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INFECCIÓN POR VIH

El VIH es un virus que destruye selectivamente algunos de los mecanismos


celulares con los que el organismo humano se defiende frente a infecciones y
tumores, deteriorando así ciertos elementos básicos de nuestro sistema inmune.
Por esa razón, se acuñó para él el nombre de Virus de la Inmunodeficiencia
Humana (VIH), y para la enfermedad que causa el de Síndrome de la
InmunoDeficiencia Adquirida (SIDA).
Hasta el momento, se han identificado dos tipos: VIH-1 y VIH-2. El primero el más
frecuente.

¿Cuáles son los síntomas del VIH?


La infección inicial, que puede cursar en muchos casos sin producir síntomas,
puede también provocar en muchos otros un cuadro clínico parecido al de la
mononucleosis infecciosa, consistente en fiebre, inflamación de los ganglios del
cuello, malestar y erupción cutánea.
En la fase crónica o de latencia, la mayoría de los enfermos no presentan ningún
síntoma. Algunos, en especial los drogadictos, pueden presentar una cifra baja de
plaquetas. Un número pequeño de pacientes puede presentar alteraciones del
sistema nervioso central o periférico.
La fase final se caracteriza por un deterioro progresivo del estado general, que
tiene como manifestaciones más frecuentes la pérdida de apetito, adelgazamiento,
fiebre y diarrea. Aparecen entonces las infecciones oportunistas (neumonía por
Pneumocystis carinii, tuberculosis, infecciones por hongos y virus), los tumores
malignos (sarcoma de Kaposi, más frecuente en homosexuales, linfomas de
Hodgkin o no hodgkinianos, cáncer de cuello uterino y de la región ano-rectal); y
los trastornos neurológicos.
Los síntomas más habituales son:
 Fiebre.
 Inflamación ganglios del cuello.
 Malestar.
 Erupción cutánea.
 Pérdida de apetito.

¿Cuáles se transmite el VIH?


Sabemos hoy que la infección por VIH puede adquirirse a través de los siguientes
mecanismos:

a) Transmisión vertical, de madre a hijo:


 De gestante infectada al feto (maternofetal).
 Durante el parto o la lactancia materna (perinatal).

b) Por transfusión de sangre (o administración de derivados de la sangre)


contaminada por el VIH. A partir de 1985, está vía ha perdido importancia.
c) Por transmisión sexual, al mantener relaciones sexuales con una persona
infectada por el VIH.
d) Por inoculación de sangre infectada:
 Al compartir jeringuillas o agujas usadas por sujetos infectados por el VIH.
 Por pinchazo accidental con una aguja procedente de paciente infectado.

¿Cuál es su pronóstico?

En la evolución de la infección por VIH suelen distinguirse tres fases:

1. Una fase inicial o aguda, de varias semanas de duración.

2. Una fase de latencia clínica en la que el paciente infectado puede no


presentar ningún síntoma. En ella, el virus persiste activo dentro de las
células, aunque con intensidad muy variable de unos pacientes a otros.
Esta fase puede ser de duración muy variable, aunque en la mayoría de los
enfermos suele durar de 8 a 10 años.

3. Una fase final o de crisis, que clínicamente corresponde a lo que


propiamente se ha de denominar SIDA. Los nuevos tratamientos han
logrado alargar notablemente la expectativa y la calidad de vida de los
pacientes de SIDA.

¿Cómo se diagnostica el SIDA?

El diagnóstico del VIH se realiza


mediante un análisis de sangre que
identifica alguno de los componentes
del virus (principalmente su RNA) o
los anticuerpos formados frente a
alguno de esos componentes. Estos
análisis son sencillos de realizar y
permiten establecer con certeza si
existe o no infección.

En los pocos casos en que pudiera quedar duda, se realizan pruebas


complementarias para confirmar el diagnóstico, como el Western blot. No es
necesario cultivo.
La determinación cuantitativa del RNA, denominada "carga viral" se ha
incorporado como prueba de rutina. Es muy útil desde el punto de vista pronóstico
y para evaluar la eficacia del tratamiento. Permite un diagnóstico de la infección
más precoz que la detección de anticuerpos.

¿Cómo se trata la infección por VIH?

No hay tratamiento curativo para la enfermedad causada por el VIH. Las medidas
preventivas son, de momento, el único medio de enfrentar eficazmente la
infección. Son varios los procedimientos, entendiendo por tales los que "evitan"
contraer la infección.

Dado que nos enfrentamos a una enfermedad que tiene una tasa de mortalidad
muy alta, a las medidas preventivas debe exigírseles una seguridad próxima al
100 %. No se dispone de vacunas que nos hagan inmunes contra la enfermedad y
no parece que se puedan teners en menos de 10 años.

Las medidas preventivas se aplican en diferentes circunstancias:

 Infección por transfusión de sangre o administración de derivados de


ella. En los países desarrollados, no existe prácticamente este riesgo de
infección.
 Transmisión materno-fetal. Tratamiento anti-retroviral de la madre durante
el embarazo. Disminuye el riesgo de transmisión de la enfermedad al niño a
menos del 5 %.
 Drogadicción. La prevención más eficaz es abandonar las drogas por vía
endovenosa. Esencial no compartir jeringuillas con infectados.
 Accidental. Por pinchazos o cortes, en médicos o enfermeras cuando
atienden a pacientes infectados. Las medidas para evitar el desarrollo de la
infección (tratamiento anti-retroviral) son conocidas por el personal
sanitario.
 Trasplante de órganos. El riesgo es nulo, pues la ley exige que comprobar
que el donante no está infectado.
 Transmisión sexual. Es, junto con la drogadicción, el mecanismo más
importante de transmisión del VIH
VIH/SIDA

Diagnóstico
El VIH puede ser diagnosticado a través de pruebas de sangre o saliva. Las
pruebas disponibles incluyen:

 Pruebas de antígenos y anticuerpos. Estas pruebas suelen implicar la


extracción de sangre de una vena. Los antígenos son sustancias del propio
virus del VIH y suelen ser detectables —o dar positivo— en la sangre a las
pocas semanas de la exposición al VIH.

Los anticuerpos son producidos por tu sistema inmunitario cuando se


expone al VIH. Los anticuerpos pueden tardar semanas o meses en ser
detectables. La combinación de antígenos y anticuerpos puede tardar de
dos a seis semanas después de la exposición para dar positivo.

 Análisis de anticuerpos. Estas pruebas buscan anticuerpos contra el VIH


en la sangre o la saliva. La mayoría de las pruebas rápidas de VIH,
incluidas las autopruebas hechas en casa, son pruebas de anticuerpos. Las
pruebas de anticuerpos pueden tardar de tres a 12 semanas después de la
exposición en dar positivo.

 Pruebas de ácido nucleico. Estas pruebas buscan el virus real en la


sangre (carga viral). También implican la extracción de sangre de una vena.
Si pudiste haber estado expuesto al VIH en las últimas semanas, tu médico
puede recomendarte una prueba de ácido nucleico. La prueba de ácido
nucleico será la primera prueba en dar positivo después de la exposición al
VIH.

Habla con tu médico sobre cuál es la prueba de VIH adecuada para ti. Si alguna
de estas pruebas es negativa, es posible que aún necesites una prueba de
seguimiento semanas o meses después para confirmar los resultados.

Pruebas para determinar la etapa de la enfermedad y el tratamiento

Si te han diagnosticado VIH, es importante encontrar un especialista capacitado


en el diagnóstico y tratamiento del VIH para que te ayude con lo siguiente:

 Determinar si necesitas pruebas adicionales


 Determinar qué terapia antirretroviral del VIH (ART) será mejor para ti
 Controlar tu progreso y trabajar contigo para manejar tu salud
Si recibes un diagnóstico de VIH/SIDA, varias pruebas pueden ayudar a que tu
médico determine la etapa de tu enfermedad y el mejor tratamiento, que incluye:

 Recuento de células T CD4. Las células T CD4 son glóbulos blancos que
el VIH toma específicamente como blanco y destruye. Aunque no tengas
síntomas, la infección por VIH avanza hasta convertirse en SIDA cuando el
recuento de células T CD4 desciende por debajo de 200.

 Carga viral (ARN del VIH). Esta prueba mide la cantidad de virus en la
sangre. Después de comenzar el tratamiento para el VIH, el objetivo es
tener una carga viral indetectable. Esto reduce significativamente las
posibilidades de infecciones oportunistas y otras complicaciones
relacionadas con el VIH.

 Resistencia a los medicamentos. Algunas cepas de VIH son resistentes a


los medicamentos. Esta prueba ayuda a que tu médico determine si tu tipo
de virus específico tiene resistencia y guía las decisiones de tratamiento.

Pruebas para el diagnóstico de complicaciones

Tu médico también podría ordenar análisis de laboratorio para detectar otras


infecciones o complicaciones, entre ellas, las siguientes:

 Tuberculosis
 Infección por el virus de la hepatitis B o la hepatitis C
 Infecciones de transmisión sexual
 Daño en el hígado o en los riñones
 Infección de las vías urinarias
 Cáncer anal y de cuello uterino
 Citomegalovirus
 Toxoplasmosis

Tratamiento

Actualmente, no hay cura para el VIH/SIDA. Una vez que tienes la infección, tu
cuerpo no puede deshacerse de ella. Sin embargo, hay muchos medicamentos
que pueden controlar el VIH y evitar complicaciones. Estos medicamentos se
denominan terapia antirretroviral (TARV). Todas las personas diagnosticadas con
VIH deben comenzar con la terapia antirretroviral, independientemente de la etapa
de la infección o de las complicaciones.

La terapia antirretroviral suele ser una combinación de tres o más medicamentos


de varias clases de fármacos diferentes. Esta estrategia es la más eficaz para
reducir la cantidad de VIH en la sangre. Hay muchas opciones de terapia
antirretroviral que combinan tres medicamentos para el VIH en un solo
comprimido, que se toma una vez al día.

Cada clase de fármaco bloquea el virus de manera diferente. El tratamiento


consiste en combinaciones de fármacos de diferentes clases para:

 Tener en cuenta la resistencia individual a los fármacos (genotipo viral)


 Evitar la creación de nuevas cepas de VIH resistentes a los fármacos
 Maximizar la supresión del virus en la sangre

Normalmente se utilizan dos fármacos de una clase, más un tercer fármaco de


una segunda clase.

Las clases de fármacos contra el VIH incluyen:

 Los inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de


nucleósidos (ITINN) bloquean una proteína que el VIH necesita para
replicarse. Entre los ejemplos se incluyen el efavirenz (Sustiva), la rilpivirina
(Edurant) y la doravirina (Pifeltro).
 Los inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósidos o
nucleótidos (ITIN) son versiones defectuosas de los componentes básicos
que el VIH necesita para replicarse. Entre los ejemplos se incluyen el
abacavir (Ziagen), el tenofovir (Viread), la emtricitabina (Emtriva), la
lamivudina (Epivir) y la zidovudina (Retrovir). También se dispone de
fármacos combinados, como la emtricitabina/tenofovir (Truvada) y la
emtricitabina/tenofovir alafenamida (Descovy).
 Los inhibidores de la proteasa (IP) inactivan la proteasa del VIH, otra
proteína que el VIH necesita para replicarse. Entre los ejemplos se incluyen
el atazanavir (Reyataz), el darunavir (Prezista) y el lopinavir/ritonavir
(Kaletra).
 Los inhibidores de la integrasa funcionan inhibiendo a una proteína
llamada integrasa que el VIH utiliza para insertar su material genético en los
linfocitos T CD4. Entre los ejemplos figuran el bictegravir
sódico/emtricitabina/tenofovir alafenamida fumarato (Biktarvy), raltegravir
(Isentress) y dolutegravir (Tivicay).
 Los inhibidores de entrada o fusión bloquean la entrada del VIH en los
linfocitos T CD4. Algunos ejemplos son la enfuvirtida (Fuzeon) y el
maraviroc (Selzentry).

Comenzar y mantener el tratamiento


A todas las personas con infección por VIH, independientemente del recuento de
células CD4 T o de los síntomas, se les debe ofrecer medicación antiviral.
Mantener una terapia antirretroviral eficaz con una carga viral de VIH indetectable
en sangre es la mejor manera de mantenerse saludable.

Para que la terapia antirretroviral sea eficaz, es importante que tomes los
medicamentos tal y como te los receten, sin omitir ni saltarte ninguna dosis. Seguir
con la terapia antirretroviral con una carga viral indetectable ayuda a lo siguiente:

 Mantener tu sistema inmunitario fuerte


 Reducir las posibilidades de contraer una infección
 Reducir las posibilidades de desarrollar un VIH resistente al tratamiento
 Reducir las posibilidades de transmitir el VIH a otras personas

Seguir con la terapia contra el VIH puede ser un desafío. Es importante que hables
con el médico sobre los posibles efectos secundarios, la dificultad para tomar los
medicamentos y cualquier problema de salud mental o de abuso de sustancias
que pueda dificultar mantener la terapia antirretroviral.

También es importante tener citas de seguimiento regulares con el médico para


controlar tu salud y la respuesta al tratamiento. Informa inmediatamente al médico
si tienes problemas con la terapia contra el VIH para que puedan trabajar juntos y
encontrar formas de abordar esos desafíos.

Efectos secundarios del tratamiento

Los efectos secundarios del tratamiento pueden incluir:

 Náuseas, vómitos o diarrea


 Cardiopatía
 Daños en el riñón y el hígado
 Disminución de la masa ósea o debilitamiento óseo
 Niveles anormales de colesterol
 Mayor nivel de glucosa sanguínea
 Problemas cognitivos y emocionales, así como problemas de sueño

Tratamiento para enfermedades relacionadas con la edad

Algunos problemas de salud que son una parte natural del envejecimiento pueden
ser más difíciles de tratar si tienes el VIH. Algunos medicamentos que son
comunes para el corazón, los huesos o las afecciones metabólicas relacionadas
con la edad, por ejemplo, pueden no interactuar bien con los medicamentos contra
el VIH. Es importante que hables con tu médico sobre tus otras afecciones de
salud y los medicamentos que estás tomando.
Si otro médico ha empezado a administrarte medicamentos, es importante que le
informes sobre tu terapia para el VIH. Esto permitirá que el médico se asegure de
que no haya interacciones entre los medicamentos.

Respuesta al tratamiento

Tu médico controlará tu carga viral y tus conteos de linfocitos T CD4 para


determinar tu respuesta al tratamiento contra el VIH. Estos serán revisados
inicialmente a las dos y cuatro semanas, y luego cada tres o seis meses.

El tratamiento debería reducir tu carga viral para que sea indetectable en la


sangre. Esto no significa que el VIH ya no está presente. Aunque no se encuentre
en la sangre, el VIH sigue estando presente en otros lugares del cuerpo, como en
los ganglios linfáticos y los órganos internos.

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