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La certificación ISO 9001 es una de las más antiguas.

En España comenzó a
implantarse en la década de los 90, cuando las empresas demandaban herramientas
de gestión de la calidad que les permitieran mejorar su gestión interna y
distinguirse en los mercados en los que competían.

la norma ISO 22000, específica para el sector agroalimentario, recoge los requisitos
que debe cumplir un sistema de gestión para asegurar la inocuidad de los alimentos
a lo largo de toda la cadena alimentaria, incluidos el punto de venta y el consumidor
final. Disponer de este certificado proporciona confianza a los consumidores,
gracias a un control más eficiente de los riesgos para la seguridad alimentaria.

BRC es una certificación de protocolos privados y uno de los modelos más


extendidos a nivel internacional para que los distribuidores y grandes superficies
cualifiquen a sus proveedores de producto de marca. Su objetivo es asegurar que los
proveedores de estos centros de distribución cumplen con una serie de requisitos
que garanticen la salubridad de sus productos.

Si el destino de nuestros productos son los mercados alemán, francés o italiano


tendremos que plantearnos disponer del certificado IFS, un protocolo privado
técnico desarrollado por los distribuidores de estos países con el objetivo de unificar
los criterios exigidos a los proveedores que suministren sus productos allí.

Otro de los protocolos privados es GLOBALGAP, desarrollado también por un


organismo privado y que establece una serie de normas voluntarias a través de las
cuales se puede certificar productos agrícolas en todas partes del mundo. Es
aplicable a diferentes productos y es capaz de abarcar la globalidad de la
producción agrícola.

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