Victoriano Huerta, quien restauró las prácticas dictatoriales. Afirma que desde entonces, las elecciones en México han sido un teatro diseñado para engañar a la gente y hacerles creer que tienen el poder de elegir a su gobierno cuando en realidad no es así. Concluye invitando
Tacá mbaro, Michoacá n Viernes 21 de Marzo del 2014
La democracia en México
Cuando en 1908 el periodista norteamericano Creelman entrevistó al
presidente Díaz le hizo, entre otras, la pregunta de si consideraba que el pueblo mexicano estaba maduro para la democracia. Y el general Díaz dijo que sí y que él daría garantías para que la opinión pública se pudiera expresar con toda libertad. Al parecer ese sería el inicio de la democracia en nuestro País. No fue así, pero poco tiempo después se dieron las condiciones para que se presentara. En las elecciones de 1910 Porfirio Díaz se reeligió de manera arbitraria como él acostumbraba, gota que derramó el vaso, y por consiguiente se dio el levantamiento de las clases más marginadas del país, movimiento mejor conocido como la revolución mexicana. Ése movimiento todos lo conocemos y (absurdamente) cada año lo celebramos. A la caída de Díaz en Mayo de 1911 sobrevino un periodo muy breve en el País, casi único en su historia, de verdadera democracia. Fue el periodo maderista, de 1911 a 1913. En ese periodo el pueblo mexicano pudo expresar libremente su voluntad y llevar a las cámaras del Congreso de la Unión a genuinos representantes suyos. Por lo menos en el aspecto político brilló fugazmente la democracia en nuestro país. Pero el brillo fue efímero. Pronto el traidor general Victoriano Huerta usurpó la presidencia de la república, mandó matar al presidente Madero y al vicepresidente Pino Suárez, y restauró las prácticas dictatoriales. Lo demás es historia. Año con año, elección tras elección, nuestra patria ha sido testigo de un teatro que tiene como fin hacer creer a la gente que tiene el control, el poder de elegir su gobierno, si futuro, y sin embargo sabemos que no es así. Si miramos atrás en la historia política de México, podemos ver que la sociedad ha sido simplemente engañada en torno a la democracia, siendo ésta comparable con un truco de cualquier ilusionista de renombre, muy bien montada, que si uno se dedica tan sólo a mirar puede llegar a creer que es real, y a la más mínima sospecha de alguien es modificada para así seguir manteniendo la “ilusión”. Desde siempre han existido movimientos que han tratado de solucionar este verdadero problema que acecha el desarrollo en conjunto de la población mexicana, y no de sólo unos cuantos poderosos, movimientos que, muchas veces, a pesar de ser desprestigiados por los medios de comunicación masiva, intimidados por la gente que verdaderamente tiene el poder, o absorbidos por dichas personas, han puesto a temblar los intereses que se esconden tras bambalinas del circo que montan los poderosos del país. Tristemente la mayoría de la población, cegada o convencida por los motivos anteriores, en vez de unirse a éstos levantamientos sociales, maldice y tacha de revoltoso a todo aquel que se atreve a revelarse en contra del mal gobierno y la clase política, por lo cual no es posible que estos movimientos tomen una fuerza real para que se logren resultados trascendentales. Sin embargo, en los últimos años hemos visto que la inconformidad de la gente y el numero de movimientos ha aumentado, y la cegués de la gente ha disminuido, lo cual es un indicio de que algo se ha hecho bien, y se ha progresado aunque sea un poco. Invito a que seamos consientes, nos informemos, no nos conformemos con lo que los medios masivos nos digan y la información que manejen, y pensemos en nuestro futuro, en el rumbo que queremos lograr. Que si vemos que se comete un acto ilícito hacer lo que esté a nuestro alcance, y será así como nuestro país tomará el rumbo del bien común y el poder estará realmente en las manos de las masas. Parece una tarea difícil, lo sé, lo es, para mí, para todos, pero si nos atrevemos a exigir y a levantar la voz, se creará un cambio verdadero.
Pequeñas Historias De Una Revolución Chucuta (1998 – 2005): La Terrible Realidad De Venezuela Desnudada Por Doce Víctimas De Persecución Política En El Exilio