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¿Cómo abordar pesadillas en nuestros niños?

Por Ps. Alejandra Fernández L.

Los temores nocturnos y las pesadillas son un fenómeno común y parte del desarrollo normal en
nuestros hijos. Estos son un medio para procesar y elaborar pensamientos y sentimientos de situaciones
cotidianas que les preocupan o inquietan. Judith A. Owens, reconocida especialista en sueño infantil, señala
que generalmente las pesadillas están relacionadas a situaciones de estrés o cambios que puede experimentar el
niño durante el día y que podrían reflejarse en sueños que les perturben. Por ejemplo, el haber escuchado
alguna historia que lo asustó, haber visto algo en la televisión que le haya dado miedo justo antes de acostarse,
tensiones familiares, una mudanza, cambio de colegio, llegada de un hermano o problemas con algún amigo
pueden ser factores gatillantes de una pesadilla.

A lo largo del tiempo, los temores y miedos van cambiando según la etapa del desarrollo en que se
encuentre el niño. Los más pequeños en general suelen asustarse con la oscuridad, con monstruos y otras
criaturas fruto de su imaginación. A medida que van creciendo surgen miedos a peligros más reales como
ladrones o desastres naturales. Al mismo tiempo, comienzan a darse cuenta de que una pesadilla es sólo un
sueño, y que lo que ocurre en éste no es real y tampoco puede hacerles daño.

Si bien no podemos impedir la aparición de las pesadillas, existen diversas alternativas para ayudar a
que nuestros hijos puedan tener sueños agradables por la noche y manejar la angustia y el miedo al momento en
que despiertan debido a la pesadilla. Cabe destacar que cada niño es diferente al igual que la vivencia de su
pesadilla, por tanto, deberemos ajustarnos a las particularidades de cada caso.

“No es real, no tienes porqué tener miedo” es una respuesta automática que muchas veces surge luego
de que el niño tiene una pesadilla, sin embargo, el problema es que a pesar de que lo que ocurre en una
pesadilla no es real, las emociones que experimenta el niño son intensas y deben ser consideradas.

Jodi A. Mindell, Ph.D. en Psicología Clínica, es autora de numerosas publicaciones en desórdenes del
sueño infantil y miembro del Sleep National Foundation y junto a otros expertos sugiere algunas ideas para
abordar las pesadillas luego de su aparición:

1. Entregarle seguridad: calmar y abrazar al hijo haciéndole sentir que estás está ahí y que no vas a
permitir que nada le pase.
2. Escuchar con atención e interés: si bien es importante mostrarle al niño que el mal sueño no ha
ocurrido en la realidad, sus emociones durante la pesadilla son muy fuertes y angustiantes, por lo que
es importante acogerlas sin juzgarlas.
3. Ayúdalo para que pueda volver a dormir. Puede ser de gran ayuda acercarle su peluche favorito para
que lo abrace y poner una música suave. El uso de un “espantacuco” o el dejar una luz prendida lo
ayudará a sentirse más seguro. Algunas familias usan incluso, un spray “anti-monstruos”. Cuando sea
posible, procura involucrarlo activamente en la búsqueda de soluciones para ayudarlo a recuperar la
sensación de dominio y control. Por último intenta acompañarlo hasta que esté tranquilo.
4. Al día siguiente, conversar con el niño sobre la pesadilla y sus miedos: con la luz del día, muchas de
las imágenes angustiosas pierden su poder. Para esto puedes recordarle lo que soñó y brevemente te
contó la noche anterior. Incluso dependiendo del niño podría querer plasmar el sueño en un dibujo.

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