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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO PARA EL PODER POPULAR DE EDUCACION UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL SIMON RODIRGUEZ
NUCLEO PALO VERDE EXT. EDO. LA GUAIRA
MANCOMUNIDAD GUAICAMACUTO
DOCTORADO: ECOLOGIA DEL DESARROLLO HUMANO
ANDRAGOGIA PARA LA VIDA
LIC. DAMARIS JOSEFINA URBAEZ SALAZAR.

El presente trabajo tiene por objeto desarrollar de manera sucinta la importancia


que tiene la Andragogía para la vida del adulto, para lo cual se efectúa un análisis
de su significado, estableciendo su contenido, quien es el encargado de ejercitarla,
cuáles son sus características y hacia qué grupo etareo se dirige.
Para todos es bien sabido la importancia que tiene la educación en la sociedad, ya
que es parte de la naturaleza humana, pues el hombre desde sus orígenes ha
tenido la necesidad de saber, de conocer cosas de las cuales su intelecto humano
desconoce, lo que ha permitido una evolución constante de la sociedad que
conformo para vivir en grupo como ser social que es. Pero cuando hablamos de
educación automáticamente dirigimos nuestros pensamientos a las jóvenes
generaciones que se encuentran en su fase de aprendizaje, olvidando que la
educación es un una serie de conocimientos que si bien es cierto debe de ser
transmitida de generación en generación, también es un medio para satisfacer las
necesidades básicas que el hombre tiene, por lo que esta no puede circunscribirse
a un solo tipo de personas, ya sea que se cataloguen estas por edad, sexo o
raza. 
Es así, como dentro del espectro educativo que se forma, se debe de incluir a
todas aquellas personas que por cualquier motivo continúan sus estudios en una
edad madura, lo que puede incluirse desde jóvenes que continúan con su carrera
universitaria hasta personas mayores que conscientes de la necesidad que tiene
el estudio para su superación y crecimiento personal deciden atinadamente
continuar con su preparación académica.  Por lo que este ensayo pretende
efectuar un análisis personal de la importancia que tiene la andragogía para la
vida en la sociedad a la que pertenecemos, sobre la base que un grupo de
personas que se encuentre preparada académicamente, forjaran un destino más
aceptable para su persona y su grupo familiar. 

La andragogía es la disciplina que se ocupa de la educación y el aprendizaje del


adulto. Etimológicamente la palabra adulto, proviene de la voz latina adultus, que
puede interpretarse como "ha crecido" luego de la etapa de la adolescencia. El
crecimiento biológico del ser humano llega en un momento determinado al
alcanzar su máximo desarrollo en sus aspectos fisiológicos, morfológicos y
orgánicos; sin embargo desde el punto de vista psico-social, el crecimiento del ser
humano, a diferencia de otras especies, se manifiesta de manera ininterrumpida y
permanente. El término andragogía fue formulado originalmente por un profesor
alemán, Alexander Kapp, en 1833 (Nottingham Andragogy Group 1983: v). Lo
utilizó para describir elementos de la teoría educativa de Platón. La andragogía
(andr- que significa “hombre”) podría contrastarse con la pedagogía (paid- que
significa ‘niño’ y agogos que significa “dirigir”). Por lo que a través del análisis
personal que se efectúa en el presente ensayo se pretende formar una idea clara
de esta novedosa ciencia desconocida hasta hace algún tiempo y que ha dado
muchos frutos en la época actual. La primera referencia a este término aparece
en el año 1833 en el libro “Las Ideas Educacionales de Platón”, del profesor
alemán Alexander Kapp, quien plantea que el aprendizaje no sólo tiene como
fuente al profesor sino también a la auto-reflexión y a la experiencia de vida. Aun
cuando Kapp no desarrolla una teoría, plantea la andragogía como una necesidad
práctica para la educación de adultos.

El término Andragogía fue introducido por Malcom Knowles en USA en 1984. De


acuerdo al autor, se refiere “al arte de enseñar a los adultos a aprender”.

De acuerdo a Knowles, el aprendizaje del adulto se sustenta en 2 atributos


principales:  

Los aprendices poseen autonomía y la capacidad de dirigir el sentido del


aprendizaje. 
El profesor pasa a ocupar un rol de facilitador del aprendizaje en vez de ser un
transmisor de información, otorgando un mayor énfasis a la opción del aprendiz de
elegir sus propios requerimientos más que ceder al control del experto.

El ser humano (Homo sapiens) después de nacer, es un ser dependiente para


sobrevivir, debido a su base psicobiológica (Chacón, 2012); sin embargo, inicia un
proceso de formación de valores, información, pertenencia, hábitos y costumbres;
todo ello asimilado para internalizar una cultura en particular (Rodríguez, 2003).
Además, durante su formación como persona y con la finalidad de construir y
conocerse a sí mismo o misma, el ser humano, necesariamente, requiere la
vinculación con la sociedad, en una relación constante con sus semejantes
(Chacón, 2012). Siempre ha tratado de conocer, interpretar su entorno: la realidad.
Para explicarla se ha valido de conocimientos mágicos-religiosos, filosóficos y
hasta hace apenas tres siglos del conocimiento científico (Rodríguez, 2003).

Por tanto, el ser humano es un ser inacabado, el cual debe formar su personalidad
y adaptarse a los cambios sociales a lo largo de toda su vida, capacidad humana
denominada "educabilidad" (Tarrio, 1994). El mismo autor arguye que la
personalidad no es innata, sino que se forma con la convivencia en sociedad y
alcanza su umbral con la madurez social: producto de la sociedad.

En consecuencia, la educación del ser humano se logra por la abstracción de


pensamiento, que lo habilita por utilizar competencias cognitivas y metacognitivas,
las cuales le permiten alejarse de conductas instintivas, educarse mediante la
aprehensión de estímulos ambientales y mediante el enriquecimiento de las
vivencias (experiencias) que lo transformarán a nivel individual y social (Chacón,
2012).

Desde esta premisa, Platón (427-347) arguyó el concepto de educación en


términos de la dualidad humana alma-cuerpo, donde la verdadera educación
implica adoptar nuevas visiones de mundo y donde el ser humano educado es
aquel que se esmera por cuestionar y dilucidar el significado de las cosas, con la
finalidad de superar su banalidad (Chacón, 2012). Además, según este filósofo,
todo lo que el ser humano es se debe a la educación, y una persona educada es
capaz de desempeñar funciones sociales requeridas por la sociedad política y civil
(Tarrio, 1994).

La Andragogía se caracteriza por ser participativa, flexible , horizontal ,formativa,


afectiva y critica ya que proporciona la oportunidad para que el adulto decida
qué  aprender; participe activamente en su propio aprendizaje e intervenga en la
planificación, programación, realización y evaluación de las actividades del
proceso educativo.

Los adultos desean tener autonomía y ser el origen de su propio aprendizaje, es


decir, quieren implicarse en la selección de objetivos, contenidos, actividades y
evaluaciones.

En relación a esto me permito citar a Roque Ludojoski, quien en 1978 afirmo: “La
educación no es escuela sino vida”.

En "Andragogía no Pedagogía" (1972), Malcolm Knowles, enfatiza: "La


Andragogía es el arte y ciencia de ayudar a aprender a los adultos, basándose en
supuestos acerca de las diferencias entre niños y adultos." A diferencia del niño, el
adulto como individuo maduro, manifiesta las siguientes características:

Auto-concepto

En contraste a la dependencia de niños, los adultos tenemos una necesidad


psicológica profunda para ser auto-dirigidos. Nuestro auto-concepto nos lleva a
guiarnos por nuestra propia voluntad. Somos renuentes a las situaciones en que el
Facilitador y el diseño de los programas limitan a los aprendices en un papel
dependiente - como si fueran niños - o en el estilo de enseñanza del docente,
instructor o facilitador en el que puede llegar a guiar a sus estudiantes con
amonestaciones inadecuadas, ridiculizándolos o con acicates equivocados.

Experiencia del adulto

Los adultos independientemente de la edad hemos acumulado gran riqueza de


experiencias que se convierten en importantes recursos de aprendizaje, y al
mismo tiempo se convierten en plataforma para desarrollar nuevos aprendizajes
para sí mismo, así como para la comunidad de aprendizaje en la cual el individuo
se encuentra inmerso.

Prisa para Aprender

Los adultos estamos dispuestos a aprender cosas que necesitamos saber o saber
hacer, para así cumplir con nuestros papeles en la sociedad: laboralmente, como
profesionales, como líderes, trabajadores, esposos(as), padres o madres. Nuestra
rapidez en aprender se orienta cada vez más para las tareas en el desarrollo de
nuestros papeles y responsabilidades sociales cuando se alcanzan niveles de
madurez adecuadas. Si bien es cierto, es frecuente que muchos adultos presenten
grados de reticencia en procesos de aprendizaje de manera manifiesta u oculta, al
sentirse presionados si su participación, no es 100% voluntaria.

Orientación para el Aprendizaje

Los niños tienen una orientación centrada en materias para el aprendizaje, los
adultos tenemos una tendencia a mantener una orientación centrada en
situaciones, problemas, decisiones y mejoras permanentes. Los niños llegan a
dominar con grandes destrezas los contenidos, para ser promovidos al grado
superior y continuar con su proceso; los adultos buscamos los conocimientos para
desarrollar las habilidades que necesitamos aplicar a situaciones o problemas a
los que nos confrontamos en la vida real en nuestras actividades y labores
cotidianas. La perspectiva del tiempo en nosotros los adultos cambia hacia
individuos que buscamos conocimientos para una aplicación de manera inmediata,
que vaya de la mano con los objetivos de nuestras actividades o para las
empresas para las cuales trabajamos, en aras de mejorar nuestras competencias.

Motivación para Aprender

Los adultos estamos más motivados para aprender por los factores internos, tales
como desarrollo de nuestra auto-estima, recompensas tales como aumentos de
sueldo, ascensos, necesidades evolucionadas, descritas por Abraham H. Maslow
en su "Jerarquía de Necesidades". Aunque eventualmente podremos encontrar
personas que buscarán evitar participar en los procesos de aprendizajes por
varios factores entre estos el temor a hablar en público, desconocimiento,
vergüenza, falta de seguridad, en la virtualidad no abren sus cámaras para
protegerse y proteger su intimidad, entre otros factores. El ser humano suele hacer
más por evitar sus mayores miedos, que lo que hace por alcanzar sus anhelos,
pero es parte de una realidad.

La andragogía, como toda ciencia, posee métodos, lenguaje preciso, objetividad y


procesos propios que la llevan a ser una disciplina con carácter propio, objeto de
estudio y sujeta de procesos de investigación. La andragogía busca que el adulto
lleve a la práctica los fundamentos que la conforman y que logre vivir los aspectos
filosóficos que lo llevan a encontrar el sentido de sus actividades de aprendizaje.
El fundamento sociocultural es variable debido a que busca que los estudiantes
adultos participen en sociedades con ideales culturales distintos a los de otros
países y regiones y donde puedan aportar soluciones a los problemas de su
entorno. El mundo cambiante obliga a que se realicen y se renueven
competencias declarativas, procedimentales y actitudinales constantemente para
orientar a los adultos en el proceso de aprendizaje. Las transformaciones
psicobiológicas del adulto se dividen por etapas donde cada una posee
particularidades que inciden en sus intereses de aprendizaje. La etapa adulta es
la de mayor tiempo en la vida del ser humano y por lo tanto debe aprovecharse su
experiencia y respetar su autonomía.
BIBLIOGRAFÍA

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Nacional Abierta.Recuperado de
http://postgrado.una.edu.ve/andragogia/paginas/alcala1997.pdf

Caraballo, R. (2007). La andragogía en la educación superior. Investigación y


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Chacón, P. (2012). La andragogía como disciplina propulsora de conocimiento en


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Tarrio, J. A. (1994). La educación y su problemática. Pontevedra, La Coruña:


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Roque L.L. (1972). La Andragogía o Educacion del Adulto. Guadalupe, 275


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