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Enfermeras protestan por falta de equipamiento para atender a los contagiados de COVID-19 en Los
Ángeles, California (Estados Unidos), el 13 de abril de 2020.
Las protestas contra la cuarentena, toque de
queda y aislamiento son manifestaciones, disturbios y saqueos en varias parte del mundo contra
las políticas de inmovilización social y sus respectivas consecuencias, tomadas por los gobiernos
para frenar la expansión de la pandemia de COVID-19.364
Las protestas más significantes se desarrollan en América,365366 y Europa.367 La mayoría han sido
esporádicas, aunque reciben el apoyo de algunos grupos políticos de diferentes ideologías. 368
Además de los grupos vulnerables, las protestas también tienen presente el descontento
de sanitarios por la ineficacia de sus respectivos gobiernos para garantizarles seguridad y evitar
un colapso en los sistemas de salud.369370371372
El Fondo Monetario Internacional el 15 de abril de 2020 advirtió en su informe semestral que la
crisis económica por el coronavirus originaría oleadas de disturbios como las desarrolladas en
2019 en varias partes del mundo, ante la posible percepción de que las políticas de recuperación
económica son insuficientes o solo favorecen a los más ricos.373 Facebook comunicó que
eliminaría todo contenido que hiciera apología a las protestas contra la inmovilización social, el
propio Mark Zuckerberg calificó las difusiones de las protestas por redes sociales de «información
errónea dañina».374
Violencia doméstica durante el aislamiento
La violencia doméstica, ya constituía una de las violaciones de los derechos humanos más
graves, incluso antes de la pandemia por la COVID-19. En el último año, alrededor de 243
millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sufrido violencia física o sexual en un ámbito
doméstico. Esta cifra se ha agravado con motivo de la crisis sanitaria, causando numerosos
efectos negativos en el bienestar de las mujeres y su salud mental, sexual y reproductiva. 375376
Desde el comienzo de la pandemia, los últimos datos e informes oficiales revelan que se han
intensificado las llamadas a las líneas de atención de casos de violencia en el hogar. 375 Esto se
debe a que el confinamiento enardece la tensión y el estrés generados por la incertidumbre sobre
la seguridad, la salud y la economía. 376Si bien las medidas de contención previenen la
propagación del virus, las mujeres y niñas se ven obligadas a convivir con personas que son
violentas y quedan aisladas de los recursos que pueden ayudarlas. Por lo tanto, esto desemboca
en una situación perfecta para imponer una actitud controladora y violenta en el hogar. 375376
Esta situación, ha recibido el nombre de «pandemia en la sombra» y para frenarla, se necesita un
esfuerzo colectivo por parte de todos los países. Al igual que el sistema sanitario está saturado,
los refugios y las líneas de atención para las víctimas de violencia doméstica han alcanzado su
límite de capacidad, agravándose además por el hecho de haber tenido que adaptar estos
lugares para sosegar el colapso hospitalario.375376
Como consecuencia de esta situación, el número de llamadas a las líneas de asistencia se ha
quintuplicado.377 A pesar de este incremento, menos del 40 % de las mujeres que sufren violencia
doméstica recurren a servicios de ayuda o denuncian el delito. De estas mujeres que buscan
ayudan, tan solo el 10 % recurren a la policía. Además, las circunstancias actuales dificultan el
acceso a teléfonos, líneas de atención y servicios públicos como la policía, la justicia y los
servicios sociales, por lo que elevan la vulnerabilidad de las mujeres a la violencia en el ámbito
privado en todo el mundo.376
La «pandemia en la sombra» ha trascendido el mundo entero. Por ejemplo, en Australia, se
registró un aumento de las peticiones de ayuda debido a un repunte de la violencia.
En Argentina, Canadá, Francia, Alemania, España, Reino Unido y Estados Unidos, las
autoridades notificaron un incremento de las denuncias de violencia en el hogar. Asimismo, las
líneas de atención de Chipre y Singapur registraron un repunte de las llamadas de más del
30 %.376
En Kazajistán, los centros de ayuda telefónica sufrieron, por primera vez en los últimos años, una
disminución de las llamadas durante la primera semana de cuarentena. No obstante, pasada una
semana, comenzaron a recibir de 10 a 15 llamadas al día de mujeres víctimas de violencia
doméstica. Estas mujeres no se atreven a denunciar sus casos a la policía porque viven aisladas
con su agresor y otros familiares. Además, como en Kazajistán la violencia doméstica no se
considera un delito, las víctimas saben que, aunque su maltratador fuera detenido, en unas horas
estaría de vuelta en casa.378
De igual modo, en Sudán del Sur, la situación se agravó considerablemente durante el
confinamiento. Las víctimas explican que su situación es aún más peligrosa y no se sienten
seguras. Asimismo, debido al confinamiento y al cierre de centros educativos, muchos padres
obligan a sus hijas a casarse para no mantenerlas en casa.379
Por otro lado, en muchos países, los tribunales no han funcionado durante la cuarentena, por lo
que no se admitían denuncias. El aplazamiento de estos casos suele conllevar ciertos riesgos, ya
que, durante este periodo, el acusado puede ofrecer sobornos o los documentos pueden
traspapelarse, entre otras cosas.378
Por todo lo anterior, es necesario intensificar los esfuerzos para hacer frente a la violencia contra
las mujeres y que se convierta en una prioridad en las medidas de recuperación y respuesta
frente a la COVID-19.375 El Secretario General de las Naciones Unidas instó a los países a
considerar los refugios y las líneas de atención como un servicio esencial. 376
En septiembre de 2020, 48 países ya habían incluido la prevención y respuesta frente a la
violencia doméstica contra mujeres y niñas en sus planes de respuesta a la COVID-19. Además
121 países, han incorporado mecanismos de refuerzo a los servicios prestados a las víctimas de
este tipo de violencia. No obstante, estas medidas no son suficientes y urge ampliar los esfuerzos
para mejorar la difusión de la disponibilidad de estos servicios.377La pandemia provocada por la
COVID-19 no solo es una crisis sanitaria. La conocida como «pandemia en la sombra» es una
crisis humana que pone en peligro todo el progreso en los derechos y la igualdad de las mujeres,
que se ha conseguido en las últimas décadas.379
Religión
Esta sección es un extracto de Impacto en la religión por la pandemia de COVID-19.[editar]