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La lectura en voz alta, más que una estrategia de enseñanza, es una actividad

fundamental para el desarrollo de niñas y niños. Y mucho más cuando se


habla de primera infancia, dado que entre la gestación y los 6 años de vida se
desarrollan la mayoría de las conexiones cerebrales, las habilidades básicas
del lenguaje, el pensamiento simbólico, la motricidad y las bases de las
interacciones sociales.

Numerosos estudios demuestran que leerle en voz alta a los niños fortalece
sus capacidades de escuchar, imaginar, crear, concentrarse y expresarse. La
lectura en estas edades trasciende las palabras en los libros y abarca también
las canciones, las rimas y las conversaciones acerca de las ilustraciones que
acompañan los textos.

Leer en casa
La lectura en voz alta debería realizarse al menos durante 15 minutos diarios.
Este hábito fomenta en los niños el gusto por la lectura, aporta a la
formación del lenguaje y permite fortalecer los vínculos afectivos entre
padres e hijos. Es importante que ellos vean la lectura como un momento de
juego en el que pueden aplaudir, repetir sonidos, moverse libremente,
dibujar y crear sus propias versiones de la historia.

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